“Nadie ama a su patria porque ella sea grande, sino porque
es suya” (Séneca) Buen día! Honorable presidium, personal institucional, padres de familia, compañeros y público general, hoy nos encontramos aquí reunidos para soñar unos segundos con la libertad y el patriotismo que la sombra de la injusticia y la indiferencia social nos han robado, para hilar unos instantes de esperanza y valentía para ser ¡Mexicanos!, para retomar la ideología de hombres que apostaron su vida para que se respetara el derecho humano. Hoy estoy aquí con el aliento del asombro y de la consternación ¡muerte, extorción, fraude, abuso y desapariciones! Vocabulario que mi abuela y mi madre no utilizaban y que para mí son de uso cotidiano; familias marchando para que les devuelvan a sus hijos, a su esposo, a su hermano e incluso a un amigo! Y entonces pienso si me asiste el derecho de clamar ¡justicia y libertad! Cuando el sol se posa sobre la serpiente y el nopal es tiempo de sentir a México vibrar en el interior, cobijarnos con el reboso tricolor, de alimentarnos de democracia, trabajo, esfuerzo, voluntad y honestidad, sentir bajo las suelas el barro que da forma a nuestra identidad, ¡eso es patria, eso es México...! La delincuencia es el hecho social con mayor desarrollo, la lucha por las plazas entre carteles de la droga, las agrupaciones delictivas que se hacen llamar familia y que se encargan del secuestro y la extorción, de feminicidios en la región norte del país y que se han extendido a todo el país, los exterminios de familias incluyendo niños ya en plenitud del día, la solicitud de pagos por protección para poder trabajar tu negocio sin que tengas algún percance, muerte en cualquier hora y lugar del país sin respetar la civilidad, y el estado de derecho sin poderse ejecutar, un órgano militar débil y vulnerable, partida de empresas por la inseguridad evidente en nuestro país, un órgano ejecutivo permisivo y estadísticas internacionales donde ocupamos uno de los primeros lugares en inseguridad y delincuencia. El México actual carece de orden y dirección, carece de cultura civil y de formación moral, la ideología del que no tranza no avanza, y de un gobierno indiferente y coludido, de una economía dirigida a las clases poderosas y delictivas. De reclusorios llenos de inocentes sin posibilidad de pagarse una cuota interna y como resultado una vida de miseria y abuso, lleno de cuellos blancos que tras cometer crímenes contra la salud y la humanidad viven en un reinado de beneficios y placeres, de niños que quedan huérfanos por enfrentamientos entre carteles y que posteriormente son reclutados para aumentar a sus filas de acción, niños que son prostituidos para placer de degenerados que son los mejores consumidores y procreadores de actuar social, gente que desaparece sin dejar rastro y que es privada de su vida para el retiro de sus órganos. Y donde queda la patria, somos los hijos llamados a la guerra pero ahora el enemigo comparte la misma bandera, nació en el mismo suelo, y el acero es disparado entre compatriotas. Y por ello no hay razón más imperante que hacerse mejor ser humano, mejor ciudadano, para clamar ser patriota, el dar con nuestro trabajo, estudio y esfuerzo crecimiento al país y con nuestros valores, creencias y cultura dar un matiz de superación a nuestra situación actual. Aun se escucha el eco prehispánico que cuenta el origen y la devoción, cuando la lucha y la muerte era por práctica bélica y de honor, los pueblos hermanos no realizaban matanzas por crueldad o poderío, nadie desaparecía como si fuera solo un triste y vago suspiro, ¡vivos se los llevaron, vivos los queremos! ¡La patria llora!, como lloran las madres cuando un hijo pierde el camino, llora porque ya no hay pena, ni gloria porque el patriotismo es ya un cadáver que no podemos resucitar, porque cada día se comete parricidio, se dibuja en el país un mural de secuestro con matiz a ejecución, con una etiqueta de extorción y en las venas, sangre de cultura del quemeimportismo, moda de actuar social. ¡Patria!, acudo hoy a tu funeral, porque revivirte seria en un quirófano de revuelta social, y aun así quedarían las secuelas de la no libertad, pues macharon tus blasones con el grito ¡disgregación¡ y ¡esclavitud social¡. Patria, aún esclavos después de un siglo de lucha social, de héroes llenos de gloria, ¡yo te ofrezco mi infancia!, que mis formadores tengan a bien instituir en mí, los principios valores morales y éticos así como ejemplos de acciones para ser un buen patriota. Para hacer de ti, mi México ese país donde cuentan los abuelos que a los perros se les amarraba con longaniza y no se la comían. ¡QUIERO UNA PATRIA, DONDE PUEDA CRECER, JUGAR Y VIVIR EN LIBERTAD!, ¡NO QUIERO TEMER!, ¡porque México es mi casa y en casa hay que sentirse seguro! ¡Viva la patria!, ¡viva cada uno de ustedes!, porque usted, usted o usted, incluso usted, pueden ser héroes que pueden dar patria y libertad a México.