Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
FECHA
ACIDOS
PROFESOR:
PROFESOR
ALUMNOS
CURSO : :BUSTAMANTE
:GRASOS
ESCUELA
VBIOQUIMICA
: MAYOGARCÍAMANAYAY
2018ISHIMINE
I RICHARD
MARIA.E.
POLIINSATURADOS
MARREROS SORIANO PAUL Y
DE FARMACIA
OMEGAS
BIOQUIMICA
AGRADECIMIENTO
trabajo.
DEDICATORIA
apoyo.
profesionalmente.
INDICE
INTRODUCCIÓN
Los lípidos forman parte de los tejidos de plantas y animales y son clasificados como,
esteróles, fosfolípidos, esfingomielinas, ceras y grasas. Los principales componentes de
todas las grasas son los ácidos grasos, que pueden ser saturados, monoinsaturados
(AGMI) o poliinsaturados (AGPIs). Las grasas que contienen una gran proporción de
ácidos grasos saturados son sólidas a temperatura ambiente y se conocen como grasas
saturadas. Estas grasas son generalmente de origen animal como la manteca, el sebo y
la mantequilla. Por el contrario, la mayoría de las grasas vegetales son ricas en ácidos
grasos poliinsaturados o monoinsaturados.
Los ácidos grasos poliinsaturados indispensables (AGPIs), ácido linoleico n–6 y ácido
linolénico n–3 se obtienen a través de la dieta y son precursores de los ácidos grasos
poliinsaturados de cadena larga (AGPIs–CL) araquidónico (AA) y docosahexaenoico
(ADH), respectivamente. El consumo de AGPIs está relacionado con un mejor desarrollo
cerebral fetal y cognoscitivo del recién nacido. Los AGPIs pueden reducir la concentración
de triacilgliceroles en la sangre a través de la oxidación de ácidos grasos por medio de la
activación de PPARα o a través de la represión de SREBP–1 que inhibe la lipogénesis. El
consumo de AGPIs puede ser benéfico en el control de ciertas enfermedades como la
diabetes mellitus y la obesidad en la que los AGPIs activan a PPARα estimulando la
oxidación de lípidos y disminuyendo la resistencia a la insulina y la esteatosis hepática. En
el caso del cáncer los AGPIs pueden servir como agentes citotóxicos para ciertas células
tumorales. Debido a su efecto hipolipémico y a su efecto antiinflamatorio, los AGPIs
podrían tener efectos benéficos en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Las
principales fuentes alimenticias de AGPIs n–6 son los aceites de maíz, de cártamo y de
soya, y las de AGPIs n–3 son la linaza y los aceites de pescados, canola y de soya.
ÁCIDOS GRASOS
Los ácidos grasos son ácidos monocarboxílicos de cadena larga, que generalmente
contienen un número par de átomos de carbono, normalmente entre 8 y 22. Esto se debe
a que su síntesis biológica tiene lugar mediante la adición sucesiva de unidades de acetil
CoA. Sin embargo, también existen ácidos grasos con un número impar de átomos de
carbono, que probablemente derivan de la metilación de un ácido graso de cadena par.
Los ácidos grasos presentes en el organismo se encuentran en su forma saturada,
principalmente como ácido palmítico, o en la forma insaturada debido a la presencia de
dobles ligaduras. Los ácidos grasos insaturados pueden ser monoinsaturados y
poliinsaturados.
La familia de los omega-9, denominada así debido a la ubicación del primer doble enlace
en el carbono 9, tiene como representante más importante al ácido oleico (C18:1, OL).
Los ácidos grasos omega-3 y omega-6 son considerados esenciales debido a que los
mamíferos no pueden incorporar dobles enlaces en las posiciones 3 y 6 por lo cual estos
ácidos grasos, o sus precursores más importantes, el LA en el caso de los omega-6 y el
LNA para los omega-3, deben estar presentes en nuestra dieta2. No ocurre lo mismo con
los ácidos grasos omega-9. Estos sí pueden ser sintetizados a partir de ácidos grasos de
menor complejidad estructural producidos por el propio organismo, por lo cual no son
esenciales2. El OL, aunque se le atribuyen muchas propiedades derivadas de su consumo
habitual -es un componente importante de la llamada dieta mediterránea 3- no es un ácido
graso esencial. La Figura muestra en forma esquemática la distribución de las familias de
ácidos grasos omega-3, omega-6 y omega-9.
2. TIPOS DE OMEGAS
2.1 OMEGA-3
Existen tres grandes tipos de ácidos grasos omega-3 que se ingiere con los alimentos y
son utilizados por el cuerpo, estos son ALA, EPA y DHA.
Una vez que se digiere en el cuerpo se convierte el ALA a EPA y el DHA estos son los dos
tipos de ácidos grasos omega-3 que actúan como importantes precursores de los lípidos
derivados moduladores de la señalización celular, la expresión de genes y procesos
inflamatorios.
La mayor parte de ALA que se consume en la dieta proviene de fuentes vegetales como
las semillas de lino, nueces, pacanas, avellanas, y los kiwis. Hay un pequeño porcentaje
de AGPI omega-3 que provienen de las carnes comunes a las dietas occidentales, tales
como pollo y carne de vacuno, sin embargo, se trata de la mayoría de ALA. Las mayores
concentraciones de EPA y DHA son encuentran en los peces de agua fría como el salmón,
el atún y el arenque.
2.1.1 BENEFICIOS DEL CONSUMO DE OMEGA-3
En Colesterol
En la presión arterial
En el cerebro
Los animales fuente de omega 3 son; los pescados azules (arenque –caballa –atún –
sardina – Sardina, salmón – Salmo salar); animales marinos, salmón, mejillones, atún,
anchoas, sardinas, jurel de origen acuícola.
