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siglo veintiuno
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s i g l o x x i e d i t o r e s , s . a. d e c. v. s i g l o x x i e d i t o r e s , s . a.
GUATEMALA 4824, C 1425 BUP,
CERRO D a AGUA 248, ROMERO DE TERREROS,
BUENOS AIRES, ARGENTINA
04310, MÉXICO, DF

s a l t o d e p á g i n a , s . I. b i b l i o t e c a n u e v a , s . I.
ALMAGRO 38, 28010, ALMAGRO 38, 28010,
MADRID, ESPAÑA
MADRID, ESPAÑA

Introducción 9

P a r t e I. A r t i s t a s m u j e r e s
1. Género y f e m i n i s m o . Perspectivas d e s d e
A m é r i c a latina 23
2. Huellas, s u r c o s y figuras d e barro. Las siluetas
de Ana Mendieta 31
3. G r a c i e l a S a c c o . I m á g e n e s e n t u r b u l e n c i a 57

P a r t e II. D e s p u é s d e l a G r a n G u e r r a
Giunta, Andrea
Escribir las imágenes: ensayos sobre arte argentino y latinoamericano 4. L u c i o F o n t a n a e n B u e n o s A i r e s 89
5
- I ed. - Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 2011. 5. P o l é m i c a s e n t o r n o a las i m á g e n e s d e E v a P e r ó n 117
320 p.: 40 il.; 21x14 cm - (Arte y pensamiento / / dirigida por
Andrea Giunta)
P a r t e Ili. P o é t i c a s / p o l í t i c a s
ISBN 978-987-629-181-1
6. I n v e n t a r i o y r e a l i d a d 133

1. Historia del Arte. I. Título. 7. J u a n P a b l o R e n z i . P r o b l e m a s d e l r e a l i s m o 149


CDD 709.82 8. V í c t o r G r i p p o . P o é t i c a s d e s a b e r e s d e s p l a z a d o s 161
9. E x p e r i m e n t a c i ó n y s u p e r v i v e n c i a . C o n s e c u e n c i a s
sociopolíticas del dibujo 175
© 2011, Siglo Veintiuno Editores SA.
1 0 . O s c a r B o n y , u n a e s t é t i c a d e la d i s c o n t i n u i d a d 197
Diseño de cubierta: Peter Tjebbes 1 1 . L e o p o l d o M a l e r . Performance, mortalidad
y bilingüismo 237
ISBN 978-987-629-181-1

Impreso en Altuna Impresores / / Doblas 1968, Buenos Aires P a r t e IV. A r t e c o n t e m p o r á n e o


en el mes de noviembre de 2011 12. L a e r a d e l g r a n e s c e n a r i o 257
13. A g e n d a s , r e p r e s e n t a c i o n e s , d i s i d e n c i a s 263
Hecho el depósito que marca la ley 11.723
Impreso en Argentina / / Made in Argentina
12. La era del gran escenario*

El filo de un siglo, y mucho más el de un milenio, provo-


ca evaluaciones, comparaciones, esquemas de observación y con-
clusiones que buscan establecer parámetros para observar qué es
lo que puede describirse como nuevo. Los años son arbitrarios,
pero sirven para constatar transformaciones. En este sentido, po-
dría sostenerse que el siglo XXI comienza en septiembre de 2001,
cuando la historia se precipitó, tanto en la escena internacional
como en nuestro país. Claro que ese corte en el tiempo histórico
no significa que se haya producido una sustitución radical. No fue
así en el campo de la política, ni en el de la economía y tampoco
en el del arte. Sin embargo, la percepción de que un proceso de
transformación, cuyo punto de partida se ubicaba en los años de
la segunda posguerra, había invadido todas las escenas de la cultu-
ra se formalizó en enunciados contundentes cuando se reflexionó
sobre lo que se llamó posmodernidad, primero, y globalización,
unos años más tarde. El momento en el que se visualizaba que
las formas del arte de la modernidad habían estallado fue, con
claridad, los años sesenta. Los procesos posteriores del arte ela-
boraron el trauma creativo de esa década, lo citaron, buscaron
parafrasearlo, emularlo, igualarlo. Y no es que no lo lograran en
términos de realizaciones. Sólo que la ruptura, la gran ruptura
que permitiría hablar de un cambio radical, aquella que permitía
referirse a un tiempo inaugural, se había producido en los años
sesenta. Y el aura que acompaña al tiempo en el que todos los
esquemas se sacuden es insustituible. Cuando queremos pensar

* Publicado en Ñ, 13 de enero de 2007: 18-19.


