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Info del presi

Nació en Xalapa, Veracruz; hijo del comerciante camerano don Juan Antonio Lerdo de Tejada


y Matute, y doña Concepción Corral y Bustillos; su hermano era Miguel Lerdo de Tejada,
político liberal, descendientes ambos del muy antiguo e ilustre Solar de Tejada. Trabajó en la
tienda de su padre en su ciudad natal. Estudió gramática y obtuvo una beca para estudiar en
el Colegio Palafoxiano de Puebla. Estuvo a punto de ordenarse como sacerdote, pero lo
abandonó para luego ir al Colegio de San Ildefonso a estudiar jurisprudencia.

TRAYECTORIA FISCAL

Fue fiscal de la Suprema Corte de Justicia y ministro de Relaciones Exteriores durante el


gobierno de Ignacio Comonfort. Se desempeñó como rector del Colegio de San Ildefonso, sin
embargo más tarde ingresó como diputado al Congreso de la Unión. Fue un hombre liberal y
nacionalista. En 1863 fue ministro de Justicia y después de Relaciones Exteriores de 1863 a
1868 y de 1868 a 1870 durante el gobierno de Benito Juárez.1 A partir de 1863 acompañó
a Benito Juárez durante su peregrinaje por el norte de México durante la intervención francesa
(1863-1867).
En 1871, una vez restaurada la República, Lerdo y el general Porfirio Díaz, se presentaron
como candidatos a la presidencia de la República como opositores al presidente Juárez en
las elecciones federales de 1871, logrando Juárez ser reelegido y Lerdo se incorporó al
gobierno como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Por su parte, Porfirio
Díaz se levantó en armas con el Plan de La Noria. No tuvo mayor eco esta rebelión. El 18 de
julio de 1872 murió Benito Juárez, lo cual fue anunciado por José María Lafragua y Lerdo, que
ocupaba el cargo de presidente de la Suprema Corte, asumió la presidencia en forma interina.

Período presidencial[editar]
En octubre, fueron convocadas las elecciones para presidente de la República Mexicana. Se
presentaron como candidatos Porfirio Díaz y Lerdo de Tejada. En las elecciones
extraordinarias de 1872, este último derrotó a Díaz. Por otra parte, José María Iglesias ganó la
contienda a Vicente Riva Palacio y obtuvo el puesto de presidente de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación.2 El 1 de diciembre de 1872, Lerdo de Tejada asumió la presidencia de
forma oficial para el período de 1872 a 1876.
En su mandato avanzó en la pacificación del país, desangrado por constantes guerras
intestinas y levantamientos desde la consumación de la Independencia en 1821. Enfrentó
a Manuel Lozada "el Tigre de Alica" quien se había levantado en armas en Tepic Nayarit,
exigiendo una reforma agraria en beneficio de los campesinos, derrotándolo en marzo de
1873. El 23 de septiembre de 1873, elevó a rango constitucional las Leyes de Reforma, en
consecuencia se expulsó a los jesuitas y a las Hermanas de la Caridad. Por otra parte,
reintegró la Cámara de Senadores, para ser contrapeso de la Cámara de Diputados. Inauguró
el ferrocarril de México a Veracruz y buscó la eliminación de los cacicazgos y la integración del
país. Se fomentó la industria con el concurso de capital extranjero, principalmente de Francia
y el Reino Unido, tratando de evitar el estadounidense. 3
El 11 de septiembre de 1875, fue miembro fundador de la Academia Mexicana de la Lengua,
ocupó la silla VII.4
Sebastián Lerdo de Tejada y Corral nació el 24 de abril de 1823 en
Jalapa, Veracruz. Liberal culto y político de ideas radicales. Fue un
abogado, ministro de Relaciones Exteriores con el presidente Ignacio
Comonfort del 5 de junio al 16 de septiembre de 1857 y presidente de
México de 1872 a 1876. Realizó sus estudios en el Colegio de San
Ildefonso de la Ciudad de México, se graduó como abogado.
Posteriormente, se convierte en profesor de la institución[1].
En 1861 fue electo diputado al Congreso, donde empezó su estrecha
colaboración con el presidente Benito Juárez. Como ejemplo de ello
encontramos que, luchó junto al presidente Juárez contra la invasión
francesa de México. Cuando triunfó la República, llegó a ser, de manera
simultánea, ministro de Relaciones Exteriores y de Gobernación,
presidente de la Suprema Corte y diputado. Sin embargo cuando Juárez
se quedó una vez más en el poder, como presidente de la República,
Lerdo, que era su contrincante se distanció de su antiguo compañero y
en 1871 contendió por la presidencia de la nación, enfrentando en las
urnas a Benito Juárez y a Porfirio Díaz. La popularidad del Benemérito
eliminó las posibilidades de sus adversarios, Lerdo permaneció en el
marco institucional. Al año siguiente, Juárez falleció y, por disposición de
ley, Lerdo asumió la presidencia[2].
Durante su interinato promulgó una ley de amnistía a favor de los que se
habían levantado contra las instituciones, pero en la que fueron excluidos
los generales imperialistas y con muchas restricciones para los
porfiristas, lo que generó un levantamiento de éstos. Sin embargo, logró
restablecer la paz y ganar fácilmente las elecciones presidenciales por
una notable mayoría el 15 de noviembre de 1872. Como presidente
constitucional restableció el Senado; propició una decidida intervención
estatal para promover el desarrollo con una orientación nacionalista, por
lo que se negó a otorgar concesiones a los norteamericanos; continuó la
desamortización de los bienes del clero, aunque se provocaran protestas
y rebeliones cristeras; inicio la reorganización de la hacienda pública e
inauguró el ferrocarril Veracruz-México lo que significaba el inicio de otro
de los proyectos de progreso acariciados por los liberales: mejorar las
comunicaciones[3].
De igual manera Lerdo continuó el proceso de cambio iniciado con las
leyes de Reforma de Juárez, cuya aplicación se había visto interrumpida
por la intervención francesa. Como nuevo presidente, elevó estas leyes a
la categoría de constitucionales. En 1876, Porfirio Díaz derrocó el
gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada, con el Plan de Tuxtepec, por lo
que se exilió en Nueva York donde falleció el 22 de abril de 1889[4].
Lerdo de Tejada Sebastián
1823-1889

