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Jorge Yarce
La magia de la voz
La manera de hablar es algo fundamental para expresarse bien. Es una excelente carta de
presentación. Cuando escuchamos hablar a alguien, podemos conocer su grado de cultura y
su educación, no sólo por lo que dice – que es lo más importante -, sino también por la manera
de decirlo. Igual conocen de nosotros los demás cuando nos escuchan.
Saber expresarse bien es saber hablar claro, adoptando la fuerza e inflexión de la voz según
las circunstancias en que nos encontremos. No es lo mismo dar un pésame que tratar de
vender la imagen en una entrevista para buscar trabajo. Mucha gente lograría expresarse
mejor y causar una buena impresión con quienes habla, si educara mejor su voz.
Oiga,! Pero no dicen que una imagen vale más que mil palabras.
Si, es cierto, pero también lo es, que una palabra bien dicha expresa, en ocasiones, más que
ciertas imágenes que no despiertan por sí mismas ningún interés. No se trata de convertirse en
locutores o presentadores sino de adquirir un estilo personal y auténtico donde encuentren su
lugar no sólo una buena pronunciación sino también, y ante todo, su personalidad y su
carácter.
Existe una conexión muy estrecha entre cómo pensamos o sentimos, y cómo lo expresamos.
Sin embargo, no siempre podemos dar a nuestras ideas o sentimientos su forma real en
palabras. Podemos comunicarnos mal por desconocimiento de los términos apropiados, por no
poder hablar con claridad, por pronunciar incorrectamente, por no saber controlar el tono o el
volumen de la voz, etc.
Sin duda, aunque usted la puede mejorar mucho si se lo propone. Y las mejoras redundarán
en una mejor comunicación con quienes le rodean. Aunque nuestro
Carácter influye en que hablemos fuerte o bajo, no podemos contentarnos con decir “es que
somos así a la hora de hablar en público. Es necesario aprender la forma de volver más
eficiente nuestra comunicación oral, de modo que podamos llegar mejor a la mente y al
corazón del público. Esta meta está al alcance de todos.
La palabra hablada es el más antiguo y fácil medio de comunicación que existe. Encierra
grandes posibilidades y es la más importante forma de expresión que tiene el hombre a la
mano. Su expresión adquiere, con el buen uso de la voz, una riqueza insospechada.
Mire: hay gente que no abre la boca, o habla muy poco y se impone sobre el que habla mucho,
que corre el riesgo de hacerse pesado y convertirse en un parlanchín.
De acuerdo. Sin embargo, no olvide que nos comunicamos no sólo con palabras. También es
mensaje nuestro tono de voz, el volumen, la entonación, las pausas, los silencios, etc.
Espontáneamente, al hablar, nos damos a conocer y revelamos nuestros sentimientos y
emociones más profundos.
Y es natural que sea así. Pero, a veces, estas comunicaciones inconscientes obstaculizan la
comprensión de las ideas que queremos expresar. Por eso conviene aprender el modo de
hablar más efectivo para dar a conocer un mensaje sin obstáculos. Trataremos de explicarle lo
más importante para hablar bien, para que usted llegue a expresarse con un estilo personal
agradable y efectivo: el estilo personal.
Un autor ha dicho que es estilo es la mejor manera personal de expresarse. Cada quien tiene
el suyo. Sin embargo, para que llegue efectivamente al público, debe tener una serie de
cualidades objetivas que mejoran la comunicación con él. Son como el marco de su expresión
personal, que la resaltan, hacen ver mejor y lo llevarán a tener su propio estilo.
Son: claridad, fuerza, vitalidad, variación, ritmo, adaptación al tema y el auditorio, y ser directo (
Ander y Aguilar). Veámoslas:
Claridad: Para conseguirla, es indispensable tener claridad de ideas, lo cual no es otra cosa
que comprenderlas bien, sin confusiones. Sólo cuando se entiende bien una idea, es posible
expresarla correctamente.
Para darnos a entender no basta con tener las ideas claras interiormente. También hay que
saber expresarlas; es decir, hay que emplear los recursos del lenguaje necesarios para explicar
las cosas sin ambigüedades.
Ante todo, un vocabulario amplio. No hay que usar términos rebuscados o palabras poco
usuales, pues perderíamos claridad al no hacernos entender por exceso de complicación, sino
de poder recurrir con fluidez a las palabras que necesitamos sin redundancias ni silencios
demasiado prolongados.
La claridad es necesaria en todo tipo de intervenciones. Es necesaria tanto para una charla con
gente corriente como para una conferencia de especialistas. Desde luego, en algunos casos
será necesario hablar con expresiones más técnicas o específicas, pero nunca de modo que el
público pueda confundirse.
El orador debe hablar según las exigencias del público , no según su erudición. Evite parecerse
a esos oradores que, para hacer alarde de sus conocimientos, hablan como si escribieran un
tratado. La calidad de un conferenciante no se mide por la complejidad de las expresiones, sino
por su capacidad de establecer con su público una comunicación fecunda y efectiva.
El orador debe poseer un basto vocabulario, para poder decir lo mismo de diferentes maneras.
Varios elementos:
La sencillez no es lo mismo que hablar vulgarmente. Hablando claro se pueden decir las
mayores verdades o las peores tonterías. Recordemos siempre que hablar con claridad no es
hablar neciamente, sino expresar pensamientos – aún los más profundos – de modo que los
comprendan todos los que le escuchan.
Fuerza y vitalidad: No se trata de hablar con dureza, sino de interesar y motivar al público.
Una intervención en público puede causar sueño o sopor, puede adormecer a la audiencia o
aburrirla, si el expositor no logra cautivarla. Usted tiene que decir las cosas de modo que el
público mantenga su interés y a eso ayuda mucho la fuerza y el convencimiento con que hable.
Incluso, si habla alto y claro, de paso evita el sueño de algunos y despierta a los que han
empezado a dormir.
Se olvidan los respetos humanos, el qué dirán, y se dice lo que hay que decir. Contra la
lentitud, los remedios son el dinamismo, que da una buena preparación, y el sentir a fondo lo
que se está diciendo. Contra la pusilanimidad, finalmente esta la valentía. Hay que asumir el
reto de hablar al público y, además, tomarle gusto a este trabajo, especialmente cuando hay
que emplearlo regularmente.
Recuerde que sin energía y vitalidad no hay persuasión, ni motivación. Un expositor dinámico
entusiasma y atrae.
No se trata de hablar duro, ni a toda carrera, sino con la suficiente potencia y ritmo para que el
público no se distraiga.
Utilice palabras directas con fuerza e interés. Evite, no obstante, los clichés o palabras muy
gastadas. La energía se consigue más con la vitalidad que transmite el orador, que con el uso
de palabras fuertes.
Sea breve. Que sus frases sean sencillas. Evite la pesantez de las construcciones complicadas
o de las frases de cajón.
Variación y ritmo. Hay que evitar la monotonía Para ello es necesario animar al público con
diferentes cambios en la forma de exponer, que lo mantenga interesado todo el tiempo. Las
variaciones de estilo pueden ir desde caminar por el escenario hasta emplear anécdotas, usar
ayudas audiovisuales en determinados momentos, etc.
Ayudan mucho a darla variedad a su exposición especialmente dos cosas:
Evitar los tics y muletillas como “este..”, “pues”, “eh”, “entonces”, “efectivamente”,
“¿Cierto”, “¿Verdad?”, etc.
Saber emplear el sentido del humor oportunamente, para distensionar, atraer la atención,
etc.
Aunque el estilo debe ser variado, la exposición debe guardar una unidad clara. Debe
mantener un ritmo homogéneo. Para mantenerlo, evite usar frases muy largas o muy cortas –
estilo telegrama – y, menos, contrastar fuertemente unas con otras.
Los silencios juegan un papel importante en la definición del ritmo. Son necesarios para hacer
comprender los cambios de tema, la progresión en la exposición y los puntos más importantes.
Muchas veces crean suspenso que le da dramatismo a la intervención.
Tampoco puede hablarse igual cuando se lee un discurso amistoso en una reunión familiar o
cuando se participa en un debate frente a un grupo de expertos. El orador debe comprender la
circunstancia de su intervención y hablar conforme a ella.
Esto no significa adaptar a ella el carácter o las propias convicciones u opiniones, pues se
caería en hipocresía, inautenticidad y falsedad. Es adecuar la forma de dirigirse al público, de
manera más familiar, más formal, con más o menor rigor expositivo, etc., según el caso.
Lo importante es recordar que no es el público quien tiene que adaptarse al orador, sino éste a
su auditorio. Al menos, debe ser el que dé el primer paso para que al público le resulte más
fácil acostumbrarse al estilo personal del orador.
Estilo directo. Ser directo no es solamente hablar claro, sino llegar a la cabeza y al corazón de
los oyentes, de modo que la charla sea realmente una comunicación personal. Para esto, ante
todo hay que comprender al público; adivinar sus necesidades, atender a sus intereses y, sobre
todo, escucharlo cuando llegue el momento.
Es necesario que el orador se identifique con el público, para poder entender sus
circunstancias y responder a sus inquietudes. Esta comprensión no puede ser fingida; el
público es siempre perspicaz y se da cuenta fácilmente de las intenciones del orador. Un
orador que no sepa llegar directa y sinceramente al fondo de las personas que integran su
auditorio no podrá llegar a convencerlas.
Ahora bien, establecer contacto con las gente no es difícil, si deja a un lado las prevenciones y
se muestra tal cual es. Hay que recordar que el público responde si ve en el expositor ideas
claras, deseo firme de expresar lo que quiere decir y, sobre todo, el ánimo de establecer con él
un diálogo con sentido, que lleve al público a estar agradecido por lo que el orador le haya
puesto a pensar, o por las ideas que le ha descubierto o redescubierto.
Para aplicar estas cualidades, el orador necesita aportar una serie de ingredientes (Ander y
Aguilar). Algunos son talentos naturales de los que ciertas personas están mejor dotadas que
otras, pero todos podemos desarrollar el talento de hablar bien. Es cuestión de disciplina,
práctica y paciencia.
