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Quaestio 21/2021

Annuario di storia della metafisica


Annuaire d’histoire de la métaphysique
Jahrbuch für die Geschichte der Metaphysik
Yearbook of the History of Metaphysics
© 2021, Brepols Publishers n.v., Turnhout, Belgium
© 2021, Pagina soc. coop., Bari, Italy

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ISBN 978-2-503-59528-3
ISSN 1379-2547
D/2022/0095/38
DOI 10.1484/J.QUAESTIO.5.122846
Quaestio 21/2021
Xavier Zubiri and Contemporary Metaphysics
Xavier Zubiri e la metafisica contemporanea
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Contents / Indice

Paolo Ponzio
Premessa. Xavier Zubiri: una metafísica del XX secolo ix

Xavier Zubiri and Contemporary Metaphysics


Xavier Zubiri e la metafisica contemporanea
Diego Gracia
Amicus Plato. La filosofía como profesión de verdad 3

Paolo Ponzio
La realtà come metafisica: il trascendentale nella filosofia di Xavier Zubiri 17

Antonio González
Estructura dinámica de la actualidad 37

Francesco Marrone
L’ovvietà del mondo e la trascendenza. Sul concetto di metafisica in Zubiri 75

Víctor M. Tirado San Juan


Problematismo, lucidez y pontencialidad
de la filosofía zubiriana de la inteligencia 97

Maria Lida Mollo


‘Sobre la esencia’: un laboratorio linguistico 129

Óscar Barroso Fernández


Verdad y ethos. Claves para un humanismo nihilista desde Zubiri 153

Carlos Pose
La ética en el horizonte post-metafísico. Poder y deber como hechos morales 171
vi Contents / Indice

Ricardo Espinoza Lolas


Realidad y sociedad en Zubiri 189

Giuseppe Cacciatore
La dimensione storica dell’uomo nelle riflessioni di Zubiri 203

Jesús Conill
Noología en tiempos de neurociencias e inteligencia artificial 215

Thomas B. Fowler
The Limitations of Artificial Intelligence in Light of Zubiri’s Noology 233

Javier Ruiz Calderón


Some problems of Zubiri’s thought on God and religión 259

Armando Savignano
Il problema di Dio e la religione in Zubiri 275

Ángel González
¿Realismo zubiriano? A propósito de in diálogo entre Xavier Zubiri
e Ignacio Ellacuría 289

Tommaso Sgarro
La presenza di Kant in Zubiri secondo Ignacio Ellacuría:
storia, filosofia, intelletto 309

Esteban Vargas Abarzúa


Análisis de algunas de las últimas obras publicadas de Xavier Zubiri.
¿En qué está su novedad? 325

Varia

Maria Evelina Malgieri


L’esse nel Liber de Causis: note su una polisemia parzialmente inaspettata
tra tradizione manoscritta e implicazioni dottrinali 347

Antonio Lombardi
Dall’intelletto potenziale alla coscienza eterna.
Aristotelismo “averroizzante” e idealismo in Thomas Hill Green 369

Matteo Angelo Mollisi


La logica dell’esistenza e il movimento della storia.
Heidegger e Patočka 401
Contents / Indice vii

Note Cronache Recensioni

Giulia Cabra
Etica fenomenologica come metaetica:
il contributo della riflessione husserliana 421

Costantino Esposito
Il labirinto come paradigma del tempo 426

Giovanni Cerro
Filosofia come saggezza straniera 433

Index of Names / Indice dei nomi 443

Index of Manuscripts / Indice dei manoscritti 451


Javier Ruiz Calderón

Algunos problemas del pensamiento de Zubiri


sobre Dios y la religión

1. Introducción

Ante todo gracias a los organizadores de este congreso1 por haberme invitado a
participar en él. Para mí es un honor poder dialogar con los verdaderos especia-
listas en el pensamiento de Zubiri.
Desde el año 2013, he presentado cinco ponencias en el Seminario de Inves-
tigación de la Fundación Zubiri de Madrid, todas ellas relacionadas más o menos
directamente con la Filosofía de la religión y la Teología filosófica de este autor:
1) En el año 2013, una sobre ‘La justificación de la realidad de Dios en el
Curso de Roma’.
2) En 2016: ‘Algunos temas de fenomenología de la religión en El problema
teologal del hombre’.
3) En 2018: ‘¿Hay un problema de Dios? El planteamiento del problema de
Dios en la Redacción final de El hombre y Dios’.
4) En 2019: ‘¿Hay algo absoluto?’.
5) En 2020: ‘¿Dios = la realidad?’2.
El objeto de este artículo es recopilar algunos de los problemas que he ido
encontrando al elaborar dichas ponencias. No me refiero a problemas de interpre-
tación, sino a puntos en los que me parece que la argumentación de Zubiri no es
correcta. Es decir, no se trata de una mera exposición de las ideas de Zubiri – cosa
que realizan con mayor competencia los especialistas en su pensamiento – sino
también de una crítica del mismo. Dichos problemas se refieren:
1) a la Fenomenología de la religión de Zubiri y
2) al planteamiento y el despliegue del por él llamado ‘el problema de Dios’.