Hijo de Juan Antonio Lerdo de Tejada, originario de la provincia de Valladolid, y de


Concepción Corral, de Veracruz, Sebastián Lerdo de Tejada y Corral nació el 24
de abril de 1823, en Jalapa, Veracruz. Pasó su infancia en su ciudad natal, y
después, a los trece años, llegó a vivir a la ciudad de Puebla, donde estudió en el
Seminario Palafoxiano, donde cursó latín, filosofía y teología. Obtuvo una beca y
recibió las órdenes menores. Sin embargo, decidió abandonar la carrera
sacerdotal.

Entonces se trasladó a la ciudad de México a estudiar jurisprudencia en el Colegio


de San Ildefonso, en donde se tituló como abogado en 1851. Más tarde fue
profesor y rector de esa escuela por acuerdo del presidente Mariano Arista, cargo
que desempeñó entre 1852 y 1863.

Al mismo tiempo fue magistrado del Supremo Tribunal de Justicia, y también


llegó, en 1857, a ser ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno del
presidente Ignacio Comonfort, aunque fue por poco tiempo. También presidió la
Compañía Lancasteriana, una institución que ofrecía estudios de primaria con
métodos activos.

En el terreno más propiamente político, durante la guerra de Reforma rechazó al


gobierno conservador de la ciudad de México, pero no se entregó decididamente
a la causa liberal, a pesar de que desde hacía tiempo que su hermano Miguel era
uno de los grandes líderes liberales y nada menos que autor de la Ley Lerdo. Esto
lo hizo hasta cuando se consumó el triunfo del bando liberal y ya bajo la amenaza
de la intervención francesa.

Ya entrado en política, fue diputado al Congreso de la Unión entre 1861 y 1863.


Posteriormente, entre 1863 y 1867, durante la presidencia de Benito Juárez, fue
ministro de Justicia, Relaciones y de Gobernación, periodo en el que fue un
bastión republicano contra la intervención francesa. Al tener que salir de la ciudad
de México el gobierno juarista debido al acoso francés, Lerdo partió también, y
pronto se convirtió en uno de los más cercanos colaboradores del presidente
Juárez.

Lerdo fue quien ideó la estratagema legal para que el gobierno de Juárez pudiera
prolongarse hasta que se pudieran realizar nuevas elecciones. Con la cual se
echaron abajo las pretensiones del general Jesús González Ortega de asumir la
presidencia de la República en 1865, dado que el periodo para el que Juárez
había sido electo ya había concluido.