Sentimiento y emoción. Aunque todos los experimentamos, no a todos nos resulta fácil
expresarlos apropiadamente delante del público. Hay que evitar tanto la frialdad y la
indiferencia, como el sentimentalismo. Al hablar en público no puede desligarse nunca el
pensamiento del sentimiento. Sentimiento y emoción surgen auténticamente cuando se cree
firmemente en lo que se dice. Esta convicción es la que en definitiva convence y mueve las
voluntades.
“El humor permite improvisar salidas en momentos de apuro, desviar una conversación insulsa,
reenviar una objeción o una pregunta poco discreta, rebatir los argumentos del que se pone
pesado, inocular buen espíritu donde alguien haya
Intentado turbarlo, aplazar con una salida ingeniosa la respuesta a una pregunta difícil y
comprometedora”.
Cuidado la ironía es una forma aguda y muy ingeniosa del humor. Consiste en decir cosas
serias valiéndose de la broma, o expresar algo empleando las palabras contrarias. Es de gran
utilidad en debates, discusiones difíciles, defensa de argumentos en los que es necesario
ganarse al público, caricaturizar ciertas tesis o planeamientos, cuando se desea convencer a
alguien de algo, etc. Pero hay que medirla, porque es una cualidad que se puede transformar
en vicio.
Ser irónico puede crear recelo y desconfianza aunque no haya razón para ello, y puede
conducir al sarcasmo o a la burla. En el mejor de los casos, su uso demasiado frecuente revela
respetos humanos. Siempre es mejor hablar directa y sinceramente, lo que no implica ser
ofensivo.
Hemos visto ya los requisitos básicos para hablar en público. Los elementos que hacen de esta
actividad un arte. Sin embargo, este arte necesita el soporta de unos fundamentos técnicos.
Dichos fundamentos están relacionados ante todo con la voz.
¿Cómo así?
La voz es una parte constitutiva de nuestra forma de hablar. Y puede afectar positiva o
negativamente nuestro estilo, según la manera como la utilicemos. La voz es una señal
característica de nuestra personalidad, que la diferencia de los demás. Cada quien tiene su
voz, pero para hablar en público es necesario pulirla un poco, especialmente si tiene ciertos
defectos extremos (muy chillona, demasiado grave, muy baja, mala vocalización, etc). Al
corregir esos defectos, su expresión será mas sencilla y agradable.
En primer lugar, veamos los tres elementos que determinan las características de la voz.
Diferenciándolos podremos ver si tenemos fallas serias en la vos (o de elocución), y de qué
manera podemos remediarlas.
Tono: Varía según la dimensión de las cuerdas vocales. Va desde los tonos graves a los
agudos. Según el tono, las voces suelen dividirse en cuatro grupos, correspondientes a las
cuatro voces básicas clasificadas para el canto: soprano (la más alta) y contralto (la
más baja), para voces femeninas; tenor y bajo para masculinas.
No se puede cambiar el tono sin impostar la voz, es decir, forzarla para que produzca
sonidos superiores o inferiores a su propio registro. Este es un hábito poco
recomendable, pues puede dañar las cuerdas vocales. Procure siempre hablar con su
tono habitual, si es alto o bajo.
Evite la voz monótona, lineal y sin cadencias, pues es aburrida e inspira somnolencia.
Aproveche con naturalidad la variedad de tonos que ofrece su registro de voz.
Intensidad. Equivale al volumen o fuerza con que se emite el sonido. La intensidad hay
que manejarla a voluntad, según las necesidades. Por ejemplo, según el tamaño del
auditorio. La variación intencional y oportuna del volumen es uno de los mejores
medios para interesar al público en la intervención.
Por medio de ella se puede concentrar la atención dispersa, crear un clima de intimidad
o de suspenso, sorprender o impactar, recalcar emotivamente aspectos importantes,
etc.
Desde luego, el micrófono alivia estas preocupaciones casi del todo. Cuando no hay
acceso a él, hace falta esforzarse un poco. Dicho esfuerzo es menor si vocaliza bien.
Estos defectos no sólo hacen desagradable o risible la voz, sino que pueden afectar las
cuerdas vocales. Por eso hay que aprender a usar la voz adecuadamente; sin duda
sonará mucho mejor. Cualquiera puede hacerlo ensayando a solas en casa. El mejor
timbre es el que se emite cuando se habla con seguridad. Ese es el que debemos
utilizar siempre, y al que debemos recurrir conscientemente siempre que vayamos a
hablar en público.
No es un caso tan habitual como podría pensarse, porque casi siempre hay
posibilidades de mejorar la voz. Sin embargo, si tal caso se presenta, recuerde que no
es un obstáculo para hablar en público. No es razón para intimidarse, sino motivo para
sobresalir.
Cuando se habla con estilo, y se dicen cosas valiosas -todos podemos-, la voz no es
tan importante; al contrario, se hace un distintivo característico por el cual el orador no
pasa inadvertido. Así ha ocurrido con numerosas figuras públicas, que deben mucho de
la fama o simpatía que despiertan, a ciertas peculiaridades de la voz, que los hacen
diferentes de los demás.
Lo importante es reconocer cuáles son las virtudes y defectos de la voz que tenemos,
para reforzar las primeras y sacarles de modo que la gente atienda y entienda lo que le
decimos, así los obliguemos a hacer un esfuerzo para captar bien lo que decimos,
porque sabemos interesarlo a pesar de todo.
Pues bien, el canto -en un coro o un conjunto, por ejemplo- ayuda muchísimo a eliminar
todos estos vicios, porque exige al cantante, primero, afrontar y conocer su propia voz;
segundo, educarla haciéndola más precisa y matizada; tercero, mejora la
pronunciación; y cuarto, desarrolla la potencia de la voz. Una voz acostumbrada a
cantar es siempre más clara, limpia y agradable. Además, no olvide que quien no tiene
miedo de cantar, menos aún lo tiene para hablar en público; al contrario, lo segundo le
parece más sencillo, y lo hace con propiedad.
Pero yo no tengo oído musical.
En todo caso, tenga o no disposición o facilidades para la música, hay una serie de
técnicas destinadas a mejorar la voz, que conviene que usted conozca. No
ahondaremos en ejercicios complejos y tediosos a los que tienen que someterse los
locutores y cantantes profesionales. Simplemente voy a explicarle algunas prácticas
fundamentales.
Ejercicio 1
Teniendo en cuenta estos tres aspectos, lea un texto (puede ser una noticia del
periódico o de una revista, algún pasaje interesante de una novela o un relato,
etc.) Más adelante veremos otros ejercicios mas detallados.
Finalmente, un consejo práctico: Cante. Aquí tiene un secreto que vale oro. No
lo desperdicie.
El canto ayuda mucho a dar claridad a la voz. Quien puede dar con precisión
una o varias notas musicales consecutivas, es capaz de
4. Con el maxilar relajado, apoye la punta de la lengua contra los incisivos inferiores
como si se fuera a bostezar. Emita un "aaaaaaa" a manera de suspiro y vea cómo la
tensión de la boca disminuye.
Repita estos ejercicios varias veces al día hasta que los domine, y recuerde también
realizarlos antes de una intervención en público .
Ejercicio 2
¿Y cómo o se hace?
1. Colóquese de pie, con la cabeza y la espalda- rectas, solo-que- ahora- usted eleva
el hombro izquierdo y después sobre el derecho. Firme
Eleva los hombros tanto como pueda y los deja caer sin que se hunda el pecho.
Repítalo hasta que desaparezca la sensación de tensión en los hombros.
2 . Ahora, con la misma posición inicial, deje caer totalmente la cabeza sobre el pecho,
luego sobre el hombro izquierdo y después sobre el derecho. Finalmente, otra vez
hacia adelante de manera rápida, sin hacer esfuerzo; que todo se caiga por su propio
peso.
Articulación y pronunciación
Por ejemplo, si usted lee un discurso y el público dice "¡Qué buena dicción
tiene!", no se están refiriendo ni al interesante contenido, ni al entusiasmo que
despertó, ni al estilo con que lo hizo, ni al amplio vocabulario, ni a la fuerza de la
voz, sino a la manera como emplea los órganos vocales (boca, garganta, labios,
lengua, etc.) Para emitir las palabras.
Ejercicio Nº 3
Vamos a practicar ahora algunos ejercicios para mover la lengua y los labios. Siempre
es bueno un calentamiento que nos prepare.
Ejecútelos diariamente, varias veces consecutivas, hasta que tenga cierta facilidad.
1) Abra la boca tanto como le sea posible. Abajo la mandíbula y las comisuras de los
labios
Bien separadas, lo más rápido que pueda y de un solo golpe.
Ahora cierre la boca instantáneamente y apriete los dientes con toda su fuerza.
4) Con la boca cerrada, apriete los labios hacia adentro con toda su fuerza.
Separe ahora los labios rápidamente dejando ver los dientes apretados aún. Vuelva
nuevamente a apretar los labios.
Eleve las aletas de la nariz como si tuviera asco, al mismo tiempo baje todo lo que
pueda el labio superior.
6) Abra y cierre la boca primero con los labios abiertos y luego cerrados
7) Abra la boca, saque la lengua muy puntiaguda, entre la lengua y cierre la boca. Por
último, haga que su lengua recorra rápidamente las encías.
9) Con la boca abierta haga que la punta de la lengua toque sucesivamente los
dientes superiores, inferiores, la comisura labial derecha y después la izquierda.
10) Saque la lengua, y en punta muévala rápidamente de arriba a abajo varias veces.
11)Apriete los labios, sople fuertemente con la boca cerrada y provoque una pequeña
explosión después.
"Corazón de la corazonería".
Ejercicio Nº4
Para aplicar a este ejercicio, se deben haber aprendido bien los anteriores.
Respire lo más profundamente que pueda y cante una canción con la boca cerrada.
En un principio lo hará tomando aire las veces que sean necesarias. Una vez
dominado el ejercicio, ~-con una sola bocanada de aire mire cuánto tiempo es posible
cantar con la boca cerrada sin tomar aire de nuevo.
Procure darle precisión a las notas y hacer la letra lo más comprensible dentro de lo
posible.
