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del carcere CeReSo 1
Hermosillo Sonora-Mexíco
Introducción
La sistematización de los procesos que trasunta la mediación desde su
conceptualización como método de resolución de conflictos, es una
necesidad para múltiples actores que cultivan la especialidad, ya sea como
mediadores, formadores, supervisores, tutores, y evaluadores de programas
de mediación. La razón radica en el hecho que si bien la dogmática de
mediación ha alcanzado un grado de desarrollo considerable, aún resulta
complejo identificar en la práctica los elementos ontológicos de este proceso
y sus cualidades, los cuales permiten realizar un juicio de valor “objetivo” o
fundado respecto sus calidades.
La dimensión transversal de la mediación, en tanto aporte conceptual y
técnico a la especialidad, encuentra su origen en la inquietud surgida de mi
experiencia práctica como mediadora y formadora de mediadores, de
encontrar una forma de explicar la complejidad de la intervención
profesional en la mediación. Desarrollé una incipiente aproximación al tema
en un artículo presentado en el Primer Congreso de Mediación de Conflictos
para el Cono Sur, realizado en Colonia Uruguay en el año 2006, bajo el título
“Modelos Sistémicos de Mediación. Integración y Técnicas”, en el cual
abordé en forma básica la distinción entre procesos y procedimientos en la
mediación, sin profundizar en la identificación de los procesos ni en sus
características. Cinco años después tuve la oportunidad de volver a la
reflexión respecto de la naturaleza de los procesos de la mediación en una
investigación que conduje siendo partícipe principal de sus productos, la cual
tuvo como objetivo construir un instrumento para evaluar la calidad de los
proceso de mediación familiar en el sistema de mediación licitada en Chile
que administra el Ministerio de Justicia10. Si bien esta investigación se
realizó mediante un proceso colectivo de un pequeño equipo
interdisciplinario de profesionales especialistas, la orientación del estudio
9 La presente ponencia es un extracto adaptado de la Tesis elaborada por autora
para obtener el Título de Executive Master en Estudios Avanzados en Mediación y
Negociación Institut Universitaire Kurt Bösch, Suiza, en proceso de publicación.
10 La metodología producto de esta investigación denominada ECAME
(Evaluación de la Calidad de la Mediación), constituye un recurso complejo de
obtención de información para evaluar la calidad de los procesos de mediación
mediante supervisión del desempeño del mediador en sala.
siguió mi conducción a partir de la integración de los saberes presentes,
razón por la cual me encuentro en una posición estratégica y válida para
desarrollar las elaboraciones conceptuales relacionadas al producto que no se
plasmaron en el estudio, con el objeto de aportarlas a los operadores de la
mediación11. Sin embargo, mediante un estudio más acabado del tema, he
podido elaborar nuevos conceptos y modificar algunos aspectos que se
apartan de las opciones realizadas en el referido estudio como sustento
metodológico del producto final, existiendo por tanto elementos afines y
otros diversos.
El proceso participativo
Este proceso es el que permite asociar la mediación con impactos
propedéuticos y con el efecto de sustentabilidad de las soluciones, ya que
tiene como primera implicancia la necesaria involucración cognitiva y
afección psicológica de las personas con la experiencia, haciéndola una
vivencia significativa desde el aprendizaje y una vivencia ética desde el
compromiso hacia los actos volitivos que se sienten libres, autónomos y
propios.
El concepto de participación asociado a la mediación debe ser entendido
a la luz del principio de imparcialidad y neutralidad, en el sentido que la
necesaria involucración de las partes en la mediación requiere ser promovida
por el mediador desde la igualdad de las partes, cuidando el equilibrio en sus
posibilidades de aportar a la construcción de las decisiones, como también
en las oportunidades que se les ofrece en los aspectos procedimentales.
La acepción común de la palabra participar, es tomar parte en algo, que
referido a la acción de participar podría tener una manifestación tan simple
como estar presente en una situación dada y expresar una opinión, lo cual no
es suficiente al proceso de mediación.
La situación inicial que se presenta al mediador en este eje de cambio,
está referida a la pasividad o falta de involucración de las partes respecto del
curso que sigue la dinámica del conflicto y/o sus posibilidades de resolución.
Normalmente esta actitud de los conflictuados está determinada por la
creencia que el otro tiene la responsabilidad o culpa de haber causado el
conflicto y por tanto es él quien debe hacer algo para su resolución, o bien
por un sentimiento de incapacidad respecto de sus recursos para modificar la
situación, o bien por una cuestión cultural emanada de la percepción
arraigada respecto que resulta necesario la intervención de un tercero que
dirima la solución a partir de un sistema de justicia vertical.
Si bien la dogmática no considera el proceso participativo como tal, es
común que los autores hagan referencia a las características que debe tener la
participación de las partes en la mediación, mencionando la situación o
efecto en el polo positivo del eje de cambio, cual es el protagonismo o co-
protagonismo de las partes en la mediación y la responsabilización por las
decisiones. Marinés Suáres se refiere al tema relacionándolo con el principio
de voluntariedad, al señalar que la voluntariedad no se agota en el hecho de
que cada participante quiera estar y colaborar con el proceso de mediación,
agregando como elemento complementario el del “protagonismo”.
Incluyendo su enfoque narrativo, agrega que ser protagónico “implica
considerarse autor, agente de las acciones que se desarrollan y de los
discursos y narrativas que se construyen... sentirse responsable por las
consecuencias buenas o malas de las acciones y de los discursos que se
realizan”. En cuanto al co-protagonismo, señala: “ambos participantes deben
ser agentes y responsables de las consecuencias de su participación y
reconocerse mutuamente en esta situación14. Otros autores identifican la
responsabilización relacional respecto del origen y mantención de la
dinámica conflictiva como “conciencia social”, entendida como la situación
en que “las dos partes pueden sostener: Hemos construido este conflicto
juntos y juntos determinaremos su resultado”15.
Desde el punto de vista formal respecto de la participación en la
mediación, ella debe cumplir con los estándares de la igualdad, condición
que emana del principio de imparcialidad, en virtud del cual, el mediador
debe proveer las mismas oportunidades a las partes para participar en la
mediación, tanto desde sus posibilidades de expresión en la comunicación,
cuanto en los aspectos formales del procedimiento. Esta característica de la
participación en la mediación está en directa relación con la posibilidad de
promover el protagonismo, ya que la adhesión al procedimiento que permite
la activación consciente de las partes en su resolución, emana de la confianza
en la igualdad de trato del mediador y en las posibilidades reales de poner lo
propio en el proceso.
El concepto de participación considerado en este eje de cambio, se refiere
entonces a la involucración subjetiva de las partes con el proceso de
mediación y sus valores, y a la actitud proactiva respecto de su integración al
procedimiento mediante el ejercicio deliberado de la autonomía de la
voluntad y su consecuente responsabilidad.
Los ámbitos de decisión en los cuales se debería manifestar el proceso
participativo referido al ejercicio consciente de la autonomía de la voluntad
de las partes en la mediación, están referidos a los siguientes aspectos:
El proceso resolutivo
El proceso resolutivo connota el proceso comunicacional y el proceso
participativo, en el sentido que ambos están definidos por el objetivo de
resolución del conflicto desde la colaboración. Este proceso permite
diferenciar la mediación de otras intervenciones profesionales que también
trabajan mediante el proceso comunicacional, como pueden ser la terapia o
la consejería, ya que ellas no se orientan necesariamente a la resolución de
un conflicto entre partes16. En este proceso no es necesario acudir a teorías
generales para su conceptualización, ya que ella proviene de la propia
dogmática de la especialidad.
La mediación es una opción metodológica para intervenir el fenómeno
conflictivo desde la horizontalidad y mediante el diálogo, lo cual supone la
existencia de una estrategia técnica apta para modificar la dinámica
conflictiva, que se diferencie de la resolución por vía de autoridad, coerción,
transacción, o persuasión.
El eje de cambio de este proceso está referido a la gestión del conflicto,
que supone el manejo consciente de las fases o momentos de la mediación,
el control de las situaciones de desestabilización del procedimiento, y el
desarrollo de la propuesta metodológica para la superación del conflicto
obteniendo como resultado un consenso. En cierta medida, este eje contiene
una paradoja, ya que es la lectura dinámica y transversal del procedimiento,
no siendo en este caso el foco de observación las etapas en sí mismas, sino el
16 En esta afirmación, cabe hacer la salvedad respecto del modelo de mediación
transformativo el cual declara objetivos diversos de la resolución del conflicto, sin
perjuicio de lo cual se autodefine como una propuesta de mediación.
proceso por el cual el mediador las opera con la oportunidad y pertinencia
que exige la dinámica interaccional del conflicto que se despliega en la
mediación. Este proceso está referido a la fluidez y coherencia de todas las
intervenciones del mediador, que permiten a las partes avanzar hacia una
resolución colaborativa del conflicto mediante una decisión consciente
respecto del mismo, sea que implique un acuerdo o no. Desde esta
perspectiva, la gestión estará caracterizada por el liderazgo del mediador
para operar las fases o etapas de forma coherente y funcional, manejando el
tiempo y las técnicas pertinentes a los objetivos que se propone en cada una
de ellas. Asimismo la gestión implica abordar en forma oportuna las
situaciones que pueden desestabilizar el procedimiento, como las escaladas
de enojo – ira, y los desbordes emocionales de las partes, ya que la
estabilidad de la mesa de mediación es condición de la aplicación de las
técnicas.
Este proceso considera el eje de cambio fundamental de la mediación,
cual es modificar la situación inicial de vivencia del conflicto caracterizado
por una percepción de posiciones opuestas incompatibles en una lógica
excluyente, a una nueva situación de apertura respecto de la posibilidad de
una solución integradora en la lógica colaborativa que permite la
negociación.
Cualquiera sea el enfoque que se utilice para abordar este eje de cambio,
será necesario operar en forma armónica tres fases en la intervención: a) La
exploración, que permite obtener nueva información o construir un nuevo
significado para la información existente, necesario insumo o imput para
generar cambio en el sistema. b) El reencuandre a partir de los elementos
nuevos que se incorporan. c) La negociación de opciones para la decisión.
Los objetivos de estas fases serán diversos según el modelo con el cual se
trabaje. Este aspecto se traduce en la habilidad del mediador para instalar
desde la interacción cada una de las fases que considera su enfoque de
intervención, pasar con fluidez de una etapa a otra en los tiempos oportunos,
aplicar con pertinencia las técnicas de acuerdo a cada etapa de la mediación
según sus objetivos, y decidir estratégicamente la interrupción o continuidad
del procedimiento y el tipo de sesiones a desarrollar. Desde el discurso,
implica la capacidad del mediador para abrir o cerrar temas que surgen en la
mediación, realizar giros discursivos que le permitan orientar el curso de las
dinámicas entre las partes según las etapas y construir hitos discursivos que
marcan pautas en el procedimiento.
En este eje el momento decisivo de logro está marcado por la acogida o la
aceptación en algún grado de la partes del reencuandre del conflicto que se
ha elaborado por el mediador. A estos efectos el reencuandre es entendido en
términos amplios, como cualquier perspectiva diferente de la situación
conflictiva a la que traían las partes a la mediación y que es funcional a la
superación del conflicto. Si bien a la palabra reencuadre se le asignan
distintos significados, como técnica o herramienta, en esta perspectiva, la
entiendo como lo hace Tapia y Diez, “es un nuevo marco para mirar el
cuadro de su problema, una ventana novedosa, un nuevo par de anteojos” 17.
Este es el eje de cambio que permite explicar técnicamente porque las
personas pueden resolver por ellas mismas sus conflictos mediante un
acuerdo sin mediar acto de imposición, convencimiento o seducción por
parte del mediador.
Los modelos o enfoques de gestión del conflicto mediante la mediación,
requieren producir algún cambio intrapsíquico de las partes en conflicto, ya
que, en mayor o menor medida, la percepción de una o de ambas partes debe
ser distinta a la inicial, ya sea respecto del objeto deseado, de la relación
entre ambas, de cada parte respecto de sí misma o respecto de la otra parte.
En este rasgo de la intervención aparece la transdisciplina, donde se
encuentran las competencias de diversos saberes profesionales que
debidamente integrados permiten abordar la gestión del conflicto como un
fenómeno complejo y multicausal.
Conclusiones
El desarrollo progresivo de las iniciativas gubernamentales y de la
cooperación internacional que tienen por objeto implementar y reforzar
programas de mediación en diversos ámbitos de conflictividad, encuentra
fundamento en los impactos de beneficios social que se le atribuyen a esta
forma de resolución de conflictos. Al observar el discurso que valida el
apoyo a estas iniciativas es posible identificar que se asigna un valor a la
mediación en dimensiones que no se agotan en su menor costo o en la
rapidez de la resolución del conflicto mediante el acuerdo. Además de la
sustentabilidad de los acuerdos y la mayor satisfacción de los usuarios
generalmente se mencionan como impactos de esta política pública: el
aumento de la cohesión social, la promoción de una cultura de paz, la
profundización de los valores de la democracia participativa, el fomento de
la autogestión de la ciudadanía en la resolución de los conflictos, y el
aprendizaje del diálogo como forma de resolver las diferencias en las
relaciones sociales.
Es posible percibir un cierto grado de consenso entre los especialistas en
torno a la idea que estos impactos de beneficio social de la mediación están
más asociados a la naturaleza del método que a su resultado. En este sentido,
resulta de interés develar la ontología de la mediación mediante la
identificación los ejes técnicos que orientan la intervención profesional del
mediador, aquellos procesos que integran el método otorgándole
particularidad y diferenciándola de otros mecanismos de resolución de
L’approccio sistemico-relazionale
Il nostro modo di operare nella comunità affonda le proprie radici meto-
dologiche, oltre che nel modello sopra esposto, nella teoria sistemico-rela-
zionale. Da un punto di vista epistemologico, si passa da una lettura lineare e
positivista della realtà, a una lettura circolare e costruttivista. Ciò significa
che l’attenzione del mediatore viene posta non tanto e non solo sul singolo
individuo od organizzazione, bensì sulle relazioni che intercorrono fra di
essi. Relazioni che, a loro volta, influiranno sulle modalità con cui ciascun
membro della comunità entrerà in relazione con gli altri. Alla luce di quanto
descritto, possiamo sostenere che l’approccio sistemico nella mediazione in-
dica che – qualunque sistema si affronti (comunità, scuola, famiglia...) – non
può essere considerato un sistema statico e dato una volta per tutte. Il prin-
cipio di circolarità prevede che questi sistemi (ai diversi livelli in cui si col-
locano) siano tra loro interagenti: lo sviluppo dell’uno non può prescindere
dallo sviluppo degli altri e viceversa. Così, se prendiamo come esempio il si-
stema sociale, notiamo come la crescita individuale, o di un sotto-sistema
(scuola, istituzioni locali, gruppi informali), incida sullo sviluppo della co-
munità, che – a sua volta – avrà una ricaduta inevitabile sui percorsi evolu-
tivi dei singoli.
Ancora, il considerare l’individuo come un sistema complesso conduce a
porlo in rapporto con altri sistemi e sovrasistemi esterni o sottosistemi interni
(intrapsichici). In altre parole: l’uomo può essere descritto come unità com-
plessa e allo stesso tempo originale, non elementare e non omogenea, perché
costituita da elementi peculiari e differenti, tra loro interrelati.
Ciò significa che – entro un’ottica di complessità – l’individuo o la comu-
nità e la relazione non sono elementi contrapposti ma divengono compatibili,
sovrapponibili, come diversi punti di vista all’interno di un tutto caratteriz-
zato da multi-livelli.
Proviamo a chiederci nuovamente: qual è, quindi, il ruolo del mediatore
in un sistema complesso? Quello di agire, come osservatore all’interno del
sistema osservato, che si muove variando la composizione del sistema, am-
pliandolo e divenendone parte e novità emergente. In altri termini, il media-
tore introduce alcune regole e ne modifica altre. In questo rimaneggiamento,
il gioco che struttura il sistema rimane riconoscibile ma al tempo stesso mo -
dificato.
La direzione del cambiamento dipende comunque essenzialmente dalle
risorse del sistema attivate nell’evolversi della relazione. Risorse predetermi-
nate ma non prevedibili.
In conclusione, possiamo affermare che la mediazione – entro la cornice
teorica dell’epistemologia sistemica – si delinea come un processo interat-
tivo teso a restituire alle persone – siano essi singoli o gruppi – la consape-
volezza delle proprie competenze, nonché la possibilità di riappropriarsi di
risorse, rese momentaneamente inaccessibili dalla dinamica conflittuale
emergente.
Prima di addentrarci nella descrizione dell’intervento, dobbiamo necessa-
riamente presentare il quartiere, la sua collocazione geografica e la sua con-
dizione sociale.
Il contesto progettuale.
Le caratteristiche geografiche del territorio
La Canazza, in particolare a partire dagli anni Cinquanta, è una delle due
periferie geografiche e sociali della città di Legnano; si colloca sul margine
orientale, verso Cerro Maggiore; mentre – esattamente agli antipodi – sorge
speculare Mazzafame, rivolta verso la provincia di Varese.
La Canazza è come un triangolo pressoché equilatero, con l’angolo infe-
riore quasi appoggiato all’asse del Sempione, dai confini marcati, determi-
nati da elementi naturali e urbani.
Frontiere, si potrebbe dire, più che confini.
Il lato occidentale è un “ronco”, un salto di dislivello geomorfologico,
che segna il passaggio dalla primitiva piana alluvionale del fiume Olona al-
l’alta pianura.
Un segno di altri tempi che ci collega con altri tempi; una presenza natu-
rale del territorio che resta solitamente fuori dalla nostra esperienza.
Su questo ronco, che corre lungo la direttrice sud-nord, resiste un’ampia
striscia di verde, a parco e a bosco; una grande risorsa ambientale, che nelle
sue condizioni di attuale abbandono, aggiunge al salto un ulteriore ostacolo
al passaggio.
In tutto il quartiere, una sola strada attraversa questa barriera naturale.
La frontiera che va da sud ovest (Sempione) a nord est (autostrada) è
un’ampia e spesso congestionata arteria urbana, che porta dal centro all’in-
gresso autostradale. Si chiama via Cadorna, e separa praticamente Legnano
da Cerro Maggiore, con ex fabbriche (a volte occupate da clandestini), am-
ministrativamente un po’ da una parte e un po’ dall’altra.
Il terzo lato – frontiera del nostro triangolo – è costituito dall’autostrada
Milano Varese, che corre appena dietro le ultime case.
Per le contrade dello storico Palio di Legnano, il quartiere Canazza è
anche il triangolo opposto al ronco, verso ovest. Dal punto di vista ammini-
strativo è preso in considerazione un territorio ancora più ampio, detto “oltre
Sempione”. Noi abbiamo preferito delimitarlo come sopra descritto: quel
ronco in mezzo è veramente un salto; ma soprattutto la parte da noi indivi-
duata ha caratteristiche sociali e storiche che lo rendono particolare, ricono-
scibile; un luogo da cui ripartire per offrire la base per una radice territoriale
ai processi identitari, affrontando le criticità che vi si trovano concentrate.
I colli di Sant’Erasmo (con questo nome era riconosciuta un tempo la
zona) sono rimasti terreni agricoli (vigneti) fino a metà degli anni Sessanta.
Trovavano già la propria sede solo un’importante caserma, oggi dismessa, e
le vecchie strutture della ex colonia elioterapica nell’area verde dei ronchi. Il
territorio viene edificato rapidamente nei dieci anni successivi. Nelle mappe
allegate al recente PGT (piano di governo territoriale), quella relativa ai pro-
cessi di urbanizzazione del 1985 mostra il triangolo della Canazza ormai in-
teramente occupato.
La storia del quartiere
Negli anni Settanta e Ottanta, la Canazza vive momenti sociali molto dif-
ficili, soprattutto in relazione ad alcuni caseggiati ERP. Per trent’anni è stato
particolarmente vivo e presente il Gruppo sociale Canazza; un gruppo infor-
male che è stato capace di mobilitare il quartiere su importanti obbiettivi di
salvaguardia del territorio e di ottenimento di servizi.
Negli ultimi dieci anni, però, è come se il quartiere avesse perso la sua
conflittualità: le contraddizioni sembrano riassorbite o meglio non espresse;
le iniziative sociali e i loro promotori hanno perso slancio.
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La Mediación Social Comunitaria
en el Ayuntamiento de Alicante
Francisco Javier Domínguez Alonso y Oscar Daniel Franco
Conforti - Universidad de Alicante y Servicio de Mediación
Social Ayuntamiento de Alicante
Objetivo
El objetivo de este artículo es realizar una revisión del modelo de
mediación social comunitaria que desarrollamos, bajo el nombre de Servicio
de Mediación Social Comunitaria (Conforti 2009c), desde 2009 en el
Ayuntamiento de Alicante. Veremos el estado de la cuestión que dé cuenta de
qué se entiende por mediación en conflictos interculturales como parte del
servicio de mediación social comunitaria.
Cuadro Teórico
La mediación de conflictos puede ser considerada en sentido amplio o
restringido (Suares 2010), se desarrolla en diversos ámbitos (Domínguez
Alonso 2009) y responde a modelos de trabajo bien definidos cada uno de
los cuales utiliza además de las herramientas comunes sus propias técnicas,
cada modelo persigue objetivos distintos.
El estudio temprano de las particularidades del terreno y sus habitantes
(Ayuntamiento de Alicante 2009a, b) nos ha permitido anticipar el tipo de
procesos de mediación e intervención en participación ciudadana que
debíamos ofrecer a la ciudadanía para asegurar el éxito de la implantación
del Servicio de Mediación Social Comunitaria (SMC).
Descripción
La mediación participa de múltiples enfoques, abreva en lo jurídico (el
mundo de los deberes y derechos de las personas física o jurídicas), lo psico-
social (los problemas individuales de la psique y su trascendencia al ámbito
social), la sociología funcionalista (el aprendizaje y ejercicio de los roles
sociales) en la sociología interaccionista (la comprensión de las situaciones
de vida cotidiana y cómo se afrontan) y por ello se presenta como el
instrumento ideal para trabajar en los llamados conflictos interculturales
(Cárdenas-Rodríguez 2002, Almada 2006).
Se podría definir a la mediación de conflictos interculturales como “Un
proceso de gestión de conflictos con especificas señas de interculturalidad,
más o menos estructurado, en el que interviene un tercero que ayuda a las
partes que buscan a través de la coordinación y cooperación satisfacer
adecuadamente sus exceptivas de inclusión y participación en la comunidad
de forma activa en todos sus ámbitos y demás necesidades en relación al
conflicto” (Conforti 2009b, 2014).
Además de la “especificidad de los conflictos” hemos incluido en la
definición otro elemento distintivo, cual es, la “integración” (Herrera 2003).
No significa ello que la mediación tiene por objetivo o fin la integración,
sino que si las partes así lo desean la mediación puede servirles para cambiar
su forma de relacionarse (por ejemplo a través del “modelo Transformativo”)
(Bush 1996) que les permitan la integración y/o pueden co-construir un
futuro deseado y distinto del presente (por ejemplo a través del “modelo
Apreciativo”) (Conforti 2008a, b, 2009a).
Metodología
Objetivos. La modalidad de trabajo ha tenido dos objetivos bien claros y
diferenciados (Ayuntamiento de Alicante 2009c):
Objetivos generales:
➢ a1) Implicar a la ciudadanía y agentes sociales en la creación de
condiciones favorecedoras de una convivencia pacífica desde la
implementación de un modelo de prevención, gestión y resolución
de conflictos;
➢ a2) Mejorar las relaciones humanas y propiciar una mejor calidad de
vida urbana.
Objetivos específicos:
➢ b1) Tender a la solución de conflictos comunitarios mediante
métodos alternativos que generen satisfacción en las partes en
conflicto;
➢ b2) Ofrecer espacios neutrales donde los miembros de la comunidad
implicados en un conflicto tengan la oportunidad de trabajar por su
resolución;
➢ b3) Informar y asesorar sobre mediación comunitaria a los técnicos
y agentes sociales territoriales que desempeñan su labor en los
barrios de la zona norte;
➢ b4) Formar a líderes naturales con capacidad mediadora que surjan
en el proceso de desarrollo del proyecto;
➢ b5) Implicar a las personas, grupos y entidades en la solución de sus
propios problemas;
➢ b6) Prevenir y resolver conflictos comunitarios, entre personas,
grupos y/o entidades;
➢ b7) Reducir el nivel de conflictividad social;
➢ b8) Promover el diálogo, la comprensión mutua y la confianza.
En resumen
La mediación comunitaria tiene por objetivo facilitar un espacio y
proveer a los miembros de la comunidad de herramientas idóneas para
resolver las diferencias y conflictos que puedan generarse entre los
individuos, grupos y organizaciones de nuestra sociedad.
La mediación comunitaria cumple su misión al: a) ofrecer a la gente una
oportunidad para asumir la responsabilidad del conflicto y de sus diferencias,
b) mejorar la convivencia y c) reeducando en la aceptación de las diferencias
“en y entre” los miembros de la comunidad y facilitando el paso de la cultura
del litigio a la cultura de la comunicación, afrontando la conflictividad social
en el ámbito del municipio. Donde el Ayuntamiento asume el rol de
proveedor de una verdadera red de recursos social.
La filosofía central de nuestra propuesta se basa en devolver a la sociedad
el poder y protagonismo en la gestión de sus conflictos. En esta línea de
pensamiento, no conviene olvidar, como nos recuerdan (Nató 2005) que “la
mediación es un recurso humano y un instrumento cívico mediante el cual
los integrantes de una sociedad pueden tramitar las diferencias y/o gestionar
los conflictos que se les presentan en el ámbito privado y/o público así como
también participar de la construcción de la sociedad que integran”.
Partiendo de una visión sistémica (inclusiva de las redes sociales
preexistentes), integral (donde cada persona pueda expresarse en libertad) y
participativa (escuchando a los vecinos) y restaurativa antes que retributiva.
La mediación es un proceso complejo “que pone en relación a los miembros
de la comunidad, en el interior de si misma y por sus propios medios;
implica a la sociedad civil que comprende a los individuos, las familias, las
asociaciones, las ONGs y las empresas con el objetivo de auto-regularse en
sus propios conflictos, siendo su objetivo demostrar la capacidad de las
comunidades, no solamente para auto-responsabilizarse, sino también para
tratar sus diferencias antes que éstas degeneren en conflictos violentos”
(Bonafé-Schmit 1999).
Esta misma idea de proceso es la que les gusta también al grupo de
Génova, cuando definen “La mediación comunitaria es un proceso que se
compone de varias acciones (culturales, sociales, formativas, etc.) que tiene
como objetivo trabajar en el territorio para pasar de la coexistencia a la
convivencia, mediante un principio de interacción positiva. Las distintas
actividades llevadas a cabo permiten crear las condiciones para que
finalmente la comunidad explore nuevos modos para prevenir, gestionar y
transformar sus propios conflictos” (Morelli en prensa).
Trabajamos en Conjunto de barrios de carácter obrero. Con una identidad
social clara de pertenencia a los mismos, habían sido capaces de acoger a un
alto número de inmigrantes. Carlos Giménez apuntaba en el año 2002, que la
mediación comunitaria-intercultural, “consiste en una modalidad de
intervención de terceras partes neutrales entre actores sociales o
institucionales en situaciones de dificultad significativa, en la cual el
profesional tiende puentes o nexos de unión entre distintos actores o agentes
sociales con el fin de prevenir y/o resolver y/o reformular posibles conflictos
y potenciar la comunicación, pero sobre todo con el objetivo último de
trabajar a favor de la convivencia intercultural” (Giménez 2002).
Con necesidades insatisfechas apremiantes para muchos de los vecinos de
la zona que han visto cómo se ocupaban sus viviendas por extraños; otro
objetivo era trabajar los conflictos que podían originarse a consecuencia de
los denominados “pisos patera”, los re-alquileres, los impagos en los gastos
comunitarios, etc.; y últimamente la preocupación por el miedo a perder la
vivienda propia debido a no poder hacer frente a los pagos de su hipoteca.
Finalmente la presencia en el territorio de un buen número de distintos
profesionales de trabajo social, psicología y educadores, también servicios
de policía local y nacional, servicios de salud, parroquias, colegios y
distintos centros sociales para personas mayores y jóvenes. Todo ello a
contribuido a crear una oportunidad única en el territorio (6 barrios
desfavorecidos de la zona norte de la ciudad) en los que se concentraban la
mayoría de los inmigrantes se presentaba como un gran “laboratorio social”
en el cual podríamos desempeñar distintas funciones, entre ellas: favorecer la
integración de las personas venidas de fuera (inmigrantes latinoamericanos
principalmente); apoyar a los vecinos que se encontraban en soledad, con
falta de recurso en una situación de vulnerabilidad.
Muchos de los organismos, entidades y servicios de la comunidad que a
pesar de no dedicarse a la gestión, transformación y resolución de conflictos
conocen de su existencia a través de sus relaciones con el público podría y
puede establecerse una red de canales para derivar a través de los distintos
entes y organizaciones de los servicios comunitarios existente en el
territorio. Pero de todos es sabido, que por distintas razones, una de las
limitaciones que se pueden achacar a los distintos profesionales es su
excesivo celo en su trabajo, lo que no siempre casa bien con ese otro perfil
profesional de coordinación efectiva y trabajo en red, tan queridos por todos
los/as profesionales, pero que no siempre se hace efectivo, como es
concretamente en el caso de las derivaciones de casos, en los que la mayoría
de ellos serían de “ida y vuelta”.
Conclusión
La mediación de conflictos interculturales no escapa al ámbito de los
conflictos interpersonales entre los ciudadanos o habitantes de un espacio
territorial común que comparten el sentido de pertenencia. La participación
debe ser significativa y real, involucrar a todos y todas los actores,
diferenciando pero sincronizando roles. De este modo se va logrando
avanzar en el camino hacia la convivencia, la ciudadanía y la inclusión,
basada en la interacción entre las personas. De este modo podrá convertirse
en instrumento de desarrollo, empoderamiento y equidad social. Como dice
Enrique Pastor “la participación se convierte en objetivo del desarrollo
humano, a la vez que, es un medio para hacer progresar el mismo” (Pastor
2006).
La inclusión y participación en la comunidad de forma activa, en otras
palabras la integración, asume la inexistencia de violencia estructural y la
igualdad en la diversidad y esto no es otra cosa que el reconocimiento de
derechos a todas las personas por el solo hecho de ser persona, es decir sin
discriminación alguna por razón de su origen o procedencia étnica.
Como le gustaba decir a Martin Buber “Yo soy los Otros” (Buber 1970).
Este filósofo judío viene a decirnos que sin los otros no podemos ser
nosotros mismos. Nuestro YO se fragua desde los otros. Cuantos más Yoes
configuren nuestro Yo, tanto más pleno y rico será éste. De este modo el YO
se hace NOSOTROS.
