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TRAYECTORIA FISCAL
Período presidencial[editar]
En octubre, fueron convocadas las elecciones para presidente de la República Mexicana. Se
presentaron como candidatos Porfirio Díaz y Lerdo de Tejada. En las elecciones
extraordinarias de 1872, este último derrotó a Díaz. Por otra parte, José María Iglesias ganó la
contienda a Vicente Riva Palacio y obtuvo el puesto de presidente de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación.2 El 1 de diciembre de 1872, Lerdo de Tejada asumió la presidencia de
forma oficial para el período de 1872 a 1876.
En su mandato avanzó en la pacificación del país, desangrado por constantes guerras
intestinas y levantamientos desde la consumación de la Independencia en 1821. Enfrentó
a Manuel Lozada "el Tigre de Alica" quien se había levantado en armas en Tepic Nayarit,
exigiendo una reforma agraria en beneficio de los campesinos, derrotándolo en marzo de
1873. El 23 de septiembre de 1873, elevó a rango constitucional las Leyes de Reforma, en
consecuencia se expulsó a los jesuitas y a las Hermanas de la Caridad. Por otra parte,
reintegró la Cámara de Senadores, para ser contrapeso de la Cámara de Diputados. Inauguró
el ferrocarril de México a Veracruz y buscó la eliminación de los cacicazgos y la integración del
país. Se fomentó la industria con el concurso de capital extranjero, principalmente de Francia
y el Reino Unido, tratando de evitar el estadounidense. 3
El 11 de septiembre de 1875, fue miembro fundador de la Academia Mexicana de la Lengua,
ocupó la silla VII.4
Sebastián Lerdo de Tejada y Corral nació el 24 de abril de 1823 en
Jalapa, Veracruz. Liberal culto y político de ideas radicales. Fue un
abogado, ministro de Relaciones Exteriores con el presidente Ignacio
Comonfort del 5 de junio al 16 de septiembre de 1857 y presidente de
México de 1872 a 1876. Realizó sus estudios en el Colegio de San
Ildefonso de la Ciudad de México, se graduó como abogado.
Posteriormente, se convierte en profesor de la institución[1].
En 1861 fue electo diputado al Congreso, donde empezó su estrecha
colaboración con el presidente Benito Juárez. Como ejemplo de ello
encontramos que, luchó junto al presidente Juárez contra la invasión
francesa de México. Cuando triunfó la República, llegó a ser, de manera
simultánea, ministro de Relaciones Exteriores y de Gobernación,
presidente de la Suprema Corte y diputado. Sin embargo cuando Juárez
se quedó una vez más en el poder, como presidente de la República,
Lerdo, que era su contrincante se distanció de su antiguo compañero y
en 1871 contendió por la presidencia de la nación, enfrentando en las
urnas a Benito Juárez y a Porfirio Díaz. La popularidad del Benemérito
eliminó las posibilidades de sus adversarios, Lerdo permaneció en el
marco institucional. Al año siguiente, Juárez falleció y, por disposición de
ley, Lerdo asumió la presidencia[2].
Durante su interinato promulgó una ley de amnistía a favor de los que se
habían levantado contra las instituciones, pero en la que fueron excluidos
los generales imperialistas y con muchas restricciones para los
porfiristas, lo que generó un levantamiento de éstos. Sin embargo, logró
restablecer la paz y ganar fácilmente las elecciones presidenciales por
una notable mayoría el 15 de noviembre de 1872. Como presidente
constitucional restableció el Senado; propició una decidida intervención
estatal para promover el desarrollo con una orientación nacionalista, por
lo que se negó a otorgar concesiones a los norteamericanos; continuó la
desamortización de los bienes del clero, aunque se provocaran protestas
y rebeliones cristeras; inicio la reorganización de la hacienda pública e
inauguró el ferrocarril Veracruz-México lo que significaba el inicio de otro
de los proyectos de progreso acariciados por los liberales: mejorar las
comunicaciones[3].
De igual manera Lerdo continuó el proceso de cambio iniciado con las
leyes de Reforma de Juárez, cuya aplicación se había visto interrumpida
por la intervención francesa. Como nuevo presidente, elevó estas leyes a
la categoría de constitucionales. En 1876, Porfirio Díaz derrocó el
gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada, con el Plan de Tuxtepec, por lo
que se exilió en Nueva York donde falleció el 22 de abril de 1889[4].