Ejercicio Nº 5
Pronuncie la frase ¿estas tú aquí?, empezando con un tono bien grave e irlo subiendo
hasta lo más agudo que pueda.
Una vez hecho lo anterior pronuncie las siguientes tres frases en un tono grave, pero
con matices diferentes, es decir de diferentes maneras.
- ¡Qué oscuro está!
Pronuncie las siguientes frases con las correspondientes variaciones de tono, rapidez y
colorido.
Y las tres frases siguientes las dirá en tono agudo pero con matiz diferente.
Ejercicio Nº 6
Texto 1
"Son las diez, la señora va a levantarse. En ancha cama de bronce dorado, altísima la
cabecera, labrada de finas labores reposa la gentil española. Reclina su cabeza en
diminutas almohadas, guarnecidas· de lazos de seda, orlada de anchos y sutilísimos
encajes-; Un rico cobertor bordado en oro y seda cubre la cama ...
La señora se levanta. Sus largos y negros cabellos están partidos en bandas y atados
atrás con una cinta; cubre su adorable cuerpo amplia 'J: suave camisa, cuyas mangas se
abrochan en la muñeca con botones de brillantes; son los puños y el cuello. De seda con
caprichosas flores bordadas.
Sus criadas vanle ministrando los afeites. Una la perfuma con pastillas mas olorosas;
rocíala otra cogiendo agua de azahar en la boca lanzándola a través de los dientes en
menuda lluvia.
En el tocador, como en todos los tocadores, hay mil chismes y variados efectos. Hay
en este, si te place, lector -y tomo la relación de un poeta de la época-, un
emballenado (corsé) nuevo; treinta y seis peines, entre pequeños y grandes, diez de
hueso y catorce de marfil, los demás de boj; trece cascos y medio de búcaro de la
Maya; seis pares de perendengues
Seis papeles de alfileres; dos pares de guantes; treinta papeles de color, a más de las
salsillas, y librillos para el afeite de la tez; Un espejo de media luna; un papel de
solimán; tres moldes y tres agujas para el pelo; seis perantones; tres abanicos
pequeños "descubretalle"; una memoria para la cara y cabello; tres sortijas de
azabache; seis de vidrio; unos lazos nuevos de azul claro; bocadillos, bobos, cintas,
(Azorín)
Ejercicio Nº 7
Repita frases cortas como por ejemplo “Me es totalmente indiferente'', como si se
estuviera dirigiendo a una persona que se encuentra cada vez más lejos, pronúnciela
en todos los tonos desde el más bajo, hasta terminar gritando, pero sin forzar su
garganta chillando, porque de esa manera el ejercicio pierde su objetivo. Siempre trate
de hacerlo llevando un tono claro y sonoro. Al final, repita el ejercicio cantando la
frase.
Claro, si no quiere, no tiene que hacerlos; pero son recomendables no sólo para
aprender a hablar mejor, sino también por su salud. Además, no olvide que en una
exposición la forma cuenta mucho. Mientras mejor hable, mejor se comunicará con su
auditorio.
Muchas personas sufren, por distintas causas, un alto grado de nerviosismo cuando
tienen que hablar en público. En ocasiones llegan a bloquearse tanto que se olvidan
de lo que tienen que decir, y no son capaces de salir airosos del problema. Para esos
casos no es suficiente afrontar a secas la situación, por lo que el esfuerzo de
autodominio debe ir complementado con algunos ejercicios previos de relajación.
Si la conversación tiene que salir bien, nos sentimos muy presionados o nerviosos por el
público o por lo que tenemos que decir. En ese momento es vital "lanzarse al ruedo"
calmados. Los ejercicios de respiración son una gran ayuda para esto.
¿Qué tiene que ver como yo respiro con mi comportamiento ante el público?
Tal vez le ha ocurrido que cuando se encuentra nervioso antes de una actividad muy
importante ante la que no se siente muy seguro-presentar una entrevista para su
nuevo trabajo, responder un examen definitivo, dirigirse a un público numeroso, etc.-,
usted busca inconscientemente un lugar apartado para estar a solas, en silencio y
ordenar sus ideas.
Las personas que deben representar en público actos que exigen altas dosis de
concentración y exactitud, suelen hacer ejercicios de relajamiento y de preparación
sicológica antes de salir a escena. Piense en un ballet, un coro, un concierto, una
obra de teatro, un circo o una ópera. Cualquier falla se notará. En el mejor de los
casos, una rechifla; en el peor, un accidente grave.
Aunque dictar una conferencia o dar una charla, no suele ser tan complicado como
interpretar a Hamlet o dar un salto mortal a diez metros de altura. Para una persona
tímida o extremadamente nerviosa, hablar en público es similar a hacer acrobacias
circenses. Por lo mismo, debe prepararse bien, y disponerse para que su memoria, su
voz y su cuerpo respondan adecuadamente a su voluntad.
Los ejercicios de respiración son una gran ayuda, especialmente para los neófitos,
pues la experiencia reduce considerablemente el nerviosismo y habitúa al individuo a
entrar en contacto directo con su auditorio.
En todo caso, habituarse a respirar mejor es saludable, y es recomendable que toda
persona adquiera el hábito de usar mejor sus pulmones. Después de todo, oxigenar el
cuerpo a través de una buena respiración, eleva su capacidad energética, facilita el
movimiento de sus músculos y le da lucidez a su cerebro permitiéndole una mejor
concentración. Si se oxigena bien, pensará mejor.
¿Cómo así?
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La respiración ayuda a la voz
Partiendo de esta base, le diremos que la forma en que usted respira determina la
fuerza de su voz; es decir, entre mejor respire, mejor hablará.
Ejercicio Nº 9
Colóquese de pie, lo más derecho que pueda, sin tensionarse. Eleve un poco la
cabeza, de forma que el aire entre a sus pulmones con más libertad. ¿Listo? Bien,
ahora respire suavemente por la nariz hasta que los pulmones queden totalmente
llenos. Manténgalos así durante cinco segundos, luego suelte el aire despacio por la
nariz. Es sencillísimo, hágalo tres o cuatro veces cada dos horas y se sentirá muy
bien. Lo más importante de este ejercicio, es que usted se acostumbre a respirar
profundamente la mayor parte del tiempo. Así, su capacidad de contener aire se hará
mayor y por lo tanto tendrá mucha más facilidad para realizar los otros ejercicios.
Ejercicio Nº 10
Una vez que se acostumbre a respirar profundamente con cierta regularidad, empiece
con este ejercicio: En la misma posición, tome todo el aire que pueda por la nariz y trate
de acumularlo solamente en el pecho. Ahora lo expulsará por la boca muy lentamente.
Hágalo también tres o cuatro veces cada dos o tres horas. Sólo le tomará un par de
minutos. Una vez que lo domine, traslade el aire tomado al vientre. Es un poco más
difícil, pero con algo de práctica se le facilitará. Practique constantemente; es la mejor
forma de lograr una voz potente. Ejercitándose una y otra vez, se dará cuenta de cómo
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progresa en el manejo de su voz, en intensidad y tono, en ritmo y claridad. Descubra por
sí mismo la magia de su voz, eso que le abrirá tantas puertas y de lo que usted necesita
constantemente. Habrá- dado un paso más para saber expresarse bien en todas las'
circunstancias de su vida.
Ejercicios de respiración.
Lo primero, cambie la idea "no tengo buena voz" por "no sé respirar correctamente". El aire es
la materia prima de la fonación.
La respiración correcta se denomina DIAFRAGMATICA, porque, distendiendo el abdomen; se
logra que el diafragma sea el soporte y la catapulta del aire que hará vibrar sus cuerdas
vocales. Aspire profundamente y mida el tiempo que puede leer hasta necesitar aire
nuevamente, también, prolongue una vocal (Ej. Uuuuuuuuuuuuuu..) Y cronometre su duración
hasta que se quede sin aire. Probablemente serán 10, 15 o 20 segundos.
Aspire lentamente por la nariz, cuidando que el aire que toma empuje los músculos del abdo-
men, expela el aire como si estuviera soplando suavemente; diez veces.
Poco a poco los pulmones irán aumentando su capacidad. Estas respiraciones deben ser
profundas y lentas.
Levante moderadamente la cabeza, soltando los brazos, sin tensiones musculares.
Luego de la aspiración profunda, detenga el aire introducido (10 segundos) y suéltelo
soplando lentamente.
Vamos a aprovechar para graduar la salida de aire y de esa manera emitir mejor.
Para ello, al soltar, emitiremos el sonido de la letra u, de manera continua, sin cortar la salida
del aire: u u u uuuu U uuuuuu U uuu ...
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La emisión del sonido debe ser suave, para ello "gastar aire". Se recomienda la letra u porque
la posición de los labios para pronunciada evita que derrochemos aire.
Así ejercitamos mejor la administración de aire y el control de los múltiples músculos que inter-
vienen en el lenguaje oral. Al principio el sonido uuuuuiuuuuuu ... Sale un poco
Tembloroso, y con variaciones. Precisamente, eso demostrará que aún no se domina la "salida
del aire", mediante el ejercicio continuo, sonará uniforme y firme. Nuestros sonidos pueden
salir fuertes o débiles, dependiendo de la cantidad de aire que utilicemos en su emisión y de la
técnica que utilicemos para fortalecer los músculos correspondientes..
Emita sonidos con diferentes vocales, pero variando la intensidad, es decir, unas veces
haciéndolas sonar fuerte y otras muy débiles. Obviamente, cuando produzca sonidos fuertes,
el aire se le terminará más rápido; pero, así aprenderá a dominar su salida y a conocer
variaciones de modulación.
Luego en lugar de vocales pronuncie las letras m y n. Aspire profundamente, haga sonar
mmmmmmmmmmmmmmmm ... Y nnnnnnnnnnnn ... Alternadamente en cada respiración.
Ponga especial atención a la repercusión de esos sonidos en toda su cabeza. Sienta como
toda ella vibra. Notará que el aire sale por la nariz cuando dice mmmmmm ... O nnnnnn ... Y
que resuenan en su cabeza.
Compruébelo tapándose un segundito la nariz. Cada vez, trate de que esos sonidos se
escuchen más fuerte.
