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INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL

ESCUELA SUPERIOR DE COMERCIO Y ADMINISTRACIÓN


UNIDAD SANTO TOMÁS

Análisis de la Política Mundial

La acción gubernamental en las negociaciones


internacionales del cambio climático

Rojas Martínez Samantha Mariel

5NV1
Introducción
El cambio climático es un reto global que no tiene fronteras y que para combatirlo
requiere del trabajo coordinado por parte de todos los países.
La principal causa del cambio climático es el calentamiento global y tiene múltiples
consecuencias negativas en los sistemas físicos, biológicos y humanos, entre
otros efectos.
La atmósfera está compuesta por diversos gases que, en la proporción adecuada,
cumplen su cometido. El problema está cuando las actividades del ser humano
aumentan la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera y ésta retiene
más calor del necesario, provocando que la temperatura media del planeta
aumente y se produzca lo que popularmente llamamos calentamiento global.
Los expertos coinciden en señalar la Revolución Industrial como el punto de
inflexión en el que las emisiones de gases de efecto invernadero arrojadas a la
atmósfera empezaron a dispararse. Hay que recordar que la Revolución industrial
nació de otras muchas pequeñas revoluciones: la agrícola, la tecnológica, la
demográfica, de medios de transporte, finanzas… que dieron lugar a un nuevo
modelo de producción y consumo.
Desde ese momento, el crecimiento de la población (en 1750 había menos de 800
millones de habitantes en la Tierra, hoy somos más de 7.500 millones), un
consumo de recursos cada vez más desmedido, el aumento en la demanda y
producción de energía obtenidas mayoritariamente a través de combustibles
fósiles… han provocado que el planeta haya entrado en lo que parte de la
comunidad científica ha denominado el Antropoceno: la nueva era geológica
motivada por el impacto del ser humano en la Tierra.
El principal resultado ha sido el aumento de la temperatura global del planeta, que
desde ese período ha aumentado en 1,1 0C, si bien se estima que al final del
presente siglo el termómetro pueda aumentar todavía más aun cumpliéndose los
compromisos de reducción de emisiones fijados por los países.
Desarrollo
El cambio climático es algo que afecta a todo el mundo, algo de lo cual los
gobiernos de los países tienen que tomar medidas para el control de este, creando
políticas y acuerdos. Esto abrió paso a diferentes organismos mundiales para el
cuidado de este, algunos de ellos son:
Todos los países de la región, con la excepción de México10, forman parte del
Grupo de los 77 y China
G-77+China
La agrupación que ha venido enmarcando desde junio de 1964 la actuación de la
gran mayoría de los países en desarrollo en todas las negociaciones
multilaterales. La membresía del Grupo abarca en la actualidad 133 países.
Unidos sólo por la condición de ser países en desarrollo, los países del Grupo
intentan, con dificultad creciente, conciliar intereses que resultan con frecuencia
contradictorios. En el grupo participan países insulares cuya supervivencia a largo
plazo pudiera depender de una drástica intervención colectiva para la mitigación
del cambio climático, así como países exportadores de hidrocarburos, cuyos
ingresos se verían afectados por una política generalizada y ambiciosa de
reducción de emisiones, que haga caer la demanda global de combustibles fósiles.
El equilibrio entre posiciones antagónicas de esta índole resulta cada vez más
difícil de lograr. Han surgido en el interior del G-77+China grupos específicos, con
intereses a veces divergentes, sin que por el momento se vea comprometida la
unidad y la persistencia del propio grupo.
Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS)
AOSIS, grupo de negociación de los países insulares en desarrollo, activo desde
1991, ha ejercido una gran influencia en las negociaciones climáticas, en donde
ostenta una notable autoridad moral: siendo marginal su contribución al problema
en función de sus limitadísimas emisiones propias, los países integrados en
AOSIS figuran entre los más vulnerables del planeta frente al cambio climático, en
particular por la elevación que induce en el nivel del mar, proceso que podría
determinar, a mediano o largo plazo, la desaparición física del territorio de algunos
de sus miembros. El grupo es por ello particularmente proactivo, y defiende las
opciones más ambiciosas de cuantas son objeto de negociación.
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)
En el contexto de líneas de trabajo más amplias sobre el crecimiento verde y el
desarrollo sostenible, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE), que agrupa a 34 países, en colaboración con la Agencia
Internacional de Energía (AIE), que a su vez agrupa a 28 países todos ellos
miembros también de la OCDE23, estableció en 2010 un Grupo de Expertos en
Cambio Climático (CCXG). El CCXG es heredero del anterior “Grupo de Expertos
de Anexo I” (AIXG) en el que participaban, además de los países miembros de la
OCDE y de la AIE, países desarrollados no miembros de estas instituciones, en
particular países “en transición hacia una economía de mercado”. La
transformación del AIXG en CCXG implicó un cambio de estrategia y de
orientación, que reconoce, entre otros factores, la apertura de la membresía de la
OCDE hacia países No-Anexo I, es decir, en desarrollo. El CCXG es un grupo de
análisis técnico y de discusión, mas no de negociación. Se atiene en sus
reuniones a la regla “Chatham House”, que excluye la posterior atribución de
expresiones.