Parafraseando lo que decíamos más arriba, la convivencia efectiva en una
sociedad, pequeña o grande, se juega en el campo de la interrelación
efectiva, en los distintos ámbitos de la vida cotidiana: comunidad de vecinos,
barrio, colegio, lugares de trabajo, esparcimiento, en la convivencia diaria de
nuestro convivir cotidiano, rompiendo con el aislamiento, el
desconocimiento y la incomunicación. Y aquí la mediación puede jugar –
está jugando ya – un papel importante, no el único, en esta proceso de
cohesión social. Se trata de una estrategia, de una opción, de una
oportunidad para facilitar y crear espacios de entendimiento, de interrelación
y de convivencia entre personas que habitan un territorio
independientemente del origen, del color o del tiempo que llevan viviendo
en ese lugar-espacio (Barrio) determinado.
“Si ha de existir una comunidad en un mundo de individuos, sólo puede
ser (y tiene que ser) una comunidad entretejida a partir del compartir y del
cuidado mutuo” (Bauman 2006).
“La comunidad es la dimensión de la sociedad que confiere un sentido
trascendente a la vida del hombre” (Giner 1983).
La mediación es eminentemente relacional, del mismo modo que lo es la
convivencia entre personas, sin importar las diferencias. “Vivir es convivir, y
convivir es un arte”. Ojalá que entre todos seamos capaces de construir
espacios para compartir, en nuestras comunidades y barrios, haciendo de la
mediación una estrategia creativa y de consenso, desde el reconocimiento y
la revalorización del otro como ser único e irrepetible.
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Linguaggi artistici e trasformazione del conflitto.
Analisi dell’esperienza Scatenati della Casa
Circondariale di Genova-Marassi (Italia)
Juan Pablo Santi - Università di Genova
Introduzione
La presente comunicazione intende integrare la descrizione dell’espe-
rienza studiata18 con l’accezione immaginativa di visione: “Ci sono due sensi
distinti ma correlati di “visione” che desidero discutere, tutte e due hanno
avuto una parte importante nella teoria politica. Visione è un termine comu-
nemente usato per indicare un atto di percezione (...) Ma la “visione” è usata
anche in un altro senso, come quando si parla di una visione estetica o una
visione religiosa. In questo secondo significato, non è l’elemento descrittivo
ma quello immaginativo, quello più importante” (Wolin, 2006: 17-18). In
questo modo, l’obiettivo consiste nel porre l’accento sulle funzionalità pra-
tiche della grammatica artistica, prendendo spunto dalla Grecia antica dove
le poesie non avevano soltanto scopi estetici, ma anche di tipo pratico: una
parte del poema serviva come promemoria delle attività quotidiane, come ad
esempio quelle legate al mondo della navigazione19.
La descrizione del caso si avvale della categoria d’interfaccia della poli-
tica pubblica20, costruito a partire dal percorso etnografico sviluppato intorno
Quadro teorico
In primo luogo, un cenno al concetto di cultura, declinata in questo caso
come: il divenire di costituzioni di rituali del vivere insieme, del collaborare
nella co-costruzione di una nuova “narrazione” a partire dai punti di con-
flitto. Specificamente nel nostro caso di studio, questi codici di ritualità del
vivere insieme si producono tramite lo sviluppo e introiezione delle tecniche
e dinamiche teatrali da parte dei detenuti che partecipano al laboratorio arti-
stico in carcere. Le logiche e i codici del linguaggio teatrale – come vedremo
più avanti – costruiscono una grammatica che serve a trasformare positiva-
mente il conflitto. A partire della novità dei percorsi si attivano codici di con-
vivenza a diversi livelli21.
22 “Jakob Levy Moreno, era d’origine rumena (...) ed ebbe modo di mettere a
punto la sua teoria negli Stati Uniti. Veniva da Vienna dove aveva visto lo sviluppo
delle teorie freudiane. Moreno si era occupato di profughi, di bambini, di prostitute
nel loro habitat naturale per aiutarli ad interagire, ad esprimersi, a prendere
coscienza di sé. Sosteneva il teatro della spontaneità, in contrapposizione al teatro di
cartapesta” (Pozzi e Minoia, 2010: p. 17).
23 “Il Teatro dell’Oppresso è teatro nell’accezione più arcaica della parola: tutti
gli esseri umani sono attori, perché recitano, e spettatori, perché osservano. Siamo
tutti spett-attori. Il teatro dell’Oppresso è una delle forme tra tutte quelle di teatro
(...) Il linguaggio teatrale è il linguaggio umano per eccellenza e il più essenziale.
Gli attori fanno sul palcoscenico esattamente quello che facciamo nella vita
quotidiana, a tutte le ore e in ogni posto. Gli attori parlano, vanno, esprimono idee e
rivelano passioni, esattamente come tutti noi nella routine diaria delle nostre vite.
L’unica differenza tra noi e loro consiste nel fatto che gli attori sono consapevoli
dell’utilizzo di quel linguaggio, perciò più adatti per il suo utilizzo. I non attori,
invece, ignorano che stanno facendo teatro, parlando teatralmente, vale a dire,
utilizzando il linguaggio teatrale, così come Monsieur Jourdain, il personaggio di “Il
borghese gentiluomo” di Molière, ignorava che parlava in prosa quando parlava.
(Boal, 1998: p. 21). D’altro canto c’è il concetto di teatro sociale. Claudio Bernardi
– che ha coniato questa categoria – lo definisce in questo modo: “Il teatro sociale si
occupa dell’espressione, della formazione e dell’interazione di persone, gruppi e
comunità, attraverso attività performative che includono i diversi generi teatrali, il
gioco, la festa, il rito, lo sport, il ballo, gli eventi e le manifestazioni culturali. Il
teatro sociale si differenzia dall’animazione sociale e teatrale, più decisamente
orientata alla drammaturgia di comunità, per il primato che assegna alla formazione
degli individui. Si distingue dal teatro d’arte, commerciale o d’avanguardia, perché
non ha come finalità primaria il prodotto estetico, bensì le pubbliche e private
relazioni. L’altro confine del teatro sociale è la teatroterapia, le diverse tecniche
espressive di psicologi e psicoanalisti utilizzate per risolvere i problemi interiori e
relazionali di individui o di piccoli gruppi. I confini tra queste tre aree teatriche sono
in realtà molto fluidi e non è difficile trovare casi di teatro d’arte promotore di
interventi e progetti sociali, o idee estetiche notevoli negli spettacoli e nei laboratori
ceri dello stato di San Paolo, in Brasile, “Questo ci presenta un problema to-
talmente nuovo: lavoriamo con compagni con i quali non solidarizziamo per
i crimini che hanno commesso, nonostante ciò sosteniamo con fermezza il
loro desiderio d’inventare un nuovo futuro per loro stessi. Lavoriamo anche
con le guardie di sicurezza – uno di loro porta scritto nella sua bacchetta le
parole “Diritti Umani” –, con i quali non ci identifichiamo nemmeno: i dete-
nuti furono condannati al carcere, non alle umiliazioni e ad altre sofferenze e
i funzionari tendono a far pagare ai detenuti le cattive condizioni lavorative,
il basso stipendio e i pericoli collegati al loro lavoro (...) Le nostre carceri
sono fabbriche di odio” (Boal, 1998: pp. 13-14). La situazione di conflittua-
lità è palese, il contesto funziona “fabbricando” odio e nessuno di quelli che
sono all’interno possono fuggirne. Boal nota che i detenuti hanno “tutto il
tempo del mondo”24 e aggiunge che il Teatro dell’Oppresso crea “spazi di li-
bertà” dove si possono svolgere azioni di emancipazione, che includono il ri-
flettere sul passato, presente e futuro, questo può essere considerato un
“nuovo tipo di evasione”.
Seguendo il testo di Emilio Pozzi e Vito Minoia (2010), che raduna al-
cune esperienze di teatro in carcere in Italia, si possono elencare delle positi-
vità riscontrate. Minoia ci spiega il valore di questo linguaggio nei confronti
dei soggetti a cui è rivolto, ossia ai gruppi socialmente emarginati che fini-
scono in carcere. Il teatro è “particolarmente importante per la natura stessa
delle comunità che si sono costituite nelle carceri, dove confluiscono, accen-
tuandosi, i diversi prodotti dell’odierna emarginazione sociale: i giovani dro-
gati e senza lavoro, gli immigrati respinti dalla miopia delle barriere etniche,
i naufraghi della prostituzione maschile e femminile. Per ciascuna e per tutte
queste categorie che soffrono di una diversità, voluta o non voluta, con mol-
teplici manifestazioni negative, il teatro può esercitare, come dimostrano gli
esperimenti in atto, una profonda funzione di recupero: può portare in super-
ficie le inquietudini dell’inconscio, può enormemente favorire la matura-
zione dei linguaggi e del linguaggio comune, può orientare beneficamente
passioni e desideri, può offrire spazi e possibilità alla creatività da cui nasce,
nei casi più fortunati, anche una nuova personalità” (p. 20). La situazione di
“diversità” esplicita subita da questi gruppi fa sì che l’operazione di teatro in
carcere sia molto delicata. Marzia Loriga fa una descrizione che mette in ri-
lievo un primo aspetto costitutivo del “fare teatro”, della grammatica di
questo linguaggio. In questo caso lo “sciogliersi” e, a posteriori, l’aprirsi agli
altri soggetti sono due movimenti preziosi per ripensare la soggettività, di in-
dividuare nuovi modi per conoscersi, “Ero convinta, e lo sono ancora, che il
di terapia teatrale e nelle performance della drammaturgia di comunità”
http://www.almadeira.it/i/sociale/teatro_sociale.pdf, consultato il 3/11/2011. La
discussione sulla problematicità e le potenzialità di ogni categoria di teatro esula da
queste pagine.
24 Il tempo a disposizione dei detenuti è una delle risorse più importanti in
esperienze di questo tipo.
teatro, in generale, ma in carcere in modo particolare, aiuti molto a liberarsi
dai vincoli psicologici, aiuti a sciogliersi, nei gesti e nelle parole. Aprirsi agli
altri, farsi conoscere meglio e conoscere meglio se stessi. Il confine tra il re-
citare e il viversi è infinitamente sottile” (p. 264). Questa possibilità donata
dall’esperienza teatrale determina un nuovo tipo di atteggiamento che viene
a toccare diversi aspetti: “il detenuto in quanto soggetto sociale all’interno
delle dinamiche di gruppo (rispetto, solidarietà, senso di sacrificio); la sua
maturazione e crescita personale; il suo arricchimento culturale, strumento
fondamentale per la ricostruzione di un sé “presentabile” nei vari contesti so-
ciale; la sua cerchia famigliare... In quest’ottica allora la riflessione sull’im-
portanza dell’inserimento lavorativo versus l’evasione creativa perde di fatto
la sua eterna dicotomia” (p. 234). In questo modo, svela Patrizia Tretel, una
delle problematiche di questo campo, accusato di essere “tempo perso” senza
nessuna valenza utilitaria.
L’utilizzo del linguaggio teatrale nelle istituzioni penitenziarie richiama, a
sua volta, l’aspetto concernente la funzione sociale del carcere nel nostro
contemporaneo. La centralità dell’opera di Foucault (1976) ci è utile per ca-
pire la logica e la dinamica dell’istituzione penitenziaria come roccaforte
della modernità e la dimensione storica che questa possiede; in questo senso,
l’idea di disciplinamento dell’“anima” subentra a quella della tribolazione
del corpo nel passaggio verso la modernità. Ma “Foucault, nell’elaborazione
delle sue concezioni, è debitore nei confronti di Rushe e Kircheimer (Pu-
nishment and social structures, 1939), che hanno messo in rapporto i diversi
regimi punitivi con sistemi di produzione da cui essi ricavano i loro effetti:
così in una economia servile i meccanismi punitivi avrebbero il ruolo di ap-
portare mano d’opera supplementare, di costruire una schiavitù civile a lato
di quella assicurata dalle guerre e dal commercio; con la feudalità in un’e-
poca in cui la moneta e la produzione sono poco sviluppate, si assisterebbe
ad una brusca crescita delle punizioni corporali, essendo il corpo, nella mag-
gior parte dei casi, il solo bene accessibile; la casa di correzione, il lavoro
forzato, la manifattura penale, apparirebbero con lo sviluppo dell’economia
mercantile. Ma, esigendo il sistema industriale il libero mercato della mano
d’opera, l’incidenza del lavoro obbligatorio diminuirebbe nei meccanismi di
punizione durante il secolo XIX, sostituita da una detenzione a scopo corret-
tivo” (Pozzi e Minoia: 54). La questione che emerge, quindi, nel contempo-
raneo, è: Come (ri)pensare il carcere oggi? Se da una parte questa domanda
può essere vista come funzionalista e sistemica, dall’altra parte pretende di
rendere evidente la poca efficacia, non corrispondenza, della funzione so-
ciale odierna dell’istituzione penitenziaria. Prima di buttare il bambino con
l’acqua sporca, quindi, si può trovare un punto di collegamento che possa ri-
baltare le logiche imperanti, da una parte restituire autonomia ai soggetti
“puniti” con nuove grammatiche emancipatrici, dall’altra utilizzare i mezzi
dell’economia capitalista contemporanea per creare nuove comunità, che ab-
biano la felicità come scopo. Operazione che continua a essere compito della
politica, come bene illustra Giorgio Agamben (1996): “La politica è ciò che
corrisponde all’inoperosità essenziale degli uomini, all’essere radicalmente
senz’opera delle comunità umane. Vi è politica perché l’uomo è un essere
argòs, che non è definito da alcuna operazione propria – cioè: un essere di
pura potenza, che nessuna identità e nessuna vocazione possono esaurire
(...). In che modo quest’argìa, queste essenziali inoperosità e potenzialità po-
trebbero essere assunte senza diventare un compito storico, in che modo,
cioè, la politica potrebbe essere nient’altro che l’esposizione dell’assenza di
opera dell’uomo e quasi della sua indifferenza creatrice a ogni compito e
solo in questo senso restare integralmente assegnata alla felicità – ecco
quanto, attraverso e al di là del dominio planetario dell’oikonomia della nuda
vita, costituisce il tema della politica che viene” (p. 109).
Quadro metodologico
Analisi dell’esperienza
L’analisi si centrerà sul concetto di politica pubblica declinata in: inter-
faccia laboratorio e interfaccia palcoscenico. Saranno descritti, in ogni inter-
faccia, gli aspetti più rilevanti relativi alla trasformazione del conflitto a li -
vello individuale, contestuale e territoriale.
Per quanto riguarda gli attori coinvolti nell’esperienza, questi sono vari
così come i loro rispettivi approcci e funzioni. Quelli appartenenti alla pub-
blica amministrazione agiscono in qualità di promotori e finanziatori (a di-
versi livelli) e vedono questa esperienza come un nuovo tipo di welfare che
utilizza “l’arte, la cultura” per sanare aspetti di tipo sociale. Per quanto ri-
guarda i finanziatori privati, che supportano economicamente il progetto, la
loro percezione è relativa alle “modalità innovative per risolvere certi pro-
blemi”. Infine, quelli appartenenti al terzo settore – nel nostro caso composto
dall’associazione che produce il progetto25, le scuole da dove escono gli altri
attori esterni che fanno parte dello spettacolo assieme ai detenuti attori e l’e-
quipe artistica – vedono questo progetto come un modo per “salvare o redi-
mere” i detenuti.
I suddetti attori collaborano, in primis, costruendo l’interfaccia labora-
torio. Quest’interfaccia attraversa l’istituzione carceraria tramite la presenza
degli esperti artistici che lo portano avanti, mediamente due volte alla setti-
mana, due o tre ore ogni volta, modificando la dinamica carceraria. Questo è
chiamato da Armando Punzo26 la teoria del terzo polo, ovvero la presenza di
un terzo (artista) nella logica binaria (agenti di sicurezza-detenuti) dell’istitu-
zione penitenziaria. Obiettivo finale dell’interfaccia laboratorio è la produ-
zione di quello che chiameremo “macchina artistico-emotiva” per la produ-
zione dello spettacolo.
A questa interfaccia, il laboratorio teatrale, partecipano meno tipi di attori
rispetto alla successiva, l’interfaccia palcoscenico, che prevede in più, ad
esempio, la presenza del pubblico che assiste alla rappresentazione dello
spettacolo nel teatro cittadino. Questo però non elimina la sua importanza
poiché necessaria e funzionale per arrivare al prodotto, allo spettacolo.
Questa interfaccia è importante dato che costituisce il momento d’introie-
zione dei codici del linguaggio artistico all’interno dello “spazio di libertà”
che si crea dentro il carcere.
Il laboratorio teatrale interessa giacché molti detenuti-attori è la prima
volta che vengono a contatto con questa diversa grammatica. La dimensioni
della costruzione del gruppo e le ripetizioni delle tecniche teatrali fungono
come nuova narrazione e punto d’incontro. Il savoir faire sviluppato acquista
un senso trasformativo dopo lo sviluppo dell’interfaccia palcoscenico, rima-
nendo come un’esperienza positiva. Gli aspetti del laboratorio che interes-
sano hanno a che vedere anche con gli sforzi per arrivare allo spettacolo e
con il lavoro portato a termine, con la possibilità di divertirsi tramite nuove
regole e con il riconoscimento che scaturisce della nuova grammatica (rico-
noscimento nei confronti dei responsabili ma anche dei compagni di labora-
torio). Interessa l’aspetto di messa in gioco e di scoperta di nuove potenzia-
lità individuali e di gruppo (dal gioco con la voce, passando dalla memoriz-
Conclusioni
È efficace il linguaggio artistico-teatrale perché, come dispositivo di pen-
siero-azione, viene a stimolare diverse situazioni che non appartengono alla
quotidianità, l’interfaccia laboratorio e quella palcoscenico diventano una
novità per la sua trasversalità poco sfruttata dalla politica pubblica. Ciò che
avviene è anche una palestra di produzione di nuove convivialità tramite la
produzioni di nuove narrazioni che ha delle risonanze pratiche nel quoti-
diano individuale e contestuale e delle potenzialità per la società tutta.
Se, seguendo Carlos Giménez (2010: 145-150), la mediazione comuni-
taria la intendiamo come un processo che si compone di varie azioni (cultu-
rali, sociali, formative, ecc.) che ha come obiettivo lavorare sul territorio e
con il territorio per passare dalla coesistenza alla convivenza, aggiungendo
un principio di interazione positiva, questo tipo di operazione culturale ne è
un creativo esempio con una alto potenziale nella trasformazione sociale.
Tornando al caso genovese, questa “visione politica” si trova potenziata
dal momento in cui si sta costruendo un vero teatro all’interno della Casa
Circondariale di Genova-Marassi. Come proposta innovatrice si potrebbe
ipotizzare la nascita di un “centro di ricerca sui linguaggi artistici per la tra-
sformazione del conflitto”, facendo un movimento semantico-strutturale da
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La arteterapia como herramienta de mediación
comunitaria
Enrico Cirla Bracchi y Arantxa Vilar Lopez -
Universidad Pompeu Fabra
Objetivos
Se plantea un proyecto de mediación comunitaria que tenga como
finalidad principal transformar la relación y la comunicación de las usuarias
del centro, así como su relación con su entorno, a través de acciones que
tengan como metodología base el proceso artístico y puedan adaptarse al
espacio abierto, el horario flexible y el tiempo de las usuarias en el centro.
Para el proyecto operativo se han desarrollado los siguientes objetivos
específicos:
Reflexiones conclusivas
La primera etapa del proyecto estuvo centrada en legitimar el profesional,
el espacio de trabajo y el proceso. El escenario donde se ha desarrollado el
proyecto (el servicio Àmbit Dona) es un lugar caótico y, como en todo caos,
es difícil encontrar un orden y un lugar. Transitar en el caos ha sido uno de
los retos más grandes del proyecto para lograr la legitimación necesaria. Un
caos que define el colectivo con el que se ha trabajado pero que también
define la institución que apoya el proyecto. Así, legitimar el rol del
profesional, tener la confidencialidad que se merece lo que surge, ofrecer
seguridad y confianza en el proceso dentro de un espacio donde los techos
no existen y nadie tiene una sala propia ha sido uno de los objetivos más
difíciles de lograr.
La primera fase ha sido la más larga en el tiempo, pero a la vez la más
importante. Las usuarias llegaron al proyecto con una autoestima muy baja,
con un alto grado de desconfianza por lo planteado, con muchísimas
resistencias y miedos.
Durante las sesiones individuales pudieron expresar tales resistencias,
miedos, desilusiones y desencuentros que a veces no fueron fáciles de
manejar.
La primera fase duró todo el tiempo que las usuarias necesitaron para
adquirir confianza. El éxito de esta primera fase tuvo que ver con una de las
premisas básicas del trabajo arte-terapéutico: lo importante no es la
producción plástica sino el proceso de elaboración. Y el cuidado de esto en
esta primera etapa fue crucial. El acompañamiento del proceso, el respeto
hacia lo creado, la confidencialidad de lo creado y la acogida de lo
expresado posibilitó la creación del vínculo profesional-usuaria.
No obstante, dicha premisa, importantísima en Arteterapia, debería
aceptar excepciones en algunas partes del proceso y, sobre todo,
dependiendo del colectivo, y por lo tanto, de sus necesidades. Existen
algunas dinámicas donde el arte sí que puede ser utilizado como resultado
final y estético, pues algunas obras pueden exponerse con el objetivo de
fomentar la autoestima a las usuarias o participantes. Las consideraciones
estéticas no deben descartarse por completo, sino más bien fomentarse en la
medida de lo posible y siempre que sea coherente con el proceso iniciado y
con el marco de referencia. En la primera fase del presente proyecto la
creación de un espacio público donde se mostraron las obras seleccionadas
por las usuarias posibilitó en gran medida el avance de la intervención.
Además, favoreció a la revalorización de las usuarias, aumentando su
autoestima al ser y sentirse protagonistas de lo creado.
En las sesiones individuales también se trabajó el empoderamiento de las
usuarias, mediante las creaciones artísticas, moldeando sus vidas, creando
días distintos, modificando sus historias a través de cuentos o dibujos
ficticios que posibilitaban escenarios desconocidos, y nuevas formas de
enfrentarse a sus miedos y sufrimiento. Del espacio individual las usuarias
pasaron a crear un espacio al que se bautizó como el rincón para crear, y que
fue el resultado de la motivación de las usuarias para construir algo juntas y
salir del espacio individual creado en la primera fase.
La creación del árbol de lo que sentimos fue una puesta en común de
todo lo vivido en la primera etapa. Con ello las usuarias participantes
parecían dispuestas a observar lo creado por otro, y con ello, su forma de
pensar y sentir. El árbol de lo que sentimos fue la primera actividad en la que
las usuarias trabajaron juntas.
La construcción de un árbol que contenía una hoja de cada usuaria, con
su color y con su forma de sentir, fue el inicio de crear un lugar legítimo para
cada usuaria. El árbol de lo que sentimos fue la creación de una nueva
historia, conjunta. Y a su vez, posibilitadora de cambios.
Y aunque en esta primeriza acción hablar de haber conseguido el
reconocimiento parece osado, es cierto que supuso una apertura al mundo
del otro y una intención de querer integrarse en una única creación. Quizás,
en esta primera acción conjunta logramos la primera fase del
reconocimiento: la consideración del reconocimiento, ya que las usuarias
tomaron conciencia de lo que sentían las otras, y sus deseos. Y puede que
también existiera el deseo de conferir reconocimiento, pues al fin y al cabo
el resultado de la segunda fase fue “plantar” el árbol en la calle como un
deseo de ser escuchadas, todas.
Un acercamiento que llevó al proyecto y a las usuarias a la segunda
acción (el cuento de todos). Una acción que supuso un número más alto de
participación que en la anterior. El cuento de todos significó, en el marco del
proyecto, un cambio en la trama de la historia. La realidad humana se
construye a través de las relaciones con los otros, a través de la
comunicación humana. Así, mediante la creación de cuentos colectivos y
comunitarios y a través de la relación ficticia del cuento inventado se
construyó una historia donde todos formaban parte y tenían cabida: niños,
usuarias, gente joven, vecinos, inmigrantes, trabajadores o estudiantes. Lo
importante del cuento de todos fue su proceso de realización y la interacción
social devenida. Se produjo una colaboración social que perfectamente
puede extrapolarse a otro terreno y a otro escenario cotidiano. Así, nuestro
yo se construye a través de las historias que contamos y que cuentan otros.
Pero tales historias son dialogables y negociables.
Aunque las tres acciones planteadas en la segunda fase estuvieran
encaminadas, entre otras metas, al empoderamiento de las usuarias, esta
segunda acción supuso un paso gigantesco en esta dirección. Durante la
primera sesión, en el centro, cuando las usuarias echaron los “cimientos” de
lo que sería cada uno de los cuentos, y construían con cartón y papeles las
distintas estructuras, no quisieron participar en escribir un cuento entre
todas. A la vuelta, cuando observaron lo escrito por gente ajena, y por
algunas de sus compañeras del centro, decidieron escribir dos cuentos. La
respuesta del otro había generado en ellas una inyección de autoestima que
las fortaleció y las motivó a ser ellas las escritoras efímeras de una historia
nueva.
Finalmente, El arte de habitar volvió a hacer hincapié en la legitimación
de cada una de las usuarias frente a la realidad compartida. La creación de
cada una de las usuarias supone una visión y posición válida y merecedora
de escucha y respeto. Una escucha y respeto que se tuvo en cada una de las
sesiones realizadas. A su vez, El arte de habitar ha supuesto un juego de
distintas narrativas: por una parte, la narrativa dada o conocida desde fuera
(fotografía que se encontraban en la mesa); por otra parte, la narrativa de
cada una de las usuarias (que transformaba la narrativa dada); y finalmente,
la narrativa del otro que decide crear el otro. Así, al mismo tiempo que se
produce la legitimación de cada una, y de nuevo de un lugar en el proceso, se
crean historias distintas, alternativas que en un principio descolocan, como
todo caos, pero que luego invitan a una reflexión y a una forma de construir
distinta.
La creación se convierte en el puente que va de lo conocido a lo
desconocido. El espacio de creación ha actuado en todas las acciones como
aquel espacio simbólico que permite crear una nueva narrativa. Atreverse a
crear sobre la realidad (a veces conflictiva) ha construido un escenario
temido, de refugio, de contradicciones, de angustias y también de recuerdos
o proyecciones que a la vez ha permitido entrar en un espacio de caos
creador, sin el cual la construcción de nuevas creaciones (y realidades) no
hubiera sido posible.
Esta tercera actividad retoma la idea de reconocer al otro como alguien
con necesidades, miedos y deseos. Las usuarias han reconocido en la versión
transformada de cada una de las demás usuarias, sus miedos, sus
necesidades, sus opiniones y su construcción del entorno. Conjuntamente
han debatido acerca de lo que se podría intentar hacer y han compartido
experiencias. El arte de habitar ha despertado en el espacio de creación
común un pensamiento reflexivo y crítico. Al finalizar cada sesión las
usuarias compartían experiencias y opiniones con las demás y con el
profesional.
La última fase está prevista desarrollarse en enero de 2015. La idea de
crear un espacio de creación y a la vez un espacio de exposición fuera del
espacio de Àmbit responde a dos objetivos importantes: por un lado, seguir
expandiendo el concepto de espacio inclusivo, como plataforma de
reconocimiento y como generador de nuevas posibilidades, dentro de un
marco de creación artística que siga posibilitando la expresión de los
participantes. Y por otro lado, la asunción por parte de las usuarias, mediante
el arte también, de un rol distinto al que ocupan en la comunidad.
Respondiendo este último propósito a la idea de entender el espacio de
creación como el espacio de lo posible y de comprender que cada sistema
tiene unos personajes que ocupan un determinado rol, pero que cambiando la
historia dada, podemos llegar a percibir al otro como alguien diferente y
legítimo, al mismo tiempo que construimos una historia distinta que sitúe a
las personas en distintos lugares.
El proyecto pone en acción la fuerza proyectiva de cada uno de nosotros
en el mundo, en el entorno y en los otros. A su vez trabaja la gran
complejidad de aceptar al otro, distinto, y a la misma vez ofrece
herramientas para ser capaz de danzar con él. De tú a tú. Intentando encajar
los pies para no pisarse mientras se baila. Es un proyecto de cambio, de
aceptación del diferente, del igual, del otro y de uno mismo. Un proyecto
que se propone lograr una mejora y/o transformación interna y externa; un
proceso comunitario, grupal y personal. E intenta, desde lo más íntimo,
mejorar el espacio de todos. Es un proceso de ser y de estar distinto. De
hablar y dialogar. Un proyecto que está en marcha y que de una forma u otra
creo que debería permanecer abierto siempre, ya que como escribe Joan
Miró: Un cuadro no se acaba nunca, tampoco se empieza nunca, un cuadro
es como el viento, algo que camina siempre y sin descanso.
Bibliografía
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Zito Lema, Vincente, Conversaciones con Enrique Pichón Rivière,
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Snodi: costruire comunità di mediatori
e contagio culturale
Fausta Mancini e Massimiliano Anzivino - Associazione Snodi
Bisogno di comunità
Ormai in molte discipline che si occupano di problematiche sociali l’ap-
proccio di comunità è un punto fermo ed imprescindibile. Nato negli anni
sessanta negli Stati Uniti sta vivendo negli ultimi tempi una forte riscoperta
anche nel resto del mondo, e permette di sperimentare con maggiore consa-
pevolezza una diversa modalità per affrontare la vita e i suoi problemi come
operatori, istituzioni e cittadini.
L’idea in sé è molto semplice per quanto molto difficile da realizzare pie-
namente: riconnettere la persona con i propri contesti sociali e ricostruire i
legami comunitari che da sempre accompagnano la vita dell’essere umano.
Se da un lato la globalizzazione ha innescano un processo di sempre mag-
giore individualismo, dall’altro l’approccio di comunità cerca di recuperare
una dimensione di appartenenza ad una collettività. Anche qui quindi re-
miamo controcorrente: le spinte propulsive dell’approccio comunitario si
scontrano con la forza di messaggi dalla capacità attrattiva eccezionale e che
vanno assolutamente in tutt’altra direzione.
Non è possibile trasformare la realtà, che viviamo con sempre maggiore
fatica ed a tratti con disperazione, se non riusciamo ad attivare un processo
di rigenerazione delle relazioni e di riconsolidamento dei legami sociali.
In questo siamo confermati dalle riflessioni di filosofi, sociologi e ricer-
catori e dalle conseguenti azioni che in ambito sociale sempre più spesso si
sviluppano. Pensiamo ad esempio ai progetti di sviluppo di comunità, ai pro-
cessi partecipativi, ai concetti sempre più diffusi di rete, empowerment, pro-
mozione del benessere. Certamente siamo ancora in una fase di sperimenta-
zione e dire che l’approccio di comunità sia altrettanto applicato nei fatti
quanto condiviso a parole sarebbe un’illusione.