Los ácidos grasos omega-3 de origen vegetal se encuentra el alfa linoleico C18:3, ALA;
que se encuentran en la soja (Glycine max), canola (Brassica napus), chía (Salvia
hispanica), linaza (Linum usitatissimum), Los ALA son precursores del DHA y EPA sin
embargo hace falta mayor investigación en la efectividad en la biotransformación del
mismo ya que sería necesario la elongación y de saturación por enzimas del cual sería
sintetizado solo una pequeña cantidad por nuestro cuerpo.
2.2 OMEGA -6
Los ácidos grasos de la serie "omega 6" son ácidos grasos indispensables desde el punto
de vista biológico. Todos provienen de un ácido graso esencial, denominado ácido
linoleico, que contiene 18 átomos de carbono y 2 enlaces químicos dobles. De este
último, derivan otros dos ácidos grasos de cadena más larga, también muy importantes,
llamados AGL (ácido gamma-linolénico) y ácido araquidónico.
2.2.1 BENEFICIOS DEL CONSUMO DE OMEGA- 6
CARDIOVASCULARES
Reducen la acumulación de lípidos en las paredes arteriales.
Disminuyen la presión arterial.
Intervienen en el mantenimiento y realización de la contracción cardíaca.
HEMATOLÓGICAS
nueces
cereales
pan integral
soja
aguacate
2.3 OMEGA-9
Los ácidos grasos omega-9 son un tipo de ácido graso considerados esencial con
amplios efectos biológicos positivos para la salud, como el alivio de la inflamación
relacionada con la artritis reumatoide. Ejerce una acción beneficiosa en los vasos
sanguíneos reduciendo el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y hepáticas.
Ácido oleico (18:1 ω-9) que es el componente principal del aceite de oliva y de
otras grasas monoinsaturadas.
A diferencia de los ácidos grasos ω-3 y ω-6, los ácidos grasos ω-9 no se clasifican
como ácidos grasos esenciales (EFA, acrónimo en inglés). Eso se debe a que pueden
ser sintetizados por el cuerpo humano por lo que no son esenciales en la dieta, y a que la
falta de un doble enlace ω-6 los lleva a participar en las reacciones que formarán
los eicosanoides.
Estos AG de los fosfolípiodos son utilizados para la síntesis de moléculas como los
eiconsanoides. La ruta metabólica de síntesis comienza con la toma de un AG de los
fosfolipidos de su membrana usando la fosfolipasa A2. Dependiendo del tipo de AG
Omega-3 versus Omega-6 que ingrese en la ruta metabólica de síntesis de los
eicosanoides se obtendrán moléculas con muy diferente actividad.
El efecto final de esta ruta metabólica cebada por los Omega-3 es un efecto
antiinflamatorio por modulación de sus mediadores al sustituirlos por otra serie de
moléculas de menor actividad proinflamatoria.
Los AG Omega-3 también tienen la capacidad de modular muchos otros procesos del
sistema inmunitario como la producción de citoquinas, expresión de receptores de
membrana, respuesta a mitógenos por parte de las células inmunes, producción de
especies oxidantes, producción y tipo de eicosanoides, capacidad de fagocitosis,
quimiotaxis, apoptosis, ejerciendo un efecto inmunomodulador.
4. DIGESTIÓN Y ABSORCIÓN
Los ácidos grasos en el interior de las células epiteliales se unen a una proteína de bajo
peso molecular, que es la FABP (por sus siglas en inglés: Fatty Acid Binding Protein) o
proteína Z, que los transporta al retículo endoplásmico liso, donde se reesterifican de
nuevo, formando triacilgliceroles, fosfolípidos y ésteres de colesterol. Esta proteína tiene
más afinidad por los ácidos grasos de cadena larga insaturados que por los saturados.
Se han identificado dos vías de síntesis de triacilgliceroles en las células absorbentes: la
vía del monoacilglicerol y la del glicerol-3-fosfato. La más importante desde el punto de
vista cuantitativo es la vía del monoacilglicerol, en la que un monoacilglicerol es acilado a
partir de dos acil-CoA, para dar lugar a un triacilglicerol. La vía del glicerol-3-fosfato
implica la hidrólisis de los monoacilgliceroles, la fosforilación del glicerol mediante la
glicerol quinasa, con gasto de ATP, y su acilación mediante tres moléculas de acil-CoA.
En los capilares de estos tejidos la enzima lipoproteína lipasa se activa por la apo C-II,
que hidroliza los triacilgricéridos a ácidos grasos y glicerol, siendo ambos productos
captados por las células en los tejidos. En el músculo, los ácidos grasos se oxidan para
obtener energía, y en el tejido adiposo se reesterifican para ser almacenados como
triacilgricéridos.
Los TAG del LDL y de los quilomicrones son hidrolizados a ácidos grasos libres y glicerol
en los capilares del tejido adiposo y músculo esquelético por acción de la lipoproteína
lipasa. Entonces los ácidos grasos libres son absorbidos por las células y el glicerol
regresa por la sangre al hígado y riñones, donde se convierte en el intermediario
glucolítico dihidroxiacetona fosfato (DHAP).
En respuesta a la demanda de energía, los ácidos grasos de los TAG almacenados
pueden ser movilizados para su utilización en los tejidos periféricos. La liberación de
energía metabólica, en forma de ácidos grasos, se controla por una serie compleja de
cascadas interrelacionadas que dan como resultado la activación de la lipasa sensible a
esta hormona.
Los estímulos para activar esta cascada en los adipocitos, pueden ser el glucagón, la
adrenalina o la β-corticotropina (Figura 9 – Activación de la lipasa sensible a hormona por
la adrenalina). Estas hormonas se unen a receptores en la superficie de las células que
están acoplados a la activación de la adenilato-ciclasa, después de la unión del receptor
con su ligando. El incremento de cAMP (AMP cíclico) resultante lleva a la activación de la
PKA (proteína quinasa A), que a su vez fosforila y activa a la lipasa sensible a hormona
(HSL). Esta enzima hidroliza los ácidos grasos a partir de los átomos de carbono 1 o 3 de
los diacilglicéridos. Los diacilglicéridos son el producto de la acción de la lipasa de TAG
identificada como desnutrin (también llamada triacilglicerol lipasa del tejido adiposo,
ATGL). La desnutrin/ATGL es específica para los triacilgricéridos y proporciona
diacilgliceridos cuando la HSL se activa. Los monoacilglicéridos que resultan de la acción
de la HSL son sustratos para la monoacilglicerol lipasa El resultado neto de la acción de
estas enzimas es de tres moles de ácidos grasos libres y un mol de glicerol. Los ácidos
grasos libres se difunden en las células del tejido adiposo o se combinan con la albúmina
en la sangre, y así se transportan a otros tejidos, donde se difunden pasivamente en las
células.
