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Spazi di riflessione
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Direttore Comitato di redazione
Olimpia Niglio Giuseppe de Giovanni
Hokkaido University Università degli Studi di Palermo
Marzia Marandola
Comitato scientifico Sapienza Università di Roma
Roberto Goycoolea Prado
Universidad de Alacalà,Madrid, España Mabel Matamoros Tuma
Instituto Superior Politécnico José a. Echeverría, La
Taisuke Kuroda Habana, Cuba
Kanto Gakuin University, Yokohama, Japan
Alessio Pipinato
Rubén Hernández Molina Università degli Studi di Padova
Universidad Nacional, Bogotá, Colombia
Bruno Pelucca
Giovanni Multari Università degli Studi di Firenze
Università degli Studi di Napoi Federico II
Chiara Visentin
Alberto Parducci Università IUAV di Venezia
Università degli Studi di Perugia
Massimiliano Savorra
Università degli Studi del Molise
Cesare Sposito
Università degli Studi di Palermo
Karin Templin
University of Cambridge, Cambridge, UK
EdA – Collana editoriale internazionale con obbligo del Peer review (SSD A08 – Ingegneria
Civile e Architettura), in ottemperanza alle direttive del Consiglio Universitario Nazionale
(CUN), dell’Agenzia Nazionale del sistema Universitario e della Ricerca (ANVUR) e della
Valutazione Qualità della Ricerca (VQR). Peer Review per conto della Direzione o di un
membro della Redazione e di un Esperto Esterno (clear peer review).
ESEMPI DI ARCHITETTURA
… È probabilmente vero, in linea di massima, che nella storia del pensiero umano gli
sviluppi più fruttuosi si verificano spesso nei punti d’interferenza tra diverse linee di
pensiero. Queste linee possono avere le loro radici in parti assolutamente diverse della
cultura umana, in diversi tempi ed in ambienti culturali diversi o di diverse tradizioni
religiose; perciò, se esse veramente si incontrano, cioè, se vengono a trovarsi in rapporti
sufficientemente stretti da dare origine ad un’effettiva interazione, si può allora sperare
che possano seguire nuovi ed interessanti sviluppi.
Spazi di riflessione
isbn
979–12–5994–390–3
prima edizione
ROMA 6 settembre 2021
ARCHITETTI E ARTISTI
NELLA DIASPORA ITALIANA
IN AMERICA LATINA
DIPLOMAZIA CULTURALE IN AZIONE
ARQUITECTOS Y ARTISTAS
EN LA DIÁSPORA ITALIANA
EN LATINOAMÉRICA
DIPLOMACIA CULTURAL EN ACCIÓN
a cura di / editado por
contributi di / contribuciones de
LUZ DEL ROCÍO BERMÚDEZ HERNÁNDEZ, VALERIA BORTOLETTO, MARTÍN CHECA-ARTASU
INÉS DEL PINO MARTÍNEZ, JOSÉ FRANCISCO GÓMEZ COUTIÑO, LUIS GÓMEZ MATA, BRUNNA HEINE
ETHEL HERRERA MORENO, FABIÁN H. ILORO, CONSTANZA MAZZOTTI, HUMBERTO MAZZOTTI
GRACIELA A. MOLINARI, FRANCISCO JAVIER NAVARRO JIMÉNEZ, OLIMPIA NIGLIO, MIRTHA PALLARÉS TORRES
M. EUGENIA PALLARÉS TORRES, WILLIAM PASUY ARCINIEGAS, STEFANIA TUZI, LUIS P. TRAVERSA
INDÍCE
OLIMPIA NIGLIO
Memorie Italiane nel Continente Latino-Americano
17
SOBRE ARQUITECTOS
7
8 IndIce
STEFANIA TUZI
Mario Palanti: architecture between art
and science in Buenos Aires
in the first half of the Twentieth Century
149
BRUNNA HEINE
Modernity and Remembrance in the Tomb Art
and Architecture ff Lina Bo Bardi
205
MARTÍN CHECA-ARTASU
Los Escultores Ugo y Darío Luisi En América:
La Internacionalización del Negocio
del Mármol a través de sucursales
317
VALERIA BORTOLETTO
Nazareno Orlandi y Francisco Parisi
Relatos disímiles para dos trayectorias artísticas
349
MARTÍN CHECA-ARTASU
Escultores y Marmolistas Italianos en
La Ciudad De México en el Primer Tercio del Siglo XX
Un Recuento Biográfico
373
AUTORES
481
México
Colombia
Ecuador
Brasil
Chile
Argentina
SOBRE ARQUITECTOS
ECUADOR
Architetti e Artisti nella Diaspora Italiana in America Latina / Arquitectos y Artistas en la Diáspora Italiana en Latinoamérica
ISBN 979-12-5994-390-3
DOI 10.53136/97912599439034
pp. 48-91 (settembre 2021)
The first part the article relates the presence of Italian engineers and architects that had arrived
to Ecuador in the first half of the XX century. Their presence contributed to change the city
image in Guayaquil, Quito and Riobamba with the application of Academicist principles in art
and architecture.
The second part presents a selection of the most relevant work of five Italian architects that
imprinted a new urban image in Quito: Lorenzo and Francisco During; Antonino and Paolo
Russo. From 65 buildings bearing their names, all can be attributed to the Academics influence,
almost all of them located in the colonial downtown of Quito.
Finally, as a contrast to the work of the first generation of migrant architects, the article briefly
describes the works of Giovanni Rota who, incorporated technological and architectural
innovations. Rota´s and other architects works initiated the path to the Modern Style in Quito.
One of the intentions of this article is to show the contribution of the Italian architects and
engineers in local society: the opportunity to develop new architectural and urban proposals
and show a new image of a renovated city entering a new century. The application of the
principles of Academicism in architecture allowed the formation of new construction workers
and application of new building technologies.
Most of the professionals above mentioned had a Beaux Arts education with a stress in
architecture, other in engineering and the latter with a mix in architecture and engineering as
Giovanni Rota. Their professional works reflect their educational formation: the artist-architect,
the engineering-specialist, and the confluence of both.
Introducción
Como antecedente, hacia 1850 veintisiete millones de personas salieron de Italia con
destino a Estados Unidos y luego a Argentina, Brasil y Chile. Según Oreste Grossi, la
emigración fue el resultado de una protesta masiva y silenciosa debida a varios
factores: encarecimiento de la tierra y suelos pobres para el cultivo, una estructura
agraria anticuada, control social y económico por parte de una reducida elite
económica, crecimiento de la población y el desempleo (Grossi, 1976).
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La movilidad italiana hacia América se produjo por vía marítima, los viajeros
partieron generalmente desde el puerto de Génova y llegaron al puerto de Ellis Island
en los Estados Unidos, en donde eran sometidos a la revisión de documentos, un
examen médico y el denominado Literacy test que impedía el ingreso de analfabetos. En
América del Sur los requisitos fueron menos rigurosos, la mayoría encontró refugio en
Brasil, Argentina y otros cruzaron el Estrecho de Magallanes hasta llegar a las costas de
Chile, Perú o Ecuador, siendo Guayaquil uno de los puertos de entrada en Sudamérica.
En medio de circunstancias adversas para la mayoría, los artistas tuvieron menores
restricciones para el ingreso a los Estados Unidos. En el resto de los países fueron
bienvenidos y en corto tiempo se ganaron la simpatía de las élites sociales. Se podría
decir que el dominio del arte académico fue la carta de presentación que hizo posible la
inserción de artistas y arquitectos en los países de acogida, indicador positivo de
inclusión social y al mismo tiempo un producto de exportación cultural valorado por la
sociedad culta latinoamericana que se esforzaba por parecer cosmopolita, y un
indicador cualitativo de modernidad en las repúblicas recién formadas.
Una vez en América se movilizaron por varios países y se quedaron en donde
encontraron oportunidades de trabajo. A manera de ejemplo, un grupo de trabajadores
italianos provenientes de Centroamérica llegó a Ecuador en 1900 en calidad de obreros
para participar en la construcción del ferrocarril del Sur, una vez concluido el contrato
la mayoría regresó a su país de origen con algún ahorro (Aliprandi, Ermeregildo,
Martini, Virgilio, 1933, pag 232). La movilidad de profesionales y técnicos y la
disposición para adecuarse a condiciones distintas de vida es recurrente como ilustra la
trayectoria de los arquitectos Lucca y Natale Tormen, oriundos de Belluno: emigraron
hacia Estados Unidos en 1900 para encontrarse con su hermano Atilio, residente en
dicho país; luego viajaron a Ecuador para radicarse en Riobamba. Años más tarde
Atilio Tormen llegó a Ecuador en donde permaneció por unos años trabajando como
constructor junto con sus hermanos, posteriormente viajó a Colombia para integrarse al
proyecto de construcción de la catedral de Manizales con el ingeniero italiano
Giancarlo Bonarda quien previamente había vivido en Guayaquil, en donde realizó
varias obras civiles. Es decir, para ellos, América fue una unidad, un enorme país.
