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El encuentro de dos mundos artisticos en el arte plumario mexicano del Siglo XVI.* ALESSANDRA Russo. Centre DE RECHERCHE SUR LES MONDES AMERICAINS, Ecote pes Hautes Erupes EN SCIENCES SoctaLes, Paris. Auh xicmocuitlauican tultecaiotl, in amantecaiotl, in Haixmachiliziotl, in jcocoiaia in ie timaliui in icnotecpillotl, oalenantzin, quijoatzacutz, ca qualoni, ca ioani [Y cuiden la maestria en las artes, el arte de la pluma, el conocimiento de las cosas, porque cuando haya miseria y sufrimiento, estos seran el dltimo abrigo, y solo asf tendrin comida y bebida]’ @ En que términos es posible hablar de encventro de dos mundos artisticos? Quisiera plan- tear en forma de pregunta aquello que he elegido como titulo de este estudio, ya que a d primera vista aquello mismo, dicho en tono afirmativo, parece no dar cuenta de la comple- ja problemdtica ligada al nacimiento de un arte mestizo bajo la dominacién espafiola, En efecto, no se puede negar que se traté principalmente de un choque entre dos mundos. ni tampoco que la parte maltratada fue Gnicamente Ia indigena, pero si se puede intentar explorar uno de los espacios cn los cuales esta logra transformar sus antiguos conocimientos, en un momento en que todo el entorno estaba transformandose en “otro” mundo. La evangelizacién, panicularmente du- rante los primeros cincuenta afios de colonizacién, tuvo que hacer posible un cierto didlogo con la cultura preexistente y el arte indigena del siglo XVI constituye uno de los espacios privilegiados de la reorganizacién de los saberes precortesanos en contacto con los nuevos saberes occidentales En el tratamiento de esta investigacién he clegido como delimitacién ante quem los atios mil qui- nientos setenta, afios en los cuales a la efervescencia intercultural que habia caracterizado at primer medio siglo de colonizaci6n, prosigue una normalizacidn programatica de la alteridad y el conse- cuente pasaje irreversible al campo occidental. Bastard recordar que el Codex Florentinus, el libro redactado por los indios de México bajo la gufa del franciscano Bernardino de Sahagin, sera total- mente censurado por Felipe II por Cédula Real el 22 de abril de1577: la publicacién de aquellas paginas, que representaban un mundo completamente exorcizado y transformado, hacia temer que todo el trabajo realizado en mas de medio siglo fuese puesto en peligro por el deseo de retornar a aquellos usos y tradiciones, a aquella identidad transmitida justamente gracias a la obra de Bernardino’. Alessandra Russo, "El encuentro de dos mundos artisticos en el arte plumario mexicano del siglo XVI" . prohisterla, Ajo .nvimero 2, 1998. pp 63-91, * Una primera version de este texto fue publicads como “L'incontro di due mondi antsitici: I"imagine come strumento della rieducazione missionaria e ante plumaria messicana del XVI secolo”. en Miscellanea di storia delle explorazioni, mili, Genova, 1997, pp. 59 =100: esta edicién en espafiol consiste entonces en una versidn retrabajada de aquél aniculo, por lo que comtiene un buen niimero de modificaciones respecto. del primer texto, A. R.J. Traduccién de Carolina Gentile y Dario Barriera. revisada por la autora =63= Este y otros episodios, como por ejemplo la fundacisn en México del Tribunal de ta Inquisicién (1571) 0 la Hegada de los Jesuitas con sus imagenes contrarreformistas (1572), en efecto parecen seftalar en los afios setenta del siglo XVI el plazo dtimo de aque! periodo en el cual tuvo lugar un “encuentro” de dos mundos * Dentro de este espacio cronol6gico he concentrado mi atenciGn entomno a una forma antistica ind -gena precisa, e] arte plumario, poniéndola en relaciGn por una parte con las figuras del arte mexica precortesano y por otra con los posibles modelos iconozrificos occidentales que influyeron en la realizacién de las obras. Esta coyuntura derivada fundamentalmente de la necesidad de reeducar a través de las imagenes a los neGfitos mexicanos, permitié a los mismos indios continuar expresando Jos propios saberes simuléneamente alas invasiones de las nuevas formas de expresién occidental Los “mosaicos de las Indias”, como fueron lamadas y apreciadas en Europa las obras de los habiles ‘amantecas mexicanos. se transformaron répidamente en simbolos de una catequizacin en pleno desarrollo, objetos de curiosidad, pero sobre todo fueron obras maestras que dejaron testimonio m0 sélo de virtuosismo con un material muy insOlito para la mentalidad europea. sino de sensibilidad por los colores y singulsridad en la forma, dentro de figuras que dejan entrever un encuentro.’ 