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La Lengua Apacible

Capítulo 4

Profetice su Futuro

“… si alguno no ofende con sus palabras (nunca dice cosas incorrectas) es maduro en
carácter y perfecto, capaz también de controlar todo su cuerpo, y de refrenar toda su
naturaleza” (Santiago 3:2)

Como las palabras son muy importantes y tienen mucho poder, se nos pedirá cuenta de
ellas, según la advertencia de Jesús en Mateo 12:37: Porque por tus palabras serás absuelto
y justificado, y por tus palabras serás condenado y sentenciado.

1. Domar la lengua

“Miren los barcos, aunque son tan grandes y llevados por vientos impetuosos, los dirige un
pequeño timón, por donde el que las gobierna quiere.
Así la lengua, un miembro pequeño puede jactarse de grandes cosas. Miren cuan grande
bosque puede consumir un pequeño fuego.
Y la lengua es un fuego (la lengua es), un mundo de maldad puesto en nuestros miembros
que contamina y corrompe todo el cuerpo, y enciende toda la rueda de la creación (el ciclo
de la naturaleza humana) siendo ella misma encendida por el infierno (la Gehena).
Porque toda bestia y toda ave, reptil o animal acuático, puede ser; y es domado por el genio
(o naturaleza) humano.
Pero la lengua humana no puede ser domada por el hombre. Es un miembro incansable
(indisciplinado e irreconocible) lleno de veneno mortal” (Santiago 3: 4-8)

Cualquier cosa indisciplinada, será rebelde e incontrolable, pues siempre quiere hacer
su voluntad.
Por eso es que necesitamos la ayuda del Espíritu Santo para controlarla.

Si nuestra vida no es lo que debería ser, quizá necesitemos hacer un inventario de lo que
hablamos.

Esta Boca Mía


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Tú puedes cambiar la conducción de tu vida cooperando con Dios.

Sin la ayuda de Dios no puede cambiar nada, pero obrando de acuerdo con Él, todo es
posible (Mateo 17:20)

Tú puedes comenzar a cambiar las circunstancias de tu vida, si comienzas a pronunciar la


Palabra de Dios.

Hay un gran poder y una gran autoridad en las palabras. Podemos maldecir nuestro
futuro hablando mal de él, o de contrario, bendecirlo hablando bien de él.

A Satanás se le llama el engañador porque, tal como lo dijo Jesús en Juan 8:44 es
mentiroso y padre de la mentira, todo en él es falso.

2. Bendito seas

“El que se bendiga en la tierra, en el Dios de verdad bendecirá; y el que jure en la tierra, por
el Dios de verdad jurará, porque las angustias primeras serán olvidadas, y quedarán ocultas
a mis ojos.
Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y una nueva tierra. De lo pasado no habrá
memoria ni vendrá al pensamiento.
Más os gozareis y os alegrareis para siempre en las cosas que yo he creado”.
(Isaías 65: 16-18)

Un principio vital doble que puede ser aplicado en cualquier área de nuestra vida para poder
obtener la victoria:
1. No hay palabras que tengan mayor autoridad en nuestra vida que las nuestras.
2. Nuestro futuro no puede ser bendecido hasta que desechamos el pasado.

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No recuerdes (con ansiedad) las cosas pasadas, ni tengas en cuenta las cosas viejas. He
aquí yo hago una cosa nueva. Ya es evidente, ¿no la percibirás ni le prestarás atención?
Haré camino y ríos en el desierto.

Yo creo que si decidimos dejar de vivir mentalmente en el pasado, podemos comenzar a


pensar de común acuerdo con Dios. Una vez que lo hagamos, comenzaremos a hablar de
acuerdo con Él.

3. El poder requiere responsabilidad

“Pero les digo que en el día del juicio los hombres tendrán que dar cuenta de cada palabra
ociosa (e improductiva) que hablen”. (Mateo 12:36)

Porque las palabras tienen poder, ellas son portadoras de poder creativo o destructivo.

A menudo la gente desea poder, sin responsabilidad, para jugar con él, pero Dios no le
permite tal cosa.

4. Las palabras contienen poder

Si en realidad creemos que las palabras conllevan poder, y que Dios nos responsabiliza de
ellas, estoy segura que seremos más cuidadosas con lo que decimos.

Podía sentir que la presión crecía, y todos sabemos que cuando la presión crece, la boca se
abre.

