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bs ee} Aw Oc, feral, dct maditcin @Q Xt “TRADUTTORE TRADITORE”, TRADUCCION, IMPORTACION CULTURAL E HISTORIA DEL PRESENTE DE LA CRIMINOLOGIA EN AMERICA LATINA* MAximo Sozzo** ML versién espanola no es teral, pero es dligna de fe. Jorge Luts Borges, “Undr*, Bt libro de arena, 1975. 1, Premisa Este volumen especial de los Cuadernos de Doctrina y Jurls~ pridencia Penal:esté compuesto por traducciones de textos de profesores e investigadores dle paises diferentes —Canada, Gran Bretana, Australia, Italia, Noruega, ete.—, provenientes de diver- sas tradiciones criticas en los saberes sobre la “cuestlén crimi- nal", Ellos presentan vislones sobre el presente (y algunas veces + Bste trabajo ha sido desarrolaclo cui el marco de una estadia como Investiga- dor visitante en el Dipartimento Gluridico A. Cicu de la Universita degh Suid dl Bologna, que fhe posible en virtud de wa bea otorgada por el Ministero deull Alfari Esterni de la Repubblica Itallana, Deseo agradecer Dario Melosst y Massimo Pavarint por tas diversas formas de colaboracién durante esta estaclia, desde Ja amnable puesta a disposicion de matertales bibliografcas a las numerosas conversaciones Inspiracioras sobre lus tematicas abordudas, aun cuando, por supucsto, In responsabilidad final por los contenides del Urabajo es solo mia. Deseo también agradecer especialmente a Gustavo Gon- zdlex de la Universidad Naclonut det Litoral, por 1a colaboraclén constante briadada para hacer posible ln utllizacion de documentos histértcos y bibllo- gralia argentinos y latinoamericanios a pesar de la distancia, “* Universidad Nacional del Literal, { 354 CUADERNOS DE DOCTRINA ¥ JURISPRUDENCIA PENAL N° 13. sobre el futuro) de este “espacio polivalente” (Mart, 1985) conven- clonalmente definido como “criminologia’. Dado que el volumen, antes que nada, es el producto de un ejercicio de traduccién, crei- mos perUnente cerrarlo reflexionando sobre el problema de la tra- ducclén como actividad cultural ligada al pasado, al presente y al futuro de la criminologia en Argentina y América latina. En este trabajo consideramos a la criminologia como un ¢: po del saber en las clencias sociales referido a una "problematiza- clén",! la “cuestion criminal” (en el sentido de Pitch, 1989;63-5), cuyas fronteras son flexibles y bo: i largo del Uempo y el espacio, en el contexto de la modernidad, y sobre la cual se suceden y compiten diferentes intentos de signi- ficacién, La criminologia es visuallzacla aqui como una “clencia * politica”, utilizando la feliz expresion con que Robert Castel se ha referido a la psiquiatria (Castel, 1980), pues basicamente —como aquélla— tlene como centro de referencia la actividad de gobernar, de gestionar individuos y poblaclones. Esta premisa fue planteada medularmente, hace ya mas de veinte ahos —entre otros—, por Massimo Pavarin! en uno de sus primeros libros (Pavarint, 1980) / y fue retomada y clarificada por él mismo en un texto de 1984 \s recientemente traducido al castellano—, en el que justamente © omparaba a la criminologia con la psiquiatria: | “La criminologa —cn su originarta fundacion como conocimiento de la criminalidad y de sus causas— fue y es todavia ciencia normativa, Inleligible y dotada de sen- tido sdlo y en cuanto sea entendida como saber orienta- _do a brindar respuestas —también operativas— a los problemas de malestar social normativamente crimina- Iizados..jj Este cord6n umbilical entre mandato soctal de orden y estatuto de conoclmicnto no creemos que haya sido cortado por el impacto, en otros aspectos traumatico, de la reflexion de la criminologia critica... | Por *problematizacion” entendemos aqui, con Mishel Foucault, *...110 ta ree presentacton de un objeto preexistente o la cteacién a través del discurso de un objeto que no existe. Es el ensamble de practicas di discursivas que hacen Ingresar alyo cn el Jucuo de ia colocan como un objeto para la mente” (Foucaucr. 1984: nocién y sus Implicancias, véase et, (1994). CRIMINOLOGIA - MAXIMO SO2ZZ0 855 nos parece que agotada la funcion saludable pero con- Lingente de develamiento y desencanto respecto a la ‘vieja criminologia’, la clencla criminologica termina siempre construirse (0 re-construirse) en torno a una de- da social de politica criminal... Si la eriminologia responde, de todas manecras, a demandas sociales de orden, por lo tanto, es estructuralmente clencla para una practica disctplinar, O en todo caso, simplemente, no c8 criminologia. Esto podra dejar a algunos nfelices, a olros con mala conelencla... pero siempre y en el fondo ‘honestos'. De qué parte esta la criminologia es o deberia ser de palmaria evidenela:... de cualquier forma, slem- pre contra la trasgresién” (Pavarinl-Bett!, 1999;:94-5). \ Destle este punto de vista, clertamente, el caracter "clentifico” de la celminologia.es no sélo puesto en discusién,? sino reublcado _en funcién de una optica interesada en otro conjunto de probie- mas que se refieren al “goblerno de los vivos* (Foucault, 1980).9 En este sentido, es tratada ms bien como *...un tipo de maqui- _ naria intelectual para el gobierno, en tanto procedimientos que hacen penable et mundo, mocerando su realidad intratable suije- tandola al analisis disciplinado del pensamiento” (Rose-Millcr, Es interesante cémo esta posiciin “radical” o “critica con respecte a a ert- minologia —que ya es observable en ef icbate anglosajin de ta década del ‘60 originaclo en Ia emerencia del labelling approach— deconstruyeriea sit caricler de “ciencia” 0 “discipiina clenitffica”, ev buena mediela anUetpa un movlniento