Lerdo de Tejada Sebastián
1823-1889
Lerdo fue quien ideó la estratagema legal para que el gobierno de Juárez pudiera
prolongarse hasta que se pudieran realizar nuevas elecciones. Con la cual se
echaron abajo las pretensiones del general Jesús González Ortega de asumir la
presidencia de la República en 1865, dado que el periodo para el que Juárez
había sido electo ya había concluido.
Todavía impidió la entrega del cadáver hasta que el gobierno austriaco y la familia
del archiduque presentaron una solicitud oficial porque “era necesario, como un
escarmiento a la Europa, que el castigo fuera terrible, como terribles habían sido
los ultrajes inferidos a la majestad de la nación”.
La política liberal férrea y anticlerical que llevó a cabo el presidente Lerdo, generó
una gran oposición de los grupos conservadores, la que se multiplicó y radicalizó
cuando se hicieron claras sus intenciones de ir por la reelección. Se proclamó
entonces el Plan de Tuxtepec en enero de 1876, en el que se condenaba la
reelección. La rebelión armada fue encabezada por segunda vez por Porfirio Díaz,
quien fue derrotado en Icamole, Nuevo León, el 20 de mayo de 1876. El general
Mariano Escobedo logró contener la rebelión.
Lerdo se estableció en Nueva York, desde donde escribió antes de fallecer de una
afección pulmonar el 21 de abril de 1889: "Yo profetizo para México la más
grande y poderosa de las revoluciones. No revolución de partidos, estéril y
gastada, sino revolución social. Nadie podrá evitarla". Por gestiones del Congreso
Mexicano y del presidente Porfirio Díaz sus restos fueron traídos a México en
mayo del mismo año. Hoy reposan en la Rotonda de las Personas Ilustres del
Panteón de Dolores de la ciudad de México.
La figura de Lerdo fue opacada porque su actuación como gobernante se dio
entre las de las dos personalidades más importantes de México en el siglo XIX:
Benito Juárez y Porfirio Díaz. “La larga asociación con Juárez, dice Antonia Pi-
Suñer Llorens (Gobernantes Mexicanos) lo llevó a querer continuar los proyectos
que juntos habían concebidos.” Sin embargo, a diferencia de Juárez fue un
presidente impopular. “Paradójicamente, su impopularidad se la ganó mientras se
esforzaba por implantar las reformas políticas y constitucionales que se habían
revelado como indispensables a la luz de las amargas experiencias del gobierno
errante y los primeros años del triunfo de la República.”
José María Iglesias Inzáurraga (Ciudad de México, 5 de enero de 1823-ibid., 17 de
diciembre de 1891), fue un jurista, escritor, historiador y político mexicano. Fue presidente de
México durante un breve período en 1876, conocido como el «presidente legalista» por
proclamar su derecho legal a ocupar la presidencia según los artículos 79.º y 82.º de
la Constitución de 1857, esto después de la renuncia de Sebastián Lerdo de Tejada.[cita requerida]
Biografía[editar]
Primeros años[editar]
Su padre fue el coronel Ad honorem y notario público Juan N. Iglesias y Castro, y su madre
Mariana Inzáurraga y Carrillo;1 estuvo emparentado por línea materna con uno de los
llamados Niños Héroes: el teniente Juan de la Barrera. Huérfano a los doce años, ingresó al
Colegio de San Gregorio, con el propósito de estudiar leyes. Fue profesor de idiomas en
el Colegio de San Ildefonso y catedrático del Colegio de San Gregorio en 1844. En 1845 se
recibió como abogado.2
En 1846, al igual que su padre, fue regidor de la Ciudad de México. Durante la Intervención
estadounidense en México, se trasladó a Querétaro, donde fue nombrado en 1847, ministro
letrado del Tribunal de Guerra por el presidente Pedro María Anaya. Fue además, secretario
particular del jefe del Ejecutivo y auditor del Ejército de Oriente.3
Periodista y escritor[editar]
En 1848 describió los acontecimientos de la guerra en colaboración con Guillermo
Prieto y Manuel Payno en la obra Apuntes para la historia de la guerra entre México y los
Estados Unidos. Inconforme con los resultados del Tratado de Guadalupe Hidalgo, expresó
sus críticas siendo jefe de redacción en el periódico El Siglo Diez y Nueve, colaborando
también, con El Diario Oficial, El Monitor Republicano, Don Simplicio y La Chinaca.