Forse è proprio nel momento in cui come persone ci sentiamo più soli,
confrontati con le fatiche di un individualismo consolidato che ha tanto il sa-
pore della solitudine, che ci rendiamo conto di quanto sia preziosa la dimen-
sione relazionale e comunitaria come elementi fondamentali della vita, del-
l’identità, del quotidiano. È ormai più di una sensazione per gli operatori so-
ciali il fatto che molte delle problematiche che si trovano ad affrontare non
possono esserlo in altro modo: la riattivazione della dimensione comunitaria
non è solo quindi un bisogno emergente delle persone, per quanto scarso e
malamente espresso, ma un vero e proprio strumento di lavoro per gli opera-
tori sociali: cogliere la prospettiva sostenibile della persona in rapporto alla
comunità in cui vive.
31 www.mediazione-snodi.org.
L’essere associazione non è una scelta solo di tipo organizzativo. Cre-
diamo infatti che chi si propone come mediatore abbia bisogno di misurarsi
in prima persona con il conflitto ed inevitabilmente con le relazioni che pos-
sono essere anche faticose: in questo senso la vita associativa rappresenta
un’ottima palestra.
Oltre alla proposta più classica di sensibilizzazioni, mediazioni e forma-
zioni, Snodi sta costruendo fin dalla sua nascita un’esperienza che cerca di
considerare tutti gli aspetti che abbiamo fin qui tratteggiato, centrata sull’of-
ferta dedicata ai soci chiamata autoformazione. In tali incontri si sperimen-
tano ed approfondiscono alcuni elementi appresi durante i momenti forma-
tivi. Gli obiettivi sottesi a tali giornate sono diversi: l’offerta di uno spazio
protetto di pratica supervisionata dai soci mediatori e/o formatori, la crea-
zione di legami tra i soci, la sperimentazione concreta della fatica delle rela-
zioni, la costruzione di nuove progettualità territoriali.
Al di là della diffusione del modello, interessa riportare sempre di più
l’attenzione sull’integrazione tra pratica professionale e personale.
L’utilizzo del modello umanistico è strettamente legato a tali obiettivi
perché non ha il suo principale interesse nella creazione di mediatori, quanto
nella formazione di persone capaci di rigenerare le relazioni e le comunità
che abitano. Morineau li chiama artigiani di pace, intendendo con questo ter-
mine proprio la centralità dell’aspetto umile, ma al tempo stesso frutto di una
lunga e paziente pratica, evocata dall’immagine dell’artigiano, che permette
di costruire le condizioni per la convivenza pacifica e la solidarietà tra le per-
sone.
Da qui discende la mediazione umanistica come progetto di società, dove
prevale l’attenzione ad una dimensione di incontro profondo con sé e con
l’altro mettendo a punto le condizioni necessarie: il tempo, il silenzio, il non
giudizio, la comunicazione a livello emotivo, l’esplorazione dei valori e
delle domande esistenziali.
Proprio grazie a questo contesto è possibile dare vita e slancio a quei le-
gami cosiddetti “deboli”, nell’accezione di Granovetter, che sono il fonda-
mento per la costruzione di una comunità: essi infatti, pur essendo emotiva-
mente poco impegnativi, a differenza dei legami familiari e amicali, permet-
tono di sperimentare solidarietà ed appartenenza, aspetti che abbiamo visto
essere centrali per il benessere sociale e individuale. La comunità di media-
tori che man mano va a formarsi diventa una specie di modello che ogni
socio può sperimentare e provare a riproporre all’interno dei propri contesti
di lavoro e di vita.
Le autoformazioni sono costituite da incontri di un’intera giornata di atti-
vità strutturate, proposte ai soci per sperimentarsi nell’utilizzo di alcuni
“strumenti” della mediazione umanistica potendo praticarli, viverli, elabo-
rarli in profondità.
Il modello Morineau ha contribuito a far emergere proprio la grande di-
stanza tra la sua proposta e la quotidianità che ognuno di noi oggi vive im-
merso in contesti di fretta, ansia, fatica che poco o niente si conciliano con la
cura della spiritualità e il conosci te stesso socratico. Le autoformazioni di-
ventano così un porto franco dove allenarsi non tanto a fare il mediatore ma
ad essere mediatore, integrando sempre di più dentro di sé un approccio alla
vita pieno, essenziale, autentico. Sono una sorta di momento personale dove
poter fare manutenzione di sé.
Attraverso lo strumento delle autoformazioni cerchiamo di trasformare
l’esperienza associativa in una possibilità di vivere l’associazione stessa
come strumento di crescita, grazie alle relazioni che inevitabilmente si gene-
rano al suo interno. Naturalmente i percorsi personali che abbiamo osservato
sono i più vari e dalle tempistiche più diverse. In questi anni abbiamo attra-
versato, insieme ai soci, le diverse fasi di una palestra di vita in costante mo-
vimento. Si cerca poi di promuovere una sempre maggiore fiducia personale
e di gruppo che permetta ai soci di divenire essi stessi responsabili della di-
vulgazione della mediazione e dell’attivazione di altri territori, attraverso
percorsi esplorativi-formativi32.
Proprio in questo modo, infine, crediamo sia possibile un vero e proprio
innesco di un processo di diffusione culturale profondo, al di là delle mode,
dei facili innamoramenti e degli interessi che possono stare dietro alla me-
diazione.
Bibliografia
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Watzlawick, Paul (a cura di), La realtà inventata, Feltrinelli, Milano
1988.
La narrazione mediata
nella Protezione Internazionale
María Eugenia Esparragoza - Università di Genova
Contesto e osservazioni
L’esperienza maturata con una categoria specifica di migranti ha potuto
avere luogo nell’ambito di un progetto interno allo SPRAR 38, che garantisce
interventi di accoglienza integrata superanti la sola distribuzione di vitto e al-
loggio, prevedendo in modo complementare misure di informazione, accom-
pagnamento, assistenza – anche legale – ed orientamento, attraverso la costi-
tuzione di percorsi individuali di inserimento socio economico. In tutte
queste azioni si contempla, quando necessario, l’affiancamento di un media-
tore interculturale, al fine di superare le barriere linguistiche e assicurare la
comprensione tra gli utenti e i servizi39.
Conflitti e partenze
Dagli avvenimenti che hanno portato alla caduta di vari governi del Nord
Africa, durante il fenomeno comunemente conosciuto come “Primavera
araba”, i lavoratori subsahariani soggiornanti in territorio libico (alcuni di
lunga data)44si sono trovati in condizioni difficili. Esposti a violenza selet-
tiva, minacce e discriminazione45, spesso imprigionati e derubati, si sono
visti costretti ad imbarcarsi. Inizia così un flusso di natura forzata verso le
coste italiane che condurrà a dichiarare lo stato d’emergenza, predisponendo
un piano di accoglienza46 comprendente l’assistenza legale per il riconosci-
mento della Protezione Internazionale.
Il primo consistente gruppo è stato quello dei richiedenti asilo giunti in
Italia nella primavera/estate 2011. Di provenienza quasi integralmente
maliana, questi soggetti hanno mostrato nei loro racconti affinità e percorsi
similari. Il loro arrivo è coinciso con lo scoppio, sull’onda della “Primavera
araba”, del conflitto in Libia nel febbraio 2011. Ritroviamo, conseguente-
44 Come riferisce Pliez (2006), dagli anni Sessanta del secolo scorso la Libia,
paese vasto (tre volte la Francia) e sottopopolato (circa 6,5 milioni di abitanti) ha
costituito un polo d’attrazione per immigrati giunti per lavorare in tutti i settori
d’impiego. Indispensabili per il funzionamento dell’economia statalizzata, erano
diventati determinanti nello sviluppo dell’economia privata alla fine degli anni ’80
(in cui rappresentavano oltre la metà della popolazione attiva del paese).
L’importanza dei flussi migratori tra l’Africa subsahariana e la Libia è andata
crescendo negli anni ’90, in relazione alla politica panafricana di Gheddafi.
45 Si vedano, tra le altre, le informazioni ACNUR.
46 Si è trattato del programma “Emergenza Nordafrica”, della Protezione Civile,
durato circa due anni.
mente, in tutti i loro racconti, la descrizione della vita in Libia e dell’abban-
dono di questo Paese in vista dell’avanzata della guerra e della pressione dei
militari.
Analogie nei loro vissuti, si colgono, poi, anche in riferimento alle moti-
vazioni che li hanno spinti a fuggire dal proprio Paese, ai percorsi fino alla
Libia ed ad eventuali soggiorni intermedi in altri Paesi Maghrebini. I tempi
dei percorsi erano molto variabili, per cui si contavano sia coloro che si
erano insediati nel Paese nordafricano da molto (fino a 7 anni) sia quelli arri-
vati poco prima delle sommosse.
Il secondo evento storico che ritorna nei racconti dei richiedenti osservati,
è il conflitto in Mali. A seguito, infatti, del Colpo di Stato del marzo 2012 47 e
della successiva guerra civile, abbiamo potuto osservare un secondo flusso
migratorio di richiedenti che, fuggiti dal Mali tra la fine 2012 e l’inizio del
2013, rievocano nei loro racconti lo scoppio del conflitto e la situazione di
forte instabilità interna venutasi a creare sotto il profilo della sicurezza pub-
blica venutasi a creare48. Il più numeroso gruppo dei richiedenti ha lasciato
questo Paese nel clima di anarchia derivante dal colpo di Stato, del quale
hanno approfittato gli integralisti inaugurando un periodo di sanguinose vi-
cende belliche.
Finita la fase emergenziale, sono continuati gli arrivi di persone che subi-
scono le conseguenze di questa situazione, persino dal punto di vista econo-
mico, sebbene la causa immediata che essi dichiarano sia il più delle volte
familiare o sociale.
Ai Maliani si aggiungono cittadini di altri paesi subsahariani, arrivati in
ragione di difficili circostanze, la cui genesi alcune volte si ritrova tra le
pieghe del tessuto familiare, al di là degli altri fattori che oggettivamente li
hanno portati a uscire dal loro Paese. I senegalesi 49, per esempio, sono fug-
giti dalle violenze legate alla guerriglia separatista della Casamance, mentre
fra quelli usciti dal Gambia, solo uno ha dichiarato di essere scappato dal-
Prossemica e temporalità:
setting e sviluppi della mediazione
Le interazioni oggetto di questo saggio si svolgono in una delle zone in-
terpersonali, determinate dalla distanza nella comunicazione, che Hall
(1966) definisce come sociale, in quanto funzionale al rapporto tra cono-
scenti, inclusi gli scambi lavorativi e didattici che vogliono una separazione
spaziale di media entità, trattandosi di una distanza critica.
Come in ogni mediazione, gli elementi non verbali, tali la collocazione
degli attori nello spazio ad essa destinato, rivestono un’importanza fonda-
Quatriade o tetrade?
Un’altra modalità di lavoro mediato vedeva la trasformazione di un pro-
cesso di tipo ternario in quaternario, dato che con alcuni utenti era necessario
l’uso di una lingua di tipo vernacolare nella fase liminare del processo, ba-
sata sulla narrazione, per potere raccogliere sufficienti elementi con la chia-
rezza e precisione che esige il buon esito della procedura. In queste situa -
zioni si prevede un lavoro di co-mediazione, in cui si mescolano almeno tre
codici linguistici verbali e non-verbali: l’italiano dell’operatore e del media-
tore, la lingua veicolare in uso tra i co-mediatori, in questo caso il francese,
Bibliografia
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Scegliere la scuola:
tra bagaglio culturale e aspettative per il futuro
María Luisa Gutiérrez - Centro Scuole Nuove Culture
Comune di Genova
imparato in questi tre anni. Come posso imparare in sei mesi, da quando sono
arrivata in Italia, quello che hanno fatto loro in tre anni? E se io dicessi alla prof. di
interrogare i suoi allievi fra sei mesi sulla storia precolombiana e la colonizzazione
dell’America?”. Questa studentessa aveva colto, senza sentimenti di inferiorità, che
il suo bagaglio culturale era pieno di informazioni, diverse da quelle dei suoi
compagni, ma ugualmente ricco. Un programma scolastico positivo potrebbe
prendere il considerazione l’alternativa di portare argomenti a scelta degli studenti.
mettendo in luce, in diverse sue ricerche, la discontinuità negli aspetti sociali
ed emotivi che ogni bambino sperimenta a casa e a scuola. Quando il bam-
bino passa dall’ambiente materno/famigliare a quello scolastico, sperimenta
un’inevitabile discontinuità/differenza tra questi due ambienti. Già quando
passa dallo stile di educazione che gli viene impartito a casa allo stile educa-
tivo del contesto formale che è la scuola, subisce una discontinuità non indif-
ferente. Potremmo chiamare l’educazione di casa “cultura orale” o “cultura
informale” e quella scolastica “cultura letterata” o “cultura formale”, dove la
scrittura e le regole sono le fondamenta per la trasmissione del sapere. Pen-
siamo allora alle discontinuità che possono subire i ragazzi che arrivano da
Paesi dove lo stile educativo è diverso da quello italiano. E non solo, pro-
viamo anche a pensare a un’ulteriore discontinuità, cioè quella creata dal-
l’uso della lingua. Nell’inserimento dei ragazzi provenienti da altri Paesi, la
lingua costituisce uno degli ostacoli, senz’altro il primo, che devono affron-
tare al loro arrivo nel nuovo ambiente. La società occidentale ha la tendenza
a essere pregiudiziale nei confronti degli immigranti e i loro figli, associan-
doli a una scarsa istruzione o addirittura a una sua assenza. Ovviamente la
realtà è diversa, le persone che arrivano da altrove sono sempre agenti di cul -
tura, ed è nostro dovere dunque confrontarci in modo paritario con le per-
sone provenienti da qualsiasi altra cultura.
I bambini acquisiscono le competenze per adattarsi a una determinata so-
cietà o strato sociale attraverso il processo di socializzazione. Dato che non
si tratta di fattori innati, la scuola, essendo uno dei primi luoghi di socializza-
zione, diventa fondamentale per l’acquisizione di conoscenze e comporta-
menti. È allora importante che l’insegnante, nell’organizzazione del proprio
lavoro con i ragazzi stranieri o di origine straniera, scelga come punto di
forza l’aspetto dell’emigrante prima di quello dell’immigrante, pensi alle di-
scontinuità possibili e ai modi di socializzazione che possono essere messi in
atto per adattare i modelli precedenti a quelli attuali, faccia del bagaglio di
conoscenza e di esperienze dei ragazzi un punto di partenza forte anziché ne-
garlo o ignorarlo. Altrimenti nel passaggio da un Paese all’altro, l’allievo
perderà elementi preziosi per una riuscita positiva, dovrà ripartire da zero,
sarà enormemente svantaggiato nei confronti dei compagni autoctoni se i do-
centi pensano che non ci sia niente nel suo passato degno di essere valoriz-
zato. Questo non riconoscimento delle competenze precedenti equivale a una
destabilizzazione dell’allievo: sarà considerato un elemento subordinato
della società, un individuo da costruire dal nulla, inserito in posizione subor-
dinata rispetto al gruppo dominante. La scuola è pertanto un punto chiave
per il riconoscimento delle capacità degli individui, o delle minoranze, di es-
sere agenti di cultura: “istruzione, educazione, inculturazione risultano, in
queste ricerche, dimensioni passibili di generare conflitti ma al tempo stesso
in grado di stimolare l’invenzione di strategie educative, culturali e sociali”
(Gobbo e Gomes 2003: 5).
Quando la scuola interpreta gli ostacoli che i figli degli immigranti de-
vono affrontare nel nuovo contesto scolastico, cerca di tracciare un percorso
per l’apprendimento e per la cosiddetta “integrazione” degli allievi, per aiu-
tarli a superare le difficoltà. Si tende a lavorare su ipotesi di deficit, di man-
canza di competenze che vanno molto oltre il problema linguistico, si tende a
semplificare il problema (o ad aggravarlo) pensando che gli allievi arrivino
tutti quanti dalle stesse aree geografiche o culturali, senza approfondire la
conoscenza specifica di ogni caso 65. Il pensiero predominante (anche incon-
sapevole) è quello che i ragazzi siano svantaggiati in quanto arrivano da con-
testi tradizionali, poco acculturati (secondo una visione etnocentrica!).
Quindi la tendenza è quella di enfatizzare la distanza fra le capacità, compe-
tenze e scolarizzazione degli stranieri rispetto a quelle degli autoctoni, dando
per certo che il loro ambiente di provenienza sia stato poco colto, poco sti-
molante, e dunque poco complesso e troppo concreto (legato alle attività ru-
rali).
Lo sforzo degli insegnanti verso gli stranieri viene spesso orientato al rag-
giungimento degli obiettivi minimi del gruppo, ponendo di conseguenza una
grossa limitazione alle aspettative che si possono avere sugli allievi. Può
succedere che, guidati da errate valutazioni, gli insegnanti siano soddisfatti
di un basso rendimento da parte dello studente di origine straniera, limitando
in questo modo le sue potenzialità o che ci sia la tendenza a pensare che “è
fin troppo bravo per il percorso dal quale arriva” 66. Di conseguenza, il ra-
gazzo, pur dotato, non potrà raggiungere alti obiettivi, si adatterà a quello
che gli basta per non essere bocciato a scuola e per ricoprire i ruoli percepiti
Conclusioni
Nel nuovo ordine sociale ed economico mondiale, nei processi migratori
che vedono milioni di persone che partono da Paesi meno sviluppati verso
Paesi dove le prospettive di vita sono migliori, i sistemi educativi devono
avere un ruolo prioritario. La scuola è uno dei primi luoghi di socializza-
zione, il secondo dopo la famiglia; è l’istituzione alla quale i genitori affi-
dano il futuro dei loro figli (e in qualche modo anche il loro) sperando in una
ascesa sociale ed economica che probabilmente a loro non è riuscita oppure
è riuscita ma non in maniera pienamente soddisfacente.
Il sistema scolastico è l’anello della catena che unisce le famiglie di ori-
gine straniera alla società italiana, molto di più di quanto possa esserlo, ad
esempio, il lavoro. Le possibilità lavorative per gli immigranti (anche se lau-
reati, diplomati, ecc.) si riducono spesso a determinati mestieri considerati
“tipici” della categoria generale “immigranti” (badanti, colf, raccoglitori di
frutta, ecc.) o in relazione alle loro vere o supposte capacità collegate al
paese d’origine (gli albanesi sono tutti muratori!!!).
La scuola, invece, diventa il luogo principale dell’effettiva convivenza tra
individui che hanno le più svariate storie di vita: chi nasce in Italia da geni -
tori italiani, chi figlio di coppie miste, chi figlio di stranieri nato in Italia, chi
di recente migrazione e così via.
Se vogliamo abbattere le frontiere, non quelle fisiche ma quelle presenti
ostinatamente nella realtà del nostro quotidiano, le frontiere segnate dai pre-
giudizi, dalla discriminazione, dai falsi miti colonialisti di superiorità, è ne-
cessario iniziare dalla scuola. I ragazzi sono le prime vittime di queste “fron-
tiere”. In una società che investe in una convivenza armoniosa fra tutti i suoi
partecipanti, i ragazzi, coinvolti nei processi di migrazione, devono essere
accolti con una disponibilità del tutto positiva dalle istituzioni scolastiche.
Per abbattere le frontiere all’interno delle scuola, per iniziare il percorso
della convivenza plurale, è necessario abbattere in primis i nostri pregiudizi
e stereotipi, dando spazio a uno sguardo incontaminato che ci permetta di co-
noscere l’altro come persona e riconoscere le sue capacità, potenzialità e il
suo bagaglio culturale. Il bagaglio culturale che i ragazzi portano a scuola
non è vuoto, bensì pieno di esperienze e di conoscenze, che potrebbero e do-
vrebbero essere viste come un dono 67 per la nostra crescita di cittadini del
mondo, invece di essere visto, (sovente succede) come un impedimento per
lo svolgimento dei programmi di studio delle scuole.
L’antropologia dell’educazione mette in luce questo valore nel suo la-
voro: i ragazzi stranieri sono portatori di cultura, con difficoltà create dalla
discontinuità nello stile dell’educazione o dalla lingua, ma detentori di cono-
scenze di valore non indifferenti. Di conseguenza, risulta importante pren-
dere in considerazione i trascorsi educativi dei ragazzi, dare particolare at-
tenzione al lato “emigranti” del quale parla Sayad, per iniziare un percorso
nella società di accoglienza. Poco utile sarebbe invece percepirli (o conti-
nuare a percepirli) soltanto come “immigranti” tralasciando il loro passato,
valutandoli di fatto subordinati al gruppo dominante. I ragazzi quando arri-
vano da un’altra realtà culturale e linguistica sono svantaggiati dalle diffi-
coltà create dalla mancanza di conoscenza della lingua e dalla discontinuità
che incontrano fra i precedenti sistemi e modelli educativi e i nuovi. Se non
diamo valore alle esperienze educative fatte nei Paesi di origine, e di conse-
guenza iniziamo da zero la loro educazione, non stiamo affatto favorendo il
loro percorso; al contrario, stiamo accrescendo le loro difficoltà nella nuova
realtà.
La scuola è l’ambiente che gioca un ruolo fondamentale nel promuovere
le capacità umane. È compito degli insegnanti, che sono a contatto quoti-
diano con i ragazzi, valutare con particolare attenzione le loro capacità e po-
tenzialità e lavorare per sfruttarle al massimo. Le famiglie immigrate, non
avendo gli strumenti per scegliere la scuola dei figli in un territorio parzial-
mente o totalmente sconosciuto, si affidano totalmente agli insegnanti ed
educatori. Le famiglie hanno un atteggiamento favorevole nei confronti della
Scuola; il più delle volte hanno intrapreso il progetto migratorio proprio per
essere in grado di dare ai figli delle opportunità migliori a livello educativo,
venendo da Paesi in cui l’educazione è buona se si ha la possibilità di pa-
garla, altrimenti ci si deve accontentare di scuole di basso livello. Risulta al-
lora dovere della scuola mettere a frutto la fiducia ricevuta, sfruttando a
pieno le capacità e le potenzialità degli allievi.
Quelli che noi ci ostiniamo a chiamare immigrati non lo saranno per
sempre. Nonostante un iniziale progetto migratorio che prevede il rientro in
patria, molte persone che arrivano da noi si stabiliranno e rimarranno nella
società di accoglienza, dove non saranno più ospiti ma concittadini. La so-
cietà di accoglienza deve dare le opportunità ai ragazzi delle scuole di acce-
dere ad un’istruzione adeguata per formarli per il futuro, per un’occupazione
67 “Dono” nel senso antropologico del termine, al riguardo gli studi di Marcel
Mauss nel “Saggio sul dono” in cui ci illustra le forme e motivi di scambio nelle
società, partendo da quelle arcaiche e che possiamo applicare alle nostre odierne
società.
congrua alle loro capacità e aspettative. La scuola deve essere in grado di
saper valutare le potenzialità di ciascuno dei suoi allievi, e aiutarli a svilup-
pare il percorso formativo che potrà sfociare in un lavoro soddisfacente dove
le loro qualità e capacità possono essere messe in rilievo. La stigmatizza-
zione dell’allievo straniero nasce spesso, e purtroppo, da un radicato pen-
siero comune sulle capacità/incapacità dell’“Altro” e dalla noncuranza nel-
l’indirizzare verso percorsi formativi non adeguati alle reali possibilità intel-
lettive dei ragazzi. Una scuola che funziona deve dare a tutti quanti le stesse
opportunità: gli allievi di origine straniera potranno uscire dalle gabbie so-
ciali nelle quali si sono ritrovati. Il sistema scolastico deve tenere presente
che non sono gli allievi che si perdono durante gli anni di studio, ma è certo
il contrario: è la scuola che perde i suoi allievi. La scuola funziona quando vi
è una buona riuscita scolastica e sociale, che sfocia in occupazioni di gradi-
mento e soddisfazione dei ragazzi, evitando così penose e ingiuste frustra-
zioni personali che possono riflettersi nella vita sociale. Inoltre, la nuova
crisi mondiale sta portando a cambiamenti di direzione nelle migrazioni.
D’altronde la storia può ripetersi. Oggi la crisi economica in corso spinge
tanti italiani, specie i giovani, a partire in cerca di opportunità in altri paesi!
Una scuola che lavora per la valorizzazione di ognuno dei suoi allievi, fa-
cendo notare come le loro conoscenze sono preziose pur essendo diverse,
farà si che, nell’eventuale momento della partenza, i suoi allievi siano pronti
a poter far uso delle proprie ricchezze, non sentendo la diversità come un
“handicap” bensì come un valore aggiunto.
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Mediazione educativa interculturale
nelle scuole progettuali dell’infanzia comunali:
tracce di esperienze genovesi
Anila Alhasa e Manuela Magalhães - Cooperativa S.A.B.A.
e Centro Scuole Nuove Culture, Comune di Genova
Introducción
La convivencia pacífica es un tema reconocido por México en el marco
normativo internacional al firmar como miembro de Naciones Unidas en
Relación a la paz; ejemplo de esto también es la firma de la Declaración
sobre el derecho de los pueblos a la paz (12 de noviembre de 1984) y la
Declaración sobre el fomento entre la juventud de los ideales de paz, respeto
mutuo y comprensión entre los pueblos (7 de diciembre de 1965).
Los procedimientos para la resolución de conflictos de forma pacífica,
como lo es la mediación, están plasmados en los principios que se
encuentran en la Resolución del 20 de noviembre de 1997 de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), que proclamaba en el 2000,
como el Año Internacional de la Cultura de Paz, los preceptos de la
Declaración y el Programa de Acción sobre una Cultura de Paz y el
programa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO) “Por una Cultura de Paz”.
A pesar de los esfuerzos de organismos internacionales para una
resolución pacífica de conflictos, los alumnos y alumnas de zonas rurales y
urbanas en México sufren de los efectos de conflictos interpersonales
escolares no resueltos, agravados o resueltos de forma violenta, por ejemplo,
el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación públicó un estudio
en 2005 donde se indicó que el 19 % de los alumnos de primaria y el 11.1 %
de secundaria a nivel nacional en México habían participado en peleas en las
cuales hubo golpes. Por otro lado el 46.4 % de los alumnos de primaria y el
43.6% de secundaria a nivel nacional en México les habían robado algún
objeto o dinero dentro de la escuela. Para visibilizar más los efectos de
conflictos solucionados de forma violenta en México, la Comisión Nacional
de Derechos Humanos (CNDH, 2011), señaló que “tres de cada diez
estudiantes han sufrido algún tipo de violencia escolar”.
A partir de estos datos proporcionados por el Instituto Nacional para la
Evaluación de la Educación, las autoridades educativas del Distrito Federal
mencionaron que “el combate a la violencia escolar, en específico, la referida
al acoso escolar o bullying debe ser atendida desde una perspectiva integral
fortaleciendo la capacidad de gestión de los centros educativos e
incrementando la participación social” (mesa de trabajo organizada por la
Comisión de Salud de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal,
septiembre 2011) dando así la oportunidad de implementar un modelo de
mediación escolar para el bachillerato general en México.
Es visible por lo tanto que la violencia escolar en México es un hecho
irrefutable y el resultado de procedimientos no pacíficos o de la ausencia de
procedimientos que solucionen los conflictos interpersonales escolares de
forma pacífica fomentando una cultura de paz en el aula.
Lógicamente, se puede percibir que existe la ausencia dentro de los
centros educativos de un modelo de mediación escolar transversal en todos
los niveles educativos para la resolución de conflictos escolares que fomente
una cultura de paz y prevenga la violencia escolar.
Por lo anterior este trabajo tiene como finalidad analizar la mediación
escolar para la resolución de conflictos interpersonales de los estudiantes de
bachillerato general que fomente una convivencia pacífica en el aula. Con
los resultados del diagnóstico e identificación de conflictos, las corrientes
teóricas del conflicto, acercamientos teóricos de la mediación y sustentos
pedagógicos consistentes para el nivel de bachillerato se planteará un
modelo de mediacion para bachillerato. Esto implica como premisa partir del
diagnóstico de los conflictos que se generan en el espacio áulico del
bachillerato general localizado en la ciudad de Pachuca Hidalgo, México,
para su análisis y caracterización.
La metodología mixta contempla trabajo con grupos de estudiantes del
bachillerato general de la ciudad de Pachuca para proporcionar aspectos
sobre el origen y causas de los conflictos. La población estudiada fueron dos
grupos, el primero jóvenes en edad escolar de bachillerato escolar (15 a 17
años de edad) que residen habitualmente en Pachuca, Hidalgo. Se aplicó la
encuesta tanto en escuelas públicas como en privadas. Esto implicó un
proceso de diseño, levantamiento y análisis. Es importante señalar que el
levantamiento fue de manera directa en campo y a través de una plataforma
online a partir del mes de noviembre 2014 a mayo de 2015.
Asimismo se utilizó como referente de información la Encuesta de
Identificación de Conflictos y Practicas Informales de Mediación entre pares
en el aula (INCIPRIM)68 la cual tiene el propósito de informar sobre la
dimensión, caracterización y prevalencia de la violencia en el ámbito escolar.
La muestra de la encuesta INCIPRIM fue de 163 alumnos y alumnas de 4
bachilleratos generales en la ciudad de Pachuca, México. Una es pública y
las otras 3 son privadas.
Dentro del método cualitativo la muestra fueron 2 escuelas del nivel
medio superior, una de carácter público y otra privada. En cada una de ellas
se realizó un grupo de trabajo, dando en total 60 participantes. El muestro
fue intencional, no probabilístico de la población total.
La figura del mediador entre pares tiene como función ayudar a resolver
conflictos interpersonales entre las partes. Para identificar a esta figura en las
interacciones en el aula se realizaron 163 encuestas dónde la opción de
amigo(a) fue la de mayor frecuencia. Como segunda figura mediadora
encontramos a los profesores, en tercer lugar al tutor y por último al jefe de
grupo. (Ver Gráfica 1., 2, 3. y 4.).
Esta información nos revela que los amigos de las partes en conflictos
interpersonales fungen en la resolución de los conflictos personales. El
carácter de imparcial del perfil del mediador no corresponde con esta figura
del mediador en las prácticas informales de mediación.
Conflictos interpersonales entre pares:
el caso de cuatro bachilleratos generales
Cada centro educativo se caracteriza por presentar conflictos
interpersonales entre pares a partir de su clima escolar. El conflicto de mayor
importancia en un centro difiere de otro según su contexto y características
de los estudiantes. A continuación se presentan un estudio descriptivo y
comparativo de los 4 bachilleratos generales, utilizando la desviación típica
mayor para determinar el dato de mayor ajuste.
En el primer centro escolar el dato de mayor ajuste fue la falta de
comunicación, con una desviación típica del 1.348 (Ver Grafica 5. y Tabla
3).
En el segundo centro escolar el dato de mayor ajuste fue el de destrozo de
material, con una desviación típica del 1.229 (Ver Grafica 6. y Tabla 4).
En el tercer centro escolar el dato de mayor ajuste fue el de destrizo de
chismes y rechazo, con una desviación típica del 1.421 (Ver Grafica 7. y
Tabla 5).