1, Cortés-Quetzacoatl “Los cazadores de las aves del agua cazaron una ave parda del tamafio de una grulla. y Juego la fueron a mostrar a Mocthecuzoma (J enia esta ave en medio de Ia cabeza un espejo redondo [...|: como la vié Mocthecuzoma espantése y la segunda vez. que mird en el espejo que tenia el ave: de ahi un poco vid una muchedumbre de gente que venfan todos armados encima de caballos. ¥ luego Mocthecuzoma mand6 amar a los agoreros y adivinos y preguntdles, ;no sabéis que es esto que he visto? Que viene mucha gente junta. y antes que respondiesen los adivinos desapareci6 el ave. y no respondieron nada” * ‘Tal vez no es una azar que justamente un pijaro. simbolo de la realeza y del poder’. prefigurara la Tlegada de! nuevo sefior en el espejo de obsidiana que Hevaba sobre la cabeza, De las fuentes indigenas captamos que Hern Corés fue recibido en un primer momento como! dios Quetzalcoatl, 1a serpiente emplumada, llegado para recuperar su propia tierra: este dato ha explicado la genero- sidad frente al conquistador. como asf también la poca resistencia que opusieron los indigenas. Moctezuma apenas conoce que los funestos presagios se estén cumpliendo, manda mensajeros al encuentro de los espafioles, entregaéndoles “el tesoro de Quetzalcoatl: una mascara de serpiente, de hechura de turquesas. Un travesafio para el pecho, hecho de plumas de quetzal [...} un escudo de travesatios de oro, 0 bien con travesaios de concha nécar: tiene plumas de quetzal en el borde y unas banderolas de la misma pluma. También un espejo de los que se ponen al trasero de los danzantes, guarnecido de plumas de quetzal” También hizo donacién de los oramentos de ‘Tezcatlipoca, entre otros “un chalequillo todo pintado, con el ribete con sus ojillos: en su ribete hay puma fina que parece espuma”. En tercer lugar, entreg6 los atavios del seitor del Tlalocan: otros objetos de arte plumario. Al entregar este precioso objeto, agreg6: “Id, no os demoréis. Haced Acatamiento a nuestro senior el dios. Decidle: “Nos envia acé tu lugarteniente Motecuzhoma. He gut fo que te da en agasajo al llegar a su morada de México™ ‘Los mensajeros colocaron estos regalos junto a Cortés y los revistieron con todos los ornaments 64. rituales con los que el pueblo adoraba los dioses més importantes (fig. 2). Entre tanto, Cortés no se ‘mostraba disponible al didlogo: desde el arribo a Ia isla de Cozumel (1519) y en todo su trayecto hacia la gran Tenochttlin el mismo episodio continus repitiéndose: ordenaba destruir las imagenes ‘adoradas por los indios ¢ inmediatamente mandaba construir una cruz y un altar sobre el cual hacia poner la imagen de la Virgen.* ‘Antes de repartir, Cortés confiaba los nuevos simbolos al cuidado de los caciques del lugar, reco- mendéndoles de mantenerios limpios y decorarlos con flores: a través de las asignaciones de esta tarea, responsabilizaba a los sacerdotes paganos quienes, involucrados de este modo, se transforma- tan casi autométicamente en sacerdotes cristianos.? Como muestra Todorov, fue el mismo Cortés quien explot6 el mito del retorno det dios Quetzalcoat! poniendo la Hegada de los espaftoles en relaci6n con el mito." El conquistador, entrando en los templos. se mostraba disgustado por el olor a sangre de los sacri- ficios humanos, de los cuales éste era el signo y por las formas “diabsticas” que encontraba. Encon- frarse frente a un dios con el semblante de un dragén debi6 haber sido equivaleme a encontrarse frente al demonio. La leyenda medieval de la Bestia que amenaza a la Virgen con el Nitio representa ba justamente un horrible animal con el cuerpo de un péjaro y la cabeza de wna serpiente, la fisono- ‘fa exacta de Quetzalcoatl, la serpiente emplumada (figs. 3 y 4). Después de haber visitado el Tem- plo Mayor de Tenochtitlan, Cortés expresa palabras de indignaciGn al tlatoani Moctezuma, pide crigir en la extremidad del edificio una cruz, y de aprovechar ese santuario como un lugar donde ‘entronizar la imagen de la Virgen. Fueron suficientes tres dias para terminar la capilla y desde ese momento la misa fue celebrada regularmente por los primeros religiosos que acompafiaron a Cortés: el tiempo cristiano entraba defintivamente en el Nuevo Mundo y desde entonces la evangelizacion significara la