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Lucas + AL MEL AHIA GHEMunG, _CEHTRO_DE ESTUDIANTES BE FILOSOFIA ¥ LETRAS JORGE F. SABATO LA CLASE- DOMINANTE> EN LA ARGENTINA MODERNA formacién y caracteristicas t CISEA / Imago Mundi Coleccién CISEA / Imago Mundi —"Segurida Baieiin; 2991 — = mn ISBN: 950-99671-6-5 “8253 or © CISEA (Centro de Investigaciones Sociales sobre el Estado ya Administra én) © de le segunda edicién by Ediciones Imago Mundi, Séncher de Loria 1821, Buenos Aires, Argentina, Tel: 91-1770. Queda hecho el depéeito que marca la ley 1.723. Disefo de Tapa: Pablo Barragin = A GREMA 0 DE ESTUDIAKTES RE” FILOSOFin Y LETRAE Presentacién ~~ 406mo se produjeron estos camblos? 2Por qué? ‘Desde distintos éngulos, y con diferentes posiciones, los estudio 506 de todo tipo buscaron una respuesta sin que las conclusiones, en 4a mayoria de los casos, resistieran Ia confrontacién con la realidad. Las opiniones fueron mlltiples y variadas, reflejando la diversidad Gel pensamiento humano, y muchas de ellas trascendieron los me- dios académicos para convertirse en posiciones © isicr ae coe tipo 7 «1 programa se retrasé por diversas exigencins Ge 1 | | remmmeucie | 9 dios sugleren a acentuads diversificacién de los negocios © 10s que Se dedicaba Is dite local alrededor de 1900 y téenden e confirmar las tamos en un seminario en la Fondation National des Sciences Politi ‘ques, de Paris, en junio de 1983, Ese trabajo constituye Is ditims Sarto de este iibro y permanece como un texto firmado por ambos, Eunque el lector atento reconocerd ficilmente el predominio de! estilo 7 Ins ideas de Sébato. ‘Bn esos momentos se decidia In batalla politica por la transi: ‘ion hacia un goblerno democrético en Ia Argentina y nuestra preo- cupadién al respecto definié un titulo que quixés no refleja om Salmente su contenido: “Funclonamlento de la economia y poder politico en la Argentina; trabes para la democracia”., El ensayo 10 | 28 cam pouneuere 14 anameroes oO ‘modo conctente-o inconsctente, que el sistema fuera permanentemen- te inestable tanto en el aspecto politico como en el estrictamente ‘econdmico. No es este el lugar para extendemos en dicha tesis que, en defi- ___ nitiva, ocupa una parte decisiva de los anilisis de este libro y se ‘trata en detalie en ln parte correspondiente. Nos interesa, si, seGialar Ie Argentina. Se trata de ideas que pueden y deben ser elaboradas ‘con mayor detalle, pero cuyo desarrollo abre postbilidades de refle- xién y debate que consideramos fructiferos para comprender @ la Argentina y, sobre todo, para cambiarla. Hracta 1982 y comienzos de 1983, Sdbato todavia podia combiner ‘5a actividad académica con su tares intelectual y polities, en apoyo del Partido Radical. Pero los meses siguientes, cargados de tensién, “hicieron précticamente imposible la simultaneidad de dichas tareas yy obraron en desmedro de la primera; desde diciembre de 1983, f- nalmente, la victoria electoral del radicalismo lo levé a ocupar Tes- ‘Ponsabilidades publicas que le exigieron la totalldad de su tiempo. ‘A Jo largo de los afios anteriores se habian scumulado textos que su autor ya no tuvo oportunidad de corregir. Los estudios sobre 1a formacién de la clase dominante, sobre el tipo de estructura econé- mico-social que se forjé en nuestro pais hacia fines del siglo pasado, sobre las consecuencias que esos fenémenos tuvieron sobre el ritmo y sentido del desarrollo nacional, quedaron interrumpidas cuando ‘Sabato pasé de la tarea de generar ideas a la responsabilidad de productr hechos desde el gobierno. Pero los textos no sélo estén sino ‘Que se fueron difundiendo en el ambiente académico y politico pese ‘8 que se mantuvieron como versidn mecanografiads, con la solitaris cexcepeidn del wlltimo trabajo mencionado. Es hora, sin embargo, de ‘que ellos puedan ser presentados a un piblico més amplio y que sir- ‘yan co acicate a una polémica ya iniciada que parece fmprescindible yrofundizar. Precisamente, la funcién principal de esta obra no consiste tanto en presentar un texto, como en abrir un debate. El énfasis que pone- mos en el cardcter incompleto de estas péginas no se debe a que ‘Puedan carecer de los elementos necesarios para resistir un andlisis Tiguroso; es que su propia originalidad plantes exigencias adicions- Jes que seria Util ver satisfechas. Tal es el caso, por ejemplo, de Ia ‘utilizeetén de elertos términos cuyo uso convencional puede diferir el sentido que el autor les asigna. Asi ocurre cuando lama “clase ‘dominante” a los grupos que concentran el poder evonémico ¥ Is ‘hegemonia politica sin detenerse en una definicién mis precisa; ésta ‘tims puede ser objeto de miltiples discusiones, pero creo que 1a NOTA. BIBLIOGRAFICA [Las distintas partes de este bro foeron difundidas de diversas maneras ‘2 partir del momeato en que se redactaroo. Por ello, para conocimiento Sal lertor se reseda su historia particular. Lag "Notas sobre la formaciéa de la clase dominante en la Argentina ‘modern, 18001930", de Jorge SSbato, que ack lntegran Ia primera p 4 libre, foeron ditundidee por CISEA. desde 190, bajo Ia forma de policopiado; su circulacién se acentaé a medida que el texto fue incor ‘porado en la bibliografia de diversos cursos universitarios y se pre Seuia por primers vex impreso Con coreciones de tipo formal pare + Los “Bjemplos de historias'de vide", que forman el Apéndice 1, estén — en Ia "Revista Nérdica de Estudios Latinoamenanos” (Estocolmo, Svecia, vok XIII, N? 2, 1983). — en ——BE.Stat 12 ulllones de hectireas, es dectr poco mas del 50 % de lag ‘ola postidad 9 tus Spore en que ya J frontera agropecuaria habia De ‘Expansioo-— czece hasta Degar a tin tximo de el.quinquenio 1935/30 (es decir un 70% iol total de. agricultara) y luego vuelve caer ‘basta tm promedio de 12 millones de hectéreas entre 185 9 1957, (CEPAL, 1959, 11, p. 15). oe (en millones de hectgreas) ee Tierras dedicadas @ agriculture sobre total estimado en ‘Quinquenios —Ganaderla Agricultura tlerras agricolas (en *h) ee 1920/4 er Tiss, 319 1925/9 326 roa 47 1930/4 316 1535 659 1935/9 324 1601 8 1940/4 MA 1598 656 1945/8 366 1306 563 1960/7 383 aga i aS Fuente: CEPAL, (1955, Tomo Ti). ‘Se carece de datos agregados para la regién pampeana homogéocos éstos para antes de 1920, El movimiento de flujo y reflujo de superficie dedicada a 1a Produccién agricola se vincula, como es sabido, a la variacién de 40s precios relativos carne/cereales. Lo que significa que la cues: én de ls rentabilidad de uno y otro tipo de produceién tenia clara influencia en las decisiones sobre el uso de ia tierra, sun cuando Js relativa complejidad del proceso productivo de carne bovine (eria ¥ engorde) dificulte establecer correlaciones claras a partir de da- 2 mens smermcoume oe ae PreK | 61 to ngrepnde de precios »-rolumen feo den peodnccién gansders, Digmmon por atmo, que is 20 ble de arrendae enon Daan sted co eres gx Sno pucdeSeducins fe Jos cone Ge 18M¢ y de 161, confirma taiblén que ls reatabli- dad de tno 7 oto. po de pradicelea io podia er raiy diferente. 3. El desarrollo de la agricultura y la ganaderia bovina refinada. Cristalizacién de ta organizacion productiva de la region pampeana 1 ide, gu scabamos de erpentr coca con sonvicstones bastante arraigndas respecto a la evolucién det agro pampeano. Pero, « nues- ‘ro fulcto, permnite explicar las etapas por las que pas el desarrollo de ia agriculture en Ia regiGn. onno mabe, expotaisn agrona de is yampe, fundamental ya veces dramética, pero hacia 1890 habian adquirido clerto vigor ¥ ‘se encontraban bastante consolidadas en el centro de la provincia de Santa Fe, ublodndose fundamentalmente a lo largo de Ia lines dé ferrocarril que tba de Cérdobs a Santa Fe. La localizactén infclal de las colonias agricolas en zonas relat vamente peritéricas de la regién pampeana suscité una serie de criticas contra los intereses e Influencias de los terratenientes gana- deros. Miatello, citado por Giberti, resume afios més tarde una opl- zign bastante difundida en Is época y de la cual se dispone de una {nfinidad de testimontos: “En Ia provinela de Buenos Atres nose adopts i sistema de colontracién, tal como en Santa Fe, Cérdoba y Entre Rios, para entregar tracclo- ‘nada Ia tierra al inmigranie europeo. Los latifun- 12 mumaio scornccano we ta mcr rer .63 Pero en esos afios comiensa a darse un wuelco masivo y sor sm vesumaio sencrncoina oe a mt Pusereita | 65 sos, caltivando de su cuenta y riesgo considers Biles extensiones de tierra con trigo_y mats, du rante dos 0 tres aiios consecutives, para poder roporeionar Ia semilla de alfalfa... Se han sem ‘brado, el presente aBo, en mi establecimlento de Rojas, 1.000 cuadras de alfalfa... (am costo to- tal de)... § 10.000 m/n. He aqui el capital inver ‘do... cosié por cusdra $ 10 m/a...” deherian haber pasado de_azierda con ios beneficios aie obten ‘ian, Bs decir que, de acuerdo con uns serie de indiclos y estima Giones, perecerian taber dicpuesto de una prima de gxnancias ex treordinarias respecto de otras alternativas de mercado, Poco mis eis, a ‘variable ei ver de fifo. Enseguida las analizaremos, asi como los efec- {ge inmediatos que produjo. ‘A st vez, pare los propletaros, disminuian enormemente ya voces vera i das p Alo sumo legar & aparecer co- ino meros Tucros oesanlas de una renta vernal inferior a la tedrica, pero ecto tania un bajo costo de oportunidad cuando se compu {aban lor beneficlos futures. Las resultados de esta sorprendente combinscién de ‘unr epectaculares AST tes TUSTOS Ie agrivilbure so expands GUADRO 1 Evoluelén del cultivo de trigo y alfalta (1807-1914) (en miles de ha, calttvadas). 