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Materialismo Histórico
“A semejanza de cómo Darwin descubrió la ley del desarrollo del mundo orgánico,
Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana, aquel simple hecho,
oculto hasta los últimos tiempos por las acumulaciones ideológicas, de que los
hombres deben comer, beber, tener vivienda y vestirse, antes de estar en
condiciones de ocuparse de política, ciencia, arte, religión, &c.; de que, por
consiguiente, la producción de los medios materiales inmediatos de la existencia y,
con eso mismo, cada etapa dada del desarrollo económico de un pueblo o de una
época, forman la base sobre la cual se desarrollan las instituciones estatales, los
conceptos jurídicos, el arte y hasta las representaciones religiosas de determinados
hombres, por medio de cuya base debe ser todo ello explicado, y no al revés, cual
se hacía hasta el presente” (Engels).
La teoría del materialismo histórico, creada por Marx y Engels, fue desarrollada y
enriquecida por Lenin y Stalin, gracias al análisis de las nuevas condiciones
históricas en la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias, en la época
de la edificación del socialismo.
Materialismo histórico
Parte componente de la filosofía marxista-leninista; ciencia que investiga las leyes
generales del desarrollo de la sociedad humana y las formas de su realización en la
actividad histórica de los hombres. El materialismo histórico es la sociología
científica, proporciona la base teórica y metodológica de las investigaciones
sociológicas concretas y de todas las ciencias sociales. Los filósofos premarxistas,
sin excepción, incluidos los materialistas, eran idealistas en la concepción de la vida
social, pues no pasaban de observar el hecho de que, a diferencia de lo que sucede
en la naturaleza, donde actúan fuerzas ciegas, en la sociedad actúa el hombre, ser
consciente que se rige en su hacer por estímulos ideales. Acerca de este particular
indicaba Lenin que la idea misma del materialismo en sociología había sido una idea
genial (véase t. I, pág. 121). La creación del materialismo histórico significó un
cambio radical en el desarrollo del pensamiento social. Permitió, por una parte,
aplicar consecuentemente la concepción materialista al mundo en su conjunto, no
sólo a la naturaleza, sino, también, a la sociedad. Por otra parte permitió descubrir
la base de la vida social y las leyes que determinan su desarrollo lo mismo que, por
consiguiente, el desarrollo de todas las demás facetas de la vida social,
determinadas por la base material indicada. Subrayaba Lenin (t. 1, pág. 120) que
Marx había elaborado su idea fundamental sobre el proceso histórico-natural del
desarrollo de la sociedad destacando de las distintas esferas de la vida social la
económica; de todas las relaciones sociales, las relaciones de producción como
fundamentales y determinantes de todas las demás relaciones. Después de tomar
como punto de partida el hecho fundamental de toda sociedad humana: el modo de
obtener los medios de vida, el marxismo puso en conexión con él aquellas
relaciones en las que los hombres entran en el proceso de producción de su vida, y
en el sistema de estas relaciones de producción vio el fundamento –la base real de
cada sociedad determinada– el que se reviste de superestructuras político-jurídicas
y de diversas corrientes del pensamiento social. Cada sistema de relaciones de
producción, surgido en un determinado estadio del desarrollo de las fuerzas
productivas, está subordinado a las leyes que rigen la aparición, el funcionamiento
y el paso a la forma superior, tanto a leyes que son generales para todas las
formaciones, como a las que son especiales, propias sólo de una formación dada.
Las acciones humanas en los límites de cada formación económico-social –
infinitamente diversas, individualizadas, no susceptibles, al parecer, de cálculo ni
sistematización alguna– fueron generalizadas y reducidas a las acciones de las
grandes masas, a las acciones de las clases sociales en la sociedad dividida en
clases; masas y clases que, con sus actos, realizan las necesidades que han
madurado del desarrollo social. El descubrimiento del materialismo histórico acabó
con dos insuficiencias capitales de todas las teorías sociológicas premarxistas, las
cuales, en primer lugar, eran idealistas, dado que se limitaban al estudio de los
motivos ideológicos de la actividad humana sin investigar a qué se debían tales
motivos, qué causas materiales los engendraban; en segundo lugar, tomaban en
consideración únicamente el papel de las personalidades históricas descollantes sin
abarcar la acción de las masas populares, auténticas creadoras de la historia. El
materialismo histórico ha descubierto el carácter materialmente condicionado del
proceso histórico-social, y en contraposición a las teorías del materialismo vulgar –
que niegan el papel de las ideas, de las instituciones y organizaciones políticas y de
otras clases–, subraya su activa influencia inversa sobre la base material que las ha
engendrado. El materialismo histórico constituye el fundamento histórico-científico
del marxismo, que arma a los partidos marxistas-leninistas, a la clase obrera y a los
trabajadores todos con el conocimiento de las leyes objetivas del desarrollo de la
sociedad, les permite comprender la importancia del factor subjetivo –la conciencia
y organización de las masas, sin lo cual es imposible la realización de las leyes de
la historia. Los rasgos fundamentales del materialismo histórico fueron expuestos
por primera vez por Marx y Engels en su trabajo La ideología alemana. Se da una
formulación genial de la esencia de esa parte del marxismo en el prefacio de la
Contribución a la crítica de la economía política (1859). Pero el materialismo
histórico se convirtió en “sinónimo de ciencia social” sólo cuando El Capital vio la
luz (véase Lenin, t. 1. pág. 125). A medida que la historia avanza y se va
acumulando nueva experiencia del desarrollo histórico, también se desarrolla y
enriquece, necesariamente, el materialismo histórico, así como el marxismo en su
conjunto. Lenin dio un magnífico ejemplo de este desarrollo en la época del
imperialismo, de las revoluciones proletarias. En la época actual, época del tránsito
del capitalismo al socialismo, cuando en la U.R.S.S. se ha planteado ya
prácticamente el problema de la edificación de la sociedad comunista en todo el
frente, la generalización de la nueva experiencia del movimiento comunista mundial
y, en particular, de la experiencia de la lucha por el comunismo en la U.R.S.S., se
da en el nuevo Programa del Partido, adoptado en el XXII Congreso del P.C.U.S.
