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El término “Asfixia” es utilizado en medicina (no siendo la medicina forense una excepción), para
describir condiciones de falta de oxígeno, aunque etimológicamente signifique ausencia de pulso.
Sin embargo, en muchas de las situaciones este último significado pareciera más adecuado,
especialmente en las que hay compresión del cuello. Al constituir este fenómeno múltiples
defectos de la cadena de respiración, la respuesta del organismo se encuentra ligada a la
etiología y duración de esta. Son ejemplos de asfixia en general:
Durante mucho tiempo, el diagnóstico de asfixia se basó en una serie de hallazgos conocidos
como “los signos clásicos de asfixia” o “Síndrome asfítico”. Sin embargo, la mayoría de estos
signos no son específicos para asfixia e incluso pueden ser encontrados en otras patologías no
relacionadas con este tema.
I. ASFIXIAS MECANICAS:
Las asfixias mecánicas se conocen en el ámbito médico legal como el impedimento de entrada
de aire a las vías respiratorias y que generalmente produce la muerte.
Ahorcamiento
Estrangulación
Sofocación, la cual puede ser provocada por:
Oclusión de los orificios respiratorios
Oclusión de las vías respiratorias
Compresión toraco-abdominal
Crucifixión
Confinamiento
Sepultamiento
Sumersión
A) AHORCAMIENTO
Se produce por el impedimento de la entrada de aire a las vías respiratorias, en este caso,
provocado por una constricción del cuello, operada generalmente por una cuerda en forma de
lazo corredizo sujeta a un punto fijo por uno de sus extremos y sobre la cual hace tracción el
propio peso del cuerpo.
El suicidio por ahorcamiento se observa en todas las edades a partir de los diez a doce años
hasta en personas de más de noventa años; sin embargo, parece ser más frecuente entre los
treinta y sesenta años y con predominio del sexo masculino.
Cuando el lazo se encuentra situado simétricamente, es decir, el nudo a nivel de la parte posterior
de la nuca, el asa viene a situarse debajo del maxilar inferior, la base de la lengua se proyecta
hacia atrás cerrando las vías respiratorias superiores, pero al mismo tiempo se produce una
compresión sobre los grandes vasos de la base del cuello, especialmente las carótidas, lo que
provoca anemia cerebral. La pérdida de conocimiento es uno de los primeros síntomas
observados, es debida no al hecho de la asfixia misma, sino a esta anemia del encéfalo,
producida por la compresión de los vasos sanguíneos.
Las lesiones de carácter asfíctico o circulatorio son variables, al igual que los factores
patogénicos productores de las mismas; el síndrome asfíctico se presenta discretamente en la
mayoría de los casos, los pulmones se congestionan en la minoría mientras que el enfisema sub-
pleural es más frecuente. Son propensas a presentarse manchas de Tardieu. La congestión
cerebral y la hemorragia meníngea son inconstantes. Se produce punteado petequial
hemorrágico en la mucosa gástrica. Otros tipos de lesiones que se producen durante en el
ahorcamiento son las traumáticas, que pueden presentarse en la región del cuello a causa de
presiones y tracciones ejercidas por la ligadura sobre los tejidos y órganos de dicha región. En
la superficie del cuello se evidencia el surco equimótico supra hioideo que puede ser hondo,
caracterizado por manifestarse en canal, apergaminado (por desecación de la dermis cuando la
epidermis ha sido arrancada, la piel se torna delgada y transparente) y blanquecino; o ancho,
que puede ser suave, extenso, con bordes imprecisos.
Cuando la soga no está en posición simétrica, es decir, que el nudo se halla por delante o por
debajo de una de las orejas, la carótida del lado opuesto y las dos yugulares son comprimidas,
mientras que la carótida del lado mismo queda permeable, de lo cual resulta que, en lugar de la
anemia cerebral, se produce una congestión muy intensa, porque la sangre continúa llegando al
cerebro, mientras que la circulación venosa de retorno está interrumpida. La pérdida de
conocimiento sobreviene más tardíamente y la muerte resulta ser aquí producida por asfixia.
