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Lo primero que se debe tener claro es el significado de normativo: que fija normas,
conjunto de normas aplicables a una determinada materia o actividad.
Dicho esto es posible señalar que el Derecho es un fenómeno preferentemente
normativo se refiere a que el Derecho aspira a conseguir eficacia, teniendo la pretensión de
que sus normas y demás estándares sean obedecidos por los sujetos normativos y aplicados
por los órganos jurisdiccionales.
También se habla de Derecho preferentemente normativo, a los diferentes
estándares que éste posee, que son distintos de las normas y que no funcionan como
normas, tales como los principios y valores.
Ejemplo: “Prohibido pisar el césped “.
Que el derecho está constituido no solo de normas, sino de estándares que no son
normas, que tampoco funcionan como normas, y que han adquirido creciente importancia
en los distintos procesos de argumentación jurídica.
Tengo para mí que uno puede afirmar que el derecho es un fenómeno cultural, de
carácter preferentemente normativo, sustentado en el lenguaje, que regula su
propia creación, interpretable a la vez que argumentable que rige las relaciones de hombres
y mujeres que viven en sociedad, y cuya nota identificatoria más específica consiste en la
coercibilidad, esto es, en la legítima posibilidad de auxiliarse de la fuerza socialmente
organizada para conseguir una eficaz aplicación de las sanciones o consecuencias
adversas o negativas que deban seguir para los sujetos normativos cada vez que el derecho
sea incumplido por alguno de éstos.
El derecho se haya también sustentado en el lenguaje. Él puede ser visto como una
modalidad de uso directivo del lenguaje, que es aquél que hacemos de éste cada vez que
queremos guiar, orientar, influir o dirigir la conducta de otro. El derecho por hallarse
sustentado en el lenguaje, es interpretable, una operación que por lo común no conduce a la
fijación del correcto sentido y alcance del material normativo interpretado, sino a varios
posibles sentidos y alcances no coincidentes entre sí.
a. Dirigir la conducta de los miembros del grupo social, valiéndose para ello de
normas y otros estándares. Función principal.
b. Prever la ocurrencia de conflictos y establecer sedes y procedimientos para
el encauzamiento. Discusión y solución pacífica de éstos.
c. Aspira a conseguir eficacia, esto es, tiene la pretensión de que sus normas y
demás estándares sean obedecidos por los sujetos normativos y aplicados por los
órganos jurisdiccionales.
En el plano teórico este modelo conecta con los postulados del positivismo
político moderado, el cual no desconoce la fundamentación última del Derecho en
un mínimo ético, si bien por razones metodológicas y de seguridad jurídica
mantiene la exigencia de no confundir el Derecho que «existe» (Derecho positivo),
del que moralmente se aspira que «debiera existir» (Derecho natural). Asimismo,
sin reconducir la normatividad jurídica al ámbito de los hechos sociales y políticos,
tienden a evitar las ficciones formalistas al admitir un soporte político de las normas
como garantía de su eficacia.
Herbert Hart como el más representativo defensor de este modelo teórico. La
concepción teórico jurídica de Herbert Hart, considerada como una de las más
valiosas e influyentes revisiones de la doctrina kelseniana, tiene uno de sus
insoslayables nudos temáticos y problemáticos en las relaciones de la Moral con el
Derecho y la Política.
Al formalismo estricto kelseniano, que hace reposar la validez del sistema de
fuentes en una Grundnorm ficticia, opone Hart una «regla de reconocimiento»
(rule of recognition) que posee una incuestionable dimensión empírica en cuanto
responde a la actividad jurídica efectiva de los órganos públicos y de los
ciudadanos. Hart defiende y formula un contenido mínimo del Derecho natural. Lo
integrarían un conjunto de verdades obvias (rasgos antropológicos que definen la
naturaleza de los seres humanos: su vulnerabilidad. igualdad aproximada, limitación
de su altruismo, capacidad intelectual y fuerza de voluntad, así como la propia
limitación de los recursos) que deben ser tomadas en consideración para garantizar
la supervivencia humana y la propia viabilidad de las sociedades. Todo ello, muestra
que el Derecho y la Moral no pueden explicarse en términos puramente formales,
sin hacer referencia a contenidos o a necesidades sociales. Admite Hart que existe
un derecho natural universal, que se traduce en el derecho igual de todos los
hombres a ser libres. No hay norma de reconocimiento sin aceptación social de su
contenido, al menos por parte de los funcionarios. Esa aceptación no puede dejar de
hacer referencia a los valores morales de una comunidad social. De ahí que, a la
postre, el fundamento del orden jurídico se cifre en una determinada forma de
compromiso moral.