Luego, mezcle esas consonantes con vocales. Por ejemplo: nnnnnnnnnnnnaaaaaaa ...
Nnnnnnn eeeeee ... (imite un mugido) mmmmmmmmmmmuuuuuu .. , etc.
Ahora usted podrá sentir la diferencia entre gritar y hablar alto. Cuando grita, está irritando su
garganta y forzando sus cuerdas vocales. En cambio "cuando habla en alta voz, solamente
esta utilizando mejor su aire y proyectando más el sonido.!
Para proyectar o colocar mejor su voz vienen estos ejercicios: procure que el sonido producido
por el paso del aire por sus cuerdas vocales, haciéndolas vibrar, choque y resuene en su
paladar y salga fuerte, claro y sonoro.
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Levante su cabeza para que el sonido pueda salir entero. Imagínese que está enviando su voz
a una cierta distancia (por ejemplo a 5 metros) y que debe llegar hasta allá con 'todo su fuerza
y claridad,
Luego, imagínese que su voz debe llegar a 10 metros y procure que llegue directa; nítida y
fuerte,
También es bueno alternar variando el volumen; es decir, en otro momento cante muy bajito
(piano) .como si cantase al oído de una persona, Pero siga sacando el aire correctamente,
continúe con la respiración diafragmática y solamente reduzca la intensidad de .su expulsión
de aire. Sólo debe variar el volumen, Pero, cantando fuerte o piano, se debe escuchar igual,
esté muy cerca o a distancia. '
Finalmente, otro ejercicio para controlar o administrar. La salida de su aire: Tome una vela
encendida y acerque sus labios a unos centímetros de la llama, y pronuncie prolongadamente
la letra u. El sonido (aire) debe salir muy despacio. La práctica está en no apagar la llama.
Haga este ejercicio cuantas veces sea necesario hasta que diciendo: uuuuúuuuuuuuuuuuu ...
Muy cerca de la llama, no la apague.
Insista en todos los ejercicios Y si desea una auto evaluación diaria, pruebe con este ejercicio:
respire y diga: "Gracias a mi gallina ponedora, los huevitos no me faltan. Diariamente tengo
uno, tengo dos, tengo tres, tengo cuatro, tengo (así, continúe hasta que le alcance la respi-
ración
Ejercicios Vocalización
Es un error común la supresión o alteración de letras o sílabas, en las palabras. Esto obedece
a una mala vocalización o articulación de los sonidos.
Sus músculos faciales no están bien entrenados para articular correctamente los sonidos.
Falta de concentración.
Sí. Porque hablar no solamente es emitir sonidos y mover la lengua. Cuando se habla o canta
interviene todo el cuerpo. La voz es el final de un proceso en el que cuenta desde la manera de
pararse o sentarse hasta la posición de su cabeza, etc. En la correcta emisión sonora, con sus
cuerdas vocales vibra todo su cuerpo. Sin embargo, de manera especial actúa su aparato de
fonación: sistema respiratorio, diafragma, cuerdas vocales, garganta, lengua, maxilares
superior e inferior; dentadura y labios.
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Todos estos órganos juegan su rol. Por eso se altera nuestra pronunciación cuando nos
lastimamos la lengua, un labio, nos falta un diente o estamos afónicos. Su locución debe
guardar pureza en cada una de las expresiones. !
Debemos corregir esos errores de cambiar el sonido de las letras o saltamos su pronunciación.
Por ejemplo, solemos decir peliar por pelear; genral por general; nunkintesteso por nunca- in-
tenté eso; cama, damichocolate por dame chocolate o, pase diaño por pasé de año, dame
Majagua, por dame más agua...
Y, un último ejercicio para la vocalización que mencionaremos aquí, entre los dientes, coloque
un lápiz en forma horizontal, muérdalo levemente y lea así unos cinco minutos diarios.
29
Ejercicios de modulación
Lea el párrafo con voz a volumen regular, luego, vuélvalo a leer casi susurrando y, después,
léalo con toda intensidad de voz. Proceda igual con frases musicales o con canciones.
Interprete una poesía con las inflexiones de voz necesarias para captar su mensaje.
Seguidamente, vuélvalo a leer, esta vez, alternando el volumen de sus voz: un verso piano y un
verso fuerte, también hágalo con canciones.
Tome diversas frases interrogativas (?), admirativas (!) De suspenso (…). Léalas o dígalas con
el sentido que indican los signos respectivos. Por ejemplo:
30
Ejercicios de dicción
Más allá de la vocalización (articulación), la dicción se refiere a la forma global de expresión del
idioma. En términos generales, a su locución.
Lea diariamente, en voz alta, párrafos de artículos selectos, poesías, fragmentos de
narraciones, etc. Hágalo lentamente.
Con práctica se familiariza con diferentes estilos de redacción y con términos nuevos. Ponga
especial énfasis en repetir las palabras que le resulten de difícil pronunciación.
Cuando lea, hágalo de pie y levante el texto a la altura de su cara (no incline la cabeza):
respirará mejor.
Seleccione temas bien redactados, con los debidos signos de puntuación y de preferencia,
comience con frases cortas.
Piense siempre que está hablando ante un micrófono.
Grabarse es otra forma de descubrir los errores de pronunciación, de dicción y hasta los
fonemas que resultan más difíciles de pronunciar.
Áeeeeeeeeeeeeeeeepeeiiiiiiiiiiiiiliiiiiiiiiiii; aaaaaaaaaaaaaeeeeeeeeeeeeeeei
Prosiga: aea aei aeo aeu, aia aie aio aiu, aoa aoe aoi aou, aua aue aui auo, eac eai eao eau,
eia, eie eio eiu, eoa eoe eoi eou, eua eue eui euo, iae iai iao iau, iea iei ieo ieu, ioa ioe ioi iuo,
Iua iue iui iuo, oae oai oao oau, oea oei oeo oeu, oia oie oio oiu, oua oue oui ouo, uae uai uao
uau, uea uei ueo ueu, uia uie uio uiu, uoa uoe uoi uou.
Continuemos: ahora vienen las consonantes adelantes; báe baé bái baí báo baó báu baú.
CAE CAI COA CAU, DAE DAI DAO DAU, FAE FAI FAO FAU, GAE… etc. Por último, ejercite
combinaciones especiales con triptongos y consonantes; por ejemplo: TRIAI FLUOU GLIA,
ÑEOE, etc. Mueva bien mandíbulas y labios para que no se le escape el sonido fuerte y nítido
de cada letra. Varíe los acentos.
También hay que fortalecer la lengua. Para eso: sacar la lengua lo máximo posible y volverla a
su posición normal. Repetir unas 5 veces.
Utilice la letra L y cantes sólo con esa letra:
“LLLLLLLLLLLLLLLLLLLL…”
31
Una melodía sólo con la letra “ele”.
Luego con la R. Repita lo que dicen los narradores de automovilismo:
“Carrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrro a la vista”
La pronunciación correcta de la letra r es muy importante. Desde luego, sin caer en
exageraciones, debemos hacer vibrar correctamente esta letra, especialmente cuando es
doble. La lengua y el paladar tienen esa misión. Ayúdelos practicando esto. “R con R, cigarro;
R con R, barril. Rápido corren los carros, cargados, de azúcar, al ferrocarril”.
Otro ejercicio: silbe bastante. Al fin y al cabo está expulsando aire y está dando una posición a
sus labios. Silbar ayuda a aflojarlos y a controlar la salida del aire.
Lea o improvise, hable muy pausadamente, lento… “masticando” las palabras, las sílabas y
cada letra. Exagere la articulación, la pro – nun – cia – cion de cada sílaba. Si encuentra una
palabra o una sílaba difícil, con mayor razón, con más capricho insista en su correcta, clara y
fuerte pro – nun – cia –ciaón.
“Estando la garza grifa con sus cinco hijitos garzos grifos, vino el garzo grifo a engarzogrifar a
la garza grifa y le dijo ella: quita de aquí garzo grifo que bien engarzogrifada estoy con mis
cinco hijos garzos y grifos.
“Una gallinita pinta, pipiripinta, pipirigorda, rogonatica, ciega y sorda tiene unos pollitos pintos,
pipiripintos, pipirigordos, rogonativos , ciegos y sordos.
“Esta noche vendrá el murciélago y nos desnarizorejará, y el que los desnarizorejare muy buen
desnarizorejador será”.
32
“En esta villa, tres Pedro Pero Pérez Crespo había:
Pedro Pero Pérez Crespo, el de arriba;
Pedro Pero Pérez Crespo, el de abajo; y,
Pedro Pero Pérez Crespo Crispín,
Que tiene una yegua y un potranquín.
Pero yo no busco a Pedro Pero Pérez Crespo, el de arriba;
Ni a Pedro Pero Pérez Crespo, el de abajo, busco a Pedro Pero
Pérez Crespo Cripín, que tiene una yegua y un potranquín, crespa
La cola, crespa la crín, crespa la yegua y el potranquín”.
Textos - trabalenguas
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Me lo han españolizado
No se quién me lo desespañolizará el que me
lo desespañolice
Buen desepañolizador será.
Ese bobo, vino, nunca beber debe, -vida boba y breve- vivirá si bebe
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Porque el carretero ramón Ramiro Ramírez con la
rueda de su carro se lo ha arrancado.
35
El gerente diligente llamaba urgente al regente y un agente ágilmente
vigilaba entre la gente.
Me han dicho que has dicho un dicho, un dicho que he dicho yo. Ese dicho que
te han dicho que he dicho yo, no lo he dicho, y si yo lo hubiera dicho estaría muy
bien dicho por haberlo dicho yo.
Trepan que trepan las tres pirañetitas. Sí las tres pirañetas no trepan,
tampoco trepan las pirañetitas.
Paco Pico, chico rico le ha quitado a Federico un apetitoso coco. Paco Pico no
sea loco dele el coco a Federico. Dele el coco a Paco Pico.
