3) LOS CONCEPTOS DE JURISDICCION Y DE COMPETENCIA,
EN EL PENSAMIENTO DE LASCANO .
D) Examen de los capitulos sobre competencia .
E) Colofin ... 02.0. ccc ccc ec vec veeeeeee esse ees
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103.
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11JURISDICCION Y COMPETENCIA EN LASCANO 103
149). Ciérrase, por “iltimo, el capitulo con la indicacién de los nexos entre juris-
diccién y proceso: aun cuando sin mencionar a Chiovenda, y valiéndose de dis-
tintas palabras, con él coincide Lascano cuando afirma que “la jurisdiccién
es la funcién y el proceso es el medio por el cual se desarrolla la funcién” (p.
213), o sea, en el fondo, la misma idea enunciada por el maestro italiano al
decir que siendo jutisdiccién y proceso términos correlativos, el segundo es el
campo donde se desenvuelve la primera.’** Por desgracia, Lascano no se detuvo
ahi, y hace suya la que reputamos temeraria asercién de Ugo Rocco, luego reite-
rada por Satta, de que “el proceso no tiene un fin por si mismo”."54
40) D) Examen de los capitulos sobre competencia.—Con el capitulo XII,
“De la competencia en general” (pp. 215-242), se inicia la segunda parte del
volumen, que por la causa expuesta en el ntimero 4 comentaremos en menor es-
pacio que !a primera. Sin embargo, dentro de la anunciada brevedad, sera este
capitulo de la serie al que mayor atencién dediquemos,
41) Comienza Lascano por rechazar que la competencia sea “una porcién o
parte de Ja jurisdiccién” (p. 215) ; pero pocas lineas después entiende que se re-
laciona con “el sujeto que ejerce la jurisdiccién”, y de acuerdo con Mortara,
Chiovenda y Carnelutti la presenta “como la porcién de poder jurisdiccional
poseida por un magistrado” (p. 216). La contradiccién no puede ser mas flagran-
te entre los dos pasajes: en el primero niega y en el segundo afirma la cualidad
de porcién jurisdiccional de la competencia y, ademds, vincula ésta, exponente de
capacidad procesal objetiva, con el funcionario y no con e} oficio.155 Nada tene-
paises anglosajones y en los més atrasados en el cultivo de Ia disciplina perdura, su-
pone asimismo sacarle de su peculiar funcién. Més adn: ni siquiera las acordadas (cfr.
supra, nota 90) estarian hoy justificadas, y s6lo en ciertos casos tendrian explicacién
meras circulares interpretativas, y aun ellas encajan mejor en el Smbito del ministerio
piblico, que no en el de la judicatura, en el que podrian resultar contrarias a la inde-
pendencia funcional, como en otro aspecto sucede con Ja jurisprudencia vinculativa de
la Suprema Corte en México (cfr. arts, 193-5 1 de amparo). Lo antedicho no se opone
a que discrepemos de Lascano, cuando Mevando su tesis a las Gltimas consecuencias,
niega incluso que el Pretor romano o el Consejo de Estado francés hayan sido 6rganos
de creacién del derectho (cir. pp. 208-210).
188 Cir. sus Principii, 4a. ed., pp. 302-3.
184 Ob. com., p. 214, en relacién con el citado Derecho Proc, Civ. de Rocco, p. 14.
En cuanto a Sara, que Lascano no pudo mencionar por razén de la fecha, véase lo
que afirma en II mistero del processo, pp. 280-1; en contra, nosotros, en Algunas con-
capciones menores, nim. 23, pp. 241-2; cfr. también CaLAMANDaet, Processo ¢ giustizia
(en “Atti Congresso Internaz, Dir, Proc.”), p. 16; Carnacint, Tutela giurisdizionale
tecnica del processo (en “Studi in onore di Redenti”, vol. II; trad. castellana de Aurelio
Romo, en “Rev. Fac, Der. Méx.”, nim, 12), nim. 1 y nota 22.
