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2. La obra creadora de Dios produce una nueva vida, razón por la cual, el hombre,
vivificado con Cristo, participa de la vida de resurrección, y puede ser llamado una
criatura nueva, creada en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó
de antemano para que anduviésemos en ellas, Ef. 2: 10.
2.- No es nada más un cambio en una o más de las facultades del alma como, por
ejemplo, de la vida emocional, que quita la repulsión a las cosas divinas, o del
intelecto, o una iluminación de la mente obscurecida por el pecado, como la
consideran los racionalistas. La regeneración afecta el corazón, que es el órgano
central del alma que lo controla todo y del cual fluyen las corrientes de la vida.
Esto significa que afecta a la naturaleza humana como un todo.
a.- No es un trabajo que esté preparado por grados en el alma, según la doctrina
católica romana y los semipelagianos; no existe una etapa intermedia entre la vida
y la muerte; uno vive o está muerto.
Definición de regeneración.
La regeneración es el acto de Dios por medio del cual el principio de la vida
nueva queda implantado en el hombre, y se hace santa la disposición regente del
alma.
La necesidad de la Regeneración.
La voluntad humana.
Según Pelagio el concepto de la regeneración es sólo un acto de la voluntad
humana, y en la práctica es idéntico con la propia reforma lograda por uno mismo.
Los semipelagianos y de los arminianos, que la consideran, al menos en parte,
como un acto del hombre quien coopera con las influencias divinas aplicadas por
medio de la verdad. Estos conceptos envuelven una negación de la depravación
total del hombre presentada en las Escrituras.
La verdad
La verdad es un sistema de motivos presentados a la voluntad humana por el
Espíritu Santo, y esa verdad es la causa inmediata del cambio de la inmundicia a
la santidad. Esta teoría dice que la obra del Espíritu Santo difiere de la del
predicador sólo en grado. Ambos obran sólo por persuasión. Esto es
insatisfactorio ya que la verdad puede ser un motivo de santidad sólo si se la ama,
en tanto que el hombre natural no ama la verdad, sino la aborrece, Romanos. 1:
18, 25. En consecuencia, la verdad presentada en forma externa no puede ser la
causa eficiente de la regeneración.
El Espíritu Santo
Es el concepto adecuado es el que ha tenido la Iglesia de todos los Siglos, que
considera al Espíritu Santo la causa eficiente de la regeneración, esto es que el
Espíritu Santo obra en forma directa sobre el corazón del hombre y cambia su
condición espiritual. No existe cooperación alguna de parte del pecador en esta
obra. Es la obra del Espíritu Santo directa y exclusivamente, Ezequiel. 11: 19;
Juan 1: 13; Hechos. 16: 14; Romanos. 9: 16; Filipenses. 2: 13.
El concepto pelagiano.
Para los pelagianos, la libertad del hombre y su responsabilidad personal
implican que él en todo tiempo es tan capaz para dejar de pecar, como para
cometer pecado.
La regeneración bautismal.
De acuerdo con la Iglesia de Roma, la regeneración incluye no sólo la
renovación espiritual, sino también la justificación o el perdón de los pecados, y se
efectúa por medio del bautismo. La Iglesia Anglicana está de acuerdo con la
Iglesia de Roma en cuanto a este punto, muchos luteranos enseñan un cierto tipo
de regeneración bautismal, aunque de acuerdo con algunos, esto no incluye la
renovación espiritual, sino que sirve solamente para colocar a la persona
bautizada en una nueva relación con la iglesia. Todos estos grupos concuerdan en
enseñar que la bendición de la regeneración puede volverse a perder.
El concepto arminiano.
Según los arminianos la regeneración no es obra exclusiva de Dios, ni del
del hombre, es el fruto de la elección del hombre para cooperar con las influencias
divinas ejercidas por medio de la verdad.
El concepto tricotómico.