8) Trigo % s/totat ‘anual on ‘Creclmlento Santa Fe % s/totat Aires ‘anual Crecimtento Buenos en Total “Mos ma 7 eT) os 80 9 190 oh wa 2.000 Taare 1805 151 85 1am a 2.362 6.760 23 2310 6.001 1014 ) Alfalfa % ‘s/totat Fruenos ‘Alves Grecimlento Totat ‘300 Teev7e “a 1377 2a 13 1895 198 85 35 4.957 6 6a 1236 2.380 318 " 1014 Fuente: Censos Nacionales y Estadisticas Agricolas del Ministerio de Agricaars 32 1m meme umencaam we mame PENNA | 67 Provineia de Buenos Aires: Eristencia de vacunos, porcentaje de ‘panado criolio, valor del total y por cabeza “Woe Vacunos —* ganado Volar Creckmento Por cabess Crecimicnio (mites) “oriolo” —(maleg. axaal(% oro) anual Goo) a os 157766 —«D Ta om 806 5 1908 10351 a7 2.306 1955 1520 ry 19901 35 4m954 sam Fuente: Ceasoe Nacionales, 4. Arrendatarios y colonos agricolas. Conveniencia de los arrendamientos para los agricultores » efectos inmediatos como 10s, donde la ocupacion de tierras virgenes clase de pe- ust nino proctor ec con tre) ome, imos, la tentativa ‘modelo ef Ta Argestina habia ‘Pertianente es pequesia 0 mula: solo adqulere importancia en forma femporaria cuando se procede a la recoleccidn o cosect de los pro" ductos. Esta iroportencia del trabajo familiar e explica porque tanto 2 “farmer” y el colono, como el chaearero, actian en un mercado fn el que escasea In mano de obra (los teritorios “vacloe") dentro e un mereado de trabajo en el que rigensalarios relalivameate altos En ans condiciones parece rasnablesponer qu 0 eB8A=0, en fanto empreserio, Tlegara a maxinizar sus ingresos en fa me ee _que. Js combinacién de su trabajo familiar con una era dotacién de capt a de trabajo) ¥ le dipouTbiided de terres pare Ta comb ‘clon pti dear tes Tactores abalone capital, ere) hnubria de estar en funcin de los precios y costos de oportunidad de cada uno de ellos respecto del producto esperado,-t como de 1as {ecnologies disponibles para combinarios, Obsérvese que, desde el punto de vista del agricultor, el trabajo familias es percibido mds como generador de ngresos de su empresa que como costo de produccién. En todo caso, este trabajo seria eva- Tuado por su costo de oportunidad: dado que los salarios eran com: parativamente altos, si el capialy in tierra dispontble no superaban lun determinado minime, podia convene més emplearse como as3- lasiado, Histérieamente, por otra parte, fueron muy pocos los inmi- sumo saoreccano 91a mt res | 69 igrentes-que egnban al pais con algo mas que'ihusiones y sus manos ‘demasiado grandes respecto de los instrumentos disponibles 0 —Io ‘que Legaris a ser més frecuente— demasiado chicas para usar plena ‘mente Ia fuerza de trabejo personal o familiar disponible. ‘Enel curso de la década del noventa se fue tmponiendo, 7 oe ee ee or aaa ae ae jentos_por ue. ‘muchos de esos inconvenientes: el agricultor arrendatario se com- ent proplelario de la tierra un clerto poreentaje Centre el 20 ¥ 20%) de la produccién obtenids. Lo importante de ste sistema os que la era dejaba de serum costo [jo de iverson ara trans} en un costo. ‘de 1a em Sonat sco opt era. cero, dejando i ‘abana, variable, ya que el propletario a menudo aparecia como garante frente a Jos simacenes de ramos generales que proveian a 10s agri ccaltores de alimentos, semillas, herramientas, etc. a crédito, cobran- fo sin embargo tasas de interés muy superiores las bancaras. 70 | 44 case sommes me a asaRTO sent { 2 sa sin uma | 7 car tse ro. ome enwpere umes satu tia resomio varios de os piss “rene” qn en a époen tse tarlos)Parece no obstante que este sistema, a diferencia de los arren neden ol mondo: ‘amas coldn agricola cerealers ea i ‘acuerdo con los datos disponibles, ya dead del sigo | 1m tecnificactén del agro pampeano era, con, ‘tia on los paises més svanzados, como los Estados Unidos © él Cenzdii (Ver estimaciones de-CEPAL, 1959). Este panorama no de-~ abe de sorprender a viajeros tan avezidos como Jules Huret, quien Aderads de recoger sus impresiones en la ciudad de Buenos ‘Alres aM 12, | ta cues some 1 ween some sulccn de apron fines del igo pao 7 comiemane Se - ‘sane Tactores, a nuestro juicio, permite te sin- ‘Nétlea y expresiva descripcidn que Giberti trece ‘del crecimiento do la agricultura en ese periodo y que sirve de comentario s los eusdros 1 y TIL " 7 i “in 1871 habia en Cansdé 14.509,000 hectéreas caltivadss 7, en 1901, 25647.000 hectéreas, Ea 5 trelata afios se produjo, por lo tanto, un incre ‘mento de once millones de hectireas, es decir del 75%. En Argentina la superficie de explotacio- ‘nes puramente agricalas era en 1895 de 4.892.000 hhectireas y, en 1909, de 18,755.57 hectireas. En consecuencia en quince afios el aumento habis ‘ido de 13893672 hectéreas, lo que signitice un 224%." Pare Huret estas diferencias se habrian > debido a que. scum 8.179; en ambos casos los propletarios ex: A jorrdadas las condiciones = ‘edfan del $9 %. Pero. .. en 1908/6... Buenos AF Peede_explotar fcilmente 150 hectéreas, tes arrojabe un total de 12.286 chacras que cose. Bins coalis-Squrvateste, op Canim Do Duane ‘eharon los granos mencionados, cifra bastante far hecti ‘superior a las 16.151 de Senta Fe; en toda la zona te idad de ‘cerealera esas chacras Iegaban ya s SLA27. La verse de. ws ssbatios de. proporelén de propletarios se redujo al 32%, a Tos col Gescenso debldo cast exclusivamente a Buenos obtzues an Feiler medio -de 220 Mllogee ‘Ares, que del 40% baj6 al 26 %, enando Senta ‘mas.te tigo-por hectires, es decir 106.00 Kilo- Fe favo apenas una disminucién de dos puntos.” ‘ramon Lae colonos canadienses, que cosechan (Giberti, 1974, pp. 184 y 55.). ‘Una observacién de Emilio Lahitte concuerda con ta tendencis, hore bien, el precio de venta es el/ mismo Pars ‘que surge do las estadisticas: Jas dos familias —argentina y canadienso— Js Que-esté determinado por Is demanda. Al precio a5 ‘Bromedio del afio pasado (20.90 francos por kilo- 74 | ocx sours mt ance scons ate gramo) los colonos argentinos ganarisn 2.572 francos en tanto que os cansdienses nélo gans- ue Mam 8821 francos. Para el Tino el valor absoluto del rendimiento por hectérea se caleuia (em: Ar- ‘gentina) en 104,20 frances, mientras que el del ‘mafz es atin superior: 191,40 francos. Se ve que los beneficios obtenides son alentadores.” (Ha ret, 1911, p. 472). ‘Aunque el célculo de Huret es criticable y suscita dudas, las Atterencias son demasiado significetivas y sugieren que el crec- Ilento reativamente mds rfpido de a arioutira argentina no fue obra del azar. 5. Reconsideracién de 1a rentabilidad agricola frente a la ganadera. ¢Una ganaderta o dos: cria i e invernada? ‘Alo largo de este capitulo intentamos describir edmo evotucioné 1a Produecidn CUADRO IV Valor de la produceién agricola y canaders por hectires attiada Regién Pampeana (Promedios quinquenales en $ 1950) ‘Tav0/a 1926/9 1930/4 1995/9 1940/4 1945/9 1950/4 Ce SS Se Agricola Bia 3100 $200 S100 3580 3200 3300 Ganadera B03 867 913 1009 1217 1248 108, Fuente: CEPAL (1959, Tomo 11). 