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UNIVERSIDAD MONTRER

MESTRÍA EN PSICOTERAPIA PSICOANALÍTICA

MATERIA: Técnica Psicoanalítica V

Título del trabajo: Trastornos de carácter y psicoanálisis

Profesor: Andrea Murguía Palmerín

Alumno: Andrés Felipe Ahumada González


Trastornos de carácter y psicoanálisis
Análisis Del Carácter Anal Del Hombre De Los Lobos

En este escrito me enfocare en el texto de Freud, el hombre de los lobos, pero con un
análisis del carácter, y como escrito es pionero en las investigaciones posteriores a los
trastornos de carácter. El análisis del carácter anal sobre el caso expuesto por Freud
(1979) se establece una estrecha relación con algunas experiencias y emociones
vividas en la infancia en cuanto a la dinámica relacional familiar, cabe precisar otra
relación entre el inconsciente y el cuerpo, debido a una inserción del significante con el
cuerpo erógeno, no solamente reduciéndose al aspecto biológico, sino también de la
construcción subjetiva del cuerpo, por lo cual los síntomas neuróticos puede existir un
dolor físico o enfermedad, de este modo se simboliza el conflicto inconsciente (Lacan,
1984).

Partiendo del motivo de consulta, en donde se evidencian afecciones


intestinales, cuyas características incluyen: defecación dos veces a la semana
solamente con purgas o lavados, evacuaciones esporádicas intestinales, solo si había
excitación de algún tipo; cuestiones que se encuentran impactando la vida del
analizado, considerando ello y al explorar dichos síntomas como mensajes ignorados
que han sido acumulados durante su vida, siendo expresados simbólicamente en el
cuerpo (Chemama, 1996; Coderch, 2013; Dor, 2006; Laplanche y Pontalis,1996), cuya
representación planteaba una carga emocional fuerte asociada a algunas escenas.

Considerando lo anterior, el psiquismo de los seres humanos se ve cimentado en


sus primeras experiencias durante su desarrollo psicosexual, donde se encuentran la
génesis de la psicopatología y sus respectivos síntomas, por ende, es necesario
explorar el porqué de los mismos, pues es ahí donde realmente se puede ayudar a una
persona; cuestión evidente en este caso, donde se pueden vislumbrar asociaciones
entre los síntomas de este caso y la fase anal (Bruno y Pacchioni, 2013).

Dentro de este contexto, en el hombre de los lobos se destacan algunas escenas


que consideramos esenciales en la estructuración del carácter anal de éste personaje,
destacando una fuerte asociación de este carácter con la rigidez, la limpieza (cuando la
educación de esfínteres es prematura) o suciedad, desorden, terquedad e
irresponsabilidad exagerada (cuando se realiza la educación de los esfínteres tardía), el
orden compulsivo, avaricia (afán de retener), conflictos con la autoridad, hostilidad,
rebeldía, conducta sádica y consideración de los otros como objeto (Freud, 1971;
Freud, 1997; Díaz, 2002; Freist, Feist y Roberts, 2014; Laplanche y Pontalis, 1996); allí
es evidente que se dá la formación reactiva como un interés inconsciente por lo sucio,
perturbador o repulsivo según su estructura psíquica (Freud, 1908).

Las primeras manifestaciones de esta formación del carácter anal en el sujeto,


fueron fantasías sádo-masoquistas, producido por la castración, revelándose en el
análisis que este tipo de sueños era la representación reprimida de la escena originaria,
interpretándose como un acto violento y traumático, incidiendo en la formación del
carácter (Freud, 1905; 1979).

El complejo de edipo es vivenciado por el paciente con ciertas particularidades,


su madre como principal figura materna se muestra distante, quien asume su rol es la
Aya o Nana, el paciente experimentó erotización temprana en dos sentidos, el primero
la posible observación de la escena primaria, fuese real o imaginaria y el segundo, ante
la seducción de la hermana, dos años mayor, con quien en medio de un juego infantil lo
invitó a mostrarse la cola y posteriormente hubo tocamiento del miembro del paciente
por ésta, adicionalmente la afirmación de la hermana al indicar que la nana hacía lo
mismo con otros hombres, hizo que floreciera el interés del niño por satisfacer los
deseos del complejo de edipo con su nana, como figura materna representativa,
situaciones que propiciaron un escenario de sepultamiento anticipado del complejo de
edipo; no obstante, estos dos eventos marcaron la vida del paciente.