desestrueturador, mvs general, ec las clenelar soctales y hun nas (véage al respecto, Conen, 1994) Por goblerno, sigulendo al tiltimo Foucault, entendemos, en un sentida tata, “las (écnicas y procedimientos destinados a dirigir ta conducta de los ho bres" (Foucauer, 1980: 126), Foucault se referia al cardcter equivoce en Inglés de] término conduct que quiere decir, al mismo tempo, conducir a otros y comportarse dentro de un eampo de postbilidades mas 0 menos amplto. "C1 elercicio del poder consiste en guiar In posibilidad de Ia conducta, ofdenan- clo sus postbles resultados. Basicamente ¢{ poder es... una cuestion de go- bierno”, entendido no en el sentido tradicional de la teorta politica, sino como, the conduct of conduct, “modos cle accién, mas o menos pensados y calcula- dos, que estan destinados a acluar sobre las posibilidades de accion de otras. personas. Gobernar, ent este sentido, es estructurar el campo de acclones _pysibles de tos otros” — “el gablerno de los nies. de las vlmas, de fas comu- nidacles, de las fatnilias, de los enfermos” (Foucaui7, 1982:220- 1), vease tant bién Foucauur (1991; 19934, 1993b); Rose-Miuier (1990:1 y 98,7 1992:175); Rost (1999: 15-24): Deaw (1999:10-20). Sobre ta reformulactén que la noclon de gobierno Imptica para Ia visin foucaultiana del poder desarrotlada hasta cl primer volumen de la Historia cle la sexualidacl (Foucautt, 1998), véase De Manums (1999:75-86). 356 CUADERNOS DE DOCTRINA Y JURISPRUF /:,)S1A PENAL NY 13 1992:182). El nivel en el que preferimos ubicar nuestra argu- mentacién se preacupa especialmente por los vocabularios te) cos de la criminologia en tanto articulactones discursivas en las que se tramitan —ademas de la capacidad de comprender lo que sucede— raclonalidades, programas y tecnologias gubernamen- tales sobre la cuesU6n criminal,* La cuestion ninal aparece, en este senticlo, como un Ambito —entre otros: + Baty tres ndclones representan diversos niveles de anilisis de lag relaciones ide yoblerna qu fn teoria social, que rewinen las esferas de tos discursos y las pricticas. Por raclonalidad vubernumental o politica entendemos, con Rose Miller (1992, 178), fos campos (liscurstvos de configuracién cambiante en cuyo marco se produ- ce una conceptualizacién cel ejereieio del poder, es decir, detiniciones acerca de quién puede gobernar, qué es gobernar y qué o quien puede ser goberna- clo (De Maaints, 1999:87), Estas racionalidades gubernamentales, poseen una a moral” , un “caracter eplstemoldgieo” y un “Idioma distintivo’, es de- son moralmente coloridas, eatan bagadas én el saber y se hacen pensables & través del Lenguaje” (Rost-Miten, 1992:173) —véase tambtén al respecto ‘OMatier (1996:205) y Dean (1999:16-20 y 210-211). Por programas gubernamentiles, comprenderos, siguiendo a Rose-Miller el conjunto de disefios que buscan conflgurar determinados espactos y relacio- nes en formas que son consideradas deseables por diversag autoridades (1992:181), efercicio del calcula de las fuerzas politicas a traves del cual se establece Gna mutuatidad entre to que es deseable y lo que es posible (1992:182). Como bien sefiala Dean, “son intentos explictos y planeados dle reformer © transformar repimenes dé practicas reorentandolos hacla fines especiiicos o Invistiéndolos de propdsitos particulares. Los programas fre- cuentemente (oman ta forma de ua vinculo entre ef saber,tedrico y las pre- ‘octipaciones y metas practioas” (1999:211). Por tecnolovlas gubernamentales, entendemos, recoglendo 911 formulacién en Cases (1880: 15) nologias de intervenclon"—: forinas We acluar ditigidas a la manipulackén del muandd fisleo 6 Soctal dé acuerdo a, rutlnas delermlnadas, Coma bien sefnlan Rose-Miller; "Si las ractonalidadesy politicas hacen Ingresar a Ja realidad en el dominio del perisamiento...las tecnologias de goblerno Intentan traclucir el pensamtento en el dominio de ay realldad y dle establecer “en el mundo de las personas y las cosas" espacios ¢ instrumentos para actuar sobre esas enudades sobre la que suenan y espe- culan" (1990:8). Como bien plantea Dean; eb de. tecnologia implica una relacién entre formas de saber y clertas actividades practicas y le (1996:51). Se trata de un conjunto heterogeneo mientos a través de los cuales diferentes fuerzas Intentan hacer 103 progia- ia3 operativos y por medio de los cuales una rnullitud de conexdones son, ablecidas —“assambleges” o “networks” como sefiala Deait (1998:55°6)— Fe las agpiractones de las auloridades y las actividades de Individuos y grupos (Rose-Muten, 1992:183; De Marais, 1909:89-90}, Dentro de cada lec- nologia gubernamental existen diversas formas de aplicacton o diversos com ponentes que denominamos “Lécnicas” (O'Matiey, 1996:205). Entre estos tres niveles de andlisis no existe un po de vinculaclén tunidireceional en sentido “descendente", sino que todos ellos s¢ encuentran complefamente entreluzados en las diversas situaciones concretas (De Manns, 1999:87 y 91) sido delimfiados en la reciente Ierniura postfoucau)tiana en donde se CRIMINOLOGL(=3, MAXIMO SOZZO 387 Juegan las relacior “no, g Auestro pre esente mas alla de sus las diferentes Beografias— ocupa cad derante (Simon, 1997), envolvimiento de Staciones én As_un lugar prepon- La traducci6n en tanto actividad cultural es considerada en , este trabajo como una compleja “tecnologia intelectual”, en tanto “forma de hacer la existencta penable y practicable” (Rose- Miller, | 1990:27; Dean, 1996:54), que tiene la pecullaridad de ligar dos) contextos y lenguas (que a falta de mejor denominacton, califica- | mos "de recepcién” y “de emisién"), viajando, atravesando el es-| pacio, entre textos del “alla” y del "aca" —sobre esta conceptuali- | \ zacién volveremos en la primera parte de este ensayo. En este trabajo pretendemos unir la “criminologta” y la “tras ¢, duceién”, en un ejercicio de “historia del presente" en tanto sind: mo de “genealogia” (Foucault, 1992; 1993¢;11-22), en el sentl- do planteado por Foucault —"...hacer la historia del pasado en |, los términos del presente” (Foucault, 1989:37)—, es decir, ps 7 un problema en los términos en que se presenta at mente e intentar establecer su genealogia. La genealogia signi ca _desarrollar ¢] andlisis partiendo de la situacién actual” (Foucault, 1984:674).