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Nota editorial
tianos, incluidos los ricos, esta era católicos pensaban, en cambio, que
la nueva forma de la práctica pas- este tipo de caridad no solo no sir-
toral. El amor preferencial por los vió, sino que fue incluso dañino por-
pobres no solo no potenció el amor que en realidad apoyaba un sistema
de Romero por su país, sino que político injusto.
por el contrario lo fortaleció. Era el
obispo defensor pauperum (de los Romero, hombre de Dios y de la
pobres), según la antigua tradición Iglesia
de los Padres de la Iglesia. En este
Romero era un hombre de Dios, un
sentido, Romero no era un hombre
hombre de oración, obediencia y
partidista, aunque para algunos pu-
amor por la gente. Rezó mucho: se
diera parecerlo, sino un pastor que
enojaba si en las primeras horas de
quería el bien común de todos, pero
la mañana, mientras rezaba, lo inte-
comenzando por los pobres. Él nun-
rrumpían. Y era severo consigo mis-
ca dejó de buscar formas de pacifi-
mo, vinculado a una antigua espiri-
car el país.
tualidad compuesta de sacrificios,
En los últimos meses de su nervios de punta, penitencia, pri-
vida, algunos sectores progresistas vaciones. Tenía una vida espiritual
de la Iglesia, que anteriormente lo "lineal", aunque no con un carácter
exaltaban, lo criticaron severamen- fácil, riguroso consigo mismo, in-
te por apoyar a una nueva Junta transigente, atormentado. Pero en
de Gobierno, con reformistas y de- la oración encontró descanso, paz
mócratas cristianos. Romero sabía y fortaleza. Cuando tuvo que tomar
que el país estaba cayendo en una decisiones complicadas y difíciles,
guerra civil. Y él quería evitarlo de se retiró a la oración.
todos modos. Muchos, sin embar-
Fue un fiel obispo del magis-
go, tenían categorías mentales de
terio. En sus documentos es clara
revolución o maximalistas para los
la familiaridad con los documentos
cuales cualquier poder constituido
del Vaticano II, de Medellín, de Pue-
debía ser rechazado. Las reformas
bla, de la doctrina social de la Igle-
fueron estimuladas por Romero,
sia y, en general, de los otros textos
pero la izquierda las consideró un
pontificios. Pude hacer una lista de
engaño porque reducirían la ten-
las obras en su biblioteca: la mayor
sión revolucionaria. Romero pen-
parte está ocupada por los textos
só de manera diferente. Al ver los
del Magisterio. En los documentos
sufrimientos de la gente, le preocu-
de archivo se guardan los discursos
paba iluminarlos en todos los senti-
que Romero escribió para dos nun-
dos, incluso con caridad individual,
cios cuando tuvieron que explicar
con limosnas o al recomendar per-
los textos conciliares. El Cardenal
sonas para el trabajo y ayudar físi-
Cassidy relata que en 1966, Rome-
camente a los necesitados ... Otros