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Universidad Mariano Gálvez de Guatemala

Campus de Villa Nueva


Lic. Yoser Adonaí Cano Torres
Filosofía
Psicología Clínica
Primer Semestre

Materialismo Histórico

Joel Stuardo lira de león 3028 – 18 -- 10781


Amy Sarai Guzmán Meléndez 3028 -- 18 -- 16493
El materialismo histórico, es una doctrina que se basa en las leyes que rigen la
evolución de la sociedad humana, esta se comienza a dar por las consecuencias de
los principios del materialismo dialectico con respecto a los fenómenos de la
sociedad.
Este fue descubierto por Marx, el cual fue su más grande hecho, “Así como Darwin
descubrió la ley de la evolución del mundo orgánico, Marx descubrió la ley de la
evolución de la historia humana; el hecho tan sencillo, pero oculto hasta entonces
bajo la maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber,
tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, &c.;
que por tanto la producción de los medios materiales inmediatos de vida y, por
consiguiente, la correspondiente fase de la evolución económica de un pueblo o de
una época son la base sobre la que se han desarrollado las instituciones estatales,
las concepciones jurídicas, el arte y también las ideas religiosas de los hombres,
con arreglo a la que por tanto deben explicarse y no al revés, como hasta entonces
se había venido haciendo”.
El materialismo histórico se enfoca en ver el desarrollo de la sociedad en el ámbito
material para la supervivencia del hombre, lo cual determina toda la vida social, con
la condición de una transición de un régimen social a otro, podemos decir que sin
producir materiales no existe sociedad alguna.
El hombre se ayuda de herramientas como el trabajo, técnicas, y proceso de
producción con ayuda de la naturaleza, obteniendo lo necesario para subsistir.
gracias al proceso de perfección la sociedad ha evolucionado y con la evolución de
esta se aprecia el cambio de la necesidad de producción material; las relaciones de
los hombres en el proceso de la producción, las relaciones de producción; cambiar
los regímenes económico-social.
Las teorías de Marx dejaron una teoría científica compleja y armónica, el cual
presenta como un sistema de vida social al crecer, se desarrolla más.