sustitucién material de las Viejas estructuras religiosas por tas cristianas. La legada de tres franciscanos en 1523 y de los denominados Doce en 1525, conferird un funda mento programético a la obra de reeducacién espiritual y a la edificacién de los lugares de culto y de estudio. En un texto de gran interés conocido como Cotoguio de fos Doce, el grupo de misioneros legados con el padre espaiiol Martin de Valencia explica a los dignatarios tenochca como os puc~ blos “recién descubiertos” fueron victimas de las acciones maléficas del diablo: la religién de Mesoamérica no es otra cosa que el fruto de la venganza que Lucifer ha tramado contra el Seftor, para gue fuese desconocido”™. En cuanto a Cortés. veremos dentro de poco como la multitud de significados de los cuales el dios mesoamericano era portador. no solamente permit la facil victoria de los espafioles, sino tam= bin dié la posibitidad a los indigenas de resignificar los acontecimientos a través de una particular forma anistica, el are plumario. 2. La reeducacién por imagenes ‘Una de las primeras preocupaciones de Ia orden franciscana fue la de crear una estructura en ka cual se pudiese impartir una educacién global a los ne6fitos. Las primeras dos escuelas primarias destinadas alos j6venes indigenas fueron la de Texcoco, fundada por Pedro de Gante en 1523, y lade Ciudad de México, creada por Martin de Valencia en 1525 despues dla instalaci6n de los Doce. En estas escuelas se impartian nociones elementales de escritura alfabética, de lectura, de canto, se ensefaba también a celebrar la misa, Como materias préeticas los indigenas aprendian los primeros 65- rudimentos de orfebreria, de sastrerfa, de carpinteria y de zapateria. En poco tiempo los indios estu- ‘vieron preparados para confeccionarse sus nuevas vestimentas y tomar el aspecto de hijos de Dis. Después de pocos afios fueron agregados a estas escuctas “clementales” unos insttutos. siempre de origen conventual, donde los denominados narurales estudiaban gramatica,retérica, teologia y apren- fan de manera refinada las t€cnicas antsticas occidentales”. Las escuelas fundadas por los francis- canos en el periodo que va desde ol 1523 a los ios 1570s.. muestran como caracteristca principal la unin de una ensefianza te6rica (elemental o de nivel superior) y una actividad que podemos definir de “laboratorio”: los religiosos, y primero enire todos Pedro de Gand, enseftaban a los indfgenas las, {éenicas antsticas occidentales, mostrando las formas de una tradicién iconogréfica distinta y se tencargaban al mismo tiempo de preservar la memoria indigena del olvido, comisionando a los neé- fitos la reescritura de los e6dices que la furia del conquistador habia destruido. tro aspecto que tienen en comin ka organizaciGn de la enseftanza en la escuela y Ia divulgacion en gran escala de a religi6n cristiana es la utilizaci6n de las imagenes para ensefar la doctrina “conforme al uso que estos {0s indios] tenfan y tienen”. Los pueblos de México posetan un sist sma de conocimiento fundado principalmente sobre ta tradicidn oral"; se encuentran luego en los denominados cédices (sus documentos hist6ricos, religiosos, de contabilidad, de tradicién) que se servian de un sistema pictografico, basado en una escritura de tipo glifica, para la cual a una cierta figura comespondia una palabra, la cual podia tener un valor autGnomo (significar la palabra), 0 bien ser parte. constituir junto a un segundo gli. otra palabra, similar a nuestros rebus. También los ‘nimeros indicaban por puntos y Lineas y,a través de las combinaciones de estos con los glifos de la divinidad, estaban redactados complicados calendarios astronémicos y adivinatorios. ‘Ademas de ser reeducados mediante formas ya conocidas dentro de la propia tradicién cultural, Jos mismos indigenas fueron inmediatamente anifices de Ia representacién de los nuevos saberes. en ‘cuanto las diversas expresiones artstcas formaban parte de los programs de ensefiaza. La escuela ‘anexa a la capilla de San José de los Naturales es la mas antigua e importante de estas escuelas indfgenas de arte y artesanado: Pieter van der Moere, verdadero nombre de Pedro de Gund. cl fraile fundador. habia liegado en 1523 anticipdndose a la misién de fos doce. Haba creado una escuela en Texcoco y en 1525 habia fundado el principal convento de la futura provincia del Santo Evangelio. Su escuela estaba marcada por un fuerte aspecto practico y de sus