De un modo general podemos decir que cuando el lazo es simétrico, la cara del ahorcado, está
pálida y, al contrario, hay cianosis cuando el lazo es asimétrico.
EXAMEN DE CUELLO
El surco está generalmente por encima de la laringe, aunque en algunos casos puede
estar situado debajo de ella y puede ser completo o incompleto, sencillo o doble. Cuando
es único, lo que es más frecuente, el surco es la depresión cuyo fondo es suave y
blancuzco, pero si el cadáver ha estado expuesto mucho tiempo al aire, el surco se hace
amarillento y duro. El aspecto del surco varía desde luego según el tipo de lazo y el
tiempo que haya durado el individuo suspendido.
AUTOPSIA
Fuera de las lesiones superficiales ya señaladas en el cuello no es excepcional de
encontrar rupturas musculares parciales que se encuentran generalmente sobre la
porción anterior del esternocleidomastoideo, con el correspondiente hematoma. Cuando
la sangre se halla coagulada significa que la hemorragia se produjo todavía en vida del
sujeto. Se encuentra también equimosis retro-faríngea producida por el choque de la
base de la lengua y de la laringe contra la faringe; pero esta lesión, así como la fractura
de vértebras cervicales, se ven casi exclusivamente en los ahorcamientos de tipo judicial.
Las lesiones pulmonares son especialmente de tipo congestivo y a veces encontramos
el puntillado equimótico conocido como manchas de Tardieu, aunque este autor las
describiera como características de estrangulación. Ello no es así, y pueden encontrarse
en casos de ahorcamiento o muerte por otros tipos de asfixia. Las lesiones del tubo
digestivo son banales y son también de tipo congestivo y pueden en algunos casos
encontrarse puntillado equimótico en la cara serosa del intestino. El examen del encéfalo
es interesante cuando no han comenzado los fenómenos de putrefacción, es decir,
cuando la autopsia se hace en las horas siguientes de la muerte. En este caso es
interesante constatar la congestión o anemia del cerebro y las meninges, que tienen el
mismo significado que la cianosis del rostro, comparándoles con la posición del nudo de
la soga.
Los demás órganos no presentan en los ahorcados ninguna lesión especial.
B) ESTRANGULAMIENTO
ESTRANGULACIÓN A MANO
Evidentemente que en los casos en que la estrangulación se hace a mano, la muerte es más
lenta. Efectivamente después de algunos minutos la mano del agresor se fatiga y es necesario
ayudarse con la otra o cambiar de posición de la mano que aprieta, lo cual produce en el cuello
numerosas marcas de los dedos y a veces numerosos arañazos. Generalmente la víctima ha
sido puesta fuera de combate con anterioridad, por algún golpe fuerte con la mano u otro objeto
contundente, en la cabeza o en la cara o aun en la nuca. El asesino se esfuerza por comprimir
la tráquea o la laringe, pero en realidad lo que hace es echar hacia atrás la base de la lengua la
cual se aplica sobre la pared posterior de la faringe. Al mismo tiempo se produce comprensión
sobre las dos venas yugulares y sobre una o las dos carótidas, pero esta compresión no es
continua y sobreviene entonces congestión del encéfalo y de la cara.