Al sobrevenir la caída del imperio y la captura de Maximiliano, se atribuye a Lerdo


buena parte de la responsabilidad del fusilamiento del emperador. Entonces
expresó: “El perdón de Maximiliano pudiera ser muy funesto al país... Es preciso
que la existencia de México, como nación independiente, no la dejemos al libre
arbitrio de los gobiernos de Europa... Cerca de cincuenta años hace que México
viene ensayando un sistema de perdón, de lenidad, y los frutos de esa conducta
han sido la anarquía entre nosotros y el desprestigio en el exterior.”

Todavía impidió la entrega del cadáver hasta que el gobierno austriaco y la familia
del archiduque presentaron una solicitud oficial porque “era necesario, como un
escarmiento a la Europa, que el castigo fuera terrible, como terribles habían sido
los ultrajes inferidos a la majestad de la nación”.

Tras el restablecimiento del gobierno legítimo, Lerdo se encargó de redactar la


convocatoria para las elecciones de 1867. Al triunfar Juárez en ellas, Lerdo
desempeñó varios cargos en el gobierno: fue ratificado como Ministro de
Relaciones y Gobernación, fue elegido presidente de la Suprema Corte y
después, diputado al Congreso. Todavía colaboró en proyectos importantes para
el presidente Juárez, como fue el del restablecimiento del Senado.
En 1871 decidió lanzar su candidatura a la presidencia de la República, contienda
en la que participó con Juárez y Porfirio Díaz. Entonces enarboló la bandera
antirreeleccionista y formó su partido. Sin embargo, tuvo que aceptar su derrota
ante Juárez, tras lo cual volvió a la Suprema Corte de Justicia. También colaboró
en la imposición del orden en varios estados de la República y en la derrota de la
primera rebelión del general Porfirio Díaz  cuando se alzó contra el gobierno con
el Plan de La Noria en noviembre de ese mismo año.

En julio de 1872 Juárez falleció, por lo que correspondió a Lerdo ocupar la


presidencia de manera interina y convocar a nuevas elecciones, en las que
participó. Durante su interinato promulgó una ley de amnistía a favor de los que se
habían levantado contra las instituciones, pero en la que fueron excluidos los
generales imperialistas y con muchas restricciones para los porfiristas, lo que
generó un levantamiento de éstos. Sin embargo, logró restablecer la paz y ganar
fácilmente las elecciones presidenciales por una aplastante mayoría el 15 de
noviembre de 1872: 8,578 votos para Lerdo de Tejada y 545 para Porfirio Díaz.
Como presidente constitucional restableció el Senado; propició una decidida
intervención estatal para promover el desarrollo con una orientación nacionalista,
por lo que se negó a otorgar concesiones a los norteamericanos; continuó la
desamortización de los bienes del clero, aunque se provocaran protestas y
rebeliones cristeras; inicio la reorganización de la hacienda pública e inauguró el
ferrocarril Veracruz-México, entre sus acciones más importantes. Además, elevó a
rango constitucional las leyes de Reforma el 25 de septiembre de 1873. Por otra
parte, decretó la supresión de la orden de las Hermanas de la Caridad y la
expulsión de varios jesuitas por conspirar contra el gobierno, lo que originó
levantamientos en Jalisco, Michoacán y el Estado de México. Por otra parte,
reprimió las huelgas mineras y textileras promovidas por el Gran Círculo de
Obreros de México. Asimismo, concluyó la violenta campaña de Nayarit que
terminó con el fusilamiento del caudillo indígena Manuel Lozada “el Tigre de Álica”
a finales de 1873. Además, se enfrentó a los intereses norteamericanos al
negarse a concesionar la construcción de un ferrocarril México-Estados Unidos:
“Entre México y los Estados Unidos, el desierto”.

Mantuvo irrestricta la libertad de prensa a pesar de los despiadados ataques de


que fue objeto, entre otros, las caricaturas, sátiras y versos satíricos de Irineo Paz
y de Vicente Riva Palacio. Así la prensa de oposición estimularía la crispación y
polarización políticas en contra el presidente Lerdo durante su intento de
reelección en 1876.

En cuanto la política exterior, Lerdo reanudó relaciones con España y Guatemala,


pero los vínculos diplomáticos con Francia y Gran Bretaña continuaron sin
restablecerse.

En materia de educación y cultura, su gobierno, como el de Juárez, trató de crear


bases educativas y culturales tendientes a la creación de una identidad nacional y
al destierro de la cultura de la violencia.