258 Escribir las imágenes Arte contemporáneo 259

sobre el arte de nuestro tiempo, sobre las transformaciones que de un equipo de curadores que itineran por museos y bienales.
podemos describir y analizar, la genealogía nos lleva, en forma La consecuencia más inmediata es la homogeneización del arte
persistente, a esos míticos años. Ese estado de ebullición seminal, que circula en la escena internacional y que se expresa por la re-
de crisis de esquemas, de estallido de las formas de expresión ar- petición de arústas (incluso con las mismas obras) y por la posibi-
tística, expone sus múltiples consecuencias en el paisaje del pre- lidad de identificar una agenda de temas recurrentes: identidades
sente. ¿Qué es lo que cambió en el arte? ¿Sólo han sido las formas, (raza, género, clase), fronteras (entre países, entre culturas, entre
los lenguajes, o también las maneras de realizar las obras, los pro- sexos), instituciones (museos, Estados, corporaciones), memorias
cesos de formación artística, las modalidades en las que circulan? (monumentos, archivos), progreso (crítica de los modelos del
No quisiera que lo que sigue se interpretase como una receta, un Estado moderno), etc. En un sentido, podríamos considerar las
manual o, menos aún, como un instrumento de legitimación de bienales como espacios de negociación de agendas, representa-
lo más reciente. Los procesos culturales son complejos, lo nuevo ciones, mercados y prestigios del capital artístico global. En tal
aparece junto a lo que permanece y resiste, y lo que se describe contexto, los curadores de estos encuentros tienen la función de
como emergente no sustituye ni erradica otras formas de expre- traductores y facilitadores en la configuración de esos mercados
sión. El cambio puede constatarse y describirse, lo cual no signifi- y, al mismo tiempo, la capacidad de transformar agendas, de vol-
ca considerarlo necesariamente como un progreso; referirse a lo verlas más inclusivas o más excluyentes, más democráticas o más
nuevo o más reciente no implica considerarlo mejor. elitistas.
Desde distintos discursos sobre el arte se postula la emergencia También el artista ha cambiado. Su formación es diferente, la
de un nuevo estado que permite diferenciar aquello que fue la manera de producir su obra es distinta, otros son los itinerarios
modernidad de una episteme articulada estrechamente al com- que se definen con sus viajes. Podría distinguirse entre el artista
plejo escenario de la globalización. Este término, "globalización", bienalizado y aquel que inscribe sus prácticas exclusivamente en
remite a una forma de circulación mundial marcada por el pro- mercados simbólicos locales. La lectura horizontal de los curricu-
tagonismo de las ciudades, más que de las naciones. Las ciudades la de los artistas que participan en bienales revela que en muchos
como espacios privilegiados de intercambios culturales que en la casos hay una formación alternativa a la de la academia tradicio-
escena del arte se expresan en las plataformas temporarias de las nal, señalada por los programas internacionales de residencias.
bienales. En este sentido, se habla de bienalización del arte para En estos, artistas de distintos países viven y trabajan durante un
referirse a la multiplicación de encuentros artísticos que se cele- tiempo junto a un grupo de artistas locales, comparten informa-
bran periódicamente en distintas ciudades (Venecia, San Pablo, ción, discusiones y una exhibición final del trabajo realizado. Son
Estambul, Sydney, Liverpool, Medellín, Valencia...). Estos grandes ámbitos de formación deslocalizados de los sistemas de enseñanza
escenarios del arte, inicialmente vinculados a la representación del Estado, que se sitúan en distintas ciudades del planeta, y a los
de las naciones y entonces atravesados por distintos mecanismos que se describe como un shock actualizador que impacta en un
de la diplomacia cultural, se ligan, cada vez más, a la figura del cu- núcleo selecto de la comunidad artística en la que se localizan
rador: no son ya los países los que envían a los representantes de momentáneamente. Son espacios de visualización en tanto son
su arte, sino que son los curadores, deslocalizados de las naciones, visitados por los curadores que recorren ciudades en el tiempo
los que definen la lista de invitados. La figura del curador, aun- intermedio entre bienal y bienal.
que no es nueva, sí alcanzó un poder distinto en los últimos años. Entre estas residencias y las exposiciones se gesta la figura de
Constituye un engranaje central en la articulación del circuito del un nuevo artista, viajero, que sabe buscar información sobre sub-
arte global, transnacional, en el que se constata la consolidación sidios y programas internacionales y que desarrolla dispositivos
260 Escribir las imágenes Arte contemporáneo 261

