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HEGEL1

El ser en sí y para sí que es sujeto: el espíritu absoluto.


“Según mi modo de ver, que deberá justificarse solamente mediante la exposición del sistema mismo,
todo depende de que lo verdadero no se aprehenda y se exprese como sustancia, sino también y en la
misma medida como sujeto… La sustancia viva es, además, el ser que es en verdad sujeto o, lo que tanto
vale, que es en verdad real, pero sólo en cuanto es el movimiento del ponerse a sí misma o la mediación
de su devenir otro consigo misma. Es, en cuanto sujeto, la pura y simple negatividad y es, cabalmente
por ello, el desdoblamiento de lo simple o la duplicación que contrapone, que es de nuevo la negación
de esta indiferente diversidad y de su contraposición: lo verdadero es solamente esta igualdad que se
restaura o la reflexión en el ser otro en sí mismo, y no una unidad originaria en cuanto tal o una unidad

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http://boehmiano.blogia.com/2012/050601

Nos proponemos en pocas páginas trazar un esbozo comprensible de las ideas


fundamentales de Hegel, sin duda uno de los filósofos más complicados de leer y
entender. Esta inevitable simplificación quiere introducir y hacer de entrada más
asequible (aun a riesgo de algunas imprecisiones) un pensamiento que luego puede ser
completado y profundizado.

             Se trata sobre todo de comprender bien tres conceptos fundamentales: la


realidad, el espíritu y la historia, los tres entendidos como procesos dialécticos.

             Introducción. Hegel como madurez de la filosofía occidental.

             La filosofía de Hegel supone la madurez del pensamiento occidental (o, cuanto
menos, del pensamiento moderno). Madurez no quiere decir simplemente “cima”, pero
sí “final” de una andadura. Es la culminación del racionalismomoderno, de la razón moderna,
así como de una determinada manera de hacer metafísica. Después de Hegel,
sintomáticamente, la metafísica como sistema de pensamiento que abarque y explique
toda la realidad será algo raro, algo cada vez menos posible.

            Sabemos que Hegel intenta asimilar e incluir en su filosofía (eso sí, superada)
toda la tradición, esto es toda la historia anterior de la filosofía. Pero, concretando más,
se podría decir que él intenta hacer la síntesis del pensamiento griego y el pensamiento
moderno. La filosofía griega pensó especialmente la naturaleza(physis), culminando en el
concepto aristotélico desustancia; la filosofía moderna, desde Descartes y en su línea de
inspiración cristiana, se propuso comprender el espíritu, la conciencia, el sujetodel
conocimiento. Pues bien, Hegel quiere pensar lasíntesis de estos dos conceptos (su unión
y no sólo su separación) de naturaleza y espíritu.

            Si queremos caracterizar de modo sencillo en qué consiste lo que distingue,


según Hegel, la Naturaleza del Espíritu, nos encontramos con una fórmula simple. La
naturaleza es eso que está ahí. Y el espíritu es esto que soy yo mismo. Naturaleza es, por
tanto, estar ahí; como diría Hegel ser en sí. Espíritu es ser para mí, ser para sí, mismidad.

            Pensar la síntesis de naturaleza y espírituquiere decir también pensar la unión


entre realidady conciencia, entre lo objetivo y lo subjetivo, entre lo exterior  y lo interior,
entre sentidos y razón. En suma, entre lo finito y lo infinito, entre Dios y elmundo, entre el Creador y
su creación.
inmediata en cuanto tal. Es el devenir de sí mismo, el círculo que presupone y tiene por comienzo su
término como su fin y que sólo es real por medio de su desarrollo y de su fin” (Hegel, FEN Prólogo, p.15-
16). Lo que vivifica la substancia, es decir lo que la hace sujeto, es la reflexión en el ser otro en sí mismo.
Este movimiento que es lo verdadero (“la verdad es el movimiento de ella en ella misma”, Prólogo FEN),
se expresa en cualquiera de las múltiples esferas en que nos podemos colocar para conocer, que es un
lugar también del ser. Por ejemplo, el sujeto en su pensar, “[1] El ser allí inmediato del espíritu, la
conciencia, encierra los dos momentos, el del saber y el de la objetividad negativa con respecto al saber.
Cuando el espíritu se desarrolla en este elemento y despliega en él sus momentos, a ellos corresponde
esta oposición y aparecen todos como figuras de la conciencia. La ciencia de este camino es la ciencia
de la experiencia que hace la conciencia [Kant]; la sustancia con su movimiento es considerada como
objeto de la conciencia. La conciencia sólo sabe y concibe lo que se halla en su experiencia, pues lo que

