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Eva Duarte de Perón agente nazi. Evita amante de Otto Skorzeny, aquel austríaco
miembro de las SS que estuvo a cargo de operaciones especiales bajo órdenes
de Adolf Hitler. Evita doble agente, casi una Mata Hari de las pampas. ¿Realidad
o fantasía?
Las sospechas se suscitaron en parte porque ese país no formaba parte de la gira
oficial, que en principio sólo incluía España, Italia, el Vaticano y Francia. El "miste-
rioso desvío" a Suiza comenzó a dar que hablar ya en esa época y los rumores se
expandieron y cobraron nueva forma con los años, siendo citado el tema en libros
y artículos periodísticos, haciendo referencia a algún tipo de depósito de "oro nazi"
en la banca suiza por parte de Evita.
Eva Perón en Suiza, en 1947
Benito Llambí, un hombre que acompañó a Perón desde los tiempos del GOU y
era el embajador en Berna en 1947, buscó aclarar el tema en sus memo-
rias, Medio Siglo de Política y Diplomacia (Corregidor, 1997).
Entre aquellos textos o documentos que fueron pioneros puede citarse el Blue
Book on Argentina, conocido popularmente como el "Libro Azul", editado por los
Estados Unidos y difundido como la "declaración oficial" de la Casa Blanca
"sobre el régimen fascista en Argentina", con serias acusaciones contra Perón
en medio de la caliente campaña electoral de 1946. El principal promotor del libro
fue el ex embajador norteamericano Spruille Braden, quien luego de su paso por
Buenos Aires pasó a fungir como secretario adjunto del Departamento de Estado.
Es conocido el slogan elegido astutamente por el líder justicialista al calor de la
campaña electoral, "Braden o Perón".
Otro propagador de la versión de que Perón y Eva Duarte eran agentes nazis fue
el diputado radical Silvano Santander, un decidido antifascista que denunció las
actividades de agentes del Tercer Reich en el país desde antes del advenimiento
del peronismo y que sufrió en carne propia persecuciones, que terminaron en su
expulsión del Congreso en 1951. Tras el derrocamiento de Perón, publicó Técnica
de una traición: Agentes del nazismo en la Argentina, con durísimas acusaciones
contra el ex mandatario derrocado y varios de sus colaboradores. Varias de las
informaciones que forman parte del libro de Santander, al igual que algunas de las
denuncias de la Comisión Investigadora de Actividades Antiargentinas del Con-
greso, que actuó en los años 40, provenían de Heinrich Jürges, un aventurero y
falsificador de documentos alemán, que algunos investigadores vinculan a la
inteligencia británica.
Jürges fue versátil, ya que trabajó tanto para los nazis como para sus opositores.
Incluso le presentó al gobierno argentino de Roberto Ortiz documentación que
probaría un supuesto plan de invasión de la Patagonia por parte de Alemania. Un
diario alemán en Buenos Aires sabía que se trataba de papeles apócrifos, pero los
fogoneó en sus artículos como reales porque respondía a su línea antinazi.
El peronismo favoreció el ingreso de nazis, pero Juan Perón y Eva Duarte
no fueron “agentes” del Tercer Reich
Los signos políticos y las conveniencias de cada actor jugaron su papel en una
época convulsionada. Más allá de esto, todavía queda mucho por saber, ya que
los vínculos con la Alemania nazi existieron y ex jerarcas y criminales del
Reich llegaron a estas tierras en un número aún no determinado oficialmente. Los
lazos con la Alemania nazi comenzaron antes de Perón y continuaron con este,
cuando el "Reich de los Mil Años" era solo ruinas. Por ahora, la falta de voluntad
de las autoridades, los anuncios rimbombantes sin resultados plausibles -como la
Comisión para el esclarecimiento de las actividades nazis en la Argentina creada
por el menemismo-, la destrucción de archivos oficiales y la negativa a desclasifi-
car otros, hacen ver con poco optimismo nuevas conclusiones en el corto plazo.