En 1853, Antonio López de Santa Anna fue nombrado nuevamente presidente, se constituyó
el período conocido como "Dictadura de Santa Anna", quien se hizo llamar Alteza Serenísima.
El dictador, molesto por las críticas de los Apuntes para la historia de la guerra entre México y
los Estados Unidos destituyó de los empleos públicos a los autores. José María Iglesias fue
separado de su cargo y ejerció su profesión de forma independiente hasta 1855 cuando Santa
Anna fue derrotado a consecuencia del Plan de Ayutla.4
Gobiernos liberales[editar]
Durante el gobierno interino de Juan N. Álvarez, colaboró con el ministro de
Hacienda, Guillermo Prieto. El 25 de junio de 1856 se expidió la ley sobre la desamortización
de bienes eclesiásticos, los subsecuentes ministros de Hacienda, Manuel Payno y Miguel
Lerdo de Tejada, pidieron a José María Iglesias llevar a cabo la instrumentación de la ley.
Una vez promulgada la Constitución de 1857, el presidente Ignacio Comonfort designó a
Iglesias ministro de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública. El 11 de
abril de 1857 se decretó la ley de obvenciones parroquiales — conocida como "Ley Iglesias"
— la cual prohibió el cobro de servicios religiosos, como bautizos, matrimonios e
inhumaciones a los pobres quienes difícilmente podían sufragar estos gastos. Adicionalmente,
Iglesias promovió la ley de sucesiones por testamento y ab-intestado, así como la ley de
procedimientos en los tribunales y juzgados del Distrito y territorios federales. Hacia finales del
período presidencial de Comonfort, fue nombrado ministro de Hacienda. 5
Guerra de Reforma y Segunda Intervención francesa[editar]
Proclamado el Plan de Tacubaya por Félix María Zuloaga, se desconoció la Constitución de
1857. Comonfort se adhirió a este, pero su cargo presidencial fue arrebatado por el propio
Zuloaga y se inició la Guerra de Reforma. Benito Juárez era el presidente de la Suprema
Corte de Justicia, conforme a lo marcado por la Constitución, a la cual defendió, y asumió la
presidencia legítima del gobierno. Iglesias se pronunció fiel a la carta magna y a Juárez.
Durante el golpe a la Constitución, Iglesias trabajaba como magistrado de la Suprema Corte
de Justicia, como no reconoció el gobierno de los conservadores que se había establecido en
la capital, optó por dedicarse al periodismo liberal de manera anónima.
El 25 de diciembre de 1860, las fuerzas liberales comandadas por el general Jesús González
Ortega habían triunfado y llegaron a la capital de la República. Iglesias fue nombrado
administrador general de rentas. El 20 de enero de 1861, Guillermo Prieto ministro de
Hacienda del gobierno de Juárez, nombró a Iglesias su Oficial Mayor, el cual desempeñó
hasta mayo de 1863.6 Durante la Segunda Intervención Francesa en México, el gobierno de
Juárez tuvo que salir de la capital en 1863. Iglesias acompañó al gobierno republicano
por San Luis Potosí, Nuevo León, Coahuila, y Chihuahua desempeñando como ministro de
Hacienda hasta 1867.7
Durante los acontecimientos Revolución de Tuxtepec, Iglesias fue perseguido por las fuerzas
de Díaz, y se vio obligado a replegarse a Mazatlán, lugar donde se embarcó hacia los Estados
Unidos, residió en San Francisco y Nueva Orleans.
Exilio, regreso a México y muerte[editar]
Por el contrario a Lerdo de Tejada que se exilió en Nueva York por el resto de su vida, Iglesias
decidió regresar a México a finales de 1877, recibió propuestas para unirse al gabinete de
Díaz, pero las rechazó.12
Retirado de las actividades políticas, murió en el barrio de Tacubaya, al poniente de la Ciudad
de México el día 17 de diciembre de 1891. Los periódicos ultra liberales anunciaron su muerte,
pero Díaz y su gobierno procuraron que su figura fuera olvidada. En 1987 el presidente Miguel
de la Madrid Hurtado decretó el traslado de los restos mortales de José María Iglesias a
la Rotonda de las Personas Ilustres.13