. Gracias a la teoría de Marx, “el caos y la arbitrariedad que imperaban en las


opiniones sobre la historia y sobre la política dejaron el puesto a una teoría científica
asombrosamente compleja y armónica, que revela cómo de un sistema de vida
social, al crecer las fuerzas productivas, se desarrolla otro más alto, cómo de la
servidumbre de la gleba, por ejemplo, nace el capitalismo” (Lenin). Descubrir en la
producción material el verdadero fundamento de toda la vida y de la evolución de la
Sociedad, permitió comprender por vez primera el gran papel creador que las masas
populares y trabajadoras desempeñan en la historia. La historia de la evolución
social fue comprendida por primera vez como “la historia de los propios productores
de bienes materiales, la historia de las masas trabajadoras, que son el factor
fundamental del proceso de producción y las que llevan a cabo la producción de los
bienes materiales necesarios para la existencia de la sociedad. Esto quiere decir
que la ciencia histórica, si pretende ser una verdadera ciencia, no debe seguir
reduciendo la historia del desarrollo social a los actos de los reyes y de los caudillos
militares, a los actos de los “conquistadores” y “avasalladores” de Estados, sino que
debe ocuparse, ante todo, de la historia de los productores de los bienes materiales,
de la historia de las masas trabajadoras, de la historia de los pueblos” (Stalin). En
dependencia del modo de producción existente, de la existencia material de la
Sociedad, se estructura también un determinado carácter histórico de todo el
régimen social, de las instituciones políticas, la manera de pensar de los hombres,
sus concepciones, ideas y teorías. La existencia social determina la conciencia
social. No es posible comprender correctamente la esencia de las instituciones
políticas, de las ideas y teorías, si se pierde de vista la base material de su origen:
la estructura económica de la vida de la Sociedad. No se puede comprender por
qué en una época determinada nacen unas instituciones e ideas, y otras en distinta
época, si se toman como punto de partida las propias instituciones e ideas y no el
modo de producción. Por ejemplo, las formas del Estado explotador (el Estado
esclavista, feudal y capitalista) siempre dependieron de la división de la sociedad
en clases: esclavistas y esclavos, feudales y siervos, burgueses y proletarios.
También las formas de la conciencia social (las concepciones políticas, la filosofía,
la ciencia, la religión, &c.), dependen siempre, en última instancia, de las relaciones
de producción imperantes entre los hombres, formas que cambian radicalmente al
cambiar el modo de producción, al cambiar el régimen económico. Al explicar el
origen y la dependencia de las instituciones políticas, ideas y teorías respecto del
modo de producción, la teoría del materialismo histórico no niega, ni mucho menos,
la importancia de las primeras en la vida de la Sociedad. Al contrario, el materialismo
histórico subraya su enorme papel social. Y con ello, difiere de raíz del materialismo
económico) (ver). Una vez surgidas, las instituciones e ideas políticas y sociales se
convierten en una fuerza que influye sobre las propias condiciones que las habían
engendrado. Actúan como fuerzas reaccionarias al servicio de los sectores y clases
atrasados de la Sociedad, frenan el desarrollo social; o bien, sirviendo a las clases
avanzadas y revolucionarias, impulsan ese desarrollo. El materialismo y el
historicismo consecuentes están íntima e indisolublemente unidos en la teoría del
materialismo histórico. Por eso, precisamente, con el descubrimiento de la teoría
del materialismo histórico, la ciencia social se ha convertido por vez primera en la
auténtica ciencia sobre las leyes que rigen la evolución de la Sociedad humana.

Diccionario filosófico marxista · 1946:205-207


Materialismo histórico, o concepción materialista de la historia
Doctrina del marxismo-leninismo sobre las leyes del desarrollo de la sociedad
humana. El materialismo histórico es una consecuente extensión de las
afirmaciones del materialismo dialéctico al estudio de los fenómenos sociales. Hasta
Marx, en la ciencia dominaba una concepción idealista de la historia. La formación
de la teoría del materialismo histórico está relacionada con el gran descubrimiento
hecho por Marx en la interpretación de la historia y de los acontecimientos históricos.

“A semejanza de cómo Darwin descubrió la ley del desarrollo del mundo orgánico,
Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana, aquel simple hecho,
oculto hasta los últimos tiempos por las acumulaciones ideológicas, de que los
hombres deben comer, beber, tener vivienda y vestirse, antes de estar en
condiciones de ocuparse de política, ciencia, arte, religión, &c.; de que, por
consiguiente, la producción de los medios materiales inmediatos de la existencia y,
con eso mismo, cada etapa dada del desarrollo económico de un pueblo o de una
época, forman la base sobre la cual se desarrollan las instituciones estatales, los
conceptos jurídicos, el arte y hasta las representaciones religiosas de determinados
hombres, por medio de cuya base debe ser todo ello explicado, y no al revés, cual
se hacía hasta el presente” (Engels).

El materialismo histórico ve en el desarrollo de la producción de los bienes


materiales necesarios para la existencia del hombre, la fuerza principal que
determina toda la vida social de los hombres y condiciona la transición de un
régimen social a otro. Ninguna sociedad puede existir sin producir bienes
materiales. Con la ayuda de los instrumentos de trabajo, de la técnica, el hombre,
en el proceso de la producción, actúa sobre la naturaleza y obtiene los objetos
necesarios para la vida. De la perfección y desarrollo de la producción material,
depende el progreso de la sociedad. Desde el tiempo en que el hombre se elevó
hasta el uso de los instrumentos y se convirtió en “animal que hace instrumentos”,
comienza la historia de la sociedad humana.