Tienen la capacidad de sintetizar DHA a partir del precursor LNA. Esto ocurre gracias a un
sistema constituido por enzimas elongasas y desaturasas, que aumentan el tamaño de la
cadena de carbonos y que introducen nuevos dobles enlaces, respectivamente, a los
ácidos grasos precursores. Estos procesos ocurren en el retículo endoplasmático celular.
De esta forma, el LNA tras sucesivas desaturaciones y elongaciones se transforma en
EPA y posteriormente en DHA. Sin embargo, recientemente se ha observado que el
sistema de síntesis no es un proceso directo ya que el EPA se transforma primero en un
ácido graso de 24 carbones y 6 dobles enlaces (C24:6, omega-3). Este ácido graso es
transferido desde el retículo endoplasmático a los peroxisomas donde sufre un proceso
denominado retroconversión. De esta forma el C24:6 es beta-oxidado parcialmente a
DHA, el que queda disponible para su utilización metabólica, por ejemplo, para
incorporarse a los fosfolípidos que forman las membranas celulares. Se ha propuesto que
el DHA podría sufrir una nueva beta-oxidación para convertirse en EPA. Este proceso
sería muy bien regulado y posiblemente constituiría la fuente endógena de EPA para sus
funciones reguladoras.
El ácido docosahexaenoico -DHA junto con otros ácidos grasos poliinsaturados de cadena
larga (AGPICL), representan la tercera parte de todos los lípidos de la materia gris del
cerebro. El DHA se considera importante para el desarrollo del tejido nervioso y de las
membranas sinápticas, es decir, el DHA es de vital importancia en la función neuronal
normal. Los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga están muy concentrados en la
bicapa fosfolipídica de las membranas neuronales del cerebro y de la retina y
desempeñan un papel en la función neuronal y de foto transducción.
Entre las que destacan sus efectos a nivel de la regulación génica, en el control del
sistema inmunológico, como un posible segundo mensajero, todas ellas aún poco
conocidas desde el punto de vista molecular. Sin embargo, su efecto en la función de las
membranas celulares, a través de la regulación de la fluidez, es el mejor caracterizado. La
presencia de DHA en las membranas las fluidiza, esto es, facilita el movimiento de otras
moléculas a través de su superficie o en su interior hidrofóbico. Este efecto es
particularmente importante en la formación y función del sistema nervioso y visual de los
mamíferos. En el cerebro el DHA participa en la neurogénesis, en la migración de las
neuronas desde zonas ventriculares a la periferia, en la mielinización y en la
sinaptogénesis. En el órgano visual, facilita el movimiento de la rodopsina en los
fotorreceptores permitiendo la transformación del estímulo visual en una señal eléctrica.
El desarrollo del sistema nervioso y en especial del cerebro, ocurre en el último tercio del
período gestacional, esto es, en el caso del humano durante los últimos tres meses del
embarazo. Es aquí donde comienza en forma activa la formación de las neuronas y donde
el requerimiento de DHA aumenta considerablemente. No está claro aún si el feto en este
estado del desarrollo es capaz de formar todo el DHA que requiere este proceso, por lo
cual la participación de la madre aparece como crucial en esta importante etapa del
desarrollo. En efecto, la madre traspasa activamente al feto sus reservas de DHA,
acumuladas principalmente en el hígado y en el tejido adiposo. La movilización de DHA
desde la madre al feto a través de la placenta, implica que la concentración de DHA en el
cerebro (donde llega a constituir el 40% del contenido de ácidos grasos poliinsaturados de
cadena larga) es mayor que la concentración en el plasma fetal y ésta, a su vez, mayor
que la de la placenta y del plasma materno. Este proceso que ha sido identificado como
biomagnificación es una demostración de la activa transferencia de DHA
madrecplacentacfeto. Cabe destacar que la barrera hematoencefálica es impermeable a
los ácidos grasos saturados, monoinsaturados y al colesterol, los cuales deben ser
formados por el cerebro. En cambio es permeable a los ácidos grasos omega-6 y omega-
3. La pregunta, aun sin una respuesta definitiva, es si en la etapa gestacional el cerebro
puede formar DHA a partir del LNA que le transfiere la placenta, o si requiere de un DHA
preformado dada su incapacidad para desaturar y elongar al LNA. En las etapas tardías
del último trimestre gestacional los astrocitos adquieren la función de suplir con DHA a las
neuronas en formación. La Figura muestra un modelo hipotético del metabolismo de los
ácidos grasos omega-6 y omega-3 en el cerebro.
El tejido visual es una estructura derivada del sistema nervioso y que al igual que el
cerebro tiene una extraordinaria capacidad para captar DHA desde el plasma, aunque
tampoco está claro si también tiene la capacidad para formar DHA a partir de precursores
de menor tamaño. En la retina el DHA forma parte de los fotorreceptores de los conos y
bastoncitos. Estas estructuras de la membrana, asociadas a la rodopsina, participan en la
conversión del estímulo luminoso en un estímulo eléctrico (depolarización de membranas)
y en los procesos de transducción de señales que acompañan a este fenómeno. No hay
evidencias que la retina pueda sintetizar DHA a partir de sus precursores. Sin embargo,
este ácido graso es continuamente reutilizado en el tejido ya que el recambio de los conos
y de los bastoncitos es muy activo. Estas células desprenden continuamente segmentos
de la membrana (10% de su estructura diariamente) de la parte de ésta sensible a la luz
(los segmentos externos de los fotorreceptores), que son continuamente fagocitados por
las células del epitelio pigmentado de la retina, produciéndose así una activa reutilización
de los productos de la fagocitocis, entre ellos del DHA. La Figura muestra como ocurriría
el reciclaje y la incorporación del DHA en la retina.