1 El «V Congresso Internazionale Xavier Zubiri: Pensare la metafísica nell’orizzonte del XXI secolo»,

celebrado del 25 al 27 de septiembre de 2019 en la Università degli Studi Aldo Moro de Bari (Italia).
2 Esta última la presenté ya después de celebrado el Congreso de Bari, pero no añadía nada al asunto

que traté en él.

«Quaestio», 21 (2021), 259-274 • 10.1484/j.quaestio.5.128395


260 Javier Ruiz Calderón

2. La ‘Fenomenología de la religión’ de Zubiri

Entiendo por ‘Fenomenología de la religión’ el análisis descriptivo de la esencia,


los aspectos y las variedades del hecho religioso. Para mí, constituye la primera
parte de la Filosofía de la religión. La segunda parte de esta sería la Crítica de
la religión, consistente en mostrar la relación del fenómeno religioso con la vida
humana en su conjunto y con la realidad en cuanto tal3.
Para este primer apartado nos centramos exclusivamente en el libro El pro-
blema teologal del hombre: Dios, religión, cristianismo (PTH), que recoge un
curso de veintiséis lecciones dictado por Zubiri en Madrid en 1971. Ese curso
fue la única ocasión en que nuestro autor realizó una exposición completa de las
tres partes en que dividía en su madurez su reflexión sobre la religión, a saber:
El hombre y Dios, El hombre y la religión y El hombre y el cristianismo.
En la Introducción de esta obra (pp. 1-35) se nos explica que ‘el problema
teologal del hombre’ es el problema de la intelección o logos de Dios. Este logos
tiene tres aspectos: 1) ‘revelante’ (la persona de Jesucristo), 2) teológico y 3)
teologal. El tercero es el primario. La ‘dimensión teologal del hombre’ es aquella
dimensión de la vida humana que queda abierta por el hecho de la ‘religación’,
por la cual el ser humano está constitutivamente vertido a Dios.
En la lectura del libro he encontrado diez asuntos tratados por Zubiri que
me parecen relevantes para la Fenomenología de la religión. Es decir: para una
descripción del mero hecho religioso que no solo prescinde de supuestos de fe
– es decir, que pone entre paréntesis las creencias religiosas, como debe hacer
toda filosofía digna de ese nombre – sino también de todo intento de articular
ese hecho con otras dimensiones de la realidad.
En la primera parte, El hombre y Dios (pp. 35-195), Zubiri expone una fun-
damentación antropológica y metafísica del hecho religioso: el ser humano está
«religado» al «poder de lo real» y Dios es el fundamento de ese poder. En esta
parte de la obra encuentro dos temas tratados por Zubiri que podrían entrar de
lleno en el campo de la Fenomenología de la religión:

2.1. Algunos caracteres de Dios desde la mera inteligencia


(pp. 110-150)

En estas páginas Zubiri afirma que desde la mera inteligencia se puede llegar a
saber que Dios es una realidad absolutamente absoluta, personal, fundamento

3 Ruiz Calderón 2019 es una breve exposición de mi filosofía de la religión, desde la cual realizo

todos mis comentarios a las ideas de Zubiri tratadas en este artículo. A esa obra remito como justificación
más amplia de lo que digo aquí.
Algunos problemas del pensamiento de Zubiri sobre Dios y la religión 261

de todo lo real, trascendente y presente en el fondo de todo. Supuestamente, con


ello queda probada la realidad de Dios. Pero los caracteres del ‘Dios’ justificado
por Zubiri no corresponden a cualquier idea de Dios o de lo divino sino especí-
ficamente a una concepción de lo divino:
1) monoteísta o teísta (es decir: no politeísta, monista, etc.);
2) monoteísta de salvación (distinta de la de los monoteísmos primitivos);
3) monoteísta de salvación de la diferencia (es decir: no de los monoteísmos
de salvación panenteístas o monistas, como son casi todos los monoteísmos hin-
dúes).
Se describe, pues, correctamente la concepción de lo divino característica
de los monoteísmos proféticos; pero la exposición del autor no constituye en
absoluto una descripción adecuada de «lo divino» en general.

2.2. Acceso a Dios por la fe (pp. 151-168)

En estos apartados se nos dice que el hombre accede a Dios en la fe, que se
define como la entrega a una realidad personal en cuanto verdadera. De acuerdo
en que la esencia de la actitud religiosa es la entrega a lo divino, la fe; pero en
un sentido más amplio que el que expone Zubiri. Nuestro autor solo describe
la fe en el Dios salvífico de la diferencia cuya naturaleza ha desarrollado en las
páginas anteriores. De nuevo, pues, no está describiendo lo que es la fe religio-
sa en general sino solo la fe religiosa característica de esa forma particular de
monoteísmo.
La segunda parte del libro, El hombre y la religión (pp. 199-363), se basa en
la idea de Dios a que se ha llegado en la primera parte, pero le añade muchos
contenidos de Historia de las religiones y Fenomenología de la religión.