0 trats 1 matmntio umoracoano ae Ls walt ruernns | 75 cias Iden, pero no aval oe rbarg, aici algo en sts ifens in mntas-taponts de in hiptests ‘Si tomamos algunas cltres conoeidas, como las ealuladas por (CEPA, nusstra suposiiOn parece derrumberse, 7 76 | 14 cue posure mt a axaner amet ‘querimientos muy estrictos: el abastocimiento regular de reses con tun peso éptimo que debfan ser sacrificadas, procesadas, transpor- tadas y vendidas en el mercado europeo (especialmente ef britinico) ‘en un plazo méximo de cuarenta dias. Para ello, la invernada legs a ores privilegiados, a los que debian mantener y proteger pars asegurar su propio funcionamiento. Peter Smith (1968, p. 53), ana Mzando el Censo Nacional Agropecuario de 1931, realisé varias esti ‘maciones sequin las cuales, de los east 25.000 ganaderos.que.poseian. ‘ms. de 200 cabezas en tods ol pais, un poco mis del 25% podian Ser inciuidos entre los invernadores. ‘Tomando los datos por pro- ‘vineiss, el porcentaje alcanzabe un valor méximo en el territorio de ‘Le Pampa (65%), era sumamente alto en Cérdoba (483%) y, ape Tentemente, més bajo en Buenos Aires (22,9%). Sin embargo, 1a Ultima cifra cambiaba considerablemente cuando se tomaba 1a pro- porciGn de invernadores entre los ganaderos: egaba a ser casi el 38 % de los propietarios de 3.000 cabezas o mis. GRAFICO II Evolucién del peso de un vacuno Peso en Ka, Irvernad oe ‘evoluelon de un animal plcamente dedicado no de car ne, el novilo, sigue aprorimadamente tuna curva como la present da en of Grito 1. 1 peumenio amoraccene 26 4 sce resereant | 7 1995/9 152) 020k 1900/4 TA 286625022388 2RS 1905/9 192t ast Mk B32 1910/4 1870 Sega 8588357542. 90 1915/9 5009 58.1 Fuente: Beneficios brutos agricolas segiin cAlculos propios a partir de fstimaconesd¢_cosan.« ingretgs. por productos ‘uos_de ganar de Invenda «part de la Alerocias featre novillos y terneros. (Sociedad Rural Argent a amuario, 128. Por el método empleado para efectuar la estimacién, los resul- tados obtenidos solo deben tomarse como una primera tentativa que demuestra cdmo los rangos de beneficios brutos de ambas activica- ddes son comparables. Aunque los datos que usamos para estimar los. Deneticios brutos de ia tavernada parten meramente de Ia diferencia, de precios entre terneros y novillos, de hecho estamos stponiendo Bet A+R +e Q-R BB = %— OY — A= + ta) i = a 3 nC i rn nT) S 2 = q tun (or) eee weve getter wee Pri fe of mt ge i me at eget eo ofe oi lemme se oo oo oo @ @ omie pepyo aa ‘cine popriioe ep enitaics “rep "map conse oteucs “Top” arap” sponte nt set “om ea ape OP een sarvaoi svicoreoy sousavuvo a 7 : (soompmntsa op i 1) i speed ‘mv op sorta op soysyn sod sovpeent £ mays seenTeNpOE op ofuouednctey fet “HY somNNG 9p MoI 14 owavao al aha eee i de un gradiente en e} monto de las rentas que proporcionard Ia uti zaclon (y por 1o tanto el precio) de Jas tierras pampeanas. A fin ‘do comprobar su verosimilitad hemos reagrapado los datos censa- tansién que los agricolas. En términos del gréfico 11H, los arren- damientos por menos de 10 $ por hectérea (o su equivalente en poromtaje-de produccién agricola para los arrendatarios por me: fencontrarian dentro de tierras de tipo A. Recordemos que, de scuer- do a Jo expuesto en el punto’? de este capitulo, en las terras A. eberia haberse producido un fraccionamiento de las propiedades, ya que en este tipo de campos convendria tanto a los agricultores | ‘mente dentro de las tierras de tipo B, y los de mis de 30$ por ha. se “Comprarias como a los terratenientes venderlas. Efectivamente, es Gieria) corresponderian a tlerras de tipo Co de tipo B muy préxi- ‘mas 8 C; los arrendamientos de 11 » 30 por ha. estarisn franca- Jo que fue ocurriendo a Jo largo del 80 | us came mneouer 24 anne om owas ond orev urmco ogre ‘eoumswaos t] or) ‘onwauN ONES }— suman scons, | L lvidgayeve pon uo mi sume! | fropauena} | [sooamoon}—| (epeuionuyy IviuaavNvo ‘ONUBLNT onasneo}— t}—{_orvevun vun.inoiwsy Si |} —eeormana} I Rae AL oo1dwuo 1 ° sx ; 4d ang 2 34 i i Hy s tie HE 1a Ay a a: peel ile i cet alle ad feted ae Ee Con Repecto a los precios debe subrayarse que Ia estructura ae is ‘nal establecia une diferencia entre cames 7 carte: 1es, os _cereales eran exportada (ceroeets Go abana, ‘uns exportacién masivs, desde 1915 4s proporcidn de reses carneadas para el consumo interno cast nun- ‘ca fue inferior al 60% del total de los vacunos fuenados (Smith, 1969, pég. 46). Por esta razin el mercado interno influia enor toned tmbléa conviene recordar ciertas diterencias en ¢1 uso-de tac- tore. da_produccli. La agriculture, testo « Ts dos gander, Fequeria mucho més mano 'y esto era lo que en el fondo rasg0s ‘de Is empresa “chacarera”. A su ves, 1a diferencie més relevante entre ganaderia de cria y de invernada. en Is composicién del capital fio y variable. En la de cria_ Ja proporcién de ceapltal fifo ere mucho mayor si, dentro det mis a, be compa ‘aces 9 tores reproductores —pese os Son 8 la ver instrumentos de produccién y bienes po- tenctales de consumo, 1o que les da un rasgd bastante peculiar do capital “semiliquido". © cambio. e ante p ! eben ver ial va: viable. 8. Competencia entre agricultura cerealera invernada: efectos ‘Como acabamos de decir en 1os dos casos ‘estos les (por requerir una mayor To ae ‘compensedos por una disminucién de los costos Tepresent rowexowaseisre come a seme | 123 ‘scabamos de anolar se invierten (el tridngulo A;,B,P; es mayi mnciin produc tiva pero menos rentable por hectérea). La probabilidad de que los precios varien de P, a P, no es més que un riesgo de mereado al ‘que pusde estar sujeto un producto agricola o ganadero. Este ries- to ef capital como la term (agotada.ta frontera egropecuaria), € {incluso la mano de obra, eran factores excasos. La posibilidad de utilizar Ia tlerra en uno u otro tipo de pro- Suceién implicaba crear costos de oportunidad al uso del capital en ‘una serie de inversiones. Habia_joversiones fijas agricolas. que no servian_a Ja. gunaderia y vieeversa, lo cual inmovilizaba ei dinero ue habian costado, disminuyendo ia disponibilidad de capital para financiar uno u otro tipo de produccién cuando la variacién de precios relativos las hacia alternativamente més rentables. La pre- Sencia de costos de oportunidsd sefiala tna situacién en Is que au- manta el precio del capital (ia tasa dé beneficios se eleva por Ia existencla de alternativas de colooacién més rentables paral capt tal disponible en un momento dado). Este efecto influye de maners similar a la que se representa en el gréfico VIT con la curva C” dis- minuyendo atin més las postbilidades de adoptar nuevas funciones de produccién miés intensivas en capital fijo que incrementaran Ia Productividad de la tierra, En este gritico puede observarse cémo, al clevarse la curva C” respecto de C’, no es necesario que el precio desciends de P, a P; para que resulte inconveniente adoptar las nuevas teenologias més {ntensivas en capital fifo. Basta con que Ia baja sea min menor, por ejemplo a P,, para inhibir el cambio. En suma, Ia existencia de al- ternativas 46. fr hacer atin més sensibles funciones de producci mercado. 124 | 14 cam sours wr none semen GRAFICO VIL Es preciso aclarar que, en la préctioa, dadas las caracteristicas de ia produccién agricola y ganadera, las funciones que describimos se expresaban en decisiones anticipadas de producir (o no produ ‘cit) uno u otro tipo de bien y de invertir (o no) en majoras fijas de acuerdo a la evolucién de los precios absolutes y relatives. Even: ‘tualmente, en el caso de explotaciones agricolas, una baja inespera- a de precios (0 una disminucién de los rendimlentos debida 8 10s, Hesgos de produccion —sequias, plagas, ete—) podia ncarrear la decisién de no cosechar. Creemos, no obstante, que las peculiarida- des de estos comportamientos no alteran en definitiva las concli- POF Is variacién en las cotizaciones de.cada cereal o del ganado sino or el promedio del conjunto. No es de extrafiar, entonces, que en. ‘explotaciones agropsouarias pampeanas sl valor de los bienes de capital tendiera 9 ser uns-fraccién bastante pequetia del valor de 1s terra ea el que Ia empresa operaba. Este ‘condicionaria el comportamlento de todos los res pampeanos, tanto arrendatarlos como ‘agropecuarios 7 colonos propletarios e incluso ganaderos. ‘sobre los agri- ‘ultores habria, ‘magnitud de las inversiones requeridas, los Uevaran a _esia Gl rowesustsor® cum 2 4 weowetth | 125 Tos campos ‘5 Tos, mej 5 7 ‘como la agricultura no podia sustitulr integramente a 1a ganaderia fen campos sptos para cultivar cereales, tampoco a los ganaderos {es interesaba expulsar completamente a los agricultores para dedi- ‘car sus estancias a ln produccién exclusiva de vacuos. Eiiminsda