La escena originaria en sujeto genero una identificación con la madre en dos sentidos,
el primero fue la enfermedad intestinal como una constante queja, así mismo de
introyectar la asociación con la defecación, y en el segundo sentido encontrando en la
zona anal es un sustituto del órgano sexual femenino, en consecuencia predominó la
relevancia de este órgano como posible consecución del acto sexual con el padre,
conservando la moción tierna hacia la madre, en contraste con la moción sexualizada
dirigida al padre (Freud, 1905). Posteriormente esta pulsión fue sublimada por la
religiosidad a los cuatro años y medio, denotando la neurosis obsesivas, puesto que en
esta simbolización, se evidencia el conflicto inconsciente con el deseo dirigido al padre,
instalándose pensamientos recurrentes y hostiles encaminados a las ideas de
blasfemias a la figura de Dios, transformándose en un síntoma (Freud, 1907;Bruno y
Pacchioni, 2013).

Los tocamientos por parte de la hermana, conllevaron a acelerar el dinamismo psíquico


del paciente en la medida en que luego de estos tocamientos, el niño jugará con el
pene frente a la nana como una forma de seducción, ante lo cual ella le responde “los
niños que hacen eso reciben una herida”, propiciando la posibilidad de castración en su
psique, cuando apenas se supone que el niño estaba culminando la etapa anal, a los 3
años con 3 meses, lo cual implica un impacto directo en el proceso edípico y su
respectiva fijación anal al renegar el placer experimentado en su miembro, pero esto no
se quedó solo allí, dichos eventos motivaron sentimientos de suciedad y repugnancia
por la seducción y sensaciones experimentadas en su pene, las cuales fueron
manifestadas con ira ante la gobernanta cuando habló mal de la nana, como reflejo de
su hermana quien también lo hizo de cierta manera.

En este sentido, es de resaltar que según Freud (1924), para que se dé el


sepultamiento del complejo de edipo se deben dar algunas circunstancias en cuanto al
niño, por un lado, percibir la llegada de un niño, quien de cierta manera le quitaría el
amor de sus padres o por el otro experimentar una amenaza de castración que
generalmente es dada por alguna mujer, en concordancia con esto, vemos que en el
caso del hombre de los lobos, es esta última circunstancia la se da, ante la amenaza de
castración percibida por parte de la nana, lo que nos podría llevar a indicar que de
forma prematura el niño experimentó dicha amenaza, ante la descarga de excitación
sexual propia de las conductas onanistas o incluso del exhibicionismo dado en la etapa
fálica; hemos de adicionar en este punto que en la madre existía el deseo de otro bebé,
por ende, pudo haber experimentado sentimientos relacionados con ese deseo de la
madre, deseo que no podría satisfacer él con su presencia.

Continuando con el abordaje del complejo de edipo, es necesario recalcar que a partir
de las interacciones dadas durante las primeras etapas se realiza la elección de objeto
de amor, en medio de la resolución de éste complejo, que en el caso abordado el niño
efectúa una elección de objeto encaminada hacia la hermana, pues las muchachas de
quienes se enamoró tenían rasgos de su hermana e incluso uno de sus sueños denota
fantasías de contacto íntimo con ésta, no obstante, frente a la relación con ella se
experimentaba un conflicto relacionado con la competencia por el amor de los padres,
lo que implicaba que aunque ella fuese mayor, era evidente la rivalidad, y más aún en
cuanto el niño percibe preferencia de su padre por su hermana, por lo tanto, podríamos
afirmar que todo se relaciona, el niño ve a su hermana sin pene, experimenta la
amenaza de castración y percibe que su hermana es más amada que él, por ende,
podría cuestionarse ¿para ser amado debo no tener pene o estar castrado?.

Lo dicho hasta aquí, supone que como la satisfacción del complejo de edipo le costaría
el pene al niño, fuese por castración o por que si deseaba sustituir a la madre no debí
tener pene, se favorece un conflicto narcisista en relación al pene y con la investidura
libidinal de sus relaciones parentales (Freud, 1924), llevando a que el niño se extrañe
prematuramente de este complejo, reprimiendo el deseo de poseer a su nana como
figura materna, demostrado en el carácter anal desarrollado productos de dichas
vivencias; por ende las aspiraciones libidinosas (sexualizadas y sublimadas) que tiene
el niño para con su nana, luego de ser aseguradas contra el incesto en la génesis del
Superyó, facilitan la identificación con la madre, denotado por la activación de la zona
anal por el deseo de ser poseído por el padre, aunque conservando la ternura hacia
ésta al inhibir dichas aspiraciones.