laboratorios surgié una de las Obras de ante mds significativas de estos aiios: el mosaico de plumas representando la Misa de San Gregorio fechado en 1537 y conservado en Auch, Francia’ Paralelo a la reeducacién misionera, la lucha contra la idolatria no alcanzaba los mismos preco- ces resultados: la operacién de sustitucién iniciada en los primetos afos de la conquista se revels en efecto como una cuestién muy compleja, para afrontarla bien se necesitabun armas diferentes alas ‘de Cons. La guerra a ls fdolos pertenecfaa un plano mucho més vasto. quel del acercamiento alo real: susttuir un sistema de creencias y designar una configuracién religiosa como idlatra, significa desvalorizar las relaciones que gracias a tal configuracidn subsisten entre los miembros pertenecien- tesa una sociedad dada’ Como es sabido. los misioneros buscaban encontrar posibles explicaciones a los objetos y a las pricticas que encontraban. Las interpretaciones més frecuentes eran. como se ha sefialado, aquella de reconocer en la idolatria amerindia la accion maléfica de Lucifer: tas similitudes buscadas y gene- ralmente encontradas con los itos cristianos. alimentaban Ia creencia de que el diablo las habia exportado a aquella parte del mundo para transformarse luego en el centro de la creencia, El jesuita 66 José de Acosta advertiré, por ejemplo, cémo la usanza mexica de comer la estatuilla de semillas de ‘acelga, maiz tostado y miel, creyendo comer el cuerpo y los huesos del dios Huitzilopochili, era del todo semejante al uso cristiano de la comunién en la celebracién de la cucaristia del cuerpo de Cristo, transustanciado en la hostia. Serén después buscadas analogias entre el paganismo mesoamericano y ¢! greco-romano”: una de las ms sugestivas fue aquellalingbistica sugerida por el término nahuatl teotl, muy parecido al término griego theds, para designar a los dioses. Un tipo de interpretacién todavia diferente fue constituido por una tentativa de “exorcizar” los fdolos para extirparle su valor iabélico: la utlizacién de materiales con los cuales estaban realizados en un tiempo los aributos de Jos mesoamericanos, al servicio del nuevo arte indo-cristiano, fue por ejemplo una de las condicio- nes de existencia del arte plumario en ta época colonial. ‘Siel cultoa los {dolos contintia siendo denunciado en el curso de todo el siglo (y del sucesivo), Ia accidn de los colegios y de las escuelas se hard en cambio més amplia, también gracias al incremento de las misiones y a la redimensién de los grandes obstéculos como aquél de la incomunicabilidad linguistic ‘Los indios jévenes eran obviamente los ms importantes de reeducar: una vez.instruidos sobre el valor de la verdadera fe “amaestran luego a los propios padres y alos otros indios"™® Es preciso hacer una distinci6n preliminar entre la profundidad de la accién misionera ejercida en as escuelas y conventos * y aquella en cambio més generalizada e impersonal impartida en Tas igles les, y en otros momentos de la vida de los primeros catectimenos (bautismo, comunién, matrimonio, sepultura,etc.). Esta distincign nos explica la persistencia de las idolatrias: ya que la evangelizacién no logré penetrar inmediatamente en todas las précticas cotidianas, (por fificultad linguistica, por el niimero exiguo de misioneros) fue justamente en ambicntes como el hogar doméstico o en la actividad laboral donde la idotaria se reorganizé clandestinamente. Si nos ‘detenemos sobre este particular, lo hacemos porque a Continuacién se explicard por medio de episo- ios de sobrevivencia a través de los cuales la memoria indigena se reorganiza al interior de lugares como, por ejemplo, las diversas expresiones artistas. Los misioneros, entre ellos los franciscanos. mucho mas que los otros tipos de viajeros misionarios, llevaron consigo las imagenes del propio mundo: seguramente se trataba de imagenes de pequenta dimensi6n, poco frégiles y facilmente transportables. vista la dificultad del trayecto que debian supe- rar: libros de devocién, Biblias lustradas, miniaturas,estampas, dibujos. como asi también pequettas esculturas y apices". Eran obras que mostraban, a través de an procedimiento familiar en Mesoamérica, la historia del cristianismo: los episodios narrados en el Viejo Testamento. cl ciclo de lPasin de Cristo, las figuras hist6ricas de los Padres de la Iglesia, los santos y las leyendas medic vales vinculadas a este imaginario. El catecismo por imagenes