° Como senala Castel, se parte de la convic- cibn de que el presente refleja una combinacién de elementos heredadas del pasado y de innovaciones actuales, de alli que: “analizar una practica conlemporanea significa observarla desde lp punto de vista de la base Lnisiérica de la cual emerge, sigoifica er nuestra comprensién de su estructura actual en Id serle de sus transformaciones previas. [1 pasacio no se repite a si mis- mo en el presente, pero cl presente juega e innova utilizando el legado del pasado" (Castel, 1994:238). En la primera parte del texto exploraremos el rol que cum- plieron las traducciones en ¢l pasado remoto del surgimiento de Ja criminologia en la Argentina —y rnds inclrectamente en Amé- * Veanse, entre otros autoves que resealna este proyecto de la “historia del pre= sente": Durciet-Gornon-Miuter (1981); Cosmss.(1994; 1997): Cramer (1996): Baruey= Ossome-Rose (1996); O'Mauev-Wen-Suievana (1997); Rose (1999) y Dean (1999) En el campo dle li “eriminologin”, véase, entre otros, Gariano (1997 y 2001). gf ei An vay £ $ 38 xe ry & leetnn” it z g la y acionalidac 3 y tecnologias de ge : : operaron, con dichas herramienta ‘hes de los discursos 358 CUADERNOS DE DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA PENAL N* 13 rica latina—. Alli presentaremos algunas intervenctones tedricas que, pensamos, resultan titiles para analizar esta misma cues- tién en nuestra contemporaneidad, generando este movimiento de ida y vuelta en el devenir que identificamos como clave de acceso a Ja empresa de la historia cel presente. En la segunda parte del trabajo, pues, analizaremos como juegan las traduc- clones en un "presente criminologico" latinocamericano —y tam- blén argentino— que abarcaria nuestro pasado inmediato, que identificamos como un escenario cuyos siniomas de disoluctin se observan en nuestra actualidad. Conclulretnos este trabajo con una breve reflexion desde la cuestién de la traduccion so- bre el abordaje del problema de la “dependencia cultural” y so- bre la “radicacién cultural" en criminologia y sus implicancias para la tarea de la comparacién, 2. Parte I. Pasado El nacimiento de la criminologia en la Argentina —y en América latina— se produjo en cl marco de la instalacién y de- sarrollo de una compleja tecnologia intelectual: la traduccién de textos extranjeros a través de diversas técnicas —reseas, articulas, lbros, revistas, bedi y conferencias (Salessl, tral 16n criminal Ilevados adelante por distintos “ —Juristas, médicos, administradores de prisiones, ct importadas, transformacto- ‘cll Y_Be textos snacionales, 2,1, Primera lectura: la metafora de la traslaci6n Esta actividad de traduccién/impor' : nactmiente de la criminologia, comenzé_a ser problematizada en América latina —muchas veces recurriendo como ejemplo paradigmatico al caso argentino a inicios de la década de 1970, Diversos intelectuales que encararon la elaboracién de una criminologia "nueva", "critica", "de la liberacién" en la re- glén —sobre la que volveremos en la segunda parte de este trabajo— abonaron, aunque en forma mas bien incidental, lo que podria pensarse como una “primera lectura” de aquellos ck pe ae CRIMINOLOGIA - MAXIMO SOzzO : 359 procesos culturales —primera, en un doble sentico, cronolégi- camente hablando, pero también en tanto lectura superficial, stmple.® Esta primera lectura parte, a nuestro criterlo, de una com- prensién de la traduccién fundada en lo que podriamos Hamar una "metafora de la traslacion”. La traduccion en tanto tecnolo- gia intelectual puede, desde nuestro punto de vista, adquirir dos formas diferentes, que Implican un conjunto de técnicas distin- las: la “traduccién en sentido estricto” y Ja “traduccion en sentl- do amplio". Por traduccién en “sentido estricto” entendemos el tipo de actividad y producto cultural que se asocla tradicionalmente al _ verbo “traducir", de acuerdo con nuestro Dicctonario Larousse, “verter una obra de una lengua a otra”./A partir de la metafora de la traslact6n, la traduccion en sentido estricto es considera- da una operactén que consiste en que un texto (oral o escrito) — una untdad en tanto conjunto de significados— de un “autor” es trasladado de una lengua a la otra por un “traductor" a tra- ~ vés del uso de los componentes constitutivos de ambas lenguas, teniendo en cuenta las reglas especiales de traslacién entre ambas, convencionalmente aceptadas en los amblentes cultu- rales: emisor y receptor, El traductor se presenta en esta ima- gen tradicional conio pura mediacién neulra entre el punto de parlida-texto del autor en la lengua de emislén y el punto de llegacia-texto del autor en Ja lengua de recepclén, aseguran- do la identidad de ambos.