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La historiografia del siglo XX Desde la objetividad cientifica al desafio posmoderno Georg G. Iggers ‘Traduccién, edicién y presentacién de Ivin Jaksié FONDO DE CULTURA ECONOMICA carfruto 10 EL “GIRO LINGUISTICO”: {EL FIN DELA HISTORIA COMO DISCIPLINA ACADEMICA? ‘Yame he referdo a las teorias posmodemas de la historia que plantean la pregunta acerca de la posiblidad o imposibilidad del conocimiento historco y de las formas que la escritura de la historia deberia asumir en la era posmodema. En este capi tulo pretendo preguntar sobre la forma y medida en que las teorias posmodernas sobre la historia y el lenguaje han servido de base para los eseritos histéricos. Estas teorias parten de la conviccin, para citar una vez més a Lawrence Stone, “de que una explicacion ciemificacoherente del cambio en el pasado"? ya no es posible, Pero las teorias posmodemas van mds allé de la formulacién de Stone al afirmar que toda coherencia resulta sospechosa. La idea bisica de la teoria posmodema de la his- ‘oriogratia es la de negar que la escritura histérica se refiera ‘un pasado hist6rico real. Por ello es que Roland Barthes y iayden White afirmaron que la historiografia no es diferente de la ficeién y mas bien una parte de ella. De acuerdo con esto, Hayden White trat6 de demostrar en su Metalistoria: la tmagi- nacion histérica en la Europa del siglo XIX (1973), mediante el ‘ejemplo de cuatro historiadores (Michelet, Tocqueville, Ranke ¥ Burckhardt) y cuatro filésofos (Hegel, Mars, Nietzsche y & lawrence Some, “The Revival of Nave’ st and Pree 5 (20- ‘embee 1979) 19, “Roland ares, “The Discourse of Hitary Comparative Criticom: A tomo 3 (1981), 3:28 193 La sromoonara ne sct0 2 Groce), que no hay un criterio de verdad en las namrati 16ricas. Por lo tanto, arguments que no hay una ‘esencial entre la escritura y la filosofia de ta historia. es cierto que el estudio crftico filol6gico de las fuentes tevelar hechos, cualquier paso mas alla en direccién a tuccidn de um relato histérico esté determinado, segin' Por consideraciones estéticas y éticas antes que cient forma y el contenido, plantea, no pueden ser separa cescritura de la historia. Los historiadores, contin t ssu disposicin una cantidad limitada de posibilidades ret {que predeterminan la forma y hasta clerto punto el con de su relato, de modo que, como hemos visto, “las histéricas som ficciones verbales cuyos contenidos san: ventados que descubiertosy cuyas formas tienen mas en ‘con sus contrapartidas iterarias que con las cienificas En este punto, Hayden White va mucho mis allé de lat dicién de pensamiento histérico que, desde Herédoto Natalie Davis, ha reconocido tanto los aspectos literano Jos relatos histéricos como el papel dela imaginacién en e ‘ruitlos. Sin embargo, esta tradicién ha mantenido una {que estos relatos revelan un pasado real que incluye a shumanos reales. Natalie Davis reconoci6 con franqueza {nvencién ocupaba un lugar crucial en la reconstruc pasado, pero insist6 al mismo tiempo en que esta i era wna ereacién arbitrara de! historiador sino que se, por “las voces del pasado" que nos hablaban a través, fuentes” Ranke reconocié de manera similar el papel maginaci6n en la reconstruceién de los process sus personalidades histGricas, (© Mayden White, Wistorcal Texts as Literary Artfact en Discourse amore, 1978, 82 Natalie Davi, regres de Martin Guerre (Barcelona, 1984), © nalmente publado en ingles en 1983 198 1 omo uiobisnco" ‘ay por lo tanto una diferencia entre uns teoria que nie sg a existencia de Ta realidad en ls relatos histércos yuna hnstoriografla que es completamente consciente de la com- plejdad del conocimiento en el campo de la historia, aunque sin por ello dejar de asumir que gente real del pasado tuvo pensamientos y sentimientos reales que condujeron a acciones reales que deito de ciertos limites, pueden ser conocidas y re- constuidas. Quiz es cierto que, como lo ha expresao Patrick Bahners la ciencia desde Kant en adelante no a poseido “eri- tevios materiales de werdad”! Pero Kant y el pensamientocien- tifico y cientifico-social posterior incluyendo a Max Weber, han asumido que existe una logica de la indagacién cienifica que pede ser comunicada y que, aun evando