En el tercer centro escolar el dato de mayor ajuste fue el de racismo,
discriminación con una desviación típica del 1.352 (Ver Grafica 8. y Tabla 6)
En los cuatro centros educativos se registraron los conflictos
categorizados en los grupos de trabajo pero dependiendo del clima escolar
cada centro reveló un conflicto interpersonal diferente de mayor impacto
Conclusiones
La teoría del conflicto liberal aportó elementos y conceptos necesarios
para entender a los sujetos, objeto, causas y orígenes de los conflictos
contemporáneos de este siglo XXI. La mediación como un medio alternativo
para la resolución de conflictos plateados en EUA, España, México, Polonia,
países centroamericanos y sudamericanos intentó fomentar una cultura de la
paz en las Américas y Europa.
Con respecto a la mediación se determinó que existen procesos
informales dentro de las aulas de centros educativos en el bachillerato
general en la ciudad de Pachuca. Los antecedentes sobre la mediación
escolar en México apuntan al interés de mejora el clima escolar en estados
del norte y centro del país implementando modelos de mediación escolar
para una convivencia pacífica.
En el marco legal, los compromisos suscritos por México en materia de
derechos humanos en el ámbito internacional, así como las recomendaciones
hechas por los mecanismos de promoción y protección de los derechos
humanos tanto del sistema de Naciones Unidas como de la Organización de
los Estados Americanos, la Comisión y Centro Nacional de Prevención del
Delito y Participación Ciudadana y los Congresos de las Naciones Unidas
sobre prevención del delito y justicia penal son principios rectores para la
creación de un modelo de mediación escolar entre pares contextualizado a
las necesidades del bachillerato general en la ciudad de Pachuca, México.
Como antecedentes de la mediación escolar en el sistema educativo
mexicano se pueden enumerar a la educación moral, educación en valores y
las corrientes teóricas de cada una de ellas como la corriente humanista.
Estos antecedentes fueron el telón para las reformas legislativas y aplicación
de la mediación escolar en México.
La encuesta desarrollada a partir de los orígenes y causas que generan un
conflicto desde la perspectivas de los jóvenes y para los jóvenes fue
importante para proponer un modelo de mediación escolar entre pares, es
decir un modelo en el cual l@s alumn@ se conviertan en mediadores de
conflictos de sus propios compañeros y compañeras.
El vacío teórico y práctico se presenta en el tema sobre mediación escolar
entre pares en la ciudad de Pachuca en el año 2014. La encuesta aplicada en
la ciudad de Pachuca revelo las prácticas informales de mediación entre
pares para la resolución de conflictos con los siguientes criterios: la figura de
un tercero denominado amigo que tiene la voluntad de coadyuvar en la
resolución de conflictos de las partes; la presencia de conflictos de valores e
intereses de las partes y la voluntad de las partes denominada alumnos y
alumnas para que un tercero coadyuve en la resolución de sus conflictos
interpersonales.
Adicionalmente se interpretó que uno de los valores que motiva a los
alumnos y alumnas de los diferentes centros educativos encuestados a
ayudar a sus amigos a resoluciones conflictos interpersonales es la empatía.
El modelo de mediación escolar que se propone primeramente cuenta con
una fase de identificación del conflicto por medio de grupos de trabajo,
sucesivamente una fase de confirmación de conflictos y prácticas informales
de mediación por medio de una encuesta y finalmente la creación de un
centro de mediación de resolución de conflictos donde se capacite a los
alumnos para ser mediadores de sus propios compañeros y se de fomento a
las prácticas de mediación, su seguimiento y evaluación.
La aplicación de la encuesta en línea mostró su eficiencia y cobertura
masiva en la recuperación instantánea de las respuestas; su costo económico
bajo; el análisis de resultados en tiempo real e interpretación de datos más
preciso.
El ejemplo de centros de mediación a lo largo de la república mexicana
auspiciados por instituciones educativas con la Salle y la universidad de
Monterrey dan pie a la creación de muchos más en otros estados para el
fomento de una cultura de paz en México.
Para que el modelo funcione debe contar con una legislación, manuales,
un encargado, un fondo financiero destinado para el pago del personal. Los
beneficios para las instituciones educativas son incalculables puesto que al
fomentar una cultura de paz por medio de una convivencia pacífica en el
aula, las habilidades empáticas de los alumnos aumentarán, los conflictos
interpersonales se solucionarán de una manera pacífica y la productividad
académica aumentará.
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Mediatori in erba:
perché “osare” alla scuola dell’infanzia?
Gabriella Mariani - Cooperativa S.A.B.A.
Introduzione
Quando si pensa alla scuola dell’infanzia che accoglie alunni dai tre ai sei
anni l’immaginario collettivo suggerisce l’idea di una fase della vita privile-
giata dal punto di vista emotivo, un momento in cui tutto “è bello”, “facile” e
soprattutto giocoso.
Solitamente ci si sofferma sugli aspetti più difficili della vita di relazione
di un bambino piccolo quando si è di fronte ad un problema conclamato,
quando un alunno o una alunna manifestano segni evidenti di disagio so-
ciale, quando il sistema scolastico e in particolare il sottosistema della classe
di appartenenza, appaiono perturbati da una crisi. Allora ci si interroga, nella
maggior parte dei casi, sulle “colpe” degli adulti di riferimento: ora i geni-
tori, ora le insegnanti, ora gli esperti coinvolti all’occorrenza e si operano
strategie. In situazioni di “normalità”, meglio definite omeostatiche, difficil-
mente ci si interroga sulla qualità delle relazioni tra bambini molto piccoli e
soprattutto si ha poca fiducia sulla capacità che ha un bambino in età presco-
lare di essere auto-riflessivo rispetto alla qualità del rapporto tra coetanei.
Eppure ogni insegnante di scuola dell’infanzia confida pienamente sulla ca-
pacità altrettanto complessa, che hanno i bambini, di comprendere e interio-
rizzare un insieme di regole per la convivenza, e di rispettarle.
Dai tre ai sei anni compiuti i bambini stringono e sciolgono relazioni si-
gnificative con il gruppo dei pari, e in alcuni casi la conoscenza tra i piccoli
è cominciata ancora prima, al nido, dove i bimbi vengono accolti ben prima
dei tre anni. La relazione tra pari ha già una sua storia e con l’ingresso alla
scuola infanzia l’insegnante e gli altri coetanei si inseriscono come elementi
di novità di un sistema che ha già le sue caratteristiche.
Il lavoro qui di seguito illustrato è parte di un progetto triennale più
ampio rivolto ad alunni di una scuola dell’infanzia Comunale nella città di
Genova ed ha avuto come obiettivo offrire uno spazio strutturato, dedicato e
interattivo per esplicitare alcuni conflitti, tra pari, per comprenderne le dina-
miche e soprattutto per utilizzarlo, non come un ostacolo ai rapporti tra coe-
tanei ma come occasione di comprensione di sé, degli altri e del contesto.
Questo piccolo progetto è stato una scommessa, una ricerca, un tentativo
di comprendere e “tastare” i confini di quella comprensione e competenza
relazionale che viene richiesta agli alunni a partire da ogni ordine e grado di
scuola, cercando di mettere in luce una differenza: stare insieme ed osservare
le regole non basta per andare d’accordo né tanto meno per costruire contesti
cooperativi.
Cercare un accordo sul significato delle parole e delle azioni che utiliz-
ziamo in gruppo per definire la contrapposizione è stato il primo passaggio
fatto con gli alunni in direzione della conoscenza reciproca con l’obiettivo di
costruire una mappa, fatta di parole e di immagini, per rappresentare a se
stessi e agli altri il significato che ciascuno attribuisce al litigio, al disac -
cordo.
Da subito si è reso evidente che le parole per rappresentare la contrappo-
sizione erano molte: litigio, lotta, guerra, offesa, violenza, morte; mentre le
parole per esprimere l’armonia tra le persone era solo una: pace.
A quel punto ogni volta che si voleva esprimere il concetto opposto alla
pace occorrevano troppe parole, e spesso il termine scelto finiva per sconten-
tare qualcuno per cui si rendeva necessaria una definizione che facesse ri-
sparmiare tempo volendo indicare l’opposto della pace, e che mettesse per
l’appunto tutti d’accordo. Ma quale scegliere?
Inizialmente i bambini hanno provato ad inventare parole nuove, oppure a
sintetizzare quelle vecchie in una sorta di anagramma per ricomporne altre
con il risultato, altrettanto insoddisfacente, di riprodurre solo suoni “vuoti”,
privi di risonanze emotive.
Per uscire dall’impasse, è stato necessario introdurre l’espressione “con-
flitto”, ma solo a conclusione di un processo di ricerca e di ipotesi fatto dai
bambini, dove l’apprendimento di un termine nuovo è passato in subordine
rispetto ad altri obiettivi quali: mettersi in gioco, discutere insieme, cercare
un accordo.
L’attesa del momento opportuno da parte del mediatore nell’introdurre la
parola sconosciuta ha caratterizzato la valenza dell’intervento stesso che
viene accolto dai partecipanti come contributo alla discussione piuttosto che
come una lezione di lessico.
“Codificare” l’uso della parola conflitto ha permesso di avanzare nelle ri-
flessioni e nella costruzione della mappa attraverso disegni individuali raffi-
guranti in modo simbolico situazioni inerenti. “La cornice – obiettivo deve
essere precisata fino a quando non si raggiunge il consenso unanime di assu-
merla come irrinunciabile per l’interesse di tutti e del sistema relazionale”
(Busso 2004: 45).
Le immagini prodotte dai bambini aprono un ventaglio di scenari: animali
che lottano per il cibo, soldati che combattono una guerra, bambini che vo-
gliono lo stesso gioco, alunni che escludono un coetaneo, maschi che non
vogliono le femmine nel gioco e femmine che non vogliono maschi. I di-
segni, osservati e commentati in gruppo, sono stati utilizzati poi più volte
come “carte-simbolo” delle situazioni rappresentate ed hanno contribuito a
mantenere memoria del percorso per tutta la durata dei laboratori, costi-
tuendo un patrimonio comune.
Grazie al processo attivato i bambini hanno continuato nei laboratori suc-
cessivi a rappresentare immagini metaforiche, spingendosi fino alla rifles-
sione sulle conseguenze del conflitto come “la rete delle offese” un disegno
intricato dove due coetanei rispondono in modo ricorsivo, e circolare, alle
offese, creando una rete così fitta che impedisce loro di vedersi. La perdita
dell’individualità, il non riconoscimento.
Questo primo passaggio ha avuto tre ricadute:
La mediazione
Luigi – Da quando sono in questa scuola Angelo e Marco non mi fanno
mai giocare...
Mediatrice – Da quando sei in questa scuola?
Luigi – Da quando è andato via Edoardo, molto tempo fa...
Marco – (molto arrabbiato) Hai preso il posto suo!!
Luigi – Nooo! Lui ha preso il posto mio!!
Angelo – da quando è andato via Edoardo il mondo si è spaccato in due
dalla gelosia! È entrato Luigi, che andava in un’altra scuola e da quel mo-
mento ha preso il posto di Edoardo e Marco non vuole più giocare con me se
gioco con Luigi.
Marco – la gelosia è perché Angelo era molto amico di Edoardo ma gio-
cava anche con me, ora Luigi non è più capace di giocare... “a Tre”...
Mediatrice – Da quanto tempo vi conoscevate voi “Tre”?
Marco – Dall’asilo dei piccoli, poi il mondo si è spaccato in due perché
Edoardo ha cambiato città e Luigi ha preso il suo posto.
Luigi – No, è lui Edoardo che ha preso il posto mio, anche se non c’è più
perché non mi fanno giocare con loro!
A quel punto sospendiamo il lavoro con le costruzioni e dedichiamo tutta
la nostra attenzione a ripercorrere gli eventi che hanno portato alla spacca-
tura del mondo e diamo un po’ di spazio al racconto del trasferimento di
Edoardo in altra città
Mediatrice – Torniamo al momento in cui Luigi è arrivato in questa
scuola...
Luigi – Non conoscevo nessuno e loro Marco e Angelo volevano che di-
ventassi loro amico, per prendere il posto di Edoardo ma...
Mediatrice – Quando ti hanno chiesto di “prendere il posto di Edoardo”
come è che hai detto sì...?
Luigi – Ma non me lo hanno chiesto! Lo so e basta perché vogliono che
faccio quello che faceva lui ma non voglio!
Mediatrice – Cosa vorresti?
Luigi – giocare con loro ma in un altro modo...
Beatrice – Allora ti devi presentare di nuovo!!
(E torniamo all’identità e al nome)
Mediatrice – Mi pare un’ottima idea! Fate voi, io vi guardo..
Beatrice prende il mio posto e inizia il giro di conoscenza (un esercizio
che i bambini conoscono molto bene perché ripetuto spesso) come se fosse
per tutti la prima volta...
Luigi – Mi chiamo Luigi, ho cinque anni, sono venuto in questa scuola
perché...
Conclusioni
L’OMS definisce la salute come la capacità, per l’individuo, di adattarsi
in modo sufficientemente armonico ed efficiente all’ambiente; il Ministero
della Pubblica Istruzione in riferimento allo sviluppo dell’autonomia e alla
formazione del sé, a partire dalla scuola infanzia, ritiene centrale il rapporto
con gli altri e include i concetti di differenziazione e di autoaffermazione
ampiamente trattati da Bowen. “L’individualità è una forza vitale di origini
biologiche che spinge un organismo a perseguire i propri obiettivi, a essere
un’entità indipendente e distinta” (Bowen 1980: 78).
Identità e comprensione del contesto relazionale sono quindi due punti di
partenza che accomunano più parti sulla definizione in uso comune di “civile
convivenza.
La dimensione identitaria per i bambini coinvolti in questo progetto è
stata sintetizzata simbolicamente nel proprio Nome e questo ha messo in evi-
denza come legato ad esso ruoti la dimensione identitaria e anche la dimen-
sione dei legami familiari.
La centralità dei legami familiari si conferma così come un elemento si-
gnificativo, e “significante” nella vita delle persone di ogni età e come tale
agisce e retroagisce nei più svariati contesti e momenti della vita degli indi-
vidui.
Tornando alle premesse teoriche e metodologiche che hanno accompa-
gnato e sostenuto questa esperienza gli aspetti che emergono con particolare
rilevanza sono la visone ecologica e sistemica di tutte le parti coinvolte,
compresa la struttura istituzionale costituita dal corpo docente che già in pre-
cedenza, durante l’anno scolastico in corso, ha favorito le premesse per un
contesto relazionale tra pari in direzione della cooperazione e del riconosci-
mento reciproco.
Emerge l’utilità delle domande relazionali che riportano continuamente
ad allargare i confini delle dinamiche alla ricerca di significati, più che di ri-
sposte, soprattutto in relazione al ruolo dell’adulto rispetto alla funzione
esercitata nei contesti: in che modo è possibile per l’insegnante vestire i
panni del mediatore? Inoltre, quale posizione attribuire a “diversità”, “diffi-
coltà”, “conflitto” nella relazione tra pari. per superare la dicotomia tra con-
testo relazionale e contesto sociale? “(...) anche in Bateson, come nel senso
comune, la parola mente indica un sistema dinamico dell’organizzazione del-
l’esperienza. Ma questo sistema, a differenza di quanto viene dato per scon-
tato nel senso comune, non è confinato dentro i contorni dell’individuo”
(Manghi, 2004: 58).
Questa “tracimazione” della mente individuale non si esaurisce nell’in-
contro di altre menti, ma genera una funzione propria che rende unica, per
ogni gruppo, non solo l’organizzazione dell’esperienza ma l’organizzazione
del senso dell’esperienza. La cooperazione, in questi termini, si configura
come una struttura organizzativa-mente interconnessa che può essere favo-
rita e costruita a partire dalla cura delle relazioni individuali in contesti so-
ciali in fasi molto precoci della vita comunitaria.
Bibliografia
Bowen, Murray, Dalla Famiglia all’individuo. La differenziazione del sé
nel sistema familiare, Astrolabio, Roma 1980.
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simo cammello, Raffaello Cortina Editore, Milano 2008.
Manghi, Sergio, La conoscenza ecologica, Raffaello Cortina, Milano
2004.
La mediación escolar entre pares como
herramienta para la previsión y resolución
de conflictos en la educación secundaria pública
y privada de México
Lydia Raesfeld e Irma Quintero López - Universidad Autónoma
del Estado de Hidalgo
➢ Evitar el conflicto;
➢ El poder;
➢ La mediación;
➢ El consenso de grupo;
➢ La discusión.
Para esta investigación se considera la mediación como la estrategia para
prever y solucionar los conflictos, debido a que, de acuerdo con Boqué
(2003), “es un proceso informal en que un tercero neutral sin poder para
imponer una resolución, ayuda a las partes en disputa a alcanzar un arreglo
mutuamente, por lo tanto la mediación transforma el conflicto”.
La mediación, a través de los tiempos, ha sido utilizada como una
estrategia que permite la resolución de conflictos en diversos ámbitos:
familiar, legislativo, intercultural y educativo. Hace énfasis en el proceso de
comunicación entre las partes en conflicto donde los sujetos que se ven
inmersos en estos, con ayuda de un tercero llamado mediador, pueden aclarar
los malos entendidos.
Si consideramos la convivencia pacífica como uno de los elementos
primordiales en la educación secundaria, es indispensable la mejora de la
comunicación, además de promover el aprendizaje cooperativo en los
alumnos.
Se retoma la Teoría del conflicto de Johan Galtung, en sus dimensiones
meso, micro, macro y mega; así como teórica de la mediación, considerando
sus orígenes, modelos, características y etapas por lo que debe pasar, así
como las técnicas que dan elementos al mediador para ser ese puente para la
transformación del conflicto. Considerando que Galtung concibe el conflicto
como una “disputa”, referida a dos actores en lucha por un algo escaso, el
“dilema”, relacionado con la incompatibilidad de objetivos, la
“contradicción”.
Se utilizó una metodología mixta, que se define como una forma de
investigación en la cual los investigadores combinan técnicas, métodos,
aproximaciones conceptos o lenguaje cuantitativo y cualitativo dentro de una
misma investigación (Johnson & Onwuegbuzie, 2004).
El uso de dicha metodología permite tanto la combinación de técnicas,
como la combinación del concepto filosófico, acerca de la realidad social,
dando pauta a la exploración desde diversas aristas con mayor profundidad y
amplitud de las ideas para la generación de nuevos conocimientos. En este
sentido el método mixto es inclusivo, pluralista y complementario y sugiere
al investigador una visión ecléctica acerca de la selección del método y del
pensamiento y de la conducción de la investigación.
En la investigación actual se retoma el diseño de triangulación que tiene
como propósito combinar las fortalezas de ambas metodologías para obtener
datos complementarios acerca de un mismo problema de investigación. En
este sentido se compararon y contrastaron los datos originados en tres etapas:
de la técnica de grupo, la encuesta y los grupos focales, donde se
recolectaron, procesaron y analizaron los datos obtenidos para conocer los
conflictos escolares y caracterizar la mediación escolar.
Trabajo de grupo
Técnica que, de acuerdo con su sentido y valor se apoya en la relación
que establecen los miembros entre sí dentro del grupo, actúa como “contexto
y medio de ayuda” a nivel individual y grupal (Rossell, 1998). Cabe
mencionar que el objetivo de dicha técnica fue conocer e identificar qué
conflictos se gestan en el aula entre pares a la luz de los planteamientos
teóricos que permiten un mayor entendimiento al vincular el campo teórico y
empírico.
La aplicación del trabajo de grupo se desarrolló a partir de tres fases, las
cuales permiten conocer los factores espaciales, temporales y contextuales
que inciden en la gestación y desarrollo del conflicto.
La primera fase hace referencia a la aplicación de la técnica de trabajo de
grupo y refiere a la gestión para poder aplicar dicha técnica, así como la
selección de la muestra. Cabe mencionar que la elección de la muestra fue
intencional y no probabilística, ya que fue la población más cercana para
poder aplicar dicha técnica. Simultáneamente, se solicitó a la dirección de la
secundaria pública y privada la aplicación de la técnica de grupo a los
alumnos de segundo grado. Cabe mencionar que la razón de la elección del
grupo está en función de la trayectoria académica que tienen los estudiantes.
Una vez autorizada la petición, se procedió a la aplicación de dicha técnica,
la cual dio paso a la siguiente etapa.
La segunda fase focalizó la aplicación de la técnica, la cual se puede
caracterizar con la información contenida en la siguiente tabla.
La actividad se inició informando a los alumnos sobre el objetivo de la
técnica, que consiste en identificar los conflictos en el aula, así como sus
principales características y los sujetos que intervienen en el desarrollo de
los mismos.
Una vez que se comentó sobre la finalidad de la técnica se dieron las
instrucciones sobre lo que los alumnos tenían que hacer. Primero se indicó a
los alumnos que se les entregarían tres tipos de tarjetas color azul, color
blanco y color rosa, y que en el lado A tenían que hacer referencia a los
conflictos en el aula que habían tenido en los últimos seis meses. En el lado
B tendrían que mencionar su edad, género y lugar de procedencia.
Primero se repartieron las tarjetas blancas en donde los alumnos hicieron
referencia al conflicto en el aula de mayor importancia en los últimos seis
meses. En caso de no existir conflicto podría hacer referencia al de mayor
importancia en su educación secundaria. Posteriormente, se repartió la tarjeta
de color rosa hicieron referencia a los conflictos de mediana importancia en
el aula.
Finalmente, se repartieron las tarjetas de color verde en las que señalaran
el conflicto de menor importancia en el aula. Después de cinco minutos se
solicitó a los alumnos entregaran las tres tarjetas y se les agradeció por la
participación y cooperación.
Encuesta
Para la validación de la encuesta, se realizó una prueba piloto del
cuestionario a 290 alumnos de los 423 de la población total correspondiente
a los alumnos que se encuentran en el ciclo escolar agosto-julio de 2014
cursando el segundo año de la educación secundaria. La elección de la
muestra se realizó de manera aleatoria en diferentes grupos de segundo
grado, con base en las facilidades conferidas por la escuela.
El instrumento permite caracterizar los conflictos en la educación
secundaria y a partir de esta, proponer un modelo de mediación escolar que
permita la prevención y resolución de los mismos en la educación
secundaria. La encuesta está compuesta por 70 ítems, los cuales se
distribuyen en 4 dimensiones como historicidad, clima de convivencia,
conflictos y mediación. Cada uno de los ítems están construidos en forma de
preguntas o de afirmación y presentan un orden aleatorio. Se encuentran
organizados en formato tipo Likert.
El formato Likert es una escala psicométrica conformada por
componentes: cognoscitivo (creencias), afectivo (sentimientos) y conductual
y es comúnmente utilizada en cuestionarios. Esta escala es de uso frecuente
y amplio en encuestas para la investigación, principalmente en ciencias
sociales. Al responder a una pregunta de un cuestionario elaborado con la
técnica de Likert, se especifica el nivel de acuerdo o desacuerdo con una
declaración (elemento, ítem o reactivo o pregunta). Cada uno de los ítems
tiene de 4 a 5 posibilidades de respuesta. Cabe mencionar que algunos ítems
incluyen una sexta columna de observaciones para que se precisen o
justifiquen aspectos relacionados con la comprensión o no de cada ítem.
Grupos focales
El grupo focal es una técnica cualitativa que permite obtener datos de un
conjunto de sujetos, mediante la opinión y conocimiento de sentimientos,
actitudes. Cabe mencionar que el objetivo primordial de dicha técnica, es
contar con la mayor información de una temática. En este sentido Matus y
Molina (2005) señalan que esta técnica cualitativa pretende aprehender los
significados que los sujetos comparten y que se expresan mediante el
lenguaje.
Para el caso de la investigación se desarrolló un grupo focal con el
propósito de recabar información de los conflictos presentados en el salón de
clases y la manera en cómo se resolvían. Se consideró a los jefes de grupo de
las escuelas públicas y privadas. Junto con los participantes se establecieron
varios aspectos bajo los cuales se desarrollaría el estudio: el uso de la
información, los tipos de información destacados, quienes serían los usuarios
de la información, determinación del tipo de datos requeridos.
Para establecer la población a participar se consideró a los alumnos,
tratando de que el grupo fuera lo más homogéneo posible donde los jóvenes
se conocieran entre sí. El propósito fue que los participantes se pudieran
expresar libremente sin herir susceptibilidades.
Dentro del grupo focal se trabajaron las siguientes cuestiones:
Tamaño de la muestra
Para calcular el tamaño de la muestra habitualmente se usan criterios
prácticos basados en la experiencia o la simple lógica. Para la investigación
de un total de 180 alumnos de la secundaria se consideró una muestra de 155
para la escuela pública y en el caso de la escuela privada de un total de 424
alumnos se consideraron 300.
Resultados preliminares
Acorde a la triangulación de la información recabada para esta
investigación se tiene presente los siguientes resultados:
Clima de convivencia
La convivencia impera en la capacidad que las personas tienen para
convivir con otras, en un marco de respeto mutuo y solidaridad respetuosa, e
implica el reconocimiento y respeto por la diversidad, la capacidad de las
personas de entenderse, de valorar y aceptar las diferencias; los puntos de
vista de otro y de otros.
En este sentido se observa como en ambas escuelas se implementan
programas tutoriales para atender la convivencia pacífica de los alumnos,
que desde el deber ser están perfectos para lograr dicho objetivo, aunque en
el quehacer diario de las aulas, se logra poca armonía en todos los grupos. Si
bien solamente en 2 de 6 grupos de la escuela pública consideran normas de
convivencia dentro del salón de clases, mismas que los alumnos proponen
con su tutor, en la escuela privada se establecen estas en los 15 grupos que se
tienen, aunque los alumnos no participan en la elaboración de dichas normas
sino que son impuestas por la institución.
Se consideran en ambas escuelas reglamentos de conducta, donde existen
sanciones para aquellos alumnos que no se comporten acorde a la
normatividad, e incluso hay expulsiones cuando surgen peleas entre alumnos
o falta de respeto a los profesores y alumnos.
En el espacio escolar, la convivencia se enseña, se aprende y se refleja en
los diversos espacios formativos (en el aula, en los talleres, los patios, los
actos ceremoniales, la biblioteca) y se considera responsabilidad de toda la
comunidad educativa.
Conflicto
El término conflicto alude a factores que se oponen entre sí, propios de la
interacción humana, como expresión de la diferencia de intereses, deseos y
valores de quienes participan en ella. El conflicto es un factor participante de
cualquier agrupamiento humano, es un factor de crecimiento, en tanto su
resolución implica un trabajo orientado a la obtención de un nuevo
equilibrio, más estable que el anterior. Trasformar el conflicto en una
oportunidad para el cambio, es un arte que requiere de habilidades
especiales, si aprendemos a anticipar un conflicto en potencia y lo
encaramos de una forma constructiva Animar a los alumnos en disputa a
resolver las causas del conflicto que en un momento determinado surge de
manera colaborativa, es, por lo general, el método más efectivo de prevenir
futuros conflictos que administrar castigos por las acciones pasadas.
Los resultados preliminares arrojan que el 65% son conflictos que se dan
en el aula entre pares y el 35% son conflictos entre profesores o directivos y
alumnos, destacan la falta de comunicación, la diferencia de valores, falta de
habilidades sociales que generan golpes, destrucción, rumores, chismes,
exclusión, insultos, amenazas que dañan la autoestima y la posibilidad de
acción de los alumnos.
Elaboración: Dra. Lydia Raesfeld y Mtra. Irma Quintero López (2014)
La frecuencia con que se presentan los conflictos es dos veces por
semana y en el caso de la educación pública las mujeres son los actores que
están presentes en los conflictos con un 57.8%, mientras que en la escuela
privada los hombres son quienes obtuvieron el mayor porcentaje con un
73.7%.
Se observa presencia de conflictos de poder, de valores y de
comunicación, en ambas escuelas, lo que provoca malentendidos entre
alumnos y la no resolución de conflictos de manera inmediata.
Mediación
El conflicto durante muchas épocas fue visto como algo negativo, pero la
mediación permite abrir una puerta donde éste puede ser considerado un
elemento positivo para transformar a las personas. Resulta entonces
importante tomar conciencia de la actitud de mediadores y personas en
conflicto en relación éste, puesto que la percepción que tenemos del mismo
de manera general, predeterminará las actitudes o comportamientos que
pueden favorecer o perturbar el proceso de mediación.
En las escuelas observadas, no se tiene un conocimiento formal del
proceso de mediación, pero los alumnos lo practican de manera informal
platicando entre ellos para buscar la mejor solución de los mismos, mediante
la exposición de sus puntos de vista.
El 70.5% son conflictos que los alumnos median entre ellos, y para el
resto hay la participación de un tercero.
Conclusiones
Se puede decir que el objetivo perseguido en esta investigación se logró,
mediante el reconocimiento y caracterización de elementos del conflicto y de
mediación escolar en los alumnos de educación secundaria.
En relación al primer objetivo concreto, referido a la identificación de los
conflictos existentes en las relaciones de convivencia en el ámbito escolar y
áulico, hemos identificado diversos tipos de conflictos asociados a la vida en
el aula y a la que se vive en los centros educativos relacionados con los
valores, las relaciones interpersonales, los intereses, los recursos, el poder, la
adaptación y las estructuras. A través del análisis se evidenció la
concentración de conflictos en 3 grupos principales (relaciones
interpersonales, recursos y estructuras), deduciendo de todo ello, la
necesidad de trabajar mediante la aplicación del programa de mediación los
problemas de comunicación, de falta de entendimiento, de percepción de la
realidad social de los centros y de la comunidad para llegar a transformar las
relaciones de convivencia.
En cuanto a la mediación se puede profundizar de manera muy
exhaustiva en las posibilidades de la mediación como herramienta de gestión
e intervención para la solución de conflictos. Prueba de ello son los cambios
que se han producido en los comportamientos de los participantes. Se ha
conseguido cambiar percepciones y actitudes hacia el conflicto y se ha
logrado satisfacción y mayor seguridad en el enfrentamiento del mismo
inherente a la convivencia.
Los alumnos de la escuela pública y privada, si bien tienen los mismos
objetivos educativos, los escenarios y contextos determinan mucho la
manera en cómo se dan los conflictos y cómo se solucionan, y en ambos
casos le dan mayor peso a la normatividad y sanción que implementan las
escuelas.
Así mismo, se pudo observar que la mayoría de los alumnos considera
que tiene un bajo conocimiento sobre conflictos y que no denuncia a sus
compañeros cuando cometen una falta, ya que no son escuchados; y si son
escuchados, el Maestro y/o el Directivo, no hace nada para dirimir la
controversia.
Bibliografía
Bennett, Milton, J. (ed.), Basic Concepts of Intercultural Communication.
Selected Readings, Intercultural Press, Yarmouth 1998.
Boque Torremorell, María, C., Cultura de Mediación y Cambio Social,
Gedisa Editorial, Barcelona 2003.
Castanedo Abay, Armando, Mediación. Una alternativa para la solución
del conflicto, Ed. Colegio Nacional de Ciencias Jurídicas, Hermosillo 2001.