La política liberal férrea y anticlerical que llevó a cabo el presidente Lerdo, generó
una gran oposición de los grupos conservadores, la que se multiplicó y radicalizó
cuando se hicieron claras sus intenciones de ir por la reelección. Se proclamó
entonces el Plan de Tuxtepec en enero de 1876, en el que se condenaba la
reelección. La rebelión armada fue encabezada por segunda vez por Porfirio Díaz,
quien fue derrotado en Icamole, Nuevo León, el 20 de mayo de 1876. El general
Mariano Escobedo logró contener la rebelión.

No obstante, la oposición, que anticipadamente había venido


descalificando las futuras elecciones y buscando pruebas del futuro
fraude, argumentaba que no había condiciones para que se
efectuaran las elecciones presidenciales en septiembre de 1876, por
lo que al término del periodo se debía entregar la presidencia de la
República a José María Iglesias, presidente de la Suprema Corte de
Justicia, para que convocara a elecciones cuando la situación
permitiera una votación pacífica y en todo el territorio nacional (en
realidad  sólo en Oaxaca continuaba la agitación). Pese a todo, las
elecciones se realizaron y aunque sus resultados fueron puestos en
duda por la oposición por “inflados”, resultó reelecto el presidente
Lerdo de Tejada por una aplastante mayoría de más de 7,000 votos
electorales y después, de 123 votos a su favor en el Congreso. Sin
embargo, en Salamanca estalló una nueva revuelta en contra del
“fraude electoral”, encabezada ahora por José María Iglesias, viejo
amigo de Lerdo, que se proclamó nuevo presidente. Favorecido el
general Díaz por la nueva rebelión, el ejército lerdista fue derrotado
por los porfiristas en la batalla de Tecoac el 11 de noviembre de 1876,
lo que hizo insostenible la posición de Lerdo, quien entregó el
gobierno a Protasio Tagle el 20 de noviembre de 1876 y al otro día
huyó a los Estados Unidos en un viaje no exento de vicisitudes. El día
23 siguiente, Porfirio Díaz asumió el gobierno como presidente de
facto.

 
Lerdo se estableció en Nueva York, desde donde escribió antes de fallecer de una
afección pulmonar el 21 de abril de 1889: "Yo profetizo para México la más
grande y poderosa de las revoluciones. No revolución de partidos, estéril y
gastada, sino revolución social. Nadie podrá evitarla". Por gestiones del Congreso
Mexicano y del presidente Porfirio Díaz sus restos fueron traídos a México en
mayo del mismo año. Hoy reposan en la Rotonda de las Personas Ilustres del
Panteón de Dolores de la ciudad de México.
La figura de Lerdo fue opacada porque su actuación como gobernante se dio
entre las de las dos personalidades más importantes de México en el siglo XIX:
Benito Juárez y Porfirio Díaz. “La larga asociación con Juárez, dice Antonia Pi-
Suñer Llorens (Gobernantes Mexicanos) lo llevó a querer continuar los proyectos
que juntos habían concebidos.” Sin embargo, a diferencia de Juárez fue un
presidente impopular. “Paradójicamente, su impopularidad se la ganó mientras se
esforzaba por implantar las reformas políticas y constitucionales que se habían
revelado como indispensables a la luz de las amargas experiencias del gobierno
errante y los primeros años del triunfo de la República.”
José María Iglesias Inzáurraga (Ciudad de México, 5 de enero de 1823-ibid., 17 de
diciembre de 1891), fue un jurista, escritor, historiador y político mexicano. Fue presidente de
México durante un breve período en 1876, conocido como el «presidente legalista» por
proclamar su derecho legal a ocupar la presidencia según los artículos 79.º y 82.º de
la Constitución de 1857, esto después de la renuncia de Sebastián Lerdo de Tejada.[cita  requerida]

Biografía[editar]
Primeros años[editar]
Su padre fue el coronel Ad honorem y notario público Juan N. Iglesias y Castro, y su madre
Mariana Inzáurraga y Carrillo;1 estuvo emparentado por línea materna con uno de los
llamados Niños Héroes: el teniente Juan de la Barrera. Huérfano a los doce años, ingresó al
Colegio de San Gregorio, con el propósito de estudiar leyes. Fue profesor de idiomas en
el Colegio de San Ildefonso y catedrático del Colegio de San Gregorio en 1844. En 1845 se
recibió como abogado.2
En 1846, al igual que su padre, fue regidor de la Ciudad de México. Durante la Intervención
estadounidense en México, se trasladó a Querétaro, donde fue nombrado en 1847, ministro
letrado del Tribunal de Guerra por el presidente Pedro María Anaya. Fue además, secretario
particular del jefe del Ejecutivo y auditor del Ejército de Oriente.3