+ Esta metafora de la traslacion se extlende, en esta primera a, desde las traducclones en sentido estricto a I: lect © La superfictalidad de esta primera lectura se debe a diversas razones. Una de las mas importantes es justamente la Incidentalidad del tratamiento ce esta cuestion por parte de estos intelectuales. Dificilmente aparece como un tema, como un centro de preocupacton de la propla produccién Intelec- tual. En ello Incide el lugar asignado a fo “cultural” en la forma de pensar la cucsilén criminal que Implica esta criminologia "nueva, “erlitica’, “de la Viberacton’, fundado en una nocidn fuerte de “estructura” de le vide soctal, construlda a partir de diversas tradiciones marxistas, Otro elemento tin: portante que lmpacta en esta superficialidad es que esta primera lectura no se Inscribia siempre en {a realizacién por parte de estos Intelectuales de delalladas Investigaciones histéricas sobre la criminologia en América Intl- na —veremos cémo es. Justamente, en el caso del primer cjerciclo sistema- ico en este sentido, en esta tradicion, que esta imagen superficial comien- za a agrictarsé. Nabe 360 CUADERNOS DE DOCTRINA Y JURISPRUE! © 21A PENAL NO 13 ducclones “en sentido amplio", que constltuyen un tipo de ac- _lividad y producto cultural diverso. Esta operacién [mplica la traslacion de un texto o de fragmentos de texto de un autor, concebidos como “portadores" de definiclones, descripciones, explicactones, prescripciones, ete., de una lengua de emision a una de recepcidn,? pero que es Hevada adelante por “olro autor’, que los inscribe —a través de citas textuales, referen- clas biblograficas, etc.— en un complejo textual —por lo gene- ral mAs amplo— que es concebido por él mismo como resultado de una actividad intelectual propia, En ese nuevo texto se combi- nan, siempre en la lengua de recepelén y de diferentes maneras, dichas definiclones, descripciones, explicaciones, prescripciones, ele., "portadas" en los textos o fragmentos de texto traslada- dos entre sicon definiciones, descripciones, explicaciones, pres- cripetones, ete., que son concebidas como propios por el otro autor? Los procesos de importactén cultural involucrados en la cons- tituclén de la erlminologia en la Argentina y en Amériva latina a través de esta tecnologia intelectual, abarcaron tanto traduccio- nes en sentido estiteto como en sentido amrpliofAmbas son pre- sentadas en esta primera lectura, esencialmente, como traslactones entre leriguas y contextos culturales diferentes, del centro a la periferia, de norte a sur./ Contribuyendo en clerta medida a esta primera lectura, por ejemplo, Roberto Bergalli —cuyo aporte al nacimiento de la trach- cién critica lalindamericana fue muy importante—, quien plan- ted en diversas ocaslones a comienzos cle los '80 (Bergalll, 1982a, 1982b, 1983a, 1983c) la cuestién —aun. cuando, como decia- mos, no la convertia en el centro de sus reflexiones, De hecho también se podria pensar que, en “sentido ampllo”, esta actividad cultural de traducelén tiene menos que ver con dos Jenguas diferentes que con dos milleu cullurales distintos, aun cuando compartan —en terratiios generales— ua risa lengua. Una variante que complejtza este fenémeno de ta traduccién en sentido am- plo es aquelta en 1a cual el “otro autor” wo hace én su propio texto un reenvio explicito al texto o fragmento de texte del “autor” en la lengua de emision —Iransttando el territorio del plagio 0 sus adyacencias— y es “deseublerio” por la intervencidn de un tercero —el “eritico"— o por el “autor” mismo, que produicen el julcio de adseripelén y responsabilidad por el qué s¢ unen am hos textos, ‘ CRIMINOLOGE.”.. AAXIMO SOZ20 361 Au planteo se sostenia conceptualmente en una clave de lec- tura mas general sobre la relacion entre los procesos econémicos y los procesos culturales en América latina: “...los desarrollos culturales de los paises latinoamericanos tuvieron lugar siempre en relacion de dependencia con ideas o teorias generadas en Ambitos forarieos, lo cual ha acaecido en mayor o menor medida segtin los procesos hist6ricos particulares y por virtud de los mecanismos que se gestaron en sus formaciones econdmicas co- loniales o, a raiz de una preponderancia del capital extranjero sobre las fuentes mismas de los productos primarios" (Bergalll, 1982a:268-9)° Sin embargo, Bergalli sefialaba la aparente para- doja de que: “En algunas circunstanclas, sin embargo, parece que en ciertos terrenos América latina ha ganado la delantera a Europa. Esto ocurre cuando se analiza la aparicién y el creci- miento de la criminologia en el drea latinoamericana, sin prestar atencién a las razones externas a la disciplina que han provoca- do esa gestacion” (1983a:199), Esas razones externas eran, a su juicio, el subdesarrollo de la region determinado por la expan- st6n del capitalismo que habria impulsacio una necesidad de dis- ciplina social en relacién con la division internacional del trabajo y la exigencia de orden de las clases dominantes locales frente a la anarquia y las guerras civiles para la proteccién de sus intere- ses (1983a:199), El nacimiento de la crimtnologia en América latina habria sido, entonces, el resultado cle un “asombroso trasplante” (Bergalll, 1983a:199), un “exitosoy veloz (ransvasea América del Sur, prin- cipalmente al Rio de la Plata” (1982b:280), De alli que comentando uno de los primeros textos criminolégicos acgentinos —sobre el que volveremos mas adelante— Bergalli sefhalaba: evela una transposicién directa de tas premisas fundamentales del pi 19 lombrosiano” (1982b:284) (el destacaco es nuestro), Traduc: Esta alirmacién no Implicaba, sin embargo, olorgarle a esta relacién un sen Udo falto de complefidad. Beryalll alirma mas adelante en ese mismo texto, Tecoglendo las ensenanzas de la Escuela de Frankfurt: “Clerto marxismo yul- war se ha equivocado al buscar una derivacién veduccionista de fenémenos cullurales, superestructurules, a partir de su base socloecondmica, subestructural, La cultura... nunca fue epifendmica, aunque tampoco es muliicdimenstonal, ‘Todos los fendrvenos cultuvales deben yerse como medin- dos a través de la totalidad social, no meramente como el reflejo de los inte+ reses de clase. Lo cual significa que también ellos expresan las contradiccio- hes del conjunto que niegan el statu quo. Nada, o al menos casi nada, es puramente Kdeologlco” (1982a:274), 362 CUADERNOS DE DOCTRINA ¥ JURISPRUDENCIA PENAL N° 13 ciones/importaciones culturales en tanto traslaciones, generaban * tes", "transvases", “Lransposicioncs”.!