Debido a que ambos plateamientos nos hacen referencia a que las tres formas de
normatividad: Derecho, Moral y Política, son ordernes normativos autónomos.
Su diferencia radica en que el modelo de serapacion nos indica que no
tiene porque existir interferencias; sino que cada uno responde a una logica propia y
distinta. En cambio el modelo de Separacion Relativa, reconoce determinados puntos de
conexión e interferencia.
Hart se pantea cuál es la relación entre derecho y moral, a lo que se responde que
no es necesaria pero sí contingente, es decir, el derecho no necesita a la moral pero sí
existe una relación contingente.
La relación contingente, pasa porque el derecho debe reconocer un mínimo de
derecho natural (moralidad) y ese mínimo no pasa por una cuestión de válidez de la
norma, ya que si una norma es injusta se debe cumplir igual, sino que si el derecho no se
preocupa de la persona simplemente pierde sentido como sistema normativo.
11. ¿Qué diferencia existe con Hans Kelsen respecto H.L.A Hart?
Kelsen Hart
La separación entre el derecho y moral es Jamás negó la relación o intersección entre el
total, esto es, no existe relación alguna entre derecho y la moral; esto es, tanto la moral
ambos. como el derecho se influencian
recíprocamente.
Considera que toda norma debe convertirse Las normas secundarias no tienen que
en mandato, de tal manera que una norma completarse y admite que existen diferentes
que no tenga la consecuencia jurídica dentro tipos de normas que no son mandatos como
de sus componentes debe acudir al sistema las normas de adjudicación, las normas de
dinámico para completarla. cambio y las normas de reconocimiento,
estas últimas son las más importantes dentro
de su sistema teórico porque son las que
permiten reconocer a determinada entidad
normativa como parte del sistema.
La norma fundamental La regla de reconocimiento es real o
o Grundnorm es hipótetica y ficticia. positiva.
La tesis parte del positivismo, es decir, de la Estima que se debe partir del lenguaje para
norma como es y no de los fundamentos estudiar qué es derecho y de la norma como
morales de la norma. es y no como debería ser.
Este modelo hace referencia a los empeños teóricos dirigidos a establecer una nítida
línea divisoria entre el Derecho, la Moral y la Política, son tres órdenes normativos
autónomos, entre los que no tiene porqué existir interferencias; sino que cada uno de ellos
responde a una lógica propia y distinta que regula. El positivismo jurídico radical
constituye el principal marco teórico explicativo y propugnador de esta tesis. Hans Kelsen
puede ser considerado el pensador más representativo de esta actitud. La idea de
«pureza» es el elemento que, según Kelsen diferencia su doctrina de las demás
Teorías del Derecho. Para Kelsen la Teoría del Derecho debe tomar como objeto
de estudio al Derecho en sí. Kelsen se remite a la distinción kantiana entre «ser» y
«deber ser», situando al Derecho y a la Ciencia jurídica en el ámbito del «deber
ser». A juicio de Kelsen, con el término «fuente del Derecho» se pueden entender
todos los medios de producción jurídica y también el fundamento de la validez,
en particular, el fundamento último de la validez de un ordenamiento jurídico; esto es, la
norma fundamental. La Constitución es la fuente de las normas jurídicas generales
producidas mediante la legislación y la costumbre; concluye Kelsen, fuente del
Derecho sólo puede ser el Derecho. En efecto, según Kelsen, mientras las
fuentes jurídicas son siempre directamente vinculantes, las no jurídicas no lo
son hasta que una forma jurídica positiva no las reconoce como fuentes del Derecho; es
decir, hasta que las hace vinculantes. Para Kelsen el fundamento de validez de una norma
no puede ser más que otra norma, y que para evitar el regressus in infinitum hay que partir
de una norma fundamental, entendida como norma suprema del ordenamiento de la que
todas las restantes reciben su validez. Es cierto que para Kelsen el dualismo Derecho-
Estado desaparece en la medida en que el Estado se concibe sólo como un «orden
normativo»; pero, pese a ello, una concepción no política de Estado, supone una
elucubración tan contradictoria como la de una concepción no jurídica del Derecho.