La movilidad y el desarraigo no eliminó la relación con el país de origen, por el
contrario, los arquitectos, ingenieros, comerciantes y artistas establecidos en Ecuador
crearon fuertes lazos de colaboración y amistad con talladores en mármol y técnicos en
fundición; talleres mecánicos, empresas exportadoras de materiales de construcción y
venta por catálogo para la decoración, dibujo y pintura; colaboración con artistas
residentes en Italia, Argentina o Perú quienes atendían pedidos para la construcción, el
diseño y la producción de esculturas, partes de monumentos que luego se
ensamblaban en el lugar de destino. De esta manera se constituyeron relaciones
solidarias y reciprocas; redes sociales, comerciales, familiares, laborales y de amistad
entre América e Italia.
En Ecuador, al igual que en otros países de acogida se crearon organizaciones de
apoyo social como la Societá di Beneficenza per gli Italiani “Garibaldi” que apoyó la
inserción laboral, social y económica a los recién llegados. Su fundación en Ecuador fue
ITALIANOS EN LA ARQUITECTURA DE ECUADOR. ALGUNOS APUNTES 51
el 24 de junio de 1882. Guayaquil tuvo la colonia italiana más grande con 109 personas.
La sociedad creó un fondo común para préstamos destinados a coterráneos que a su
arribo no tenían empleo o para quienes querían emprender un negocio. De este modo,
la Societá se convirtió en el punto de encuentro de italianos residentes en Ecuador.
Según Lorenzo Durini la decisión de establecerse en Ecuador fue la percepción de un
país tranquilo y en donde había mucho por hacer. Para Ermenegildo Aliprandi, editor
del Anuario Ecuatoriano (1930 – 1937), una guía comercial de productos ecuatorianos e
italianos distribuida bajo suscripción de los interesados a cambio de publicidad, este
medio fue efectivo para la difusión de Ecuador e Italia en el extranjero ya que eran
consultadas en oficinas comerciales, barcos y ferrocarriles. El Anuario produjo luego
guías similares en Colombia y Venezuela con anuncios traducidos al italiano, francés y
alemán.
Uno de los artículos escritos por el Cav. Riccardo Descalzi en el Anuario de 1933
resalta la relación de respeto y simpatía mutua entre Ecuador e Italia. Destaca el
espíritu de los miembros de la colonia italiana de Guayaquil en los siguientes términos:
Durini & Hijos. Acaban de recibir: arañas de metal para luz eléctrica, géneros para
forrar muebles, persianas pintadas, gran surtido de papel tapiz, tazas y llaves para
1 El material documental y fotográfico del Museo de la Ciudad de Quito denominado “Fondo Durini”
consta de 1.632 fichas con documentos personales de Lorenzo y Francisco Durini, ambos arquitectos y
empresarios. El fondo lo conforman cartas, telegramas, fotografías, planos, dibujos, acuarelas y proyectos,
bocetos y anteproyectos, unos realizados y otros no, delineados con diferentes técnicas.
52 INÉS DEL PINO MARTÍNEZ
laboratorio, útiles para dibujantes por pliegos y rollos, albums para tarjetas
postales, útiles de esgrima, pintura blanca, aceite de linaza y aguarraz, pinceles y
brochas, cemento y carburo de calcio (El Comercio, 1906, pág. 2)
obstante, el hecho jurídico nacional se dio en 1830. El país celebra el inicio y el final de
este proceso y cada ciudad capital de provincia su independencia local.
La arquitectura y el monumento conmemorativo fueron los portadores del mensaje
de la República independiente, expresada en el espacio público con la transformación
de las plazas en parques en todo el país. Este mensaje visual, fue complementado con
las obras públicas de saneamiento urbano, transporte motorizado, iluminación. El
cambio en el estilo de vida no se refiere únicamente a la tecnología aplicada en la
construcción, al confort arquitectónico y al mejoramiento de servicios básicos, sino
también a la ampliación de la oferta de espacios de entretenimiento, como el cine,
novedades gastronómicas, y en la moda, espacios destinados a eventos sociales y
culturales, aspecto en el que se destaca Bartolomeo Sghirla quien transformó la vida
social de Riobamba.
La casa de herencia virreinal, en particular de Quito, mantiene la estructura
funcional del patio interior, pero adecúa la fachada al nuevo orden, ya sea porque las
ordenanzas lo exigen, por el ensanche de vías o para mostrar como fachada un palacio
con aire italiano: se recortan los aleros, se adorna la fachada con cornisas, molduras y
barandas decorativas de hierro en los balcones, tomando como referente las
construidas por Francisco Durini o Antonino Russo. Esta tendencia se presenta en las
calles principales del centro de la ciudad entre 1910 y 1950. En tanto que en Guayaquil
aparecen los edificios compactos en altura con ascensor, y un portal exterior que evoca
la arquitectura tradicional, elaborado con nuevos materiales.
La participación de arquitectos e ingenieros italianos, y ecuatorianos formados en el
exterior hicieron presencia en la formación y dirección de las facultades de arquitectura
en el país, y desde allí la tecnología del hormigón armado y la arquitectura moderna se
difundió en la ciudad; primero en Guayaquil y luego en Quito, lo que representó una
ruptura importante con los métodos tradicionales de diseño y construcción heredadas
de las escuelas de Bellas Artes. El cambio se radicalizó en las décadas posteriores a
1950. La escultura y la práctica del mural, incorporada al espacio arquitectónico
moderno y al espacio público, produjeron una expresión de identidad local en las obras
modernas.
Guayaquil para la reconstrucción de la ciudad luego del Gran Incendio. Su propuesta no fue aprobada. En
1897 proyectó el edificio de la Sociedad Italiana Garibaldi, que lo concluyó al año siguiente.
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3 Rocco Queirolo Pinasco, arquitecto genovés, llegó a Guayaquil en 1881. Fue contratado como Arquitecto
del Municipio. En 1882 asumió la dirección de la construcción de la base del monumento a Simón Bolívar
y la colocación de las rejas del Parque Seminario. A nivel urbano, su primer trabajo como Arquitecto del
Municipio, fue el desecamiento del Estero de San Carlos y el diseño de la Avenida Olmedo sobre este
lugar. En 1886, desarrolló el proyecto de la Cárcel Pública Municipal, éste fue edificado con muros
portantes de ladrillo y cemento y pisos de madera. En el Gran Incendio de 1896, fue parcialmente afectado
por lo que fue reconstruido con losas de pisos de hormigón armado entre 1902 y 1905 por el ingeniero
venezolano Francisco Manrique (Del Pino, 2010).
4 Francesco Simeone Maccaferri Colli (1897-1973) Nació en la ciudad de Cilavegna, Italia el 18 de febrero
de 1897. Realizó estudios de arquitectura en la Real Academia de Bellas Artes de Milán entre 1914 y 1916,
y entre 1920 y 1921. En 1922, se graduó de Profesor de Dibujo en el Real Instituto de Bellas Artes de
Bolonia. Entre 1917 y 1919, en la colonia italiana de Abisinia desarrolló diferentes proyectos de
arquitectura: el Palacio de Mando y el Círculo de Oficiales en Senafé (Eritrea); el proyecto de un teatro en
Asmara (Eritrea); y proyectos y construcciones varias en Asmara, Massaua y Senafé (Eritrea). En 1922,
ganó el concurso de proyectos para el Palacio Municipal de Guayaquil. Al año siguiente, la Compañía
Italiana de Construcciones lo contrató para la dirección y asistencia artística en la construcción del
proyecto por lo que se trasladó al Ecuador. En 1927 abrió su oficina de construcción y diseño bajo el
nombre de “Oficina técnica y artística de proyectos y construcciones”, donde desarrolló diferentes
proyectos particulares Luego de un trágico incidente, consecuencia del terremoto que afectó a Guayaquil
en 1942, el Edificio Cucalón de su autoría sufrió serios daños, lo que motivó su retiró de la profesión de
arquitecto. Falleció en Guayaquil el 28 de marzo de 1973. Fuente: (Del Pino, 2010, pág 64, 164, 166).