En el desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad, encuentra su expresión


el aumento del dominio del hombre sobre la naturaleza. Con el desarrollo de las
fuerzas productivas cambia, también, la segunda parte necesaria de la producción
material: las relaciones en que entran los hombres en la producción, las relaciones
de producción; así mismo cambia el régimen económico social. El cambio de las
formaciones económico-sociales en la historia –el régimen comunista primitivo, el
esclavista, el burgués, el socialista– es, ante todo, el cambio de unas relaciones de
producción por otras, más progresistas. Este cambio es siempre un efecto necesario
sujeto a leyes, del desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad. El
afianzamiento de las nuevas relaciones de producción y de los regímenes
económicos que, necesariamente aparecen con el desarrollo de las fuerzas
productivas, se origina ordinariamente, por vía de un derrocamiento revolucionario
de las viejas relaciones de producción.

El extraordinario mérito de la teoría del materialismo histórico de Marx, consiste, por


consiguiente, en que esta teoría, ante todo, fijó su atención sobre las condiciones
objetivas de la producción material, las leyes económicas de la vida de la sociedad,
que son la base de toda la actividad histórica de los hombres. Gracias a la teoría de
Marx, “el caos y la arbitrariedad imperantes hasta entonces, en los conceptos sobre
la historia y la política, fueron sustituidos por una teoría asombrosamente sólida,
armónica y científica que demuestra cómo de un sistema de vida social, a
consecuencia del aumento de las fuerzas productivas, se desarrolla otro, más
elevado: de la servidumbre de la gleba, por ejemplo, surge el capitalismo” (Lenin).

El descubrimiento, en la producción material, de la verdadera base de toda la vida


y desarrollo de la sociedad, permitió comprender en la historia por vez primera el
gran papel creador de las masas populares, de los trabajadores. La historia del
desarrollo social se entendió, por primera vez como “historia de los propios
productores de bienes materiales; historia de las masas trabajadoras, que son las
fuerzas fundamentales del proceso de la producción y realizan la producción de los
bienes materiales, necesarios para la existencia de la sociedad. Eso quiere decir,
que la ciencia histórica, si pretende ser una verdadera ciencia, no puede seguir
reduciendo más la historia del desarrollo social, a los actos de los reyes y de los
jefes militares, a los actos de los conquistadores y avasalladores de Estados, sino
que debe ocuparse, ante todo, de la historia de los productores de los bienes
materiales, de la historia de las masas trabajadoras, de la historia de los pueblos”
(Curso de historia).

Dependiendo del modo de producción existente, de la vida material de la sociedad,


se forma un determinado carácter histórico de todo régimen social, de las
instituciones políticas, de la forma del pensamiento de los hombres, sus conceptos,
ideas y teorías. La existencia social determina la conciencia social. No se puede
comprender justamente la esencia de las instituciones políticas, de las ideas y de
las teorías, si se olvida la base material de su origen: el ordenamiento económico
de la vida de la sociedad.
No se puede comprender por qué en una época nacen unas instituciones e ideas y,
en otra, otras, si se parte de ellas mismas y no de los modos de producción. Las
formas, por ejemplo, del estado explotador (esclavista, feudal, capitalista), han
dependido, siempre, de la división de la sociedad en clases: amos y esclavos,
señores y siervos, burguesía y proletariado. Las formas de la conciencia social (los
conceptos políticos, la ciencia, la religión, &c.), también dependen siempre, en
definitiva, de las relaciones de producción dominante entre los hombres, y cambian,
de modo radical, con las transformaciones en el modo de producción y en los
regímenes económicos.