de exhibición adaptables a los espacios y contextos más heterogé- Internet ha trastornado todos los estándares de circulación de
neos. El chileno Alfredo Jaar puede realizar obras que apuntan a información. Desde un ordenador puede accederse a las imáge-
destacar las políticas restrictivas de la inmigración de Finlandia, nes artísticas que se producen en distintos lugares del planeta.
la falta de un museo en la ciudad de Skoghall, Suecia, o la mani- Con su dispersión y generalización desde los años noventa, inter-
pulación de la información por los sistemas de inteligencia nor- net introdujo un cambio cuyas consecuencias se evalúan día a día.
teamericanos: todas estas son obras basadas en el diagnóstico de Probablemente constituya el cambio más radical en la cultura de
un problema que se pretende reparar. La obra se formula como fines y comienzos de siglo. Un instrumento que generalizó una
un mecanismo de psicoanálisis social y político, como la instancia forma de distribución de información que no tenía precedentes.
que contribuye a una toma de conciencia. En esta forma de pro- Inmediata, visualmente organizada, sintética, la información so-
ducción, la obra se deslocaliza respecto del contexto de origen bre lo que sucede día a día en cualquier parte del mundo también
del artista y se relocaliza en función de los contextos más diversos se integra al sistema que informa las imágenes que se producen
(como Francis Alys, artista belga que vive en México, y que hizo en en el campo del arte. Esto no quiere decir que la red haya reem-
la Argentina una obra sobre la Patagonia). El artista opera como plazado (aún) la experiencia de asistir a una exposición de obras
un investigador de contextos, como un etnógrafo. En este giro de arte.
etnográfico, investiga materiales del lugar, apunta a lo interdisci- Contra todo lo que se vaticinó cuando se habló del fin del arte,
plinario y asume, en ocasiones, un papel redentor. La investiga- de su desmaterialización, de su evanescencia, de su mezcla con la
ción reemplaza a la inspiración como detonante del proceso de vida, los museos no han perdido su poder. Persisten en exhibir, co-
creación. Como un etnógrafo a domicilio, el artista problematiza leccionar y conservar, incluso, aquellas obras definitivamente desti-
contextos, subraya, quiere volver visible. Pensemos, por ejemplo, nadas a desaparecer. Los museos se multiplicaron y renovaron sus
en las muchas obras que se hicieron sobre la violenta y controlada estrategias. Se reprodujeron como las cadenas de hoteles y se vin-
frontera entre México y los Estados Unidos. cularon al turismo cultural (el museo Guggenheim de Nueva York
El artista se desplaza por los circuitos globales como un migran- adoptó el modelo de una corporación abriendo sucursales en Ber-
te obstinado. El viaje ya no supone un desarraigo traumático o lín, Venecia, Bilbao y Las Vegas). Este proceso, que también tuvo
exitoso, genera un artista capaz de articular su obra en distintos lugar recientemente en nuestro país, se encuentra en un momento
contextos. El video, la instalación, la intervención en el espacio de expansión: en 2004 se inauguraron museos en distintas ciudades
urbano, público, museográfico, son las estructuras más funciona- del país, casi siempre vinculados a una nueva colección del arte más
les para la obra global. No es necesario que esta se transporte: se contemporáneo. Es decir, no del arte del pasado, sino del arte del
arma en el lugar, con materiales del sitio. El armado ha sustituido presente. Muchas ciudades de la Argentina establecieron nuevas
a las formas; ya no alcanza con decir de una obra que es bella, hay formas de representación cultural que no son ajenas a las agendas
que considerar si es inteligente, interesante o está bien resuelta. del turismo y a las de políticas descentralizadoras.
Tales son algunos de los nuevos estándares de la calidad en el Hubo un tiempo en el que, frente a la emergencia de una nue-
arte. En estas condiciones, el tradicional viaje modernista, que el va cultura visual representada por la televisión, la publicidad y los
artista emprendía para completar su formación y traer lo nuevo medios masivos, se vaticinó el carácter residual de las imágenes
a su país de origen, tiene nuevas formas de inscripción. Es una del arte. Hoy sabemos que no sólo esas imágenes no han desapa-
forma de nomadismo global en el que el artista opera desde una recido, sino que las corporaciones reafirman su poder financian-
o más ciudades de base y viaja a montar su obra en los más inespe- do exposiciones, colecciones y museos. Pero las imágenes del arte,
rados lugares del planeta. aunque auspiciadas por el poder económico, nunca pueden ser
262 Escribir las imágenes

