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ELSA
Cuando nos acercamos a una institución, nos presentamos, como dice Gloria,
sacando un cassette que porta algo de nuestra historia. Sacar el cassette significa en el
código interno del equipo, que una de nosotras cuente la historia. El cassette dice
más o menos así: Conformamos un equipo que se denomina “Equipo de Contención
al Docente”, pertenecemos y dependemos de la Dirección del Área de Educación
Especial de la Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Somos cinco profesionales psicólogas, con una coordinación interna. En el año 1989
los docentes de las escuelas Hospitalarias solicitan a la entonces directora del Área un
espacio de encuentro. Al año siguiente, en 1990, se concreta el proyecto y se pone en
marcha el Equipo
Comenzamos a trabajar con los docentes expuestos a trabajar con niños que padecen
enfermedades terminales, Escuelas Hospitalarias y Domiciliarias y luego nos
extendimos a otros servicios del Área: Escuelas de Recuperación, de Discapacitados
Motores, Escuelas Especiales transferidas de Nación, Profesorados de Educación
Especial y en esta última etapa también escuelas del Área de Inicial.
Llegamos a las escuelas por diferentes caminos, camino en su sentido literal, somos
un equipo itinerante, los maestros no pueden dejar su lugar de trabajo, por lo tanto
nosotras nos acercamos a las escuelas.
Otro camino, teniendo en cuenta quien nos requiere. Al equipo le pueden solicitar las
distintas direcciones de áreas, los docentes, los equipos de conducción, los equipos
interdisciplinarios. Las estrategias de intervención las definimos en función del
pedido, de las características de la escuela y de los tiempos institucionales
disponibles. Más o menos el casette terminaría acá, con la ilusión de una historia
acabada y grabada, aunque sabemos que cada vez que ponemos el mismo casette ya
es diferente, modificado una y otra vez, cuando lo transmitimos, modificado por las
tramas vinculares de cada institución, por su dinámica, por el lugar que ocupamos en
el imaginario de cada uno de los integrantes de los grupos que atendemos. Es decir,
cada uno escucha su propio cassette.
ELSA: Siguiendo nuestro camino hacia las instituciones, entramos a una escuela
respetando la vía jerárquica establecida por el sistema educativo. Tenemos entrevistas
con los distintos sectores de la institución: la supervisora, la conducción, los docentes,
el equipo interdisciplinario o gabinete escolar, para escuchar la demanda institucional
desde los distintos actores. ¿Qué nos piden? ¿Qué nos suponen? ¿Qué fantasía se teje
sobre el espacio de contención?.
A veces, los grupos nos dan una potencia increíble, otras nos atan en la impotencia,
ambos imaginarios tratamos de desplegarlos, de ponerlos a trabajar para que no nos
dejen congeladas.
Tanto en el lugar de que todo podemos como en el lugar de que nada podemos, ¿Qué
nos permite operar? Nuestro deseo: Vamos por nuestra función de coordinadoras de
grupo.
Recorriendo las instituciones y los grupos que atendemos, tomamos contacto con sus
problemáticas y su quehacer cotidiano. Comprobamos que están atravesadas por el
dolor, la globalización, la desvalorización. ¿Gloria, texto o contexto?
Grupos que puedan cuestionarse las frases que reiteradamente escuchamos:: "siempre
fue así”, “nada puede cambiar”, “de qué sirve”, “sospechamos todos de todos”.
Muchas veces han sido capaces de cuestionarse en voz alta: “Nosotros discapacitamos
a los niños cuando no alcanzan el ideal que pretendemos.” “La escuela refuerza la
discriminación”.
Otras veces el miedo a la violencia que genera la discapacidad las silencia y las
impotentiza.
Es el primer paso para aceptar las emociones y ansiedades que esta tarea les despierta.
¿Cómo operar, entonces con lo diferente, con lo rechazado, con lo que queda afuera?
¿Es capaz la escuela especial de generar una organización que albergue este perfil de
alumnos?
¿Será posible pensar en escuelas que transiten otros senderos, otras alternativas, otros
territorios?.
Desde nuestro accionar podemos ofrecer un espacio para “pensar con”, para
desnaturalizar lo naturalizado, para hacer una lectura crítica de los rótulos y de la
violencia cotidiana.