Periodista y escritor[editar]
En 1848 describió los acontecimientos de la guerra en colaboración con Guillermo
Prieto y Manuel Payno en la obra Apuntes para la historia de la guerra entre México y los
Estados Unidos. Inconforme con los resultados del Tratado de Guadalupe Hidalgo, expresó
sus críticas siendo jefe de redacción en el periódico El Siglo Diez y Nueve, colaborando
también, con El Diario Oficial, El Monitor Republicano, Don Simplicio y La Chinaca.
En 1853, Antonio López de Santa Anna fue nombrado nuevamente presidente, se constituyó
el período conocido como "Dictadura de Santa Anna", quien se hizo llamar Alteza Serenísima.
El dictador, molesto por las críticas de los Apuntes para la historia de la guerra entre México y
los Estados Unidos destituyó de los empleos públicos a los autores. José María Iglesias fue
separado de su cargo y ejerció su profesión de forma independiente hasta 1855 cuando Santa
Anna fue derrotado a consecuencia del Plan de Ayutla.4

Gobiernos liberales[editar]
Durante el gobierno interino de Juan N. Álvarez, colaboró con el ministro de
Hacienda, Guillermo Prieto. El 25 de junio de 1856 se expidió la ley sobre la desamortización
de bienes eclesiásticos, los subsecuentes ministros de Hacienda, Manuel Payno y Miguel
Lerdo de Tejada, pidieron a José María Iglesias llevar a cabo la instrumentación de la ley.
Una vez promulgada la Constitución de 1857, el presidente Ignacio Comonfort designó a
Iglesias ministro de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública. El 11 de
abril de 1857 se decretó la ley de obvenciones parroquiales — conocida como "Ley Iglesias"
— la cual prohibió el cobro de servicios religiosos, como bautizos, matrimonios e
inhumaciones a los pobres quienes difícilmente podían sufragar estos gastos. Adicionalmente,
Iglesias promovió la ley de sucesiones por testamento y ab-intestado, así como la ley de
procedimientos en los tribunales y juzgados del Distrito y territorios federales. Hacia finales del
período presidencial de Comonfort, fue nombrado ministro de Hacienda. 5
Guerra de Reforma y Segunda Intervención francesa[editar]
Proclamado el Plan de Tacubaya por Félix María Zuloaga, se desconoció la Constitución de
1857. Comonfort se adhirió a este, pero su cargo presidencial fue arrebatado por el propio
Zuloaga y se inició la Guerra de Reforma. Benito Juárez era el presidente de la Suprema
Corte de Justicia, conforme a lo marcado por la Constitución, a la cual defendió, y asumió la
presidencia legítima del gobierno. Iglesias se pronunció fiel a la carta magna y a Juárez.
Durante el golpe a la Constitución, Iglesias trabajaba como magistrado de la Suprema Corte
de Justicia, como no reconoció el gobierno de los conservadores que se había establecido en
la capital, optó por dedicarse al periodismo liberal de manera anónima.
El 25 de diciembre de 1860, las fuerzas liberales comandadas por el general Jesús González
Ortega habían triunfado y llegaron a la capital de la República. Iglesias fue nombrado
administrador general de rentas. El 20 de enero de 1861, Guillermo Prieto ministro de
Hacienda del gobierno de Juárez, nombró a Iglesias su Oficial Mayor, el cual desempeñó
hasta mayo de 1863.6 Durante la Segunda Intervención Francesa en México, el gobierno de
Juárez tuvo que salir de la capital en 1863. Iglesias acompañó al gobierno republicano
por San Luis Potosí, Nuevo León, Coahuila, y Chihuahua desempeñando como ministro de
Hacienda hasta 1867.7

Gobierno de Juárez y gobierno de Lerdo de Tejada[editar]