® Frente a esta primera lectura es posible ubicar ambigua- mente la contribuclén de Rosa del Olmo en América latina y su iminologia (1981), uno de los libros centrales en la construc- cién de la crlminologia critica en la region y que representé el primer intento serio de reconstruir la historia de la eriminologia en América latina,'! Este texto es, de todos los producidos en este momento de “ruptura criminologica” —en palabras de la misma Del Olmo—, aquel en el que Ja cuestién de la traduccién/ importacton cultural cn la historla de la criminologia en la region “se aborda més sistematicamente. /Del Olmo parte de una clave de lectura acerca de la relacion entre los procesos econémicos y los procesos culturales en Amé- rica latina similar a la de Bergalli/planteando la existencia de un vineulo funcional estrecho entre el proceso de mundializaclon pitalismo (su ingreso en una etapa imperialista con la ins- auraci6n de la divisién Internacional del trabajo —sobre todo a partir de 1870—y su correlato de “dependencia neocolonial" de los paises periféricos con respecto a los paises centrales) y la difusion de las nuevas ideas cstadounidenses y.curopeas_sobre, la cuestién criminal —el correccionalismo y_el positivismo— en "© Sélo otro ejemplo, entre los muchos que es posible encontrar en fos textos de estos intelectuales criticos latinoamericaitos. Emiro Sandoval {uertas, pat= tendo de una premisa similar a la de Dergalll en cuanto a la relacion entre procesos econémlcos y procesos cullurales en América latina, sosliene lamblan incidentalmente: “Entre fines del siglo pasado y comienzos del pre- sente. la covicepelén poslitvista del derechio penal y la crimlnologia fue tralda a América lalitia y no es mera colncidencia de que su puerta de entrada a nuestro continente haya sido, precisamente, el pais que en aquel momento mavores similitudesy vinculaciones materiales tenia cou Europa: Argentina” [Sanooval, HureTas, 1985: 105) lel destacado es nuestro), Ca Justificacién brindada por la autora de In einpresa intelectual entenrada en este libro era la carencla de historias cle la crlminologia en los prises latinoa- mericanes y Ia ausencla de conociniento al respecto por parte de quienes se identificaban profestonalmente con Ia eliqueta de “criminélogo”, generada por Ta difusi6n del “pensamiento erimincléyico de los paises hegemdnicos”. Sena- laba, al respecte: * tacion neceslia de Jn. aginest: Qutt,.,98 1510), Curloso —0 no tanto— es que en buena medida, salve sus proplos esfucrnag (Ort Ouro, 1992) y algunos ejercicios sobre temas especificos y, por lo gene-| ral. por parte de aulores «ue no se ideniifican como “crimnindlogos" (como p_ | Sauarons-Acutane, 199Gb: Sxwnrons. 1992 y en prensa: Scatzanetis, 1999: Ruinat, 1992; Sacessi, 1995; etc.), la siluacién en.ja Argentina, veinte aitos\ después, sigue slendo en buciia medica sirilar. } CRIMINOLOGIA - MAXIMO S0zZO Jos paises latinoamericanos como forma de gestar una “Interna cipnalizacion” de una nueva forma de "control social de los resis- tentes” (198 1:60). El nacimiento de la criminologia positivista —y su posterior desarrollo— en América latina como parte de esta difision cullu- ral es visualizado, por encle, como consecuencia del "imperialis- mo clentifico" que se habria Impuesto como “resultado de condi- clones estructurales especificas del desarrollo historico del capitalismio en ese continente” (Del Olmo,.198:248) —aunque al mismo ticmpo, sefalaba la autora, habria Jugado un papel en dicho desarrollo. Los paises de América Jatina no habrian evitado esta “ln- on" de “normas universales", cle un “paradigma general ‘dominante”, con respecto a la cuestion criminal, en virtud del beneplacito de sus "minorias tlustradas",'* pues no se habria tratado ce “una relacién unilateral de imposicién como se cree generalmente”, sino que habria contaco con el entuslasmo y “aceptaclon acritica” de los representantes Intelectuales de las +! clases dominantes los "especialistas’, que habrian manifesta: una “actltud de subordinacién” y un "comportamlento ml- | nético” (Del Ohno, 1981:124; véase mis rectentemente Del Olmo, 1999:24)." De alli que fa criminologia en América latina, para | Del Olmo, tuyo en un inicio "un cardcter netamente divulgalivo. édicos, como representantes de las Ge! clases dominantes de sus respectivos paises, se van a encargar %">$ de importar la forma en que se define, estudia y controla la cri- minalidad en esos momentos en el continente europea” (198 1:12). Hasta aquf la autora parecia manejarse en el marco de la, amgla- {grade la tas! Un ejemplo interesante que nos brinda Ia autora es ta recepelén declarada, por el Gobierno argentino de tos principtos del Congreso de Cincinnall de 1870 en su Informe al Hl Congreso Penitenciarlo Internacional celebrado en Estocolme en 1878 (ef. Det. Oso, 198 1:63) “Para las clases dominiantes de América tntina, seria la mejor explicacton para juslificar el surgimlento de los ‘resistentes’ al ‘orden’, cumpliendo asi esta nueva clencia una tmportante funcién Ideoligica” (Der. Quo, 1981135). Para Del Olmo esto sucedié explicitamente cuando aparece en el discurso dc los primeras crimindlogos latinoamericanos y argentinos el “delito polit!