fentonces ia postbildad de hacer crecer 1a empresa gansdars por 18 ‘mera ampliacién fisica de Iss explotaciones, sin om! ‘Sbierta Ia alternativa de ‘aument Tastalscion di jente con. 4e apoyo desde In gunaderia nln, a Se te ‘apo70 a la agricultura y, cuando nuevas ci canstandias lo requrleran, proceder a le laversx como armumentamos en el expftulo 2, np tenia por od its on ictal at ‘ate ‘Salar con Unk proporcion rabtiramente alr Go-gapit de-cvo cs slconjunte-dele economia, csiando lsd dal paso argentino les otorgs {ia margen de proteccién que laahacia deans’ renabies sats Sustoor el mercado interno, : Do oer correctas etna a suealar 0a Mans SOnSOnr= Es ont a toi colocaciin de capales Para To sala enciag a nbibir cambiog en a tmacones oe or rasitte Inter sino tanan externas a aero pempecno: slo owemmusexr gous set swccte | 127 ‘mo urbanas, Hsta idea ha sido explicitatnente aplicada en un trabe- Jo de Fiichman (1978). Usando un modelo de programacién neal ‘muy desagregado, Flichman intents observar qué ocurriria si se tra taba de maximizar la renta de Ia tlerra:en explotactones pampeanas, segin rigieran distintas tasas de retribuciéa del capital. Como ere previsible, cuando las tases eran bajas se efectuaban grandes inver- slones fijas que fban disminuyendo a medida que las tasas de -retri- ‘bucién del capital sumentaban. EI resultado obtenido es teutolégico ‘en téminos generales, pero su interés reside en la luz que arroje sobre lgunoe aspects expeciios, etre ls que se pueden mencio nar los : 4) utiltzando Jas tasas de retribucién del ospltal sparentemen- ‘te més usuales en la Argentina actual, Ia estructura produc. {iva de las explotaciones, que segin el modelo maximizan la renta de la tierra, se asemojan a Jas que efectivamente se dan en la realidad; asimismo, el monte de las rentas tedrica- ‘entes en el mercado, Bn otras pelatran, el modelo parece Feproductr raconablemente 10 que ooirre en el agro Dem ‘Peano; _b) recfprocamente, 1o que ocurre en Is realidad parece ajus- tarse bastante bien 1 los supuestos tedrioos que describen el ‘ide remiperatias SU asf era oo 16 quate ots temedlo que ‘amar clertosrlegos y reliar invetsouss Oss ques pemalterar 126 | uk ae poumucre Dt 24 snore won de obtener efectivamente una regulacién del mercado. También, en, Ya_ medida en_que Ja obtuviesen, mejorarian las = continaar_fealizando Tnversiones jas que, progresivamente, Servi: "para ambenguar los ‘Produccidn (por ejemplo, im Plantando sistemas de riego artificial para evitar los problemas de Sequia). A su tumo, las nuevas inversiones fijas reforsarian las ten- enciss y presiones para mejorar min més y sofisticar la regulacioa et mereado, la obtencién de insumos, ete. En sums, al contar ini. clalmente x Productives, profundizando el desarrollo expe Gialisado y el aumento de su capacidad de produccién, tal como también surge de los gréticos V a VII. ‘Lo que importa In Produccién —caso de la flexibilidad—o desde la produccién a- ia el mercado —caso de la rigides—). depende de las. Condiciones histéricas de organizacién yen: del mercado que, 8 Su ambos casos, Ta_apropiacién de la. renta diferencial de ls tierra a ‘scala internacional puede haber sido el factor que permitié obtener Ja acumulacién inioial de! capital y la formacién de cada unidad Drodustiva; en ambos casos los comportamientos pueden haber per mutido maximizar la renta de la terra aun cuando el predo- ‘minio de la rigider disminuyera su participacién relativa, pero 00 ‘su monto absoluto, en el valor de la produccién—. Sin embargo, las consecuencias serian muy diferentes, GB ronermemane cut 2 14 pomrouts | 129 Lo paradéjico es que una fexibilided muy alta pare proceder 8 las colocaciones de capital —tal como Ia que sparentemente rigid en Is Argentine— 50 do funcio- ‘pamiento de una economda capltalista. En cambio, una BiSjor Figides “em ls. circulscldni de los capitales pareceria. menos propicia, desde ‘un punio_de_wista tedrico, para asegurar el crecimiento de es¢ tipo Jos Estados Unidos, zonas donde se logré finalmente un mayor cre- ‘cimlento que en ‘Conviene ‘comporta- ‘mignto histérico como —miés importante min— sobre las caracte- Tisticas que asumiria el proceso de inversién. 5. Los riesgos de mercado en Argentina Es posible que ls inflacién que so desaté hace més de trefnta afios en la Argentina y que se exacerbé en el wltimo perfodo haya dis. mulado tn fendmeno relevante: ‘Conectsdos con ellos. (Tas variacionés mas ostensibles hasta 1914 fueron las product- das por la répida valortzacién de terras rurales y urbanas, pero los cambios de precios entre ovinos y vacunos también fueron nota- Dies. No hace falta siquiera referirse a las crisis que en las décadas de 1870 y 1890 convulsionsron profundamente al mercado, como también io haria 1a Primera Guerra Mundial. En Is década de 1920, Probablemente Ia més calma de toda la historia argentina, se pro- 4dujo una profunda alteracién en las relaciones de precio entre car- ne y cereales, tal como se muestra en el cuadro VIT. La crisis mun- ial de 1930, y luego Ia Segunda Guerra Mundial, indujeron a su tumo pronunciadas modificsctones en el mercado hasta que, a fines eo 1a década de 1940, comienza un proceso inflacionario, uno de ‘cuyos efectos seria el continuo deslizamiento de los precios relatives; Ja magnitud y persistencia de este witimo fenémeno quedé velada or los constantes aumentos del nivel general de precios, pero no Por eso fue poco importante, debit Be e_presiones sociales, especialmente de los sectares_empresarias, 130 | x4 cage sonmpune ua wanes ooo irigides 0 alcansar en. To evidendia, por ft comportamiento de los precios de los ceresles. Mientras que ex Jos ‘habian sea particular Canadé y los Hstador Unidor— so asiste ‘disalmur regulacién de los CUADRO vr ‘Variabilidad de los precios de trigo y. mais ‘en el mercado argentino, 18901965 Perlodos Trigo Mate Precio Varia Varia. “Precio Varia prome cin bilidad rome _cidn ‘dio standard ‘dio standard 1 2 at 1 2 2A mois: 320 07 maw 198 0316s wieisses 42091129 STN aM OTS 38 ISIS 366 OTS Sw 2620 OMDB si bien en el caso del trigo aparentemente baja en el periodo 1936- ‘del perfodo anterior, debe notarse que el promedio 7 Serle de precios en pesos oro. Sere de prior deflactados sepin precios inplcos del PBY, bse Fuentes: Para el perfodo 18901915, Estadisticas agricola del Ministerio de Agricultura, Para los periodos 19161935 y 19361965, series de precios de In Bolsa de Cereales, Estos tldimos precios se deflactaron coo la serie de precios implicitos del PBI de Fundacién Banco de Boston (1978). En este cundro hemos tomado tres periodos que corresponden respectivamente a ls etapa de gran expansién de Is cerealiculturs pampeana, a una segunda fase en que el crecimiento se hace més Suave 7, por ultimo, al periodo de estancamiento de la produccién _gue_va aproximadamente.de.1995.a 1965. La disparidad de fuentes Gmplde comparar los precios promedio de la primera etapa con los. de las otras dos, aunque no los de estas witimas entre sf, Eo no es ‘bice para comparar la variabilided de precios que existié en cada, ‘uno de los perfodos. Como indicador de la variabilidad de precios =r por consiguiente de los riesgos de mereado— hemos tomsdo 1s 132 j 14 cage smemupere 24 anaes Mom 6. Evolucion del capital fijo en Argentina: capital nacional y capital extranjero sis mani Tanto en las permanentes {gue estaban sujetos los mercades de blenes como efi las pautes que Inabrian guisdo el empleo del capital. ‘Si as{ fuera, en este ultimo aspecto deberiamos enoonts Las Unicas series estadisticas globales e histéricas sobre evolu ‘iéa de capital fijo en Argentina son las elaboradas por Is CEPAL (2268, 1, cap. TIT) hace ya més de veinte aflos. Los datos comienzan en 1900 y en el mismo documento de la CEPAL so previene oon res: ecto su exactitud, anotindose que “sélo pueden dar una idea Sproximada... del curso que ba seguido la scumulacién”. Aun con {al prevenci6n, un primer examen de las cifras parece contradectr Jos supuestos que hemos sostenido: la formacién de capital fijo a comienzos de siglo fue tan elevada respecto del producto bruto in- ‘temo que, por s{ misma, derrumbaria toda nuestra argumentacidn sobre el sesgo en desmedro de las inversiones fijas en Argentina. Por este motivo creemos imprescindible haser una aclaraclén res ecto de las series de ln CEPAL. Segin Diaz Alejandro: “las cifras disponibles sobre ia formacién brute del