Parra tenía una perra y Guerra tenía una parra. La perra de Parra subió a la
parra de Guerra y Guerra pegó con la porra a la perra de Parra. Parra
preguntó a Guerra: ¿Porqué pegas con la porra a la perra de Parra? ; y Guerra
le dijo: sí la perra de Parra no hubiese subido a la parra de Guerra,
Dile a lluqui que no liorisquee ni llore, y liévalo al lianero aunque llovizne y llueva, la
llave y el llavín del llavero.
36
Ricardo Roberto Ramírez Restrepo rivaliza con ramón Rosendo Riquelme en
rodear con redes de alambre sus rastrojos.
Tres tristes en Trieste son: Tristán, T,-iptólemo y Trifón; Tristán, Triptólemo y Trifón
tres tristes en Trieste son.
Si su gusto gustase del gusto que gusta mi gusto, gustaría del gusto que
Gusta su gusto; pero como su gusto no gusta del gusto que gusta mi gusto, mi gusto
no gusta del gusto que gusta su gusto.
Julia Jacinta, José, Joaquín y Jesús Jimeno Jiménez, nacidos en Jipijapa, han
establecido juicio ante el juez Juvenal Jeremías Juárez, por el justiprecio de una
vajilla añeja.
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Sin seso sosa a César azuza para que sise, y
sisa (ésar sin seso
Pues lo azuza sosa
Y no cesa ~ésar de sisar
Porque no cesa sosa de azuzar.
Si tu entrerrenglonaras
Yo entrerrenglonaría lo que Gabriel agregó en
griego para que entrerrenglonase ; más, ya -que tú
no entrerrenglonas,
Yo no entrerrenglonaré lo que Gabriel agregó
en griego
Para que yo entrerrenglonase.
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Paca se tapa la pata con la capa.
Paco pocas copas compró, y como pocas copas compró, pocas copas pago.
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Elevación lateral
Siéntese de forma erguida y recta en una silla, con las plantas de los pies totalmente
apoyadas en el piso, tome una pesa 'en cada mano y deje pendiendo los brazos a los
costados de los pies.
Luego levante los brazos rectos y hacia los costados, levantándolo hasta que queden al nivel
de los hombros.
Manténgase en esta postura durante un tiempo, y luego baje los brazos lentamente.
Comience con una serie de cinco a ocho a repeticiones, y trate de llegar a tres series de
quince.
No "bloquee" los brazos manteniendo los codos rectos y duros, y recuerde exhalar cuando
los levante. Cuándo haga más de una serie, no se olvide de descansar entre cada una de
ellas, hasta un minuto, si lo necesita.
Ejercicio frontal
Siéntese erguido con las plantas de los pies en el piso, levantando hacia delante pesas
livianas, hasta alcanzar la altura del hombro. Mantenga las pesas por un momento antes de
bajarlas. Esto trabajará la parte anterior de los hombros.
Mantenga la espalda recta y no levante más arriba del nivel de los hombros. Nuevamente,
trabaje hasta tres series de quince y vaya pasando gradualmente a pesas más pesadas.
Lo más importante: no espere hasta encontrar el "momento indicado" para estos ejercicios.
¡Sólo llevan unos pocos minutos y pueden ser hechos incluso mientras mira televisión!
40
Organización del discurso
La primera tarea es definir el objetivo del discurso, es decir, si se trata de una charla de
entretenimiento, informativa o persuasiva. Esto decidirá la forma en que encarará el discurso
correspondiente.
Es conveniente realizar un bosquejo a fin de tener todas las ideas que queremos desarrollar
juntas, para después seleccionar las más convenientes al objetivo del discurso.
En segundo lugar, el orador debe decidir qué posición adoptará frente al tema. De esta
manera, podrá encarar la disertación en forma homogénea, en todas las etapas evitando las
contradicciones entre el desarrollo del discurso y su desenlace.
Elección del tema. En los casos en que se puede elegir el tema del discurso, debe optarse
por uno que esté relacionado con las propias experiencias, intereses o convicciones.
El tema debe motivar al orador a hablar y debe interesarle profundamente. Si el tema gusta al
orador. Su disertación será simpática y agradable; en caso contrario resultará demasiado
académico y pesado.
Pero no siempre se puede elegir el tema de discurso. En ciertas oportunidades el orador es
obligado a hablar sobre determinado asunto, del cual a veces no tiene ningún conocimiento.
En estos casos, debe analizarse y estudiarse el tema, tan profundamente como sea necesario,
hasta que se convierta en un tema propio.
Un ejercicio aconsejable, es hablar de un tema en contra de las propias convicciones,
debiéndose entonces buscar justificativos a la posición adoptada.
Búsqueda y selección del material. El discurso puede ser preparado en base a ideas propias
exclusivamente, o sustentado en ol;Jras de otros autores. Pero aun en el primer caso, la
creación nunca es total, sino que una buena parte de los conceptos son tomados de otras
personas.
Por lo tanto, siempre es necesario recurrir al material de otras personas, o del propio orador,
41
escrito en otras épocas. Pero la búsqueda no debe ser errática, sino dirigida al objetivo que se
persigue con el discurso.
No todo el material consultado resultará útil; debe hacerse una selección del mismo. Con la
parte elegida para nuestro discurso, se procede a realizar un fichaje por temas (resúmenes
breves). Otra fuente de información es, por supuesto, la propia experiencia o conocimientos
anteriores sobre el tema. Si son correctos, también se procede a su fichaje y archivo. Esta
tarea de archivar el material se complementa con la lectura y estudio del mismo, a efectos de
lograr una buena base de conocimientos para la siguiente etapa.
Partes de un discurso, Todo discurso, cualquiera sea su tipo o tema, debe exponerse
respetando tres partes fundamentales:
INTRODUCCIÓN
DESARROLLO
SÍNTESIS
Síntesis
Al organizarse ( no al decirlo) el discurso debe comenzarse por la parte final o síntesis. En
ella, el orador expresará fundamentalmente su opinión sobre el tema central y realizará un
resumen de todas las ideas principales. También pueden resumirse las ideas positivas
aportadas por algún oyente.
Si se compara un discurso con un viaje, la síntesis representa el punto de llegada; esto
equivale a decir que si no se sabe a dónde se quiere ir, el arribo queda librado a la casualidad.
La disertación en general no requiere una memorización total, como veremos más adelante.
42
Sin embargo, el cierre del discurso sí debe memorizarse textualmente (la frase final, palabra
por palabra). Esto evita los conocidos y molestos "rodeos" de oradores que no saben cómo
terminar su discurso.
Por último, cabe decir que es un error anunciar expresamente el fin del discurso; muchos
oradores utilizan palabras como "nada más", "es todo", "he terminado", etc. Esto demuestra
incapacidad para demostrar que se ha terminado, sin decirlo. Las últimas palabras
Deben ser expresadas con una tonalidad de . Voz decreciente, distinta al resto de la
disertación.
Esta simple técnica sustituye a las palabras antes mencionadas, dando una impresión superior.
Introducción
Por supuesto, es lo primero que dice el orador. Debe ser una presentación muy breve del
tema. Es tan importante que decide el ánimo del auditorio con respecto al orador y su tema, un
discurso serio no será escuchado atentamente luego de una introducción cómica.
Recuerde:
No hay una segunda oportunidad para una primera buena impresión.
Nunca debe comenzarse la introducción pidiendo disculpas ("bueno ... ", "este ... ", "bien ... ",
etc.), ni con falsa modestia ("trataré de hacerlo bien"). En estos casos el orador da una
impresión muy pobre de su personalidad, creando una corriente de antipatía en sus oyentes.
Lo más importante en la introducción es que ésta debe ser impactante y llamar la atención de
los oyentes. Existen varias formas correctas y eficaces de hacerlo. La primera es utilizando un
ejemplo; así comenzaría el orador diciendo: "ayer tomé un diario y leí algo que ... ". Esto tiene
el efecto de producir una atención del auditorio hacia el disertante, pues todos desean saber
cómo sigue el relato. Cuanto más rara o llamativa sea la trama, mejor.
La segunda forma de captar la atención del auditorio, es mediante un interrogante, por
ejemplo comenzaría diciendo: "¿saben Uds. Qué leí ayer en el diario?" y, acto seguido,
procede a responder su pregunta. Cuando se ataca a un auditorio con una pregunta, éste se
despierta y vuelca su atención hacia el orador en espera de la respuesta posterior.
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Desarrollo
Hemos dejado para el final la parte más importante del discurso, aquélla donde se encuentra el
quid de la cuestión. Es la sección en que se expresan todos los conceptos del orador. Este
desarrollo debe estar necesariamente dirigido hacia la síntesis previamente escogida, pues de
lo contrario, surgirán contradicciones.
La exposición puede encararse de dos maneras diferentes, ambas igualmente correctas. La
primera forma es enumerar y explicar una a una todas las ideas principales. Luego se pasa
Él nivel de las ideas complementarias, exponiendo todas ellas y así sucesivamente.
En el segundo método, se toma la primera idea principal, y se agota con todos sus
Complementos, detalles, sub-detalles, etc. Luego se pasa a la segunda idea principal que no
se abandona hasta que se agote y así sucesivamente.
Un factor importante, que influye en las tres etapas del discurso, es el tiempo. El material debe
seleccionarse y diagramarse para ser expuesto en no más de veinte minutos. Un período más
prolongado produce cansancio y molestia en los oyentes. Sin embargo, muchos temas
requieren más tiempo de exposición; en estos casos es preferible dar la conferencia en dos o
más reuniones, hasta agotar el tema, que tratar de darlo todo en una sola.
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Diagramación del material
A partir de esta etapa deben aplicarse las técnicas estudiadas en el tomo "Métodos de Estudio"
de este curso. Recordemos que en primer lugar se analizaban las ideas para su clasificación
en Principales, Complementarias, Detalles, etc. Luego se elegía una palabra clave
representativa de cada idea, la cual se volcaba luego al diagrama.
El diagrama de un discurso, tendría la siguiente forma:
Idea Principal
INTRODUCCIÓN Idea Principal
Idea Complementaria
Idea Principal
SÍNTESIS Idea Principal
Idea Principal
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Como influye la imagen en las presentaciones en publico
Todo el mundo puede mejorar su imagen, el truco está en persuadir a la gente en que lo vean
como quieres ser visto.