2.3. La religión y lo sagrado (pp. 199-211)

Aquí se nos dice que la religación descrita en la primera parte del libro se plas-
ma, por la opción personal de la fe, en la ‘religión’, que consiste en la entrega del
hombre a Dios. La relación con Dios es, por ello, la base previa que determina el
ámbito de lo sagrado4. Las descripciones que realiza Zubiri en estos apartados

4 La reflexión sobre lo sagrado la realiza Zubiri en breve diálogo con Durkheim y Eliade. En Zubiri

2017, pp. 19-33 trata el tema más extensamente y añade como interlocutores a Rudolf Otto y a Heidegger.
Su conclusión sobre el carácter previo de la relación con lo divino (que él llama «el Misterio») respecto
262 Javier Ruiz Calderón

me parecen muy correctas, ampliándolas, por supuesto, de la idea restringida de


Dios con la que trabaja nuestro autor a la idea general de lo divino.

2.4. La religión como cuerpo (pp. 211-229)

La religión «en sí misma» tiene dos aspectos: la religión como cuerpo social y la
religión como vida religiosa personal. El primero es la dimensión institucional
o tradicional de la religión, que contiene dos aspectos: la teología (concepción
de Dios) y la ‘mundología’ (concepción del mundo visto desde la idea de Dios).
La exposición que Zubiri realiza de este asunto nos parece correcta, aunque
demasiado centrada en las creencias. Deja sin desarrollar aspectos importantes
de la religión como institución – es decir, como sistema cultural5 –, como las
normas religiosas, los sistemas de signos, las obras de la cultura inmaterial y
material, etc.6

2.5. La religión como vida religiosa (pp. 229-232)

Según Zubiri, la vida religiosa personal es el aspecto esencial de la religión. Es


previa a lo institucional, aunque siempre se vive determinada por un cuerpo so-
cial. La actitud religiosa personal se expresa en determinados actos específicos.
La descripción de Zubiri de este asunto me parece correcta.

2.6. La diversidad de las religiones (232-255)

En estas páginas, Zubiri desarrolla el tema de la diversidad histórica de las


religiones. La diferencia esencial entre ellas consiste para él en la idea de la
divinidad que tiene cada una. Hay distintas ideas de la divinidad que se van
enriqueciendo progresivamente. No puedo sino mostrarme de acuerdo con la
exposición de Zubiri, que me parece además un alarde de conocimientos de
Historia de las religiones y de buena Fenomenología de la religión.

al ámbito de lo sagrado coincide con la propuesta desarrollada extensamente en Martín Velasco 2006,
pp. 87-159.
5 El texto más influyente en las últimas décadas en relación con la religión como sistema cultural es

Geertz 1973.
6 En Ruiz Calderón, Lo religioso. Diversidad, unidad y estructura. Prolegómenos a una filosofía de

la religión (en prensa) trato extensamente el tema de los aspectos personal y cultural de la religión, sus
dimensiones, relaciones, etc.
Algunos problemas del pensamiento de Zubiri sobre Dios y la religión 263

2.7. Rutas hacia la divinidad (255-270)

Para Zubiri, en la historia de la humanidad se han recorrido tres rutas o vías


diversas hacia la divinidad, por difracción inevitable de la religión en el espíritu
humano: las rutas de la dispersión (politeísmo), de la inmanencia (panteísmo) y
de la trascendencia (monoteísmo). Según el autor, la inteligencia justifica (como
se ha hecho en la primera parte de la obra) la superioridad del monoteísmo y
excluye las otras dos vías por parciales, aunque no completamente falsas. Me pa-
rece cierto que esas han sido las tres grandes vía religiosas; pero la descripción
del panteísmo lo simplifica demasiado, y el monoteísmo queda reducido – como
en el resto de la obra – a una de sus formas. Por último, la supuesta superioridad
del monoteísmo no se fundamenta en la mera descripción de los tipos sino en la
especulación metafísica llevada a cabo en la primera parte del curso.

2.8. El devenir histórico de las religiones (271-284)

En este apartado Zubiri realiza una brillante descripción de las distintas formas
de nacimiento, desarrollo – por contacto o desarrollo interno – y muerte de las
religiones, a la que no tengo nada que objetar.

2.9. Historicidad de las religiones (284-301)

Entre otras cosas, en este apartado se explica que la historia es realización de


posibilidades y se afirma que las vías panteísta y politeísta hacia la divinidad no
son falsas sino ‘aberrantes’, en el sentido de que muestran una imagen aparente
de Dios. La reflexión sobre la intrínseca historicidad de la religión es brillante,
pero la distinción entre la vía verdadera (el monoteísmo) y las aberrantes hacia
Dios no es fenomenológica sino metafísica (o incluso teológica).

2.10. El hombre y el cristianismo (365-783)

La tercera parte de la obra, El hombre y el cristianismo, expone ampliamente una


idea del cristianismo como religión de «deiformación» y como verdad suprema
de todas las religiones. Como se basa en la metafísica de la primera parte y en
la fe cristiana, solo puede ser útil para la fenomenología del cristianismo. De
hecho, todas las religiones de salvación son religiones de divinización o santifi-
cación; o, como dice Zubiri, de «deiformación». Lo que pasa es que en cada una
264 Javier Ruiz Calderón

de ellas esa transformación personal se realiza en relación con su propia idea


de lo divino. Recordemos que la idea cristiana de Dios no es más que una de
las múltiples concepciones de lo divino que se han dado a lo largo de la historia
de la humanidad.