no ofezcacxterios materials, sf ofree estandares materiales para el examen de ‘mundo natural y humano, Sin embargo, incuso estos ritris, han sido cuestionados por algunos teéricas contemporsneos dela ciencia Entre os tedrieas modemos y contemporineos dela ciencia «que han desafiado la nocién de que la investigacin. cient ca conduce a una comprensién. progresiva de la realidad, es nnecesario dlstinguir entre los escépticos mas radicales como Gaston Bachelar? y Paul Feyerabend,” por una parte, y 1os relaivistas histércos como Thomas Kuhn, por otra. Bachelard 1 Feyerabend entienden la ciencia como tuna actividad poética Pra fa que no hay una ligica 0 método de indagacion consi tente. En su La esructura dels revoluciones cents (1960) ulm argument6 que la ciencia no puede entenderse como el * Batre Rohner, “Die Ondnung der Geschichte: Ober Hayden Wate; Merkur 461992), Hg 6 (1992), 313. "Gaston Bachelar, La formactn del sprit lento (tesco DE, 1991) "raul Reyerabend, Consol método:caucma de wna tora nar ‘st del conoid aren, 1578). "thomas Kuh, La exact de las revolution lets (México DE 2007 195 ano uncbisteo" ‘La tommocrar De scio 2 rele de un mando objetivo, No la consderé como t ‘dn, empero, sino como un discus histrica y cl ‘ondiionado entre personas que estén de acverdo en ‘las que gobiernan ese dscurso. Para la cienciaes un insttucionalizada de indagacion centfca, una manera Ja realidad en una comunidad clentficacuyos mie tin de acuerdo propésto de las estrategias de inves y explicacin. Por ello, Kuh cuestiona fa react Gia y realidad, pero no cuestion, como lo hacen B Feyerabend, a posibilidad de wn discurso Gentificn Ta pregunta sobre la lac entree conocimiento lida también juga un papel centalen I tert ing clencia modema ha enter el lenguaje como Un para la transmistin de un eonocimiento signiicativo El tvismo ligico, desde sus orgenes en el crculo de Viena e década de 1930 y que después jug6 un papel importante flosofia anatitica de haba ingles, busc6 un enguaje toda contadiccén oambigiedad cuturalmenteco capaz de comunica tanto conceptos logics como 105 tados de a investigacn centiica. Fl estructraismo cues 16 posteriormente precisamente esta funcién referencia lenge Tara In ora del lengua formlada por el Hingtista Ferdinand de Saussure ens Curso de lings, Diicado péstumamente en 1916, hay dos ideas relacionadas son centrale: el lengua forma tn sistema cerado ant {que posee una estructura sntictca, Adem enguaie tin medio para comnicasignificados 0 unidades de do sino a conrario, el significado es unafuncién del en ©, para decitio de otra manera el hombre no usa el eng pata transmiir sus pensamiento, sino que lo que elo pens est determinad por el enguaje: Agu Hegaios ana Fea central dela concepciin estracturalista de la sociedad y la historia: el hombre se mueve dentro de un contexto de esruc- tras en este caso estructurts linghsticas que é:no determt- fa sino que fo determinan a él, Esta concepcién jugé un papel {mportante en Ia teria Iterara en las décadas de 1950 y 1960 ton la "Nueva Critica’ en Estados Unidos y, separadamente, tn las discusiones iniciadas en Francia por Roland Barthes que ‘desembocaron en el método deconstruccionista de Jacques De- rida Desde la perspectiva de la teoria del lenguaje, el rexto fo tiene referencia @ tuna realidad extema, sino que se contie~ tea si mismo. Esto es verdad no s6lo en el caso de os textos lterarios sino también en el de los historiogrificos. Dado que fos textos no se refieren a la realidad, argumenta Barthes, 10 hay diferencia entre la verdad y la fccion.” El texto, ademés, es visto no slo independientemente de su relacign con el mindo extemo sino también independientemente del autor. Lo que importa es exclusivamente el texto, no el contexto en el que se origin6. El paso siguiente, tomado por Michel Foucault, es climinar al autor como un factor relevante en la produccisn de textos. ¥ asf como el autor desaparece, también desaparecen |a intencionalidad y el significado del texto. Para Foucault, la historia pierde asf su signiicacién, Se trata de una invencién tarda del hombre occidental en lo que é llama la fase “lista 4e la historia modema, una fase ya superada, Resulta parad6~ Jico que gran parte de la obra de Foucault, principalmente