capital fijo antes de 1930, expresadas en por- centajes del PBI, son extraordinarias: 48% en 1905/9 y 88 % en'1925/9. Estos datos parecen in- dicar no s6lo una notable entrada de capitales, sino también un elevadisimo alvel de aborro-ta- Sermo, pero son engatiosos, pues estén expresados ‘en precios de 1950, 1os cuales reflejan el répido incremento en los precios felativos de los bienes de capital que se fue produclendo en Ia Argenti- nua desde 1935/9. (Efectuada)... una correosién, ronerusecoer est seta mats | 133 ‘Aun cuando después de las cormeccianes_realtmadas por Diaz Alejandro Jas. tasas.de tarmaciés de capital fijo. respect def PET continiien siendo.altas, este hecho puode acomodarse mAs Tazona- lemente.a las hipétesis que proponemos, tenlendo en cuenta que también los excedentes generados por la economia resultaron bas- tante extraordinarios debido a la velocidad y magnitud de la expan ssién econémica que tuvo lugar en la épooa. No obstante seguiremos trabafando, por-comodidad, con Iss " cifras de CEPAL a precios de 1950. Esto involucra alteruciones que send preciso no olvidar. Digamos también que las series sobre capi tal fio no otrecen evidencias directas a las, 1a cuales se tundan. més bien on inferencias hechas a partir del fun- ionamfento global de la economia y la sociedad argentinas. Peso a ello, dichas series aportan algunos indicios, quizis discutibles pero ‘sugestivos, con respecto a las hiptesis enunciadas. El primero de ellos se vincula al ritmo-de crecimiento. Entre el guPguemlo 1000/4 el quinguenio 1925/9 las exstencias de capital jumentan.a tuna tasa del 4.7 % anual scumulativo, que se dest o# entre esa ultima fecha y 1955, Sin embargo, dentro de Ja primera etapa se distinguen netamente tres sfibperiodos: en- tre 1900/4 y 1910/14 Ia tasa es de 86% anual, secreduce a 1,5 % entre 1910/14 y 1915/9 y vuelve a clevarse levemente a 24 % entre 1915/19 y 1925/29. ‘Todos estos movimientos quedan modificados cuando se dis- Hingue entre capital nacional y extranjero dentro del capital fifo Entre 1900 y 1913 el capital tijo extranjero se cuadruplica mien- tras que el capital fijo nacional sélo se duptica A partir de 1913.el capital fijo extranjero comienza a descender ea términos absolutes ‘sunque con oscilaciones. Entre 1913 y 1929, por lo tanto, todo creck 134 | o4 came noneeore a mere Monee Capita jo total en Argentina 1900209 (eo millones de délacs, O55 = prociow de 1380) il dos coptat saat get rota ectonal toast ero toeat aS ee io = ‘ar a0 ua eae ee ae Bs sao. 3 use 3 saat 23 tm a3 nan ‘Tas soul am ison sam ~ mas tom iar osm 54 1900 ss us iso moe aa 130 a3 Has ia ise a im 22 iat ier 30 Ss is MA Boe Ff om ao tne =p hem Tse aout com. ia0 30 eon 24 — ee) ‘La comparacién entre capital fiJo nacional y extranjero agrega también otros aspectos interesantes: las actividades e 18 EuerTs y asi tue como en la década de 1920 el Mujo de inversio- ‘nes extranjeras, si bien mucho menos masivo que lo que habia sido hhacis comlenses de siglo, fue liderado por los ‘anos, que se ubicaron preferentemente en el sector industrial tra, vés de la instalacién de. subsidiarias de grandes empresas estado. ‘unfdenses. Dentro de ese cundro tan amplio ee indudable que los afios que Yan dusde 1900 a 1814 fueron fundamentales. Ea cco Iape0 ln Tio dlc eristente-en 136 | 14 int sours mt 4 wnamerRA acme to de Ia tnversién vigente en los actores locales, e¢ decir, una site sex y Uimitaciin —pese todo del ahorro loca. 1s posible, expe. 70, que ésta y otras por el estilo sdlo fueran razones adiclonales que se sumaban 8 na casa mis profunds: habia melonse negocios 10s ferxooarries (el caso mis importante pero no exclusivo entre lag inyversiones en intraertructura) fon ie las cuales In Tentabilidad ‘por ef mercado < fra nada més que una. La otrs consistia en el negocio de In Prov $3ido-de-equipos. Los argentings —o los empresarioe residenies ex “Argenting, que 6s lo mismo— tenlan adlo sooeso a la primera y es Dosible que ella no pudiese competir en rentabilidad cou laa otras ‘alternatives da inversign que tenlan a su dlsposiolin Las empresas briténioes —eunque no los aborristas que meramente poselan a> ciones— podian acceder a ambos negocios a la vex y esta postblid sin, duda era brillante, En tales condiciones, el predominlo de Jos ‘opitales extranjeros en los ferrocarriles y otras inversiones 1 ‘mestroctura reproducia y acompadaba la provechosa ssociacén ‘entre propietarios y arrendatarios agricolas quo se aba en ot70 plano. I excelente negocio para el empresario extranjero, Pero 20) ara el argentine, era enormemente beneficioso para este altimo: | entre 1900-7 1814 las lineas férreas se duplicaron, condicin indie pensable pera la expansin vertiginosa del agro pampeano, que a st furno induce un fenomenal incremento del valor dela terra y de Jos beneficios do los terratenientes al tempo que abre multiples oportunidades para emplear mus exzedentes. {a doble far del negocio de los ferrocarles (como el dela ener- tia eléctrica, ol de ios teléfones, et.) sugiere también una explica- ida pare el de los figorficos. BI volumen de los capitales inver- 0 ‘roweusenoeo come 2 U4 eons | 137 fidos on esta activided era muchistmo menor y la relacién entre ‘capital Bip » producta-no-diterta demasiado de Ja imperante en. sec- ‘Qres como naropecumria AY mismo tempo, las caracteristicas ‘ereado interno favorecian la formacién de una estructura oll sopsénioa que garantizabe una excelente rentabilidad. A pesar de ‘en ef caso’ {odo esto, también se produjo aqui un fuerte mredominio del capital uecie Bx Creemos que este fendmeno esti ligado con otro no suflelente- ‘mente subrayado en los andlisis hubltuales sobre el tema (ver Smith 1968 y Giterti 1974): Ia estructura oligopélica del abastecimiento al mercado consumidor, Sin este dato no puede comprenderse cabel- —tos ‘ei Ie eaade abrupia de ls tignritons norteemericanos PES cus J iablan monopoliaado ol abasecmiento del merce ease en Chicago (impresiones, 1911, pp. 264/5)— des- plazando 1 los britdnicos y desatando las “guerras de cames” quo ‘podian soportar politicas de “dumping”, era doloroso pero distabe de Ser trégico para los empresarios y la clase dominante argentina. Por cierto que la presencia y posterior predominio de los trigo- Hiflcos estadounidenses Jes permitis apropiarse de una porcign no despfeciable de Ja renta diferencial a escala internacional de las tHerras pampeanss. Pero esta spropiacién tenfa un limite: la rentabl- lidad alternativa de la produccién agricola. El mecanismo parece ‘haber actusdo efectivamente ya que, como vimos en el capitulo 1, 1a baja del precio de la carne ocasiond una clerta sustituclon de la sanaderia por la agricultura en la década de 1920, ‘Un argumento adicional acerca de Ia estructura oligopdlica del ‘abastecimiento del mercado consumidor-de carne surge al consi- Gerar ia exportacién de cereales. También en este caso existieron ‘condiciones favorables para la formacién de un oligopsonio expor- tador. Pero el mercado mundial de cereales era muchisimo més tar ginal, io y ftuctuante que el de la carne. No existian en 4 nf condiciones ni posibilidades equivalentes para crear un mo- ‘opelio de sbastecimiento del mercado consumidor." ¥ es muy sig. nificativo que justamente en esta rama Ia empresa que liderd Ia concentracién de las exportaciones de cereales fuera Bunge y Born, ‘acide y,desarroliada en la Argentina y ejemplo prototipico de 10s, 3 ules Maret 1 Jorge Born eo 3611 sobre ia TnGS BE ceteris: im, pai soure 2 mas ji maasiod Ae hie ate 2 a oer oa nab" aa Sond Cuet, W9LLp. a 136 | uk cam moeoeore wr anon semen ‘Grupos que constituyeron.su.clase_daminante.segiin nuestra.com- ay un rst omin entre ls inversons extranjers en ifr estructura y en frigoriticos: ningune de ellas modificabe la forma y empleo del capital que supusimos tipioos en la Argentina. Por e contrario, efecto se estas inversiones fue generaimente el de es {{auular aj mis la apticacion de enfoques comerciales 7 finaicieros ~ f la coloceciOn interna de cepitales, faclitar In concentracion, de fortunas y las pricticas especulativas. El rapidisimo crecimiento e las lineas ferroviarias, de las de los puertos, de 4a provision de servicios publics, alumbré Ia postbitidad de mucvas actividades altamente rentables y multiplies eu ritmo de expansion; en clertos casos, también creg condiciones propicias para que se pro- dlujera una alta concentracién comercial" Por