2.11. Conclusión

Esta obra de Zubiri es una verdadera mina. Contiene una gran riqueza de con-
tenidos de Historia de las religiones, Fenomenología de la religión, Metafísica,
Antropología, Teología filosófica y revelada... En particular, realiza interesantes
aportaciones fenomenológicas; pero sus descripciones no siempre se atienen
a los hechos históricos y antropológico-culturales debido a 1) la interferencia
de su teología metafísica, 2) la interferencia de sus creencias religiosas y 3) un
insuficiente conocimiento de algunas tradiciones religiosas, como por ejemplo
las religiones de India y Extremo Oriente.

3. El ‘problema de Dios’: planteamiento y despliegue

Zubiri estuvo reflexionando sobre lo que llamaba «el problema de Dios» des-
de 1935 – en que publicó el artículo En torno al problema de Dios7 – hasta el
momento de su fallecimiento, en 1983, en que se encontraba escribiendo la
‘Redacción final’ de El hombre y Dios8.
He creído encontrar afirmaciones insuficientemente fundamentadas tanto en
la manera en que Zubiri plantea el problema de Dios como en la forma en que
lo desarrolla.

3.1. El planteamiento del problema de Dios en la ‘Redacción final’


de El hombre y Dios

La última exposición, y la más completa, del planteamiento zubiriano del pro-


blema de Dios la encontramos en la recién mencionada ‘<Redacción final (in-
acabada)> de El hombre y Dios’, que es la que vamos a estudiar en esta sección.
En el primer apartado resumimos las ideas que nos parecen más pertinentes
de su planteamiento; en el segundo, exponemos nuestros comentarios críticos.

7 Zubiri 2006, pp. 361-397.


8 Zubiri 2012, pp. 19-129.
Algunos problemas del pensamiento de Zubiri sobre Dios y la religión 265

3.1.1. El planteamiento del problema

Al comienzo de la Introducción (pp. 21-23), Zubiri realiza la importante observa-


ción de que con el término ‘Dios’ se refiere a la realidad divina en general, no a
ninguna concepción específica de la misma. El problema de Dios estaría susci-
tado por la dimensión teologal del hombre, a la que ya hemos aludido más arriba.
El planteamiento del problema de Dios se realiza en la primera parte de la
obra (La realidad humana, pp. 25-116) y las pocas páginas que llegó a escribir
de la segunda parte (El problema de la realidad divina, pp. 117-129).
Entre las muchísimas cuestiones metafísicas y antropológicas que expone en
ese centenar de páginas, solo queremos destacar algunas.

3.1.1.1. El ser humano como absoluto relativo (pp. 57-62, 86-88)

La persona humana es ‘suya’, es decir, se vive como realidad frente a toda otra
realidad. En consecuencia, está ‘suelta’ de las cosas, es ab-soluta. Pero esa
absolutez es relativa, ya que se trata de un carácter ‘cobrado’: somos absolutos
frente a todo y todos, constitutivamente. Hacemos nuesta vida simultáneamente
con las cosas y en la realidad, ya que las cosas vehiculan ‘la’ realidad (es decir:
el carácter de realidad de las cosas).

3.1.1.2. Fundamentalidad de lo real

El ser humano se apoya en el carácter de realidad para ser persona. Este es


último (apoyo último), posibilitante (ofrece diferentes posibilidades para optar
al actuar) e impelente (a realizarnos), y, por ello, funda mi realidad personal
(pp. 89-91).
Toda realidad tiene dos momentos: el talitativo (tener tales notas) y el trascen-
dental (como realidad). El momento de realidad está abierto a todas las demás
realidades; es, por ello, «más» que las notas. Ese «más» es la ‘respectividad’.
Por eso, todo lo real es respectivo a las otras cosas y al momento de realidad.
Ahora bien: el momento de realidad domina sobre su contenido, y a esto es a
lo que se llama el ‘poder’ o ‘dominancia’ de lo real en cuanto real. En virtud de
este poder, lo real se apodera de mí (pp. 30-41, 62, 91-97).
Por tanto, estamos ‘religados’ al poder de lo real: nos apoyamos en él para ser
personas. Esta ‘religación’ es una experiencia manifestativa del poder de lo real
(pp. 97-101). Y es una experiencia enigmática. ¿Por qué? Algo es enigmático
cuando presenta «una cierta ambivalencia de caracteres no fácilmente compa-
266 Javier Ruiz Calderón

tibles». Y esta ambivalencia consiste en que, aunque el momento de realidad es


«más» que el de talidad de la cosa, no es nada fuera de la cosa (pp. 102-103).
No vemos «en qué consiste la diferencia y la unidad de ‘esta’ realidad (la de cada
cosa) y ‘la’ realidad» (p. 113). Y «esto es mucho más grave de lo que pudiera
pensarse» (p. 103) porque, como la realidad, su poder y la manifestación de este
(la religación) son enigmáticos, estamos fundados en un enigma (pp. 103-104).