Como dijimos anteriormente, generalmente la víctima ha sido puesta fuera de combate con
anterioridad al acto de estrangulación, por lo que no es raro encontrar contusiones, equimosis,
excoriaciones, arañazos, especialmente en la cabeza y en la cara y en otras partes del cuerpo
en caso de que la víctima haya sido agredida estando de pie. Al caer pueden producirse lesiones
traumáticas en los codos, en la cabeza, en la espalda, etc. Si la estrangulación se ha hecho con
un lazo se encontrará un surco generalmente continuo, pero menos profundo que el
ahorcamiento ya que la fuerza de constricción es menor y de menos duración. Puede, sin
embargo, encontrarse dos o más surcos pero es excepcional. La cara está siempre
congestionada y tumefacta. Las lesiones son más características en los casos de estrangulación
a mano. Durante los diez a veinte minutos que son necesarios para matar estrangulando a mano,
ésta se desplaza frecuentemente lo mismo que los dedos, dejando numerosas marcas y
arañazos en el cuello; dichas lesiones están situadas generalmente en el espacio que separa la
laringe del mentón y en las partes laterales del cuello. También se encuentran sufusiones
sanguíneas en el tejido celular del cuello, las cuales pueden ser muy extensas o simplemente
puntiformes. Puede encontrarse en algunos casos fractura de las astas del hioides o de los
cuernos laterales del cartílago tiroides. Las otras lesiones en los órganos, especialmente en el
aparato respiratorio son de orden asfíctico y son similares a las de los ahorcados. El diagnóstico
de estrangulación en los casos dudosos reposa sobre la constatación e interpretación de las
marcas de violencia en el cuello, las equimosis subyacentes, las heridas en la cara o en la
cabeza. El color de la cara y la posición del lazo adquieren una importancia casi absoluta.
Efectivamente el estrangulado tiene casi siempre la cara congestionada, y si se le ha encontrado
colgado de manera clásica, es decir, con asa simétrica, nudo hacia atrás, se notará
inmediatamente la contradicción del caso, pues en el ahorcado suicida, nudo hacia atrás la cara
es pálida y no congestionada. Para diferenciar la estrangulación en los casos de asfixia por
sofocación debe recordarse que en estos últimos las lesiones traumáticas están alrededor de la
boca y la nariz.
La muerte por sumersión se produce al respirar el sujeto bajo el agua o por perder la respiración
bajo ésta (siendo más frecuente la primera variedad).
Puede ser:
La asfixia simple sin paso de agua a los pulmones, por probable laringoespasmo.
El ahogamiento propiamente dicho, con penetración de agua en las vías
respiratorias.
Las cavidades cardiacas derechas suelen estar muy dilatadas y pletóricas de sangre líquida, sin
coágulos, en tanto que las izquierdas son normales y suelen estar exangües.
La existencia de agua en duodeno también es signo de sumersión vital, ya que tras la muerte el
píloro se cierra y no se abre hasta que la putrefacción es patente. También aparecen equimosis
en el intestino delgado, en toda su extensión.
El agua salada, al poseer una mayor presión osmótica que la sangre, favorece el paso
de líquido desde los capilares a los alvéolos, lo que origina una hemoconcentración,
hipernatremia, hipermagnesemia y un edema pulmonar de mayor grado que el originado
en los casos de sumersión en agua dulce.
El agua dulce, al poseer menor presión osmótica que la sangre, atravesará la pared
alveolar llegando a los capilares, lo que originará una hemodilución, hemólisis,
hiperkaliemia e hiponatremia. El mecanismo de muerte en estos supuestos es la
"fibrilación ventricular".
Como, según TARDIEU, tales equimosis no se encuentran jamás en las otras variedades de
asfixia mecánicas (estrangulación, ahorcadura, sumersión), cuando el perito encuentra en una
de estas últimas asfixias equimosis del tipo citado, está autorizado para afirmar que han existido
violencias criminales de sofocación, lo cual distinguirá el homicidio del suicidio en ciertos casos.
Las distintas formas de asfixia incluidas en la sofocación entran dentro de uno de los siguientes
epígrafes:
Cualquier objeto que obture mecánicamente la boca y nariz, impidiendo la entrada del aire en las
vías respiratorias, da lugar a esta variedad de sofocación. Los autores anglosajones suelen
utilizar la designación de smothering para esta asfixia, como consecuencia de un modo de
agresión utilizado por ciertos criminales ingleses a fines del siglo pasado.
