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Pancho Sierra, el "Gaucho Santo" de Pergamino que curaba con agua fría
Era un rico hacendado del norte bonaerense. Pero un día dejó todo para curar
enfermos con oración y un vaso de agua de su aljibe. Su tumba en Salto atrae
muchos visitantes cada 4 de diciembre, aniversario de su muerte.
Esta anécdota es una de las más famosas curaciones del llamado "El Gaucho
Santo de Pergamino" o "El doctor del agua fría". Francisco Sierra curaba enfermos
rezando una particular versión del Padrenuestro y dándoles vasos de agua de su
aljibe. Pero él decía que no ejercía ningún tipo de medicina ni hacía milagros, sino
que era Dios el que curaba a los enfermos "del alma". Curandero, manosanta,
sanador, líder espiritual, gran maestro y hasta "teósofo natural": muchos fueron los
apelativos que recibió Francisco Sierra, uno de los bonaerenses más enigmáticos
del siglo XIX, que hoy en día mantiene un importante legado espiritual y atrae gran
cantidad de devotos a su tumba, en el cementerio de la localidad de Salto, que fue
declarada Patrimonio Histórico de la provincia de Buenos Aires en 2018.
Triángulo espiritual
El nombre de Pancho Sierra suele estar asociado a dos mujeres: la Madre María
(María Salomé) y la Hermana Irma (Irma de Maresco). Los creyentes afirman que
juntos forman el "Triángulo espiritual" de la Argentina, tres líderes de un particular
culto cristiano de gran raigambre popular.
Así, juntos, se los ve a la Madre María y a Pancho Sierra en un memorable filme
de Lucas Demare de 1974 que lleva como título el nombre por el que se conoció a
María Salomé, una mujer española que fue a visitar a Sierra para que la cure de
sus males y terminó siendo su discípula y continuadora. En la película, los roles de
Sierra y María están a cargo de Hugo Arana y Tita Merello, nada menos.
María conoció a Pancho Sierra, en 1891, meses antes del fallecimiento del
sanador. Francisco le dijo que ella, que buscaba un hijo, tendría miles, pero "no de
la carne, hijos espirituales", y le anunció que continuaría la obra que él había
comenzado. En ese momento el Gaucho Santo tenía 60 años y una larga
trayectoria en el mundo espiritual.
Historia de vida
(carabelas100.blogspot.com)
El dolor del amor perdido sacudió a Pancho hasta los huesos. Volvió a El
Porvenir y su vida cambió por completo. Se encerró en el altillo de la
estancia durante siete años, en los que solo salía por las noches para ir
hasta el río cercano a meditar.
Sanador y visionario
Pancho Sierra no solo curaba: también daba todo lo que podía a los
pobres que iban a visitarlo para que opere sus milagros, y no aceptaba
ninguna compensación por sus obras. Lo extraño es que se rumoreaba,
a principios del siglo XX, que tras su muerte había dejado un fabuloso
tesoro enterrado en cercanía de la estancia, que jamás fue hallado.
Herencia