Explicando el origen y la dependencia de las instituciones políticas, ideas y teorías,


del modo de producción, la teoría del materialismo histórico de ninguna manera
niega su importancia en la vida de la sociedad. Con esto, el materialismo histórico
difiere, de raíz del materialismo económico (ver). Una vez surgidas, las instituciones
e ideas políticas y sociales se convierten, ellas mismas, en una fuerza que actúa
sobre las condiciones que las han engendrado. Ellas, o detienen el desarrollo social,
como fuerzas reaccionarias que sirven a las capas y clases atrasadas de la
sociedad, o impulsan ese desarrollo adelante, sirviendo a las clases revolucionarias
avanzadas. El materialismo y el historicismo consecuentes están unidos, estrecha
e indisolublemente, en la teoría del materialismo histórico. Precisamente por eso,
con el descubrimiento de la teoría del materialismo histórico, la ciencia social, por
vez primera, se convirtió en una auténtica ciencia de las leyes del desarrollo de la
sociedad humana.

Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:71-73

Materialismo histórico o concepción materialista de la historia


Extensión de los principios del materialismo dialéctico al estudio de la vida social;
aplicación de esos principios a los fenómenos sociales; ciencia de las leyes
generales de la evolución social.

Antes de Marx, dominaba en la ciencia la concepción idealista de la historia. La


teoría del materialismo histórico es el fruto del gran descubrimiento que hizo Marx
en la interpretación de la historia. “Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo
de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana:
el hecho tan sencillo, pero oculto hasta él bajo la maleza ideológica, de que el
hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de
poder hacer política, ciencia, arte, religión, &c.; que, por tanto, la producción de los
medios de vida inmediatos, materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase
económica de desarrollo de un pueblo o de una época es la base a partir de la cual
se han desarrollado las instituciones políticas, las concepciones jurídicas, las ideas
artísticas e incluso las ideas religiosas de los hombres y con arreglo a la cual deben,
por tanto, explicarse; y no al revés, como hasta entonces se había venido haciendo”
(Engels, “Discurso ante la tumba de Marx”, en Marx/Engels, Obras escogidas, t. II,
p. 155, Ed. esp., Moscú, 1952).

El desarrollo de los modos de producción de los bienes materiales (ver), necesarios


a la existencia del hombre, tal es la fuerza esencial que determina toda la vida social
y condiciona el pasaje de un régimen social a otro. Ninguna sociedad puede existir
sin producir bienes materiales. Con ayuda de los instrumentos de trabajo, el hombre
obra sobre la naturaleza y se procura lo que le hace falta. De la evolución de la
producción material depende el progreso de la sociedad. La historia de la sociedad
comienza a partir del instante en que el hombre llegó a fabricar y utilizar
instrumentos de producción. Cuanto mayor es el nivel de las fuerzas productivas
(ver), mayor es el dominio del hombre sobre la naturaleza. Conjuntamente con el
progreso de las fuerzas productivas, cambia el segundo aspecto de la producción
material: las relaciones de producción (ver), y se transforma el régimen económico
y social. Las nuevas relaciones de producción que surgen sobre la base de las
fuerzas productivas y que les corresponden plenamente, constituyen la condición
principal y decisiva que determina el auge continuo e impetuoso de las fuerzas
productivas. La sucesión de formaciones económicas y sociales en la historia (la
comuna primitiva, la esclavitud, el feudalismo, el capitalismo, el socialismo) significa
la substitución de relaciones de producción dadas por relaciones de producción más
progresivas. Esta sucesión es siempre la consecuencia necesaria de la ley del
desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad. El establecimiento de nuevas
relaciones de producción se efectúa generalmente por medio del derrocamiento
revolucionario de las viejas relaciones.