La negociación multilateral sobre cambio climático ha correspondido por razones


legales, políticas e institucionales a los gobiernos centrales de los países. La
actuación de los gobiernos locales, en particular de aquellos cuyo ámbito
corresponde a las ciudades, resulta un componente fundamental de la acción
climática de los países, que está siendo recientemente reconocido en el proceso
multilateral de negociación. Un conjunto de instituciones e iniciativas pretenden
articular mejor las aportaciones de las ciudades al régimen climático global.
El Foro Económico Mundial (FEM) es una fundación privada, independiente, sin
fines de lucro, surgida a partir del Foro Gerencial Europeo, fundado en 1971 por
Klaus M. Schwab, con sede en Ginebra, Suiza. Financiada por empresas de
alcance internacional, esta instancia fue ampliando su ámbito de acción y su
relevancia, adquiriendo su actual denominación en 1987.
Como ya se indicó, a partir de los resultados obtenidos en Cancún y en Durban,
las dos “pistas” de negociación que se establecieron en 2007 en la COP-13 /
CMP-3 de Bali, la de la Convención, con su “acción cooperativa de largo plazo”, y
la del Protocolo, con la definición de su Segundo Periodo de Compromisos, se
cerraron finalmente en 2012, como estaba previsto, en la COP-18 de Doha. Los
esfuerzos de negociación confluyen ahora en una sola pista, centrada en la
Plataforma de Durban para una Acción Reforzada.
El órgano subsidiario de la Plataforma de Durban (ADP) desarrolla a su vez dos
líneas de trabajo. La primera línea se aboca a la negociación de un acuerdo bajo
la Convención “aplicable a todas las Partes” y que adopte la forma de “un
Protocolo, otro instrumento legal o un resultado acordado con fuerza legal”. Está
previsto adoptar este acuerdo en 2015 (COP-21, que se celebrará cerca de París,
en Francia) con la previsión de que entre en vigor en 2020. La fecha elegida para
esta entrada en vigor pudiera relacionarse con el final del periodo para el cual
algunos países formularon compromisos políticos (“pledges”) a raíz de las COPs
de Copenhague y de Cancún. Sin embargo, la segunda línea de trabajo del ADP
se enfoca precisamente hacia el incremento en la ambición de las acciones de
mitigación a llevar a cabo antes de 2020.
Conclusiones
En esta lectura nos damos cuenta la importancia que tiene el cambio climático, no
solo en el sentido medioambiental, sino también en el sentido económico y social,
y nos damos cuenta de lo primordial que es atacar este problema.
La transición de los países hacia un desarrollo bajo en carbono y resiliente
dependerá de las condiciones generales y específicas de acceso al financiamiento
internacional, así como de la inversión propia. El acceso a un financiamiento
adecuado y oportuno para promover acciones de mitigación y de adaptación, en
particular en países en desarrollo, constituye un tema toral para el régimen
climático, con capacidad para descarrilar la negociación multilateral en caso de
que no se logren claros avances al respecto.
En el régimen basado en la Convención, y sobre la base de su responsabilidad
histórica en la generación del problema del cambio climático, los países
desarrollados han reconocido siempre su obligación de contribuir al financiamiento
de la acción climática en los países en desarrollo.
La escala de las transformaciones y de las inversiones que se requieren para
atajar el cambio climático y paliar sus efectos inevitables excede con mucho la
capacidad del sector público de los principales países emisores. No se trata
solamente de los montos en principio disponibles y de las condiciones para su
movilización, sino también de la inventiva, el conocimiento tecnológico y la
capacidad de innovación, que por lo general tienden a concentrarse en el sector
privado, cuya intervención a gran escala resulta por ello indispensable.

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