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CEREALIAS O RITO A CERES

TODA LA MASA Y SUSTANCIA DE LA TIERRA, SE DEDICABA AL PADRE DIS (ES DECIR,


DIVES, ‘EL RICO’, Y ASÍ EN GRIEGO PLUTÓN), PORQUE TODAS LAS COSAS VUELVEN A
CAER EN LA TIERRA Y TAMBIÉN SURGEN DE LA TIERRA. SE DICE QUE SE CASÓ CON
PROSERPINA (EN REALIDAD UN NOMBRE GRIEGO, YA QUE ES LA MISMA QUE LA
DIOSA LLAMADA PERSÉFONE EN GRIEGO); SE CREE QUE REPRESENTA LA SEMILLA
DEL GRANO, Y SE FABULA QUE FUE ESCONDIDA Y BUSCADA POR SU MADRE. LA
MADRE ES CERES.

Cicerón, ‘De Natura Deorum’, 2.16 (trans. Rackham).

Las Cerealias, en la religión de la Antigua Roma, eran las mayores fiestas celebradas en
honor de la diosa del grano Ceres. Se llevaban a cabo durante siete días, de mediados a
finales de abril, aunque las fechas exactas son inciertas.
Como parte integral de estas fiestas, se celebraban los Ludi Cereales o "Juegos de Ceres" en
el Circo Máximo. Ovidio menciona que la búsqueda de Ceres a su hija perdida, Proserpina
estaba representada por mujeres con blancos vestidos, que marchaban con antorchas
encendidas. Las fiestas incluían ludi circenses, "juegos de circo", que se abrían con una
carrera de carros en el Circo Máximo.
Después de alrededor del 175 a. C., las Cerealias incluyeron ludi scaenici, representaciones
teatrales, que tenían lugar entre el 12 y el 18 de abril. Al edil plebeyo Cayo Memmio se le
atribuye la primera puesta en escena de estos ludi scaenici. También se distribuyó una nueva
moneda conmemorativa, un denario en honor de este evento. Sus innovaciones le llevaron a
afirmar que había presentado "las primeras Cerealias".

Mientras que los cultos griegos habían sido en gran medida sombríos y secretos, sin
embargo, el culto romano a Ceres y Proserpina como diosas de la muerte formaba parte de
la religión oficial del estado.
El culto oficial a Ceres tenía dos formas distintas, al igual que la creencia en Grecia.
En su templo oficial de la colina del Aventino, Ceres era la diosa de la clase plebeya.
Representaba a los campesinos y a otros que dependían del grano y a menudo servía como
punto de referencia para la identidad de clase.
Este culto celebraba la principal fiesta de Ceres en Roma, la Cerealia, y patrocinaba sus
juegos y representaciones. Este culto consideraba a Ceres como la madre de Libera, la diosa
del vino y la fruta.
Sin embargo, Sicilia se convirtió en el centro de los ritos griegos de la diosa. La historia del
rapto y regreso de Proserpina desde el inframundo se contaba para ilustrar la conexión
mística entre la tierra de la muerte y el crecimiento de la vida.
Bajo la propia ciudad de Roma, algunas personas creían poder acceder al mundus cerialus, o
mundo de Ceres. Esta fosa subterránea se abría tres veces al año para permitir una conexión
entre Roma y el inframundo.
Los adoradores creían que los espíritus de los muertos podían salir a través del mundus
cerialus para visitar a los vivos. Se lanzaban ofrendas de grano a la fosa para llegar al
inframundo.
Esta tradición celebraba a Ceres como mediadora entre el mundo de los vivos, dónde hacía
crecer el grano en verano, y la tierra de los muertos, donde su hija gobernaba como reina
durante el invierno. Sin embargo, algunos historiadores creen que puede haber servido para
un propósito anterior.

El festival dedicado a Ceres, Cerealia, tenía lugar hacía la mitad del mes de abril y era
presidido por los ediles por ser una fiesta de origen plebeyo. Las mujeres solían vestir de
blanco y en la ciudad de Roma se incluían juegos escénicos y otras actividades que no se
daban en el campo.

"Ahora es el Festival de Ceres. No necesitamos que nadie nos revele la causa. De suyo se
hace patente el don y los servicios de la diosa. El pan de los primeros hombres eran las
hierbas verdes, que ofrecía la tierra sin que nadie lo exigiese: y ya echaban mano de la
hierba viva del césped, ya eran un festín las copas de los arboles con sus tiernas hojas.
Conviene que ofrezcáis a la diosa la espelta y el honor de la sal que chisporrotea, y granos de
incienso en los viejos
fuegos; y, si falta el incienso, prended teas untadas: a la buena Ceres le gustan las cosas
pequeñas, con tal de que sean puras. Apartad los cuchillos del buey, oficiantes de túnica
arremangada: que el buey labre; sacrificad a la marrana holgazana." (Ovidio, Fastos, IV)