Johnson, Burke, R. y Onwuegbuzie, Anthony, J., Mixed Methods
Research: A Research Paradigm Whose Time Has Come, en “Educational
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Martínez de Murguía, Beatriz, Mediación y resolución de conflictos. Una
guía introductoria, Paidós, México, D.F. 1999.
Matus, Gladys y Molina, Fidel, Metodología cualitativa: un aporte de la
Sociología para investigar en Bibliotecología, Universidad de Playa Ancha,
Valparaíso 2005.
Prawda, Ana, Resolviendo los conflictos en la escuela. Mediación escolar,
Colegio Nacional de Ciencias Jurídicas y Sociales, Hermosillo 2002.
Romo, Marcela, y Catillo, Carlos, Metodología de las Ciencias Sociales
aplicadas al estudio de la nutrición, en “Revista Chilena de Nutrición”,
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sci_arttext.
Vinyamata, Eduard, Aprender Mediación, Paidos, Barcelona 2003.
La mediación como estrategia para la resolución
de conflictos entre alumnos en el espacio
universitario del instituto de ciencias sociales
y humanidades. Trabajo de campo
Lydia López Pontigo - Universidad Autónoma
del Estado de Hidalgo
Se plantean diversas razones por las cuales se puede optar por la encuesta
como un instrumento de recolección de información y que se complementan
con las propias características estructurales, temporales y contextuales que
configuran el objeto de estudio que hace referencia a “la mediación como
estrategia para la resolución de conflictos de los alumnos del Instituto de
Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de
Hidalgo”.
Entre las razones que se rescatan de los planteamientos de Navarro
(2012) son las siguientes:
1era. Fase
La primera fase que hace referencia a la aplicación de la técnica trabajo
de grupo se refiere a la gestión para poder aplicar dicha técnica, así como la
selección de la muestra. Cabe mencionar que la elección de la muestra fue
intencional o no probabilística, ya que fue la población más cercana y
factible para poder aplicar dicha técnica. En tanto, se solicita a la
coordinación de la licenciatura en Ciencias de la Educación la autorización
para la aplicación de la técnica de grupo a los alumnos de sexto semestre,
cabe mencionar que la razón de la elección del grupo está en función de la
trayectoria académica que tienen, es decir, que hay una sobrevivencia
académica. Una vez autorizada la petición se procedió a la aplicación de
dicha técnica, la cual da paso a la siguiente etapa.
2da. Fase
La segunda fase está enfocada como tal a la aplicación de la técnica, la
cual se puede caracterizar con la información contenida en la siguiente tabla.
3era. Fase
La tercera fase es la que corresponde a la interpretación de la información
obtenida a través de las tarjetas de colores en la aplicación de la técnica de
grupo, la cual se clasifica de la siguiente manera en tres categorías. La
primera es sobre datos generales de la población como sexo y edad. La
segunda hace referencia a la actores quienes son partícipes en los conflictos
y finalmente la última se refiere a la tipología de conflictos en el aula.
En cuanto a “datos generales” referidos en la aplicación de la técnica de
trabajo de grupo en la Grafica 1. se identifica que del 100% de la población
el 75% corresponde a la población femenina y el 25% restante corresponden
a la población masculina. Evidentemente se identifica que la población
tienen un alto porcentaje de mujeres de quienes el 39% tiene 20 años de
edad, el 27% de las mujeres tienen 21 años. Mientras que el 6% de la
población tiene 23 años y finalmente el 3% tiene 22 años. En cuanto a la
población masculina el 10.8% son hombres con 21 años de edad. El 7.1%
cuenta con 22 años de edad; el 3,2% tiene solamente 23 años y finalmente
con un 3.6 % corresponder a los 25 años. Una primera lectura de estos datos
es que es un grupo conformado por más de la mitad de mujeres, lo cual
permite interpretar que las mujeres tienen mayor incidencia en el desarrollo
de conflictos en el aula.
Grafica. 1. Población estudiada. (Variables sexo y edad)
Premessa
Il progetto qui presentato nasce da una collaborazione fra magistratura e
polizia, dunque fra professionalità e approcci molto diversi. Sono professio-
nalità abituate a collaborare, ma su terreni codificati 69. Il progetto si è potuto
sviluppare grazie alla capacità di queste professionalità di dialogare fra loro,
di integrare le differenze tanto da poter creare una base solida per spingersi
verso una sperimentazione che, stando nel perimetro del terreno codificato,
si spingesse a reinterpretare l’azione di ciascuno in chiave di apertura verso
l’esterno, in particolare verso la scuola.
La scelta di scrivere a più mani la presentazione del progetto costituisce
un ulteriore momento d’integrazione e di costruzione di un linguaggio condi-
viso.
Il progetto è nato dall’esigenza concreta di dare una risposta efficace alle
denunce per fatti-reato di bullismo scolastico, avviando i protagonisti dei
fatti alla mediazione e coinvolgendo nella mediazione la comunità scola-
stica70. Poiché dunque il Progetto è nato dalla necessità di dare risposte a
problemi concreti, nell’esposizione che segue sono prima indicati i problemi
e le criticità e poi l’impianto teorico cui ci si è riferiti per risolverli.
73 Per un inquadramento del bullismo scolastico nei suoi vari aspetti (giuridici,
psicologici, sociologici) si veda: Anna Livia Pennetta (a cura di) La responsabilità
giuridica per atti di bullismo, G. Giappichelli Editore, 2014.
74 Le tecniche d’indagine sono gli strumenti attraverso cui il pubblico ministero,
direttamente o tramite la polizia giudiziaria, acquisisce gli elementi necessari a
capire e provare cosa è accaduto, chi ne è autore, che condotta ha tenuto, chi è la
vittima, quando è avvenuto il fatto, chi era presente. Ma anche, nel processo penale
minorile italiano, qual è la storia personale dell’autore e se sia giuridicamente
maturo e, quindi, perseguibile penalmente. Per i fatti-reato di questa natura, tecniche
d’indagine fondamentali sono: l’ascolto delle persone informate sui fatti, la raccolta
di materiale scolastico (per esempio: temi, diari scolastici, registri, referti, etc.),
l’interrogatorio dell’indagato.
l’istituzione scolastica e sostenerla nella capacità di gestire in futuro dina-
miche analoghe, cogliendole sul nascere, prima ancora che da queste scaturi-
scano fatti-reato.
Riferimenti teorico-metodologici
Non è un caso che il progetto sia nato dalla collaborazione di due settori
specifici della magistratura e delle forze di polizia: la Procura minorile e il
Nucleo di Prossimità della Polizia Municipale. Questi due Uffici hanno una
funzione che non è solo di controllo, sicurezza, accertamento dei reati (etc.)
ma di promozione della persona nella comunità in cui vive.
Per la Procura per i minorenni, questo mandato deriva esplicitamente
dalle fonti internazionali. Le “Regole Minime per l’Amministrazione della
Giustizia minorile” (approvate dal VI Congresso delle Nazioni Unite svoltosi
a Pechino nel 1985 e adottate con risoluzione dell’Assemblea Generale
40/33 del 29.11.198575) nella prima parte, dedicata ai “Principi generali”,
sollecita gli Stati a promuovere la protezione dei minori attraverso un’opera
di prevenzione sociale in cui è centrale lo sforzo proteso ad assicurare ai mi-
nori una compiuta partecipazione alla comunità di appartenenza 76. Il Consi-
glio d’Europa nella Raccomandazione 87/20 (approvata nel 1987 a Stra-
sburgo) sottolinea l’importanza, in materia penale, della ricomposizione del
conflitto (mediation) e l’uso di tale strumento da parte dell’organo che eser-
cita l’azione penale (in Italia la Procura minorile). La strada indicata dalle
fonti internazionali conduce dunque proprio al progetto che qui è presentato,
di promozione di modalità d’intervento che portino non solo all’accerta-
mento dei fatti, e alla rapida fuoriuscita del minore dal processo 77 ma, soprat-
tutto, raggiungano quest’obiettivo attraverso metodologie conciliative o me-
diative. Con l’ulteriore obiettivo di non chiudere l’azione all’interno delle
La delega d’indagine
Operativamente l’azione è promossa sui due piani: la delega e l’attività
delegata. Quanto alla delega, i fatti-reato oggetto del Progetto – caratterizzati
come detto da bullismo scolastico – vanno da fatti meno gravi (come lesioni,
percosse, ingiurie, diffamazioni), a fatti decisamente gravi (quali diffama-
zioni a mezzo internet, estorsione, rapina, atti persecutori, violenze sessuali).
Sulla base del progetto qui esposto, una volta ricevuta la denuncia, l’Autorità
Giudiziaria promuove un’azione non confinata nelle aule giudiziarie, ma che
entra all’interno della scuola, coinvolgendo anche gli insegnanti e la classe o
il gruppo intercalsse entro cui i fatti sono avvenuti. In concreto, la Procura
per i Minorenni chiede esplicitamente, nella delega alla polizia giudiziaria,
di verificare se, alla base dell’episodio denunciato, vi sia un conflitto di più
ampie dimensioni, destinato a perpetuarsi nell’ambiente da cui è scaturito,
cioè la scuola. Nella delega si richiede di svolgere un’attività iniziale, perlu-
strativa, volta a comprendere se la situazione si è ripianata e, quindi, di pro-
cedere sentendo come persone informate sui fatti i compagni di scuola e il
personale scolastico che ha assistito o ha avuto conoscenza del fatto-reato, e
interrogando l’indagato81. Tutte le audizioni sono svolte con un approccio
che favorisca il dialogo fra le persone e il coinvolgimento della scuola; con
indicazione di partire dal fatto-reato ed estendere poi l’indagine fino a com-
81 Viene anche chiesto di verificare quale sia la storia personale e familiare
dell’autore del fatto; molto spesso, infatti, i comportamenti d aggressivi assunti dal
ragazzo in ambito scolastico sono espressione di una condizione di disagio o di vero
e proprio pregiudizio riconducibile al contesto familiare.
prendere tutta la dinamica da cui quel fatto è nato, quale percezione ne abbia
la scuola, quali interventi siano stati eventualmente attuati dalla scuola stessa
al fine di sanare il conflitto e perché tali interventi non abbiano avuto suc -
cesso. Con metodi che escludano la stigmatizzazione e favoriscano invece la
reintegrazione scolastica degli interessati. Nella delega, si chiede alla polizia
giudiziaria di verificare se le persone coinvolte siano disponibili a un even-
tuale intervento di mediazione.
La polizia giudiziaria avvia dunque le indagini delegate. Parallelamente,
propone un’attività di educazione alla legalità che è più libera e informale e
che coinvolge tutto l’ambiente entro cui si è sviluppata la dinamica del fatto-
reato (per es. la classe frequentata dalla vittima, dall’autore, dai membri del
gruppo-pari e dagli insegnati). La funzione è di dare avvio a un momento
che è insieme di formazione e di acquisizione di consapevolezza da parte di
tutti i soggetti che fanno parte di quell’ambiente (chi sapeva, chi non sapeva,
chi ha agito, chi non ha avuto il coraggio di soccorrere, chi non ha voluto ve -
dere, chi ha subito). Anche l’attività di educazione alla legalità è gestita in
modo da favorire il dialogo fra tutti i presenti e la nascita di un rapporto di
fiducia tra operatori di polizia e ragazzi.
Può capitare che sia denunciato un minore non imputabile 82. Il procedi-
mento potrebbe quindi chiudersi subito con richiesta di archiviazione per di-
fetto di imputabilità. Tuttavia, se vi sono elementi da cui ritenere che sussi-
stano le problematiche fin qui esposte, il progetto è ugualmente attivato, con
l’obiettivo di evitare la commissione di nuovi fatti-reato e di lavorare sul-
l’ambiente, come sopra.
82 In Italia, prima dei quattordici anni c’è una presunzione assoluta di non
imputabilità per incapacità di intendere e volere. Dopo i quattordici anni e fino ai
diciotto la capacità di intendere e volere deve essere provata e, se non lo è,
l’imputato deve essere assolto per incapacità di intendere e volere dovuta alla
minore età (art. 98 codice penale) (dopo i diciotto anni invece si presume la capacità,
fino a prova contraria). L’attivazione del Progetto anche per gli infraquattordicenni è
consentita, stante l’obbligo della polizia giudiziaria di impedire che il reato porti a
conseguenze ulteriori (art. 55 c.p.p.) e la possibilità che all’infraquattordicenne sia
applicata una misura di sicurezza (artt. 36 ss. DPR 448/88 citato).
Il Nucleo di Prossimità è nato con l’obiettivo di garantire un servizio ade-
guatamente strutturato contro il cosiddetto disagio urbano e di dare ai citta-
dini una risposta efficace e concreta rispetto alla convivenza civile e ai pro-
blemi di allarme sociale; è impegnato quotidianamente nella ricerca di solu-
zione ai problemi del cittadino, lavora a stretto contatto con le ferite della so-
cietà e impatta quotidianamente con problematiche connesse alla gestione di
conflitti. È noto, infatti, che molti reati nascono da conflitti non gestiti o ge-
stiti malamente e che spesso forniscono, come risultato, un’aggressione, più
o meno grave, a danno di una delle parti. In un’ottica di prevenzione e di ri-
duzione del danno, la politica di gestione e superamento del conflitto diventa
lo scopo degli interventi del Nucleo di Prossimità nei diversi contesti in cui è
chiamata a operare.
L’elemento distintivo degli operatori a ciò formati sta nell’elevato livello
di preparazione nell’approccio relazionale e nell’aperta sensibilità; alle com-
petenze ordinarie di polizia, è affiancata una specifica competenza a gestire,
contenere e, se possibile, risolvere situazioni di conflitto.
Il Nucleo di Prossimità ha progettato un percorso da compiere a fianco
dei minori, con l’appoggio della scuola e delle associazioni da sempre coin-
volte nelle attività scolastiche, cercando di coniugare attività di polizia e per-
corso di responsabilizzazione dei minori. La strategia è di mettere il più pos-
sibile a loro agio i ragazzi in un contesto per loro abituale (quale la propria
classe o un gruppo di coetanei solidali), in modo da favorire la comunica-
zione fra loro e con la polizia delegata. L’approccio del Nucleo di Prossimità
verso la scuola non è, dunque, quello tipico di “polizia”, cioè improntato al
controllo e alla repressione, ma un approccio del tutto diverso, di “prossi-
mità” appunto, cioè di vicinanza, volto alla prevenzione e agito per il tramite
di incontri di informazione e educazione. In quest’ottica, anche l’emersione
di fatti o informazioni utili alle indagini, che deriva dal rapporto di fiducia
che s’instaura con la vicinanza, non è utilizzato per punire, bensì per soste-
nere i soggetti coinvolti.
I passaggi dell’attività di indagine possono essere così riassunti:
➢ Valutazione della strategia: si verifica che effetto hanno avuto gli sti-
moli verso una maggiore apertura all’altro e che strategia adottare
per completare questo percorso. Nei casi più semplici, l’obiettivo
può essere la siglatura di un patto simbolico tra i protagonisti della
vicenda;
➢ Riparazione: Le attività di indagine e gli interventi paralleli di natura
didattica, aprono all’analisi condivisa con i ragazzi e gli insegnanti
di quanto è successo; si evidenziano le responsabilità e i ruoli. Viene
dedicata una particolare attenzione alla vittima 84, che si sente vista
nella sua difficoltà, ascoltata, supportata e aiutata; si offre all’autore
una possibilità di confronto, riflessione e recupero; infine, si solle-
cita il gruppo a vedere, discutere ed elaborare al suo interno i com-
portamenti dei protagonisti dei fatti, ma anche il proprio modo di
funzionare. Ci si confronta sulla modalità, sul senso, sull’agito, sulla
motivazione. Le vittime e gli autori del fatto/reato, tutti i soggetti
che hanno avuto parte alle attività (gli operatori di polizia, gli inse-
gnanti, gli educatori, le famiglie, avvocati) analizzano il percorso ef-
fettuato: la scoperta dei fatti, l’acquisizione di consapevolezza del
ruolo avuto da parte di tutti i soggetti coinvolti (aggressore, vittima,
compagni di scuola, genitori, insegnanti educatori), la comprensione
della gravità dei fatti, le esperienze vissute da ciascuno, gli stati d’a-
nimo. È uno spazio libero, in cui ognuno può narrare agli altri il per-
corso secondo il proprio punto di vista e questo evidenzia il cambia-
mento. Si tratta di un momento di elevato impatto emotivo, dove
tutte le parti si liberano dei pesi dell’anima e vedono nell’altro il
proprio simile, con le forze, ma soprattutto con le debolezze, che
contraddistinguono ciascuno. Spesso, spontaneamente, da tutto ciò
emerge la spinta verso una nuova costruzione di rapporti. Il conflitto
viene superato e, con gesti rituali, catartici, aggressori e vittime s’in-
contrano e si rapportano secondo dinamiche di vicinanza. Il prin-
cipio che muove la ricomposizione è che la comunità – cresciuta
essa stessa nella consapevolezza di quanto è avvenuto al suo interno
– si stringe intorno ai ragazzi e diventa attrice e testimone del cam-
biamento (della consapevolezza raggiunta da tutti, della assunzione
di responsabilità, delle scuse, degli investimenti sul futuro etc.). Tutti
84 Nel processo penale minorile italiano, la vittima non può costituirsi parte civile.
Il processo è incentrato sul recupero dell’autore del reato e pone la vittima in
secondo piano. Questo spesso va a detrimento dello stesso autore, poiché il
confronto con la vittima può essere di grosso stimolo per attivare le sue capacità
empatiche.
i soggetti brevemente annotano i fatti e raccontano, raccontano, rac-
contano pubblicamente.
Evoluzione
Questo progetto è nato da prime piccole sperimentazioni, da cui si è evo-
luto fino alla forma attuale. Mantiene ancora oggi questo carattere di work in
progress. Nel 2014 si è aperta una nuova fase: la Procura per i Minorenni,
unitamente al Nucleo di Prossimità, ha promosso una sperimentazione nelle
scuole denominata “Progetto Gruppo NOI”, mirato ad agire il più possibile a
livello preventivo. Il progetto ha l’obiettivo di gestire il disagio scolastico
dall’interno della scuola e di promuovere il benessere giovanile, mediante la
costituzione, all’interno della scuola, di gruppi di studenti che svolgano fun-
zione di auto-mutuo-aiuto tra pari. Il gruppo, denominato “NOI”, è costituito
da studenti che vivono la quotidianità della scuola, e possiede le seguenti ca-
ratteristiche:
Introduzione
Tempo fa, come studentessa del Corso di Studio in Servizio Sociale del-
l’Università degli Studi di Sassari, ho partecipato alla presentazione della
“riapertura” del Centro per la Mediazione Pacifica dei Conflitti della Pro-
vincia di Sassari85. Un’esperienza significativa che mi ha fornito l’opportu-
nità di esplorare, e per quanto possibile approfondire, un tema oggi più che
mai attuale: l’importanza della comunità locale nella gestione e regolazione
dei conflitti che vengono a riguardare minori autori di reato. Con questo con-
tributo intendo quindi proporre alcune prime riflessioni legate alle possibili
connessioni tra la pratica della mediazione penale minorile e i programmi di
sviluppo di comunità, uscendo dall’ambito strettamente giudiziario, per rag-
giungere i mondi vitali in cui sorgono i conflitti. Una riflessione accompa-
gnata dal riferimento costante alla realtà socio-culturale della Sardegna, an-
dando però oltre le “regole” di questo specifico contesto, con l’intento di evi-
denziare come i conflitti appartengano alla loro comunità, che deve essere in
grado di offrire occasioni di crescita e di cambiamento.
85 Il Centro nasce nel 1999 e inizia la sua attività con un seminario pubblico
mirato alla diffusione della cultura e della prassi mediativa sul territorio. Dopo
alcuni anni in cui è stato chiuso, nel mese di Aprile 2010 il Centro è stato
“ripresentato” in un incontro avvenuto presso il Palazzo della Provincia di Sassari.
riesce a ricucire. Pertanto, è necessario promuovere nuovi percorsi di com-
prensione che insegnino a riconoscere il conflitto come un fatto naturale, ac-
quisendo la consapevolezza che in questo esiste un’opportunità di sviluppo e
crescita. D’altra parte, il conflitto è parte della vita dell’uomo e della sua
quotidianità, per cui è utopico pensare ad un mondo senza di esso; si pre-
senta come “un momento ricco di energia che deve essere incanalata per
poter consentire ai soggetti che lo stanno vivendo di passare da una condi-
zione in cui subiscono le proprie reazioni emotive, a quella di attori che ela-
borano e sviluppano un progetto costruttivo di crescita” (Campanini 2003).
L’obiettivo è fare del conflitto una risorsa, non una malattia da curare; una
fonte di confronto, di dialogo e condivisione di cui è necessario prendersi
cura, imparando a valorizzarlo come agente di cambiamento.
In Sardegna, tale pratica del prendersi cura del conflitto, affonda le sue
radici nel passato, nelle modalità pacifiche di risoluzione dei conflitti, tra cui
il ricorso a Sos Omines86, tre uomini del paese riconosciuti come onesti, seri
e giusti: “amichevoli compositori ed esperti che potevano evitare lo scandalo
di una lite” (Masia 2009: 36). Ciascuna delle parti coinvolte nel conflitto
sceglieva il proprio difensore al quale venivano esposti il fatto, le proprie ra-
gioni o i presunti diritti. I due difensori sceglievano, a loro volta, S’Omine
de Mesu87, una persona che godesse della stima e della fiducia di entrambi,
oltre al fatto di essere super partes. Una figura che nelle situazioni critiche
faceva da intermediario non solo tra due soggetti ma tra il singolo e la comu-
nità, adoperandosi per la ricerca di un accordo e di una soluzione, evitando
quindi l’uso della violenza. In merito, il Codice Barbaricino 88 stabilisce che
“le controversie di natura penale possono essere risolte per mezzo di arbitri
chiamati Omines de Mesu” (Liori 2003), uomini onesti, non coinvolti in
faide, che hanno l’obbligo della segretezza e dell’imparzialità, peculiarità
queste ultime dei mediatori.
Il mediatore è un facilitatore della comunicazione, non si sostituisce alle
parti, non dispensa soluzioni “preconfezionate”; è un soggetto neutrale che
promuove il confronto e accoglie la sofferenza, “ma poi se ne distacca per
inviarla ai suoi autori in una nuova prospettiva” (Morineau 1997), che è pro-
prio quella di imparare a prendersi cura del conflitto, attraverso l’accetta -
zione e il riconoscimento dell’altro. Il mediatore dovrebbe porsi come uno
specchio che accoglie le emozioni dei protagonisti per rifletterle; dovrebbe
imparare a tollerare il silenzio in quanto linguaggio dell’anima; dovrebbe es-
sere semplicemente colui che facilita e risveglia le voci interiori (Morineau,
86 Traduzione in italiano: “gli uomini”.
87 Traduzione in italiano: “l’uomo di mezzo”.
88 Le consuetudini relative al meccanismo della vendetta, tramandate oralmente e
in sardo, vengono “trasformate” da Antonio Pigliaru in un codice. L’autore,
attraverso un’indagine diretta svolta tra i membri della comunità, ricava una serie di
norme di comportamento millenarie a cui tutti dovevano conformarsi perché
regolavano l’ordine e la convivenza sociale.
1997: 79). Tutte virtù che gli consentono di entrare nel conflitto senza mo-
strare di parteggiare per l’uno o per l’altro dei litiganti, ma parteggiando per
entrambi “tutto con una parte, tutto con l’altra parte, e tutto completamente
esterno alle parti” (Lenzi, 2003: 51).
94* Il presente contributo è frutto del lavoro comune dei due autori; ciò
nondimeno la stesura dei paragrafi 1, 2 e 3 è da attribuire a Francesco Martines e
quella dei paragrafi 5 e 6 a Ferdinando Croce.
La definizione di mediazione è rinvenibile nel Libro Verde della Commissione
Europea del 19.04.2002 COM(2002)/196, relativo ai metodi alternativi di
risoluzione delle controversie in materia civile e commerciale, il quale descrive
sinteticamente gli stessi come “le procedure non giurisdizionali di risoluzione delle
controversie condotte da una parte terza neutrale, ad esclusione dell’arbitrato
propriamente detto”. La direttiva 2008/52/CE del Parlamento europeo e del
Consiglio del 21 maggio 2008 (art. 3) definisce la mediazione come il
“procedimento strutturato, indipendentemente dalla denominazione, dove due o più
parti di una controversia tentano esse stesse, su base volontaria, di raggiungere un
accordo sulla risoluzione della medesima con l’assistenza di un mediatore”. Per
ulteriori approfondimenti, A. Caputo, Arbitrato, ADR, conciliazione, Bologna, 2009,
1184 e ss.
95 L’introduzione nell’ordinamento italiano del procedimento di mediazione
preventivo obbligatorio per alcune materie del contenzioso civile, pur dovuto in
ragione dei vincoli comunitari di cui alla Dir. 2008/52/Ce del Parlamento Europeo e
del Consiglio dell’Unione Europea, ha incontrato non pochi ostacoli.
Originariamente previsto dall’art. 5, comma 1, del D. Lgs. 4 marzo 2010 n. 28 in
attuazione della delega contenuta nell’art. 60 della L. 18 giugno 2009, n. 69 è stato
giudicato non conforme al dettato costituzionale con sentenza Corte Cost. 6
dicembre 2012, n. 272. Il procedimento di mediazione obbligatoria, sia pure con una
clausola di efficacia temporale provvisoria (quattro anni dalla entrata in vigore) ed
espressa previsione di monitoraggio a cura del Ministero della Giustizia, è stato
reintrodotto attraverso la novella dell’art. 5 del D. Lgs. 28/2010 ad opera dell’art. 84,
comma 1, lett. b) del D.L. 21 giugno 2013, n. 69. Sull’argomento, A. Castagnola - F.
Delfini (a cura di), La mediazione delle controversie civili e commerciali.
recente disciplina in tema di procedimento arbitrale e negoziazione assistita
prevista dalla L. 10 novembre 2014, n. 162.
A distanza di oltre quattro anni dalla prima introduzione della mediazione
obbligatoria nel rito civile si propone una riflessione sul possibile “contagio”
che tale strumento di risoluzione alternativa del contenzioso possa avere pro-
dotto (o possa produrre in futuro) sul sistema di giustizia amministrativa.
Il tema della applicabilità di forme di risoluzione del contenzioso ammi-
nistrativo alternative alla giurisdizione è stato già esplorato da una parte
della dottrina amministrativistica96 che ha espresso la (per alcuni versi condi-
visibile) difficoltà di superare l’ostacolo principale all’applicabilità della me-
diazione ai rapporti fra cittadini e Pubblica Amministrazione (P.A.): la natura
di interesse legittimo della posizione giuridica soggettiva del privato che
fronteggia l’esercizio della funzione pubblica nonché l’indisponibilità della
situazione di potere da parte dell’autorità amministrativa vincolata al rispetto
del principio di legalità. In altri termini si è considerato come un ostacolo,
pressoché insuperabile, la circostanza che la P.A. sia titolare di poteri confor-
mati dalla legge, che esercita nell’interesse della collettività, rispetto ai quali
la posizione giuridica del destinatario dei provvedimenti amministrativi
adottati è qualificabile alla stregua di interesse legittimo non “mediabile” at-
traverso procedure che, per definizione, presuppongono da parte dei conten-
denti un alto livello di disponibilità delle rispettive situazioni giuridiche
coinvolte nel rapporto conflittuale.
Preliminarmente occorre delimitare il campo d’indagine del presente
studio il cui oggetto concerne la possibilità di estendere l’applicazione di
strumenti di mediazione dei conflitti (alternativi alla tutela erogata dal si-
stema di giustizia statale) ai rapporti “puri” di diritto amministrativo fra cit-
tadino e P.A.; restano, dunque, esclusi i rapporti paritetici di natura privati-
stica fra un soggetto pubblico ed uno privato nei quali pacificamente pos-
Commentario al decreto legislativo 4 marzo 2010, n. 28 e al decreto ministeriale 18
ottobre 2010, n. 180, Padova, 2012.
96 V. Dominichelli, Giurisdizione amministrativa e arbitrato: riflessioni e
interrogativi, in Dir. Proc. Amm., 1996, 227; Id. Le prospettive dell’arbitrato nei
rapporti amministrativi fra marginalità, obbligatorietà e consensualità, in Dir. Proc.
Amm., 1998, 241; M.P. Chiti, Le forme di risoluzione delle controversie con la
amministrazione alternative alla giurisdizione, in Riv. It. Dir. Pubb. Comun., 2000,
8; A. Romano Tassone, Giurisdizione amministrativa ed arbitrato, in Riv. Arb.,
2000, 245; A. Zito, La compromettibilità per abritri con la pubblica
amministrazione dopo la legge n. 205 del 2000: problemi e prospettive, in Dir.
Amm., 2001, 343; F. Bocchini, Contributo allo studio del processo amministrativo
non giurisdizionale, Napoli, 2004; N. Longobardi, Modelli amministrativi per la
risoluzione delle controversie, in Dir. Proc. Amm., 2005, 52; F. Goisis,
Compromettibilità in arbitri (e transigibilità) delle controversie relative all’esercizio
del potere amministrativo, in Dir. Proc. Amm., 2006, 241; M. Giovannini,
Amministrazioni Pubbliche e risoluzione alternativa delle controversie, Bologna,
2007.
sono trovare ingresso sistemi di mediazione dei conflitti (si pensi, ad
esempio, al settore degli appalti di opere o a quello dei servizi pubblici) 97.
Nelle dinamiche dei rapporti di diritto amministrativo, ed in particolare
nel confronto fra le posizioni giuridiche soggettive vantate dalle parti (potere
pubblico da un lato, interesse privato dall’altro), accade sovente che si creino
dei conflitti generalmente connessi all’obiettiva impossibilità di conciliare
l’esercizio del potere pubblico (dunque, il soddisfacimento dell’intesse col-
lettivo) con l’interesse privato di uno o più soggetti incisi dall’efficacia del
provvedimento che del potere pubblico costituisce esercizio. E ciò in quanto,
nella maggior parte dei casi, il soddisfacimento dell’interesse della colletti-
vità comporta un sacrificio, totale o parziale, della posizione giuridica sog-
gettiva di uno o più soggetti privati.
Secondo l’impostazione tradizionale il prisma attraverso il quale questa
dinamica di soddisfacimento/sacrificio va esaminata è la legittimità dell’e-
sercizio dell’azione pubblica: se l’autorità pubblica opera nel rispetto delle
norme che disciplinano l’esercizio del potere, nulla potrà eccepire o conte-
stare il privato cittadino che subisce il sacrificio della propria posizione giu-
ridica soggettiva. Di contro, la violazione delle norme che vincolano, con
maggiore o minore intensità, l’esercizio del potere crea il presupposto per
una reazione da parte del soggetto privato “sacrificato” che potrà chiedere
tutela all’autorità giurisdizionale (autorità terza distinta dalla P.A.) attraverso
l’annullamento in toto dell’atto assunto in violazione della legge, con travol-
gimento degli effetti eventualmente prodotti e conseguenziale ripristino della
lesione subita.