ITALIANOS EN LA ARQUITECTURA DE ECUADOR. ALGUNOS APUNTES 55
Fig 1. Palacio Municipal de Guayaquil, tomado de: “Dos años de actividad italiana en Guayaquil
(Ecuador). Febrero 1923 – febrero 1925”, E. Berarde, Milán, 1925 [Biblioteca Aurelio Espinosa Polit]
Entre 1920 y 1950 la ciudad cobró una imagen renovada: edificios modernos en
altura, un malecón seguro con espacios públicos para el paseo. Como se dijo antes, la
construcción moderna mantuvo el portal, un elemento arquitectónico y urbano a la
vez, de origen colonial que siguió cumpliendo la función de proporcionar sombra y
aplacar el calor, o la incomodidad de la lluvia. Los portales modernos se construyeron
en hormigón, cambió la proporción en altura y el tipo de columna, éstos conformaron
circuitos peatonales en el centro de la ciudad. Aparecieron algunas comodidades
tecnológicas tanto en los edificios públicos como en los privados con el ascensor,
almacenes con escaleras eléctricas, ciudadelas y casas particulares con amplios jardines,
todo esto contribuyó a un nuevo modo de vivir.
Al mismo tiempo, se crearon empresas constructoras, la más importante fue la
“Empresa Italiana de construcciones” (1921 – 1941) que en alianza con la Sociedad
Bancaria Chimborazo y la empresa de “Cemento Chimborazo” hicieron posible a
fabricación local de cemento5 que permitió alcanzar la eficiencia y eficacia en las obras
ya que la importación resultaba costosa, la materia básica estaba en permanente riesgo
porque la humedad de los barcos podía echar a perder el producto o el retraso de los
envíos. Colaboradores de la empresa constructora fueron: Giovanni Lignarolo6 y
5 “1924. se comienza a fabricar el cemento Cóndor” (Benavides, 1995, pág. 38), sin embargo, hubo otras
empresas productoras de cemento utilizado para la fabricación de tubos de cemento desde 1902.
6 Giovanni Lignarolo, ingeniero. Llegó a Ecuador en 1921. Entre ese año y 1942 trabajó para la Compañía
Italiana de Construcciones. Dirigió proyectos de gran importancia como el Palacio Municipal y residencias
particulares. A partir de 1925 se estableció en la ciudad de Cali, Colombia, donde se convirtió en uno de
los referentes de la arquitectura academicista como el Palacio Nacional de Cali, declarado Monumento
56 INÉS DEL PINO MARTÍNEZ
Nacional de Colombia en 1977 y el Gran Hotel en Buenaventura, Colombia, realizado en 1928 (Compte,
2009).
7 Arnaldo Ruffilli (?-1957) Ingeniero nacido en Forli, Italia. En 1924 llegó a Guayaquil para ocupar la
Gerencia y Dirección Técnica de la Compañía Italiana de Construcciones, hasta 1937; posteriormente, con
Emilio Ginatta Hidalgo y Julio Estrada Ycaza conformaron la Compañía General de Construcciones, en
actividad hasta enero de 1943, año en que se disolvió la empresa tras la separación de Ruffilli al constar en
la “Lista Negra” por sus actividades políticas vinculadas al movimiento fascista en el Ecuador. Fue uno de
los primeros profesores de Ingeniería Civil de la Universidad de Guayaquil donde dictaba las cátedras de
Hormigón Armado y Estabilidad de Construcciones; además fue el creador del Instituto de Mecánica de
Suelos. En 1949 la Universidad de Guayaquil publicó su obra Lecciones de Estructuras; al año siguiente
retornó a Italia. Falleció en 1957.
8 Paolo Russo Scudieri (1885-1971) Arquitecto. Nació en Grammichele, Sicilia, el 21 de julio de 1885.
Italia. Llegó al Ecuador en 1921 enviado por la compañía IDEM (Italiana di Edificazione de Milano), donde
colaboró como constructor. Posteriormente, en la Compañía Italiana de Construcciones, a las órdenes del
ingeniero Arnaldo Ruffilli trabajó en el edificio del Dr. Izquieta Pérez, los Garajes España y la residencia de
Víctor Manuel Janer, proyectos del arquitecto Francesco Maccaferri. Entre 1922 y 1923 dirigió la
construcción del Mercado Central, junto con el ingeniero Oscar Battaglia (Del Pino, 2010).
ITALIANOS EN LA ARQUITECTURA DE ECUADOR. ALGUNOS APUNTES 57
10Carlo Cattani Squiari (1875-1951). Constructor. Nació en Carrara. Viajó de Italia a América Central y se
estableció en Guatemala cuando tenía veinte años (1895). Llegó a Ecuador en 1899 y se integró a la obra de
construcción del Ferrocarril del Sur, donde desaempeñó un papel importante en la construcción de bases
para los puentes del tramo Bucay-Alausí. Fue el constructor de varios túneles y bases de puentes del
ferrocarril, siendo los más importantes el de Shucos y el puente Negro sobre la quebrada de Aipan, al
ingreso de Alausí. Tuvo una propiedad en Bucay donde cultivó caña de azúcar y banano, y construyó un
hotel en el lugar. Sus descendientes viven actualmente en Alausí y Guayaquil (Estrada, 1993, pág. 92).
58 INÉS DEL PINO MARTÍNEZ
11 Luca Tormen (1873-1950) y Natale Tormen (1890-1958). Arquitectos y constructores oriundos de Belluno,
ciudad del noreste de Italia. Sus padres fueron Pasquale Tormen y Agata de Salvatore. A comienzos del
siglo XX Luca viajó a Estados Unidos donde tenía familiares, pero al poco tiempo se dirige a Ecuador y se
radica en Riobamba. Posteriormente lo alcanza Natale. En Riobamba forman sus familias: Luca se casó con
Teresa Paz y Miño y Natale con María Luisa Galliani. Uno de los hermanos residentes en Estados Unidos,
Atillio Tormen, visita a sus hermanos en Ecuador y luego se conoce que acompañó a Giancarlo Bonarda a
Manizales, donde colaboró en el remate de la iglesia catedral de esa ciudad.
ITALIANOS EN LA ARQUITECTURA DE ECUADOR. ALGUNOS APUNTES 59
Fig 2. Municipio de Riobamba y parque central, postal, 1930 aprox. [archivo Del Pino]
En este inmueble han funcionado los hoteles Granada y Ecuador; la gerencia del
primero estuvo a cargo de los descendientes del italiano Bartolomeo Sghirla. Entre las
obras de autoría compartida se encuentra la terminación del Colegio Maldonado,
Teatro León, Estadio Olímpico. Entre las obras atribuidas se encuentra la residencia de
Evangelista Calero y la fábrica de calzado de este importante industrial de la ciudad
(Cepeda, 2009, págs. 233-293).
Francisco Durini diseñó y construyó una casa republicana que luego fue adecuada
por Nicolás Vélez, bajo la tutela de Durini, para el funcionamiento de las oficinas de la
empresa de ferrocarriles. La estación ferroviaria, de tipo art Decó, realizada en
hormigón armado, fue inaugurada en 1925 por otro italiano, Antonino Russo12,
hermano de Paolo que trabajó en Guayaquil. En la misma ciudad se encuentran los
talleres de mantenimiento ferroviario cuyas estructuras prefabricadas de hierro fueron
las primeras en esa ciudad.
12 Antonino Russo Scudieri (1889-1967) Arquitecto. Nació en Catania en 1889. Realizó estudios en la
Universidad de Palermo y en la Real Universidad de Milán. Llegó a Quito en 1911. En 1918 fue Jefe de
Construcción del Ministerio de Educación y un cargo similar en la Caja del Seguro Social en la escala
nacional, circunstancia que lleva a pensar que pudo ser el autor del antiguo Hospital y Caja del Seguro de
Riobamba, localizado en la esquina de 10 de Agosto y Pichincha; el inmueble tiene un diseño moderno,
comparativamente sobrio en relación a otras obras, hecho evidente en elementos como el altorrelieve
situado en su remate central esquinero y posteriormente retirado. Falleció en Quito en 1967. Russo
desempeñó en 1929 el cargo de Arquitecto del Ministerio de Educación Pública. Desarrolló en 1934 un
modelo normalizado de edificaciones destinadas a la educación escolar, trabajando junto a un pedagogo
suizo de apellido Ferrere. En ese año se aplicó el modelo en escuelas rurales en los sectores de Ayora y
Olmedo, provincia de Imbabura.