El mérito de Marx y de Engels, por consiguiente, consiste en haber fijado la atención,


ante todo, en las leyes económicas de la vida social, en las condiciones objetivas
de la producción material, base de toda la actividad histórica de los hombres. Con
el materialismo histórico, “…el caos y la arbitrariedad que imperaban en las
opiniones sobre la historia y sobre la política, cedieron su puesto a una teoría
científica asombrosamente completa y armónica, que revela cómo de una forma de
vida social se desarrolla, al crecer las fuerzas productivas, otra más alta, cómo de
la servidumbre de la gleba, por ejemplo, nace el capitalismo” (Lenin, “Tres
fuentes…”, en Obras escogidas, t. I, p. 67, Ed. esp., Moscú, 1948).
El materialismo histórico terminó de una vez por todas con las teorías idealistas para
las cuales la historia de la sociedad era el resultado de la actividad desordenada y
arbitraria de los individuos, la resultante de las voluntades y de los deseos de los
hombres. La evolución de la sociedad, como la de la naturaleza, no está
determinada por deseos subjetivos, sino por leyes objetivas que no dependen ni de
la voluntad ni de la conciencia de los hombres. Éstos pueden descubrir las leyes
objetivas, estudiarlas, conocerlas, tenerlas en cuenta en sus actos, utilizarlas en su
interés, limitar la acción de algunas y dar libre curso a otras, pero no pueden
modificarlas o abolirlas. Y menos aun, crear nuevas. El inmenso significado del
materialismo histórico, reside en que ha descubierto y explicado las leyes del
desarrollo social y que ha pertrechado así al proletariado y a su partido con el
conocimiento de las vías que conducen a la transformación revolucionaria de la
sociedad. Como lo señala Lenin, la concepción materialista de la historia ha
reducido las acciones de los individuos a las acciones de las clases, cuya lucha
determina el desarrollo de la sociedad.

La producción material es, pues, el fundamento de la vida y del devenir de la


sociedad. Este descubrimiento revela el gran papel creador de las masas
trabajadoras en la historia, y así quedó demostrado que la historia del desarrollo
social es la historia de los productores inmediatos, de las masas trabajadoras,
fuerzas esenciales en la producción de bienes materiales, indispensable a la
existencia de la sociedad.

El modo de producción, la vida material de la sociedad condiciona el carácter de un


régimen social, de las instituciones políticas, la mentalidad de los hombres, sus
opiniones, sus ideas, sus teorías. La existencia social determina la conciencia
social. Imposible comprender la esencia de las instituciones políticas, de las ideas,
de las teorías, si se olvida su origen material: el régimen económico de la sociedad.
Imposible comprender por qué en tal época aparecen tales instituciones políticas e
ideas, por qué en otra época aparecen otras, si se parte de las propias instituciones
políticas e ideas, y no de la base económica (Ver Base y superestructura). La
conciencia social –opiniones políticas, concepciones del derecho y del arte, filosofía,
religión y otras formas de ideología– está en función de las relaciones de producción
dominantes, y cambia radicalmente con la transformación de la base, del régimen
económico. Aunque mostrando que las instituciones políticas, las ideas, las teorías,
extraen su origen y dependen de la base, la teoría del materialismo histórico no
niega en absoluto la importancia considerable de aquéllas en la vida social. En
oposición al materialismo económico que reduce a nada el papel de las ideas, el
materialismo histórico subraya su papel inmenso. Una vez surgidas, las instituciones
sociales y políticas así como las ideas, se convierten ellas mismas en una fuerza
que actúa sobre las condiciones que las han engendrado. O bien frenan el desarrollo
social desempeñando el papel de fuerzas reaccionarias que sirven a las capas y
clases retardatarias de la sociedad, o bien contribuyen al progreso sirviendo a las
clases avanzadas, revolucionarias.

Gracias al materialismo histórico, la ciencia de la sociedad se ha convertido en una


ciencia exacta comparable a la biología. El materialismo histórico tiene una gran
importancia para la actividad práctica del partido comunista. Para no equivocarse
en política, el partido del proletariado debe fundar su acción no en principios
abstractos, los “principios de la razón humana”, sino en las condiciones concretas
de la vida material, en las necesidades reales de la sociedad.