7.
En los
humanos y en animales las dietas ricas en EPA y DHA aumentan la proporción de estos
ácidos grasos en las membranas celulares, particularmente en los linfocitos lo cual,
además de reducir el contenido de AA en las membranas de estas células por un efecto
de competencia, disminuye la generación de los productos pro-inflamatorios derivados del
AGPICL ω-6 , El EPA también es un sustrato de la COX (1 y 2) y de la lipooxigenasa-5
cuando se ubica en la membrana plasmática, por lo cual compite con el AA en la
generación de eicosaniodes, pero en el caso del EPA estos presentan propiedades
antiinflamatorias. El EPA inhibe in vitro la transformación del AA por la COX en sus
derivados eicosanoides con lo cual la suplementación dietaria con EPA puede reducir la
formación de PGE2, TXA2 y LTB4 y mantener los niveles de la prostaglandina I 2 (una
prostaciclina) la cual es un inhibidor de la agregación plaquetaria . Si bien los productos
del metabolismo del AA (PGE2, TXA2 y LTB4) tienen propiedades pro-inflamatorias, los
productos de la conversión del EPA (TXA3, prostaglandinas I3 y E3 y LTB5) son
significativamente menos potentes en estimular la inflamación, la vasoconstricción y la
agregación plaquetaria, e incluso pueden antagonizar los efectos típicamente pro-
inflamatorios de los eicosanoides derivados del AA,
La suplementación dietaria con EPA y DHA también es capaz de reducir la producción de
citoquinas pro-inflamatorias, tales como la interleuquina-1, la interleuquina-6, la
interleuquina-8 y el factor de necrosis tumoral-a (TNF-α), que se liberan cuando los
macrófagos y monocitos son activados . Si bien estas citoquinas son potentes activadores
de la función inmune, el exceso de actividad de estas sustancias contribuye a la
inflamación patológica, situación observada en la inflamación intestinal crónica , en la
artritis reumatoidea , entre otras patologías inflamatorias. El TNF-α tiene un rol importante
en el desarrollo de caquexia en pacientes con cáncer . En este sentido la suplementación
dietaría con EPA y DHA puede reducir la producción de citoquinas inflamatorias y los
efectos del TNF-α .
La inflamación es una característica clave en una serie de condiciones clínicas, como las
enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas, cáncer, inflamación intestinal
crónica, artritis reumatoidea, asma entre muchas otras patologías , por lo cual los AGPICL
ω-3 son candidatos terapéuticos ideales para la prevención y/o el tratamiento de
patologías donde la inflamación juega un rol central.
8.3 ACTIVIDAD EN ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES
Los primeros datos que evidenciaron los efectos cardioprotectores de los AGPICL ω-3
surgieron a partir de los estudios realizados en los esquimales (inuits), quienes a pesar de
tener una elevada ingesta de grasas (superior al 30% de los requerimientos energéticos)
presentaban una muy baja incidencia de enfermedades cardiovasculares, identificándose
como la fuente dietaria de estas grasas los animales de origen marino (mamíferos y peces
ricos en estos lípidos). Estos resultados fueron confirmados en estudios realizados
posteriormente en poblaciones con una alimentación similar, las cuales evidenciaron,
además de una baja incidencia de enfermedades cardiovasculares, una menor
manifestación de enfermedades inflamatorias .Dentro de las enfermedades
cardiovasculares, la aterosclerosis es un proceso fisiopatológico de origen multifactorial
de desarrollo a largo plazo. En este proceso destacan dos componentes principales; la
dislipidemia (triglicéridos y colesterol elevados) y la inflamación. La reducción de los
lípidos plasmáticos, especialmente los triglicéridos (TG) generada por el consumo de
AGPICL ω-3, es uno de los efectos con mayor evidencia tanto en humanos como en
animales .Los aceites de pescado han demostrado que disminuyen el colesterol
plasmático y los niveles de TG a través de la inhibición de la biosíntesis de lipoproteínas
de muy baja densidad (VLDL) y de TG en el hígado, sin alterar la biosíntesis de
lipoproteínas de alta densidad (HDL) . El efecto sobre los niveles plasmáticos de TG, HDL
y LDL sería inverso cuando se ingieren aceites ricos en AGPICL ω-6, indicando que la
relación ácidos grasos ω-3/ ω-6 dietaria operaría como un sensor hepático para la
regulación del metabolismo lipídico. Los efectos benéficos de los AGPICL ω-3 sobre las
enfermedades cardiovasculares han sido abundantemente documentados en estudios
realizados en humanos y animales. Todos estos efectos se atribuyen al EPA y sus
derivados metabólicos, aunque actualmente se plantea que el DHA sería un agente
cardioprotector más potente que el EPA (34).
La acción reguladora del trabajo cardíaco de estos ácidos grasos estaría relacionada con
su capacidad para inhibir los canales de calcio tipo-L en las células cardíacas, lo que a su
vez prolongaría el período refractario haciendo al miocardio menos susceptible a las
arritmias potencialmente . En un estudio realizado en miocitos cardíacos, se observó que
el EPA puede tener efectos protectores contra la hipertrofia cardíaca mediante la inhibición
de la endotelina-1 (hormona vascular que participa en el proceso de hipertrofia de los
miocitos). El EPA y el DHA se almacenan rápidamente en los fosfolípidos de la membrana,
especialmente en las células cardíacas, lo cual sería de especial utilidad clínica en
pacientes que han sufrido un infarto. La evidencia clínica y epidemiológica nos indica que
personas que consumen pescado, al menos una vez por semana, tienen una menor tasa
de enfermedad cardiovascular.