se presentaba también como una ‘operacién muy delicada: no se queria pasar a una nueva idolatria, no se queria que las mismas im3- genes se transformaran en nuevos objetos de adoracién; cl aportefigurativo debia ser de ayuda ex- clusivamente mneménica, Este temor se mostrs bien fundado cuando e! uso oriodoxo de las imige- tes bajo Ia guia de los misioneros se afianz6 en un verdadero apasionamiento de los indios por las Tepresentaciones europeas y una proliferacién auténoma de copias autéetonas, o bien cuando las races y los allares cristianos fueron circundados por abjetos como comida, tejidos. plumas y otros simbolos de una nueva idotatri El recurso figurativo como ayuda para la memoria habfa sido ampliamente utilizado en Europa: masas de analfabetos habian visualizado ta propia historia de cristianos a través. por ejemplo, de las 267+ xilografias del Ars Memoratva. Este género de “vifletas ” fueron seguramente modelos para los misioneros, tanto para hipotetizar que poseyeron copias en los conventos. como vemos en una banda ‘usta, en ta cual el argumento principal parece ser la Trinidad (fig. 5), 0 en esta pigina para un catecismo ilustrado en lengua oiomi (fig. 6) en el cual se registra también la introduceién de la escri- tura fonética, sea del otomi, como del espaol (en Dios), uso seguramente para creat los neologis- mos que el o1omt no conocia (anasacramentos) Uno de ios primeros documentos que registran la eficacia del catecismo por imégenes es el texto del denominado Cédice Franciscano del sigio XVI_En los pardgrafos dedicados ala ilustracion de Jas materias ensefiadss en las escuelas por ls indios nobles, se lee: “Tengolo por cosa muy acertada y provechosa para com esta gente porque hemos visto por expe- riencia, que adonde asf se les ha predicado la doctrna crstiana por pinturas tienen los indios de ‘aquellos pueblos mas entendidas las cosas de nuestra sant fe catoica y estin més araigados en ella, ‘Alos menos una cosa entiendo que seria de grandisima utlidad para la cristiandad de estos naturales {.cl.y es que se pimtase la misma doctrina crstiana en Ia forma mas conveniente para que ellos la cetiendan (..] y que por aquellas pinturas se le diesen a entender a los mochachos en su tera edad Jos minsteros de nuestra santa fe, pues es cosa natural imprimirse en la memoria lo que en aquel tiempo se prescribe: y para recibislo ya suponemos, como es asi, que para los indios el mejor medio sla pintura”™. Uno de los precedentes més significativos de esta posicin tedrica esté constituido por el sermén del frail franciscano Miguel de Carcano, titulado De Adorarione. Hablando de la funeién y de la intencicn de las imagenes, habia sostenido: “Primo propteerea ruditatem simplicium ut qui seriptura, ‘non possunt scriptura legere in picturis possint sacrameenta nostrae salutis et fidei cernere. ..] In ipsa Tegunt qui litteras nesciunt™. Nada més indicado para la formacién o instruccién de los jévenes indios, también esto, si bien en un sentido muy distinto, analfabetos, Pedro de Gand compondré en 1555 la Doctrina cristiana en lengua mexicana, un catecismo ‘acompaftado por numerosos grabados, cuyo disefio muy simple iluminaba sobre las imsigenes que eran hasta entonces mostrada a los indigenas: espacios tardo-medievales que no lenin ya nada que ver con los elaborados grabados europeos de los mismos afos. Tratar con una mentalidad considera- da “primitiva”, sobre la cual se crefa actuar una sabula rasa y que se presentaba completamente. virgen de semejantes formas. coincidia con instaurar un conocimiento basado sobre imagenes consi- deradas enfonces por los mismos misioneros “primitivas” (recordemos que Pedro de Gand proventa dela zona de Europa més vivaz y madura desde el punto de vista antstico acomienos del cinguecento: Flandes). El uso de las imagenes a partir de los niveles mis elementales de la educacién es ejemplificado por el abecedario de la Rhelorica Christiana de Diego Valadés: las letras Son visualizadas mediante Ja analogia enue las lineas que las componen y las formas que las evocan en la realidad colonial de todos los dias: una A asemeja a un compas, a una escalera (las nuevas téenicas), la B a una especie de ‘mandolina (Ia nueva mésica), la C a una herradura de caballo (los nuevos animales), 0 a un como, la Fa una espada (las nuevas armas), la | a una columna (las nuevas arquitecturas), a L a una hoz, la O al mundo que Cristo vino a salvar, la P al bast6n pastoral (las nuevas referencias religiosas). y asf ccontinta, (fig. 7)", ‘Ademés de este uso. se podria decir tedrico, de Ias imagenes europeas como verdaderas y propias -68 pizarras sobre las cuales dar lecciones de eatecismo, los grabados y las xilografias contenidas en los libros ilustrados.