- co” como objeto dle analisis. prineipalmente representado por las activicla- des del movimiento anarquista (conf, también, Det. Oma, 1992:23-46, y 1999:27-31) what Wet 364. CUADERNOS DE DOCTRINA Y JURISPRUD | SIA PENAL Nt 13 » Sin embargo, Del Olmo sefalaba también en términos mas p> generales que "...la asimilacion de las Jdeologias europeas en su , version latinoamericana.., fue deformada y artificial", y que ha- » bia que advertir como *...esa adopclon de las ideologias euro- A peas aunque aparentemente deformada y artificial en rela- cién con el modelo europeo— respondia a las necesidades locales Y precisamente tuvo que deformarse para hacerse racional en ‘América latina” (Del Olmo, 1981:125), Dentro de estas "ideolo- gias europeas", el "...positivismo, por supuesto, sé deformd y surglo una version latinoamericana, aun cuando cada pais lo acoglese por razones diferentes, de acuerdo con su propia his- torla" (Del Olmo, 1981:127). Por consiguiente, también en el terreno de la criminologia verificaba este tipo de fendmeno: “En un comienzo se acogieron Jas ensenanzas_de la antropologia criminal surgidas en Italia, pero las caracteristicas propias de sestras sociedades dependientes y subdesarrolladas,, necesldacles de sus clases dominantes, ‘antropologia crim{nal, institucionallzando aquello que les fuese itil y descartando lo que no correspondiese con su racionalidad Ailstértca" (1961:155; véanse también, 251-2: y mas recien’ “mente, Del Olmo, 1999:26)."* t En estos Giltimos pasajes, la metfora de Ja traslacton, la Ima: del tr / ransposiclon/ transvase como clave de leclura de los procesos de *traucetin/iepportacn. ulturales seve atrave- el Pat putative de n los pai. jatinoamericanos, Aqui se abre una brecha que complejiza la lectu- ra, aun 1 cuando 10 compromete —en_ la argumentacién de Del Olmo— Ja premisa de fondo en torno a la relacion entre procesos econémicos y procesos cullurales en América lalina. En adelante pretendemos explorar esta brecha ablerta por la autora en esta primera leclura!® “En el nismo sentido, comentario ta paradofa en los paises lattinoamericanos del siglo xo que relormaban sus legislaciones penales sigulendo el ejemplo de las legislaciones espaniolas —y en segundo graclo, los preceptos ce la “clencia Juridica europea’— pero pretendian implantar las *tecnicas penitenciarins” estadountdenses, sefialaba idénticamente, pero “...adaptandolas y deformén- dolas para hacerse ractonal dentro del contexte latinoamericano” (Det Ouse: 1981:134; 1999:24), "* Curtosaimente, ids allé de la camplelizacién de Del Olme, creemos que a finagen naclda de la metéfora de Ja (raslacion es a que st eneuenta vas difondida en tos ammblentes “Juridico-penales* y “criminolégicos” —en parte como resultado de la Hamada “nuptura criminoloysea’— en Amértea latina CRIMINOLOGIA / XIMO SOZZO 365 concentrandonos en el nacimiento de la criminologia positivista en Argentina —aunque es posible que el planteo que pretendemos ela- borar sea a su vez utilizable (mAs o menos parclalmente) para el analisis de estos procesos en otros paises latinoamericanos.'® 2,2, Segunda lectura: la metdfora de Ja metamorfosis Para estagxploracion clel funcionamilento de la traduccion como tecnologia intelectual. de estos procesos de la importacién cultural, en la configuraciin de la criminologia positivista en nuestro paisjereemos que puede resultar ttil recurrir a algunas anécdotas rativas, pequehas historias en la historia de la criminologia en la Argentina,'? " Una costujnbre de los textos de Jos intetectates que participaron activa: € en) la construccidn en Awériea latina de la erimtnologia “nueva, “eri- lc li beracién® es niinitener al conjuunte ce loa pafses latinoanertens hos coino unidad de refereneta. Sine: . esi referencia —ent 1a nnayor parte de los casos—~ no es simplista, pues ge reconoce la diversidad en la Unidad. Como advierte fa nisin Del Olio; *...no se ha {gnorado en ningin momento que existen diferencias hisldricas importantes entre los diferentes. paises de la region, 1o cual le dard su propia especilicidad ala criminologia.ast como a tu crlininalidad en eadht pais. Lo que se quiere destacar sin embaryo, son los elementos comunes de pasado colontal y pertenencla posterior a 1a periferia del sistema capltalista....” (198111), En el mismo sentido se expresa Lola Anyar de Castro reconociendo ta complejidad de América latina como conjunto, en funcién del diverso yrado de “desarrollo de las fuverzas product!- vas" , varlando de pais en pais —y lasta dentro ce un mismo pals en diversas zonas— (Anivatt ve Castio. 