103 Gli studi su questo strumento sono numerosi. Per tutti si segnala V. Bachelet,
I ricorsi amministrativi, originariamente pubblicato nel 1965, successivamente
ripubblicato in Scritti giuridici. Le garanzie dell’ordinamento democratico, II,
Milano, 1981, 422; A.M. Sandulli, Ricorso amministrativo, voce in Noviss. Dig.
Ital., Torino, 1968, 975; G. Paleologo, La riforma dei ricorsi amministrativi, Milano,
1975; L. Arcidiacono, Ricorsi amministrativi e Ricorso gerarchico, voci in Enc.
Giur. Treccani, 1991; V. Caputi Jambrenghi, La funzione giustiziale
nell’ordinamento amministrativo, Milano, 1991; M.P. Chiti, L’effettività della tutela
avverso la pubblica amministrazione nel procedimento e nell’amministrazione
giustiziale, in Scritti in onore di Pietro Virga, Milano, 1994, I, 546; A. Travi, Ricorsi
amministrativi, voce in Dig. Disc. Pubbl., Torino, 1997, 382; A. Pajno,
Amministrazione giustiziale, voce in Eng. Giur. Treccani, Roma, 2000; M.
Giovannini, Il ricorso straordinario come strumento alternativo alla giurisdizione
amministrativa: il difficile percorso di un rimedio efficace, in Dir. Amm., 2002, 61;
G. Ferrari, I ricorsi amministrativi, in S. Cassese (a cura di), Trattato di diritto
amministrativo (diritto amministrativo speciale), V, Milano, 2003, 4147.
Il risultato potrà così essere l’emanazione di un nuovo provvedimento
(dunque non un accordo di mediazione in senso proprio) che però – dal
punto di vista sostanziale e funzionale – costituirà l’effetto di una reale me-
diazione del conflitto fra autorità e cittadino.
111 Si tratta, più in particolare: delle azioni puramente dichiarative, il cui risultato
mediato non implica un obbligo di dare somme di denaro o cose; delle
espropriazioni; delle azioni di “amparo” (protezione), di habeas corpus e habeas
dati (procedimenti giurisdizionali attraverso cui qualunque cittadino può comparire
direttamente davanti al Giudice per ottenere una decisione sulla legittimità del
proprio arresto); azioni di esecuzione di obbligazioni liquide ed esigibili contenute in
titoli esecutivi.
112 Ley n. 7454.
Più nel dettaglio, si nota che la Ley 7675 prevede lo svolgimento del pro-
cedimento di mediazione obbligatoria dinanzi ad un soggetto terzo (Centro
Judicial de Mediación), cui è affidato il delicato compito di agevolare il rag-
giungimento di un accordo di composizione della fra le parti. L’accordo di
mediazione raggiunto, una volta approvato dall’autorità amministrativa (art.
9) ed omologato dal Tribunal che sarebbe stato competente per l’eventuale
processo giurisdizionale (art. 10), costituirà il nuovo assetto dei rapporti fra
le posizioni giuridiche soggettive del cittadino e dell’amministrazione, in
luogo del provvedimento originariamente adottato e censurato dal soggetto
privato.
È stata, dunque, scelta la via della mediazione tramite sottoscrizione di un
accordo fra le parti (cioè la mediazione nella sua versione “pura”) preve-
dendo, altresì, un procedimento di omologazione da parte dell’autorità giuri-
sdizionale, evidentemente destinato a verificare che la soluzione raggiunta in
concreto non sia contraria all’interesse pubblico.
La mediazione accolta nella Provincia de San Juan con la Ley 7675 po-
trebbe costituire un modello, alternativo a quello proposto nel presente
studio, a cui ispirarsi anche nell’ordinamento italiano, considerato fra l’altro
che la L. 241/1990 (art. 11) disciplina espressamente lo strumento degli ac-
cordi P.A./privato sostitutivi del provvedimento finale 113. Si tratta di accordi
che, ai sensi dell’art. 11, devono essere conclusi durante la fase di istruttoria
procedimentale e che per tale ragione – salvo un futuro intervento di riforma
del legislatore – non sono idonei ad essere utilizzati per la mediazione del
conflitto insorto successivamente all’adozione del provvedimento.
Pertanto, allo stato, la soluzione dell’utilizzo dello strumento del ricorso
gerarchico proprio rimane quella che, più di altre, appare convincente per ac-
cogliere anche nel diritto amministrativo italiano forme di mediazione gene-
ralizzata dei conflitti fra cittadino e P.A.
Introducción
Las condiciones laborales en las que se desarrolla el trabajo han originado
conflictos de esta naturaleza, tanto en su vertiente colectiva como individual,
debido a la oposición social y desigualdad implícita entre empresario y
trabajador. Esta conflictividad se ha tratado de encauzar, con mayor o menor
éxito, a través del ordenamiento jurídico laboral; pero en ocasiones, la
regulación que ofrece ha resultado insuficiente, o el incumplimiento en su
aplicación hace necesario acudir a los órganos jurisdiccionales competentes.
En España los interlocutores sociales no se han preocupado por
desarrollar unos efectivos sistemas alternativos de resolución de conflictos
aplicables a los conflictos individuales, y menos aún, al despido
disciplinario, como máximo exponente de esta tipología de conflictos entre
empresario y trabajador; dicho desarrollo legislativo corresponde a la
normativa que reguló la actuación del Instituto de Mediación, Arbitraje y
Conciliación (IMAC) de finales de los setenta y principios de los ochenta,
siéndole de aplicación actualmente al Centro de Mediación, Arbitraje y
Conciliación (CMAC) autonómico respectivo, tras el proceso de
transferencias competenciales de la Administración Central española a las
comunidades autónomas.
Entendemos que las conciliaciones motivadas por los despidos
disciplinarios y celebradas ante los organismos administrativos
correspondientes son percibidas, más que como un real y verdadero intento
alternativo de resolución de conflictos, simplemente como un requisito de
procedibilidad para tener expedita la vía jurisdiccional.
Movidos por esta inquietud, es por ello que, en este estudio, en primer
lugar, haremos una breve exposición de los conceptos que vamos a utilizar:
despido disciplinario, conciliación, mediación y conflicto. Si bien el despido
disciplinario se ubica en el ámbito de las relaciones laborales, no sucede lo
mismo cuando nos referimos a la mediación o al conflicto, por lo que, para
empezar debemos contextualizarlos dentro de dicho ámbito.
En segundo lugar, planteamos como alternativa a la tradicional
conciliación administrativa, una conciliación privada en el seno de la
empresa al amparo del art. 91.5 del Estatuto de los Trabajadores (ET) y, por
qué no, entendemos que también podría implantarse por medio de acuerdos
interprofesionales o de materias concretas (art. 83. 2 y 3 ET), tal y como se
ha actuado en el supuesto del conflicto colectivo en España.
En tercer lugar, haremos una breve exposición de la normativa jurídico-
laboral española relativa a los sistemas alternativos de resolución de
conflictos para poner de manifiesto cómo ésta ha alcanzado mayor desarrollo
cuando su objeto son los conflictos colectivos y no tanto cuando son
individuales.
Y, por último, analizaremos cada una de las causas motivadoras del
despido disciplinario, tanto desde el punto de vista doctrinal como
jurisprudencial, deteniéndonos en aquellos aspectos que presentan a la
mediación-conciliación como vía idónea para la resolución de este tipo
concreto de conflicto individual.
Este estudio responde a nuestra intención de que tomemos conciencia de
si estamos utilizamos adecuadamente la conciliación-mediación ante el
organismo administrativo competente, o si por el contrario, estamos
infravalorando esta herramienta tal útil de resolución de conflictos.
114 Bayón Chacón, G. y Pérez Botija, E., Manual de Derecho del Trabajo, Vol. II,
9.ª edic., Marcial Pons, Madrid, 1975-1976, pág. 581. Pérez Botija, E., El Contrato
de Trabajo, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1945, pág. 270.
115 Martín Valverde, A., Rodríguez-Sañudo Gutiérrez, F. y García Murcia, J.,
Derecho del Trabajo, 22.ª edic., Tecnos, Madrid, 2013, pág. 784. Molero Manglano,
A. (director) et al., Manual de Derecho del Trabajo, 11.ª edic., Civitas-Thomson
Reuters, Navarra, 2011, pág. 703.
Cruz Villalón, J., Compendio de Derecho del Trabajo, 6.ª edic., Tecnos, Madrid,
2013, pág. 406. Montoya Melgar, A. (director), et al., Derecho del Trabajo. Textos y
Materiales, Civitas-Thomson Reuters, Navarra, 2011, pág. 635. Alonso Olea, M., y
A ello hace referencia el Derecho Positivo español: desde el punto de
vista sustantivo, en los arts. 49.1 k) y 54 a 57 del Real Decreto Legislativo
1/1995, de 24 de marzo, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley
del Estatuto de los Trabajadores (ET); y en su vertiente rituaria, en los arts.
103 y siguientes relativos al procedimiento sobre despido disciplinario y los
arts. 278 a 286 referentes a la ejecución de las sentencias firmes de despidos,
todos ellos de la Ley 36/2011, de 10 de octubre, reguladora de la
Jurisdicción Social (en lo sucesivo, LRJS).
Una vez expuesto el despido disciplinario, nos adentramos en el concepto
de mediación abordando, primero, su perfil jurídico 116 y, seguidamente,
centrarnos en la perspectiva jurídico-laboral.
Para una primera aproximación, hemos elegido una definición
descriptiva, esto es, la mediación concebida como “un proceso
transformativo de comunicación circular que coloca las personas
descentradas en su centro, y ordena el fluir de los conflictos que las enfrenta
al hallazgo de la misma cosa justa, evitando la recaída en la espiral de la
venganza”117.
De estas primeras ideas sobre la mediación podemos extraer las
siguientes notas: primero, es un proceso estructurado; segundo, las partes
son las auténticas protagonistas del mismo, siendo ellas las que buscan la
solución del conflicto; y, tercero, las partes están asistidas en todo momento
por un tercero imparcial no dirimente llamado mediador, protagonista
“invisible” del proceso.
¿Y qué ocurre cuando a la “mediación” le añadimos el adjetivo
“jurídica”?, ¿cambia o enriquece su significado? El término “jurídica”
significa “que atañe al derecho o se ajusta a él” 118, por lo tanto, si lo
conectamos con mediación nos podría parecer que da un valor añadido al
concepto usual expuesto con anterioridad. Sin embargo, no es así:
entendemos que toda mediación es jurídica al tener como objeto del
conflicto, de una u otra forma, un derecho sobre el que las partes discrepan o
discuten119.
Casas Baamonde, M.ª E., Derecho del Trabajo, 28.ª edic., Civitas, Madrid, 2000,
págs. 422 y 447.
116 Puy Muñoz, F., «La expresión “mediación jurídica”, un análisis tópico», en
Soleto Muñoz, H., y Otero Parga, M. (coordinadoras), Mediación y Solución de
Conflictos. Habilidades para una necesidad emergente, Tecnos, Madrid, 2007, pág.
23.
117 Puy Muñoz, F., «La expresión “mediación jurídica”, un análisis tópico», op.
cit., pág. 26.
118 Real Academia De La Lengua, Diccionario de la lengua española, op. cit.
119 Puy Muñoz, F., «La expresión “mediación jurídica”, un análisis tópico», op.
cit., pág. 31.
Si defendemos que toda mediación es jurídica en cuanto que afecta a un
derecho y, por tanto, añadir el vocablo “jurídica” es simplemente un
pleonasmo, ahora debemos dar nuestro último paso y centrarnos en la
mediación laboral. El Diccionario define laboral como “perteneciente o
relativo al trabajo, en su aspecto económico, jurídico y social” 120.
Al hilo de ello, mediación laboral será aquella que tenga por objeto
controvertido un derecho perteneciente o relativo al trabajo, ya tenga su
origen en la ley, un convenio colectivo o en cualquier otra fuente de la
relación laboral (art. 3.1 ET). Con otras palabras, podemos decir que es un
procedimiento autónomo de resolución de conflictos de trabajo caracterizado
por la intervención “activa” de un tercero, llamado mediador, el cual no solo
facilita la comunicación entre las partes, sino que además tiene la facultad de
proponer soluciones a las mismas, si bien sin carácter vinculante 121.
Como se observa, en el ámbito de las relaciones laborales hay que hacer
una precisión terminológica; la mediación laboral se distingue de cualquier
otra mediación, sea civil, mercantil, penal, etc., en un elemento
determinante: el mediador en las relaciones de trabajo, sí propone soluciones
no vinculantes, hecho impensable en las otras mediaciones. No obstante, en
Derecho del Trabajo español tenemos la institución de la conciliación que sí
es la equivalente a la mediación en el ámbito no laboral español 122.
Esta diferencia terminológica crucial para la doctrina no lo es tanto en la
práctica, en donde se utilizan indistintamente los conceptos de conciliación-
mediación. La Ley Rituaria Laboral española utiliza de forma indiscriminada
ambos términos; así, en los arts. 64 y siguientes de la LRJS, se refiere a ellos
de forma indiscriminada, como si fueran vocablos sinónimos 123.
Centrándonos a continuación en el conflicto de trabajo, lo definimos
como la discrepancia o disputa exteriorizada que surge entre el empresario y
el trabajador con motivo de sus condiciones de trabajo 124.
Puede ser clasificado desde distintas ópticas 125: si bien podemos distinguir
entre conflictos pacíficos o violentos, conflictos de interpretación (jurídicos)
o de intereses126 (también llamados novatorios, de regulación o de
120 Real Academia De La Lengua, Diccionario de la lengua española, 22.ª edic.,
Espasa, Madrid, 2001 (www.rae.es).
121 Montoya Melgar, A., Derecho del Trabajo, 33.ª edic., Tecnos, Madrid, 2012,
págs. 715 a 717.
122 Cruz Villalón, J., Compendio de Derecho del Trabajo, op. cit., pág. 580.
123 Alonso Olea, M., y Casas Baamonde, M.ª E., Derecho del Trabajo, op. cit.,
pág. 980.
124 Alonso Olea, M., y Casas Baamonde, M.ª E., Derecho del Trabajo, op. cit.,
pág. 963.
125 Molero Manglano, A. (director) et al., Manual de Derecho del Trabajo, op.
cit., pág. 1064.
126 Álvarez Del Cuvillo, A. «Conflicto colectivo y medidas de presión», en
reglamentación), nos vamos a detener en la distinción entre conflicto
individual, conflicto colectivo y conflicto plural, al ser el despido
disciplinario el conflicto individual por antonomasia, donde la pretensión se
basa únicamente en los intereses personales del trabajador afectado por la
decisión extintiva127.
De esta enumeración, lógicamente por la materia objeto de este estudio,
nos centramos en los conflictos individuales de especial relevancia, estos es,
los que conllevan la extinción del contrato de trabajo, a instancias del
empresario, dado el actuar grave y culpable del trabajador.
Conforme a lo anterior, el despido disciplinario es definido por la
doctrina como la resolución unilateral del contrato de trabajo a instancias del
empresario, fundada en un incumplimiento grave y culpable del
trabajador128.
El concepto legal está descrito en el art. 54.1 del ET en los siguientes
términos: el contrato de trabajo podrá extinguirse por decisión del
empresario, mediante despido basado en un incumplimiento grave y culpable
del trabajador129.
Marco normativo
El dato de que la doctrina, ante un conflicto colectivo, haya mostrado
mayor interés por los sistemas alternativos de resolución de conflictos que
ante un conflicto individual, tiene su reflejo en nuestro marco normativo. En
este sentido, se ha desarrollado una cobertura legal y convencional más
prolija y actualizada. En relación a ello podemos destacar:
En primer lugar, en el nivel estatal, véase en este sentido el V Acuerdo
sobre Solución Autónoma de Conflictos Colectivos, de 7 de febrero de 2012
(en lo sucesivo ASAC)137 a desarrollar ante el Servicio Interconfederal de
Mediación y Arbitraje (SIMA).
En segundo lugar, en el nivel autonómico, la mediación tendrá lugar ante
el Sistema Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía
Acuerdo interprofesional de 3 de abril de 1996, aprobado por Resolución de
8 de ese mes (en lo sucesivo SERCLA) 138. Si bien por Acuerdo de 4 de
marzo de 2005, aprobado por Resolución de 28 de ese mes, se prevén
algunas reclamaciones individuales (v.gr.: la movilidad funcional y trabajos
136 Otero Parga, M., «Ventajas e inconvenientes de la mediación», en Soleto
Muñoz, H., y Otero Parga, M. (coordinadoras), Mediación y Solución de Conflictos.
Habilidades para una necesidad emergente, op. cit., págs. 146 a 149.
137 BOE de 23 de febrero de 2012, n.º 46.
138 BOJA de 23 de abril de 1996, n.º 48.
de superior o inferior categoría, la modificación sustancial de condiciones de
trabajo, etc.)139.
Sin embargo, en materia de conflictos individuales, y por ende, en los
despidos disciplinarios, la regulación es más parca, estando atribuida, a los
Centros de Mediación, Arbitraje y Conciliación (CMAC) autonómicos
respectivos140.
Los convenios colectivos suelen reservar en su articulado un capítulo
relativo al régimen disciplinario, también llamado, código de conducta,
regulando en ocasiones el procedimiento sancionador y tipificando las
infracciones y las sanciones en leves, graves y muy graves, pero no hacen
mención alguna a la conciliación-mediación como verdadero sistema
alternativo de resolución de conflictos individuales con motivo del despido
disciplinario141. Otros en cambio sí hacen referencia expresa a la mediación
en temas tan dispares como desavenencias originadas por el calendario
laboral o supuestos de acoso laboral142.
Como excepción, sí hay alguna norma convencional que recoge la
mediación como “...fase previa al procedimiento disciplinario...” 143, y dentro
del “protocolo de actuación en caso de acoso sexual (...), como garantía
adicional y respetando las posibles actuaciones ante la jurisdicción que
pudiesen emprenderse por parte de los afectados” 144.
Además, la actual Ley Adjetiva ha impulsado estas formas alternativas de
resolución de conflictos individuales, regulando la conciliación-mediación
intrajudicial ante el Secretario del órgano jurisdiccional (art. 82 LRJS).
Ambas notas deben ser ponderadas y aplicadas con cautela; no hay dos
supuestos hipotéticamente similares, merecedores de despidos análogos.
Ante un hecho objetivo, por ejemplo tres faltas de asistencia consecutivas al
trabajo, habrá que poner en marcha el poder disciplinario de forma
proporcionada, teniendo especial relevancia el factor humano y, sobre todo,
ver cuáles son las circunstancias personales y familiares del trabajador,
presuntamente, incumplidor; examinar la relación de confianza con el
empresario, su grado de responsabilidad en el puesto de trabajo que
desempeña, su grado de autonomía en la ejecución de la prestación de
servicios, y el perjuicio real causado a la empresa.
Entendemos que, al ser la casuística infinita, habrá que analizar cada
supuesto concreto152 y valorar, de forma prudente, los elementos de
reiteración y culpabilidad, situándonos en la “realidad sociológica de tiempo
y lugar”153, así como el elemento humano, teniendo presente que los
convenios colectivos, cuando describen el régimen disciplinario, lo hacen
con carácter general, sin tener presente el puesto de trabajo desempeñado, ni
el posible daño irrogado al empresario.
Entre algunos de los supuestos susceptibles de ser conciliados-mediados
podemos indicar cuando la falta de asistencia está realmente justificada por
motivos de enfermedad: no se trata de un incumplimiento grave y culpable,
sin embargo, se produce el despido disciplinario ante la falta de notificación,
a su debido tiempo, de los parte de baja o de confirmación de la misma.
O aquellos casos en los que, tras la resolución del expediente de invalidez
sin declaración de incapacidad permanente, sí subsiste una situación de
incapacidad temporal que impide al trabajador incorporarse a su puesto de
trabajo, pero no lo notifica en forma, o desconoce la ejecutividad de los actos
administrativos, independientemente de que éstos sean recurridos
posteriormente.
Otros supuestos objeto de despido, y que obtuvieron en los tribunales la
calificación de improcedente, fueron: la intransigencia de la empresa en la
concesión de permisos cuyo fin era la asistencia a clases o exámenes 154; a
pesar de cierto régimen de tolerancia por parte de la empresa, descontando
parte del salario en función del tiempo de ausencia, sin embargo, de forma
sorpresiva se incoa el despido155.
152 STS de 27 de marzo de 2013, RJ\2013\3475.
153 Molero Manglano, A. (director) et al., Manual de Derecho del Trabajo, op.
cit., pág. 705.
154 STS de 19 de diciembre de 1989, RJ 1989, 9050.
155 Aranzadi Experto, «Despidos: Despidos disciplinarios», op. cit., pág. 5.
Otro supuesto paradigmático para la conciliación-mediación podría ser la
mujer que llega tarde a su puesto de trabajo por ser víctima de violencia de
género, no habiéndolo puesto en conocimiento de los órganos
competentes156.
Estos tipos de incumplimientos contractuales relativos a la puntualidad o
asistencia al puesto de trabajo, son especialmente conciliables-mediables por
cuanto que no suelen tener apreciaciones subjetivas. Incluso algún convenio
colectivo no tipifica estas conductas como faltas graves y, por tanto, las
excluye del despido disciplinario157. Esto es, las distintas normas colectivas
al tipificar las distintas infracciones del trabajador lo hacen de forma dispar,
poniéndose de manifiesto la imposibilidad de determinar un tratamiento
igualitario ante supuestos que solo lo son en apariencia.
162 Aguilera Izquierdo, R., Las causas del despido disciplinario y su valoración
por la jurisprudencia, op. cit., págs. 128 a 141.
163 Pérez Botija, E., El Contrato de Trabajo, op. cit., pág. 275. Igartua Miró, M.ª
T., «Ofensas verbales o físicas», en Gorrelli Hernández, J. (coordinador), El
Despido. Análisis y aplicación práctica. Tecnos, Madrid, 2004, págs. 87 a 100.
164 STS de 20 de abril de 2005, RJ 3532.
queda zanjado el mismo sin la necesidad de restablecer la confianza mutua
entre los sujetos implicados, que no tienen que mantener una relación; sin
embargo, en la relación laboral han de perdurar esos lazos de recíproca
confianza que implica, el contrato de trabajo, y ello solo se consigue por
medio de una adecuada conciliación-mediación, en la que empresario y
trabajador toman conciencia de sus propios errores y de cómo los ha
percibido su contrario. Una vez truncada de forma definitiva la relación de
confianza intrínseca al contrato de trabajo, la continuidad del mismo se ve
dificultada.
No obstante, habrá que valorar caso por caso y, sobre todo, examinar el
contexto en el que se produce la ofensa verbal o física. De esta manera,
habrá que evaluar el supuesto de hecho específico cuando dichas expresiones
están amparadas por el derecho fundamental a la libertad de expresión, no
siendo justificables ni los insultos ni los juicios de valor con ánimo de
ofender165.
Entendemos que son objeto de conciliación-mediación aquellos
improperios proferidos en el calor de una discusión en defensa de una
colectividad de trabajadores sin realmente ánimo de ofender a persona
alguna166; o cuando en el seno de un conflicto un representante de los
trabajadores ofende a otro167.
cit., págs. 719 y 720. Resume las citadas notas la STS de 25 de enero de 1988, Tol.
2361936.
177 Montoya Melgar, A., Derecho del Trabajo, op. cit., pág. 474.
178 La STS de 24 de febrero de 1990, Tol 2403604, por ejemplo, no está a favor
del despido, y sí la STSJ de Madrid de 22 de mayo de 1991, AS 1991, 2975.
cuanto afecta al clima laboral o al interés legítimo de la empresa y, siendo
más graves, cuando se ve perjudicada la seguridad y la salud en el trabajo 179.
No obstante, aunque no esté presente la nota de la habitualidad cabe el
despido por este motivo cuando los hechos revisten suficiente gravedad,
como puede suceder en el supuesto de un conductor profesional dedicado al
transporte público colectivo de viajeros, aun cuado no se materialice en un
accidente de tráfico180. Incluso hay algunos pronunciamientos de los
tribunales que no exigen que se “consuma o beba” en el centro de trabajo,
siempre y cuando tenga repercusión en la actividad laboral, o en la imagen o
interés de la empresa181.
No está demás mencionar que esta causa de despido no puede hacerse
efectiva en las empresas de inserción, pues éstas buscan la reinserción de las
personas que están en exclusión social con motivo de esas y otras
enfermedades similares (art. 14.3 Ley 44/2007)182.
El precepto es claro al utilizar el adverbio condicional “si”, en el sentido
de que el empresario solo podrá despedir al trabajador en el caso de que su
patología repercuta de forma negativa en el trabajo; si no fuera de este modo,
la empresa podrá fundamentar la extinción de la relación laboral por
despido, por ejemplo, al conculcarse el principio de buena fe al ejecutar la
prestación DE servicios, o al verse deteriorado el clima de trabajo 183.
Queremos destacar que esta causa específica de despido disciplinario nos
resulta innecesaria por cuanto que es perfectamente subsumible en los
motivos enumerados con anterioridad en el art. 54.2 del ET: el trabajador
está conculcando su deber de disciplina en el trabajo, el principio de buena
192 Blasco PelliceR, A., «Tema 16. - La extinción del contrato de trabajo por
voluntad del empresario», en Camps Ruíz, L. M. y Ramírez Martínez, J. M.
(coordinadores), Derecho del Trabajo, 3.ª edic., Tirant lo Blanch, Valencia, 2013,
pág. 488.
193 STSJ de las Islas Canarias (Santa Cruz de Tenerife), de 21 de julio de 2009,
Tol 1648735.
194 Pérez Del Río, T., «Acoso sexual en el trabajo», Doctrina, Tirant lo Blanch,
13-02-2014, Tol 4.091.533.
195 STSJ de Islas Canarias (Santa Cruz de Tenerife), de 30 de junio de 2011, Tol
2200119.
196 STSJ de Madrid, de 24 de noviembre de 2008, Tol 1446513.
excepcionales se podría acceder al inicio de un proceso de conciliación-
mediación, pero solo en aquellos supuestos en los que el acosado esté en sus
plenas capacidades intelectivas, volitivas y afectivas.
Para evitar estas actuaciones multiofensivas que afectan a una pluralidad
de derechos fundamentales (libertad, desarrollo integro de su personalidad,
integridad física y moral, dignidad, intimidad, convicciones religiosas,
igualdad) lo mejor es, primero, educar en el respeto y, segundo, ya con
carácter más específico, implantar en la empresa una serie de medias
preventivas con la colaboración de los órganos de representación de la
empresa o, incluso, a través de la negociación colectiva mediante el
establecimiento de Códigos de Conducta con la finalidad de que estos
hechos no se produzcan, implementando la difusión de los citados códigos
de buenas prácticas, a través de campañas informativas o desarrollando
acciones formativas y, si tuvieran lugar, arbitrando los mecanismos
pertinentes para resolver el problema o, en su caso, intentando evitar que se
reproduzcan. Con ello se abre la posibilidad de implantar a través de la
negociación colectiva la solución de estos graves conflictos por medio de la
mediación, siempre con la prevención apuntada más arriba 197.
Conclusiones
Primera - Consideramos que se parte de un error de concepto o de raíz:
sin bien los sistemas alternativos de resolución de conflictos encuentran su
razón de ser en la voluntariedad de las partes implicadas, sin embargo
nuestro ordenamiento jurídico-laboral regula la conciliación-mediación
como requisito previo para impugnar el despido ante el orden jurisdiccional
social, con lo que estamos destruyendo la piedra angular de estos sistemas
alternativos a la vía judicial, esto es, la nota de la voluntariedad. Las partes,
197 Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva entre mujeres
y hombres, en su Artículo 48 Medidas específicas para prevenir el acoso sexual y el
acoso por razón de sexo en el trabajo, indica: 1. Las empresas deberán promover
condiciones de trabajo que eviten el acoso sexual y el acoso por razón de sexo y
arbitrar procedimientos específicos para su prevención y para dar cauce a las
denuncias o reclamaciones que puedan formular quienes hayan sido objeto del
mismo. Con esta finalidad se podrán establecer medidas que deberán negociarse con
los representantes de los trabajadores, tales como la elaboración y difusión de
códigos de buenas prácticas, la realización de campañas informativas o acciones de
formación. 2. Los representantes de los trabajadores deberán contribuir a prevenir el
acoso sexual y el acoso por razón de sexo en el trabajo mediante la sensibilización
de los trabajadores y trabajadoras frente al mismo y la información a la dirección de
la empresa de las conductas o comportamientos de que tuvieran conocimiento y que
pudieran propiciarlo. Pérez Del Río, T., «Acoso sexual en el trabajo», op. cit., págs.
3 a 6.
esto es, empresario, trabajador y abogados o graduados sociales de ambos,
acuden “obligados” a las dependencias del CMAC, con el único objeto de
cumplir ese “trámite previo”.
Nuestra cultura se apoya en la confrontación, en la que unos ganan y
otros pierden, y no en la cultura integrativa cuyo fin último es que ganemos
todos (win-win), creando un ambiente de respeto, de colaboración y de
confianza mutua, para poder discernir cuáles son las prioridades y las
diferencias de cada una de las partes, lo que nos ayudaría a identificar las
hipotéticas alternativas a la solución del conflicto.
Cuando se manifiesta el despido disciplinario, lo primero que debemos
pensar es que el conflicto que ha desembocado en la extinción de la relación
laboral se ha gestionado, casi con toda certeza, desde la óptica de conceptuar
el conflicto como algo negativo, disfuncional. Sin embargo, tenemos que ser
conscientes de que vivir en sociedad o pertenecer a una organización, en este
caso empresarial, implica relaciones humanas y de trabajo causantes de
conflicto, pero puede ser asumido como una oportunidad de construir y
beneficiar a trabajador y empresario.
Segunda - Del mismo modo que los agentes sociales han desarrollado
toda una normativa convencional, cuyo objeto es solventar los conflictos
colectivos fuera de los tribunales, también deben asumir el compromiso de
actuar de forma análoga en relación al conflicto individual y, por ende,
respecto al despido disciplinario, mediante la firma de acuerdos
interprofesionales o sobre materias concretas o, incluso en convenios
colectivos sectoriales y, por qué no, de empresa, que regulen la conciliación-
mediación en el seno de la empresa, o a través de entidades privadas.
Tercera - Que la negociación colectiva reconozca la posibilidad de crear e
implantar centros privados de conciliación-mediación, dentro o fuera de la
empresa, supone: por un lado, una predisposición a solucionar el conflicto, y
por otro, su contribución a atenuar la nota de la obligatoriedad de la que
antes hemos hablado, al ser un órgano creado y pactado por las partes
posteriormente implicadas en el conflicto.
Siendo esto así, la actitud frente al conflicto por cada una de las partes es
ya diferente: se acudirá a los centros de conciliación-mediación privada con
verdadera voluntad e intención de llegar a un acuerdo que satisfaga a ambas
partes dentro de ese proceso integrador, pues tanto empresario como
trabajador están interesados en controlar y tener la certidumbre de cómo se
solucionará su conflicto, a diferencia de lo que ocurre en la vía
jurisdiccional.
