través de los cromosomas, y confirmó así las leyes de la herencia (Leyes de Gregorio Mendel) y sentó las bases de la genética experimental moderna, pero con la mosca de la fruta.
Gracias a su trabajo, Drosophila
Melanogaster forma parte de uno de los principales organismos modelo en Genética. La teoría cromosómica de la herencia de Boveri y Sutton consiste que los genes se encuentran en lugares específicos dentro de los cromosomas y que el comportamiento de los cromosomas durante la meiosis puede explicar las leyes de la herencia de Mendel.
Thomas Hunt Morgan, quien estudió las
Drosophila Melanogaster, proporcionó la primera confirmación de la teoría del cromosoma.
Morgan descubrió una mutación que
afectaba el color de los ojos de la mosca.
Observó que la mutación fue heredada de
forma diferente por las moscas macho y hembra. De acuerdo con el patrón de la herencia, Morgan concluyó que el gen del color de los ojos debe encontrarse en el cromosoma X.
Walter Sutton y Theodor Boveri
generalmente se llevan el crédito por este conocimiento.
Sutton, un norteamericano, estudió los
cromosomas y la meiosis en los saltamontes.
Boveri, un alemán, estudió las mismas
cosas en los erizos de mar.
La teoría cromosómica de la herencia fue
propuesta antes de que hubiera cualquier evidencia directa de que los rasgos se portaban en los cromosomas, y al principio fue controversial. Al final, se confirmó por medio del trabajo del genetista Thomas Hunt Morgan y sus estudiantes, que estudiaron la genética de las moscas de la fruta
Los cruciales experimentos de verificación
de la teoría cromosómica de Morgan empezaron cuando encontró una mutación en un gen que afectaba el color de los ojos de la mosca.
Esta mutación hacía blancos los ojos de la
mosca, en lugar de su color rojo normal.
Inesperadamente, Morgan encontró que el
gen del color de los ojos era heredado en patrones diferentes por las moscas macho y hembra. Las moscas machos tienen un cromosoma X y uno Y (XY), mientras que las moscas hembra tienen dos cromosomas X (XX). No le tomó mucho tiempo a Morgan darse cuenta que el gen del color de los ojos se heredaba con el mismo patrón que el cromosoma X.
Morgan hizo muchos otros experimentos
para confirmar el lugar en el cromosoma X del gen del color de los ojos.
Al reunir todas sus observaciones, Morgan
concluyó satisfactoriamente, que el gen debía encontrarse en, o estar muy fuertemente asociado con, el cromosoma X.
Una fuerte confirmación de esta conclusión
vino después, de parte de un estudiante de Morgan, Calvin Bridges. Bridges demostró que algunas moscas raras, hembras o machos con ojos de colores inesperados, se producían a través de la falta de separación de los cromosomas sexuales durante la meiosis; básicamente, la excepción que probó la regla.
Morgan también encontró mutaciones en
otros genes que no eran heredadas con un patrón sexual específico.
Ahora sabemos que los genes se
transmiten en cromosomas sexuales y no sexuales, en especies desde la mosca de la fruta hasta los humanos.