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CONOCIENDO A DIOS A TRAVÉS DE LAS ESCRITURAS

CURSOS LIBRES: PANORAMA DEL ANTIGUO TESTAMENTO


Catedrática: Ruby Alarcón de de León
Fecha: 5 de febrero 2022 TEMA 1

AUTORIDAD E IMPORTANCIA DE LA BIBLIA


La Biblia – Es la Palabra de Dios y obra inspirada por el Espíritu Santo – es alimento de la fe,
fuente de luz, aliento y estímulo para la vida personal y congregacional, es un patrimonio común para
todo creyente e hijo de Dios.
La Biblia es, esencialmente, el Mensaje de Salvación y de Sabiduría para el hombre y ha de leerse
con el propósito de obediencia. Su mensaje central es la redención y el plan de Dios para las edades,
al igual que Su plan para cada vida. Este Libro es por excelencia La Palabra de Dios
La fe cristiana, de modo unánime, expresa su convicción respecto al valor y la vigencia
permanentes de la Biblia con declaraciones afirmativas que encontramos en 2 Pedro 1:19-21:
“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar
atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día amanezca y el
lucero de la mañana salga en nuestros corazones. Pero ante todo entended que ninguna
profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por
voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por El
Espíritu Santo”.
La Biblia es, pues, el libro inspirado por Dios, en el que encontramos el mensaje que Él dirige a
los hombres. Para nosotros es la autoridad final en materia de fe y conducta. Tal vez haya cosas que
no entendamos; pero hay suficientes cosas que sí entendemos para conocer la voluntad de Dios para
nuestras vidas. ¡Leámosla! ¡Conozcámosla! ¡Practiquémosla! y ¡compartámosla a otras personas!
BIBLIA
Es el nombre con el cual se designan desde muy antiguo las Sagradas escrituras. La palabra
“Biblia” viene del griego biblion y del latín biblia, “libro” y “hoja escrita”. Ya los escritores eclesiásticos
griegos acostumbraban a designar el conjunto de los libros del Antiguo Testamento y del Nuevo
Testamento con el término grammata = “escritos” simplemente, siguiendo con ello el ejemplo de los
judíos helenísticos (Dn.9:2; Ro. 1:2; 2 Ti. 3:15; Juan 10:35).
No cabe la más mínima duda que la Biblia es el libro más maravilloso e impactante de la historia.
Es una colección de 66 libros, que a su vez se divide en dos partes principales, el Antiguo Testamento
con 39 libros, y el Nuevo Testamento con 27 libros. La palabra testamento tiene una raíz en el idioma
latín, la cual es Testamentum, que a su vez se tradujo de la palabra de los idiomas originales del
Antiguo y Nuevo Testamento que es “pacto” o “alianza”, de tal forma que la palabra pacto se traduce
del hebreo berit (‫)רית‬,
ִ mientras que en el griego se traduce de la palabra diazéke (διαθήκη). En este
sentido un testamento es un pacto, un acuerdo o una última voluntad de una persona, por lo que
podemos decir que el Antiguo Testamento es la alianza o pacto que Dios establece con Su pueblo
Los nombres “Antiguo Testamento” y “Nuevo Testamento” se usan desde el final del siglo II, con
el fin de distinguir o hacer diferencia entre el antiguo y el nuevo pacto (2ª. Co. 3:14). Testamento es el
acuerdo o pacto que Dios hizo con los israelitas, por ello en Deuteronomio 4:1-2 les exhortaba a
obedecer su ley ya que éstos entrarían a poseer la tierra que había prometido a sus antepasados:
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“Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los
ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da.
No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los
mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno". Deuteronomio 4:1-2
Como cristianos e Hijos de Dios, debemos conocer la Biblia y este conocimiento incluye el Antiguo
Testamento. Panorama del Antiguo Testamento es el estudio de los 39 libros a través de presentar
una sinopsis de cada uno de los libros.