"Pero, ante todo, da culto a los dioses y cumple cada año el rito a la gran Ceres oficiando
sobre la lozana hierba, cuando ha tocado a su fin el largo invierno, entrada ya la serena
primavera. En esta época están gordos los corderos y los vinos entonces se enmollecen,
entonces el sueño es dulce y en las montañas la sombra espesa. Que la campesina mocedad
se te una a ti para adorar a Ceres, en cuyo honor exprime los panales de miel en leche y vino
dulce y por tres veces que la víctima propicia vaya en procesión alrededor de las mieses
nuevas, que la acompañen con regocijo la gente y el coro entero y con gritos llamen a Ceres
a sus casas y que nadie meta la hoz en las espigas sazonadas, antes de que, en honor de
Ceres, ceñida la frente con corona de encina, dance en desordenados movimientos y
pronuncie los himnos de ritual." (Geórgicas, I, 338)
Comienza la procesión hacia el templo de Ceres, donde se colocará un
pequeño altar donde se alzará la diosa Ceres, a modo de estatua.

En cabeza la procesión el Flamen cerealis, el sacerdote que va a oficiar la


ceremonia.
El resto de asistentes lo siguen llevando diferentes ofrendas: pan, manzanas,
granada, calabaza, un cerdo.
Una vez entregadas, habla el sacerdote:

SACERDOTE:

“Oh diosa Ceres, de hermosa cabellera, madre inventora de las mieses, que en la
alegría de encontrar de nuevo a tu hija enseñaste a los hombres a dejar como pasto
de animales la antigua bellota, para comer alimentos más agradables.
Oh diosa de dorados cabellos que te alegras con la paz y con la proximidad de tu
hija.
Oh reina del cielo que acompañada por tus doce sacerdotes cuidas las cosechas de
los hombres, con el corazón lleno de gozo y alegría, os doy gracias.
Salud, diosa, y conserva a esta ciudad en la prosperidad y en la concordia; haz que
la tierra toda sea fértil; alimenta a los bueyes, danos frutos, danos espigas y
cosechas. Alimenta también la paz, para que pueda segar aquel que aró.Séme
propicia, oh tú, la invocada tres veces, omnipotente entre las diosas”

Es el momento del festín en honor de la diosa.

La procesión lleva ahora al circo, donde se realizan los ludi circenses y las
representaciones teatrales.
En este caso se va a representar el mito de Ceres, Proserpina y Plutón y del origen
de las estaciones.

NARRADOR 1: Aquí veis, jóvenes mortales, a la hermosa ninfa Proserpina, hija de


la diosa Ceres, recogiendo flores. Pero ¡oh! ¿Quién es aquel que escondido tras la
maleza lo observa? ¡No es otro que Plutón, dios del inframundo!

PLUTÓN: Oh, hermosa sobrina, Deméter, no hay ninfa más bella sobre la faz de la
Tierra. Acompáñame y te haré reina del inframundo.

PROSERPINA: ¿Pero qué dirá mi madre, tu hermana? Nunca podría perdonarme


que la abandonara.

PLUTÓN: Tranquila, tengo un plan. (La coge y se la lleva al Inframundo. Salen)


CERES: ¡Proserpina! ¿Dónde estás? (La busca por toda la zona. Después de varias
vueltas por el espacio, buscando, pregunta al público) ¿Está aquí? ¿La habéis
visto?

NARRADOR 2: Y estuvo buscándola meses y meses y durante ese tiempo,


descuidó la tierra.

LYDIA: (Abrazándose a Javiy con voz desesperada) Y la tierra se secó y dejó de dar
su fruto. ¡Fue terrible!

JAVI. ¡Casi morimos de hambre en esos meses!

NARRADOR 1: Por suerte, el gran Júpiter intervino en la situación, pues sabía que
había sido su hermano Plutón el responsable de todo este desastre. Y le pidió que
devolviera a Proserpina a su madre. Y este accedió.

PLUTÓN: (Solemne) De acuerdo. Pero con la condición de que Proserpina no coma


nada hasta que salga de su reino.

NARRADOR 2: (Pícaro) Pero el astuto Plutón tenía una trampa preparada…

(Plutón esconde cuatro granos de Granada en la mano de su amada)

PROSERPINA: Me dio estos granos de granada, fruta que simboliza la fidelidad


conyugal… Y yo me los comí.

(Proserpina se separa de Plutón y se abraza a su madre)

PLUTÓN: (Acusador) Ella no ha respetado el trato. ¡Ha comido antes de salir del
Inframundo!

NARRADOR 1: Los dioses tuvieron que reunirse para decidir qué hacer. Y tomaron
una resolución.

NARRADOR 2: Proserpina pasará 8 meses con su madre en el exterior y los cuatro


meses restantes en el Inframundo con Plutón.

CERES: Cuando mi hija no está conmigo son los cuatro meses de invierno, cuando
la tierra no produce. (Pasa de un estado de ánimo abatido a la felicidad más
absoluta) Pero cuando ella regresa conmigo, renace la tierra, reverdecen los
campos y la primavera aparece.
SACERDOTE: Y es por eso que celebramos las Cerealia en estas fechas, para
celebrar con nuestra amada Ceres el regreso de Proserpina y ¡la llegada de la
primavera!

TODOS: Bona Cerealia!


PLURINAM SALUTEM!

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