            La dialéctica como unión y superación de los contrarios (FD §31/ )

             Para pensar y comprender la unión de los contrarios se hace necesario, según
Hegel, un nuevo tipo de pensamiento, se hace necesaria una nueva lógica: no ya la
lógica tradicional, aristotélica, asentada sobre el principio de no contradicción (no se puede
afirmar y negar una cosa al mismo tiempo y en el mismo sentido), sino la lógica dialéctica.
Esta lógica hegeliana afirma que, más allá del entendimiento, que procede oponiendo
conceptos (viendo el límite en todas las cosas), está el poder dialéctico y especulativo de
la razón que primero niega para afirmar después en un nivel más alto: primero niega lo
que afirma el entendimiento y, posteriormente, afirma o asume tanto la primera tesis o
afirmación delentendimiento como la negación de esa tesis(antítesis), llegando así a
la síntesis donde sonsuperadas y conservadas a un tiempo tanto la verdad de la tesis como la de la
antítesis. Un ejemplo vivo de esto podría ser: a) Tesis: yo soy yo (identidad); b)
Antítesis: yo no soy yo, yo no soy nunca el mismo (carezco de identidad como algo fijo,
permanente); c) Síntesis: yo soy yo y no soy yo. Yo soy el que seré (mi identidad es un
perpetuo hacerse o devenir). Dicho de otro modo: lo que soy ahora es un momento
necesario e insustituible de mi realidad; pero eso que soy tiene que ser negado, pues eso
es finito y pasajero; finalmente, seré plenamente al final de mi proceso vital (acaso un
proceso infinito) o cuando sepa que soy, yo también, absoluto.

            El Absoluto como síntesis donde se resuelve, sin aniquilarse, toda dualidad.

             Para comprender toda la realidad (toda la realidad y cualquier realidad) hay que
comprenderla en relación con lo Absoluto. Para comprender cualquier cosa finita, hay que
ponerla en relación con lo infinito. En seguida hablamos de ello, pero antes recordaremos
que lo real es para Hegel lo activo, lo que tiene capacidad para desplegarse a partir de sí
mismo. Por eso lo real es un proceso u devenir o llegar a ser. La realidad es sustancia pero
también sujeto. Comosustancia es lo permanente, lo esencial, lo que se objetiva o exterioriza
(en lenguaje religioso: El mundo como la objetivación o exteriorización –o la negación-
de Dios); como sujeto, es conciencia,espíritu que conoce, capacidad de interiorización,
vuelta a sí mismo.

            Pues bien, para Hegel el Absoluto es sustancia y es sujeto. Su mejor definición es
decir que es espíritu infinito (el buen infinito, que no está separado de lo finito, sino que lo
incluye dentro de sí. Pues, en efecto, lo finito no puede limitar o poner límites a lo
se halla en ésta es sólo la sustancia espiritual, y cabalmente en cuanto objeto de su sí mismo. [2] En
cambio, el espíritu se convierte en objeto, porque es este movimiento que consiste en devenir él mismo
un otro, es decir, objeto de su sí mismo y superar este ser otro. Y lo que se llama experiencia es
cabalmente este movimiento en el que lo inmediato, lo no experimentado, es decir, lo abstracto, ya
pertenezca al ser sensible o a lo simple solamente pensado, se extraña, [3] para luego retornar a sí
desde este extrañamiento, y es solamente así como es expuesto en su realidad y en su verdad, en
cuanto patrimonio de la conciencia” (ibid pp. 25-26). O también, “El movimiento de lo que es consiste,
de una parte, en devenir [1] él mismo [2] otro, convirtiéndose así en su contenido inmanente; de otra
parte, lo que es [3] vuelve a recoger en sí mismo este despliegue o este ser allí, es decir, se convierte a sí
mismo en un momento y se simplifica como determinabilidad. En aquel movimiento, [2] la negatividad
es la diferenciación y el poner la existencia; [3] en este recogerse en sí, es el devenir de la simplicidad
determinada. De este modo, el contenido hace ver que no ha recibido su determinabilidad como

Absoluto). Lo Absoluto es Dios o, como también lo llama Hegel, la Idea (la Idea es
el concepto adecuado del Absoluto).