* servian de modelo para enseftar a pintar segin esquemas occidentales: la mayor parte de los libros contenidos en las bibliotecas de los conventos franciscanos eran de origen nordi- co, elemento que retomaremos cuando hablemos de larelacién entre las obras de arte plumario y sus posibles modelos” ‘Adin cuando la comisiGn de obras de arte fue un aspecto de la educacién evidentemente vincula- da ala evangelizacisn, quisiera ahora citar las palabras del Fraile Jacopo de Testera. el cual en unia ‘carta a Carlos V del 6 de mayo de 1533 escribe: ‘omo se sufre ser yneapaces con tanta suntuosidad de edificios, con tanto primor en obrar de ‘manos cosas subiiles, plaeros, pintores, mercaderes, repartidores de tributos, arte en presidir,repar- tir por cabecas, gentes servicios, criancia de hablar ecortesia y estilo...?™ El debate al cual se refiere la defensa de la capacidad intelectual y creatividad indfgena en contra de la supuesta incapacidad habia alcanzado en aquellos afios una tensiGn notable. En diversas oca- siones el empefio franciscano (y también el suefio, aquél que Baudot define como la “utopia franciscana”) habia estado afrentado por quienes manifestaban de hecho graves reservas sobre la ‘capacidad racional de los indigenas y sobre su asimilacién de los contenidos doctrinales. Afirmar lo ccontrario, como Jacopo de Testera, que en el mundo mesoamericano habia una racionalidad, testimoniable ante todo, a partir de la habilidad en tas artes, tuvo diversas consecuencias: el 2 de junio 1537 la bula papal Sublimis Deus dirigida a toda la cristiandad prohibia absolutamente la escla- vitud de todos los indigenas, también de aguellos que debian todavia ser “descubiertos”, en esta venia afirmada también la completa racionalidad del indio, conta la pretendida inhabilidad indigena para acoger el cristianismo™, La reescritura de los cédices precontesianos. cast enteramente detruidas en los afios de la con- 4uista militar, se presenta como un lugar privilegiado del encuentro entre dos mundos. En efecto eran {en aquellos alos todavia vivos los viejos poseedores de aquellas tradiciones: la redacci6n hizo su aparicién en la coyuntura entre sistema alfabético occidental (répidamente se lega a la raducciGn fonética de las lenguas indigenas), sistema figurativo occidental y sistema figurativo indigena” 3. Elarte de Quetzacoatl Qué entendemos por sistema figurativoindigena? Arte y religién son inseparables en el mundo precontesiano: lo que los relaciona es la interpretacin figurativa de la vida cotidiana. De la severa educacién en el Calmecae (las escuclas reservadas a la nobleza mexica).al ejercicio del propio oficio como misién divina alas guerras denominadas de las “lores” (las flores eran los corazones de los hombres, que habrian “nutrido” a los dioses)", alos sarificios humanos, al autosacificio, toda la realidad esti impregnada de sentimicnto religoso. El arte fuerza esta analogia a la verosimilitud. sadomando las personas respetables, los guerrero. los sacerdotesy 10s sacrificados con los atributos del Dios. El término aravios (omamentos).que se repiteconstantementeen los eseritos de los viajan- {es esparioles cuando describen los ritos de Nueva Esparia. toma una de las profundas constantes del arte mexica: la fe en la eficacia de la imitaciGn de la fcciGn artstica gracias a la idemtficacién de algunos personajes vivientes con la divinidad, a través de sus atributos. Enire las metéforas de la lengua ndhuatl registradas por Sahagun. un hombre sabio e integro ‘moralmente es lamado Quetzacoatl, © sea con el nombre propio de una de las divinidades més -69- importantes del pantesn mesoamericano. En cuanto a la idemificacién con la divinidad proyectada sobre el sacificado, oigamos la perifrasis que nos hace Sahagiin para indicarlo, “En Panguetzaliti ‘cuando sacificaban al que representaba a Coyot! Inahual”®: el sarificado es, para la gente que esté presente en el rto, “representante de” un Dios, garante de Ia conservacidn del canal que permite el 4idlogo con e! mundo ultraterreno a través del derramamiento de sangre. Paradjicamente, es justa- ‘mente mediante la muerte del