su parte, ios {rigor {H00s, come vimos en el capitulo 1, consolidaron eh ln region, pate Deana una estructura productive én cuyo sen invemadores, mis ‘Regoclantes y_tinancistas que. produstores, desempefiaron un ‘papel me Obsérvese, empero, que las influencias también actuaban en sentido fnverso: 1a vigencia. de enfoques comerciales y financieros fn el empleo del capital fueron anteriores y favorecieron mucho Ia ‘SBansidn, do le tntraestractura.y los trigoiticos. Raza por la cual fobre el Daub, Guret att, pay. 2 Ste oo pw mp sai age sees io mes ceca aes oe eee 140 | 14 cme cnr B14 sncorrmes nomena ‘sho_més, porque no_sra negocio quedarse, 7 ‘Argentina careoin dei impulso suidnomo pars crecer, que le hubiers Storgado el predominio de la ectivided y que no te imprimié Is Searisenta clrowacién dal capital Mu en su forma de diner. se debia a que In 7. Clase dominante y funcionamiento de la economia: una recapitulacién final | ‘Desde que comensamos a desarrollar nuestras hipdtesis, en esta | Sequnds Secclén, aplicamos un par de enfoques que deseamos sub- |) Tayar. En primer tugar, considaramos que 10s Clase dominante y las caracerstins del 56 ‘comparativos. Esto es fo que on \g-Blcedido eh ef agro pampeano y al proponer un primer esquema ‘ms general de su funcionamiento en el punto 1 del capitulo 2. apital en cada caso y que definen, al mismo tiempo, los rasgos ‘Pecullares asumidos por el conjunto de relaciones sociales y eco- némicas. : ess Soo ee ee eee Erie, don alin dens i= a ce step pemes nig on + pltalista tendriamos el caso 94) 215 rowcsmusesoeo coma wes rowencts | 141 respecto del capital de giro dentro de Ia rama productiva. Conco- Stantenente, l crocimieto de cada acidad o-saior sconémica. exigind (tanto ‘cuanto mayor sea la proporcién de capital fijo) ‘uns certidumbre de fumcionamiento que, 8 veces, se traduce en pre equipos forman él capital fijo, sobre las dlsponibilldades de dinero que 8. Conclusiones ‘Las ideas y argumentos expuestos en este capitulo y los otros dos ‘que lo precedieron nos permiten extraer tres conclusiones centrale; 2) Eni moderna no bubo elemen- Ear prays (een, eras 2 bo emen PRUE GIES pose) Gos oe ae Ee omen om BE La moat | 143 HH CAPITULO 4 El Estado y el capital extranjero — 1. Las tres hipdtesis bdsicas ‘A to largo de los tres cepltulos precedentes se expusieron, en su fotual 7 dispar grado de elaboracién, otras tantas hipstesis para {jusificar una clerta conoepelén de la clase dominante que se forms consolidé en la Argentina moderna. En el p fulo intentamos mostrar cémo en el enfoques 2. Cuatro hipdtesis complementarias sobre el Estado y el capital extranjero I. Dadas tas condiciones en las ad roundel de ‘ereando un sistema de produc, 4s 146 | 14 came noxoncre us ssceers aeceee ae ¢ influencia de la clase domfnante en el cont Fido i ubleta eh th hugtr egestas pare Soe ot cimlento priviegiado de las actividades y operaciones cond. ioas ms beneficiosas, asi como para disponer de instrir Imentos para impulsar o promover las actividades, medidas vy Ugpracionss ie le furan convesentes especificamente, el acceso e influencia en el Estado se habris reflejada.en.la creacién y/o expansién de.un conjum. to de bancos estatales (Euipotecario, de ia Nacicn, de la Pro. Yincia de Buenos Aires, etc.) cuyo control quedabe bisies ‘mente en manos de ln clase dominente, Este habria sido um elemento clave para la conformacién de wn mercado finan: lero diferenciado y prillegiado en el que el elado asepu. aba el crecimiento y asunia los moyores rlesgos. ©) Por ‘iltime, la influencia sobre el Estado permitia instrw ‘mentarlo y asegurar el respeldo econdmito,smprescindl, vm esego carat exmuximm | 147 ble para atraer x gerantisar las grandes inversiones,de capital extranjerD.destinsdas 0 proveer directs 0 indirectamente la {ntraestractura requerids por el nuevo sistema productivo en ‘Argentina (puertos, ferrocarriles, etc). También en este caso (TW, Astmismo, hubris existido ‘Aqui cabe recordar que no se trata de de dependencis estructural en que se coloca la Argentins ni, tampoco, le influencia directs que edquirieron los cepitales. ¥ ‘aapresas ertranjeras por obra de su magnitud e importancia, sino, mis Jos términos en los que se desarroUs st rela: Sonar ey Tormareis Que Savon as Planes cares tres TOREAS 60 Tas qUS se dieron esas relaciones 8) 1s nftvencia de cepitales para slimentar el sistema financiero Giterenciedo y privegiado que controls —y gracias al cusl se consolidé— ia clase dominante. Esto se habia producido fundamentalmente a través de In colocacién de oédulas hi- potecarias, Fue un fenémeno que ocurrié en un perfodo 1 tad (ea particular la década de 1880), pero quizks de gran importancia estratégica para la formaciin de la clase dominante, mientras que es probable que el capital sportado 1 fuera en alguna medida por pequefcs y medianos ahorris- tas extranjeros que hicieron un negocio sceptable durante algunos aos y resultaron perjudieados en la crisis de 1890. (Ferns, 1966, cap. XIV). ‘) Ia gran masa de capital extranjero, sin embargo, es 1a que se voled en In provisién de obras de intrsestructura directs- mente (en ferrocarriles, comunicaciones, energia y algunos ‘puertes) 0 indirectamente en los empréstitos al Estedo na ional y Estados provinciales, est como algunas activida- des productivas especificas (trigorificos). Este tipo de inver- siones fue indispensable para desercadenar y hacer funcio- ‘par el proceso de expansién evonémice que daria las bases pera la formacién y crecimiento de la clase dominante. El que esta clase no se hays introducido directamente en este tipo de actividades, o siquiera que no hays presionado de- ero, aunque en este cago —y a que ‘Se sosturo— entendemos que 1a relacién habria sido mucho, ons (uns asociacién con beneficios ‘mubnos pero entre sacios_ iferentes) queue pons discutir las con- 14g | 1 cas sours 4 ananert esate ‘masiado ai Estado para que las asumiera, podria atribuirse ' 2 dos. Josportantes, Por am-ago, porque qusis sign ‘vVidades especializadas que, por lo demds, requerian una com- t Tercera Parte ‘ice 7 sbmabets 2 actividad empresarial, en tanto que un ; CLASE DOMINANTE ¥ EVOLUCION ‘proceso expansivo fan velor como el que Ocurria en Argent ~~ i otoreaber oportunidades' especiales qu une mayor movi Iidaat de capital y de capacidad empresaria permitirian apro- ‘SOCIOPOLITICA vechar mejor. En segundo luger, 7 en consonancla con esto ‘timo, es probable que esas grandes tnversiones, sf blen ‘otrocian soguridades (aportadas por el Estado) y Tendimlen- tos comparativamente altos en el mundo, resultaran no obs tante amos Deneflelosas que muchas otras actividades den- ‘0 de una economia que erecis tan répldamente 7 creabe, entre otras cosas, inumerables oportunidades especulativas, a otros términos, podria pensarse que a ln gran masa do capital extranjero se le otorga un campo de tnversiones tn- B 7 "BusvOs po ao ‘yencaree de que # sus hijos, cuando no a ellos mismos, no les estaba Yedado el sscenso social. Hl contraste entre esta reatidad y 1a de Sus paises de orige, Bspafa, Italia, Busia, Turquia, Francia, Alems- nis, era decisivo. En esa época 1a Argentina no pertenecia & Ja eu- femistica categoria de los “pales en deserrollo” sino a ia de “paises {orenes”, Como los Estados Unidos, Canadé o Australis, oponia. una imagen de vigor ¥ oportunidades a la de los “paises viejos”, en los que el futuro de cada hombre estaba signado en gran medida por él lugar y el grupo soclal en que habia nacido. “Hacer Ia América” fra Una fusiGn que impulssba a millones de hombres, mujeres ¥ nifos a migrar hacia In Argentina, sueto menos fécil que Io que ia enorme mayoria imaginehe pero menos mitico de lo que hoy, €2 un pais frustrado, creemos. Economia y sociedad e 5 ‘su evolucién y condleionando su porvenir? ‘Nos interesan principalmente algunos producidos en el interior de 1a clase propietaria y entre ésta y el resto de Ia sociedad 0, si se quiere, més especialmente entre la clase dominante y las dominadas. | ‘A nuestro juiclo, Jos conflictos en el interior de 1s “151 152 | eum secon 4 tenes nome 1a burguesia, sin necesidad de poner en tela de juicto Ia estructura capitalista de la socledad, a menudo debaten In distribucién de posi- clones y funclones mutuas. Asi oourre, por ejemplo, cuando os in- [protecclonistas a las que se ‘laclén de las posiciones relativas de privilegio que’detantan dentro de la soctedad los miembros