En el programa se encuentra desarrollada la teoría de la formación económico-
social, después de haber formulado la caracterización concreta de la formación
comunista, las leyes a que obedecen su formación y desarrollo; también se
profundiza la teoría sobre el Estado, sobre el Partido y muchas otras cuestiones. El
Programa del P.C.U.S. proporciona al pueblo soviético el plan claramente delineado
de la edificación de la sociedad comunista, plan que comprende una triple tarea:
crear la base material y técnica del comunismo, formar relaciones sociales
comunistas y educar al hombre de la sociedad comunista.
Materialismo histórico
Parte integrante de la filosofía marxista-leninista y ciencia filosófica sobre la
sociedad, que resuelve de modo materialista el problema fundamental de la filosofía
aplicado a la historia y que investiga sobre esta base las leyes sociológicas
generales del desarrollo histórico y las formas de su realización en la actividad de
los hombres. El materialismo histórico constituye la base teórica y metodológica de
la sociología y demás ciencias sociales. Todos los filósofos premarxistas,
comprendidos los materialistas, eran idealistas en la intelección de la vida social,
pues se limitaban a constatar el hecho de que, a diferencia de la naturaleza, donde
actúan fuerzas ciegas, en la sociedad actúan los hombres, seres conscientes, que
se guían en su proceder por motivos ideales. El surgimiento del materialismo
histórico constituyó una revolución radical en el desarrollo del pensamiento social.
Por una parte, permitió enfocar de modo consecuentemente materialista el mundo
en su conjunto, no sólo la naturaleza, sino también la sociedad, y por la otra,
descubrir la base material de la vida social y las leyes que determinan su desarrollo.
Marx formuló su idea principal sobre el proceso histórico-natural del desarrollo de la
sociedad, destacando la esfera económica de las diversas esferas de la vida social,
y de todas las relaciones sociales, las relaciones de producción, como principales y
determinantes entre las demás relaciones. Tomando como punto de partida el
hecho principal para toda sociedad humana –la obtención de los medios de vida–,
el marxismo vinculó con este hecho las relaciones que los individuos contraen en el
proceso de inducción de su vida, y advirtió en el sistema de estas relaciones de
producción la base real de cada sociedad determinada, la cual se reviste de
superestructuras jurídico-políticas y diversas formas del pensamiento social. Cada
sistema de relaciones de producción, que surge en determinado grado de desarrollo
de las fuerzas productivas, se subordina tanto a las leyes del surgimiento,
funcionamiento y tránsito a una forma superior, comunes a todas las formaciones
sociales, como a las específicas, inherentes sólo a una de ellas. Las acciones de
los individuos en el marco de cada formación socio-económica –infinitamente
diversas, individualizadas y, al parecer, no sujetas a registro alguno ni a
sistematización– fueron sintetizadas y reducidas a las acciones de las grandes
masas; en la sociedad dividida en clases, a las acciones de las clases que realizan
en ellas las necesidades maduras del desarrollo social. El descubrimiento del
materialismo histórico eliminó los dos defectos principales de todas las teorías
sociológicas premarxistas, que, en primer lugar, eran idealistas, pues se limitaban
al examen de los motivos ideológicos de la actividad humana y no investigaban las
causas materiales que los engendraban y, en segundo lugar, estudiaban en lo
fundamental tan sólo el papel de las personalidades destacadas en la historia, sin
prestar atención a las acciones de las masas populares, verdaderos artífices de la
historia. Al poner de relieve el condicionamiento material del proceso socio-histórico,
el materialismo histórico, en contraposición a las teorías materialistas vulgares, que
niegan el papel de las ideas, las instituciones y organizaciones políticas y otras,
subraya la influencia inversa y activa de éstas sobre la base que las ha engendrado
y revela el inmenso papel del factor subjetivo: las acciones de los hombres, clases
y partidos y el grado de conciencia y de organización de las masas. El materialismo
histórico repugna tanto el fatalismo como el voluntarismo. Los hombres mismos
hacen su historia, pero no la pueden hacer a su libre albedrío, pues cada nueva
generación actúa en determinadas condiciones objetivas, creadas antes de su
aparición. Estas condiciones y las leyes que actúan sobre su base brindan las
diversas posibilidades para la actividad de los hombres. La realización de estas
posibilidades y, por tanto, el curso real de la historia depende de los hombres, de
su actividad e iniciativa y del grado de organización y cohesión de las fuerzas
progresistas. Marx y Engels expusieron por vez primera los rasgos fundamentales
del materialismo histórico en la obra La Ideología Alemana. A la par que se
acumulan nuevas experiencias del desarrollo histórico, se desarrolla y enriquece
necesariamente el materialismo histórico, al igual que el marxismo en su conjunto.
Lenin ofreció un magnífico ejemplo de tal desarrollo. El materialismo histórico está
estrechamente ligado a las tareas de la lucha revolucionaria de clase del
proletariado, a las necesidades de la edificación del socialismo y del comunismo y
al desarrollo de las ciencias. En las condiciones actuales, el materialismo histórico
se enriquece gracias a los esfuerzos colectivos del PCUS, de los partidos
comunistas y obreros de otros países y de los científicos marxistas del mundo
entero.
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