También es importante destacar que el tipo y forma de preparación del pescado determina
los efectos cardioprotectores de los AGPICL ω-3. El consumo de pescados ricos en
AGPICL ω-3 (atún, jurel, salmón, entre otros) produce una significativa disminución en el
riesgo de presentar isquemia cardíaca en sujetos mayores de 65 años; este efecto se
observa cuando el pescado es consumido asado o al horno, mientras que cuando se
consume frito no se observa dicho efecto.
Los aceites de pescado han demostrado que disminuyen el colesterol plasmático y las
concentraciones de triglicéridos, inhibiendo la biosíntesis de lipoproteínas de muy baja
densidad (VLDL) y de triglicéridos en el hígado, e incrementando ligeramente la de
lipoproteínas de alta densidad (colesterol HDL).(2) El efecto sobre las concentraciones
plasmáticas de triglicéridos, colesterol HDL y LDL es inverso cuando se ingieren aceites
ricos en AGPI-CL Omega-6, lo que indica que la relación ácidos grasos Omega-3/ Omega-
6 actuaría como un sensor hepático para la regulación del metabolismo lipídico y el
colesterol.
La mayor parte del colesterol que tenemos en el cuerpo no procede de la dieta sino de su
síntesis endógena. El metabolismo humano, como el de todos los animales sintetiza
colesterol. Una persona normal (no obesa ni diabética) sintetiza diariamente entre 9 y 13
mg por kg de masa corporal. Así una persona de 70 kg sintetiza entre 630 y 900 mg de
colesterol diariamente. Esta síntesis se hace en varios órganos y tejidos, pero el principal
es el hígado que da cuenta del 50-75%% de la producción. Le sigue la corteza adrenal y
las glándulas sexuales (10-22%), el intestino (7-18%), las células plasmáticas (5%), y los
pulmones (3%); otros órganos y tejidos como la piel, riñones, cerebro, músculo y adiposo,
tienen una participación mínima (entre 0,2 y 1%). La ruta de síntesis de colesterol es una
de las más largas y complejas del metabolismo. El colesterol, producto final, es muy
insoluble. Estas características complican mucho su regulación y su transporte.
La mayor parte del colesterol sintetizado es recogido en el sitio por las lipoproteínas LDL
y VLDL, que también se fabrican en el hígado, y el complejo resultante se transporta al
interior del retículo endoplásmico, de donde pasa al aparato de Golgi para ser exportado a
la sangre.
La etapa limitante de la velocidad en la síntesis de colesterol se produce en el 3-
hidroxi-3-metilglutaril-CoA (HMG-CoA) reducatase, HMGR, paso catalizado.
Este segundo mecanismo viene gobernado por el colesterol de la dieta (omegas) y es
mucho más eficaz que el primero, pues él solo llega a controlar el 100% del proceso. En
efecto, si se suprime el colesterol de la dieta la síntesis de colesterol continúa
descontrolada y se sigue produciendo colesterol hasta niveles altos, mientras que si la
dieta tiene suficiente colesterol (0,5% de su composición total) su síntesis de detiene
totalmente. Varios experimentos han demostrado que en el hígado de ratas alimentadas
durante 8 días con una dieta enteramente carente de colesterol se produjo una síntesis de
colesterol mucho más alta que el de las ratas control alimentadas con una dieta baja en
colesterol, mientras que con un contenido en la dieta de 0,5% de colesterol durante ocho
días, la síntesis se detuvo por completo. Los autores de este trabajo hacen notar que sus
resultados refutan el consejo de evitar el colesterol en la dieta (son resultados publicados
en 1953, y reiteradamente comprobados con posterioridad). Este mecanismo de control
por la dieta obedece a razones obvias de economía, y funciona también en otros
procesos, como la síntesis de ácidos grasos, de aminoácidos, y de glucosa.
Los datos obtenidos de primates pueden ser más representativos para aplicarlos a la
especie humana. Los experimentos con el “mono ardilla” (Samiri oerstedii) de América
central mostraron que un contenido de colesterol en la dieta moderado o relativamente
alto (0,5-1%) produjo un descenso de síntesis de colesterol del 78,7%, frente al control
con un contenido bajo de colesterol (0,04 mg/g) en la dieta. Esta reducción ocurrió
principalmente en la síntesis hepática (96%); en otros tejidos hubo una reducción de 25-
30%. Sin embargo, en el ovario, cuya contribución al total es muy pequeña (<2%) subió
un 245% (llegando al 2,1% de la producción total). A pesar de que este cambio es poco
significativo para la totalidad del colesterol sintetizado, es interesante, pues muestra que
el ovario tiene su propio mecanismo regulador, con independencia del total: al disponer de
menos colesterol para sintetizar las hormonas sexuales, aumenta su producción propia
para atender a su demanda particular.
El mecanismo del papel regulador del colesterol de la dieta se conoce bien: en realidad, el
colesterol que interacciona con la HMGR ( enzima de la cadena de síntesis del primer
mecanismo del colesterol), y la inhibe, no es propiamente el colesterol que se ha
sintetizado en esta ruta sino el que está unido a las lipoproteínas o la proteína reguladora
SREBP(proteína reguladora intracelular) que llegan a interaccionar con ella. Estas
lipoproteínas son: las LDL que contienen el colesterol que se ha sintetizado en el sitio;
las HDL que contienen el colesterol procedente de los tejidos, y el que van recogiendo de
sus depósitos en las arterias, y los remanentes de quilomicrones (CMR) que contienen el
colesterol de la dieta (omegas). La diferencia entre ellas es que el hígado absorbe los
CMR con mayor preferencia que las HDL y LDL, y también el colesterol que transportan
los CMR se disocia mejor que el de las otras partículas para interaccionar con la HMGR e
inhibirla. Por tanto, el inhibidor más potente de la síntesis de colesterol es el que se
transporta por los CMR, todo el cual procede de la dieta. La conclusión general de estos
mecanismos es que el colesterol de la dieta es el principal regulador de la síntesis
endógena de colesterol, y la forma más eficaz (tomado con moderación) de evitar su
exceso . Este efecto se ha demostrado directamente en el laboratorio con remanentes de
quilomicrones (CMR) preparados al efecto.
