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Cátedra: Psicología y Educación

Prof. Patricia Pighin

Autor: Juan Ignacio Pozo.


Obra: Teorías cognitivas del aprendizaje. Capítulo II.

El conductismo como programa de investigación

 La revolución conductista y la consolidación del movimiento


Tras el manifiesto conductista de Watson (1913) un fantasma recorrió Norteamérica y en muy pocos años, antes de disponer siquiera de
una teoría que la avalara, la revolución conductista había triunfado. Entroncada con una tradición empirista y pragmática, la propuesta de
Watson era, ante todo, metodológica. Contra el abuso de la introspección y los métodos subjetivistas, Watson propone hacer una
psicología objetiva y antimentalista, cuyo objeto debe ser la conducta observable controlada por el ambiente. Su propuesta es aceptada,
pero Watson carece de elementos teóricos para desarrollarla. Por eso recurre a los trabajos de Pavlov sobre los reflejos condicionados,
estableciendo así el condicionamiento como paradigma experimental del conductismo. No se llega a conformar una teoría unitaria de la
conducta, es decir no se proporciona un núcleo conceptual al conductismo, favoreciendo la dispersión teórica y conviviendo diez clases de
conductismos.
Se entra entonces en una nueva fase: el neoconductismo. Ya se sabía que había que estudiar lo observable; ahora sólo faltaba saber lo
que había que observar. Los neoconductistas eran partidarios del modo positivista de hacer ciencia.

 El núcleo central del programa conductista


El núcleo central del conductismo está constituido por su concepción asociacionista del conocimiento y del aprendizaje. Situado en la
tradición del asociacionismo que nace con Aristóteles, el conductismo comparte la teoría del conocimiento del empirismo inglés, cuyo
máximo exponente es Hume. Según Hume, el conocimiento humano está constituido exclusivamente de impresiones e ideas. Las
impresiones serían los datos primitivos recibidos a través de los sentidos, mientras que las ideas serían copias que recoge la mente de esas
mismas impresiones, que perdurarían una vez desvanecidas éstas. El origen del conocimiento serían las sensaciones, hasta el punto de que
ninguna idea podría contener información que no hubiera sido recogida previamente por los sentidos. Pero las ideas no tienen valor en sí
mismas. El conocimiento se alcanza mediante la asociación de ideas según los principios de semejanza, contigüidad espacial y temporal y
causalidad.
Estos principios de la asociación serán el núcleo central de la teoría psicológica del conductismo. Dado que inicialmente somos una
tabula rasa y todo lo adquirimos del medio por mecanismos asociativos, el lógico que el conductismo tomara como área fundamental de
estudio el aprendizaje: la estructura de la conducta: sería una copia isomórfica de las contingencias o covariaciones ambientales. Para
estudiar cómo se establecen esas asociaciones, nada mejor que elegir un organismo simple en una situación simple: la rata o la paloma en
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una caja trucada o en un laberinto. La descontextualización y simplificación de las tareas son características de todo enfoque
asociacionista.
Uno de los rasgos que con más frecuencia suelen considerarse como constitutivos del programa conductista es el reduccionismo
antimentalista, es decir, la negación de los estados y procesos mentales. El conductismo rechaza el uso de la introspección, no la propia
existencia de la mente y ni siquiera su estudio, siempre que se haga por métodos objetivos. La mente, de existir, es necesariamente una
copia de la realidad, un reflejo de ésta y no al revés. Este es el principio de correspondencia. Al asumir este principio, es obligado, desde el
conductismo, negar la eficacia causal de los estados mentales, por lo que el control de la conducta sigue residiendo en el medio. Un rasgo
esencial del conductismo, como corriente asociacionista, es su anticonstructivismo.
Cuando se considera al conductismo una teoría E (estímulo) – R (respuesta), lo que se está haciendo es señalar su carácter atomista y
elementista, por lo que toda conducta, por compleja que sea, es reducible a una serie de asociaciones, entre elementos simples, en este
caso, estímulos y respuestas.
Otro de los rasgos es su ambientalismo: el conductismo, como enfoque asociacionista y mecanicista, sitúa el principio motor de la
conducta fuera del organismo. El aprendizaje siempre es iniciado y controlado por el ambiente.
Otro de los atributos potenciales del conductismo es el carácter pasivo del organismo, que se limita a responder a las contingencias
ambientales. El aprendizaje no es una cualidad intrínseca al organismo, sino que necesita ser impulsado desde el ambiente.
Otro de los rasgos es la equipotencialidad: las leyes del aprendizaje son igualmente aplicables a todos los ambientes, especies e
individuos. Sólo existe una única manera de aprender: la asociación. Toda situación de aprendizaje estará controlada únicamente por las
leyes formales de la asociación, sin que el “contenido” de los términos asociados afecte al aprendizaje. Esto justifica el uso de tareas
arbitrarias y alejadas de los contextos naturales a los que luego han de aplicarse sus conclusiones. El conductismo ha despreciado
habitualmente las diferencias individuales. Todas las tabulas rasas se parecen. Niega un valor funcional al organismo, como especie o
como individuo, en el proceso de aprendizaje. El conductismo carece de sujeto.
 La crisis del conductismo
El conductismo fue incapaz de elaborar una teoría unitaria del aprendizaje. El programa conductista se hallaba escasamente preparado
para afrontar la irrupción de un nuevo enfoque psicológico, el procesamiento de la información que, amparado en la revolución
tecnológica promovida por la segunda Guerra Mundial, ofrecía la promesa de recuperar para la psicología todos aquellos procesos
mentales que habían estado hibernados durante la larga glaciación conductista.
La crisis del conductismo fue consecuencia de su propio desorden interno. Muchas de sus anomalías existían desde los primeros
tiempos del conductismo, pero el éxito global del programa había hecho que se considerasen irrelevantes o que se atribuyesen a defectos
en los procedimientos experimentales.
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Aristóteles
Corriente Filosófica Empirismo Hume

Teorías asociacionistas

Concepción asociacionista del


conocimiento y del aprendizaje
Conductismo Watson Propuesta Basamento
constituido por impresiones Metodológica teórico
e ideas Pavlov
sensaciones No conforma una Psicología
teoría unitaria antimentalista y objetiva
asociación de ideas aprendizaje en ratas, perros, palomas
- conducta observable organismos simples
Principios controlada por el ambiente.
- negación de los procesos carácter atomista toda conducta puede
Semejanza contigüidad espacial causalidad. mentales a una serie de asociaciones E-R
y temporal - ambientalismo equipotencialidad
 inicialmente somos tabula rasa
 todo lo adquirimos del medio por mecanismos asociativos
 estudia la estructura de la conducta: copia isomórfica de las contingencias o covariaciones
ambientales.
 descontextualización y simplificación de las tareas
 rechaza el uso de la introspección. La mente, de existir, es necesariamente una copia de la
realidad.
 anticonstructivismo.
 El aprendizaje siempre es iniciado y controlado por el ambiente (ambientalismo)
 carácter pasivo del organismo , que se limita a responder a las contingencias ambientales. El
aprendizaje no es una cualidad intrínseca al organismo, sino que necesita ser impulsado desde el
ambiente. Carece de sujeto. No se tienen en cuenta diferencias individuales.

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