1960 4), Sin embargo, més alld de estas deciaraclo- nes dle principio, no se han stempre seyuido las consecuencias lgicns det Feconocimnlento de estas diversidacles —tids alld de las explicaciones que se guleran brindar de ellas—, es decir, la subordinacién de la construccién de un discurso sobre 1a unicad de referencia "América latina” al requisite de la ploracién profunda de los diversos casos— “sociedades nacionales"—.para Juego desarrallar ta compleja (area de ta comparacién (en este sentido, pai Uendo de esta premisa nictadoloyica, se han dirigido ploneramente, con res pecto a la historia de la penileneiaria en Amérien lotina, SaLvarors-AoUitRe (1996b:1) y Satvarone (1996: 1941-6). Esto ha Hlevado en clertos casos a la pro- duceion cle generaltzaciones, basacins en wlicmaciones tlco-politicas acerea de la “Identidad Jatinoamerieanna aids que en el resultado de tnvestiacionies histéricas y sociales —que perduran atin en el presente: véase, como ejemplo de ello, Exnerr (1996, 1999)]fSe alll la necesidad de circunseribir nuestras|y ambictones y expresarnos catilelosamente respecto de la extension “geogeall- ca” de los argumentos que se desenvuelven aqui con respecto a Argentina! Heros decidiclo en estas anéedotas, que involucran fundamentalinente in- lercanibios entre inlelectudles llulianos y Argentinos, mantener 1as cltas (ex- tuales en las lenguas en que han sido publicadas las versiones que estamos empleando para reforzar justanenite la fmportancia de las traduiceiones ope rads, conflando gp que €l Italian io representaré un obstaculo insorieable para los lectores, ' Aetinds ble 1 hea ON (acer ts 366 CUADERNOS DE DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA PENAL NT 13 ‘Anéedota 1 \ El 18 de febrero de 1888 se fundd en la ciudad de Buenos \ Aires—con la participacton, entre otros, de Luis M. Drago, Fran- ‘Lie, ¢18¢0 Ramos Mejia, José Maria Ramos Mejia, y Norberto Pificro— \ la Sociedad de Antropologia Juridica, con el eielive deestisdiar “1a persona del delincuente, para establecer su grado de temibilidad y su grado de responsabilidad, aspirando al mismo tiempo a la * veforma gradual y progresiva de la ley penal de acuerdo con los ® principlos de la nueva escuela” —una de las iniciativas funda- > mentales del nacimiento de la criminologia positivista en la Ar- “gentina— El 27 de junto de ese mismo afio, en el Colegio Nacio- nal y en el marco de esta Sociedad, Luis M. Drago dicto una conferencla Utulada "Los hombres de presa”, que fue luego pu- blicada por Lajouane, constituyéndose en uno de los primeros textos “erlminoldgicos" argentinos (Drago, 1888)."° Un ano des- pués, en Archivio di Psichiairia, Scienze Penali ed Antropologia Criminate, Enrico Ferri comenta este libro reconoctendo “delle idee original, sostenute dall'A, con molla sagacia ed eloquenza ¢ con una conoscenza perfetta di tutte le pubblicazioni non solo | della antropologia criminale, ma anche di filosofia scientifcia” | (Ferri, 1889:102) y concluye: “Noi quindi non possiamo che rallegrarct coll’A. del brillante saggto da lui datoct della sua valenlia non solo nel difendere le nuove teorie critiche, ma anche nel | sottoporle a critica originale ¢ feconda, ¢ quindi nel correggerle & completarle” (Ferri, 1889: 103). Este libro fue traducido al Italia- no y publicado en 1890 como [criminati nati, con un nota de mas| de treinta paginas de Cesare Lombroso y una introduccton ae! Francisco Ramos Mejia (presidente de la Sociedad de Antropolo- gia Juridica) (Drago, 1890). Como seiiala Francisco Ramos Mejia, el libro de Drago repre- felmente: © ‘La alta sobre el objetivo de la sociedad, tracucida al itallario, aparece en la noticta acerca de la funcacion que se publica en 1885 en Archivio di Pstchiatria, * Selenze Penall eel Antropolog ia Criminale (Fratelli Bocca, Turin, vol, 9, p. 335), ja revista espectallzada dirigida por Cesare Lombroso, rescatando un artient- lo del 18 de febrero de 1888 aparecicio en La Nacion Ya en 1888, en Archivio dl Pstehiatria, Scienze Penalied Antropolagia Criminal, Raffaele Garofalo (1888) habia hecho una recension de un texto de Drogo publicado en 1887: “El procediiniento criminal en a provinela de Buenos Altes, a propésite de un proyecto de cédigo”. en cl que el autor argumentaba contra Ia importacion de modelos de procediniiente criminal de otros paises ‘que no respondian a las necesidades del pais y calificaba a la “scuola posltl- va ttallana’ de “rivoluzione sctentifica”. nyt CRIMINOLOGIA - MAXIMO S0ZZO 367 *.Jo spirito della nostra associaztone nascente, che potremmo rlassumere cost: accettando, come accetta, ! prineipi fondamentali della selenza, ne esami- nerae discutera | princip! che ne derivano ole conclustont, respingendo tutti quell che non riposano sopra una base veramente scientifica, tutta quella moltitudine di generalizzazioni pid o meno empiriche, figlte di un buon. desiderio sicuramente, ma non per questo meno preglu- dizievole, polché sono esse quelle che offrono il migitor terreno alla critica e alla Intolleranza" (1890;2).° En su libro, Drago examina diferentes elementos de las cons- s tericas de la antropologia criminal, planteando : gunas observaciones criticas, Rechaza —y lo sigue en cllo Ra- a. mos Mo}ia— la idea lombrostana de que la jerga.es.una 5 caracteristica tipica de las clases criminales, Con Tarde, Drago ~ \ _Sostiene que ¢s sdlo un medio destinado a facilitar cl desarrollo ‘de actividades perniciosas., Ramos Mejia?! va un poco mas alld. ) y sostlene que la Jerga responde a la necesidad de expresar con precisién y brevedad Ideas comunes en determinados grupos sociales —en este sentido la jerga responderia a las mismas necesidades que los dialectos naclonales— y pone el ejemplo de su pertenencia, en la Juventud, a un grupo de amigos intimos que Ilegaron a formar un “linguagglo speciale” con el que se entendian perfectamente pero que hacia incomprensible sus con- versaciones a los extrafos: "E debbo aggiungere che nessuno fu né é stato in seguito un ladro, un assasino o qualche cosa altro da simile” (1890: 4). También _Drago_ntega_ que el ‘amor_por cl. Juego y por las orgias fueran una caracteristica de los hombres - incuentes, pues en general son rasgos de una vida vagal da. Y refuerza Ramos Mejia: “Se tenlamo conto della difussione che ha !l giuoco in tutte le classi soctall e cosi pure det costuml sregolati dicerte