60 INÉS DEL PINO MARTÍNEZ
En medio de las vicisitudes de las guerras en Europa, entre 1911 y 1928, Francisco
Durini llevó a cabo la construcción del parque y monumento en honor a Pedro Vicente
Maldonado, científico riobambeño quien colaboró con la Misión Geodésica Francesa en
el siglo XVIII. El contrato fue firmado con la municipalidad y la ejecución de los
trabajos estuvieron a cargo de Francisco Durini Cáceres. Al sufrir retrasos la obra, el
“Comité Maldonado”, delegado para realizar el seguimiento y aprobación de los
trabajos le siguió un juicio en 1918 y determinó cárcel para Francisco, sin embargo, su
defensa fue contundente por las circunstancias de la guerra, lo que anuló el proceso. A
más de los argumentos jurídicos de su defensor Juan Antonio Vela, el escrito revela la
procedencia de algunos los materiales que solía importar de Italia: el mármol blanco
fue de Carrara o Verona; y otros, como el mármol rosado y el azulejo de Bardiglio que
fue imposible conseguir durante este periodo.
Fig 3. Estación de ferrocarril de Riobamba, Antonino Russo, 1925 [archivo Del Pino]
Espacio público
Al finalizar el siglo XIX en Quito se llevaron a cabo varias obras modernizadoras: el
relleno de los zanjones a cambio del sistema de alcantarillado subterráneo fue una
transformación significativa; la construcción del sistema eléctrico para reemplazar a los
antiguos mecheros fue otro avance; el empedrado de las calles del centro, y la
transformación de las plazas en parques, desplazando a los comerciantes de los
mercados a espacios construidos, fue la tercera política pública que dio paso al inicio
de la modernidad.
La transformación de plazas en parques se produjo sobre todo en la ciudad
consolidada, mientras que en el extremo norte se reconstruyó el parque de La Alameda
para el goce de una sociedad ilustrada, este espacio estuvo conformado por un jardín
botánico con plantas nativas e importadas, y el observatorio astronómico en el centro.
El parque tiene forma triangular y se ubica en el área de crecimiento de la ciudad,
cuyas tierras adquirieron mayor plusvalía y en donde se proyectaba la zona
residencial, en dirección norte.
La Alameda representa el centro simbólico de la ciudad republicana, una ciudad
Ilustrada que aspira el predominio de la razón y cambio tecnológico. En este parque
participó Juan Bautista Menten J.S. científico alemán invitado por el presidente Gabriel
García Moreno hacia 1860 como profesor de la Escuela Politécnica Nacional y para
construir un observatorio astronómico, el más moderno de la región, concluido en
1877. En tanto que en la composición del jardín participó Luis Sodiro S.J., italiano,
quien, como paso previo a la siembra construyó un invernadero para la propagación y
adaptación de plantas europeas al clima de Quito. El parque concluyó con la
62 INÉS DEL PINO MARTÍNEZ
Fig 4. Parque de la Independencia de Quito, 1920 aprox. [Repositorio ex Banco Central del Ecuador]
64 INÉS DEL PINO MARTÍNEZ
Fig 5. Casa firmada por Antonino Russo, sector sur, remodelación, calle Rocafuerte y Guayaquil, 2021,
Quito [foto Ch. Hirtz]
66 INÉS DEL PINO MARTÍNEZ
Fig 6. Detalle de la placa con la firma del arquitecto, 2021 [foto Ch. Hirtz]
Fig 7. Calle Guayaquil, sector norte. Primer edificio corresponde a Casa Pardo, Antonino Russo, 2021
[Archivo Del Pino]
ITALIANOS EN LA ARQUITECTURA DE ECUADOR. ALGUNOS APUNTES 67
En la entrada norte se encuentra la parroquia de San Blas que colinda con el parque
de La Alameda. El sector estuvo asociado con las carnicerías y al barrio de los
trabajadores del mercado de carne. Con el ensanche de la vía, y la construcción del
teatro Sucre las carnicerías se desplazaron de este lugar al finalizar el siglo XIX. Con La
Alameda, la calle se convirtió en el paso obligado de los residentes de Quito, y la
entrada al centro de la ciudad; el tratamiento de fachada en los edificios de nueva
planta se caracterizó por usar cornisas, molduras, balcones y puertas talladas. La altura
mayor de los entrepisos marcó una diferencia con relación a los edificios coloniales;
además, se elevó la altura de los edificios hasta cuatro pisos, con lo cual ésta adquirió
relevancia urbana. Una de las obras de interés es la casa Pardo, una vivienda colectiva
de alquiler, propiedad de Manuel Pardo, un comerciante español que emprendió con
este negocio, ubicado en una esquina, entre el teatro Sucre y la plaza de San Blas. La
obra corresponde a Antonino Russo.
Fig 8. Casa Bueno. Antonino Russo. Calle Guayaquil, 2021 [ archivo Del Pino]
La arquitectura de Quito
Tres arquitectos italianos destacan en la reconfiguración del Quito moderno en la
primera mitad del siglo XX: Lorenzo Durini14 y Francisco Durini15, padre e hijo
provenientes de una familia de arquitectos, artistas, comerciantes e inventores, como
solía firmar Lorenzo. Su acción profesional y personal fue internacional. El tercero es
Antonino Russo16, con un perfil diferente, estuvo interesado en comprender lo local, su
arquitectura propone formas del academicismo, pero en la construcción adopta los
productos locales, se adapta a la proporción de los edificios preexistentes, y a las
posibilidades económicas de sus clientes. Llegó con su hermano Paolo y formaron una
oficina de arquitectura; posteriormente Paolo se trasladó a Guayaquil para trabajar con
la Compañía Italiana de Construcciones. Su archivo de planos se quemó, sin embargo,
sus obras siempre las firmó, lo que ha facilitado reconocer su trabajo.
Tanto los Durini como los hermanos Russo llegaron a Ecuador al iniciar el siglo XX,
entre 1902 y 1911, periodo en que se produjo una etapa migratoria importante hacia
Latinoamérica. Otro periodo de migración alemana, italiana y checa fue durante y
terminada la segunda guerra mundial. En este contexto, y entre 1949 y 1954 otro
arquitecto e ingeniero italiano, Giovanni Rota, decidió radicarse en Quito. Sus obras
son modernas, muestran sensibilidad y respeto al contexto paisajístico, y contribuyen a
la solución estructural de la arquitectura asentada sobre el relleno de quebradas.
14Lorenzo Durini Vassalli (1855-1906) Arquitecto. Nació en Tremona, Cantón Ticino (Suiza, hoy Italia).
Estudió en la Escuela de Bellas Artes de Génova. En 1888 partió a América Central donde realizó la mayor
parte de su obra (República del Salvador, Guatemala y Costa Rica). Se radicó en Costa Rica con una
empresa de construcción. Llegó a Ecuador en 1902 por invitación del Gobierno de Leonidas Plaza
Gutiérrez para realizar proyectos de agua potable y electricidad junto a su hermano Francisco que no
llegaron a efectuarse, sin embargo, la elaboración del monumento a los Héroes Ignotos del 10 de agosto de
1809 fue el inicio de otros encargos continuados por su hijo Francisco, posterior a su muerte.
15 Francisco Durini Cáceres (1880-1970) Estudió Arquitectura en Italia. Nació en Tremona, cantón Ticino.
Realizó estudios en el Instituto Técnico de Milán. Llegó a Quito en 1904. Además de construir edificios
públicos realizó obras de arquitectura funeraria. Integró la tercera generación de una familia a la que
pertenecieron varios escultores y arquitectos: Juan Durini S. (1824–1907), Francisco Durini Vassalli (1856–
1920), Lorenzo Durini Vassalli (1855–1909) y su hermano Pedro Durini Cáceres (1882–1912). El
conocimiento acerca de sus obras se debe a la apertura de los rollos de planos que se encontraban en el
altillo de la casa de su segunda familia. Los planos de los anteproyectos para los concursos de edificios
públicos muestran sus cualidades como acuarelista. En 1950 el Comité de Protectores Obreros Vicentinos
lo nombró miembro de la organización.
16 Antonino Russo Scudieri (1889-1967) Arquitecto. Nació en Catania. Realizó estudios en la Universidad
de Palermo y en la Real Universidad de Milán. Llegó a Quito en 1914 junto a su hermano Paolo. Russo
desempeñó en 1918 el cargo de jefe de construcciones de la Caja del Seguro y en 1929 el cargo de
Arquitecto del Ministerio de Educación Pública. Desarrolló en 1934 un modelo normalizado de
edificaciones destinadas a la educación escolar, trabajando junto a un pedagogo suizo de apellido Ferrere
que se aplicó en las escuelas rurales en los sectores de Ayora y Olmedo, provincia de Imbabura. El archivo
de sus proyectos se perdió a causa de un incendio de su taller, sin embargo, tuvo la prolijidad de firmar
todas sus obras.
ITALIANOS EN LA ARQUITECTURA DE ECUADOR. ALGUNOS APUNTES 69
Máximo Fernández. Al fin este señor escribió con algunos detalles de nuestros
asuntos con aquella república, que las casas están alquiladas, el pleito con el
gobierno sigue en stato quo, pero que tiene buenas esperanzas, y que del dinero
sobrante amortiza mi deuda.