Separación radical. El derecho, la moral y la política son independientes.
En el plano teórico este modelo conecta con los postulados del positivismo político
moderado, el cual no desconoce la fundamentación última del Derecho en un mínimo ético,
si bien por razones metodológicas y de seguridad jurídica mantiene la exigencia de no
confundir el Derecho que «existe» (Derecho positivo), del que moralmente se aspira que
«debiera existir» (Derecho natural). Asimismo, sin reconducir la normatividad jurídica al
ámbito de los hechos sociales y políticos, tienden a evitar las ficciones formalistas al
admitir un soporte político de las normas como garantía de su eficacia.
Herbert Hart como el más representativo defensor de este modelo teórico. La
concepción teórico jurídica de Herbert Hart, considerada como una de las más valiosas e
influyentes revisiones de la doctrina kelseniana, tiene uno de sus insoslayables nudos
temáticos y problemáticos en las relaciones de la Moral con el Derecho y la Política.
Al formalismo estricto kelseniano, que hace reposar la validez del sistema de
fuentes en una Grundnorm ficticia, opone Hart una «regla de reconocimiento»
(rule of recognition) que posee una incuestionable dimensión empírica en cuanto responde
a la actividad jurídica efectiva de los órganos públicos y de los ciudadanos. Hart defiende y
formula un contenido mínimo del Derecho natural. Lo integrarían un conjunto de verdades
obvias (rasgos antropológicos que definen la naturaleza de los seres humanos: su
vulnerabilidad. igualdad aproximada, limitación de su altruismo, capacidad intelectual y
fuerza de voluntad, así como la propia limitación de los recursos) que deben ser tomadas en
consideración para garantizar la supervivencia humana y la propia viabilidad de las
sociedades. Todo ello, muestra que el Derecho y la Moral no pueden explicarse en términos
puramente formales, sin hacer referencia a contenidos o a necesidades sociales. Admite
Hart que existe un derecho natural universal, que se traduce en el derecho igual de todos los
hombres a ser libres. No hay norma de reconocimiento sin aceptación social de su
contenido, al menos por parte de los funcionarios. Esa aceptación no puede dejar de hacer
referencia a los valores morales de una comunidad social. De ahí que, a la postre, el
fundamento del orden jurídico se cifre en una determinada forma de compromiso moral.
15. Según Dworkin, ¿la teoría jurídica del derecho puede ser neutral?
Estemos o no de acuerdo, podemos observar una serie de dilemas que nos llevan
principalmente a preguntarnos si toda ley es justa por el hecho de ser ley y por lo tanto debe
cumplirse y hacerse cumplir.
Aristóteles distinguía dos tipos de virtud o excelencia humana: virtud ética o moral
y virtud dianoética o intelectual. Ambas expresan la excelencia del hombre y
su consecución produce la felicidad, ya que esta última es "la actividad del hombre
conforme a la virtud".
21. ¿En qué consiste el imperativo categórico?, y ¿la ética kantiana admite
excepciones?
El filósofo Immanuel Kant, estableció que las reglas universales deberían seguirse
por los individuos de forma independiente a sus deseos o intenciones, y orientarse al interés
general. Para él, existía un único principio moral en el cual todos los deberes morales se
basaban: el imperativo categórico, cuya máxima es que las acciones de los individuos
deben ser tomadas considerando que puedan tornarse leyes universales, aplicables a todos.
Es a partir de la ética kantiana en sus principios fijos y rígidos, no admite
excepciones o consideraciones de casos particulares, limitan el alcance y la profundidad de
las conductas. A veces, incluso, estos principios o reglas son de aplicación compleja y se
revelan conflictivos entre sí (en el caso del principialismo). La otra gran crítica está en el
extremo racionalismo, que no considera la participación de las emociones, las necesidades
y las voluntades en el proceso de toma de decisiones, aunque formen parte de la naturaleza
humana. Para Kant, la razón tiene una finalidad en sí misma