            Hay que darse cuenta de que para Hegel no conocemos de verdad ninguna cosa
si no es en su relación con el Absoluto (saliendo, por así decir del Absoluto, como un
momento –finito pero necesario- del Absoluto). La verdad es la totalidad. Por tanto, el
Absoluto sólo existe concretándose y encarnándose en todas las cosas (en la naturaleza
y el espíritu finitos). Por eso no se puede definir el Absoluto, ni hay que pensar que el
Absoluto sea una cosa absoluta, sino el fundamento absoluto de todas las cosas.

            Decir que todo es espíritu absoluto, que todo es el absoluto, quiere decir que nada
tiene ser, ni es por tanto verdaderamente conocido, repetimos, si no es entendido en su
última raíz, como un momento de la vida infinita. Por eso dice Hegel que la verdad  no se
encuentra en lacosa, nunca se encuentra en el resultado concreto, provisional (esto es
decisivo para entender lahistoria en Hegel). El resultado sería como el cadáver que ha
dejado en pos de sí la tendencia que lo engendró. Lo verdadero –dice Hegel- no es el
resultado sino el todo; aquello que vincula el resultado a su principio o fundamento.

            El sistema hegeliano.

             A esa relación o articulación que guarda cada cosa con su fundamento absoluto
lo llama Hegel sistema. La filosofía ha de ser sistemática, ha de ser un sistema de todos
los conocimientos, si quiere ser un saber absoluto o total del Absoluto. Pues bien, el sistema
hegeliano tiene tres partes: LÓGICA, FILOSOFÍA DE LA NATURALEZA y
FILOSOFÍA DEL ESPÍRITU.

            La Lógica, que es como la Metafísica hegeliana, pues expone y desarrolla las
determinaciones conceptuales del Ser (los modos en que se puede y debe pensar lo real),
del Absoluto. Sería la Idea estudiada en sí misma (Dios antes de crear el mundo, dice
Hegel). [Esto correspondería al momento abstracto  delentendimiento. Tesis, en el
proceso dialéctico].

            La Filosofía de la Naturaleza o estudio del mundo en diferentes niveles (mecánica,


química, física, biología, geología, etc.), pero del mundo o naturaleza como lo otro del
espíritu, como la autonegación o alienación de Dios. Sería la Ideafuera de sí misma (el
resultado de la creación, como algo finito). [Momento negativo-racional. Antítesis].
impuesta por otro, sino que se la ha dado él mismo y se erige, de por sí en momento y en un lugar del
todo” (ibidpp.35-36).
La auto-ubicación de Hegel en los tres momentos esenciales de la historia de la filosofía, además de
verla en su “concepto previo”, puede verse en otras clasificaciones de la Enciclopedia.
1) “§ 83. La lógica se divide en tres partes:
I. La doctrina del ser. II. La doctrina de la esencia. III. La doctrina del concepto y de la idea.
Es decir, la lógica se divide en la doctrina del pensamiento:
I. en su inmediatez o doctrina del concepto en sí;[ARISTÓTELES?]II. en su reflexión y mediación
o doctrina del ser-para-sí y aparenciadel concepto [KANT?]. III. en su haber regresado a sí y en
su ser-cabe-sí desarrollado o doctrina del concepto en y para sí [HEGEL]”.

            La Filosofía del Espíritu o la exposición de la toma de conciencia que hace el espíritu
de sí propio, desde su emerger en y desde la naturaleza hasta convertirse en  espíritu
absoluto. Es la parte más importante, sin despreciar la primera, del sistema hegeliano.
Sería la Idea para sí, o mejor,en sí y para sí (Dios realizado y realizándose en y más allá de
su Creación). [Momento positivo-racional o especulativo. Síntesis].

            El concepto de Espíritu.