Bolognesi y los bocetos y maqueta para un monumento dedicado a San Martín, el mausoleo de la familia
Guiria, de Luisa Parodi, e instalación de varias esculturas en los mausoleos del Cementerio Presbítero
Maestro de Lima. Una escultura de mármol fechada en 1903 tiene el motivo de un ángel que lleva la firma
de J. Durini como escultor. Se podría especular que se trata del escultor Juan Durini (1824-1907), padre de
Lorenzo quien murió en Lima un año más tarde que su hijo.
70 INÉS DEL PINO MARTÍNEZ
Círculo Militar
El Círculo Militar (1917-1926) fue un edificio destinado a actividades sociales del
ejército, grados de estudiantes de la institución, actos oficiales, matrimonios,
actividades culturales, reuniones de trabajo, entre otras. Las plantas del Círculo Militar
muestran una composición simétrica; un vestíbulo de ingreso y una escalinata de
grandes proporciones distribuyen la circulación horizontal y vertical. Una claraboya
instalada en la cubierta ilumina la escalinata. La planta principal tiene nueve espacios
principales y otros de alojamiento en la parte posterior. El área de circulación vertical y
hall representa aproximadamente el 18% del área total que es de mil metros cuadrados,
de esta manera, la escalinata y corredores circulación adquieren tanta relevancia como
los espacios interiores. Los muros interiores tienen pintura decorativa y motivos
neoclásicos, afines a la institución militar. Al parecer, la construcción de un sótano para
cocina fue posterior aunque no aparece en los planos originales.
ITALIANOS EN LA ARQUITECTURA DE ECUADOR. ALGUNOS APUNTES 71
Fig 9. Proyecto del Círculo Militar, Quito, 1916, foto Ch. Hirtz [Fundación Museo de la Ciudad, Fondo
Durini, Quito]
El edificio está adosado por los tres lados. La fachada tiene dos plantas en donde
destaca el ingreso principal enmarcado por columnas. Sobre la puerta de ingreso se
encuentra un balcón y en el remate del edificio el escudo de la institución que tiene un
cóndor como elemento representativo de los Andes. El edificio se concluyó
completamente en 1937.
Según el proyecto original, los salones de la planta baja estaban destinados a juegos
de billar y juegos de salón. En la planta alta se encontraba una biblioteca en el espacio
principal, varias salas denominadas «de conversación», tres salones para actividades
sociales con balcones hacia la calle, y en la parte posterior de esta planta el alojamiento
para huéspedes. La batería de baños se ubicó al fondo de cada planta.
Una vez construido el edificio, en la planta baja se ubicó una biblioteca
especializada en temas militares, y una cocina con una escalera de caracol por la que se
llevaba el servicio de alimentación a la planta principal. Esta planta fue utilizada para
actos sociales, la decoración estaba asociada a la de las escalinatas. En los corredores
hubo consolas de mármol con espejos rococó y esculturas de bronce que representaban
a guerreros romanos; los apliques de pared tuvieron forma de antorcha; este material
fue trasladado al nuevo edifico ubicado en el norte de la ciudad.
72 INÉS DEL PINO MARTÍNEZ
Fig 10. Plantas arquitectónicas del Círculo Militar, Quito [Fundación Museo de la Ciudad. Fondo Durini]
Fig 11. Edificio del Banco Central del Ecuador, 1930 aprox. [Repositorio del ex Banco Central]
19 Tratamiento de la superficie de una pared que consiste en salpicar gotas de pintura de color con una
herramienta mecánica.
74 INÉS DEL PINO MARTÍNEZ
El predio estuvo ocupado con una casa colonial que fue demolida, su forma es
rectangular con dos frentes hacia las calles García Moreno y Sucre; los otros dos lados
están adosados a las construcciones existentes, limitando la iluminación natural, esto se
solucionó con tres claraboyas de hierro y vidrio colocadas en la terraza. No conforme
con esta solución, colocó bloques de vidrio en los pisos para que durante el día penetre
la luz natural desde el exterior. En la noche el edificio emana luz por los entrepisos,
ventanas y claraboyas hacia el exterior. Para el arquitecto, la luz debía inundar todo el
edificio, un principio moderno en la arquitectura. No obstante, cuando se cierran las
cortinas enrollables de la fachada el edificio se convierte en un contenedor sólido.
En planta, el edificio tiene un subsuelo, dos plantas superiores y una cubierta con
terraza. Las funciones administrativas internas del banco y los espacios de uso
destinado al público están claramente separadas. En el subsuelo se ubicó una cisterna,
la bóveda del banco, archivos y oficinas administrativas. En la planta principal se
encontraban las ventanillas de atención al público y la parte operativa del banco. En la
planta alta estuvo la gerencia, secretaría, y la sala de reuniones del directorio. En el
interior, las oficinas tienen pintura decorativa elaborada al óleo. La oficina de gerencia
y secretaría tienen un tratamiento decorativo cuidadosamente pensados, decoración
geométrica que armoniza con los diseños y colores de los cielos rasos de latón, las
paredes y el piso. En la gerencia predomina el color azul y dorado, mientras que en la
secretaría varios tonos de verde. Los pisos de la planta principal de acceso al público y
corredores fueron de mosaico de mármol blanco, mientras que en la gerencia se instaló
un parquet enrollable de rápida instalación. El subsuelo tuvo piso de cemento sin
mayor tratamiento.
Fig 12. Edificio del Banco Central del Ecuador. Planta baja [Diseñark. Proyecto de rehabilitación
arquitectónica, 1990]
ITALIANOS EN LA ARQUITECTURA DE ECUADOR. ALGUNOS APUNTES 75
Las oficinas relacionadas con la atención al público no tienen divisiones fijas sino
rejas metálicas que orientan la circulación y pueden ser removidas según las
necesidades; de este modo se podría decir que la planta sugiere la disposición de una
planta libre. Para el trabajo administrativo el edificio contó con un sistema neumático
para su actualización inmediata de saldos e información bancaria.
Las celosías ubicadas a manera de cenefa en la parte superior de cada planta
permiten una ventilación natural. La estructura de las claraboyas es de perfil de hierro
que repiten las mismas celosías para el ingreso de aire desde el exterior. Para la
protección de la cubierta se usó vidrios de seguridad que tienen una malla de alambre
en su interior para evitar la rotura por impactos, compresión y dilatación del material
por cambios bruscos de temperatura. En la rehabilitación de 1990 se los agrupó y
reutilizó en las ventanas interiores de la planta alta y en una parte de la cubierta de
cristal. Los apliques, guirnaldas y esculturas del remate de la fachada son de cemento,
fundidos en moldes con hierro de refuerzo, su color gris da la apariencia de piedra20.
En cuanto a los materiales, la mayor parte fueron importados, en particular los
acabados: mosaico para el piso de las áreas públicas y oficinas; rejas de hierro en
divisiones interiores y puertas; cortinas metálicas enrollables para las ventanas;
parquet industrial; vidrios armados, texturados o biselados para todo el edificio. La
estructura es de riel de tren y hormigón; las escaleras son prefabricadas, procedentes
de Estados Unidos.
Tanto en el Banco Central del Ecuador como en el edificio del Círculo Militar se
observa una dualidad entre la forma arquitectónica y el sistema constructivo aplicado.
El diseño de las fachadas permite entender la intención de integrar estos edificios al
contexto urbano existente, al gusto local de los años veinte, y la adopción de un
lenguaje academicista como medio de expresión presente en la forma arquitectónica.
Sin embargo, en el interior se usó hormigón armado, estructuras y elementos
decorativos prefabricados que ponen en evidencia que la fachada tiene un
recubrimiento historicista que esconde la estructura moderna de los edificios.
modificó la ladera del barrio San Juan. La planta del edificio está conformada por diez
pabellones orientados hacia la ciudad en forma de hemiciclo con el acceso principal por
el centro. El trazado de la planta revela un manejo riguroso de la geometría del edificio,
la implantación se desarrolla en dos plataformas que cortan la ladera. El área del
inmueble es de 15.000 m², es decir, la obra de mayor envergadura de la ciudad en la
primera década del siglo XX.
El proyecto de Schmidt fue construido hasta la mitad, esto es, los diez pabellones
abiertos en forma de abanico, un corredor que une a todos los pabellones y dos patios
en la parte posterior. La obra fue abandonada en 1908.
Francisco Durini fue llamado por la Junta de Beneficencia para continuar la obra,
para esto, realizó un proyecto modificatorio al de Schmidt en 1908, luego se convirtió
en el director general de las obras, manteniendo el uso de sanatorio, es allí cuando el
edificio toma una espacialidad diferente por el interior sin alterar la forma exterior.