Cuarta - Tras analizar todas y cada una de las causas motivadoras del
despido disciplinario, desde la perspectiva doctrinal, jurisprudencial y de la
negociación colectiva, llegamos a la conclusión de que no podemos dar
soluciones unívocas ante distintos supuestos de hecho, aunque todos ellos
sean subsumibles en el enunciado de alguna de las causas de despido
establecidas legalmente. Es determinante para la graduación de las
infracciones, no solo valorar las circunstancias subjetivas del afectado, sino
distintos factores como la trascendencia, importancia e intencionalidad de su
comportamiento constitutivo de un incumplimiento grave y culpable; todo
ello bajo el prisma de la realidad social imperante en cada momento.
Igualmente habrá que ponderar, por un lado, el puesto de trabajo
desempeñado y, por otro, el quebranto económico o de imagen que con tal
actuación se haya podido ocasionar a la empresa.
Toda esta multiplicidad de aspectos se refleja en la distinta graduación
que hacen los convenios colectivos de tales comportamientos; así, no tiene la
misma relevancia que llegue tarde a su puesto de trabajo un vigilante de
seguridad que un administrativo; por todo eso la conciliación-mediación es
el mecanismo idóneo para resolver estos conflictos, en los que subyace la
tensión permanente entre la libertad de empresa y la estabilidad en el
empleo.
Quinta - Defendemos la institucionalización de la conciliación-mediación
en el seno del procedimiento sancionador como fase previa al despido
disciplinario, ya sea ante el organismo administrativo, o privado constituido
en virtud de la autonomía colectiva, siempre con carácter facultativo para no
conculcar el principio de voluntariedad que preside los sistemas alternativos
de resolución de conflictos.
El fin último es evitar, en la medida de lo posible, la extinción de la
relación laboral a instancias del empresario. Más aún, favorece la evolución
del Derecho del Trabajo en su vertiente individual, tal y como se ha
conseguido en el ámbito colectivo, con el recurso al diálogo y a la
comunicación, desde un enfoque positivo del conflicto entendido como
oportunidad de mejorar el clima laboral y las relaciones interpersonales.
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JURISPRUDENCIAL
Sentencias del Tribunal Constitucional
STC 192/2003, de 27 de octubre (BOE de 26 de noviembre de 2003, n.º
283).
STC 224/1999, de 13 de diciembre (BOE de 20 de enero de 2000, n.º 17).
Introducción
En la actualidad, el análisis de los conflictos y los procesos de resolución
mediante estrategias cooperativas es una materia de estudio en los grados
universitarios de Psicología, Criminología y Trabajo Social de la
Universidad del País Vasco (UPV-EHU). Se trata de una asignatura de tercer
curso de grado y de carácter obligatorio para el alumnado de Psicología y
Criminología, siendo optativa en el grado de Trabajo Social.
El interés de iniciar este estudio surge en el 2011, ante el reconocimiento
de esta materia como troncal en el programa docente de Psicología. En ese
momento se diseñaba un estudio piloto sobre el que posteriormente se centró
la investigación durante los cursos académicos 2012-2013 y 2013-2014. La
motivación del equipo docente para poner en marcha este trabajo era doble:
por una parte, conocer el impacto que la asignatura pudiera causar en
jóvenes de 20 y 21 años de edad para su aprendizaje personal en la gestión
de conflictos. Por otro lado, obtener un feedback del contenido de esta
asignatura por parte de las personas destinatarias que nos sirviera como
evaluación a quienes impartimos esta materia.
La premisa de partida era pensar que formación en materia de gestión de
conflictos ofrece a las personas la oportunidad de asimilar e interiorizar
conceptos clave del análisis de los conflictos e incorporarlos a su vida
personal. El objeto de esta investigación es constatar si la adquisición de las
destrezas y las competencias que figuran en el programa docente transciende
el contenido curricular, poniendo de manifiesto que se obtiene un
aprendizaje significativo extrapolable a su vida personal contextualizado en
un supuesto relacional de amistad y connotación afectiva.
Negociación
La negociación es un proceso que se ejerce de forma espontánea desde el
momento en que dos personas interrelacionan y se debaten sobre un asunto
en el que ambas tienen interés. Cuando hablamos de negociación, en un
sentido formal, se hace referencia a un proceso de comunicación en el que se
respetan y desarrollan un estilo de compromiso en el afrontamiento de los
conflictos.
La negociación es una forma básica de obtener lo que se desea utilizando
la comunicación, tanto la verbal como la no verbal. Todas las personas
negociamos a diario. La negociación, además de una clasificación inicial en
formal o informal, se desarrolla de modo totalmente diferente en función del
estilo que se utilice: bien sea adversarial o colaborativo, basado en intereses.
Mediación
La mediación como estilo colaborativo en el afrontamiento de los
conflictos, se identifica como medida alternativa y/o complementaria al
proceso judicial ha sido definida de múltiples maneras. Concretamente
“mediación” deriva del latín medius-medium, que significa “en el medio”.
Así, las personas mediadoras se sitúan en medio del conflicto para ayudar en
la comunicación, exploración de opciones y toma de decisiones a las
personas que protagonizan ese conflicto.
Son múltiples las definiciones que se pueden encontrar sobre mediación.
Es destacable de todas estas definiciones que la mediación pone el énfasis en
la carencia de aspectos formales, en la comunicación abierta y directa, en el
reforzamiento de los vínculos positivos y la evitación de los reproches y
culpabilidades. Por ello, resulta de importancia destacar que la mediación lo
que ofrece es precisamente un espacio físico y un tiempo, aspectos
facilitadores y necesarios para el diálogo.
Método
Muestra
La población objetivo son estudiantes, de la Universidad del País Vasco,
de tercer curso de los grados de Psicología y Criminología que cursan la
asignatura “Análisis y Resolución de Conflictos” así como los estudiantes
del grado de Trabajo Social que cursan: “Métodos y Técnicas de
Transformación de Conflictos”. Ambas son impartidas por el equipo docente
del departamento de Procesos Psicológicos Básicos y su Desarrollo
(Facultad de Psicología de la EHU/UPV).
La muestra se ha recogido en dos cursos diferentes: en 2012/2013 se
obtuvieron 318 respuestas, 168 en el pretest y 205 en el postest; de los cuales
127 completaron el ejercicio en ambos momentos (pre y postest). En
2013/2014 se obtuvieron 310 respuestas, 150 en el pretest y 160 en el
postest; de los cuales 120 completaron el ejercicio en ambos momentos.
Diseño
El objetivo principal de la investigación es demostrar que las personas
que cursan las asignaturas Análisis y Resolución de conflictos & Métodos y
técnicas de transformación de conflictos, mejoran habilidades y
herramientas eficaces para manejar sus conflictos cotidianos. Mediante el
instrumento creado se contrastarán las siguientes hipótesis de trabajo.
Instrumento de medida
Se crea un instrumento, con una situación figurada de conflicto afectivo
entre jóvenes y un cuestionario ad hoc que combina variables de tipo
cuantitativo y de tipo cualitativo, que permiten que los datos estadísticos
vayan acompañados de aclaraciones de orden cualitativo. El instrumento
creado se aplica en dos momentos diferentes: al comienzo de la asignatura
(medida pretest) y al finalizar el cuatrimestre (medida postest). Esto permite
hacer medidas comparativas entre el comienzo y el final de la asignatura,
para concluir si se han obtenido diferencias significativas en el aprendizaje e
interiorización de conceptos y estrategias de afrontamiento de los conflictos
trabajados.
El instrumento consta de dos partes, la primera en la que se presenta la
situación: en la versión A un chico como protagonista y en la versión B una
chica es la protagonista de la historia. La segunda parte del instrumento
incluye una batería de preguntas de las que seleccionamos cuatro para los
análisis que presentaremos.
Para medir el grado de empatía y realizar comparativas analizamos la
respuesta cuantitativa a la pregunta acerca de cómo valora a cada uno de los
protagonistas de la situación planteada. La segunda pregunta analizada hace
referencia a los estilos de afrontamiento basado en la categorización de
Thomas y Kilmann (1977), quienes distinguen cinco modos diferentes de
responder ante los conflictos: evitación, acomodación, competición,
compromiso y colaboración. Partiendo de estos cinco estilos se dicotomiza la
variable, agrupando las tres primeras opciones en estilo de comunicación
pasivo-agresivo (evitación, acomodación y competición) y las otras dos
como paradigma de la comunicación asertiva (compromiso/negociación y
colaboración/cooperación). La tercera pregunta alude a un posible proceso
de negociación y la última, hace referencia a un posible proceso de
mediación como vía para solucionar el conflicto afectivo-relacional.
Procedimiento
El trabajo de campo se implementó durante dos cursos, en dos momentos
diferentes. Al comienzo de la asignatura, en enero de 2013 y enero de 2014
respectivamente; y al finalizar el curso en mayo de 2013 y 2014. La prueba
se hizo en el aula, de forma individual y anónima (las personas participantes
utilizaron un seudónimo para poder comparar los prestest con los postest).
Una diferencia importante observada al realizar el trabajo de campo es que
en todos los casos las personas tardaban menos tiempo en completar la
prueba postest que la pretest, siendo la misma prueba. Esto da muestra de la
familiaridad que el alumnado tiene con los conflictos y los métodos de
resolución de los mismos al final de curso, mayor que al comienzo de la
asignatura.
Análisis de datos
Los datos recogidos con el instrumento creado se trabajan mediante el
análisis de contenido (ATLAS.ti) para las variables cualitativas y los análisis
estadísticos descriptivos y comparados (SPSS) de las medidas pretest y
postest, durante dos cursos consecutivos (2012/13 y 2013/14), desde una
perspectiva de género y en función de los estudios que cursan (Grado de
Psicología, Criminología o Trabajo Social).
A partir de las preguntas planteadas se crean las variables de respuesta
que se recogen en la siguiente tabla:
Cuadro 2. Variables. Categorías y codificación de cada variable.
Fuente: elaboración propia
Cada una de las categorías de estas variables van asociadas a un número
que son la codificación que se emplea para analizar los datos
estadísticamente que a modo de resultados exponemos a continuación.
Resultados
La lógica en la presentación de resultados responde a las hipótesis de
estudio planteadas previamente y se recogen bajo los epígrafes que engloban
cuatro grandes temas: la imparcialidad, relacionada con la capacidad
empática de la persona mediadora; la asertividad que se deriva del análisis
de los estilos de afrontamiento ante el conflicto; la negociación y la
mediación como posibles alternativas de gestión del conflicto.
Imparcialidad
La empatía está muy vinculada con el principio de imparcialidad de los
procesos de mediación. La capacidad de empatizar no se limita a empatizar
con la parte con la que siente mayor simpatía, mayor afinidad, la persona
mediadora ha de empatizar con todas las partes en conflicto y no tomar
partido por ninguna de ellas. Las partes en conflicto son quienes le van a dar
a quien media (o simplemente escucha) la legitimidad que necesita para
velar por el proceso manteniéndose imparcial.
Análisis de género
El análisis de contingencia entre las variables: empatía & versión & sexo
nos muestra que las mujeres tienden a empatizar más con el protagonista
cuando es una chica -versión B- (n=35 / Z=+3,1). Y esta relación es
estadísticamente significativa en el pretest (Chi-cuadrado= 23,1 / GL:6 /
sig.:,001**) y no en el postest (Chi-cuadrado= 16,6 / GL:6 / sig.:,011). Si
bien en el postest se ha podido observar que existe también una relación
estrecha entre las mujeres que empatizan más con la protagonista cuando es
mujer (n=23 / Z=+3) y le culpan más cuando es varón(n=21 / Z=+2,4).
Entre los hombres participantes también se observa una mayor empatía
con la protagonista cuando es chica que cuando es chico (n=28/39; z=+3,2).
Pero esta diferencia no es estadísticamente significativa Y también se
observa que en los varones tienden a empatizar más con la tercera persona
cuando es un chico, en la versión A del cuestionario, (n=6/6; Z=+2,3); si bien
no es una diferencia significativa estadísticamente (Chi-cuadrado: 15,316 /
GL:6 / sig.:,018 / V-Cramer:,253).
En general, pese a que no obtener diferencias estadísticamente
significativas (Chi-cuadrado: 15,316 / GL:6 / sig.:,018 / V-Cramer:,253), se
tiende a empatizar más con la protagonista cuando es chica que cuando es
chico (n=28/39; z=+3,2).
Asertividad
Dicotomizamos la variable estilos de afrontamiento, creando una nueva
variable a la que llamamos asertividad; que agrupa por un lado los estilos de
afrontamiento asociados a un estilo comunicativo o bien agresivo o bien
pasivo. Esos estilos son la evitación y la acomodación como modos pasivos
de responder ante el conflicto y la competición como modo agresivo de
respuesta al conflicto. Y por otro lado la categoría que hace referencia al
estilo de comunicación asertivo propiamente dicho que son las respuesta de
compromiso-negociación y colaboración-cooperación.
Gráfica 3. Resultados sobre variable asertividad
Negociación
La negociación es una herramienta que las personas participantes
conocían de antemano. En esta ocasión, las alternativas de respuesta
planteaban rechazar una negociación para ese conflicto, o bien apostar por
una negociación o un rechazo encubierto a negociar, lo que hemos llamado
una negociación mal entendida:
Mediación
La mediación es una de las herramientas principales, y novedosas para el
alumnado, que se estudian en esta asignatura. Y esto es precisamente lo que
reflejan los datos obtenidos, que al comienzo del cuatrimestre sólo el 45,9%
opta por mediar en la situación de conflicto planteada y al final de curso un
71% elegiría la mediación como un método viable para abordar el mismo
conflicto. En contraposición el porcentaje de personas que rechazan
abiertamente la mediación pasa de un 26,8% a un 13,5%. Y también se
reduce el porcentaje de lo que hemos llamado mediación mal entendida
(respuesta 2: sí que hablan con un amigo que les dé su opinión de lo que
deberían hacer); pasa de ser un 12,6% a un 7,8%. También existía la
posibilidad de dar una respuesta cualitativa (opción de respuesta abierta) y
en el pretest un 14,7% da una respuesta libre mientras que en el postest se
reduce a un 7,7%. En ambos momentos (pre y pos) el tamaño de la muestra
es el mismo N=245.
Las tablas de contingencias nos muestran una vez más que no hay
diferencias significativas en el antes y el después (Chi-cuadrado: 41,907 /
GL:9 / sig.:,000*** / V-Cramer:,239). La comparativa en función de la
variable sexo, sí que muestra diferencias de género. Mientras que en las
mujeres se confirma esa relación significativa entre el pretest y el postest
(Chi-cuadrado: 41,586 / GL:9 / sig.:,000*** / V-Cramer:,269). En los
hombres no hay significatividad estadística en este punto (Chi-cuadrado:
19,639 / GL:9 / sig.:,020). La relación sólo se confirma entre quienes
rechazan la mediación o quienes la acepta (de modo correcto), pero no entre
quienes confunden la mediación y optan por una mediación mal entendida
(que una tercera persona les diga lo que tienen que hacer).
Gráfica 5. Frecuencias de la variable Mediación
Discusión
La principal conclusión de este estudio es que el alumnado participante,
estudiantes de tercer curso de los grados de Psicología, Criminología y
Trabajo Social de la UPV-EHU, partió con una buena predisposición hacia la
resolución positiva de los conflictos. Cursar esta asignatura ha permitido
afianzar y en algunos casos mejorar cuestiones referidas a la capacidad
empática, la asertividad, la negociación y la mediación en relación a
conflictos interpersonales que como profesionales deberán afrontar en un
futuro.
A grandes rasgos podemos afirmar que ha mejorado la capacidad
empática de los y las futuras profesionales, en el sentido en que al final de
curso eran menos las personas que se posicionaban a favor de la parte más
vulnerable del conflicto o de la persona de la que recibían la versión de los
hechos; porque tendían a hacer una valoración equidistante y no
discriminatoria de los tres personajes.
Respecto al modo de afrontar los posibles conflictos, al final de curso
apenas un 13% no optaría por un método asertivo y colaborativo como el
modo más idóneo de gestionar una situación de carácter interpersonal. Más
del 86% negociaría o cooperaría con las otras partes para obtener un
resultado más satisfactorio para todas las partes en conflicto.
La negociación ya era un recurso conocido antes de cursar la asignatura
por lo que no ha habido un cambio significativo en cuanto a su aceptación.
Se considera un recurso disponible y viable para conflictos de orden
afectivo-relacional.
Uno de los resultados más destacados de la investigación es el importante
aumento en la aceptación de la mediación por parte del alumnado, como
método adecuado para el afrontamiento de este tipo de conflictos. Al
constatar que tras cursar la asignatura, el alumnado conoce mejor el recurso
de la mediación y aumenta su disponibilidad para ser utilizado en el ámbito
de los conflictos interpersonales propios y ajenos.
Los análisis de contingencia muestran el aumento del 25% en elegir la
mediación como una alternativa viable en conflictos relacionales que se da
entre el alumnado de Psicología, pero especialmente entre los de
Criminología y los de Trabajo Social; cabe interpretar que para los alumnos
y alumnas de Psicología, además de la mediación tal vez tengan en mente
otro tipo de abordaje más terapéutico para los conflictos de pareja y por eso
el porcentaje no haya variado tanto entre el pretest y el postest. En cualquier
caso queremos destacar que un 71% de la muestra global cuya opción es la
mediación como recurso al final del curso, es un resultado satisfactorio.
Otro resultado, más intangible pero no menos interesante, encontrado en
este estudio es que ha habido una evolución (un aprendizaje) en el alumnado.
Se ha producido una especie de giro epistemológico, de construcción de un
discurso común, o mejor dicho, de un lenguaje compartido que se ha hecho
evidente al aplicar el postest. Los sujetos tardaron menos tiempo en hacer la
prueba y plantearon menos dudas sobre el instrumento. La interpretación que
hacemos de esto es que al final de curso están mayormente familiarizadas
con el abordaje de los conflictos y por ello tardan menos tiempo en
completar el cuestionario.
Por otro lado, una de las limitaciones de este estudio es el tamaño de la
muestra, que si bien va aumentando año tras año con nuevo alumnado
(estudio transversal); sigue siendo insuficiente para poder constatar si los
cambios observados son estadísticamente significativos y aumentar así la
fiabilidad. Consideramos necesario que, para asegurar la validez de los
resultados, consideramos necesario aplicar el instrumento en población
universitaria que no curse esta asignatura de tal modo que se disponga de un
grupo de control que nos permitiera aumentar la validez a la hora de
generalizar los resultados obtenidos y poder afirmar que los cambios
observados se deben (especialmente) al hecho de haber cursado la asignatura
de Análisis y Resolución de Conflictos y Estrategias de Cooperación en la
UPV-EHU.
Bibliografía
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Suares, Marines, Mediando en sistemas familiares, Paidós, Buenos Aires
2002.
The subject’s emancipation in community mediation:
from judicial decision to conflict dealing
Fabiana Marion Spengler and Charlise Paula Colet Gimenez -
UNISC, Santa Cruz do Sul University
Introduction
The evolution of society as well as of the human being, regarding the
ways of solving conflicts, has progressed from self-defense to State power.
After that, State power was transferred to the Judiciary and it is represented
by the figure of the judge who has the power of deciding a conflict. How-
ever, the traditional ways do not reach the demands and they are generating
dissatisfaction among people. Taking into consideration these aspects, the
mediation has been proved to be the chosen consensual model between the
involved parts.
The changing ways of dealing with conflicts in order to answer the needs
of the involved parts allows the creation of a fair and free society which
gives place for diversity, freedom, individuality and equality among all
people who are capable and have positive needs. In fact, the community is
the adequate place to develop the mediation through autonomous and con-
sensual practice what creates a feeling of social inclusion.
Thus, the current research aims at approaching community mediation as a
public policy which characterizes a new citizenship culture having its basis
on the appreciation of the person as human being and through the equality
pact, promoting cooperation, understanding and consequently social justice.
This research adopted the hypothetic-deductive approach method and the
monographic procedure one as well.
200 (...) previne estagnações, estimula interesse e curiosidade, é o meio pelo qual
os problemas podem ser manifestados e no qual chegam as soluções, é a raiz da
mudança pessoal e social. O conflito é frequentemente (sic) parte do processo de
testar e de avaliar alguém e, enquanto tal, pode ser altamente agradável, na medida
em que se experimenta o prazer do uso completo e pleno da sua capacidade.
It is a contentious procedure in which the antagonists treat themselves as
opponents or enemies”. (author’s italics)201.
Many times conflict is searched on competitive sports and games, movies
or books, when we listen to the news or read a newspaper, in a provocation
between couples and in intellectual work. These examples show that it
should not be eliminated or suppressed for a long time because its existence
is inherent to the human being. (Deutsch 2004)
From this perspective, it is verified that conflict can change people re -
garding themselves or the others, showing consequences that can be: puri-
fying, distorted, undermining or consolidating. Therefore, an external con-
flict determines the limits of the group and contributes for the building of a
feeling of identity as well as it centralizes the internal structure of the group
and gives the possibility of defining the allies. The external conflict unites
the group and makes it be cohesive, enhancing the concentration of an
already existent unit, eliminating elements that can obscure the limits with
the enemy. This type of conflict can approach people and groups which, in a
different situation, would not have any relationship. (Spengler 2010)
However, it is highlighted that a conflict can have a constructive connota-
tion as well as destructive one especially when the participants are dissatis-
fied with the conclusions and at the end they feel the defeat. From this af-
firmation, it is understood that a conflict with a productive result is that one
where all participants are satisfied with the effects and consequences.
(Deutsch 2004)
Thus, conflict is inevitable and beneficial. It demands autonomous means
to be treated and needs to be seen as a positive or negative fact, according to
the current values in the analyzed social context. A society without conflicts
is static. (Morais and Spengler 2012)
In order to solve conflicts that happen in society the State uses the Judi-
cial Power through the intervention of the judge, who is the authority re-
sponsible for solving a conflict and will take a definitive decision.
On the other hand, it raises the practices related to conflict dealing. These
practices aim at comprehending and analyzing the people involved in the
conflict with the purpose of reaching an adequate qualitative treatment. This
202 tornou-se uma palavra-chave usada para descrever unidades sociais que
variam de aldeias, conjuntos habitacionais e vizinhanças até grupos étnicos, nações e
organizações internacionais. No mínimo, comunidade geralmente indica um grupo
de pessoas dentro de uma área geográfica limitada que interagem dentro de
instituições comuns e que possuem um senso comum de interdependência e
integração.
centrality of the community’s role in the social life, affirms that “las
comunidades constituyen uno de los componentes principales de la buena
sociedad”203. (Etzioni 2001: 23)
According to Etzioni (1996), the communitarian paradigm applies the
golden rule204 to characterize the good society as what fosters social virtues
as well as individual rights, affirming that a good society should search for
dynamic balance between both. This has to be carried out through setting
moral responsibilities (obligations which are not imposed by coercion) and
are seen as social virtue.
This way, balance between individual rights and social responsibility is
reached as well as autonomy and social order. Concerning this subject, the
referred author develops the idea about community from villages and towns,
in other words, from what makes a social identity, from a village to a group
of nations that becomes a community.
A community is not a concrete place; however, it is a set of attributes
being distinct from one another due to affective relationships and the sharing
of values and meanings. (Etzioni 1996)
Etzioni (2001, p. 24) states that: “community, in my understanding, is
based on values that reinforce the relationship I-You. In first place, com-
munities create bounds of affection that change groups of people into social
identities similar to big families. In second place, communities convey a
shared moral culture: a set of values that are regarded as virtuous against
what is regarded as unacceptable behaviors and they are transmitted from
generation to generation at the same time that their own moral reference is
reformulated day after day”205.
Moreover, Schmidt (2011, p. 312) presents the characteristics of a com-
munity:
(a) community is an ontological condition of the human being; (b) it is
opposition to individualism and collectivism; (c) it is opposition to State gi-
gantism; (d) priority to personal values over market values; (e) subsidiarity,
203 “The communities constitute one of the main elements of a good society”.
(Etzioni, 2001: 23)
204 To the author, the old Golden rule established the prevalence of the common
well and social order while the new order searches for balance between social order
and the individual.
205 La comunidad, a mi entender, se basa en dos fundamentos, reforzadores
ambos de las relaciones Yo-Tú. En primer lugar, las comunidades proporcionan
lazos de afecto que transforman grupos de gente en entidades sociales semejantes a
familias amplias. En segundo lugar, las comunidades transmiten una cultura moral
compartida: conjunto de valores y significados sociales compartidos que
caracterizan lo que la comunidad considera virtuoso frente a lo que considera
comportamientos inaceptables y que se transmiten de generación en generación, al
tiempo que reformulan su propio marco de referencial moral día a día.
local power, associations and self-management; (f) fraternity, equality and
freedom206.
Community is an ontological condition of the human being because we
are political and social beings who are only complete when living with other
people, the relationship I-We. Furthermore, “Etzioni brings into discussion
an important empiric argument favoring the position that a community is the
ontological condition of the human being: who lives in a community lives
longer and with more quality of life”. (Schmidt, 2011: 308)
The idea of community is against individualism and collectivism because
it sustains the position between the relationship of man with man and the re-
lationship of society over man. At the same time, it is against State gigantism
because a good society finds a balance between State actions in indispens-
able areas to common good and active participation of community and cit-
izens. It is also highlighted the priority of personal values over market values
because “in a community there are relationships that involve people, in-
timacy, affection, solidarity and commitment with the common good, all of
them based on trust and reciprocity”. (Schmidt, 2011: 309)
It is verified that valuing requests which are near people makes the com-
munity perspective get closer to the theories about local power, cooperation,
self-management and third sector. Besides these, there are fraternity, equality
and freedom as well. Fraternity refers to friendship, companionship and
solidarity while equality corresponds to the affirmation of political equality,
development of oriented policies in order to reduce social and economic in-
equalities and the defense of well-being social status. In turn, real freedom is
sustained in concrete social conditions and the community enables the condi-
tions to individual freedom. (Schmidt 2011)
Therefore, a social order that has a set of shared values which are re-
spected by the individuals is the aim. However, a good society corresponds
to an order of consonance with the moral commitments of its members. This
way, the challenge to the ones who desire a good society is to constitute and
sustain a social order considered legitimate, in a permanent way, by its mem-
bers. It is highlighted, in what refers Etzioni, that a good society demands
balance among State, community and market because they complement each
other being irreplaceable.
The communitarian paradigm recognizes the necessity of nurturing social
bonds as part of the effort to keep social order at the same time that these
bonds do not eliminate autonomous expressions. In other words, a good so-
ciety does not privilege social well over individual options, nor vice versa,
207 (...) não é possível ser feliz individualmente no interior de uma comunidade
socialmente infeliz. A sociedade/comunidade na qual se encontra inserida (sic) o
indivíduo também oferece sua parcela de contribuição (ou não!) na construção de
sua felicidade e bem-estar. A fórmula que emerge atualmente quanto ao escopo
(mutável) da busca da felicidade pode ser traduzida pelos termos “segurança” (no
lugar da liberdade), “paridade” (no lugar da igualdade) e “rede” (no lugar da
fraternidade).
Schmidt (2011: 311) defends that all the main communitarian theories
combine, in a certain way, the concept of community with fraternity prin-
ciples. “Fraternity has a consensual welcome: friendship, companionship and
solidarity are all characteristics of communitarian life”.
In this context, the Fraternal Law developed in the sphere of the Philo-
sophy of the Law by the Italian professor Eligio Resta, demands the rescuing
of community concept and its relation with the institute being studied be-
cause one of the co-responsible social actors in conflict dealing is the com-
munity, as previously analyzed, and next will be studied from the perspective
of community mediation.
209 A amizade reaparece nos sistemas sociais como diferença entre interação de
identidades individuais, que se escolhem e orientam a comunicação voluntariamente,
e as relações burocráticas e heterodirecionadas dos mecanismos dos grandes
sistemas funcionais.
ports the social system being able to create timeless bonds at the same time
that when friendship ends, it is given space for an enemy.
According to Resta, the humanity self is the place for ambivalence which
builds and destroys; loves and hates; which lives in solidarities and prepoten-
cies; of friendships and enmities, all simultaneously. In a war, humanity can
do nothing than threat itself, what shows that “man” does not correspond to
“humanity”. (Resta 2004)
This way, it can be affirmed that the misunderstanding should be solved
using other ways and the peoples should learn and comprehend what brings
them together as well as tolerate the differences. From war only mourning
emptiness and pain comes.
In this sense, to be a friend of humanity is to participate in the destinies of
man moved by an idea, respect any person, to have sensibility and responsib-
ility because humanity is an inclusive term. Besides, humanity is the
common place for differences because it has, at the same time, friendships
and enmities. (Resta 2004)
Therefore, the Fraternal Law is a law swore together by men and women,
a pact where small living rules are shared as a common decision. So, Resta’s
point of view regards human rights but not only the right of citizenship (what
is always a place of individualist exclusion). For him, humanity is a common
and universal place but not universal in the sense of the homogeneity that
disguises differences because they exist and need to be considered in the
sense of belonging to all human beings. In the Fraternal Law there is not
space for ethnocentrism because it is cosmopolitan (it reports to the cosmic,
to the universal value of human rights and not to the mercantilist logic). This
law is not violent because it is based on mediation (the idea of minimum jur-
isdiction); it is inclusive for the reason that chooses fundamental rights and
defines the universal shared access; and access granted to all people not only
one minority. (Resta 2004)
Friendship based on Fraternal Law is the bond that gives possibility to
direct communication and constructs a strategy of conflict dealing which is
based on a Law that has relation with the historical subjects not only with
procedural ones. As follows, it is allowed to face conflict as a physiologic
event which is “treatable” although not always “curable” when the positivist
dichotomy winner/loser is overcome to embrace the possible gain to both
parts. As a consequence it is perpetuated the being “with” another person in-
stead of being “against” another person. (Spengler 2012).
That is to say, in the communication process is fundamental the altern-
ative treatment of conflicts based on dialogues and consensus as well as the
total respect to human rights and the person’s dignity what advocates the
Democratic State of Law and ensures its principles and laws.
True friendship is not constituted by differences but by similarities. Due
to this, the resolution of conflicts by State intervention can emphasize/recog-
nize differences and disproportionalities. In this context, the fraternal com-
munity is not a place defined by goodness; it is just a common space, reason
why the same subject that are part of it can generate threat or fraternity
(Spengler 2012).
When loss of thrust in the traditional means of solving conflicts is faced,
communitarian mediation is characterized by proposing another culture
which will make use of consensual and autonomous practices to give back,
to people and community, the ability of conflict dealing inherent to its exist-
ence.