Las cantidades se establecen a nivel general ya que, en última instancia, dependerán del
ciclo de vida de cada persona y de factores fisiológicos o patológicos que pueden llevar a
incrementar la cantidad necesaria. Un caso concreto son las personas con una alta
ingesta de grasas saturadas y con un nivel de triglicéridos alto, que necesitarían un alto
contenido de omega-3. Otro caso son los niños y lactantes, puesto que los ácidos grasos
omega-3 desempeñan funciones muy importantes en la lactancia. Los requerimientos de
omega-3 son fundamentales atendiendo al desarrollo cerebral y retiniano postnatal.
Para los adultos, el nivel ideal de ácidos grasos omega-3 es el 1% de la energía total (lo
que equivale a unos 100g de pescado diario). Tradicionalmente, la cantidad de estos
ácidos grasos en el conjunto de la dieta ha sido pequeña. Los estudios nutricionales
establecen que la cantidad consumida de omega-3 en España se sitúa alrededor de los
0,952 gr/día. “Si se toma como referencia una dieta que aporte 2.300 kcal/día, la ingesta
de ácidos grasos omega-3 representará un valor de 0,4 % de energía total. Se considera
que estas cantidades son insuficientes para cubrir las necesidades del individuo y
deberían aumentar en la dieta”,
Se calcula que la grasa total que un individuo necesita puede ser aportada en un rango
que oscila entre un 30-35% de la energía total. Este aporte se debe realizar en las
siguientes proporciones:
Además, ciertas enfermedades indican que hay una mayor necesidad de consumir grasas
omega-3. Por ejemplo:4
•Salud cardiaca: La Asociación Americana del Corazón recomienda que las personas que
padecen la enfermedad cardíaca coronaria consuman 1 000 mg de EPA y DHA
diariamente, mientras que las personas que tienen niveles altos de triglicéridos podrían
necesitar de 2 000 a 3 000 mg diarios.
Asimismo, la investigación muestra que las personas que tomaron 850 mg de EPA y DHA
diariamente durante 3.5 años tuvieron un riesgo 25 % menor de ataque cardíaco, y un
riesgo 45 % menor de muerte súbita.
•Depresión: Consumir dosis más altas de ácidos grasos omega-3, de 200 mg a 2 500 mg
diarios, podría ayudar a reducir los síntomas de depresión y ansiedad.
•Memoria: En un estudio, los participantes voluntarios de edad avanzada que padecían
un déficit de memoria observaron una mejoría significativa después de tomar 900 mg de
DHA diarios durante 24 semanas, en comparación con los controles.
Los suplementos de aceite de pescado podrían reducir los niveles de azúcar en la sangre
en una pequeña cantidad. Se recomienda precaución al usar medicamentos que también
podrían reducir el azúcar en la sangre. Los pacientes que toman drogas para la diabetes
por vía oral o insulina deben recibir supervisión cercana de parte de un proveedor médico
califica.
Según estudios realizados, los acidos grasos de omega podrían actuar en contra de las
propiedades reductores e triglicéridos de los agentes como la niacina,fibratos como el
gemfibrozilo y atorvastatina.
Muchos de los estudios que muestran los efectos beneficiosos para la salud fueron
hechos con dosis de omega 3 superiores a 4000 mg al día, algunas con dosis mayores
que 10000 mg al día. El problema es que a partir de la dosis de 3000 mg al día los efectos
secundarios de los suplementos de omega 3 empiezan a volverse más frecuentes e
intensos. Los más comunes son náuseas, diarrea, calambres abdominales, exceso de
gases y aliento con olor a pescado. El último efecto adverso tiende a ser muy incómodo,
siendo una causa frecuente de abandono del tratamiento.
ESTUDIOS EXPERIMENTALES
Los ácidos omega-3 de aceites de pescado, tienen alta acción antitrombótica ya que el
EPA inhibe la síntesis de tromboxanos A2 a partir del ácido araquidónico en la placa; los
tromboxanos A2 causan agregación plaquetaria y vasoconstricción, por tanto la ingestión
de omega 3 mejora la anti-agregación plaquetaria y disminuye el riesgo de trombosis,
además el TXA3, posee menor actividad biológica, formada desde EPA celular en
plaquetas humanas.
No cabe duda de que los efectos del aceite de pescado en la hiperlipidemia, están bien
documentados en estudios que han implicado dietas ricas en aceite de salmón en
contraste con dietas ricas en aceite vegetal y dietas ricas en grasas saturadas. De esto se
concluye que una dieta rica en aceite de pescado omega-3, disminuye los triglicéridos en
plasma porque inhibe la síntesis de los mismos y el VLDL en el hígado. Después del
consumo de aceite de pescado, también disminuye la producción de apo B y aumenta la
síntesis de fosfolípidos en la membrana celular .
Por lo anterior, en nuestra opinión, existe suficiente soporte científico que demuestra la
importancia de la ingestión de ácidos grasos omega-3 para aumentar los fosfolípidos en
plasma y por consiguiente, disminuir el riesgo de muerte súbita cardiaca. No obstante,
cuestionemos por qué algunos estudios de cohorte no han observado asociación en la
frecuencia de la ingestión de pescado y el riesgo de enfermedad cardiovascular coronaria
fatal o no fatal.
Bien, en principio pareciera, por todo lo expuesto, que el consumo de ácidos grasos
omega-3 sería el fin de todos los pesares cardiacos. Pero con sano criterio, es preciso
considerar que el contenido elevado de metil-mercurio en los peces, contrarresta los
efectos benéficos de los ácidos grasos omega-3, disminuyendo así su acción
cardioprotectora. El mercurio como metal de transición, promueve la formación de
radicales libres mitocondriales, además es un estimulador de la peroxidación lipídica y un
amante de los grupos tioles .