José María Iglesias

Tras la victoria de los liberales y la restauración de la república, en 1867, el presidente Juárez


ratificó a Iglesias como ministro de Hacienda. A principios de 1868 Iglesias ejerció la carrera
parlamentaria en la Cámara de Diputados, en septiembre del mismo año Juárez lo nombró
ministro de Gobernación y a principios de 1869 ministro de Justicia e Instrucción Pública.8
En 1871 Juárez fue reelecto, e Iglesias decidió volver a su antiguo empleo como administrador
de rentas hasta el año de 1873. Sin embargo, Juárez murió el 18 de julio de 1872 y tras unas
nuevas elecciones Sebastián Lerdo de Tejada fue elegido nuevo presidente. Al año siguiente,
Iglesias contendió como candidato para ejercer la presidencia de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, venciendo a los candidatos Vicente Riva Palacio y Porfirio Díaz. Durante su
gestión redactó un opúsculo titulado Estudio constitucional sobre facultades de la Corte de
Justicia, cuyos enunciados encontraron fuerte oposición por parte del poder Ejecutivo. Una ley
para contrarrestar a la Corte, fue promovida y promulgada en mayo de 1875 y fue protestada
enérgicamente por Iglesias. Lerdo de Tejada, ejercía la jefatura del poder Ejecutivo y había
logrado obtener una gran injerencia en el poder Legislativo. 9
Reelección de Lerdo de Tejada, interinato y Revolución de
Tuxtepec[editar]
Los resultados de los comicios presidenciales de 1876 favorecieron la reelección de Sebastián
Lerdo de Tejada. Pero el proceso quedó bajo fuertes sospechas de fraude electoral, Iglesias
los calificó como un "auténtico golpe de Estado" y desconoció públicamente a Lerdo de Tejada
como Presidente reelecto, según José María Iglesias, las elecciones no eran válidas, así que
él se autonombró presidente interino de la República. Después de la renuncia de Lerdo de
Tejada a la Presidencia, Porfirio Díaz toma el poder. En octubre se trasladó a Toluca, y de ahí
se dirigió a Salamanca donde contactó al gobernador Florencio Antillón quien le brindó su
apoyo. Iglesias proclamó su derecho constitucional a ocupar la jefatura del Ejecutivo, de
acuerdo a los artículos 79 y 82 de la Carta Magna los cuales establecían que en el caso de
faltas temporales o absolutas del presidente de la República, correspondería al presidente de
la Suprema Corte sustituirlo. Los gobernadores de los estados de Guanajuato, Querétaro,
Colima, Guerrero, Zacatecas, San Luis Potosí, Jalisco, Sinaloa y Sonora apoyaron a Iglesias.
El 26 de octubre de 1876, el Congreso de la Unión cuyos integrantes simpatizaban con Lerdo
de Tejada, expidió el decreto reeleccionista. Desde Salamanca, Iglesias consideró este hecho
como "el mayor ultraje a la soberanía popular". Porfirio Díaz había proclamado desde enero
el Plan de Tuxtepec con el fin de derrocar a Lerdo de Tejada, al ver las acciones de Iglesias
intentó pactar con él mediante un acuerdo conocido como el "Convenio de Acatlán". Iglesias
rechazó las propuestas de Díaz, pues éstas consistían en tomar el poder por la fuerza
desconociendo a los tres poderes federales del gobierno. Por el contrario, redactó el Plan de
Salamanca, cuyo objetivo además de establecer un plan de gobierno provisional, era convocar
a elecciones, comprometiéndose a no participar como candidato en la contienda, señalando
así mismo que no tenía ningún interés personal en continuar en el cargo. 10
"Sobre la Constitución, nada: ¡Nadie sobre la Constitución!"'
"Todo lo que sea separarme de la Constitución de 1857 será rechazado por mí que soy el representante
de la legalidad"'

José María Iglesias.11

Durante los acontecimientos Revolución de Tuxtepec, Iglesias fue perseguido por las fuerzas
de Díaz, y se vio obligado a replegarse a Mazatlán, lugar donde se embarcó hacia los Estados
Unidos, residió en San Francisco y Nueva Orleans.
Exilio, regreso a México y muerte[editar]

Sepulcro de Iglesias en la Rotonda de las Personas Ilustres (México).

Por el contrario a Lerdo de Tejada que se exilió en Nueva York por el resto de su vida, Iglesias
decidió regresar a México a finales de 1877, recibió propuestas para unirse al gabinete de
Díaz, pero las rechazó.12
Retirado de las actividades políticas, murió en el barrio de Tacubaya, al poniente de la Ciudad
de México el día 17 de diciembre de 1891. Los periódicos ultra liberales anunciaron su muerte,
pero Díaz y su gobierno procuraron que su figura fuera olvidada. En 1987 el presidente Miguel
de la Madrid Hurtado decretó el traslado de los restos mortales de José María Iglesias a
la Rotonda de las Personas Ilustres.13

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