sus Trabsjos sobre locura,clinicas, castigo y sexualidad, pero tam- bién sus grandes elaboraciones te6ricas, como La arqueologia el conocimientoy Londen de las cosas, reflejen, sin embargo, ‘una perspectiva completamente historia. = vease Art Rerman rom the New Citic to Deconsrton (bana, > Fenda de Sousue, Ch de gio genet (bens a wa ones, iscoune a Hon” 196 {Ls mistomocnarta om eto XX 4 artica de Foucault y Derrida est dirigida contra uesios ideol6gicos ocultos en cada texto. El texto, arg taban, debe ser liberado de su autor. Al mismo tiempo «alizan el concepto de Ienguaje de Saussure, ya que pas 1 lenguaje todavia posee una estructura; constituye tema. Todavia existe una unidad entre la palabra (sign te) y aquello a lo que se refiere (significado). Para obstante, esta unidad ya no existe, En su lugar obser ‘cantidad infinita de signiicantes sin claro significados, ‘que no hay un punto arquimediano a partir del cual asignar un significado claro, Para la historiografia esto sign ‘un mundo sin significado, sin actores humanos, sn vol © intenciones humanas y totalmente carente de cohete Por lo tamto, si ha de escribir historia en el futu debe asumir formas completamente diferentes. Este t abordado en las discusiones norteamericanas sobre lain leza de la prosa historia. Para Hayclen White, como vim historiografia debe sr entendida primordialmente como ‘nero literario reido por criterios literarios. En 1985, Do 1a Capra hizo un llamado a la historiografia para que ret ‘ala calidad retGrica que habia atesorado desi la ant lésica fn el siglo XIX, cuando la historia se transform luna disciplina profesional y exigia ser vista como una di rigurosa, los historiadores frecuentemente buscaron, ‘scritura historia de sus elementos retricos. Pas6 a esta ‘moda proponer una simple dicotomfa entre la ciencia I ‘rica sin Comprender que todo lenguaje, incluyendo el iencia, tiene una dmensiGn retérica. Para citar aLa Capray tendencia, que define ala ciencia como el adversario 0 tesis de la ret6rica ha estado frecuentemente unida a lad sa de un ‘estilo ano’ que depende o pretende ser entera 2 Dominik La Capes, “Rhetoric and History en History and C (hac, 1985), 15-4, 198 Lomo unetisnco? transparente para su objeto" Pero no existe tal “estilo lano’ De hecho, la escritura histrca, incluso en los siglos XIX y XX ( era del estudio historico profesionalizado), no perdié sus cualidades retricas o literarias. ¥ los grandes historiadores lo reconocieron. Por ello es que Ranke enfatizé que la historia era no sélo una ciencia sino también un arte y que ambos eran inseparables®™ Es digno de sefialar que Theodor Momsen re- cibid 1 Premio Nobel de literatura la segunda vez que fue otor- sgdo, en 1902, Aparte de los trabajos aislados de historia cuan- titativa, hay pocos ejemplos de una historiografia que no tenga ‘un componente retérico o literati signifcativo, incluyendo el estudio cliomeétrico de Robert Fogel y Stanley Engerman sobre lu esclavitud estadounidense, Time on the Crass, el que a pesar de su inmenso aparato cuantitativo cuenta una historia cuyo objetivo es persuadir al lector de que Ia esclavitud era huma- nitaria y eficiemte financieramente. La retrica, por supuesto, {nega un papel importante incluso en los documentos con los {que trabaja el historiador. Las fuentes, o al menos los doci- 'mentos que sirven de fuentes, son ellas mismas construcciones lingiisticas, textos que al menos que consistan en puros datos, san estrategias retdricas para destacar sus puntos. Los datos «stadisticos también son seleccionados y construidos. Un amplio segmento del pensamiento histérico ha tomado Seriamente las concepciones de lenguaje y textualidad mencio- hadas ms arriba, El aporte francés a estas discusiones ha im- pactado profundamente a la eritica y la teora literarias en Es- ‘ados Unidos. Hl impacto de la teori lingtifstica en los estudios historicos ha sido mayor en Estados Unidos que en Francia y, dentro de Estados Unidos, marcadamente mayor en la histo- "iografia europea que en la estadounidense. En las paginas que th, 2, "8 Vésie "On the Character of Histone! Science, en Leopold voR Ranke, Theory and Practice of History 8 199 [La mstoniogarta ot soto XX ‘iguen nuestro principal, pero de ninguna manera