             Hegel define el Espíritu como libertad. Esta es la esencia del espíritu. Bien


entendido que la libertad  supone o implica la autoconciencia, el conocimiento de sí mismo,
pues, para Hegel, somos lo que de verdad conocemos. La voluntad racional que quiere la
libertad, para uno mismo y para todos los demás, porque sabe que todos somos
esencialmente libres, libres por derecho propio, es la expresión cabal del espíritu. Ese
querer racional es la unión de teoría y praxis, de conocimiento y acción, de esencia y
existencia, deser y deber-ser. El Espíritu es la Razón que sabe que no hay oposición
insuperable entre lo que existe y lo que debe existir, entre lo imperfecto y lo perfecto,
entre lo que nos exige la conciencia moral y lo que de hecho pasa en el mundo, en la
historia. Ahora bien, la Razón que sabe esto es la Razón o Espíritu Absoluto, síntesis del
Espíritu subjetivo y del espíritu objetivo.

            El espíritu subjetivo comienza siendoalma y luego conciencia. El alma siente, pero no


conoce; la conciencia se desdobla (es conciencia de algo) para llegar a la autoconciencia
universal. Elespíritu es voluntad racional, capaz de llegar al conocimiento perfecto o
absoluto.Respecto al espíritu objetivo, importa fijarse en la noción o concepto del Estado,
verdadera síntesis del derecho y la moralidad, lugar donde se manifiesta plenamente la
divinidad y donde se hace posible, real y efectivamente, lalibertad. Pero bien entendido
que Hegel se refiere a la idea del Estado y no sólo a los estados que han existido
históricamente, que son finitos e imperfectos.El espíritu absoluto comprende en Hegel
el arte, la religión y la filosofía. La historia de estas disciplinas nos muestra un progreso
dialéctico hasta culminar en la perfecta toma de conciencia de lo que el Absoluto mismo
es y de lo que es todo (cualquier realidad) en relación al Absoluto. La filosofía, no lo
olvidemos, es saber absoluto del Absoluto.

            La idea de la historia.


                       La concepción hegeliana de la historia no es difícil. Con todo, no hay que
perder de vista que la historia es un despliegue necesario del Espíritu Universal o Espíritu del
Mundo, que se encarna en los Espíritus de los pueblos que han tenido un papel relevante en la
historia de la humanidad (son pueblos que se han constituido en Estados). La historia ha
transcurrido racionalmente, los hechos históricos tienen un sentido que desciframos, en
última instancia, como un esfuerzo poderoso y astuto del Espíritu divino por realizar la
libertad. Pese a la insistencia de Hegel en señalar la libertad como el propósito, la meta y
el fin de la historia, no queda demasiado claro el papel de la libertad individual en este
sistema.

            Conclusión.

             Panlogismo: todo es lógica, todo se reduce a concepto. El Absoluto, Dios, es la Idea.


Sí, pero como Vida infinita, como movimiento y devenir sin término. Esto plantea
algunas aporías, algunos callejones sin salida, algunas contradicciones... ¿Podrán todas
ellas resolverse dialécticamente? El fondo último de la realidad, de cuanto existe, ¿es él
mismo racional? ¿O es irracional? ¿O ninguna de las dos cosas? Pero no es este el lugar
de críticas ni mayores especulaciones.

            Hegel quiere convertir el misterio en algo comprensible, traducirlo a conceptos


racionales. La religión encuentra, para él, su sentido en la filosofía. Hay algo muy loable
en intentar unir el amor y el conocimiento. Pero el joven Hegel, el teólogo, ponía el
amor por encima del conocimiento (ese amor que hace que nos veamos en el amado); la
unión con lo Infinito se producía por vía religiosa y no podía comprenderse: la filosofía
no podía realizarla. El Hegel maduro invierte los términos de esta relación: la razón por
encima del amor. Es la culminación (y el agotamiento al mismo tiempo) del racionalismo
moderno, del pensamiento que define al ser humano como animal racional,pensante.

            “La verdadera naturaleza de lo finito –escribe Hegel- es esta: que es infinito”.
Ahora bien, lo Absoluto (que comprende ambos conceptos, “finito” e “infinito”) no es
para Hegel una unidad abstracta más allá de todas las limitaciones y allende todo saber, sino
la totalidad concreta que se despliega como naturaleza y espíritu. Los dos conceptos claves
de la filosofía occidental.

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