sacrificado que se recuerda a todos los homibres como esta identifica- cign con el divino es efimera, dura poco: los hombres no son capaces de vivir sobre la tierra sin el coraz6n, sin el cuerpo, lo que es demostrado por la muerte del sacrificado, ‘Consecuentemente, e arte ¢s concebido sobretodo a partir del concepto de figura", de idemtiica- ‘cin entree! mundo terreno y el ultraterreno para rendir homenaje a los propios dioses, Una concep- ‘ign del tiempo asada en el “relevo" de los doses, los cuales se pasaban de mes en mes, de afi en afl. de ciclo en ciclo, el destino de los hombres, hacfa que estos dtimos mostraran continuamente a ellos su econocimiento a través de fiestas, sacificios, emplos_y trabajos de arte. Quetzalcoatesté en el centro de este concepto “figurativo” de la elacién entre arte y religién. El atributo principal de la serpiente ~coat!., simbolo de Ta miseria humana que se arrastra entre el polvo ‘yl materia son las plumas de quetzal ~quetzalli-.simbolo del elevamiento del espiritu. La pluma cs asic! omamento necesario para la misma creacién de Quetzalcoatl, habiendo permitido a la serpiende clevarse sobre el mundo y hacerse dios. Esta retaci6n con la creacién se halla claramente en unas ‘metiforas de la lengua nshual registradas en el Cédice Florentinus: apenas nacfa una nifia la panera la recibia llamndola afectuosamente “piedra preciosa”, rica pluma”. Anunciando la gravidez.de su propia hija, un sefior de Tenochtitlan dice: “una joven nia tiene dentro de sfuna piedra preciosa, una plum. porque a joven mujer estéencinta. Otros usos re6ricos de la palabra pluma hacen compren- der la importancia simbdlicaen la vida cotidiana: Sahagin expla que la fase manoseus odesparpajas © sobajas la pluma rica se usa cuando alguien ha profanado un objeto sagrado. o ha maltratado wna persona de valor: plumaje rico y de perfecto color equivale a decir oracién perfecta y bicn compues- ‘a, Las plumas son omamentos constantes de todos los dioses principales y de sus “figuras” sobre la tierra. La escultura en los bajo relieves. las pinturas. hasta lagar al emblema més dramético de ki divinidad, el sacrficado: “..sistemano delle acconcisture di preziose piume sella testa degli schiawi che devono morir.."."..quello che hanno da sacrificare va molto ben en ordene e con molti pennacchi in atestae per tutto." Durante las ceremonias que precedan los sacrificios humanos, se perpetuabs la observacidn de la regla que impedia ponerse ormamentos de plumas sin el permiso del tlatoani Drisioneroso esclavas sin mas derechos, se transformaban en la figura del dios al cual estaban por ser sacrificados y en esta identificacién, tomaba sobre su cuerpo los atributos principales de la divini- dad: tas pumas. Estos documentos comprucban que el arte plumario era una de las expresiones artisticas indis- pensables para la religiGn. Comprobado entre los Mayas, en un tiempo no muy alejado, vistos los Contactos que Teotihuacan ten‘a con ciudades mayas como Kaminaljuyt, no parece imposible que justo esta relacin habia hecho posible las primeras obras de atc: si Teotihuacan es en efecto uno de los primeros sitios en et cual se representa la imagen de Quetzacoatl, el trayecto para Hegar de esta Ciudad a la regi6n de Kaminaljuys corresponde mas o menos al area de la costa pacifica de la cual ;rovenfan todavia en los tiempos de la conquista espaftola las preciosas plumas. Por consiguiente, proponemos ia hipGtesis de que el arte plumaria evoluciona en expresiones ansticastradicionales desde los primeros siglos de nuestra era, periodo en el cual los teotihuacanos 70- ‘emprendieron largos viajes a través de las dreas con fauna de mayor variedad de pajaros. Aun ‘cuando los teotihuacanos confeccionaban quiz4 ya sombreros y ornamentos con las aves presentes ‘enc Valle de México, la posibilidad de tener pajaros preciosos constituy6 un fuerte impulso a esta ‘expresién artistica, Ademds, los mismos mayas hacfan traer algunas plumas preciosas desde toda- via mis lejos, dese Honduras, como explicaron aquellos que encontré Col6n sobre una canoa. dirigiéndose a cambiar los preciosos objetos de piedras por las bellas plumas halladas en aquelia tierra." 