La oclusión de los orificios respiratorios se produce habitualmente por las manos o por ciertos
objetos blandos
Oclusión de los orificios respiratorios con las manos: La oclusión mediante las manos de
los orificios respiratorios constituye una violencia de etiología exclusivamente criminal,
que se ha dado con frecuencia como maniobra infanticida. En el adulto es rara, no
encontrándola aislada más que en sujetos privados de conciencia (ebrios, epilépticos).
Es más habitual cuando va acompañada de otras violencias, como estrangulación,
compresión del pecho y del abdomen, contusiones diversas, o que en realidad no haya
constituido tal asfixia, sino tan sólo una maniobra destinada a acallar los gritos de la
víctima.
Oclusión de los orificios respiratorios mediante objetos: La oclusión de la nariz y la boca
mediante objetos blandos es más habitual que la anterior y admite otras variantes
etiológicas.
Accidente: La oclusión accidental es mucho más frecuente, sobre todo en recién nacidos
que duermen en la misma cama que sus madres, o abandonados en sus cunas. Incluso
se ha producido en alguna ocasión actuando como agente de la oclusión el pecho de la
madre. No quiere esto decir que no pueda darse en el adulto inconsciente al caer de
bruces sobre almohadas, cojín o algo parecido, en estado de embriaguez, en un acceso
epiléptico o similar.
Suicidio: La oclusión suicida es, por lo contrario, rara. Hasta hace algunos años sólo se
citaba un caso de WALD, divulgado por MASCHKA, de una mujer que se introdujo entre
las ropas de la cama y ordenó a su hijito que le fuera colocando encima objetos y ropas
diversas.
Diagnostico. - En los casos de sofocación por oclusión instrumental de los orificios respiratorios,
si no se encuentra el objeto aplicado a los orificios, el diagnóstico médico legal de la variedad de
asfixia causante de la muerte se hace imposible, ya que faltan toda clase de signos locales.
Podrá el perito, como máximo, llegar a afirmar la existencia de asfixia y aun de sofocación, pero
no el mecanismo preciso de ésta.
Un cuerpo extraño de cualquier naturaleza introducido en las vías respiratorias bloquea el paso
del aire produciendo una rápida asfixia por sofocación, además de desencadenar en algunas
ocasiones un reflejo inhibitorio bruscamente mortal.
Etiología.
ACCIDENTAL: Puede darse tanto en niños de corta edad como en adultos. En uno y
otro caso varían los cuerpos extraños que originan la sofocación. En los niños se trata
muy a menudo de chupetes, tetinas, dedales o juguetes, y mil objetos más que llaman
su atención, introduciéndolos en la boca.
SUICIDA: Es un procedimiento excepcional, cuyos pocos ejemplos conocidos se
reproducen en casi todas las obras de Medicina legal. Se trata, ordinariamente, de
alienados que introducen por su boca chales, pañuelos, corbatas, etc., logrando en
ocasiones su propósito.
HOMICIDA: Hemos de distinguir también que se trate de niños o de adultos. En los niños
se da, sobre todo, como maniobra infanticida, introduciendo en sus fauces papeles,
trapos, gasas, algodones. En los adultos se ha descrito caso de introducción dolosa de
tapones u otros objetos; pero lo más corriente es que la sofocación resulte de un
amordazamiento practicado de forma "científica": se introduce un pañuelo en la boca y
luego se ata alrededor de la mitad inferior de la cara una bufanda u objeto similar; otra
variante consiste en utilizar como mordaza una toalla, una de cuyas puntas se introduce
en la boca, usando el resto para rodear la cara. En estos casos es muy posible que la
víctima, en sus esfuerzos para gritar y aun para respirar, se introduzca profundamente
en las vías aéreas la parte interior de la mordaza, dando lugar a la sofocación.