Thus, mediation is pointed out as:
211 O grande segredo, da mediação, como todo segredo, é muito simples, tão
simples que passa despercebido. Não digo tentemos entendê-lo, pois não podemos
entendê-lo. Muitas coisas em um conflito estão ocultas, mas podemos senti-las. Se
tentarmos entendê-las, não encontraremos nada, corremos o risco de agravar o
problema. Para mediar, como para viver, é preciso sentir o sentimento. O mediador
não pode se preocupar por intervir no conflito, transformá-lo. Ele tem que intervir
sobre os sentimentos das pessoas, ajudá-las a sentir seus sentimentos, renunciando a
interpretação. Os conflitos nunca desaparecem, se transformam; isso porque,
geralmente, tentamos intervir sobre o conflito e não sobre o sentimento das pessoas.
Por isso, é recomendável, na presença de um conflito pessoal, intervir sobre si
mesmo, transformar-se internamente, então, o conflito se dissolverá (se todas as
partes comprometidas fizerem a mesma coisa). O mediador deve entender a
diferença entre intervir no conflito e nos sentimentos das partes. O mediador deve
ajudar as partes, fazer com que olhem a si mesmas e não ao conflito, como se ele
fosse alguma coisa absolutamente exterior a elas mesmas.
Community mediation works with the logic “mediator citizen” because
the mediators are community members chosen and capable to mediate. They
are people who devote their time and responsibility to common well
searching an effective social bond among the members (Spengler 2012).
Therefore, community mediation builds up values, knowledge, beliefs, at-
titudes, strengthening behaviors of a politic-democratic culture and a culture
of peace fulfilling two functions: firstly, community mediation offers a place
for reflection and for searching alternatives in order to solve conflicts in all
areas as: family, school, workplace among others. Secondly, the individual
has an advantage which can acquire important political dimensions because
at the moment he/she starts to solve autonomously its conflicts, he/she starts
to participate more actively in political life of the community (Spengler
2012: 228).212
Regarding the same subject Warat (2004) affirms that community medi-
ation is a cooperative and solidary procedure which gives the possibility to
transform conflict and people. They have the chance of looking at them-
selves and accepting other points of view, in other words, it consists in the
ethics of alterity to understand the other and discharge old positions that
fragment, classify and separate people.
Community justice as an instrument of peace and democratic policy
causes emancipation, dialogue, solidarity, community network, and for this
reason new social practices arouse stimulating social changes. (Spengler
2012)
Community mediation is the most adequate proposal considering the cur-
rent social reality of Brazilian society presenting a new culture regarding
conflict dealing. Besides, it goes beyond the traditional jurisdiction because
through consensual and autonomous practices, it gives back to the individual
the capacity of dealing with conflict.
The importance of community mediation resides in the fact that it acts in
the community, where there is pluralism of values and various life systems,
where destructed social bonds can be rebuilt and communication can be rees-
tablished. It is not a matter of denying the need for State Justice; it is only an
alternative for the current moment of crisis and inefficiency considering that
this practice is inclusive and fraternal.
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Fuochi nella notte.
Uso di immagini d’arte in mediazione familiare
Conny Leporatti - Centro Co.Me.Te., Istituto di Terapia
Familiare di Empoli (Firenze)
Immagini e mediazione
La comunicazione verbale è solitamente più controllabile della comunica-
zione non verbale. Per questo motivo spesso il canale verbale è saturo di ele-
menti superflui o dispersivi che possono creare, anche involontariamente,
barriere alla comunicazione di ciò che sta a cuore al cliente, e di cui spesso
egli stesso non ha consapevolezza.
Il mediatore lavora sulle dissonanze e le discrepanze tra ciò che i clienti
dicono – l’immagine esterna – e ciò che i clienti esprimono non verbalmente
– l’immagine interna – e da questa ricostruzione il mediatore crea ipotesi re-
lazionali, il cui livello di accuratezza diventa più evidente con il progredire
del processo di mediazione. Per mezzo dell’immagine si può avere e dare ac-
cesso a mondi interni, non facilmente raggiungibili e spesso difesi dall’uso
del canale verbale.
Con questi presupposti, ed influenzata dal lavoro e dalle mostre curate da
Flavio Caroli dal 1980 ad oggi, ho iniziato dagli anni 90 ad usare immagini
d’arte nella mediazione familiare.
Il fecondo uso delle immagini nella relazione è stato ulteriormente con-
fermato in ambito neuroscientifico con le ricerche condotte nell’ultimo de-
cennio, in particolare da Rizzolatti, Gallese e Sinigaglia; la fondamentale
scoperta dei neuroni specchio e gli studi in ambito neuroscientifico eviden-
ziano come, grazie all’intersoggettività e all’empatia si creino quelle condi-
zioni fondamentali affinché la mente di ciascuno “si senta sentita dalla mente
dell’altro” (Siegel, 2001).
Grazie all’utilizzo delle immagini d’arte è possibile bypassare il canale
verbale ed entrare in contatto con la componente emotivo-affettiva dell’altro,
quindi con l’inconscio ottico. In questo modo i partner riescono a stabilire
una sintonizzazione emotiva tra sé e con il mediatore.
Uso di immagini d’arte in mediazione
L’uso delle immagini d’arte in mediazione nasce quasi casualmente, da
un’intuizione legata ad una faticosa mediazione familiare che segnava il
passo da tempo, dall’amore che da sempre mi lega all’arte e dalla forma-
zione personale effettuata presso l’Istituto di Terapia Familiare di Firenze.
Amo l’arte da sempre, sin da piccola ho avuto la fortuna di frequentare
artisti e mostre di pittura, appassionandomi all’arte figurativa e al suo codice.
Così, nel corso della vita, ho raccolto cataloghi museali provenienti da
tutto il mondo e li ho tenuti in studio, quasi fossero un potenziale rifugio per
i momenti più faticosi, come a volte rileggere alcuni passi di certi libri può
esserlo.
Alcuni clienti hanno notato i cataloghi e me ne hanno chiesto la prove-
nienza; altri no.
Inizia così l’uso che faccio delle immagini d’arte in mediazione.
Ho continuato nel tempo ad usare le immagini d’arte ed ho definito me-
glio la procedura.
Ad oggi esse sono riunite in book di duecento immagini, suddivise per
venti categorie.
In mediazione la mia richiesta è la seguente: “Scelga un’immagine d’arte
che sente possa rappresentarla o rappresentare suoi stati d’animo”. Lascio
che i clienti sfoglino liberamente e senza fretta i cataloghi disponibili.
Il lavoro successivo alla scelta delle immagini, è un lavoro di connessione
tra le immagini scelte, le motivazioni di questa scelta, le emozioni connesse
a quelle immagini, l’immagine in relazione con il sé, con il mondo interno,
con l’inconscio ottico, con le relazioni familiari, col sistema terapeutico.
La connessione avviene per mezzo di domande circolari che pongo come
mediatore, connettendo le informazioni che i clienti mi hanno fornito della
loro storia con i pattern comunicativi che hanno caratterizzato la narrazione e
quanto le immagini scelte suscitano in me, in base alle ipotesi che ho elabo-
rato ed al mio “stare” in mediazione, secondo l’uso del mio Sé, della mia
storia di mediatore e della mia formazione.
➢ Bambino
➢ Casa
➢ Cibo
➢ Coppia
➢ DCA
➢ Famiglia
➢ Fratelli
➢ Genitori
➢ Gioco
➢ Identità di genere
➢ Individuo femminile
➢ Individuo maschile
➢ Lavoro
➢ Madre
➢ Malattia
➢ Morte
➢ Nonni
➢ Padre
➢ Sesso
➢ Vecchiaia
Conclusioni
Come affermato in apertura della presente comunicazione, il canale ver-
bale è spesso più controllabile del canale non verbale, pertanto esso può pre-
sentare elementi superflui e dispersivi che possono creare sia ostacoli, che
una non chiara comprensione del reale problema dei clienti e dei minori
coinvolti nella separazione o nel divorzio.
Per un mediatore osservare è importante tanto quanto ascoltare e, dal con-
fronto tra ciò che egli vede e ciò che sente, nasce una lettura più complessa
della comunicazione in mediazione.
È pertanto importante che il mediatore sia capace di riconoscere le disso-
nanze tra ciò che i clienti dicono, “l’immagine esterna”, e ciò che invece essi
manifestano a livello non verbale, “l’immagine interna”.
Da questa osservazione il mediatore costruisce ipotesi relazionali il cui li-
vello di accuratezza diventerà sempre più evidente con il proseguire della
mediazione e, insieme ai clienti, co-costruisce nuovi scenari relazionali ed
un altro futuro per il legame genitori-figli.
In questo contesto, lavorare con le immagini d’arte consente la costru-
zione e la ricostruzione di un’esperienza attraverso l’attualizzazione e la
drammatizzazione del mondo relazionale interno degli attori coinvolti.
Attraverso le immagini d’arte è stato possibile costruire l’accesso a
questo mondo interno, un mondo non facile da raggiungere e spesso difeso e
mascherato dal canale verbale.
In tale contesto l’immagine d’arte è stata un mezzo per rappresentare le
parti dell’Io e degli altri secondo una prospettiva metaforica.
Le immagini d’arte sono state di grande ausilio in funzione della rela-
zione tra partner e tra clienti e mediatore.
Infine, le feconde ricerche condotte nell’ambito delle neuroscienze nel-
l’ultimo decennio, in particolare da Rizzolatti, Gallese e Sinigaglia, e la sco-
perta dei neuroni specchio hanno ulteriormente confermato l’uso delle im-
magini nella relazione, mostrando come l’intersoggettività e l’empatia, resi
possibili da meccanismi di simulazione incarnata, mediata appunto da neu-
roni specchio, creino condizioni a seguito delle quali la mente di ciascuno “si
sente sentita dalla mente dell’altro” (Siegel, 2001).
L’uso delle immagini d’arte ha consentito in questa prospettiva di oltre-
passare il canale verbale e raggiungere la componente emotivo affettiva e
l’inconscio ottico di ciascuno, favorendo la sintonizzazione emotiva tra
partner e tra di loro ed il mediatore e l’uso del Sé di tutti in funzione del
cambiamento.
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La Fatiga por Compasión en la Práctica
de la Mediación Familiar.
Hipótesis para una investigación
José F. Campos, Josefa Cardona, Ignacio Bolaños
y M. Elena Cuartero - Universidad de las Islas Baleares
Introducción
El presente trabajo pretende sostener las bases para el desarrollo de una
investigación orientada a responder a una pregunta sencilla: ¿el ejercicio de
la mediación provoca un desgaste en el mediador? Siendo así, ¿en que
consiste este desgaste y qué podemos hacer para prevenirlo o paliarlo, en el
mejor de los casos?. Nos interesa especialmente sentar las bases del futuro
trabajo, especialmente para despejar dudas teóricas y terminológicas
relacionadas con el fenómeno del malestar profesional. No nos adentraremos
en el estudio del Síndrome del Profesional Quemado (Burnout) ya que
nuestro interés no se centra en el proceso terminal de una situación de
malestar y desgaste, sino en los mecanismo que provocan el desgaste
vinculado al uso de la empatía, a lo que se ha denominado Compassion
Fatigue o Desgaste por Empatía. Conociendo de qué manera los
profesionales experimentan ese desgaste, será posible articular en un futuro,
los mecanismos de prevención necesarios. Entendemos la mediación familiar
como una de las múltiples formas de ayudar a las familias y a las personas
que atraviesan un conflicto, y consideramos el fenómeno del desgaste por
empatía como una realidad necesaria que comporta riesgos para el mediador,
en la medida que se trabaja con la capacidad de vincularse empáticamente
con todas las personas que viven el conflicto.
Conclusiones
El concepto de Fatiga por Compasión continúa, aun en día, siendo
confuso. La revisión bibliográfica que hemos efectuado en las publicaciones
especializadas relacionadas con el cuidado profesional y la traumatización,
todavía permiten observar una cierta confusión al respecto.
En el transcurso de este trabajo hemos intentado deslindar el concepto de
Fatiga por Compasión de otras formas de desgaste profesional, enfatizando
su elemento más estructurales: la Fatiga por Compasión se desarrolla en
todas aquellas actividades profesionales que se sustenta sobre la base de una
relación de ayuda. A nuestro juicio, este es el punto de anclaje con la práctica
de la Mediación Familiar. Sin embargo, el concepto de Fatiga por
Compasión o Desgaste por Empatía es inexistente en la literatura
internacional especializada en Mediación Familiar.
Este trabajo ha pretendido acercarse al fenómeno del desgaste profesional
inevitable del mediador y proponer las bases para profundizar en el
conocimiento del fenómeno y orientar la investigación futura. Consideramos
que es relevante saber, con la máxima amplitud posible, cuál es el impacto
del desgaste en los mediadores familiares. Así mismo, consideramos
imprescindible conocer, en futuros trabajos, cuáles son los procedimientos
de autocuidado específicos e inespecíficos que los mediadores activan para
contrarrestar el desgaste, con la intención de avanzar en la construcción de
instrumentos de autoevaluación.
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La peor discapacidad es la actitud negativa
Claudia D’Alicandro - CEJUME, General Roca (Argentina)
Introducción
Este análisis parte de asumir cierto desconocimiento que existe respecto
de lo que es e implica la discapacidad, desde antaño rodeada de
concepciones negativas, que sostenían las ideas de negación y dominación.
La visión que se propone en estas líneas tiene una mirada desde la
inclusión y participación social y no desde la vulnerabilidad de las personas
con discapacidad.
Discapacidad que se conforma por el reverso y anverso de una misma
moneda. Por un lado, una cara personal y privada, dado que la misma se da
en algunas personas, haciéndolas ver diferentes; y la otra, porque la
discapacidad es un hecho de trascendencia social.
Esta circunstancia ha sido analizada por diversos modelos explicativos
que han surgido a lo largo del tiempo y han influido en la actuación pública
respecto de ella214.
Así el primer modelo, Tradicionalista, consideraba la discapacidad como
deficiencias del hombre, de carácter inmodificable, contemplando al hombre
con discapacidad como innecesario, por no tener nada que aportar a la
comunidad. El modelo Médico, en cambio, parte de la idea de que a través
de la rehabilitación o normalización de estas personas, ellas pueden
contribuir al desarrollo social, siendo por lo tanto el principal objetivo de
este modelo, la búsqueda de medidas terapéuticas tendientes a eliminar tales
deficiencias.
Desde una visión superadora, el modelo Social considera, en primer
lugar, que la discapacidad nace en razón de la incapacidad de la sociedad de
dar respuesta a las necesidades que surgen de una discapacidad. En un
segundo lugar, enfatiza y sostiene la condición irrevocable de la persona con
discapacidad como ser humano.
Concomitantemente, se desarrolló el modelo de Integración, que propone,
desde una visión muti-direccional y dimensional, la integración de los
niveles biológicos, personales y sociales en los cuales se manifiestan las
discapacidades.
El caso concreto
El Hospital zonal Francisco López Lima ubicado en la ciudad de General
Roca, Provincia de Río Negro, uno de los más importantes al norte de la
Patagonia Argentina, solicitó la apertura de un proceso mediatorio, por
intermedio de la Defensoría Oficial 219, a fin de buscar una solución a un
problema – inicialmente – habitacional, que involucraba a un paciente,
residente del mismo nosocomio por más de dos años y medio, que tenía una
discapacidad motora, auditiva y mental.
Así, al analizar la situación inmediata, veíamos como el paciente había
llegado al hospital como consecuencia de padecer una enfermedad que
implicaba la inflamación del sistema respiratorio – neumonía –, pero que
después de su curación, sus familiares no fueron a buscarlo, a pesar de ya
contar con el alta médica.
Esta persona no contaba con cobertura asistencial alguna, siendo todas
sus necesidades cubiertas por el hospital. La vida de él sufrió una gran
transformación desde su internamiento e incluso mucho después,
desarrollando una faceta social que jamás había tenido, por encontrarse en
un ámbito que le otorgó la confianza y el apoyo necesario para desarrollarse
a sí mismo.
En este punto, fue fundamental el papel de un asistente social que
incentivó su inclusión en el ámbito educacional, alentando al paciente a que
tomara participación en talleres especiales para personas con discapacidad, e
Conclusión
En el desarrollo de todo proceso mediatorio, como mediadores, vemos
transcurrir una serie de etapas, que, sin estar predispuestas de antemano, se
suceden unas a las otras, sin que exista imposibilidad de que se alternen,
inviertan o repitan. Esto se debe, fundamentalmente, al carácter fluido y
constante que tiene este proceso, y este método, en comparación con el
estático proceso judicial.
222 Suma mensual que se liquida por cada hijo con discapacidad que se encuentre
a cargo del trabajador, sin requisito de topes, sin límite de edad y siempre que obre
autorización expresa del ANSES.
223 Beneficio otorgado por el Estado a quienes no han realizado aportes al
Sistema de Previsión Social, y acrediten tener necesidades básicas insatisfechas.
Es esta ductilidad la que le permite a la mediación afrontar problemas con
una capacidad increíble de metamorfosis, ajustándose a la realidad,
cambiante y anómala, y al mismo tiempo, manteniendo una estructura que
permita la confianza, el diálogo el crecimiento mutuo de las partes y la
relación que mantienen entre ellas y para con el resto de la sociedad.
Como operadores del conflicto, debemos en todo momento y lugar,
propiciar y proponer una cultura de la paz, comprometiéndonos, de forma
constante en crear espacios constructivos de soluciones y no de nuevos
enfrentamientos. Y es en esta tarea donde la mirada transformadora adquiere
su diametral importancia.
Ello porque este impulso transformador coloca como epicentro de todo el
problema a las relaciones entre las personas, tanto entre sí como con
instituciones públicas y privadas, en vez de limitarse a analizar solamente el
contenido del conflicto.
Esta nueva tendencia a la pacificación social y a la inclusión del ser
humano en forma íntegra en la sociedad224 – en contra a las tendencias
modernas de alienación, alentada principalmente por las innovaciones
tecnológicas que incentivan la tendencia a la soledad – nos permite enfrentar
y comprender los problemas sociales desde un punto de vista diverso, más
amplio, y por lo tanto, con mayores posibilidades de acción225.
Es envuelta en este marco de ideas revolucionarias en el que este proceso
de mediación tuvo lugar, se enfrentó el planteo del caso concreto de la
mediación, pero intentando desde el inicio de la misma, vaciarse de
percepciones, supuestos y perjuicios que llevarán a acciones concretas y por
lo tanto a hipótesis que impidieran el buen trabajo mediatorio.
Así, a fin de evitar perder la neutralidad, fue necesario desprenderse de
ideas previas y buscar un enfoque nuevo y límpido, libre de prejuicios y pre
concepciones, que pudieran interferir en la visión panorámica del conflicto.
Considerando siempre que la intervención de esta mediadora sería
positiva, se buscó aquellos elementos que, incluso con buena intención,
podían llegar a dificultar, o a imposibilitar, el proceso de mediación y la
búsqueda de una solución a todo el conflicto.
Es así como quedó claramente a la vista la existencia de una situación de
desequilibrio entre las partes 226, como consecuencia lógica e irremediable de
la situación fáctica particular que planteaba este caso en concreto.
Se planteó entonces, para esta parte, un reto de tamaño mayúsculo: por un
lado, vencer los preconceptos y opiniones que uno como persona –
independientemente del papel que uno cumpla en el momento de la
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Introdução
No presente artigo pretende-se refletir sobre a complexidade que chegou
entre nós em todos os ramos da sociedade e a dificuldade de adaptação ao
pensamento complexo é ao enfrentamento do emaranhado de jogo da
atualidade, do infinito das inter-retroações, da solidariedade dos fenômenos
entre elas, as inúmeras incertezas e contradições que nos atingem. Diante da
realidade complexa e necessária deste século, apresentaremos a crise da
jurisdição que está intimamente ligada à crise do Estado Democrático de
Direito e a possibilidade da mediação como perspectiva inovadora de
autocomposição emancipatória e participativa dos cidadãos na gestão de seus
próprios conflitos, por meio de técnica não adversarial.
Sabemos que a prerrogativa constitucional (art. 5º, no inciso XXXV) de
que o Estado não deixará de jurisdicionar sobre lesão ou ameaça de direito
levada ao seu conhecimento e garanta a todos os indivíduos o direito de
acesso à Justiça não tem sido sinônimo de prestação jurisdicional efetiva.
Significa afirmar, em outras palavras, que o Poder Judiciário, embora
sustente um papel ativo na resolução das demandas sociais que são levadas à
sua apreciação, para que a solução seja encontrada, precisa garantir uma
participação mais direta da sociedade, como forma de democratização do
acesso à justiça.
Ainda, o acesso à justiça não se resume apenas à possibilidade de
submeter o conflito, por meio do processo, ao crivo do Poder Judiciário. É
muito mais. É superar o puro instrumentalismo, a formalidade e a
morosidade do Judiciário para assegurar a justiça, ou, segundo uma ótica
mais abrangente e complexa, é dar maior celeridade aos instrumentos e
técnicas existentes e capazes de solucionar os conflitos, sem que o Judiciário
tenha o único protagonismo das decisões. E uma das técnicas capazes de
democratizar o acesso à justiça é, sem dúvida, a mediação.
O modelo tradicional de jurisdição na atualidade apresenta-se como
atividade de monopólio estatal, exercida pelos juízes e esgotada pela
sentença, em função declaratória, impositiva, ineficaz e lenta, apenas
conferindo um direito formal ao cidadão, que é o direito de ação, na maioria
das vezes, insuficiente e insatisfatório.
Diante do panorama de crise jurisdicional, considerada por alguns a
própria crise do Estado, recorre-se à Teoria da complexidade de Edgar Morin
para demonstrar que ordem e desordem e complexidade andam juntas e, ao
mesmo tempo, pode não ser considerada uma crise, mas sim um paradigma
de universo em expansão e que busca o seu alinhamento, ajustando-se as
exigências, os reclamas do multiculturalismo e a necessidade do cidadão de
ser partícipe de sua história.
Neste panorama de transformação e mudanças, o Poder Judiciário não
pode mais ser considerado o único meio de resolução de conflitos, pois não é
capaz de decidir de maneira célere e eficaz os litígios atuais, que são
numerosos e complexos. Tampouco assumir uma posição tradicional de
tutela da justiça, pois justiça tardia não é justiça.
O propósito do presente texto é abarcar o pensamento complexo diante do
parâmetro da superação do paradigma da jurisdição tradicional, tendo em
vista facilitar o acesso à justiça e compreender que as políticas públicas de
resolução amistosa de disputas deve ser cada vez mais uma realidade nos
foros brasileiros para garantir o acesso à justiça.
Como referiu Cappelletti (1988, p.47), “O acesso à justiça não é apenas
um direito social fundamental, crescentemente reconhecido; ele é, também,
necessariamente, o ponto central da moderna processualística. Seu estudo
pressupõe um alargamento e aprofundamento dos objetivos e métodos da
moderna ciência jurídica”.
Analisar o pensamento complexo e enfrentar a complexidade das relações
e dos sistemas dá-nos a noção da necessária mudança de paradigma
estrutural do modelo de Jurisdição tradicional que está desajustado à época.
Não podemos estar cegos e tentar não ver que o modelo hierarquizado,
autoritário e repressivo não atende a uma sociedade multicultural e
humanitária.
A mudança de modelo se efetiva na operacionalização da mediação como
uma oportunidade de construção da cidadania participativa, em que o
diálogo surge como ferramenta capaz de assegurar a participação voluntária
dos envolvidos na resolução pacífica dos seus conflitos. Essa ótica complexa
e voluntária, na qual a figura do mediador aparece como elo facilitador do
diálogo (oralidade), sem imposições (não existência de sentença), sem a
figura da lide (pretensão x resistência), partes processuais (autor e réu),
cultura do litígio, (onde deve haver um ganhador ou perdedor) como ocorre
no processo tradicional, faz parte de um passado de togas pretas, martelo e
autoritarismo impositivo.
Busca-se identificar a complexidade e a tomada de consciência de que
sempre teremos ação e reação, certos e incertos, porém admitir um sistema
aberto que deve ser oferecido com opção, num sentido pela existência de um
caldo cultural, que em toda sociedade pode fecundar contribuições abertas,
flexíveis e não rígidas, com aceite da diversidade, por isso não é estático e
atende ao dinamismo do social.
Numa visão mais humanista e desafiadora sempre existirá o sujeito desta
relação em conflito, os interessados como os protagonistas do conflito,
igualmente personagens principais da busca pela sua resolução. Ou seja,
gestores de suas decisões, sujeitos capazes de buscar a outorga de cidadania,
de dignidade, de autonomia da vontade, numa visão de justiça, moralidade e
liberdade
No presente artigo não pretendemos afastar a jurisdição Estatal necessária
e valiosa, outorgada pelo processo e seus princípios e garantias. Antes,
objetivamos refletir sobre a complexidade das relações sociais, políticas e
econômicas, levando a questionar sobre a difícil forma de flexibilizar,
humanizar e desburocratizar a justiça.
Sabemos que não é fácil admitir tais mudanças, sem dialogar com a
segurança jurídica que se busca nas ações judiciais, mas sabemos também
que se faz necessário modificar o conceito angular, a ideia maciça e
elementar que sustenta toda a construção intelectual e histórica do acesso à
justiça.
Considerações finais
Na busca de compreender as mudanças e o fenômeno complexo de
transformação da jurisdição que ocorreu no decorrer da história, fizemos
algumas reflexões frente à Teoria do pensamento complexo, identificando
que é positivo a existência de ordem, desordem e conflito, sem que isso
tenha a aparência de crise. Porém, diante de uma sociedade multicultura,
complexa e aberta vivencia-se, de todo o lado, a transformação na estrutura e
na construção do paradigma da jurisdição.
O Estado está ciente de seu dever apontado pela prerrogativa
constitucional de que não poderá deixar de jurisdicionar sobre lesão ou
ameaça de direito (art. 5º, no inciso XXXV) levada ao seu conhecimento,
bem como garantir a postulação dos direitos a todos os indivíduos e o direito
de acesso à Justiça. Tal direito, no entanto, não tem sido sinônimo de
prestação jurisdicional efetiva, visto que as demandas judiciais são morosas
e as sentenças, muitas vezes, somente refletem a legalidade e não o direito
clamado entre as partes.
A resolução 125 do CNJ, embasando a política pública de harmonização
do judiciário e sua efetividade, ampliou aos cidadãos o acesso à justiça por
meios autocompositivos, como, por exemplo, a mediação, conciliação e
negociação, que acredita-se que, bem aplicada, de forma responsável, irá
transformar o judiciário num local de harmonização social,
consequentemente, a efetividade do método de resolução dos conflitos e
mostrar-se-á como os cidadãos serão partícipe da decisão e sentir-se-ão
emancipados e empoderados para enfrentar a complexidade dos conflitos
que os afligem.
Quando falamos em crise da jurisdição, entendemos que está intimamente
ligada à crise em que passa o Estado Democrático do Direito. Assim
podemos apontar em três categorias, pois a primeira diz respeito à crise
estrutural, em que sabemos que o judiciário está carente de infraestrutura, de
pessoal, de equipamentos e custos desnecessários devido ao alongamento
das demandas.
A segunda crise é pragmática, que diz respeito ao formalismo exacerbado
utilizado nos rituais e trabalhos forenses, a burocratização de processos e sua
lentidão pelo acúmulo de demandas. Mas a terceira pode ser a mais difícil de
ser solucionada: é a crise subjetiva ou tecnológica, que é a dificuldade dos
profissionais do direito de lidar com novas realidades dos conflitos
contemporâneos, sejam eles individuais ou transindividuais.
Nota-se que as necessidades sociais, o conteúdo das demandas e os
sujeitos envolvidos atingiram proporções significativas. Contudo, o Estado
ainda possui os mesmos instrumentos do século passado, ou seja, a utilização
da jurisdição tradicional através de um processo embasado no formalismo,
na lógica do ganha e perde, bem como ao final, uma resposta denominada de
sentença amparada na legalidade positivista.
Ao apontar a crise da jurisdição estatal estamos falando também em crise
do direito e da justiça. Por isso, o Estado deve buscar alternativas ao cidadão
para que possa aproximar-se do objetivo esperado pela sociedade plural,
afetiva, multicultural que vive na coletividade e deseja que assegure e
garanta a sua individualidade.
A jurisdição estatal deve ser reinventada. Mantendo-se as garantias
constitucionais, deve permitir ao indivíduo formas autônomas de resolução
de conflitos, criar oportunidade de opção na esfera estatal heterônoma e dar
oportunidade à forma autônoma de tratamento do conflito, incentivando a
mediação e divulgando o instituto na sua essência por meio do CNJ e suas
políticas públicas.
Far-se-á necessário realizar capacitações aos mediadores com o intuito de
aplicar tal método de tratar o conflito como fenômeno natural, e assim seja
entendido na forma positiva, com intuito de buscar a paz, o entendimento, a
solução, a compreensão, a felicidade, o afeto, o crescimento, o ganho e a
aproximação das partes, bem como afastando o modo tradicional de pensar
jurídico-formalista que conduzem a prática de ganhar e perder das
demandas.
A vantagem de realizar técnicas autocompositivas de resolução de
conflitos autoriza as partes a dialogar e compreender comportamentos,
analisar intenções, buscar soluções e gerir suas próprias emoções de forma
construtiva.
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Prima della scrittura: “Giochiamo al teatro...
giocare vuole dire misurarsi con se stessi
e con gli altri per aprirsi al cambiamento
e alla trasformazione”
Franca Fioravanti Romei - Teatro delle Nuvole
➢ “Il mio naso ride, è mobile, non c’è morte nel mio viso, c’è un sor-
riso.... Libertà di volare con i piedi come rondini che camminano li-
bere”;
➢ “Finalmente ridere a crepapelle rotolandomi nell’aria”;
➢ “L’oro del sorriso, l’oro del domani, l’oro della nascita, l’oro di un
altro tempo”;
➢ “Acqua che scorre e disseta, e sostiene e accarezza è sorella e
madre”;
➢ “Sogno: ognuno ha un sogno, come la luce della sera, portarci
avanti, avanti e arrivare a destinazione”;
➢ “Día lluvioso. Duda en mi mente. Amigo, gran amigo, gran regalo.
Camisa negra, Corazón blanco, Mente clara. Camino nuevo”;
➢ “..Qui vivono tutte le parole che avrei volute dirle e non ci sono riu-
scita...”;
➢ “..Posso scrivere le parole con le quali narrare il filo rosso della mia
vita...”;
➢ “Mi fa sentire a casa, più vicina alle mie radici”;
➢ “...Dentro di te questa storia si vuole raccontare...”;
➢ “Responsabilità è la via che può riportare verso la luce di una Fami-
glia Sociale”;
➢ “Indossarti significa aver raggiunto il traguardo”;
➢ “Dono... Questo piccolo oggetto fa parte del grande mistero dell’uni-
verso, ...di mano in mano genera relazioni”;
➢ “...Volare... guarire”:
➢ “La fede nuziale di mia Nonna...”.
Conclusioni
Luca Borzani - Presidente Palazzo Ducale Fondazione
per la Cultura Genova
Presentazione 7
Colpi di timone 9
Golpes de timón 19