48 Aun cuando quepa contraponer una competencia en sentido objetivo (0 sea la serie
de ammtos a que se extienden las atribuciones de un érgano jurisdiccional) y otra en104 NIGETO ALCALA-ZAMORA Y CASTILLO
mos que objetar a la exposicién de! autor en orden a Jas causas determinantes
de Ja competencia ni a las divisiones de que es objeto, como tampoco a su eri-
tica de la competencia comercial (cfr. pp. 219-20), aun habiendo podido ser més
decididamente adversa a su mantenimiento;'* y dejaremos para més adelante,
como materia del capitulo XVII (véase infra, nim. 47), dilucidar si a propésito
de Jos procesos administrativos debié hablar de “‘competencia” o de jurisdiccién.
Fn cambio, si hemos de detenernos en la competencia funcional, de la que Las-
cano suministra una nocién sumamente restringida, puesto que la circunscribe
a la impugnativa (cfr. pp. 221-5), que es tan sélo una de sus manifestaciones."**
La confusi6n de la parte con el todo es aqui evidente, y en otro sentido, aunque
se trate de tendencia arraigada entre los procesalistas argentinos,’** su critica
det régimen de doble instancia (cfr. pp. 222-3) no ha logrado convencerme; pero
come en este punto nada habria de afiadir a lo dicho hace afios, a las pdginas
aludidas me remito."**
42) Un postrer extremo a considerar en este capitulo es el de la dualidad
inhibitoria-declinatoria como modos de promover las cuestiones de competencia
(pp. 239-40). Lascano combate semejante disyuntiva y se inclina resueltamente
por la declinatoria, como més sencilla que su gemela. Sin embargo, en la prdc-
tica, al menos en la espafiola, la opcidén, dentro de esta tipica norma procesal
dispositiva,”” se resuelve por mayoria abrumadora a favor de la inhibitoria.*
sentido subjetivo (es decir, el derecho y Ia obligacién que un érgano jurisdiccional tiene
de intervenir en determinados litigios) —cfr. Rosrnpeno, Lehrbuch, 2a. ed., p. 75—,
el concepto en si hay que referirlo siempre al oficio, a titulo de capacidad procesal ob-
jetiva del juzgador, mientras que los factores concernientes a Ia capacidad procesal sub-
jetiva (requisitos para el nombramiento, motives de inhibicién y de recusacién, inhabili-
dades, incapacidades, prohibiciones, etc.), atafien al oficial (jueces 0 magistrados como
personas fisicas individualizadas).
18¢ Véanse las razones que en contra de la subsistencia de Jos tribunales de comercio
aducimos en Examen del enjuiciamiento mercantil mexicano, nims. 6-13.
387 Como es sabido, el concepto de competencia funcional proviene de WacH (cfr. su
Handbuch, pp. 392-5), en quien posee amplitud mucho mayor que la que Je asigna
Lascano.
188 Véanse los datos oportunos, hasta 1945, en el vol. I, p. 250, nota 3, de nuestro
Derecho Proc, Pen. Con posterioridad, la idea de Ia instancia finica triunfa en el Segundo
Congreso de Derecho Procesal celebrado en Salta en 1948 (cfr. “Rev. Der. Proc.”, 1948,
Il, p. 216, asi come la Informacién de! Dr, Reimundin publicada en “Rev. Esc. Nac.
Jurisp.”, 1949, nGm. 42, p. 184).
489 Cfr. nuestras Notas para la reforma de la ley de enjuiciamiento civil (en “Rev.
Gen. Legisl. y Jurisp.", junio de 1933, y Juego en mis “Estudios de Derecho Prucesal”
~~Madrid, 1934—, pp. 171-5).
190 EI concepto de norma procesal dispositiva se debe a BiLow, Dispositives Civilpro-
xessrecht und die verbindliche Kraft der Rechtsordnung (en “Archiv fiir die
Praxis”, tomo 64, 1861), pp. 1, 2, 8, 15 y 16, La posibilidad de escoger entre inhibitoria
y declinatoria la consagran, entre otros, los articulos 72 y 77 de la ley espafiola y los