Por tanto, puede ser que los estudios epidemiológicos y otros que han reportado acciones
no tan positivas con la ingestión de pescado, lo hagan debido a las cantidades de metil-
mercurio de dichos pescados, que a nuestra manera de ver no se tienen en cuenta. Es así
como algunas poblaciones consumidoras de pescado no presentan disminución del riesgo
por enfermedad cardiovascular coronaria fatal.
Diversos estudios realizados por Olivero, indican que la contaminación por mercurio en
peces en algunas regiones de la Costa Atlántica colombiana bañada por las aguas de los
ríos Magdalena y Cauca, es elevada, y concluye que, por ejemplo, en la Ciénaga Grande
de Achi, ubicada en el sur de Bolívar, las especies mojarra amarilla, moncholo y doncella
poseen concentraciones de mercurio superiores al límite máximo internacional aceptado
para especies de consumo humano (0,5 mg Hg/g) (WHO 1991) (40). Por esta razón,
nuestra hipótesis es que el papel de los ácidos grasos omega-3 de nuestros pescados,
sería dudoso y no existe correlación del contenido de omega-3 versus el contenido de
mercurio de nuestros pescados y de su efecto cardioprotector.
La revisión de las Guías Alimentarias que en el año 2000 efectuó la Asociación del
Corazón de los Estados Unidos (AHA), incluyó una recomendación para que se
consumiera más pescado (como por ejemplo, atún enlatado), por los beneficios que
aporta a la salud cardiaca. Esta guía también menciona los efectos benéficos que tienen
los ácidos grasos omega-3 que contiene el atún fresco y enlatado, y el salmón, en
aquellas personas que padecen enfermedades inflamatorias y autoinmunes.
En los pescados también existe gran variabilidad, por ello hay especies magras como la
merluza, el congrio y la corvina, y especies con mayor contenido graso como el salmón, la
trucha y el jurel entre otros. Los pescados ricos en grasas tienen la ventaja de ser una
fuente importante de ácidos grasos omega-3. Por sus efectos en el organismo, un
consumo adecuado y frecuente de pescados ricos en ácidos grasos omega-3, contribuye
a la prevención de enfermedades crónicas, especialmente de las cardiovasculares.
El pescado es un alimento muy poco presente en nuestra dieta. Otros países, como por
ejemplo España, se sitúan en los primeros puestos en el consumo mundial de productos
pesqueros, justo detrás de Japón y Portugal. Este alimento posee indudables ventajas: es
apto para todas las edades, su consumo contribuye a prevenir enfermedades y su aporte
calórico es, en general, moderado.
Prácticamente, todos los pescados y mariscos contienen rastros de mercurio, por lo tanto,
las personas que consumen pescado quedan expuestas al metilmercurio. Pese a que el
consumo de pescado no causa un problema grave a la salud, los altos niveles de
mercurio en el torrente sanguíneo pueden tener un efecto nocivo.
EN EFECTO NEUROPROTECTOR
Los efectos neuroprotectores de los AGPICL ω-3 se deben a múltiples factores y pueden
estar relacionados con una serie de efectos moleculares a nivel neuronal, especialmente
en el sistema nervioso central (SNC). Por ejemplo in vitro, los AGPICL ω-3 han
demostrado ser capaces de prevenir la acumulación neuronal de calcio, bloqueando una
señal que puede desencadenar una cascada de eventos celulares que inducen lesión y
apoptósis neuronal.
Si bien los AGPICL ω-3, por su estructura química (con numerosos dobles enlaces), son
más vulnerables al estrés oxidativo (desarrollo de oxidación), en las células en general y
especialmente las neuronas, pueden reducir el daño ocasionado por el estrés oxidativo a
través de las neuroprotectinas (docosanoides derivados del DHA). Además, los AGPICL
ω-3 pueden regular la expresión de genes neuroprotectores, como es el caso de la
expresión del gen antiapoptotico Bcl2. Los efectos neuroprotectores de los AGPICL ω-3
en pacientes con neuropatía diabética pueden ser atribuibles a varias causas, incluido; (i)
el mantenimiento del flujo sanguíneo al tejido nervioso, (ii) la preservación de la actividad
de la bomba sodio-potasio ATPasa, (iii) cambios en la composición lipídica de la
membrana neuronal y (iv) modificación del metabolismo de los lípidos en las neuronas.
Actualmente se postula que los AGPICL ω-3, especialmente el DHA, pueden ser utilizados
como parte del tratamiento de múltiples neuropatologías, además de la neuropatía
diabética y la enfermedad de Alzheimer, entre las que destacan la enfermedad de
Parkinson, la esclerosis múltiple, la depresión y la esquizofrenia.
CON RELACIÓN AL CÁNCER
Un área de gran interés para el potencial uso clínico de los AGPICL ω-3 es el cáncer y la
caquexia relacionada con el cáncer. Estudios en ratones y en cultivos de células han
demostrado que las dietas que contienen EPA y DHA retrasan tanto el crecimiento, la
metástasis de los tumores primarios y los implantes de carcinoma humano en células
mamarias. En la misma dirección, el uso de aceite de pescado como suplemento
nutricional también aumenta la eficacia de los agentes quimioterapéuticos, como es el
caso de la doxorrubicina en mujeres con cáncer mamario .
Otro estudio en ratas con cáncer de colon, demostró que los AGPICL ω-3 afectan
directamente la expresión de genes relacionados con la tumorogénesis y la apoptosis,
reduciendo el daño celular y al DNA. Los AGPICL ω-3 modulan también las principales
moléculas de señalización intracelular y receptora nuclear, tales como PPARα y LXRs,
moléculas que al parecer desempeñan un papel en la regulación del crecimiento y la
diferenciación de las células cancerígenas. La inhibición de la producción de
prostaglandinas por los AGPICL ω-3 también puede ayudar a modular el crecimiento
tumoral y la apoptosis celular.