de cada una de las fracciones en pugns. ‘Con este sentido Uimitado podemos Usmar(‘estructurates”)a este tipo de conflictos. : arse con clertos grupos alguna ‘némicas determinadas, al no contar con los eslabones més podero- 508 de las mismas, carecia de la fuerza necesaria para impulsar el debate a fondo. Por lo demés, esos grupos siempre tenian ablerta ls posibilided de diversiticarse ‘hacia otras actividades para amortt- guar las sucestvas varisciones de las tasas de ganancias en cada Sector. Los conllictos dentro de la burguesia habrian sido provoca- dos entonces bésicamente por la distribucién de beneficlos entre ane vounenwre ¥ wrote socoratnk | 153 i H | ‘ i tht it iH nad 4 Hi Ha Le i ‘ui t nenie site fa Ha ae Lal Hi ] } ‘ a He : Be, ip i i at i | ; i i | 156 | ut cue semis sr snooemes sesame | ‘Ya vimos que las caracteristicas del primer modelo parecian ‘ey, gud noe Uogé_a una evolu octal Ta pregunta plantes ahora entre la burguesia y 1 resto do In sociedad argentina. Ensogulda veremos que le cuestion es mds estrocha desde ol punto de vista social y més amplia desde el potitico: roblema, ‘S musstro julcio, en Jas ‘dom estructural global fue evitada de El primero y fundamental de estos desplazamientos ocurriria porque;-# diferencia de lo que sucede entre el capital industrial y Ia clase obrera o entre ferratenientes y campesinos, al tmplantarse ‘comercial —exTéadidn- 1b cause poxmuare ¥ ert scsretinica | 155 inffuyendo sobre el valor adquisitivo Hos 3, do este modo, sobre el problema més geceral de dn de ingresos (Olivers, 1962). ee g t ron movimientos masivos de obreros agricolas o de pequesios ¥ me Gianos propietarios enfrentindose, por ejemplo, ‘erratenientes. Ta paz en el contrasta_con Jos confiictos que ¢l_ estan can ero. z 156 | tam sonmenee 2 4 amanerons sexoe ‘no crecia suficientemente, las necesidades de exportar, por un lado, ¥ de mantener un abastecimlento de alimentos baratos para el con’ ‘sumo interno, por otro, resultaben contradictorias, Al tretar de estimmular uns’ mayor produccién mejorando los precios agropecus- ‘Hos los alimentos se enoarecian y, si los salarios no sumentaban, se tir en Argentina), los confiictos intersectoriales podian irse resol- viendo, aunque luego se plantearan nuevas controversias de olra ‘naturaleza. 31 juego de ‘evolucionas, Final ‘argo, que unas y otras no siempre eran equivalentes a las pérdidas © Deneficios recibidos por las clases dominadas en ceda caso. Y ‘cusndo las tensiones so hacian insoportables ‘era posible ejecutar al movimiento tnverso sin que, para realizar uno u otro, fuera preciso lograr aumentos de productividad mediante los que se pudleran su ‘perar las condiciones que las habfan originado. Con lo cual la serie de confiictos desatados se resuelve en términos de un “juego Suma ‘Bla es eet mclee gris micron que perma a confition pardnits teiiéndolos 7 vovtnolos © lantear sucesivamente, de modo que las tensiones y distensiones ‘de raanera manifiesta e inmediata. Por aaa eo pluatacin, es posible que en cada controversia que ‘50 miltiple implantactén, es 1 Obetrvese adams. gus, dentro odayiade at fs te 1a case dominant “no alo aid aa ae! ufre 1a econgmta ti g¥e Since mene a eee ‘te condi: tr externa que oer las motan. 1a tnteFinediacion politica, ya que normalmente no seri el sctor social quitin quedara a la hax dal debate sino ls representacién de | | ft ‘mentos econdmicos y sociales subyacentes debajo de ese feriémeno. Un elemento adicional, que creemos de gran trascendencia, ha- ‘bria, contribuido para que el panorama fuera ain més confuso: como los confiictes entre estratos de la burguesia son més coyim- furales que estructurales, Ins linens de ruptura social y por consi- sgulente politica no habrian sido fijas sino variables. De este modo, | ‘mportancia, Tegitimided del poder, drama que surge muy tempransmente en Argentina. "En efecto, cuando se plantea le cuestién del contro! del poder instituctonalizado aparece, a nuestro juicio, una contradiccién fun- damental entre las oaracteristicss globales que habia ido asumiendo fs socledad argentina y iss que habia edquirido especiticamente Is clase dominante. ‘Ya vimos o6mo el répide desarrollo cepitalista producido en el pais a partir del ultimo tercio del siglo xxx dio lugar a 1a formacién fa en un ite despoblado. En comparacién con {os paises europeos ¥ & semejanza de los paises “nuevos” es posible afirmar que soclalmente la Argentina era ste hecho parte de un grupo social reducido durante toda esa primers fase bn ls que se forina la Argentina “moderna”. Al principio el proble- ma quedé en parte disimulado debido a la alta proporcién dee tranjeros que, por obra de la inmigracién masiva, babian permitido 16 | 2 came sononuee breoes semen hhasta que Ia conjimelén de todos estos fendmence hiciere estallar en toda su magnitad la cuestidn de In apertura del poder institucio- Empero, debe reconocerse que las presiones en pro de una do- polftica no sorprendieron a los gobernantes argenti- ‘de comlenzos de siglo. SI bien las nociones de democracia no do vigor y arraigo, resultaba bastante claro que sus limites insoportables para una sociedad sin la rigides imperante ‘en Jos paises europeos donde, sun asi, el sufragio universal se abria camino velosmente, La simfitud entre la evolucidn social que 3¢ Tabla producido en Argentina y la ocurrida en los Kstados Unidos. de Norteamérica, modelo de las naciones jévenes de la época, incl tabs también a considerar casi natural ¢ inevitable ia aperture. del sistema politico. Ast, uns importante fraccida dentro mismo del go ‘blerno, finalmente triunfante, entendi6 prudente aflojar las tensio- tHsacién politica amplia en el pats (ver Botana, 1977). ‘Sin embargo, debajo del cimulo de conflictes y presiones que forzaban a la distensién y de las semejenzas que ilumninaban la for- I i i 8 Gel sutragio universal y Mbre dejaba al conservadorismo —Y POF su Iintermedio, a la clase imposible de subsanar, El drama de la legitimidad del poder en Ar- ‘gentins surgié asi enteramente a Ja Tux. Porque, en forma muy sintétics, resultabs evidente que la dispu- 162 | 14 caer macmost Somme ‘mantuvieran las estructuras econsmicas y sociales que se hablan ‘En Je misme época en que la inviabilidad de una u otra solucion, ‘empleaa a hacerse manifiesta, un elemento adicional, ya mencionsdo, contribuye agravar ia situacién: por la fndole do’ sus comporta: ‘mientos econdmicos y de su cryanizacién interna, la clase empress: ia argentina tlene graves dificultades en asegurar un crecimiento de la economia que, més allé de las coyunturas favorables, pernaitic. 8e obtener un amplio consenso respecto de las estructuras socioeco. nomicas instauradas en el pats. 1 bloqueo de toda mediscién politica instituclonalizada y eterioro de! consenso social constituyen en cualquier pais Una ‘combinscién explosiva que puede amenazar peligrosamente Ia. sub> Sistencia de las estructuras vigentes, Sin embargo, In Argentina de- ‘mosiré poseer una estabilided notable, rasgo que ademés habria de subsistir quizis hasta nuestros dias, ecomémicos y sociales entre sf factiitaba, a pesar de su agudera, el ‘mantentmlento de la misma sociedad que los provocabs. También ‘menclonamos otros elementos que contribuian a produeir el mismo Fesultedo: Ia ausencia de problemas socialagrarios importantes; 1s formacién de ampllos sectores medios rurales y, especialmente, ur- ‘anos; la existencia de una pronuncisda movilided social y de un nivel de vida comparativamente elevado para una gran parte de la Poblacién; ete. Por obra de todos estos factores no se” generaron, fen el mbito social y econémico, fuerzas de magnitud ‘suficiente como para impulsar cambios profundos en el pals. Este trastondo se refle)6, pese a los grandes problemas suscitados, en la esfera Politics. El arribo del radicalismo al gobierno no alterd significati- ‘vaments Ja situacién imperante en Ia Argentina. E] movimiento obre- 10, por lo dems muy concentrado en la cludad de Buenos Aires, {Qued6 bastante alsiado en sus demandas por transformaciones 50° iales de fondo y no pudo anudar alisnzas sélidas y estables con otros grupos sociales. Pero si In democratizeién del régimen politico no habia. pro- ‘Yocado el enjuiclamfento sino, hasta cierto punto, la consolidacién de las estructuras socioecondmnicas que se hablan formado en la Argentiza, ¢por qué la exclusién de un acceso politico legal al go. ‘bierno habria de afectar