4.La tradicion de los amantecas: Sahagiin, en la versiGn ndhuatl de la Historia General de las Cosas de Nueva Espaiia, nos pro- porciona preciosas noticias sobre el arte de Los amantecas: estamos en el noven libro, seccién dedi ‘cada adem alos pochiecas, los mercaderes que mediante largos viajes hacfan disponibles todos los preciosos materiales indispensables para artistas como lapidarios, oebres y amantecas. Esia parte dela obra reine los oficios considerados con gran estima por su valor respecto a la colectividad: los ppochtecas se exponian intrépidos a los peligros que comportaban la precariedad de los tratados con las poblaciones aliadas (es sabido, entre otras cosas que éstos cumplian también funciones de control territorial, cuando no de espias) para hallar plumas, pieles, piedras con las cuales los artistas elabora- ban ormamentos para la divinidad: también si se trataba simplemente de escudos, de vestimenta mi- ltar o de brazaletes para la danza, todos los objetos eran pensados a interior de la estructura reigio- sa. El trabajo de los pochtecas estaba por consiguiente en estrecha relacién con aquello de los ‘amantecas: porque los pochtecas eran los que introducfan y procuraban las diversas plumas preciosa las variadas plumas que se consumian en manos de los amantecas |...J. que las hacian aparecer hermosamentc, las tahajaban con primor, con elles exercian su arte plumaria™. En el Cédice Mendoza (0 Libro de los Tributes) tenemos otro importante pasaje sobre el valor Alico de estos oficios: *{..llos oficios de carpintero y lapidario y platero y guarnecedor de plumas segtin que estin figura dos e ymttulados significan que los tales maestros ense/iavan los oficios a sus hijos luego desde ‘muchachos para que syendo hombres se aplicasen por sus oficios y ocupasen el tiempo en cosas de Virtud dandoles consejos que de la ociosidad nacian y se engrandavan malos vicios ansi de las malas lenguas chizmosos y seguyan las borracheras y ladrinicios y otros malos vicios y poniendoles otros muchos aterrores que medyante ellos se sometian en todo aplicarse™”, El interés de esta pigina reside en la asociacién que se hace entre oficio y rectitud moral: el padre ro tasmite solamente al propio hijo los secretos técnicos del oficio (Gig. 8), sino dona al heredero tiles informaciones para ser virtuoso y no converttse en un vagabundo. En efecto, después de haber representado los oficios heredables, el folio 70 recto del Codex Mendoza se cierra con las imsgenes de ‘una borracha y un borracho, o sea del vicio considerado una de las mayores depravaciones morales. Siguiendo las narraciones de los informantes de Sahagtin®, aprendemos que los ancianos det barrio de Amantlin se consideraban herederos de una antigua tradici6n: los primeros en establecerse ‘en el lugar habian levado consigo al dios de nombre Coyotlinahual. (“el que tiene su doble en el “coyote” este personaje no es otro que el dios que habia ormamentado a Quelzacoat! con las plu ‘coloreadas y 10 habia vuelto agradable a la vista humana, esto es una de las primeras divinidades “1 ‘mesoamericana).En el texto castellano Sahagtin agrega que estos pioneros se lamaban “meniti, que quiere dezir los que primeron poblaron que se lamaron.mexiti, de donde vino este vocablo MExi- 0", dejan insatsfecha nuestra legitima curiosidad: fueron Tos amantecas los primeros en po- bla a futura Technottian’ Después de haberse establecido en el bari, construyeron un tempo y una estatua a Coyotlinahual 4, cada vez que celebraban su fiesta, adornaban la estatua con aributos méviles, muchos de los cuales estaban hechos con plumas de quel. Otros seis dioses estaban presentes en el panteom de ‘Amantlin y también en ocasiones de las fiestas en su honor se fabricaban numerosos objetos de plumas, ots eran levados por ls victimassacrificadas, por las mujeres que bailaban en la cesemo- nia, como asi también por las estatuas que representaban a la divinidad. Los objetos que se elabora- ban con plumas era. w. uso exclusivamente ral o militar, usanza que se perpetuaré hasta la época de Ja conguisia,sirecordamos la ley que reflere Diego Dun que impedia ponerse estas indumentarias sin el permiso del laoani. Eare plumario era por eso estritamentecontrolado por el poder central del cual provenfan todas las comisiones”. En los tiempos de la conquista eran los denominados Tecpan amanteca, que confeccionaban las vestimentas y omamentos de Moctezuma, los Calpixcan amanteca, que wabajaban para el tsoro del tlaroani (yestidos con ls cuales el tlatoani danzaba en honor de Tos dies) y en fin, estaban los Calla amanteca. los anistas que trabajaban en privado 0

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