Durini mantiene el ingreso por el eje de simetría, el mismo que conduce a un gran
vestíbulo de distribución de la circulación, separa los servicios de consultorios del área
de alojamiento del hospital en la planta alta; las instalaciones de calderos, cocinas,
morgue, ingreso de ambulancias se ubican en la parte posterior. La capilla, comedor,
quirófanos y laboratorios, en la parte media; las bodegas del hospital en el subsuelo.
Es decir, incorpora una funcionalidad moderna al edificio, los patios interiores fueron
delimitados por un corredor de columnas pareadas de hierro fundido que contribuyen
a la percepción de un espacio amplio, ligero, abierto.
Fig 13. Patio interior del antiguo Hospital Militar, Quito [archivo Del Pino]
ITALIANOS EN LA ARQUITECTURA DE ECUADOR. ALGUNOS APUNTES 77
En 1908 Durini contrató la estructura metálica con la empresa Lancini & Co. que
llegó en el mismo año, pero no fue colocada. Utilizó mampostería de ladrillo en todo el
edificio, pero las paredes del patio cuadrangular posterior no llegaron a ser enlucidas
como era lo habitual en sus obras, al parecer, la institución militar tenía otra propuesta
de uso para el edificio, circunstancia por la que Durini abandonó la obra en 1913. Para
1932 aparece en el plano de la ciudad como cuartel y arsenal de guerra. De allí se
deduce que el edificio funcionó por corto tiempo como sanatorio u hospital. La
adaptación a cuartel se produjo hasta 1929 a cargo del Batallón de Ingenieros Montúfar
Nº 1 según consta en la placa recordatoria de la fachada norte del edificio. Con la
“guerra de los cuatro días” de 1932, el edificio se convirtió en centro de operaciones del
bando popular, los sótanos se convirtieron en cárcel y en las plantas superiores se
adecuó nuevamente un hospital para emergencias sin alterar la forma del edificio. En
1936 el edificio entró en remodelación y entre 1937 y 1979 volvió a funcionar un
hospital de las fuerzas armadas. Desde 2017 funciona como Centro de Arte
Contemporáneo.
El diseño original de Schmidt y Durini se mantiene en el tiempo pese a los cambios
de uso. El edificio expresa coherencia en el lenguaje arquitectónico. Con la
rehabilitación recobró su calidad constructiva y espacial venida a menos con el
abandono entre 1979 y 2000. La rehabilitación realizó cambios por el interior y
mantiene con respeto las cualidades de composición exterior. El edificio exhibe con
fuerza la estabilidad y solidez de una fortaleza por el exterior, mientras que por el
interior se percibe la espacialidad y ligereza de un palacio manierista.
Proyectos residenciales
Se ha podido establecer la autoría de 19 proyectos en Quito a partir de los dibujos
encontrados en el “Fondo Durini” y las publicaciones sobre Lorenzo y Francisco
Durini, la mayor parte de la documentación corresponde a casas de la familia y
personas cercanas, edificios públicos y monumentos, algunas obras han sido demolidas
y con excepción de un mausoleo en el cementerio de San Diego, las obras de
arquitectura no están firmadas. La mayor parte de estas viviendas se sitúan en la
década de 1930 y 1940, algunas en el centro y otras, como las “Villas” y chalets en el
sector norte de la ciudad, en los alrededores del parque de La Alameda y en el Barrio
La Mariscal. En este último sector el emplazamiento de las residencias está en la mitad
del predio, rodeadas por jardines y fuentes. Algunos de los referentes provienen de
estilos regionales publicados en revistas españolas como el “Estilo Montañez”.
Desafortunadamente la mayor parte de estas viviendas fueron demolidas para dar
paso a edificios modernos.
La mayor producción de residencias localizadas en el centro histórico data de la
primera década del siglo XX, no todas son obras de nueva planta sino adaptaciones y
remodelaciones de casas existentes en las que se incorporan elementos decorativos y
cornisas en la fachada. Las demoliciones se produjeron para construir edificios de
nueva planta, en parte por el estado de los inmuebles afectados por los terremotos del
78 INÉS DEL PINO MARTÍNEZ
siglo XIX y las guerras de independencia. La crisis económica de ese entonces aplazó la
reparación de varios inmuebles por décadas.
En el centro histórico, entre las casas que se encuentran en pie se puede mencionar
la casa Guillespie, ubicada en la calle García Moreno, con algunas remodelaciones, sin
embargo, se conserva la fachada. La Casa Barba localizada en la calle Venezuela entre
Espejo y Sucre cuyo proyecto original corresponde a Lorenzo Durini, aprobado en
1904. La obra la continuó Francisco hasta 1907 y luego fue adaptada para el
funcionamiento del Gran Hotel en 1909.
En el borde norte del centro histórico, junto al parque de La Alameda se encuentra
la casa Villagomez o “casa neomudéjar”. En la avenida 10 de Agosto y Carrión la Villa
Susana cuyos planos se realizaron en 1932, posteriormente fue remodelada para la sede
de la Cancillería de Ecuador.
Antonino Russo
Antonino Russo Scudieri (1889-1967) y Paolo Russo Scudieri (1885-1971) se
establecieron en Quito en 1914 luego de permanecer por un tiempo en Bolivia por
razones de trabajo. Las obras conjuntas en Quito se encuentran firmadas junto a la
puerta de cada edificio; este detalle es relevante por cuanto el archivo de su oficina se
incendió21. La producción arquitectónica de los hermanos Russo tiene al menos dos
etapas: la primera entre 1914 y 1922, con una empresa en Quito bajo el nombre de
Russo Hermanos.
En la segunda etapa los hermanos se separan, Paolo se radica en Guayaquil en 1922
para colaborar con la Compañía Italiana de Construcciones en donde realizó obras
destinadas a funciones públicas como el Hospital General de Guayaquil en 1923, y la
dirección de la construcción del Palacio Municipal. En 1930 se asoció con Luigi Fratta
para fundar la Compañía Ytaly en Guayaquil (Compte, Redalyc, 2007, pág. 270). Entre
1932 y 1950 realizó varias obras para la iglesia católica, siendo la más conocida la
basílica de Nuestra Señora del Cisne en la ciudad de Loja. Entre otras obras realizó
edificios comerciales y residencias familiares en Guayaquil, Riobamba e Ibarra y Quito
(Aliprandi, 1930). En 1958 el gobierno de Italia le confirió la Orden de Cavaliere por sus
méritos profesionales (Compte, Florencio, 2018, pág. 300).
En la primera etapa profesional, la empresa Russo Hermanos alternaba la actividad
de la arquitectura con la producción de una fábrica de baldosas de cemento, molduras
y adornos de colores. Las primeras obras con firma conjunta fueron mausoleos para
dos importantes familias quiteñas: Gangotena – Álvarez, y el de Zoila Álvarez, en el
cementerio de San Diego. En el centro de Quito: casa Gangotena (1917), terminación
del pasaje Baca, iniciado por Giacomo Radiconcini, quien murió en 1913. Aunque Paolo
se radicó en Guayaquil, las reseñas profesionales de ambos arquitectos coinciden en la
mayor parte de obras, muchas de ellas de fecha posterior, lo que permite deducir su
estrecha colaboración profesional y familiar.
En la segunda etapa Antonino desarrolla una labor extensa en Quito y en ciudades
de la sierra ecuatoriana. Las obras más significativas en Quito son: edificio Baca (entre
1930 y 1938); la clínica del Seguro Social de 1943; edificio de la Nunciatura Apostólica
de 1949. La hoja de vida de Antonino menciona 45 edificios construidos en el país,
entre viviendas, edificios públicos, mausoleos y edificios industriales. En 1995 se
inventariaron 34 edificios en el centro histórico de Quito (Benavides, 1995, pág. 32).
Edificio Baca
El edificio terminado en 1938 tiene cuatro plantas destinadas a sala de exhibición y
taller de vehículos, oficinas, venta de repuestos. El quinto piso tuvo un apartamento
con piscina. El inmueble fue de propiedad de la casa comercial “Baca Hermanos”,
concesionario de vehículos de fabricación norteamericana Ford, Mercury y Lincoln. Al
encontrarse ubicado en la pendiente hacia la quebrada de La Marín su volumetría no
afecta el perfil urbano de la ciudad consolidada y pasa desapercibido. No obstante, este
emplazamiento y tipo de terreno hizo posible la construcción de un subsuelo destinado
a bodegas (Ortiz, 2004, págs. 76, t.2). Un anuncio publicitario menciona que es un
edificio de “cemento armado” de cinco pisos (Ediciones Cegan, 1951, pág. 98), es decir,
uno de los primeros edificios con este sistema constructivo y uno de los más altos de la
ciudad en ese momento.