PANORAMA DEL ANTIGUO TESTAMENTO


IMPORTANCIA Y AUTORIDAD DEL ANTIGUO TESTAMENTO
El estudio del Antiguo Testamento es de suma importancia ya que constituye más de dos
terceras partes del contenido de toda la Biblia, así como nos presenta todo el panorama necesario
para comprender el Nuevo Testamento, por tanto, nadie comprenderá claramente el Nuevo
Testamento si el Antiguo Testamento le es un misterio. Por ejemplo, será difícil comprender nuestro
estado de decadencia y condenación por causa del pecado si desconocemos los acontecimientos de
la caída del hombre que están en el capítulo 3 del libro de Génesis. También en el Antiguo Testamento
encontramos un sinnúmero de citas que aluden al carácter y misión mesiánica de Jesús, el apóstol
Pablo también citó varios pasajes del Antiguo Testamento en sus cartas para darle mayor autoridad a
sus escritos, y el mismo Señor Jesús citó en diferentes ocasiones las Escrituras del Antiguo
Testamento durante su ministerio:
“Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario
que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los
salmos”,
(Lucas 24:44).
Por tanto, no debemos desestimar el estudio del Antiguo Testamento ya que constituye una fuente
incomparable de riqueza espiritual la cual nos ayuda a comprender mejor el contenido del Nuevo
Testamento.
Otra razón por la cual estudiar el Antiguo Testamento es porque nos narra la historia de la nación
de Israel, una nación llamada por Dios para ser diferente a todas y de la cual nacería el Mesías
Salvador de todo el mundo. Prácticamente, después que el libro de Génesis introduce en sus primeros
11 capítulos el origen de todas las cosas, éste, al igual que todo el Antiguo Testamente se dedica a
narrar la historia de esta nación, comenzando con el llamamiento de Abraham, la historia de los
patriarcas, la historia de Israel desde su vida como esclavos, su liberación e introducción a la tierra
prometida, sus constantes rebeliones, castigos y liberaciones de parte de Dios a través de sus jueces,
vemos el periodo de la monarquía, el fracaso del primer rey de Israel, Saúl; la consolidación del reino
de Israel bajo el reinado de David, la época de oro del reinado de Salomón; su desvío a la idolatría
que condujo a la división del reino: reino del norte y el reino del sur, cada uno con su respectivo rey,
los tiempos de victoria y decadencia espiritual en ambos reinos, las amonestaciones de los profetas,
la ruina de las naciones y su deportación a las naciones extrajeras por causa del pecado y su regreso
a su tierra después de 70 años de cautiverio.
DIVISIONES DEL ANTIGUO TESTAMENTO

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Para Israel los libros del Antiguo Testamento representan más que el registro de su historia, es el
pacto que Dios realizó con su antepasado Abraham, - transmite la experiencia religiosa del pueblo israelita
desde sus orígenes hasta la venida de Jesucristo. Los libros que lo componen son el testimonio permanente
de la fe de Israel en el Dios único y verdadero. Creador del Universo. Es el Dios que quiso revelarse de manera
especial en la historia de su pueblo, guiándolo con su Ley, beneficiándolo con el pacto de su gracia y haciéndolo
objeto de sus promesas. Paso a paso, Dios lo convirtió en una nación unida por la fe, lo sostuvo y le mostró sin
cesar la senda de justicia y santidad que debía seguir para no perder sus señas de identidad como pueblo
elegido.