3.1.1.3. Inciso: ¿Qué es un problema?

En Inteligencia y razón9, publicado el mismo año en que Zubiri estaba escribien-


do las páginas que comentamos, nuestro autor trata en varias ocasiones (pp. 63
sqq., 307 sqq.) la cuestión de qué es un problema. Creemos que puede ser útil
resumir lo que decía en aquella obra para entender mejor a qué se refiere con
la expresión ‘el problema de Dios’ que está a punto de plantear explícitamente.
En pocas palabras: la intelección de la realidad ‘campal’ (es decir, de la
realidad en el ‘campo’ de la realidad aprehendida) no es plenamente actual; por
ello es una intelección ‘en hacia’, que ‘lanza’ hacia su plena actualidad, hacia
su razón o fundamento profundo transcampal; esto es, hacia lo que Zubiri llama
‘el mundo’. En consecuencia, esa realidad mundanal se actualiza en nuestra
intelección campal como un ‘problema’. El ‘problematismo’ es, pues, el modo
particular de actualizarse lo real en la intelección racional. Esa forma de actua-
lizarse algo en la intelección puede suscitar cuestiones. Para responderlas, la
razón construye un ‘esbozo’ del por qué... y así, paso a paso, el problema se va
acercando a su actualidad plenaria.

3.1.1.4. El problema de Dios

La primera parte del texto termina afirmando que, como la articulación de la


cosa y la persona con ‘la’ realidad es enigmática, su intelección es problemática.
Es lo que Zubiri llama ‘el problematismo de la fundamentalidad’ (pp. 111-114).
Pasamos por alto el ‘Primer final’ de la primera parte, tachado por Zubiri,
y entramos en la segunda, titulada El problema de la realidad divina (pp. 117-
129). La cuestión que plantea el autor en el capítulo 1 (El problema en sí mismo,
pp. 119-123) es: ¿por qué sucede eso? ¿Cuál es el fundamento de esa articula-
ción? ¿Cuál es el fundamento de la realidad, de la cosa y, por consiguiente, el
de mi persona (es decir, el de mi relativo ser absoluto)?

9 Zubiri 1983.
Algunos problemas del pensamiento de Zubiri sobre Dios y la religión 267

Responde nominalmente diciendo que a ese fundamento lo llamamos Dios,


término que no se ha tematizado en toda la primera parte de la obra. Y termina
el capítulo, empleando ya ese término religioso, afirmando que las cosas, por
la religación, nos lanzan a buscar la realidad divina. El hombre experimenta
una ‘versión teologal’, es decir, una constitutiva versión al problema de Dios.
No se trata de algo meramente intelectivo, sino también volitivo: la religación,
enigmática, nos lanza hacia ‘la’ realidad en nuestras acciones, en las que nos
vamos haciendo problemáticamente, optando en cada acción por un modo de
ser ante las cosas.
En el capítulo 2 (pp. 125-129), inconcluso, empezó a desarrollar las distintas
actitudes (opciones volitivas e intelectivas) posibles ante el problema de Dios: el
teísmo, el ateísmo, el agnosticismo y el indiferentismo. En el capítulo siguiente
tenía la intención de explicar y justificar la actitud teísta. En la sección siguiente
de este artículo veremos cómo había expuesto este tema diez años antes, en el
llamado ‘Curso de Roma’.

3.1.2. Comentarios

Nos parece que la forma en que Zubiri expone los temas del ser humano como
absoluto relativo, su religación al poder de lo real y, en consecuencia, la funda-
mentalidad de lo real, son en conjunto correctos.
Opino lo mismo sobre la cuestión del problematismo de la fundamentalidad:
la articulación entre la cosa y ‘la’ realidad no está plenamente actualizada y,
en consecuencia, lanza hacia el problema de su fundamento. Eso nos lleva a la
necesidad de optar y a nuestra consiguiente inquietud constitutiva como seres
humanos.
Ahora bien: aunque es cierto que todas las cosas son potencialmente proble-
máticas, me parece que el ‘problema de Dios’ tal como lo plantea Zubiri no es
un hecho humano universal sino que solo se actualiza en determinadas circuns-
tancias histórico-culturales. Solo puede explicitarse:
1) En un medio ‘postaxial’ en el sentido de Jaspers10; esto es: en ámbitos
culturales en los que sea posible un grado suficiente de autonomía personal tal
que permita el nacimiento de religiosidades de salvación e incluso de filosofía
en el sentido estricto del término.
2) En un ambiente cultural en que se conciba lo divino como fundamento,
cosa que no sucede en todas las religiones de salvación, aunque sea lo más
frecuente en ellas.

