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Introducción

Un dilema ético es una situación en la que los preceptos morales o las obligaciones
de similar obligatoriedad ética se encuentran en conflicto, de forma que cualquier
solución posible al dilema es moralmente intolerable.
Las personas transexuales tienen una identidad de género que no coincide con su
sexo biológico y desean hacer una transición al sexo con el que se identifican, por lo
que suelen buscar asistencia médica para ayudarles a alinear su cuerpo con su
sexo identificado.
El término transgénero se refiere a las personas que tienen una identidad o
expresión de género que difiere de su sexo biológico.
En la sociedad actual hay un incremento de población que pertenece a grupos
minoritarios, como lo son las personas transexuales o personas transgéneros en
proceso de reasignación de sexo, que tienden a sufrir estigmatización,
discriminación y abuso en el ámbito laboral, social, sanitario o familiar.
El transgenerismo se centra en la identidad de género de un individuo y no guarda
ninguna relación con su orientación sexual. Las personas transexuales se clasifican
según su sexo biológico: una transexual femenina, es una mujer con un sexo
biológico de varón, y un transexual masculino se considera a un hombre con sexo
biológico de mujer.
Las personas transgéneros pueden construir su identidad de género
independientemente de haber pasado una cirugía de reasignación de género o
cualquier tratamiento hormonal. Cuando un transgénero se somete a cualquier
intervención médica, sea quirúrgica u hormonal, hablamos de “personas
transexuales”, en las que se lleva a cabo una reasignación de sexo.
Además de vivir en un estado continuo de vulnerabilidad, provocado por el estigma,
no existe una respuesta que garantice la satisfacción de sus necesidades. El
abordaje sanitario a las personas trans continúa siendo inadecuado, debido en gran
medida, a la falta de formación de las/los/les profesionales acerca de su realidad, y
la escasez de literatura científica en la que apoyarse. Todo ello conlleva, que este
colectivo carezca de una asistencia sanitaria equitativa, que responda a sus
demandas de salud, y perciba un trato desigual y discriminatorio. Lo que supone, en
algunos casos, la evitación del contacto con el sistema sanitario, por miedo al
rechazo o a los prejuicios.
Situación del problema y propuesta basada en el análisis ético.
Es evidente que el problema del transexualismo es una cuestión de gran
complejidad, que no se puede identificar como simple proceso de naturaleza
psicológica o de patología funcional. Se mezclan estas características, colocando al
médico en una situación única. Se requieren equipos pluri e interdisciplinares para
abordar su estudio (diagnóstico, tratamiento, decisiones sobre terapia quirúrgica). El
número de casos es reducido, pero su relevancia social es considerable en atención
a su impacto sobre el orden social. Por otro lado, los derechos de los individuos son
reconocidos en el Derecho Español y en algunas resoluciones del Consejo Europeo.
Aunque la situación legislativa no sea el objeto específico de esta parte del trabajo
del Grupo de Expertos sobre Cirugía de Cambio de Sexo, parece pertinente una
referencia sobre estas cuestiones para señalar que para el autor de este informe, el
reconocimiento de los derechos de los individuos a la dignidad de la persona, al libre
desarrollo de la persona (art. 10.1 de la Constitución) es básico para afrontar el
tratamiento ético de este problema. Así parece haberlo reconocido el Tribunal
Supremo en diferentes sentencias (1/7/87; 15/7/88; 3/3/89). El tratamiento ético que
propongo al problema se basa en la orientación anglosajona, en la que basándonos
en una ética de la responsabilidad, examinamos cual es la aproximación más
adecuada: utilitarista, consecuencialista o lúdica. A pesar del reconocimiento de los
valores de la ética principalista, de orientación europea, la dejamos de lado por
considerar una aproximación excesivamente generalista y cuya aplicación a
problemas concretos está limitada por esta misma condición. La ética utilitarista que
prevee que la felicidad de todos es el bien deseable siempre que no dañe a los
demás, nos parece excesivamente utópica y condicionada para efectuar análisis
concretos y específicos. La seriedad del problema nos lleva a dejar de lado una
aproximación lúdica o hedonista. El bien que está en juego es individual y complejo.
Sus daños y beneficios no se proyectan sobre el futuro o cualquier bien colectivo.
De acuerdo con estas consideraciones, nos parece más apropiado someter el
análisis ético del problema del transexualismo, y a su posible relación con la práctica
médica, de acuerdo con una lógica consecuencialista. Esta lógica nos permite
aplicar el análisis caso por caso, favorece la aproximación del análisis riesgo /
beneficio desde una visión holística, integrada, en la que se valoren las
repercusiones a título individual y de carácter más social o de amplio espectro.
Psicología y Transexualismo
La transexualidad ha sufrido muchas evoluciones desde el principio de sus inicios
hasta la actualidad; considerándola como un trastorno. El comité del DSM (Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) clasifica la transexualidad
como una enfermedad desde 1952. Era considerado un trastorno asociado al hecho
de cuando el sexo asignado al nacer y el que siente la propia persona no coincide.
La lucha contra la no-patologización
provoca grandes reivindicaciones, agresiones, suicidios, trastornos mentales, etc.
Debido a tratar la transexualidad como una enfermedad, ha hecho que no exista la
suficiente información y que apenas exista en la literatura y no conocer
correctamente la transición en las diferentes etapas de cambio de género.
Enfermería y Transexualismo
El estigma social sigue acompañando a las personas transexuales o también
llamadas Trans, siendo un importante factor de riesgo para la salud. El temor a la
discriminación, al no reconocimiento, hace que personas Trans no acudan al
sistema sanitario cuando realmente lo necesitan. Su diversidad de cuerpos nos
obliga a que ampliemos nuestra mirada más allá de lo biológico y aceptemos
una realidad que transgrede la norma. En la formación pre grado la oferta es
escasa en cambio en la post grado, la oferta es más amplia, casi siempre a
cargo de asociaciones y colectivos, ésta formación a los profesionales de
enfermería comunitaria debería ser obligatoria tanto para poder atender a
personas trans en consulta, como para educar en diversidad sexual y de
género en nuestra comunidad como parte de nuestra función de Educación
para la Salud de las Enfermeras de Familia y Comunitarias. Como
profesionales de enfermería debemos proporcionar un rol activo en cuidados de
forma equitativa y justa de acuerdo a las necesidades individuales de las
personas trans y ser formadores del resto de profesionales de nuestro ámbito de
trabajo y figuras referentes para aportar ayuda e información.