Al igual que la personalidad, la imagen, puede tener muchas facetas: habrá una para sus
padres, otra para sus enemigos y otra para el trabajo. Aunque parezcan todas diferentes están
basadas en una realidad: Identidad.
A pesar del hecho que muchas cosas crearán su imagen, la mayoría de la gente lo juzgará en
los primeros 3 minutos de conocerlo, y solo cambiaran un poco su modo de verlo cuando lo
conozcan a fondo. Por ej. Con clientes que solo encuentre una vez, puede ver que la primera
imagen de Ud. Será duradera. Por lo tanto, es importante no solo decidir que imagen quiere
proyectar sino también ser consistente proyectándola.
“No hay segunda oportunidad para una primera impresión”
¿Quién es ud.?
Si quiere conocer su imagen actual, debe estar preparado para verse a si mismo en un modo
honesto, lo cual no es fácil.
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persona segura y prometedora, y la gente puede verlo como temerario y satisfecho de si
mismo.
¿Como averiguar?
El único modo es preguntarle a: amigos, colegas, jefe, etc. Eso puede ser preocupante o inútil
si no se hace con cuidado. Si sus colegas o amigos le ven solo de un lado negativo o si sus
parientes solo le dan elogios tendrá una imagen desvirtuada de si mismo.
Lo principal es identificar a que grupo de gente está intentando impresionar. Ud. No puede
comportarse de igual manera frente a situaciones y personas distintas. El modo en que Ud. Se
comporta con sus compañeros en un día cualquiera de su trabajo puede ser totalmente
diferente a como se comporta con sus superiores cuando está negociando un aumento de
sueldo.
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Modelo de imagen
Es importante descubrir que aspectos de otras personas le impresionan a Ud. Los diferentes
modelos de comportamiento tienen sus utilidades y es acertado establecer que cualidades le
impactan de otra gente y ver si Ud. Puede adaptarlo a su propia imagen.
Cuando Ud. Se pone a pensar sobre su propia imagen debe tener en claro un grupo de
objetivos. Si escoge una imagen al azar puede funcionar por un tiempo, pero las
consecuencias a largo plazo no van a aportarle ningún éxito o no le serán favorables.
Ud. Debe adoptar una imagen que no solo vaya bien con su propio carácter sino con los
objetivos de sus planes a largo plazo.
La gente nota enseguida cunado alguien está intentando proyectar una imagen que está fuera
de su carácter. Eso no significa que ni pueda cambiar su imagen, simplemente que debería
adaptarla dentro de los límites de su propia personalidad.
Un método para entender su imagen actual es comparar sus fortalezas y debilidades para
saber donde necesita hacer cambios. Para esto tiene que ser honesto y escribir, por ejemplo:
“Soy bueno preparando discursos para otra gente pero no me gusta darlos”, en vez de: “No me
gusta dar discursos”. El diagnóstico que desprende es que la persona es buena en técnicas
comunicacionales por escrito y solo carece de la técnica de dar una charla, lo cual es algo que
se puede aprender y trabajar.
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La presentación es una imagen
No crea a nadie que le diga que no importa lo que Ud. Diga como lo diga con tal que cumpla su
meta. Las personas, como seres sociales, utilizamos las palabras como el medio más
importante para nuestra comunicación. Juzgamos a la gente por su modo de hablar y por lo
que dice y como lo dice. Puede que sea una reacción subconsciente y apenas perceptible en la
mayor parte de las personas, pero sigue siendo una realidad.
Podemos decir que no tenemos prejuicios frente al modo de hablar de la gente pero si insisten
en saber nuestra opinión, diremos que nos gusta la gente que habla con claridad y que cuidad
razonablemente su lenguaje, que aprobamos a la gente que explica las cosas bien sin ser
condescendiente y que disfruta con un poco de humor. Eso significa que tiene que haber un
terreno común (compartir un mismo código).
Todo el mundo está proyectando una imagen y tratando de impresionar a otros. ¿Qué es lo que
asegurará que Ud. Sea de los que impactarán al público, capte la atención de un profesor o
sea considerado para su contratación en una entrevista? ¿qué es lo que hará destacar? No
puede ser algo tan insustancial como estar vestido de determinada manera, ni siquiera tiene
que ser algo de su aspecto, puede que sea algo de cómo se comporta o la manera de hablar.
Cuando haya causado una buena impresión serán los pequeños detalles los que cuenten, las
que hagan resaltar entre la multitud: los zapatos bien brillantes, una elegante corbata, un bonito
pañuelo, etc.
Uno no puede determinar con exactitud que es lo que alentará a que la gente lo mira a un
mejor, pero puede estar seguro de que las pequeñas cosas distinguen a las personas.
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Arreglarse las uñas semanalmente
Discurso inteligente
Para hacer una presentación hay que tener en claro, primero lo que se quiere presentar y tener
decidido lo que desea decir. Para esto, hay que averiguar:
1) ¿cuál va a ser nuestro auditorio?
2) ¿qué espera escuchar la audiencia?
3) ¿dónde y cuándo se realizará?
Sugerencias
Cuando practique su discurso, intente decirlo sin recurrir a los apuntes, solo para ver que es
lo que recuerda. Eso le dará más seguridad.
Prepare trasparencias, si es necesario.
Antes de comenzar, respire hondo unas cuantas veces para tranquilizarse.
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Haga que su público conozca desde el principio las reglas del juego (por ej. Su se pueden
hacer preguntas en medio del discurso o esperar que haya acabado.)
Respecto a tu oratoria
La potencia de la voz se relaciona estrechamente con otras cualidades importantes, como los
ademanes, la modulación de la voz, la habilidad de persuadir, la claridad del mensaje y del
pensamiento.
Primera ley
Información
La primera ley se relaciona con la información y el contenido del discurso, con lo que dices.
Propósito
El propósito de la primera ley es recordarte la necesidad de informar con substancia, claridad y
pertinencia.
Nivel
Es una ley principal y es la más importante de las cuatro leyes.
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4. Plántate sobre tus pies
5. Divide tus ideas en tres
Segunda ley
No hay tormento más grande que el no poder articular un nombre que tiene en la punta de la
lengua “Ramón de campoamor”
Memoria
La segunda ley se relaciona con el cerebro, la memoria y las técnicas eficaces para memorizar
y recordad las ideas del discurso.
Propósito
El propósito de la segunda ley es ayudarte a memorizar las ideas y lograr que tus oyentes las
memoricen.
Nivel
Es una ley secundaria, de apoyo a la primera ley sin ella tus oyentes olvidarían todo tan pronto
como se retiraran a sus casas.
Texto 2º Ley
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Tercera ley
La manera de dar, vale más que lo que se da (Corneille)
Contacto
La tercera ley se relaciona con las emociones, los sentimientos, la nobleza, el trato, las
relaciones humanas, el entusiasmo, la simpatía, la persuasión y la motivación, la manera como
dices y haces las cosas.
Propósito
El propósito de la tercera ley es llegar al corazón del oyente para ganar su aprobación y
motivarlo a cooperar.
Nivel
Es la segunda ley principal y las más difícil de entender y cumplir.
Texto 3º Ley
1. Aplica las cinco vocales
2. Habla 14 palabras cada 5”
3. Usa un tono de voz agradable
4. Cuida tu imagen
5. Sube en el cierre
Cuarta ley
Cuando cesa el entretenimiento, cesa el aprendizaje. “Dr. Maxwell Maltz”
Entretenimiento
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La cuarta ley se relaciona con el sentimiento de placer o tedio que sienten tus oyentes mientras
escuchan lo que dices.
Propósito
El propósito de la cuarta ley es impedir que tus oyentes se aburran durante el discurso y te
presten atención absorta de principio a fin.
Nivel
Es una ley secundaria, de apoyo a la tercera ley, para promover una relación más agradable
con el auditorio.
Texto 4º Ley
1. ¡Bájate del burro!
Con respecto al miedo oratorio se lo define como una inhibición para hablar en público. Es
importante mencionar que ningún orador es elocuente desde el principio. Los más grandes
oradores se reconocen tímidos o temerosos antes de iniciar un discurso.
Al enfrentar a un auditorio se siente esa rara tensión nerviosa, la que no debería desalentar. Es
muy normal que una persona ante una situación nueva y difícil sienta malestar en el estómago,
o que sus manos transpiren, o que sus rodillas tiemblen. Estas señales identifican a una
persona responsable y que respeta a su auditorio.
Algunas personas superan inmediatamente esta sensación y se introducen ágilmente en su
discurso. Otros, en cambio, no logran dominar la situación, manifiestan signos externos de su
inestabilidad emocional y muchas veces ni siquiera pueden comenzar a hablar.
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Este problema tan generalizado es perfectamente superable, practicando con entusiasmo y
decisión los siguientes procedimientos:
a) Obtenga confianza en Usted mismo. William James dijo que la voluntar puede transformar
al sentimiento mediante la acción. Aclaremos esto con un ejemplo: si una persona se siente
triste, puede comenzar a reír si se lo propone. Al cabo de un tiempo y siguiendo el esquema
de James, esa persona cambiará su estado de ánimo: pasará de la tristeza a la alegría.
Recordemos que la mente tiene una capacidad autosugestiva, transforma en acto todo lo que
acepta. Pero hay que tener cuidado en la forma en que se le presenta el material. Imagine que
Ud. Debe atravesar caminando una tabla de 100 metros de largo y 10 centímetros de ancho.
Su mente obedecerá sin esfuerzo a su voluntad. Pero ahora imagine que la tabla se encuentra
ubicada entre dos edificios a 100 metros de altura. La imagen de la altura induce a pensar en el
obstáculo, es decir, en la posibilidad de la caída.
Habitualmente el obstáculo aparece como una tracción fatal para la mente, y por lo tanto, es
fundamental aprender a visualizar para entregarle imágenes multisensoriales que apoyen al
proceso de autosugestión.
El conocimiento de esta situación, que juega como un poder oculto de la mente, puede usarse
para el logro de una mayor confianza. Si se proyecta esta capacidad al campo de la Oratoria, lo
que se debe hacer es imitar al nadador que aprendió a nadar en el agua: ¡VENCER LAS
INHIBICIONES ORATORIAS HABLANDO!