10 Véase Jaspers 1949.


268 Javier Ruiz Calderón

3) En un contexto en que se haya puesto en duda ese supuesto fundamento


divino de las cosas. En efecto: mientras se acepta generalizadamente la realidad
de un fundamento divino del mundo – como sucedía por ejemplo en Europa en
la Edad Media –, no se intelige problemáticamente el fundamento de la realidad;
y, por ello, no se suscita la cuestión del fundamento.
Aun dadas estas condiciones, el supuesto ‘problema de Dios’ solo se actualiza
desde la actitud que Zubiri llama ‘teísmo’, no desde las otras tres actitudes: para
el ‘indiferentismo’, el problema no se plantea. El ‘ateísmo’ y el ‘agnosticismo’
sí que reconocen la problematicidad potencial de la fundamentalidad, pero el
primero la resuelve desde la mera facticidad y el segundo declara insoluble la
cuestión. Por tanto, la fe teísta se presupone en el mismo planteamiento del pro-
blema: la solución del mismo ya está dada desde el planteamiento. La supuesta
necesidad de preguntarse por un fundamento de la realidad presupone la afir-
mación de la realidad de dicho fundamento; es decir, de ‘Dios’.
Por otra parte: aunque todo es potencialmente problemático, ya que hay mu-
chas cosas de las que no tenemos una intelección plenaria, otra cosa es afirmar,
como hace Zubiri, que la articulación de cosa y realidad sea «enigmática» y
«gravísima». No veo ni el carácter enigmático de la realidad ni la gravedad del
problema. Ambos atributos no son hechos – en el sentido descriptivo que da
Zubiri a este término – sino interpretaciones de hechos; y además, como dijimos
en el párrafo anterior, interpretaciones ‘teístas’. La supuesta «ambivalencia» de
la realidad solo es gravemente enigmática («no fácilmente compatible») desde
una perspectiva teísta.
Por último: como ya mencionamos de pasada más arriba, en la historia de las
religiones comprobamos que lo divino no es esencialmente el fundamento de la
realidad, sino el principio trascendente del bien. En consecuencia, la religión
no tiene que ver esencialmente con el problema del fundamento sino con el de
la trascendencia y el bien.
Por tanto: el planteamiento inicial del «problema de Dios» realizado por
Zubiri adolece de múltiples defectos. Al apoyar toda su filosofía de la religión
en este punto de partida defectuoso, el edificio entero se derrumba por su base.
Sin embargo, el que el marco general de la filosofía de la religión zubiriana no
esté fundamentado sólidamente no impide que muchas de sus reflexiones parti-
culares constituyan aportaciones interesantísimas.
Algunos problemas del pensamiento de Zubiri sobre Dios y la religión 269

3.2. «El despliegue de la intelección de la realidad de Dios»


en el Curso de Roma

El llamado ‘Curso de Roma’11, dictado por Zubiri en 1973, lleva por título El
problema teologal del hombre: el hombre y Dios. Fue la última exposición com-
pleta de la primera parte de la filosofía de la religión de Zubiri: El hombre y Dios.
Consta de 3 partes: 1) Realidad y ser humano; 2) El problema de la realidad
divina; 3) Dios y la vida humana: la experiencia de Dios. El apartado 2.1 de la
segunda parte, titulado La intelección de la realidad fundamental como Dios (pp.
457-467) contiene la versión más reciente de la «vía de la religación», por la que
Zubiri creía poder fundamentar intelectivamente la realidad de Dios.

3.2.1. La vía de la religación

La exposición de la vía la realiza en cuatro pasos. Los tres primeros (pp. 457-
462) simplemente resumen lo que ha expuesto en la primera parte del ‘Curso de
Roma’ y repetirá diez años después en la primera parte de la ‘Redacción final’
(La realidad humana), que hemos examinado en la sección anterior de este artí-
culo. En el cuarto paso (pp. 462-465) remata la argumentación y concluye que el
fundamento de lo real tiene que ser una realidad absolutamente absoluta: Dios.
Terminada la exposición, resume brevemente en un párrafo los cuatro pasos
(pp. 465-466). A continuación reproducimos ese párrafo dividiéndolo en cinco
subpárrafos numerados por nosotros, para mayor claridad:

«Recogiendo así las frases anteriores, diremos entonces en forma bien sencilla:
[1] la vida personal del hombre consiste en poseerse haciendo religadamente su Yo,
su ser sustantivo, que es su ser absoluto cobrado, por tanto, relativamente absoluto.
[2] Este ser absoluto es cobrado por la determinación física del poder de lo real como
algo último, posibilitante e impelente.
[3] Como momento de las cosas y determinante del Yo, el poder de lo real es ‘más’ que
la realidad y, por tanto, que el poder de cada cosa real concreta.
[4] Pero el poder de lo real se funda esencialmente en la índole misma de la realidad.
Luego, este poder está fundado en una realidad absolutamente absoluta, distinta de
las cosas reales, pero en las cuales, por serlo, está formalmente constituyéndolas como
reales. Esta realidad es, justo, la realidad de Dios».

El resumen es tan apretado que deja implícita alguna premisa y, por ello, no
se entiende cómo se alcanza la conclusión del cuarto paso. Para ello hay que
recordar dos cosas que ha dicho en las pp. 464-465:

11 Zubiri 2012, pp. 315-587.


270 Javier Ruiz Calderón

1) El poder de lo real está en cada cosa pero no se identifica con esta; por
tanto, «su fundamento no puede ser otra cosa concreta más, porque, si no, esta-
ríamos en el mismo caso que antes» (es decir: habría que buscar el fundamento
de su realidad). Y como el poder de lo real está en las cosas constituyéndolas
como reales, también su fundamento tiene que estar en ellas como un constitu-
yente formal suyo.
2) Además, «como esta realidad debe fundamentar absolutamente mi reali-
dad relativamente absoluta», tiene que ser «una realidad absolutamente abso-
luta. Justo esta es la esencia de Dios» (p. 464).
Así es como se puede alcanzar la conclusión: el fundamento del poder de lo
real es la «índole de lo real» como «constituyente formal» de las cosas; y como
este fundamento también es el fundamento de mi ser relativamente absoluto,
debe ser «una realidad absolutamente absoluta».
Y – como se decía tradicionalmente – a eso lo llamamos Dios. Q. E. D.