Por ello, se plantean las siguientes Acciones y reflexiones:


a) Valorar los derechos de los individuos con la atención puesta en algunos de los
siguientes extremos:
- ¿Quién es el propietario del cuerpo? Parece lógico proponer que el debate
trascurra de modo análogo a como se ha planteado en algunos países el debate
sobre la eutanasia o en términos más amplio por John Spiers (1997) al apoyar que
los pacientes deben tener un papel importante en la decisión de los cuidados de
salud y no descansar esta decisión únicamente en los profesionales. Se trata de
argumentos obviamente controvertidos, pero parece pertinente reflexionar sobre
ellos, a la vista de la crisis que en opinión de Spiers se plantea en la ética y en la
habilitación (capacidad de decisión) cuando la ciudadanía se enfrenta a opciones
realmente negativas o de calidad dudosa. Es evidente que este reconocimiento a la
decisión del individuo en los cuidados de salud no significa que se vaya contra el
principio de "indisponibilidad del cuerpo propio" en relación con su comercialización
o con acciones contrarias a la dignidad.

b) En la valoración de los derechos de los individuos con trastornos disfóricos hay


que tener en cuenta los daños que se podrían derivar a los individuos que sufran
ese trastorno y que podría derivar en falta de integración, insatisfacción,
marginación. En resumen, en una muy baja calidad de vida, que podría tener
consecuencias irreversibles: profundas alteraciones psíquicas o, incluso: el suicidio.
Es importante señalar además los riesgos relacionados con el autotratamiento, con
incidencia en el problema del dopaje que tantas repercusiones sociales, médicas y
económicas lleva consigo.
c) Examinar las repercusiones sobre la colectividad, que, en principio, parecen ser
limitadas en el orden económico. El número de pacientes es bastante reducido, los
costes pueden ser asumidos.
Otros costes relativos al orden social deberán ser valorados caso por caso, en
función del contexto personal, de los familiares, etc.
Propuestas
En atención a todos los argumentos que se han elaborado y de acuerdo con una
lógica consecuencialista, propongo que la cirugía de cambio de sexo sea
incorporada en las prestaciones de la Seguridad Social, con una serie de
condiciones:

- Adecuado diagnóstico, mejorando este proceso. Intervención de diferentes


profesionales.

- Análisis de los tratamientos más apropiados a aplicar con intervención de paneles


que engloben diferentes capacidades profesionales y articulen diversos intereses.

-Seguimiento y evaluación de los tratamientos aplicados, así mismo por paneles


pluridisciplinares, aplicando metodologías variadas, pero convergentes, que traten
de valorar, ¿medir?, los aspectos cualitativos y cuantitativos que se derivan de la
aplicación de tales tratamientos.

- Promoción de la investigación sobre la naturaleza de estos procesos, con el fin de


mejorar los procedimientos de diagnóstico y de aplicación de tratamientos.
- Propongo, asimismo, el establecimiento de un Comité (o panel) que actúe a nivel
nacional para homogeneizar la atención a la igualdad de derechos y acometer las
acciones que se han sugerido.

Conclusión
A pesar del avance social que ha habido en los últimos años las personas del
colectivo LGBT siguen teniendo acoso y discriminación por el mero hecho de
expresarse tal y como son. Puesto que las personas que viven en entornos con
leyes discriminatorias tienen un mayor número de trastornos psiquiátricos
(Hatzenbuehler, McLaughlin, Keyes, & Hasin, 2010 ) , el reconocimiento de los
derechos y de la identidad de las personas LGBT es un paso fundamental en la
mejora social y de la salud de estas personas, por lo que el impulso de leyes que se
está haciendo en algunos países (como México) contribuirá a mejorar la situación
personal, social y legal de estas personas.
Referencias

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