En el prólogo de su obra Contribución a la crítica de la Economía Política, Marx


formuló la esencia del materialismo histórico: “…en la producción de su vida, los
hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su
voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de
desarrollo de sus formas productivas. El conjunto de estas relaciones de producción
forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta
la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas
de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el
proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del
hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social lo que determina
su conciencia. Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas
productivas materiales de la sociedad chocan con las relaciones de producción
existentes, o, lo que no es sino la expresión jurídica de esto, con las relaciones de
propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de
desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas
suyas. Y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica,
se revoluciona, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida
sobre ella. Cuando se estudian esas revoluciones, hay que distinguir siempre entre
los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y
que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas
jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra, las formas
ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por
resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él
piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de revolución por su
conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las
contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas
productivas sociales y las relaciones de producción. Ninguna formación social
desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben
dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes
de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno
de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre
únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos
siempre que estos objetivos sólo brotan cuando ya se dan o, por lo menos, se están
gestando, las condiciones materiales para su realización” (Marx, Op. cit., en
Marx/Engels, Obras escogidas, t. I, p. 332, Ed. esp., Moscú, 1951).

La teoría del materialismo histórico, creada por Marx y Engels, fue desarrollada y
enriquecida por Lenin y Stalin, gracias al análisis de las nuevas condiciones
históricas en la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias, en la época
de la edificación del socialismo.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:337-339