3.2.2. Comentarios críticos sobre la vía de la religación

1) Cuando Zubiri afirma que el fundamento del absoluto relativo también


tiene que ser absoluto, está presuponiendo implícitamente la siguiente premisa:
si una cosa tiene una propiedad, su fundamento también tiene que tenerla. Pero
esto no es siempre así: las realidades complejas, como sistemas de notas que son,
poseen propiedades emergentes o sistémicas que no tienen por qué estar en acto,
sino solo latentemente o en potencia, en su fundamento. Luego no es necesario
que el fundamento de nuestro ser relativamente absoluto sea también absoluto.
2) Según nuestro autor, la absolutez humana es cobrada, relativa. Al pre-
guntarnos por el fundamento de nuestro ser absoluto, lo que buscamos no es el
fundamento inmediato de esta absolutez, que podría ser otro absoluto relativo
– para evitar una regresión infinita –, sino su fundamento último, absoluto. Y
ese fundamento último tiene que ser una realidad absolutamente absoluta, cuya
absolutez no sea cobrada. Suponiendo, pues, falsamente (véase el punto ante-
rior), que la absolutez humana implique la realidad de un fundamento absoluto,
ahora añade que, para no caer en una regresión infinita, ese absoluto no debe
ser cobrado. Es decir: está presuponiendo que no puede haber regresiones infi-
nitas, es decir, que siempre tiene que haber un punto final, un fundamento sin
fundamento, absolutamente absoluto. Y, como lo presupone implícitamente, lo
concluye sin dificultad alguna. Es una petición de principio de manual. Luego,
aunque el fundamento del ser absoluto del hombre tuviera que ser una realidad
absoluta, no es cierto que esa realidad tenga que ser absolutamente absoluta.
3) Dice también Zubiri que, como el fundamento no puede ser una cosa – de
Algunos problemas del pensamiento de Zubiri sobre Dios y la religión 271

nuevo para evitar una regresión infinita, actitud que, como hemos señalado en
el punto anterior, oculta unos determinados presupuestos –, tiene que ser ‘la’
realidad. Nuestra objeción aquí consiste en que, al proceder así, Zubiri está
cosificando o sustantivizando ‘la’ realidad, que es un mero carácter de las cosas,
abstraído de ellas, algo meramente adjetivo y abstracto (en sentido hegeliano)
sobre lo cual no se puede especular como si fuera ‘una’ realidad sustantiva y
concreta. Luego ‘la’ realidad no puede ser fundamento de nada12.
4) La objeción más de fondo: en su argumentación, Zubiri pasa insensible-
mente de la metafísica trascendental a la trascendente. La metafísica trascen-
dental es una metafísica descriptiva, analítica y crítica que se limita a describir
la estructura trascendental de la realidad tal como esta se actualiza en la apre-
hensión. La metafísica trascendente, especulativa y dogmática, infiere a partir de
la experiencia ordinaria realidades trascendentes a dicha experiencia, al estilo
de la filosofía escolástica o racionalista. En nuestra opinión, la metafísica tras-
cendente no es un saber legítimo, ya que siempre opera argumentando respecto
a estructuras trascendentales (el mundo, la realidad, etc.) o realidades trascen-
dentes (el alma, Dios...) como si fueran realidades intramundanas13. Cuando
se ve presionado por sus creencias religiosas – el alma, Dios, etc. –, el Zubiri
filósofo trascendental se convierte en el Zubiri filósofo especulativo, empeñado
en contradecir al primero. La vía de la religación es el caso paradigmático de
este conflicto interno del pensamiento de Zubiri.

3.2.3. Otros caracteres de la realidad divina

En el apartado «La realidad de Dios como formalmente Dios» (pp. 467-479),


Zubiri prosigue su argumentación. Hemos concluido que debe haber un funda-
mento absolutamente absoluto de la realidad. Ahora bien, ¿es esto Dios? Como
fundamento de la realidad y de su poder, la realidad absoluta también funda la
ultimidad, posibilitación e impelencia del poder de lo real respecto a las cosas
reales. Por tanto, «Dios en tanto que Dios es la realidad absolutamente absoluta
como ultimidad, posibilitación e impelencia, que está formalmente en las cosas

12 Como tampoco pueden serlo ‘el’ espacio, ‘el’ tiempo, ‘la’ conciencia o ‘el’ ser (Zubiri 1980). El pro-

pio Zubiri y, más aún, los zubirianos corremos el peligro de añadir una quinta «gigantesca sustantivación»
a las cuatro señaladas por Zubiri en aquel texto.
13 No es el momento de desarrollar este asunto. La bibliografía sobre la crítica de la metafísica es

inmensa. Esta crítica se inició en Hume y Kant en Occidente y, al menos, en Dharmakı-rti (s. VI/VII ec)
en la India. Como decía Kant, la metafísica dogmática no ha sido capaz de producir en toda su historia
ni un solo argumento convincente; pero también es cierto que, como replicaba Don Mendo, «los muertos
que vos matáis gozan de buena salud», ya que quedan muchos filósofos importantes que siguen cultivando
esa disciplina.
272 Javier Ruiz Calderón