Sofocación por compresión externa toracoabdominal.
La compresión externa de las paredes torácicas y abdominales constituye igualmente una causa
de asfixia por sofocación, al producir un obstáculo mecánico a la respiración.
Etiología.
Homicidio: Ha tenido una triste celebración en cierta época, hasta el extremo de haber dado
nacimiento a un verbo en el idioma inglés: to burke, para indicar este tipo de agresión, derivado
del nombre de un criminal de Edimburgo, Burk, que con su cómplice, Hare, proveía a fines del
siglo pasado de cadáveres a los anfiteatros anatómicos.
Accidental: Es, con mucho, la etiología más frecuente. En loa niños pequeños el propio peso de
los padres, al compartir la cama, pueden llegar a sofocarlos por compresión torácica.
Diagnóstico médico legal: Debe valorarse para este diagnóstico el conjunto lesional constituido
por: hullas traumáticas de la compresión toracoabdominal, cuadro asfíctico general, mascarilla
equimótica cérvico facial. Este último signo es el más característico y llama la atención a la simple
inspección del cadáver; en algunas ocasiones su intensidad es notable y se extiende incluso a
los hombros y parte superior de los brazos.
Puede tratarse de accidentes, como los que se dan en los niños que se introducen sus juegos
en cajas, baúles, etc., cuya tapa o cierre cae por un movimiento brusco, obturándolo
herméticamente. Entran en esta misma variedad los accidentes que se han producido algunas
veces en minas, submarinos, etc. Otras veces se ha producido una secuestración criminal, bien
como maniobra infanticida, utilizando cajas, maletas u otros receptáculos; o en niños mayores,
así como en adultos, en habitaciones o armarios herméticamente cerrados.
Lesiones cadavéricas. - Exceptuando la posibilidad de que en los intentos hechos por la víctima
para escapar del fortuito encierro, con la consiguiente desesperación, lleguen a producirse
lesiones traumáticas, lo corriente es la ausencia de toda huella externa, presentando únicamente
las lesiones generales de la asfixia, a veces impuras, que son suficientes para el diagnóstico
médico legal de la variedad asfíctica en un caso concreto.
Sepultamiento:
Consiste el sepultamiento en que la víctima queda hundida por entero, o sólo en sus orificios
respiratorios, en la tierra o en un medio pulverulento cualquiera, el cual penetra por aspiración
en las vías respiratorias, originando la asfixia. THOINOT designaba a esta variedad de asfixia,
por su similitud con la anegación, como "sumersión en un medio sólido".
Etiología. - Puede tratarse de un sepultamiento accidental, cosa con mucho la más frecuente, o
de un sepultamiento criminal, casi exclusivo del infanticidio. Los accidentes corresponden
habitualmente a desprendimientos, aluden, caídas en silos, etc. Los medios de sepultamiento
más corrientes, de acuerdo con esto, son: arena, yeso, harina, trigo y otros cereales, etc.
Lesiones cadavéricas: Las lesiones del sepultamiento pueden producirse por tres mecanismos:
En los casos de verdaderas muertes por sepultamiento en que no ha habido penetración del
medio en las vías aéreas ni en las vías digestivas, se tiene que fundar el diagnóstico en las
lesiones asfícticas y en las huellas traumáticas eventuales si presentan caracteres de reacción
vital.
CASO CLÍNICO: ESTRANGULACIÓN A LAZO
El día 24 de diciembre de 2013, los médicos de guardia del Servicio de Medicina Legal, realizan
el reconocimiento judicial del cadáver de una mujer encontrada dentro de su domicilio, ubicado
en el poblado de Cárdenas. Al llegar al lugar, se encontró el cadáver tendido en la cama de uno
de los dormitorios de la vivienda, apoyado sobre una almohada sucia y maculada de sangre roja
que sale de ambos oídos, en decúbito supino, con una camisa alrededor del cuello, con un nudo
amarrado fuerte en la región anterior del cuello.