Todos tendemos a exagerar horriblemente cuando estamos bajo presión. Magnificamos o


agrandamos las cosas, las sacamos de proporción y las hacemos ver peor de lo que son en
realidad. Las palabras descuidadas que pronunciamos durante el calor del momento,
quizá no signifiquen mucho para nosotros, pero tienen tremendo peso e importancia en
el mundo espiritual.

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5. No hable muerte, hable vida

“El Espíritu es quien da vida (Él es el dador de la vida); la carne no trae beneficio alguno (no
hay provecho en ella). Las palabras (verdades) que yo les he hablado, son espíritu y son
vida”. (Juan 6:63).

Hable palabras llenas de fe creyendo, como dijo Jesús, que sus palabras son espíritu y son
vida.
¡No proclame muerte, proclame vida!

Un beneficio adicional es que cuando soy positiva, soy más féliz, y la gente disfruta más
mi compañía.

Dios se complace otorgándoles gracia y favor a sus hijos. Lo que Él hará por mí, también
lo hará por usted. Haga que su boca y sus palabras concuerden con la Palabra de Dios,
y alístese para recibir bendiciones Y recuerde siempre alabarlo y darle gracias por lo que
recibe.

6. Vigilen y oren

“Permanezcan despiertos (presten estricta atención, sean cautelosos), vigilen y oren...”.


(Mateo 26:41)

Vigilen los ataques del enemigo y oren inmediatamente.

7. Vida en la palabra

La demasiada mezcolanza en nuestra boca produce cero poder en nuestra vida.


En relación con Dios, la mezcla de positivos y negativos no es igual a fuerza o poder.

En Hebreos 4:12 dice… la Palabra de Dios es viva y llena de poder (activo, funcional,
energizante y efectivo), es más aguda que toda espada de doble filo.

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La Palabra de Dios actúa en el mundo espiritual. Es una arma espiritual (invisible) para
derrotar a un enemigo espiritual (también invisible)

La vida vence a la muerte. Hay vida en la Palabra.

8. Declarando el fin desde el principio

“Recuerden (seriamente) las cosas pasadas (que yo hice) desde tiempos remotos; porque yo
soy Dios y no hay otro, y nadie es semejante a mí.
Que declaro el resultado y el fin desde el principio, y desde los tiempos antiguos las cosas
que aún no han sido hechas, diciendo: Mi consejo prevalecerá, y haré todo lo que me place y
me propongo”. (Isaías 46:9-10)

Romanos 8:37 dice que somos más que vencedores y eso significa con toda certeza que
ganaremos, aun antes de que comience la batalla. En otras palabras, podemos ver el fin
desde el principio.

Profetizar nuestro futuro es literalmente declarar desde el cominzo, lo que ocurrirá al


final.

9. Declárelo y hágalo

“Yo he declarado desde el principio las cosas pasadas (que ocurrieron a Israel en el pasado);
con mi boca lo dije y lo hice conocer; súbitamente lo hice, y ocurrió (dice el Señor)”. (Isaías
48:3)

Note el principio básico de la forma cómo actúa Dios: Primero Él declara las cosas, luego
las hace.

Las palabras también son semillas. Sembramos semillas de palabras y cosechamos de


acuerdo a ellas.

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10. Profetice y saque provecho

“Por lo tanto te he declarado desde la antigüedad las cosas que te ocurrirían; antes de que
sucedieran te las anuncié, para que no digas: Mi ídolo las hizo, mis imágenes de fundición
las ordenaron.
Tu has oído (estas cosas que fueron predichas), y ahora ves su cumplimiento. ¿Y no
testificarás de ellas? Yo te muestro cosas específicas nuevas, de ahora en adelante, cosas
ocultas (reservadas) que no conoces.
Han sido creadas ahora (llamadas a existir por la palabra profética) no hace mucho tiempo;
y antes de que hubieses oído de ellas, para que no digas: He aquí, yo las sabía”. (Isaías 48:
5 -7)

Lo que debemos hacer es hablar y declarar la Palabra del Señor, antes de que cumpla.

11. Declare y proclame cosas nuevas en su vida

“He aquí, ya se cumplieron las cosas primeras y yo anuncio cosas nuevas; antes de que
sucedan te hablaré de ellas”. (Isaías 42:9)

Descubra lo que la Palabra de Dios le promete, y comience a declarar el fin desde el


principio.

12. Hágalo a la manera de Dios

“Jesús dijo: Yo soy el camino, síganme…” (Juan 14:6; 12:26)

Según vemos Jesús jamás fue, o habló negativamente.

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