constituyendo su realidad» (p. 472). Esto ya sí que le parece a Zubiri una pri-
mera definición más concreta de Dios.
Vemos que, una vez más, Zubiri aplica en su argumentación el principio de
que los atributos de una cosa deben encontrarse en su (hipotético) fundamento,
cosa que, como hemos señalado más arriba, no siempre es así. Sí que es cierto
que las propiedades que están actualizadas en una realidad deben estar poten-
cialmente presentes en su fundamento; pero eso no sirve para demostrar que el
supuesto fundamento absoluto de la realidad tenga que poseer en acto los mis-
mos caracteres que se hallan analíticamente en el poder de lo real.
Y, en las páginas siguientes (473-476), Zubiri sigue deduciendo especulati-
vamente – es decir: incorrectamente – otros caracteres positivos y concretos de
la realidad divina. Señala tres: 1) El fundamento absolutamente absoluto o Dios
es suidad o persona absoluta. Por eso mismo, también es 2) autoposesión o vida
absoluta. Y de ello se deduce, por último, que tiene 3) inteligencia y voluntad
(absolutas, por supuesto). De nuevo, nuestro autor está analizando la realidad
trascendente de Dios como si se tratara de una realidad intramundana. Perso-
neidad, vida, inteligencia y voluntad van unidas analíticamente en las entidades
que se hallan dentro del marco del mundo, pero eso no tiene por qué ser así en
el propio marco (lo trascendental) o en supuestas entidades trascendentes al
mismo.

4. Conclusión

En resumen: nos parece que todos los problemas que hemos ido señalando en el
pensamiento de Zubiri sobre Dios y la religión se deben a: 1) la interferencia de
sus creencias cristianas; 2) restos de metafísica especulativa, contradictoria con
su proyecto general de la filosofía como saber trascendental; y 3) conocimientos
desiguales de historia de las religiones.

Bibliografía
Fuentes
Jaspers 1949 = K. Jaspers, Vom Ursprung und Ziel der Geschichte, Piper / Artemis, Munich
/ Zurich, 1949 (Traducción española de F. Vela: Origen y meta de la historia, Altaya,
Barcelona 1995).
Zubiri 1980 = X. Zubiri, Naturaleza, historia, Dios. Prologo a la edición norteamericana,
1980, <url: http://www.zubiri.org/nhdprologue.htm>
Zubiri 1983 = X. Zubiri, Inteligencia y razón, Alianza / Fundación Xavier Zubiri, Madrid
1983.
Algunos problemas del pensamiento de Zubiri sobre Dios y la religión 273

Zubiri 2006 = X. Zubiri, Naturaleza, historia, Dios, Alianza / Fundación Xavier Zubiri,
Madrid 2006.
Zubiri 2012 = X. Zubiri, El hombre y Dios. Nueva edición, Alianza / Fundación Xavier
Zubiri, Madrid 2012.
Zubiri 2015 = X. Zubiri, El problema teologal del hombre: Dios, religión, cristianismo,
Alianza / Fundación Xavier Zubiri, Madrid 2015.
Zubiri 2017 = X. Zubiri, Sobre la religión, Alianza / Fundación Xavier Zubiri, Madrid
2017.

Estudios
Geertz 1973 = C. Geertz, Religion as a cultural system, en C. Geertz, The interpretation
of cultures: selected essays, Basic Books, New York 1973, pp. 87-125 (Traducción
española de A. L. Bixio: La interpretación de las culturas, Gedisa, Barcelona 1987).
Martín Velasco 2006 = J. Martín Velasco, Introducción a la fenomenología de la reli-
gión, Trotta, Madrid 20067 (edición corregida y aumentada).
Ruiz Calderón 2019 = J. Ruiz Calderón, La entrega a lo divino. Esbozo de una filosofía
de la religión, Herder, Barcelona 2019.
Ruiz Calderón (en prensa) = J. Ruiz Calderón, Lo religioso. Diversidad, unidad y estructu-
ra. Prolegómenos a una filosofía de la religión, Letrame, El Ejido (Almería), en prensa.
274 Javier Ruiz Calderón

Abstract: In this paper we deal with some limitations of the Philosophy of Religion and
the Philosophical Theology of Zubiri. In section 1 we discuss ten topics relevant to Phe-
nomenology of Religion as explained in the course The Theologal Problem of Man (1971).
They have to do with the intellectual access to God, the nature of faith, religion, the di-
vine and the sacred, the personal and institutional dimensions of religion, the diversity of
religions, their historicity, the superiority of theism and Christianity as the supreme truth
of religion. In section 2.1 we discuss the approach to the ‘problem of God’ in the Final
Writing (1983) of Man and God. Starting from the ‘relatively absolute’ character of human
being, Zubiri shows that he is ‘religated’ to the ‘power of the real’. The ‘enigmatic’ nature
of this situation would ‘throw us’ towards its ground. In 2.2 we deal with the exposition that
he made in the Rome Course (1973) of the ‘path of religation’, which intends to lead from
the fact of religation to the reality of an ‘absolutely absolute’ ground of reality. Throughout
these three sections we explain the multiple difficulties of historical, phenomenological,
epistemological and metaphysical nature that we find in his argumentation.
Keywords: Reality; God; Zubiri; Ground; Religion; Problem.

Javier Ruiz Calderón


Universidad Pontificia Comillas
fjrcalderon@comillas.edu

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