cpoche della vita, crediamo che facilmente potra dimostrars! quanto siano Infondate le affermaztont di Lombroso" (1890:4), ma de ta Socleclnd senalaba explicttamente: ~..la necesidad decom- vclentcla europea con los datos de ta antropologia y Ia socloiogia ar- na y_de In Am ncigena® (cit. en Det, Oumo: 1981:135).. % Quien explicita que: “Questa parte del lavoro del Dr. Drago ¢ plena d'interesse edi novita,,,” (el destacado es nuestro} \. “it 368, CUADEPRNOS DE DOCFRINA Y JURISPRUDLWCIA PENAL N* 13. Y por diltimo, pone en duda la cuestin del tatuaje, trayendo acolacién la evidencia empirica de que los criminales argentinos no se tatdan casi nunca (1890:5). Lombroso inicla su nota introductoria diclendo: “Un fenomeno che fermera forse fra qualche secolo Vattenzione degli storict del penstero umano, é la strana differenza che si osserva ora, da paese a paese, e pel numero @ pel valore, fra 1 cultori della nuova scuala penale —cosi mentre { creatort di questa sorsero quasi tuttl nel nord, invece 1 suol seguact maricano qua- st affatto nel nord ¢ nel centro d'Italia, le Romagne eccet- tuate, ed abbondano, Invece, nella parte pli meridionale ed Insulare d'Italia” (1890, V). Lo mismo, dice, sucede a nivel dé Europa, onde son escasi- simos los creadores y pocos los cultores de la nucva escuela pe- nal, Pero es en la “raza iberica", en Espafia y en Portugal y sobre todo en la América espafola y portuguesa que estas ideas "presero un grande sviluppo” (1890:V1)). Luego de analizar la situacién de la “nueva escuela” en Eu- ropa, en Espasa y Portugal, dedica un apartado a “América del Sud" que se reflere casi exclusivamente a Argentina. Aqui se ins- eribe el pasaje —citado frecuentemente— en el que alaba a José Maria Ramos Mejia: “..che € uno dei pit potent! pensatori e det pit grandi allenist! det due mondi, nell’opera: La nevrosi degli uomint tlustri della Repubblica Argentina, aveva non solo sostenuto, ma completate le dimostrazioni delle relazione tra il genio e la pazzla, mostrando come quas! tutth { capl e grand! rivoluzionar! della Repubblica Ar- gentina erano stati o pazzl o alcaolist! o neuropatic!” (1890, p. XXX1).2 % ‘También hace alusién a tnd periela “cos! perfetta” de Pinero sobre "il pazzo feritore deltilustre generale Rocha, quale non si vede certo in Europa, dove quellt soll particolarita, sulla calligrafia ¢ sul gestl. sul linguaggio degll epllettict, da cut la nova scuola trasse element! nuovi di diagnost dell'epllepsia € che fan sorridere 1 burbanzost ¢ vuotl accademlcl, vennero applicate con una finezea veramente straordinaria € coronata d'un complesso sticcesso Veramente ulfopposto di quello che sarebbe successo in {talla” (Loeatoso, 1890-XXXIl) El Informe perictal fue traducide y publicado en italiano bajo el titulo “Delinquente politico ed assasino", en Archiulo di Psichiatria, Sctenze Penatl ed Antropologia Criminate [Pikeso, 1888}, con una nota a ple de pagina CRIMINOLOGIA <=) AXIMO SOZZO 369. Con respecto a la obra de la Sociedad de Antropologia Juri- dica afirma: “Spetta all'America clel Sud l'aver fondata una Socicta antropdlogica criminale, quando In Europa si battaglaya perfino per concederle un nome che non st riflutt quasi agli innecenti-che mai non fur vivi (Dante}: e questa ebbe Yonore d’essere presieduta call’alienista piu insigne del nuovo mondo — nuova lezione pel vecchio in cul la lotta pit viva € pit tenace parti di quell che chiamo pseudo- allenist” (1890:XXXV), Y anuncla; "Ed ora viene l'opera veramente magistrale di Drago, preceduta della geniale prefazione di Ramos Mejia, che dimostrano come Vaccetazione delle nuove Idee non portd danno alla originalita della ricerca ¢ alla perfetta indipendenza del Bludizio, perché se molte sono le conferme delle nostre teoric, non ne sono poche le critiche" (1890:XXXYV).** \Anécdota 2} "En mayo de 1905 se realizé en Roma el V Congreso Interna- cional de Psicologia. \. En el tomo IV de los Archivos ce Psiquiciria, Medicina Legal y Criminologia que dirigia, José Ingenteros publi- cé una especie de nota de corresponsa) sobre las vicisitudes de la reunién académica que califiea solemnemente: “En el inmenso arenal de un Sahara filossfico, Ja clencia ha organtzada sumo- desto oasis” (Ingenieros, 1905:357). El “delegaclo argentino” —Ingenteros mismo— particijé activamente en la seccién IV, con- de la criminologia “sent6é sus cuarteles”, Ante la exposicién de Sommer sobre el paralelismo o antagonismo de los caracteres fisi- cos y psiquicos de la degeneracion: "1 delegado argentino, obser- del mismo Lombroso que senulaba: “Slamo lett! di dare questa pertzla antropologico-psichiatrica cosi completa # perfelta di fac tnpallidire quante #1 pubbiicano In Europa". Yaclara en una nota a ple de pagina: “Mancherel al rispetto che devo a queglt Ulustet serittor se non wi rispondessi con qualehe parola, E vero quanto essl dicono: che il yrego & fino idl wi certo punto, adottate da tutte le chissl, speclalmente dai giovanetti, ma oltre che differisce in questi per Tintensita ¢ per la mancanza dl cinismo, erudlelta, ece., fatto cell essere diftiso net giovanni conferma la tendenza embrionile, infantile, del delitto; ma (I delinquente non Visa solo.nella glovinezza, ma sino all'estrema vecchlala ¢ 'usa anche a proprio danno, Il tawuagglo pue ben spleyarsi came sfogo del ola, ma sino ad un certo punto, perché nel manivomni non si vede thiai pralleato, ¢ anche neti womin! normal (marinai) in cul si {rova, no ha mal la tinta cintca, escene, né la diffustone enorme che preinle net erininali® (Losproso, 1890: !

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