definitivamente controladas. Pueden provocar reacciones públi- 13. Agendas, representaciones,


cas contrarias a las expectativas de normalización de las empre- disidencias*
sas; pueden desafiar los públicos, las instituciones, las sociedades.
Tanto las imágenes de la cultura erudita como las de la cultura de
los medios son censuradas y proscriptas. Figurativas o abstractas,
las imágenes del arte fueron y son escondidas o destruidas. Un
cómic básico y vulgar puede desatar furias religiosas y matanzas.
Multiplicadas, itinerantes, mediatizadas, financiadas, las imágenes
parecen haber desplegado su poder en los tiempos globales. Le-
jos de haberse diluido en los circuitos de poder, ponen de ma- En el debate estético de los últimos años, el término
nifiesto que hay algo en ellas que no puede ser controlado: su "globalización" ha servido para caracterizar un estado del arte to-
capacidad de presentar, de fijar en una imagen algo que no debe davía difícil de definir, pero cuyo funcionamiento responde a una
ser representado. Por más que los museos quieran parecerse a los lógica hasta cierto punto diferenciada de aquella que se instaló
shoppings, aceptar gustosamente los mandatos de la moda y des- en el horizonte internacional después de la segunda posguerra.
movilizar con sus prácticas el poder disruptivo de la cultura para Si en aquellos años "internacionalismo" se utilizó, fundamental-
traducirlo en cotizaciones, audiencias o marketing, las exhibicio- mente, para definir el intercambio artístico entre las naciones y
nes de arte pueden tener consecuencias inesperadas. las condiciones que lo hacían posible, "globalización" presupone
Aunque los circuitos globales pretendan establecer agendas una circulación mundial entre centros que no necesariamente
correctas pautadas por la propuesta de poetizar la injusticia, la se identifican con las naciones, sino con un circuito definido, so-
discriminación, el racismo o la violencia, las imágenes pueden ser bre todo, por las ciudades. Saskia Sassen describe el nuevo orden
profundamente incorrectas. Es que ellas no sólo representan (un mundial como un proceso de desarticulación y rearticulación
conflicto, un tema), también, y sobre todo, presentan. "La fuerza marcado por la primacía de los mercados financieros respecto de
de una imagen surge cuando se desprende de su contexto", afir- los productivos, por la dispersión territorial de los nuevos centros
ma Susan Buck Morss. Las imágenes del arte no pueden analizar- corporativos y por la virtualización de la economía en complejas
se como simples documentos de la historia. Ellas son, también, redes informáticas. El resultado es una contradictoria dispersión
acontecimientos. La cultura de las imágenes que se expande en espacial de los mercados de producción y capital, controlados por
los circuitos de la globalización no neutraliza el poder del arte: el las corporaciones transnacionales, junto a la progresiva integra-
más contemporáneo también se inscribe en estas complejidades. ción informática del planeta (Sassen, 1991).
¿En qué sentidos el nuevo orden global afecta el campo del
arte? ¿Qué nuevas relaciones y redes de circulación establece?
¿Hasta qué punto incide en las formas y en los lenguajes? Mi pro-

* Publicado como "Arte y globalización: agendas, representaciones,


disidencias", en Centro de Arte n° 4, Madrid, noviembre de 2002, y en
Artilugios. Investigación, reñexión y crítica en el campo de los estudios
visuales, n° 1, Buenos Aires, diciembre de 2007: 64-71.

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