exe Gnfasis estaré puesto en las discusiones estadounider que all se invents el concepto de un ‘giro lingistico"s mento central de este “giro” consiste en el reconocimi laimportancia del lenguaje o discurso en la constitucion sociedades. Las estructuras y procesos sociales, que eran Vi ‘como detertninantes de tna sociedad y cultura, son cal ‘mas entendidas como productos de la cultura en tanto e¢ nidad comunicativa, Fl énfass en la centalidad del lenge hha penetrado en buena parte de los estudios de historia tica, social, cultural e intelectual. Pero mientras cierios tores sacaron conclusiones muy radicales a partir de la lingtistica y redujeron la historia a la semistica, en done sociedad era vista como cultura y la cultura como una de signicados" semejante a un texto literario y que res laeduccién a una realidad mas alla del texto, otros ores. han entendido el lenguaje como tun instrumento ps ‘comprender la realidad social y cultural. EL antropélogo cultural Ciferd Geertz ha dado al pen ‘miento histérico quizds el impulso més importante para foque semiotico de la cultura, “Pensando como Max Web seftal6, “que el hombre es un animal suspendido en redes significado que él mismo ha tejdo, yo entiendo a la cul ‘como esas redes y el andliss de ella por lo tanto no como ts iencia experimental en busqueda de leyes sino como Vase JE Ten, TntellectalHsory Aer the Linguistic Tn ‘Autonomy of Meaning and the Lredcthty of Experience Amero ‘ori Review 92 (1987) §79 907; Mari Jay,“ total Take a Linguistic Turn? Reflections on the Habermas-Gadarnc en Deminik La Capra y Steven Kaplan, eds, Morn European nll History Reappnals and New Penpctivs hac, 1982), 86110 ih ore, The Ligue Tar: Rect Esai Pie Methon 49,1967) Mis recentemente,Gabsele M. Spiegel, et, Pacing HA ‘New Directions tH Writing afer the Lingus Dar (ae ) 200 Lomo unetimco” «iencia interpretativa en busca de significados"® Pero Geertz ddaal concepto de *redes de significado" una connotacién muy diferente ala de Weber. Para este sltimo ellas constituyen un repudio del método positvista, que se restringe a la observa~ cién empirica de la realidad. La realidad, y en esto Weber est {de acuerdo con Kant, es accesible s6lo através de la mediaci6n de las categorias logicas del entendimiento, Pero pata él esto no significa el repudio de una logica rigurosa para la indaga- cn Gentifieo-social. De hecho, para Weber la “objetividad” consttuye el pilar fundamental del estudio cientiico-social® La objetividad aqui no se efiere a un “objeto” en el mundo ex- ‘temo sino que a la metodologfa de las ciencias sociales con la cual se estudia este mundo, La logica de tal metodologia tiene sus races en la historia intelectual del mundo occidental desde 1a antigiiedad griega; su validez, sin embargo, se extiende al pensamiento racional en todas las culturas. Ya hemos ciiado su afitmacion respecto de que la argumentacién logica de las Wiliam Sewell ensyorecensiin de Gender and the Polites of ‘try de Joa Wallach So ex History and Theory 29 (1990), 79 "Care de Joan W, Scott a Georg G.ggers,1¢ de octube te 1994 ‘Poe ejemplo Joan W. Scot “French Feminist and the Rights of| aur Olypen de Gouger Deca, Hany Wkly 200 1989, 122, snes 1 nt ce ay eee Tatras ecole eoherreran : 212 213 {a mstoniocrasta oe sto 200 En conclusi6n: la teorfa linghistica, tal como ha sido des ada por la weorfa literara francesa desde Barthes a D y lyotard, contiene un elemento que en mi opiniéa ‘considlerado seriamente y que tiene aplicaciones al pen to historico y @ la historiografia. Los participantes en es ‘usin han planteado con justicia el punto de que la h considerada como una totalidad no tiene tna unidad 0 €9 rencia inmanente, que toda concepcién de la historia es construcci6n constituida a través del lenguaje, que Jos Jumanos en tanto sujetos no tienen una personalidad i contradicciones y ambivalencias, y que todo texto pue leido e interpretado de diferentes maneras porque las i ciones que expresa no carecen de ambiggiedad. Fo ‘ida han seftalado con justficacin las implicaciones del lenguaje y las relaciones de poder jerérquico que inherentes, Estas contradicciones, que empapan 2 toda: ‘humana, obligan al observador a “deconstrur” todo

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