Vivienda
Se trata de una mujer anciana, de 69 años de edad, del grupo racial mestiza, pelo largo, canoso,
amarrado con una liga blanca, ojos con iris color pardo oscuro, estado civil viuda, de ocupación
pensionada.
Al culminar esta actuación es trasladado el cadáver hacia la morgue para proceder con la
necropsia médico-legal.
Vestuario: cadáver que viste blusa tipo camiseta azul prusia con flores amarillas, ajustador de
encaje blanco maculado en sangre en la región posterior, short a cuadros rosado y blanco y
calzoncillo blanco, ambos maculados de orina y heces. Camisa carmelita a cuadros atada
alrededor del cuello con nudo amarado fuerte en la región anterior.
Signos de violencia: surco continuo, ancho, blando, poco profundo, transversal, de detrás hacia
delante, con nudo en la región anterior del cuello.
Signos patológicos: edema facial, cianosis distal y en esclavina, úlcera varicosa en miembro
inferior izquierdo cubierta con venda, lesión hiperpigmentada redondeada de 1 cm de diámetro
en región escapular izquierda.
Orificios naturales: protrusión de lengua y globos oculares, ligera inyección conjuntival, secreción
serohemática espumosa por la boca. Salida de sangre roja por ambos oídos. Relajación de
esfínter vesical y anal.
Cuello: se realizó incisión submentoneana hasta región esternal, diseca por planos, y se observa
el hueso hioides con infiltrado hemorrágico pequeño, con cuernos y cuerpo de aspecto normal,
glándula tiroides situada central con lóbulos simétricos y superficie lisa. No alteración a los cortes.
Esqueleto laríngeo sin alteraciones musculares y vasculares. Cuerpos vertebrales sin
alteraciones.
Cavidad torácica: se disecan por planos los tegumentos y los músculos anteriores del tórax, sin
observar alteraciones. Se retira el peto esternocostal, se procede a examinar in situ los órganos
y revisar la cavidad observándose manchas asfícticas (Tardieu) en pulmones, edema pulmonar
ligero. Árbol traqueo-bronquial sin alteraciones. Corazón aumentado de tamaño, aorta y sus
ramas sin alteraciones de sus paredes.
DISCUSIÓN.
En el cadáver:
-Características del surco (nudo difícil de desenlazar por la acción de una fuerza externa mayor
a la ejercida por el propio individuo).
-Ausencia de heridas o signos de defensa y otros signos de violencia.
-Ausencia de signos evidentes en hueso hioides de compresión del cuello con fuerza extra a la
utilizada por el propio individuo (fracturas y luxaciones en él y sus cuernos).
-La occisa presentaba trastornos psiquiátricos, y llevaba varios días que se sentía deprimida,
refiriendo en varias ocasiones ideas suicidas y deseos de morir.
-El surco presentaba características atípicas (continuo, ancho, blando, poco profundo,
transversal, de detrás hacia delante, con nudo en la región anterior del cuello, no equimótico,
fácil de desamarrar).
-El hueso hioides se encontraba íntegro, sin fractura de sus cuernos.
La causa de muerte fue la asfixia mecánica, que provocó una constricción del cuello por
el dogal que utilizó la fallecida para ocasionarse la muerte (camisa). Todo esto nos hace
pronunciarnos por la etiología médico-legal suicida.
La estrangulación a lazo, de etiología suicida, a pesar de ser mucho más rara e infrecuente,
siempre debe tenerse en cuenta, ya que existe la posibilidad de que el individuo adopte algún
procedimiento que permita mantener la constricción del cuello una vez que pierda la conciencia,
que provoca, en fracciones de segundos, la muerte de forma inmediata sin dar tiempo a realizar
alguna actuación médica.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFIAS
Estrangulación por lazo: Surco de estrangulación completo, horizontal por debajo del
cartílago tiroides.