La caquexia, es un síndrome complejo de anorexia, pérdida de peso y pérdida de tejido
(especialmente muscular), que se observa en muchos pacientes con cáncer. La presencia
de caquexia es un indicador de mal pronóstico que complica el tratamiento farmacológico
del cáncer y aumenta la toxicidad de los medicamentos. En este sentido se ha propuesto
que el uso de suplementos nutricionales ricos en AGPICL ω-3 permitiría aumentar el
apetito, disminuir la pérdida de peso, aumentando la masa magra, proporcionando así una
mejor calidad de vida al paciente. La reducción plasmática de las citoquinas
proinflamatorias, producida por el consumo de AGPICL ω-3, beneficiaría claramente la
sintomatolo-gía de los pacientes con caquexia relacionada a un cáncer, dado que un
aumento en los niveles plasmáticos de citoquinas proinflamatorias se ha asociado con
anorexia, pérdida de peso y con el hipermetabolismo asociado al cáncer. Sin embargo, el
uso de AGPICL ω-3 para tratar la caquexia en pacientes con cáncer aún está en
discusión.
EN DIABETES- INSULINA
La transformación de los ácidos grasos, linoleico, a-linolénico y oleico a los ácidos grasos
de cadena larga poliinsaturados es modulada esencial- mente por las enzimas
desaturasas, (Fig. 3) por mecanismos dietéticos y hormonales, la insulina activa ambas
enzimas. En pacientes con diabetes Tipo I la disminución de la desaturasa se puede
reestablecer con estimulación insulínica, sobre la expresión genética de su mRNA.
Algunos datos interesantes indican que en el suero y en las membranas celulares del
músculo esquelético de pacientes con resistencia a la insulina hay altos niveles de ácido
palmítico, bajos de LA, altas concentraciones de desaturasa de los ácidos palmitoleico
y palmítico y también al- tas de desaturasa de los lípidos GLA y LA. Además, hay
concentraciones bajas de desaturasa de los lípidos ARA y DHLA.
Otros datos importantes indican que una proporción baja de ácidos grasos indispensables y
una alta de ácidos grasos saturados sobre todo el ácido palmítico en el músculo
esquelético se asocian con resistencia a la insulina, tanto en humanos como en animales.
alterar otros procesos vitales en la conservación ósea del individuo. Por lo anterior es
recomendable mantener bajos los niveles de prostaglandina E2 para evitar el desorden
fuentes de ácidos grasos omega-3, así como mantener controlada la relación omega-
3: omega-6, que afecta la presencia de esta prostaglandina E2 y de la fosfatasa
alcalina, cuando hay altos niveles de fosfatasa alcalina el hueso está en reabsorción.
Cuando la relación de ácidos grasos omega-3: omega-6 se controla a niveles de 1:2
se ha observado que se presenta una ligera formación ósea y menor reabsorción.
En la artritis los ácidos grasos omega-3 se pueden incorporar en las membranas de
los condrocitos de los cartílagos articulares y participan en el mecanismo
regulador de la trascripción genética en estas células. Este hecho le confiere un papel
benéfico a la suplementación con alimentos que contengan ácidos grasos omega-3,
para aliviar algunos efectos adversos que causan y propagan la artritis.
Un estudio entre la bioquímica de los ácidos grasos omega-3 y los omega-6 involucra
la deficiencia de vitamina B6 sobre todo en personas mayores. En ratas, se ha
observado la relación de esta vitamina con el metabolismo del ácido linoleico y del a-
linolénico, se ha visto que a menores concentraciones de ácidos araquidónico y
docosapentaenoico se producen moléculas no benéficas para la salud. La vitamina E
se ha asociado con la estructura de las membranas celulares, el control de los ácidos
grasos indispensables en ella y la protección que ejerce contra la peroxidación. Todos
estos campos de la salud mencionados, están en constante re- visión por diversos
grupos de investigadores en el mundo, por lo que se recomienda a los lectores la
búsqueda de la amplia literatura publicada.
LINKOGRAFÍA
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0034-
83762005000300010&script=sci_arttext&tlng=en
https://www.facmed.unam.mx/publicaciones/ampb/numeros/2006/03/e_AcidosGras
os.pdf
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0717-
75182011000300011&script=sci_arttext&tlng=en
https://www.nutri-facts.org/content/dam/nutrifacts/pdf/nutrients-pdf-
es/acidos_grasos_esenciales.pdf
http://www.revistaciencia.amc.edu.mx/images/revista/64_2/PDF/Omega3.pdf
http://www.redalyc.org/pdf/339/33906605.pdf
http://www.incainchi.com.pe/omega.pdf
http://cisan.org.ar/adjuntos/20110210105036_.pdf
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0370-
41062003000200002
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-
56332006000600007
file:///C:/Users/Usuario/Downloads/56T00203.pdf
http://www.metabolismo.biz/web/4-sintesis-de-colesterol-2/
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0717-
75182011000300011&script=sci_arttext&tlng=en
https://www.mdsaude.com/es/2016/01/omega-3.html
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0717-
75182011000300011&script=sci_arttext&tlng=en
https://articulos.mercola.com/sitios/articulos/archivo/2016/12/26/cuanto-omega-3-
debe-consumir.aspx
http://revmexneuroci.com/wp-content/uploads/2012/11/Nm116-06.pdf
file:///C:/Users/Usuario/Downloads/73-75%20(2).pdf
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0034-
83762005000300010&script=sci_arttext&tlng=en
http://cybertesis.uach.cl/tesis/uach/2006/fas163a/doc/fas163a.pdf
http://dspace.espoch.edu.ec/bitstream/123456789/692/1/56T00203.pdf
https://www.nutri-facts.org/content/dam/nutrifacts/pdf/nutrients-pdf-
es/acidos_grasos_esenciales.pdf
https://themedicalbiochemistrypage.org/es/omegafats-sp.php
https://themedicalbiochemistrypage.org/es/eicosanoids-sp.php
http://www.medigraphic.com/pdfs/revinvcli/nn-2005/nn053j.pdf
https://www.aiu.edu/spanish/publications/student/spanish/Produccion%20y
%20Regulacion%20de%20la%20Sintesis%20de%20Colesterol.html
https://themedicalbiochemistrypage.org/es/omegafats-sp.php