Materialismo histórico
Parte componente de la filosofía marxista-leninista; ciencia que investiga las leyes
generales del desarrollo de la sociedad humana y las formas de su realización en la
actividad histórica de los hombres. El materialismo histórico es la sociología
científica, proporciona la base teórica y metodológica de las investigaciones
sociológicas concretas y de todas las ciencias sociales. Los filósofos premarxistas,
sin excepción, incluidos los materialistas, eran idealistas en la concepción de la vida
social, pues no pasaban de observar el hecho de que, a diferencia de lo que sucede
en la naturaleza, donde actúan fuerzas ciegas, en la sociedad actúa el hombre, ser
consciente que se rige en su hacer por estímulos ideales. Acerca de este particular
indicaba Lenin que la idea misma del materialismo en sociología había sido una idea
genial (véase t. I, pág. 121). La creación del materialismo histórico significó un
cambio radical en el desarrollo del pensamiento social. Permitió, por una parte,
aplicar consecuentemente la concepción materialista al mundo en su conjunto, no
sólo a la naturaleza, sino, también, a la sociedad. Por otra parte permitió descubrir
la base de la vida social y las leyes que determinan su desarrollo lo mismo que, por
consiguiente, el desarrollo de todas las demás facetas de la vida social,
determinadas por la base material indicada. Subrayaba Lenin (t. 1, pág. 120) que
Marx había elaborado su idea fundamental sobre el proceso histórico-natural del
desarrollo de la sociedad destacando de las distintas esferas de la vida social la
económica; de todas las relaciones sociales, las relaciones de producción como
fundamentales y determinantes de todas las demás relaciones. Después de tomar
como punto de partida el hecho fundamental de toda sociedad humana: el modo de
obtener los medios de vida, el marxismo puso en conexión con él aquellas
relaciones en las que los hombres entran en el proceso de producción de su vida, y
en el sistema de estas relaciones de producción vio el fundamento –la base real de
cada sociedad determinada– el que se reviste de superestructuras político-jurídicas
y de diversas corrientes del pensamiento social. Cada sistema de relaciones de
producción, surgido en un determinado estadio del desarrollo de las fuerzas
productivas, está subordinado a las leyes que rigen la aparición, el funcionamiento
y el paso a la forma superior, tanto a leyes que son generales para todas las
formaciones, como a las que son especiales, propias sólo de una formación dada.
Las acciones humanas en los límites de cada formación económico-social –
infinitamente diversas, individualizadas, no susceptibles, al parecer, de cálculo ni
sistematización alguna– fueron generalizadas y reducidas a las acciones de las
grandes masas, a las acciones de las clases sociales en la sociedad dividida en
clases; masas y clases que, con sus actos, realizan las necesidades que han
madurado del desarrollo social. El descubrimiento del materialismo histórico acabó
con dos insuficiencias capitales de todas las teorías sociológicas premarxistas, las
cuales, en primer lugar, eran idealistas, dado que se limitaban al estudio de los
motivos ideológicos de la actividad humana sin investigar a qué se debían tales
motivos, qué causas materiales los engendraban; en segundo lugar, tomaban en
consideración únicamente el papel de las personalidades históricas descollantes sin
abarcar la acción de las masas populares, auténticas creadoras de la historia. El
materialismo histórico ha descubierto el carácter materialmente condicionado del
proceso histórico-social, y en contraposición a las teorías del materialismo vulgar –
que niegan el papel de las ideas, de las instituciones y organizaciones políticas y de
otras clases–, subraya su activa influencia inversa sobre la base material que las ha
engendrado. El materialismo histórico constituye el fundamento histórico-científico
del marxismo, que arma a los partidos marxistas-leninistas, a la clase obrera y a los
trabajadores todos con el conocimiento de las leyes objetivas del desarrollo de la
sociedad, les permite comprender la importancia del factor subjetivo –la conciencia
y organización de las masas, sin lo cual es imposible la realización de las leyes de
la historia. Los rasgos fundamentales del materialismo histórico fueron expuestos
por primera vez por Marx y Engels en su trabajo La ideología alemana. Se da una
formulación genial de la esencia de esa parte del marxismo en el prefacio de la
Contribución a la crítica de la economía política (1859). Pero el materialismo
histórico se convirtió en “sinónimo de ciencia social” sólo cuando El Capital vio la
luz (véase Lenin, t. 1. pág. 125). A medida que la historia avanza y se va
acumulando nueva experiencia del desarrollo histórico, también se desarrolla y
enriquece, necesariamente, el materialismo histórico, así como el marxismo en su
conjunto. Lenin dio un magnífico ejemplo de este desarrollo en la época del
imperialismo, de las revoluciones proletarias. En la época actual, época del tránsito
del capitalismo al socialismo, cuando en la U.R.S.S. se ha planteado ya
prácticamente el problema de la edificación de la sociedad comunista en todo el
frente, la generalización de la nueva experiencia del movimiento comunista mundial
y, en particular, de la experiencia de la lucha por el comunismo en la U.R.S.S., se
da en el nuevo Programa del Partido, adoptado en el XXII Congreso del P.C.U.S.
En el programa se encuentra desarrollada la teoría de la formación económico-
social, después de haber formulado la caracterización concreta de la formación
comunista, las leyes a que obedecen su formación y desarrollo; también se
profundiza la teoría sobre el Estado, sobre el Partido y muchas otras cuestiones. El
Programa del P.C.U.S. proporciona al pueblo soviético el plan claramente delineado
de la edificación de la sociedad comunista, plan que comprende una triple tarea:
crear la base material y técnica del comunismo, formar relaciones sociales
comunistas y educar al hombre de la sociedad comunista.