La experimentación es sencilla. Si hablan en los lugares que hasta hoy le acusan inhibición, al
cabo de un tiempo esa actitud se tomará natural.
Como señalamos en la introducción de la clase 1, el ser humano está condenado desde su
infancia a un rol de espectador porque tiene kilómetros de lectura o de recepción pasiva y
solamente algunos metros de práctica en la exposición. Esa falta de uso de la expresión es la
55
que genera el temor a hablar en público. Lo que no se usa se pierde y además, como decía
Thomas Edison, el genio es un 10% de inspiración y un 90% de transpiración.
El miedo oratorio no solamente es perjudicial para las conferencias. Muchas veces, es el factor
que provoca el error o la parálisis en un examen y genera el fracaso aunque se conozca el
tema en profundidad. La información está “en la punta de la lengua” pero, sin embargo, no se
puede recuperar.
b) Autosugestión. Este punto está muy relacionado con el anterior en cuanto al logro de una
mayor confianza. Muchos problemas no son reales, sino creados por uno mismo.
La autosugestión propone seguir el camino inverso: ¡Vencer y eliminar ese problema! ¿Cómo
lograrlo? Muy sencillo: todas las noches y en cualquier momento de día, debemos cerrar los
ojos e imaginar la persona que desearíamos ser. La visualización creativa debe ser tan real y
potente como sea posible, es decir, imaginar el ideal.
Además, traducir esa imagen en una frase en tiempo presente que refleje el logro como si ya
se hubiese consumado, como por ejemplo: “ahora soy el que siempre quise ser”. Nunca deben
utilizarse frases con términos negativos como: “¡pronto voy a dejar de ser tímido!”. En la
formulación de la frase, o debe aparecer el problema.
c) Actitud mental. La mayoría de los oradores aumentan su miedo pensando en sus posibles
errores: ¿Me equivocaré?, ¿Se reirán de mí?, etc. Es importante: 1) Ocupar la mente en otra
actividad. 2) Considerar el suceso en forma indiferente. 3) Descubrir y alterar la idea
d) Perturbadora. 4) Oponer la tendencia contraria. En el módulo práctico, le sugerimos
ejercicios que ayudan a combatir el miedo oratorio.
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Algunas definiciones
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La elocuencia es un don; la oratoria… un arte.
Introducción
La palabra es la manifestación más elevada de la naturaleza humana. Ella expresa una idea,
que puede genera otras ideas…
Antecedentes
La oratoria, entendida como el arte de hablar siguiendo determinadas reglas, nace en Grecia y
era parte integral de la formación de cualquier joven; en la actualidad, salvo excepciones, no es
parte de un entrenamiento educativo permanente. En otras palabras, sólo quien necesita
utilizarla se capacita en ésta área.
En Grecia se destacaron “los sofistas” que eran contrarios a Sócrates.
Los sofistas (siglo IV a.c.) Sólo buscaban convencer a través de la palabra dejando de lado la
ética y la moral.
El problema de los sofistas es que sólo profundizaron las técnicas que debía utilizar un orador
para convences, casi como las reglas estáticas.
TODO LO CONTRARIO DE AQUELLO QUE DEBE HACER UN ORADOR MODERNO
Importancia de la oratoria
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Saber hacerlo, es hablar claro, usando los recursos del lenguaje según la ocasión, o la
circunstancia en que nos encontremos, se trata de hallar un estilo personal que muestre, no
sola una buena pronunciación y un buen vocabulario, sino además, fuerza de carácter y
personalidad.
Existe un vínculo muy estrecho entre lo que pensamos y sentimos y la manera en como lo
expresamos, pero muchos veces no logramos colocar en palabras exactamente lo que
queremos decir.
La palabra hablada es; el más fácil y antiguo método de comunicación que existe, es lo que
nos hace únicos en el reino animal.
Debemos recordad que el mensaje no se da solo con la palabra, sino también con el tono, la
entonación, las pausas, los silencios… Por eso es conveniente aprender la manera más
efectiva de lograrlo, para hacernos entender sin dificultad.
Algunos principios
No abandonar el tema
La disertación debe tener un objetivo y hay que avanzar hacia él en forma progresiva. Sin
embargo, existe el peligro de que al enriquecer la charla con ejemplos y referencias, el
disertante se parte del tema centra. Es necesario NO PERDER DE VISTA EL MOTIVO DE LA
CHARLA Y ENCONTRAR EL HILO.
Ejemplos y comparaciones
Deben usarse para hacer más entretenido el discurso o para aclarar algún punto.
Un orador puede decir “Los escritores argentinos son muy inteligentes”. Podría suceder que
algún oyente conozco algunos escritores que no participen de esa cualidad y no creyera en el
juicio del orador. Entonces, sería, más correcto decir: “Los escritores argentinos, como por
ejemplo NN, XX, etc., son muy inteligentes”. Además podría aportar algunos datos sobre la
personalidad de esas figuras, que refuercen su concepto sobre ellos.
Contrastes
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Su uso tiene los mismos efectos que el principio anterior, pero se basa en el caso inverso. Es
decir, debe buscarse alguna relación llamativa entre dos elementos para captar la atención del
auditorio.
Estadísticas
Su perfecta utilización constituye una valiosa ayuda para el orador. Sin embargo, una gran
cantidad de datos estadísticos intercalados en la exposición pueden llegar a aburrir al auditorio,
por lo que, éstos deben ser utilizados con criterio adecuado.
Detalles
Su eficiente usa da brillo a la exposición, pues presenta un paisaje muy difícil de olvidar. Una
misma disertación puede ser enfocada como un relato objetivo de los hechos, o matizada con
una serie de detalles que amplíen o mejoren la exposición.
No obstante, la experiencia ha demostrado que el uso incontrolado de los detalles produce
aburrimiento y alejamiento de la idea central.
Testimonios
En los discursos basados en relatos e informaciones, es necesario valerse de testimonios que
aseveren la veracidad de lo expuesto. Estas pruebas deben ser, por supuesto, conocidas por el
auditorio. Otra forma de utilizar testimonios es la referencia a opiniones de personas
importantes o muy conocidas, lo que produce respeto por la información transmitida.
Auditorio
El conocimiento de las características del grupo ante el cual el orador debe exponer es tan
importante que llegar a decidir la forma y el fondo de los discursos.
Lenguaje utilizado
Relacionado con el principio anterior, consiste en las características del léxico a utilizar. Este
pude ser técnico, científico, simple, etc. La elección está determinada por el tipo de auditorio.
Una conferencia sobre anatomía será expuesta con el diferente lenguaje según el auditorio sea
de profesionales médicos o de estudiantes secundarios.
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Adaptabilidad
Una vez que el orador conoce perfectamente el tipo de auditorio que le ha tocado, debe estar
facultado intelectualmente para adaptarse al mismo. Los oradores experimentados tienen un
sentido especial para adaptarse a los cambios anímicos del auditorio durante el discurso.
Improvisación
Siempre está la posibilidad de que en algún momento, cualquiera deba hablar sobre un tema
que previamente no conocía. En estos casos debe improvisarse. Sin embargo, la improvisación
nunca es total, siempre se acude a algún elemento adquirido con anterioridad. Pero esta
experiencia hay que saber utilizarla, y un método sencillo y práctico es:
a. Desarrollar diariamente cinco temas distintos durante un minuto cada uno, sin
preparación anterior. Use grabador, y escúchese críticamente.
b. Reunirse con un grupo de amigos y practicar el cuento encadenado, que consiste en un
relato comenzando por alguno de los presentes y continuando sucesivamente, sin
pausas, por los demás uno a uno.
c. Otro ejercicio, en grupo, consiste en agregar ideas a un concepto central. Por ejemplo,
que cada uno diga un pensamiento distinto al de los demás, referido a un objeto o
situación.
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Ocasión
Es un principio de la oratoria conocer la ocasión y circunstancias en que se desarrollará el
discurso. Son puntos importantes a tener en cuenta por el orador los siguientes:
a. Naturaleza de la ocasión
b. Tiempo acordado para exponer
c. Tamaño, acústica y ayudas visuales en la sala
d. Cantidad de oyentes
e. Si es el único orador o, de lo contrario, en qué orden hablará
f. Temas que tocarán los demás oradores, si los hay
Sinceridad
Todos los conceptos que vierta el orador, deben ser fiel reflejo de su forma de pensar. Para ello
juega un papel fundamental la elección del tema, pues debe ser uno realmente sentido por el
orador. Esto, da una dosis afectiva al discurso que despierta un interés en los oyentes muy
superior al mero conocimiento intelectual del tema.
Imaginación
El buen orador debe tener una buena dosis de imaginación. Es una facultad que permite poner
nuevos matices a nuestras ideas.
Sensibilidad
Constituye la posibilidad de emocionarse durante la disertación; no debe confundirse con
sensiblería. El buen orador debe realzar sus sentimiento, no fingirlo, pero tampoco reprimirlos
si son auténticos.
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“El puente se establece más de corazón a corazón que de cerebro a cerebro”
Sentido común
Es un elemento indispensable para no caer en el ridículo o en las excentricidades. No sólo
debe darse en el ámbito de las ideas, sino también en la presencia física (vestimenta, poses,
movimientos, etc.).
Oradores con gran material teórico y buenas técnicas fracasan por la falta de criterio y sentido
común.
Honestidad
Es un aspecto que a pesar de su gran importancia no requiere mayores comentarios. Sólo
cabe destacar que el orador debe siempre actuar con la verdad, sin ocultamientos ni
falsedades.
Modestia
Si bien el orador debe dar una imagen excelente de su figura, nunca debe abusar de la
ignorancia del auditorio, ni subestimarlo jamás.
Entusiasmo
La mayoría de los éxitos se deben más al entusiasmo que a la capacidad. Muchas veces
puede compensarse un bajo conocimiento del tema con una amplia dosis de entusiasmo, Por
el contrario, oradores sin ese poder, fracasan a pesar de su gran capacidad.
Posición
Es un principio muy vinculado a los restantes y condiciona el éxito de la exposición. Es
aconsejable eliminar la rigidez física durante la disertación, mediante una correcta movilización
y utilización de manos, ojos y rostro.