Fig 14. Edifico Baca Hermanos, Antonino Russo, Quito, 1933 [archivo Del Pino]
ITALIANOS EN LA ARQUITECTURA DE ECUADOR. ALGUNOS APUNTES 81
Fig 15. Edificio de la Nunciatura Apostólica, Quito, 1946 [archivo Del Pino]
Fig 16. Clínica del Seguro Social, Quito, 1943 [archivo Del Pino]
84 INÉS DEL PINO MARTÍNEZ
Giovanni Rota
En contraste con la arquitectura de Durini y Russo, Giovanni Rota22 se hace presente
con ejemplos de arquitectura moderna en Quito hacia 1947. Su formación en ingeniería
industrial y arquitectura le permite proponer un sistema estructural para construir
sobre el relleno de las quebradas que hasta ese momento había sido un problema en la
ciudad consolidada ya que las construcciones padecían a menudo por hundimientos
del suelo y al cabo de algunos años las ponía en peligro.
Su estadía en Ecuador fue corta, entre 1947 y 1954, su actividad fue intensa, dejó
siete obras entre residencias y edificios públicos. En este tiempo también colaboró
como profesor en la recién creada facultad de arquitectura de Quito. Su obra más
destacada fue la Caja de Pensiones, en la que la solución moderna encuentra equilibrio
y sobriedad entre la forma arquitectónica y la solución estructural. Tiene una
cimentación profunda mediante la aplicación de un sistema de perforación mecánica
que le permite llegar a la roca para inyectar el hormigón.
El mismo sistema aplicó al edificio Pasaje Amador, construido entre 1950 y 1956,
que ganó el premio Ornato en 1956. La construcción fue realizada por la empresa Mena
Atlas. Este edificio se caracteriza por su austeridad, y sin lugar a duda predomina la
solución de ingeniería sobre la arquitectónica. Otro edificio en el que aplica la misma
solución para la cimentación sin alterar la fachada del edificio es el ubicado en la calle
Venezuela que funcionó como sede de la Sociedad Radiotécnica Ecuatoriana. La
solución estructural con arcos de hormigón proporciona grandes luces para albergar
actividades comerciales. El Pasaje Amador fue la última obra realizada en Ecuador,
antes de su partida a Colombia en donde se desconoce si realizó obras.
22 Giovanni Rota (1899-1969). Ingeniero y arquitecto. Apasionado por la filosofía, la matemática y las artes,
nació en Vigevano, localidad cercana a Milán. Obtuvo el título de ingeniero industrial el Politécnico de
Milán (1922) y más tarde estudió arquitectura en el mismo centro de estudios, obteniendo un segundo
título en 1931. Constaba en la lista negra de Mussolini, de quien escapó en 1943 con su familia de Lugano,
y posteriormente, al finalizar la guerra, considerando desastrosa la situación económica en la que quedó
Italia, en 1947 aceptó la invitación de su hermano Luigi residente en Quito en 1922. (Flores, 2004, págs. 58-
63), (Dulio, Año X. año 2000. periódico anual).
Durante el tiempo que permaneció en Quito, entre 1948 y 1954, fue profesor de la Escuela de Arquitectura
de la Universidad Central del Ecuador, creada en 1951; realizó varios proyectos de arquitectura moderna y
residencias. Entre sus obras más destacadas figura el edificio de la Caja de Pensiones, Edificio del Pasaje
Amador, que reemplaza al Pasaje Royal construido por Durini; Edificio Chiriboga León; Edificio de la
Torre (ex IERAC); diseño de la Catedral de Ambato –proyecto en el que compitió con Antonino Russo– y
cinco residencias. En 1955, por razones de salud se trasladó a Cali en donde colaboró como profesor en la
Facultad de Arquitectura en la Universidad del Valle en Cali, Colombia por dos años. En 1957 regresó a
Vigevano y reemprende su actividad profesional hasta 1962. Los trabajos de Rota se encuentran en la
Biblioteca Histórica de la Oficina Técnica de Vigevano como patrimonio documental que comprende el
arte, la literatura, la filosofía, arquitectura e ingeniería. Su permanencia en Quito se debió al contacto con
su primo Luigi Rota, técnico en radio (1901), quien era Director de la Sociedad Radiotécnica Ecuatoriana;
se dedicó al comercio, actividades de construcción e instalación de radios y cinematógrafos (Dulio, Año X.
año 2000. periódico anual), (Flores, 2004).
ITALIANOS EN LA ARQUITECTURA DE ECUADOR. ALGUNOS APUNTES 85
Epílogo
La migración italiana que llegó a Ecuador al finalizar el siglo XIX y hasta mediados
del siglo XX tuvo oportunidades de inserción laboral en la construcción, ingeniería,
arquitectura y la docencia del arte y asignaturas afines, dado que en el país no existían
suficientes especialistas. Los profesionales y técnicos fueron bien recibidos, y la
inmigración fue vista como un motor de cambio hacia la modernización del país, un
modelo que transformó el modo de vida de toda la sociedad. El aporte cultural de la
migración italiana cerró su ciclo con la persecución sobre todo de alemanes, italianos y
checos durante la Segunda Guerra Mundial en toda Latinoamérica mediante la
aplicación de la conocida “Lista negra”, proceso que causó efectos en la industria
naciente de Ecuador. Otros hechos que impactaron en la economía local fueron las
guerras con el Perú en el mismo periodo.
En el siglo XX la colonia italiana estuvo concentrada en Guayaquil con algo más de
100 personas. La construcción del ferrocarril Guayaquil – Quito, entre 1900 y 1908 fue
el medio que facilitó el intercambio comercial, abrió nuevos destinos turísticos, se
estableció la comunicación entre ciudades, dinamizó la economía del país. La
transformación de la imagen urbana consolidada hacia 1940 da a entender una nueva
forma de vida con algunas novedades tecnológicas de acceso generalizado como el
cine, la radio, la prensa, el tranvía, el automóvil, y la formación de un patrimonio
edilicio republicano y moderno que ha sido estudiado; de estos estudios se deduce que
el ferrocarril y la prensa fueron los mediadores de dicho proceso.
En el recorrido del ferrocarril, Guayaquil, Riobamba y Quito tuvieron un desarrollo
urbanístico importante; que por coincidencia son las ciudades con estaciones
principales del sistema. Al existir pocos profesionales ecuatorianos los arquitectos
italianos llegaron en un momento de coyuntura social, política y económica singular,
que permitió su integración inmediata en la recuperación de las ciudades afectadas por
los incendios, la guerra, o los terremotos, para introducir el academicismo, nuevas
tecnologías en la construcción, establecimiento de fábricas y la comunicación; la
incorporación de la noción de confort en los edificios y las viviendas, es decir, la
introducción de la modernidad en el país.
El ferrocarril permitió a los constructores trabajar con la agilidad a la que estaban
acostumbrados, pero sus nombres y trabajos recorrían el mundo en barco. Es frecuente
encontrar anuncios de Luigi Fratta, Tormen Hermanos, Antonino Russo, Paolo Russo,
Francesco Maccaferri en guías comerciales de Ecuador con la descripción de su trabajo
profesional y a menudo con una fotografía personal. Estas guías se consultaban en las
bibliotecas, oficinas comerciales, embajadas, centros de comercio e industria, según se
desprende del editor y productor del Anuario Ecuatoriano producido en Ecuador,
Colombia y Venezuela entre 1930 y 1937.
Por otra parte, Guayaquil, Quito o Riobamba eran ciudades pequeñas, los
extranjeros se conocían entre sí y mantuvieron una relación de reciprocidad; la mayoría
de ellos participaba en los mismos concursos, pero al final todos estaban dispuestos a
colaborar cuando el ganador lo requería. Otra constante es la acción de retomar obras
de otro connacional, a manera de ejemplo, Antonino Russo, apenas llegado a Quito,
ITALIANOS EN LA ARQUITECTURA DE ECUADOR. ALGUNOS APUNTES 87
retomó las obras de Giacomo Radiconcini quien falleció en 1913; Luca Tormen retomó
la obra del colegio Maldonado que inició Antonino Russo.
A más de los técnicos y profesionales independientes, llegaron religiosos italianos
dentro de comunidades religiosas, uno de ellos fue Juan Bautista Minghetti, artista y
profesor en la escuela de Artes y Oficios, quien elaboró el primer boceto para el
monumento a la independencia, desgraciadamente, entre 1888 y 1895 abandonó el país
junto a sus compañeros por tensiones políticas entre el Estado y la iglesia.