De allí que la preservación del Antiguo testamento ha sido de tanta importancia y con toda la
seriedad debida ya que contiene todas las promesas divinas que constituyen el fundamento de su
esperanza.
Uno de los mayores precursores en el cuidado del texto divino fue el sacerdote Esdras (a
quien se le atribuye haber dado forma final al Canon judío con los 39 libros) el cual puso toda diligencia
en preservar los textos sagrados con el fin de enseñar en Israel sus estatutos. Parte de este trabajo
de preservación consistió también en clasificar los Escritos divinos con el fin de enseñar de una
manera progresiva la revelación de Dios, y así los hebreos llegaron a clasificar el Antiguo Testamento
en tres partes importantes:
1) La Torá, 2) Nebiim 3) Y Ketubim.
Esta división fue reconocida por los hebreos y en un texto deuterocanónico conocido como
el Texto Sirácida o libro Eclesiástico (no debe confundirse con el libro canónico de Eclesiastés), escrito
aproximadamente en el año 190 a. C. por Jesús bar Sirac, dice: “La ley, los profetas y los demás
libros que fueron escritos después, nos han trasmitido muchas y grandes enseñanzas…”,
(Sirácida 1:1).
Vemos, que el autor resalta las enseñanzas de las Escrituras hebreas, la ley, que corresponde
a la Torá; los profetas, que corresponde a Nebiim; y los demás Escritos, que corresponden a Ketubim.
También en el evangelio Según Lucas se hace referencia a estas tres divisiones de las Escrituras del
Antiguo Testamento:
“Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era
necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas
y en los salmos”, (Lucas 24:44).
Aquí vemos como Jesús dijo que todo lo que le había acontecido estaba escrito en las
Escrituras del Antiguo Testamento, y para ello hace referencia a las tres divisiones que los judíos ya
conocían: La ley de Moisés, que corresponde a la Torá; los profetas, que corresponde a Nebiim; y los
Salmos, término con el que en ocasiones se referían a los demás Escritos, que corresponden a
Ketubim.
La colección de todos los libros del Antiguo Testamento es conocida como Tanaj, la cual es
el resultado de un acróstico de los tres nombres que reciben las tres divisiones que se le da en hebreo,
y en general, el Tanaj corresponde al Antiguo Testamento que nosotros conocemos.
División hebrea del antiguo testamento (Tanaj)
✓ La Torá (Instrucción o doctrina) corresponde a los primeros cinco libros de la Biblia y
son conocidos como los libros de la ley de Moisés o Pentateuco que incluyen Génesis,

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Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Esta sección contiene la obra base del
antiguo pacto, o la revelación de Dios en las palabras y hechos que pusieron el
fundamento del reino de Dios en la forma del Antiguo Testamento.
✓ Nebiim (profetas en español), es la segunda división conocida, y se subdivide en
Profetas Anteriores en los que figuran Josué, Jueces, Reyes y Samuel (Estos últimos
son un solo volumen), y los Profetas Posteriores: Isaías, Jeremías, Ezequiel y el Libro
de los Doce (este último es un solo tomo que corresponde a los doce profetas
menores). Estos libros contienen las revelaciones profética-histórica y de predicción
que ayudaron a Israel a constituirse como reino después de la muerte de Moisés;
fueron considerados como palabra de Dios y como vemos, un profeta o vidente era
considerado como un hombre que bajo la influencia de Dios hablaba en su nombre,
no solo para dar predicciones del futuro, sino para dar instrucciones al pueblo en
cuanto al caminar diario y la observancia de la ley de Moisés.
✓ Ketubim (escritos) es la tercera división de la Biblia hebrea, la cual incluye once libros
donde están contenidos: Salmos, Proverbios y Job, luego sigue el Megilot o rollos que
comprenden Cantar de los Cantares, Rut, Lamentaciones, Eclesiastés y Ester, y
finalmente, se agregan Daniel, Esdras-Nehemías y Crónicas (estos dos últimos se
consideran como un solo libro).

Generalmente a los autores de estos libros se les conoce como Hagiógrafos (o escritores
sagrados), es decir, autores de libros santos que no necesariamente habla de personajes que
poseyeran el oficio de profeta. El propósito de esta agrupación es mostrar a través de los libros
poéticos los frutos espirituales de los justos, además de la historia del gobierno de David y su dinastía,
así como presenta a través de Daniel, como todos los reinos de esta tierra pasarán y prevalecerá la
del Mesías tan esperado, nuestro Señor Jesucristo. Si nos damos cuenta la cantidad de libros del
canon hebreo suman 22 en total, porque se han fusionado en dos tomos algunos de ellos, como los
libros de Crónicas, Reyes, Samuel, Esdras-Nehemías; de igual forma tiene uno llamado los Doce, el
cual contiene en un solo volumen los 12 libros de los profetas menores que son Oseas, Joel, Amos,
Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías.
Ahora bien, si separamos estos 22 libros veremos que corresponden exactamente a los 39 que
tenemos en nuestra Biblia y que conocemos como los libros del Antiguo Testamento. Tal y como los
judíos; nosotros también tenemos dividido el Antiguo Testamento, y en este caso se divide en 4 partes:
1) El Pentateuco, 2) los Libros Históricos, 3) los Libros Poéticos y 4) los Libros Proféticos.