Vemos que aunque la nana ejerce como figura materna representativa, su madre
biológica se torna bastante significativa en el proceso, sepultamiento y resolución
edípico, de hecho, se evidencia la identificación previamente mencionada en los
padecimientos experimentados por el paciente en su adultez, pues así como su madre
experimentaba una afección hipogástrica, éste también desarrolló afecciones
relacionadas.

Ahora bien, en cuanto a la estructura psíquica desarrollada por el paciente, vemos que
lo mencionado previamente es la base sobre la cual se fundamenta su personalidad,
conflictos y proceder, los deseos de hacerse amar por padre genera rivalidad con su
madre (por ser quien posee al padre y le puede dar hijos) y con su hermana (quien
aparentemente era la preferida del padre), es así que el niño busca compensar ese
regalo que le puede dar la madre (hijo) con las heces lo cual denotaría un significado
similar, al ser algo propio a lo que se renuncia, dándoselo como obsequio a su padre;
cuestión que por la formación reactiva experimentada se niega inconscientemente a
excretarla esporádicamente en su adultez a menos de que experimente algún placer o
excitación, como si estuviese reteniendo ese regalo solo para su padre.

En este sentido y cotejando lo planteado por Freud (1908) en cuanto a la relación entre
la caca y el dinero, vemos conductas retentivas como las manifiestas por su intestino,
en donde aún teniendo dinero, no ayudó a un familiar necesitado, hay celos por el
hecho de que el padre le de dinero a su hermana, como si le diera su amor a su
hermana y no a él, como si ella si pudiera tener comercio con él y en pago de ello
obtuviese el dinero fluidamente, cuestión opuesta a como seguramente lo percibía
hacia él; cierta satisfacción fue evidente ante el suicidio de su hermana, evento ante el
cual plantea haber experimentado poco dolor y de cierta forma alguna alegría, pues el
dinero o herencia ahora solo le pertenecía a él, como si eso fuese a compensar el amor
dado a su hermana muerte y que él percibió que le negaron a él, como cierto trasfondo
homosexual que fue enmascarado en avaricia, por último, e igual de significativo se
encuentra lo percibido en cuanto al dinero luego del fallecimiento del padre, al embestir
con reproches a su madre indicando que ella prefería el dinero que a él; todo esto
evidencia una necesidad impresionante de hacerse amar por el padre, como si su
afecto se lo hubiera negado, como si de cierta manera nunca hubiese sido suficiente,
pues él sí tenía pene, a diferencia de su madre y hermana, por ende la repugnancia
experimentada en su infancia era reflejada hacia el pene, por el hecho de tenerlo, como
si fuese un obstáculo para obtener el afecto del padre.

Otro aspecto relevante de este caso clínico, fue observar cómo se constituye el superyó
como heredero del complejo de edipo, además como a lo largo de la vida el sujeto
reprime los contenidos que provocan culpa, y a su vez cómo tramitan estos
sentimientos, mediante la sublimación, siendo el componente religioso, pero cuando
este perdió su efecto por su raciocinio, decidió volcarse a lo militar, continuando la
búsqueda del sustituto del padre, siendo esta más satisfactoria, estando en un
ambiente totalmente controlado, de igual manera, se establecen relaciones de
dominancia y sumisión, caracterizado por la legitimación de conductas
sadomasoquistas, estableciéndose de una forma clara el carácter anal.

Este análisis se hace a partir de las concepciones Freudianas, estableciendo al inicio


dos grandes categorías diagnósticas: neurosis y psicosis. Sin embargo, se valoró
posteriormente la necesidad de contemplar un tercer cuadro, con características de
ambos pero con diferente funcionamiento y estructura: los trastornos de personalidad.
Ya Freud trabajó con pacientes que actualmente podrían encuadrarse dentro de esta
categoría, pero que no diagnosticó como tales. Encontramos esto en su famoso caso
clínico "El hombre de los lobos" (1914), conocido así por el sueño que el paciente tuvo
aproximadamente a los 4 años. A este paciente el autor lo diagnostica de neurosis
obsesiva de curación incompleta, pese a su autocrítica de no poder encuadrar su origen
entre los "tipos de enfermedadneurótica", enfermando por una "frustración narcisista";
recordemos que la neurosis es una patología edípica.