Diccionario filosófico · 1965:302-304

Materialismo histórico
Parte integrante de la filosofía marxista-leninista y ciencia filosófica sobre la
sociedad, que resuelve de modo materialista el problema fundamental de la filosofía
aplicado a la historia y que investiga sobre esta base las leyes sociológicas
generales del desarrollo histórico y las formas de su realización en la actividad de
los hombres. El materialismo histórico constituye la base teórica y metodológica de
la sociología y demás ciencias sociales. Todos los filósofos premarxistas,
comprendidos los materialistas, eran idealistas en la intelección de la vida social,
pues se limitaban a constatar el hecho de que, a diferencia de la naturaleza, donde
actúan fuerzas ciegas, en la sociedad actúan los hombres, seres conscientes, que
se guían en su proceder por motivos ideales. El surgimiento del materialismo
histórico constituyó una revolución radical en el desarrollo del pensamiento social.
Por una parte, permitió enfocar de modo consecuentemente materialista el mundo
en su conjunto, no sólo la naturaleza, sino también la sociedad, y por la otra,
descubrir la base material de la vida social y las leyes que determinan su desarrollo.
Marx formuló su idea principal sobre el proceso histórico-natural del desarrollo de la
sociedad, destacando la esfera económica de las diversas esferas de la vida social,
y de todas las relaciones sociales, las relaciones de producción, como principales y
determinantes entre las demás relaciones. Tomando como punto de partida el
hecho principal para toda sociedad humana –la obtención de los medios de vida–,
el marxismo vinculó con este hecho las relaciones que los individuos contraen en el
proceso de inducción de su vida, y advirtió en el sistema de estas relaciones de
producción la base real de cada sociedad determinada, la cual se reviste de
superestructuras jurídico-políticas y diversas formas del pensamiento social. Cada
sistema de relaciones de producción, que surge en determinado grado de desarrollo
de las fuerzas productivas, se subordina tanto a las leyes del surgimiento,
funcionamiento y tránsito a una forma superior, comunes a todas las formaciones
sociales, como a las específicas, inherentes sólo a una de ellas. Las acciones de
los individuos en el marco de cada formación socio-económica –infinitamente
diversas, individualizadas y, al parecer, no sujetas a registro alguno ni a
sistematización– fueron sintetizadas y reducidas a las acciones de las grandes
masas; en la sociedad dividida en clases, a las acciones de las clases que realizan
en ellas las necesidades maduras del desarrollo social. El descubrimiento del
materialismo histórico eliminó los dos defectos principales de todas las teorías
sociológicas premarxistas, que, en primer lugar, eran idealistas, pues se limitaban
al examen de los motivos ideológicos de la actividad humana y no investigaban las
causas materiales que los engendraban y, en segundo lugar, estudiaban en lo
fundamental tan sólo el papel de las personalidades destacadas en la historia, sin
prestar atención a las acciones de las masas populares, verdaderos artífices de la
historia. Al poner de relieve el condicionamiento material del proceso socio-histórico,
el materialismo histórico, en contraposición a las teorías materialistas vulgares, que
niegan el papel de las ideas, las instituciones y organizaciones políticas y otras,
subraya la influencia inversa y activa de éstas sobre la base que las ha engendrado
y revela el inmenso papel del factor subjetivo: las acciones de los hombres, clases
y partidos y el grado de conciencia y de organización de las masas. El materialismo
histórico repugna tanto el fatalismo como el voluntarismo. Los hombres mismos
hacen su historia, pero no la pueden hacer a su libre albedrío, pues cada nueva
generación actúa en determinadas condiciones objetivas, creadas antes de su
aparición. Estas condiciones y las leyes que actúan sobre su base brindan las
diversas posibilidades para la actividad de los hombres. La realización de estas
posibilidades y, por tanto, el curso real de la historia depende de los hombres, de
su actividad e iniciativa y del grado de organización y cohesión de las fuerzas
progresistas. Marx y Engels expusieron por vez primera los rasgos fundamentales
del materialismo histórico en la obra La Ideología Alemana. A la par que se
acumulan nuevas experiencias del desarrollo histórico, se desarrolla y enriquece
necesariamente el materialismo histórico, al igual que el marxismo en su conjunto.
Lenin ofreció un magnífico ejemplo de tal desarrollo. El materialismo histórico está
estrechamente ligado a las tareas de la lucha revolucionaria de clase del
proletariado, a las necesidades de la edificación del socialismo y del comunismo y
al desarrollo de las ciencias. En las condiciones actuales, el materialismo histórico
se enriquece gracias a los esfuerzos colectivos del PCUS, de los partidos
comunistas y obreros de otros países y de los científicos marxistas del mundo
entero.

Dic

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