LIBROS DEL ANTIGUO TESTAMENTO


El Pentateuco.
En griego, Pentateuco es una palabra compuesta; penta significa: “cinco”, y teucos: significa
“rollo” o “libro”. Pentateuco significa “cinco libros” o “cinco libros en un solo tomo”. Esta división incluye
los primeros cinco libros de nuestra Biblia y estos son: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y
Deuteronomio. También el Pentateuco es conocido como los libros de la Ley o la Ley de Moisés. Estos
cinco libros son el fundamento de la fe hebrea.
Libros Históricos.

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Presentan el relato del desarrollo y decadencia espiritual de la nación de Israel, desde la
conquista de Canaán, su establecimiento en la tierra prometida, sus problemas en el tiempo de los
jueces de Israel, el surgimiento de la monarquía, la división del reino, su decadencia espiritual que los
llevó al exilio y su regreso a su Jerusalén después de 70 años de exilio. Los libros Históricos son:
Josué, Jueces, Rut, 1 Samuel, 2 Samuel, 1 Reyes, 2 Reyes, 1 Crónicas, 2 Crónicas, Esdras, Nehemías
y Ester.
Libros Poéticos.
Estos libros hacen una presentación del anhelo de adoración al Señor y la fe personal. En
esta sección se incluyen los libros de Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés y Cantar de los Cantares.
Libros proféticos.
Estos libros complementan el estudio y comprensión de los libros históricos que narran el
surgimiento de la monarquía y su decadencia espiritual y en estos el Señor revela sus bendiciones,
juicios y promesas. Esta sección se divide a su vez en:
1) Profetas Mayores donde se incluye a: Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel y Daniel, y
2) “Profetas Menores que son: Oseas, Joel, Amos, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc,
Sofonías, Hageo, Zacarías, y Malaquías.
TEMAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO
En cuanto a la temática que el Antiguo Testamento desarrolla; la podemos dividir en dos
partes sencillas.
1) La primera va desde Génesis 1-11, y relata los tratos de Dios con la humanidad en general, y se
presentan
✓ La creación del universo y del hombre,
✓ La caída del hombre,
✓ El gran diluvio universal,
✓ La torre de Babel y la tabla de las naciones a partir de la descendencia de Noé.

2) La segunda división va desde Génesis 12 hasta Malaquías, y registra:


✓ Los tratos de Dios con el pueblo de Israel que culminan con el establecimiento de un mejor
pacto y la redención de la humanidad caída a través del Mesías.
✓ Considera el llamamiento de Abraham y el pacto que Dios hizo con él,
✓ Los patriarcas,
✓ La liberación de Israel de la esclavitud en Egipto,
✓ La ley de Moisés,
✓ Los 40 años en el desierto,
✓ La conquista de Canaán,
✓ La monarquía en Israel,
✓ La división del reino,
✓ La apostasía de Israel,
✓ El cautiverio y su regreso a la tierra santa después de 70 años de cautiverio.