En el proceso del cambio político las ciudades de origen colonial convirtieron sus
plazas de tierra en parques con un monumento en el centro, éste podía aludir a los
héroes locales o nacionales. En Quito y Guayaquil están dedicados a héroes nacionales
y hechos históricos regionales, en las capitales de ciudades intermedias se honra la
memoria de sus héroes locales. La jardinería está realizada con especies europeas y
locales, los monumentos y rejas fueron elaboradas en talleres del extranjero. La
ejecución de los monumentos estuvo a cargo de artistas y arquitectos italianos,
franceses, o ecuatorianos residentes en Italia como el caso de Carlos Mayer. Los
parques estuvieron provistos de obras públicas necesarias para crear un ambiente
distinto: sistema de alcantarillado, luz eléctrica y agua potable, bancas para el
descanso; los mercados que ocupaban las plazas fueron trasladados a edificios
cubiertos, obras necesarias para el funcionamiento de una ciudad moderna y la
percepción de seguridad y limpieza.
La comunidad italiana acompañó a las élites locales en la construcción de la
identidad nacional de la nueva República que hoy es Ecuador, sobre todo en la
configuración de los símbolos del nuevo orden, el republicano, presente en el espacio
público, cuya significación está asociada con la independencia de España; este es un
lenguaje visual legible para todos y presente en los espacios ciudadanos que son las
plazas o edificios públicos. En ese sentido, el monumento urbano se convirtió en el
portador del mensaje cívico de los valores de la nueva nación; la iconografía tomó unos
referentes provenientes de la academia italiana, otros provenientes de lo local, como el
cóndor andino. Esta ave representa la libertad, el poder, la sabiduría del que mira el
mundo desde lo alto; está presente en algunos edificios públicos, monumentos y el
escudo nacional, fue un símbolo que puso en alto el valor de lo local para la
construcción de una identidad cultural propia.
Los arquitectos e ingenieros italianos fueron personajes polifacéticos: diseñadores,
constructores, empresarios, inversionista y artistas. Trabajaron de manera
independiente, llevaron varios encargos a la vez y mantuvieron una actividad
profesional a lo largo de la red ferroviaria del país, fortalecieron sus contactos
comerciales y profesionales con Italia. Diseñaron edificios públicos, residencias,
adecuaron edificios antiguos, incursionaron en la arquitectura funeraria, diseñaron y
construyeron monumentos conmemorativos. Vale decir que el trabajo creativo del
diseño y la construcción se alternó con negocios afines al oficio, y en algunos casos con
la docencia; esto prueba su vocación comercial pero también la adaptación y apertura a
actividades diferentes, actitud que los favoreció, en momentos de recesión de una
economía vulnerable como la ecuatoriana. En tiempos con demanda de trabajo
88 INÉS DEL PINO MARTÍNEZ
luego con la forma. Un punto de ruptura se produce con la presencia de Giovanni Rota
en los años cuarenta, en paralelo con el estilo neocolonial.
Vale señalar que las obras de nueva planta en el centro de Quito o Riobamba
conforman recorridos en los que las viviendas alternadas con otras de uso poco
frecuente, por ejemplo, hoteles y edificios para renta. La fachada de corte academicista
introdujo elementos decorativos barrocos que suavizaron la austeridad del
neoclasicismo. Calles como la Guayaquil en la ciudad de Quito exhibe un muestrario
de obras de Durini y Russo, alternadas con edificios de otros arquitectos que se vieron
obligados a seguir el mismo orden, y que en conjunto la calle adquiere un aire
italianizante.
En el borde de las ciudades se planificaron conjuntos de viviendas del tipo chalet en
la zona de La Mariscal en Quito (1920), la ciudadela Centenario en Guayaquil (1919) y
la ciudadela Bellavista en Riobamba (1929) en las que proyectaron y construyeron
profesionales italianos entre otros.
Por otra parte, en los edificios estudiados se observa la separación de funciones
entre los espacios públicos y los privados, en el piso alto la gerencia o los procesos de
mayor sigilo y en la medida que se baja el espacio permite el acceso para el público.
Esto sugiere que la racionalidad de la estructura y la función estuvo presente antes que
la fachada moderna. Los edificios de estructura de hormigón y funciones separadas se
acomodan en plantas por lo general simétricas, una herencia de la formación
academicista, lo que torna compleja la inserción de estos edificios en un estilo y el
rechazo a ser aceptados como arquitectura moderna.
Ante la escasez de mano de obra calificada en el manejo del hormigón armado, los
arquitectos impartieron materias del oficio en obra, dibujaron plantillas para molduras
de yeso o estuco para las fachadas, fabricaron moldes en conjunto con los artesanos
quienes aportaron con sus saberes. La enseñanza y aprendizaje se produjo de modo
independiente a la capacitación de las escuelas de artes y oficios. Los artesanos
mantuvieron su organización gremial heredada de la colonia, pero introdujeron
cambios en las técnicas. Arquitectos como Antonino Russo o Francisco Durini fueron
invitados a impartir cursos de capacitación en los gremios de albañiles y carpinteros,
de ese modo, la incorporación de los elementos del academicismo en el arte y la
arquitectura se difundieron no solo entre la sociedad ilustrada sino en la cultura
popular otorgando nuevos significados a lo aprendido. A manera de ejemplo, los
artesanos Vicentinos de Quito dieron nombres locales a cada una de las partes de una
moldura jónica o dórica.
Francisco Durini y Antonino Russo, fueron los arquitectos más solicitados en la
construcción y el diseño de obras para Quito, quizás los arquitectos de mayor
renombre durante la primera mitad del siglo XX. Algo interesante en Russo es que sus
obras se encuentran firmadas, y de este modo se ha podido identificar una parte de su
producción ya que su archivo personal se perdió en un incendio; mientras que la obra
de Lorenzo Durini Vasalli y Francisco Durini Cáceres es conocida a través de los
planos, bocetos, catálogos y dibujos que permanecieron en manos de su hijo Pedro. Sus
diseños influyeron en otros constructores con lo cual el centro de la ciudad y los
90 INÉS DEL PINO MARTÍNEZ
Referencias
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AUTORES
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3. Aracne “LA TECNICA DEL RAGNO” Geometrie per costruire con le esatte proporzioni dei Metodi Originari
Giancarlo Melchiorri
5. Il Conservatorio delle Verginelle in Catania. Indagini preliminari e progetto di riuso di una fabbrica
tradizionale
Alessandro Lo Faro
9. L’architettura del territorio. I piccoli centri dell’aquilano | The architecture of the territory. The small towns
around L’Aquila
Camillo Orfeo
10. Dottrina e operatività ‘nel restauro’ e ‘oltre il restauro’ in Francia. Rapporti e confronti con l’Italia dalla Conferenza di
Atene al Congresso
di Parigi. 1931-1957
Marco Riccardi
17. La riqualificazione dell’edilizia residenziale del secondo dopoguerra. La “zona a mare” di Catania
Giuseppe Margani
19. Temi, visioni e strategie per la città storica del terzo millennio. Metamorfosi di un fenomeno, consuetudine di
un processo
Natalina carrà
21. Micro_città
Marinella Arena
25. Aracne “LA TECNICA DEL RAGNO” vol. 2. Rettifica della circonferenza e quadratura del cerchio in cantie-
re con le possibilità dei metodi originari: diario dello studio in essere
Giancarlo Melchiorri
26. Disegnare connessioni
L’architettura in ferro tra manualistica e costruzione nel XIX secolo. Il Ponte Pio a Velletri
Laura Farroni
30. Aracne “LA TECNICA DEL RAGNO” vol 3. Geometrie e misurazioni micrometriche dal triangolo per la circon-
ferenza, il cerchio, il quadrato, in opera con le possibilità dei metodi originari: diario dello studio in essere
Giancarlo Melchiorri
32. Architetture resistenti / Resistant Architectures. progetti per la musica nel rione Sanità
Giovanni Multari, Gioconda Cafiero (a cura di)
40. Costantinopoli, Vienna, Szigetvár: un progetto nel luogo di morte di Solimano il Magnifico.
La costruzione di una tesi di architettura in un vicino (e dimenticato) Oriente balcanico
Alessandro Mosetti
45. Neapolis
Living as a student. Nuove residenze per studenti nel centro antico di Napoli
Giovanni Multari (a cura di)
67. Architetti e Artisti nella Diaspora Italiana in America Latina / Arquitectos y Artistas
en la Diáspora Italiana en Latinoamérica
Diplomazia culturale in azione / Diplomacia cultural en acción
Martín Manuel Checa-Artasu, Olimpia Niglio (a cura di / editado por)
Finito di stampare nel mese di settembre del 2021
dalla tipografia «System Graphic S.r.l.»
via di Torre Sant’Anastasia, 61 – 00134 Roma