Además, se puede rastrear el concepto de psicopatía en las perversiones y su obra


"Fetichismo" (1927), con la consideración de una actitud contradictoria: el fetiche para
Freud es la repudiación y aceptación de la castración. La percepción de la imagen de la
mujer castrada se ha conservado, pero a la vez se ha puesto en marcha una acción
para mantenerla repudiada o renegada, por lo que hay conflicto. En su obra póstuma,
"Escisión del yo en el proceso de defensa" (1938) menciona la escisión del yo como el
mecanismo para mantener separados estados afectivos contradictorios.

Actualmente, estos cuadros se han estudiado ampliamente desde los diferentes marcos
teóricos dentro de la Psicología y la Psiquiatría actual. Se han considerado desde una
perspectiva psicoanalítica, estudiando su etiología, desencadenantes, evaluación,
tratamiento y pronóstico.

Uno de los autores que más ha estudiado los trastornos de caracter, y sistematizado su
evaluación y tratamiento, ha sido Otto Kernberg, autor austriaco y cuyo trabajo ha
desarrollado en Nueva York. Ha intentado integrar la escuela kleiniana y la Psicología
del Ego, siendo discípulo de Melanie Klein (iniciadora de la escuela de las relaciones
objetales). Su "Teoría de las Relaciones Objetales Internalizadas" se basa en "la
importancia de las más tempranas relaciones objetales internalizadas en la
determinación de las vicisitudes del conflicto intrapsíquico y las relaciones psíquicas"
(Kernberg, 1979).

También encontramos entre los autores principales a Kohut, contemporáneo de


Kernberg y que ha elaborado su trabajo en Chicago. Sus trastornos narcisistas son
similares a los trastornos fronterizos de Kernberg. Una de las diferencias básicas entre
ambos autores es que el primero sí considera que pueda utilizarse el tratamiento
psicoanalítico clásico en sus trastornos, mientras que el segundo elabora su propia
forma de tratamiento, que veremos más adelante: la terapia expresiva. El mérito de
Kohut ha sido instituir el narcisismo como una característica positiva dentro de la
personalidad.

REFERENCIAS

Bruno, M. y Pacchioni, M. (2013). Revisión sobre la concepción freudiana de la neurosis


obsesiva (1894-1926): Del trauma infantil al infantilismo de la sexualidad anal. Verba
Volant. Revista de Filosofía y Psicoanálisis, 3(1), 1-21.

Díaz Benjumea, M. D. (2002). Psicoanálisis y psicología de la personalidad


perspectivas para la integración. Escuela Abierta, 5. 197 – 219.

Feist, J., Feist, G. J., Roberts, T. A. (2014). Teorías de la Personalidad. Mc Graw Hill 8a
Edición. México. Recuperado de: https://www.academia.edu/40560771/Teor
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Freud, S. (1997). Los textos fundamentales del psicoanálisis. Barcelona: Altaya.

Freud, S. (1979). «De La Historia De Una Neurosis Infantil» (Caso Del «Hombre De Los
Lobos»), Tomo Volumen XVII. Buenos Aires/Madrid: Amorrortu.
Freud, S. (1971). El yo y los mecanismos defensivos. Buenos Aires: Paidos.

Freud, S. (1924). El sepultamiento del complejo de edipo. Tomo XIX. Buenos Aires:
Paidos

Freud, S. (1908). Carácter y erotismo anal. Tomo IX. Buenos Aires: Paidos

Freud, S. (1907). Acciones obsesivas y prácticas religiosas.Tomo IX. Buenos Aires:


Paidos

Kernberg, O. F. (1979). La Teoría de las Relaciones Objetales y el Psicoanálisis Clínico


(The object relations theory and clinical psychoanalysis). Buenos Aires, España: Paidós.
[ Links ]

Kernberg, O. F. (1987). Trastornos Graves de la Personalidad (Severe personality


disorders). México: Manual Moderno. [ Links ]

Kernberg, O. F. (1979). Desórdenes Fronterizos y Narcisismo Patológico (Borderline


conditions and pathological narcissism). Barcelona, España: Paidós. [ Links ]

Lapalanche, J. y Pontalis, J. B. (2010

Lacan, J. (1984). El psicoanálisis y su enseñanza . En J. Lacan, Escritos I (págs. 419-


441). Buenos Aires: Siglo XXI.

Laplanche, J. y Pontalis, J. (1996). Diccionario de Psicoanálisis. Paidos. Buenos Aires –


Argentina.

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