Los gestos espontáneos permiten lograr soltura mental y emocional, factor importante de
desinhibición, al mismo tiempo que mantienen al auditorio interesado. Muchos errores en la
posición pueden descubrirse practicando frente a un espejo.
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Las manos caídas a los costados, la mirada floja y la distensión son los puntos fundamentales
a tener en cuenta. Debe siempre evitarse tener en las manos objetos que puedan desviar la
atención de los oyentes.
En aquellas circunstancias en que es necesario valerse de ayudas visuales u otros elementos,
hay que darles un tratamiento especial: no mostrarlos hasta que estemos dispuestos a usarlos;
en ese momento, todos deben verlos y la disertación debe dirigirse al auditorio y no a esos
objetos. Cuando termine la necesidad de utilizarlos, deben ser guardados de modo tal que
nadie los vea (evitando el uso de pizarrones, cartulinas, diapositivas, etc. Definiendo cuándo se
utilizarán.
Información
Un buen orador debe mantenerse actualizado. Para ello es conveniente la confección de
carpetas por temas, con varias ideas, que se van desarrollando y ampliando a través del
tiempo.
Práctica de la exposición
Este principio se aplica a modo de ensayo, a efectos de corregir posibles errores. Una forma es
ante el espejo, tratando de corregir defectos de postura también es conveniente practicar ante
algunas personas que se encargarán de criticar errores en la exposición. En el caso que no sea
posible, grábese y escuche.
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Una gran ventaja de la práctica es que sirve para desarrollar el diagrama memorizado. El
discurso no conviene exponerlo en forma leída ni totalmente memorizado.
Hay casos en que el discurso puede y debe ser leído, una de esas oportunidades es cuando lo
que se va a decir fue consensuado por un grupo, en ese caso el expositor es solo la voz de
dicho grupo.
La práctica debe ser de desarrollo de ideas y no de repetición de palabras.
Bastoncillos o muletas
Son aquellas palabras que utilizan por lo general los oradores para apoyarse en la exposición.
Son, por ejemplo los vocablos “bueno”, “este”, etc. Otro bastoncillo muy frecuente es toser en
las pausas.
Repetición
Este principio de la oratoria consiste en la técnica de volver sobre las ideas principales. Se trata
de repetir varias veces en la exposición las ideas fundamentales, siempre con palabras
distintas, a efectos de no cansar a los oyentes.
Acumulación
Cada idea principal, debe ser explicada con complementos y detalles que la refuercen,
desarrollen y aclaren.
Limitación
Es un principio que está en conflicto con los dos anteriores. El buen orador sabe cómo pesar la
importancia de las cuestiones que trata. Consiste el principio de la limitación, en la brevedad
del discurso.
Poder de reserva
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Puede ser que el auditorio formule preguntas sobre los temas tratados en la exposición. Para
ello es preciso reservar una cantidad de conocimientos para ser utilizados en la respuesta de
las preguntas o para ampliar el tema.
No polemizar
No siempre las preguntas de los oyentes son bien intencionadas. Pudiera darse el caso de
alguien que desee molesta o desacreditar al orador con preguntas capciosas o incómodas.
La actitud del orador debe ser siempre como si la pregunta fuera correcta. Nunca debe
entablarse una polémica entre orado – auditorio. Nada se gana con una discusión; por el
contrario, la mejor manera de ganar una polémica es evitarla. En caso de ser necesario llamar
la atención de algún oyente, debe hacerse en forma indirecta, sin personalizar.
Si se tratara de alguna pregunta molesta debe actuarse de acuerdo a las siguientes técnicas:
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Es una buena medida para dar un descanso al auditorio y a uno mismo. Además tienen el
efecto de ponerse a tono con los pensamientos del auditorio, sobre todo después de una
pregunta retórica. Las pausas no deben ser mayores de 2 segundos.
Gramática
Es imprescindible que el orador respete las reglas gramaticales.
Vocabulario
A continuación daremos algunos ejercicios tendientes a mejorar y ampliar el vocabulario o
léxico.
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Evitar vulgarismo: Anotar las palabras que más usamos en nuestro
vocabulario y luego buscar sinónimos que las
sustituyan. Por ejemplo, la palabra “bueno” es utilizada
como único adjetivo descriptivo y calificativo, cuando en
realidad podríamos valernos de muchos otros.
Además de estas palabras, deben también evitarse las
frases muy trilladas tratando de utilizar oraciones
propias que caractericen una expresión personal.
Por supuesto que palabras y frases no autorizadas por
le buen decir deben eliminarse por completo.
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La ampliación del vocabulario deber ser motivación constante del orador. Basta con algunos
minutos diarios de práctica todos los días. En la lectura y la audiencia deben encontrarse frases
y expresiones originales que de inmediato pueden incorporarse al vocabulario.
Lanzamiento de la voz
El orador debe llegar con su voz a todo el auditorio. Para ello es preciso que siga algunas
técnicas adecuadas.
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Los únicos músculos que deben estar tensos, son los que
Relajación muscular: permiten mantener la posición del orador. El resto debe
estar en posición relajada, lo que facilita una respiración
acompasada y tranquila.
Sentarse en el piso con el tórax erguido y piernas cruzadas con las manos sobre las rodillas
(Posición “Buda”). Aspirar profundamente dilatando el diafragma. Mantener unos segundos el
aire y luego exhalarlo contrayendo el diafragma. Repetir rítmicamente durante 15 minutos
diarios. Hágalo en esta posición si se siente cómodo, de no ser así, siéntese en una silla con
una pierna apoyada hacia atrás y otra ligeramente hacia delante.
En la misma posición anterior, durante la exhalación contar en voz alta números en escala
ascendente, tratar de llegar cada vez más adelante en cada exhalación. Duración: 5 minutos
diarios.
Igual que el anterior pero recitando una poesía en lugar de contar. Luego leyendo un libro.
Duración: 15 minutos diarios.
En lugar de leer, repetir la siguiente frase preparada especialmente:
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En cada exhalación debe repetirse varias veces esta frase. No debe desperdiciarse aire sin
pronunciar palabras. Duración: 15 minutos.
Otro ejercicio consiste en repetir el siguiente verso también específicamente preparado:
“Su su su su
“aprile no ce piú
“il maio ritornato
“aprile no se piú”
Debe repetirse varias veces, hasta agotar el aire existente en los pulmones. Cada vez debe
intentar repetir más veces la poesía, aumentando así la capacidad torácica. Duración: 15
minutos.
Un último ejercicio consiste simplemente en leer, en posición normal, de pie o sentado, algún
capítulo o poesía.
Debe escucharse la propia voz, tratando de hablar con poca velocidad y mucha claridad. Es
fundamental abrir bien la boca para que se produzca una buena resonancia de la voz. Debe
darse distintas tonalidades de voz, para que no resulte monótona.
Por último, es importante, ser cuidadoso y actuar de forma natural, de manera que el oyente no
descubra nuestras técnicas de lanzamiento.
Use el grabador como su ayudante.
Evitar la monotonía
No podemos negar que el arma fundamental de la comunicación es el lenguaje que nos
representa y hace inteligibles nuestras ideas y pensamientos.
Actualicemos nuestras capacidades creativas. Así nos vamos a encontrar con un lenguaje más
musical, más comunicativo y que va a expresar mucho mejor aquello que deseemos.
Por ejemplo aprendamos a colocar la voz, hablemos lento, pausado, claro; no coloquemos
obstáculos para una emisión de sonido (taparnos la boca con la mano, etc.). Busquemos una
posición apropiada en la cual podamos respirar correctamente, o sea o bien parados con la
espalda bien derecha o bien sentados en las mismas condiciones. Es conveniente relajar los
músculos de nuestro cuerpo, otorgando gracias y soltura a los movimientos, y efectuándolos en
los momentos precisos.
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La musicalidad en la expresión oral se hace presente siempre en forma natural, pero hay
pequeñas técnicas que la ayudan. He aquí un gráfico para entonación de un trozo hablado o
leído utilizando pausas, subidas y bajadas de la voz según los signos lingüísticos de
entonación.
Cuando comenzamos una oración elevamos el sonido hasta tornarlo gradualmente cada vez
más agudo, en cuanto aparece una coma, nos da la señal de descender la vos, pero sólo
algunos grados; la coma es a la vez una pausa breve que debe aprovecharse para inspirar
aire. (Siempre la inspiración debe hacerse por la nariz y la aspiración por la boca).
Ese aire inspirado nos dará suficiente energía para continuar elevando nuevamente el sonido
agudizándolo, hasta una nueva pausa, en nuestro gráfico, un punto y coma. Allí el sonido debe
descender paulatinamente más grados que en el caso de la coma. Nuevamente inspiramos,
agudizamos la voz y repetimos el proceso descendiendo la voz cada nueva pausa, más grados
hasta llegar al punto fina.
Aquí debemos hacer una advertencia. El hecho de bajar la voz, no implica ahogarla. Nuestras
palabras deben ser oídas desde el comienzo hasta el fin de la oración, y ellas mismas deben
escucharse completas.
La emoción puede afectar negativamente al ser humano, produciéndole ira, temor o tristeza.
Además el enfrentamiento que muchas personas hacen a dichas emociones, no se da en un
plano real sino imaginativo: “otorgan atención plena al temor, refuerzan el sentimiento negativo
o dejan una tendencia negativa que los acompaña en forma permanente”.
En el plano de la Oratoria, dicho problema genera un temor paralizante que impide el uso
correcto de la palabra.
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Las manifestaciones más comunes de esta situación son:
Ningún orador fue elocuente desde el principio. Los más grandes oradores se reconocen
tímidos o temerosos antes de iniciar un discurso. RECUERDE: EL ORADOR NO NACE, SE
HACE.
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El miedo oratorio provoca una paralización en lo físico.
Esa tensión muscular debe ser relajada, para conseguirlo
Solución a nivel físico respire lentamente en forma profunda y conciente; antes de
comenzar a hablar acomode sus papeles, limpie el pizarrón.
Esta suave actividad física le permitirá lograr el control de
su cuerpo.
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