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Entre sus páginas podemos ver que descansa la esperanza de un Mesías que traería el alivio a una
humanidad pecadora. Desde Génesis 3 se contempla la primera promesa mesiánica, luego vemos la
promesa de Dios a Abraham de que en su simiente todas las naciones serian benditas, y a través del
pacto de Dios con David le aseguró que uno de sus descendientes se sentaría en el trono de Israel
para siempre. Todas estas promesas se cumplen en la persona de nuestro Señor Jesucristo de cual
hablan la ley, los profetas y los salmos. Por esta razón se puede entender porque el Nuevo Testamento
abre con Mateo, quien presenta al principio de sus páginas la genealogía de Jesús para mostrarles a
sus lectores sus credenciales mesiánicas como descendiente de Abraham y David.
RELACIÓN ENTRE EL ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTO
¿Qué relación existe entre el Antiguo y Nuevo Testamento? El Antiguo Testamento nos narra
cómo fue creado el hombre a imagen y semejanza de Dios, sin embargo, por causa del pecado, este
se alejó de Él y su vida fue de constantes males, pero fue a través de Abraham que se estableció un
pacto que años más tarde fue confirmado a su descendencia Israe,l por medio de Moisés:
“Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas
que Jehová ha dicho, y obedeceremos. Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el
pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas
estas cosas”, (Éxodo 24:7-8).
La condición que Israel tenia para mantener los beneficios del pacto que Dios había hecho
con ellos era obedecer sus mandamientos: “Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos
que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el
Dios de vuestros padres os da. No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de
ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno”,
(Deuteronomio 4:1-2).
Lamentablemente todos sabemos que Israel desobedeció y como consecuencia fueron
castigados siendo conquistados por naciones extranjeras que los deportaron fuera de su tierra natal,
pero fue aquí donde Dios prometió que habría de establecer un nuevo pacto, diferente al primero: “He
aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con
la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para
sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para
ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos
días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por
Dios, y ellos me serán por pueblo”, (Jeremías 31:31-33).
Fue así que el nuevo pacto se confirmó y se selló con la sangre de Cristo, fue a través de su
sacrificio y resurrección que estableció un nuevo, diferente y eficaz pacto por medio de la fe: “Pero
estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de
machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el
Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Porque si la sangre de los toros y de los
machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la
purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se
ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para
que sirváis al Dios vivo? Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que
interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los

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llamados reciban la promesa de la herencia eterna. Porque donde hay testamento, es necesario
que intervenga muerte del testador” (Hebreos 9:11-16).
De esta forma existe una relación entre el Antiguo y Nuevo Testamento. Los libros del
Pentateuco nos muestran como aquel hombre perfecto cayó en pecado por su desobediencia y así,
después de muchos fracasos, el Señor establece su pacto incondicional con Abraham donde promete
hacer de él, una gran descendencia y años más tarde a través de Moisés libera a su pueblo de la
esclavitud y les da sus leyes divinas.
En los libros Históricos se nos narra como Dios introduce a su pueblo en la tierra prometida,
pero una vez ya establecidos estos violentan sus mandamientos, aquí se ve el progreso de Israel
como nación, con la influencia de los jueces en ellos, sus constantes rebeliones, el establecimiento de
la monarquía, así como el fracaso de muchos reyes en conducirlo en el camino del Señor, lo cual lo
llevó a la cautividad.
Los libros Históricos se complementan con los libros Proféticos los cuales muestran cómo el
Señor levantó a sus profetas que los amonestaban por sus pecados y los exhortaban al
arrepentimiento.
Finalmente, los libros Poéticos nos hablan del anhelo de adoración a Dios, así como una
incontable fuente de sabiduría que conduce al hombre temeroso de Dios a la bendición total. En todo
esto, también surgen incontables anuncios proféticos del futuro Mesías que traería el descanso y
liberación de su pueblo. De esta forma, todo el Antiguo Testamento coloca las bases para el
surgimiento de un redentor de la humanidad caída y en el Nuevo Testamento todo esto se cumple.
Así,
✓ En Génesis encontramos al hombre caído, pero a este se le da una esperanza, la simiente de
la mujer que restauraría al hombre a su relación original con Dios;
✓ Luego en el Nuevo Testamento vemos en los evangelios el cumplimiento de todo esto,
✓ Hechos de los Apóstoles nos muestra el surgimiento de un nuevo pueblo redimido por sus
pecados,
✓ Las cartas nos hablan de la norma de fe y la vida en el nuevo pacto y
✓ Apocalipsis termina anunciando la restauración total de todas las cosas, el plan de
consumación final de Dios. En conclusión, ambos testamentos están relacionados.

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