a la clase dominante? ‘Creemos que el drama de Ia legitimidad del poder planteabe a festa clase problemas graves y reales. Solo que no se vinculaben al ‘mantentmiento del modelo capitaliste vigente en general sino 8 su funcionamlento especitico y, en particular, al manejo de un elemen- to clave para la clase dominante: el Estado, ‘De tos sels morimiectos militares que truntaron en el pais en el siglo 80 ca pone ¥ erent socraLincs | 163 Politica y Estado Eb la Argentine el Estado nacional Wegé a adquirir un inmenso poder. Pero ademas lo hizo de-manera tal que es dificil dividirlo y, ‘Por Jo tanto, compartirlo. La concentracién y la unidad del poder festatal se originaron por motivas histérions y funclonales, mottvos ‘que debemos examinar a fin de completar el cuadro de las conse- ccuencias sociales y politicas de las hipdtesis propuestas. En nuestras hipdtesis sugerimos que la integracién de I econo- ‘mia argentina al mereado mundial exigia ln formacién y consolida- i6n de un aparato estatal moderno. Al formularlas de este modo sefalamos elgo mis que un requerimiento histériov: In creacién del Estado nacional argentino fue también producto de una voluntad deliberads y conciente de un grupo social dentro del pais que, hasta Glerto punto, se adelants a las necesidades de 1s época, Hs cierto ‘que, hacia mediados del siglo xm, se contaba con la experiencia Proventente de los paises mis adelantados de ese tiempo, con mode Jos tnstituctonales aplicables a 18 nueva organizacién social y econ. Dicho de otro modo, estamos sugiriendo que el Estado nacional argentino fue predominantemente construldo desde “arriba hacia 312,16 Ue yl 20, i par des. ‘buh eubieroe elogido de" panera Tasouabhemante bre Zitalo ciel co dsoiie aU, eo minguna oom ds Ga exes Segue, 2 ala’ dei fovimionto miter, etuviera an CuO © ‘pudiare eencadesaree tine revolucida socal ea el Pals” [ | 164 | 1k me neues ane MOREA el poder institucional habia sido fundamentsimente un resultado Ge las fuerzas, tendencias y necesidades que emergian de una nueva forma ablerta y democritica de sociedad, tmplantada ya con cierts slides en el norte del continente, De une sociedad, por 16 demés, capitalista casi al “estado puro” en comparseién con los paises eu- ‘opens en los que el nuevo sistemas se abria paso laboriosamente & través de antiguas, s6lidas ¥ elaboradas estructuras” (De ‘Tooquevi- Ie, 1957). obliga 0 adoptar la férmuls alberdiana que “funda une capacided de decisién dominante para et poder politico central: otorga el ejer~ ciclo del gobierno a una minoria privilegiada; Umita la participacion ‘politica det resto de la poblacién; y asegura a todos tos habitantes, sin distincion de nactonalidad, el mzimo de garantias en orden su actividad civil” (Botana, 1971, p. 46). = {La fundacién del Estado nacional argentino, pues, es mis wa ele- cam sons ¥ erventt ancora | 165 ‘He aquf el origen de un fendmeno importante. En ls medida en ‘que la transformacion del pais va dando contenido y solides » uns (del poder publica que sirvié para estimularia, ¢1 con- {701 excluslvo de esta berramienta Uega = constituir In base social do una suerte de “clase politica” o, si se quiere, de una certs “bur 166 | 14 case peer wu sseneres soem gjéreito (tortalecido por la guerra con el Paraguay), serviré para Girimir mas clara y definitivamente los enfrentamientos. Giertos grupos del intérior eprovecharén esta circunstancia pa- Fe contrapesar desde adentro del Estado nacional el desequilibrio: Socioeconémico que crecia y se agudizaba en su contra, dejandoloe em posicién asimétrica respecto de las fracciones implantadas en. el Ltoral. Aceptados los términos en que ls Argentina se estabe incor- Porando al mercado mundial —y resultabe diffe establecer otros —, Ja expansiGn sociosconémica del Iitoral seria obviamente abrumado- reponderancia 2a que asumen ya poco o neda Henen que ver con el pasado. Por el coatrario, en 1890 se perfilan por primera ver los grandes proble- ‘mas del futuro: la instrumentaciin descarnada del Estado por In faueva clase dominante y tn flegitimidad del Umitado acceso ‘al go" Demo dentro de una sociedad que ya habia cembiado. Conviene también observar otras facetas de la conjuncién entre ‘ideas sobre Ia evolucién social de 1a burguesia politics, sobre el crecuntento, atribuciones y funciones que asume el Estado y sobre 4 aplicacién del régimen institucional adoptado para organizatlo y controlario. ‘Puede sospecharse, en efecto, que s! las condiciones de integra cidn de la economia argentina en'el meroado mundial hubiesen sido Sigo diferentes, provocando, por ejemplo, la, expansidn de una eco- oraia minera paralels y equivalente a la agropecuaria (como ocr ri en Australia), quisds no hubiera sido factible la formacién y predominio de un grupo unifieado gracias al control del comercio case soxmuer x reat soreeines | 167 ¥ las finansas. Hs probable que entonces hubieran surgido en el ‘pals dos grandes fracciores socioeconémices en pugna, o bien In realidad socloscondmics que da contenido a toda organizacién del poder habria terminado por eliminar una instancia intermedia que no reflejars, canalizando y ‘medisndolos, los conflictos bésicos emansdos de ls sociedad civil. Inversamente es posible fmaginar que la formacién de uns cla- se dominante no fraccionada en el ambito socloeconémico es bas- ‘ante compatible con la supervivencta de una clase politiea dediceda 8 construlr y controlar In organtsacién de un poder institucional lunificado dentro del pais. De hecho, results dificil establocer acuer- dos ¥ todo el edificio del Estado nacional que se intents construir tambalea’ mientras las fracciones de los viejos grupos dominuntes el interior pretenden refiejar —en tanto clase politica ln defensa ¥ promocién de intereses. socioeoondmicos regionsles enfrentados 8 los del litoral. Pero esa etapa corresponde también al ain vaci- ante crecimiento del Utoral como discutido eje de la transformacion ‘econdmica y social de le Argentina, Cuando en 1880 clertos grupos el interior triunfan politicamente sceptan, al mismo tiempo, el de {initivo predominio econdmico del Utoral. Porque la expansién sub- siguiente de esta regién fue de magnitud tal como para incorpora® 3 aquellos grupos en la distribuciOn de sus frutos, compenséndolos ‘mulliplicadamente por la postergacién en la que quedaban sus Te giones de origen. Incluso los beneticios Hegarian a ser tan grandes Como para tolerer ia creacién de privilegios especiales para algunas roducciones regionales, como pasaria con el anicar del Tucumén. EL pacto definitivo y el fortalecimiento del Estado nacional, fren- te o ln consolidscién de una clase dominante no fraccionada en el mbito socioeconémico, permitirin a la clase politica introducirse también en ella como uno de sus componentes fundaores, hasta el unto de dilutr su especificidad en una generacién. Esta compenetra- cidn progresiva, comenzada antes pero muy ostensible en I década el 60 no fue gratuita ni casual. Porque Ia clase politica estaba flat riteradas quejs sobre la “piste de virtudes efvcas” y ls fnfoea- as ‘lat "oe in pita, boat spice Se ta crrace, oes fre oe plo, gia ley Todo esto aglzaba la tnterpenetracion dela clase politics con 4 nueva clase dominante: Pero arabica tenis tas cosseoucncios, ‘Ba primer Iugarentiolain un fuerte crecniesto dal apart esta. tal, i expansion do una Durocraca teznicny administra stay poderosa que, por su organimcidn Jerisquice y centalzada, soste Bia con vigor crecente an clase pollen que a cominaba, Corel: Evementn, ete fortalscmlento de Estado implicé tn efecto menos perceptible y meno peretbido on ln epoca: al reaaldarse excesiar {ents sobre la wctvdad estate, tanto Por la plaza Intramental de in insttutones pbs como por in coofiasa en su dotsnio potico, i clase dominante se hacia Gependiente del Sstado, Lo que 2 Estado podia hacer ia favoreia enofmerente, pero, st deta’ de hncerlo 0 pein ol control politico, a vainerabiiand dein ree cit cresda qusdarin al desoubterto. conictos entre estate de in burgess nto tics ene Cota ‘prguesia'y del desplacamiento do conics en tn sotodad en Su conjunt, 1a forma Zomo ae resol Wan probiemas de coyunture tain vital cn Agent. ¥¥ dentro do esto el control y manejo del Esato reltaban un factor estives de is reciproce peneracin « SE noe ees otis 7 ncmarton oor epi ese noes ¥ enc cores | 169 elite de omision podia ser tan grave como el de comision. ‘Por el mero itaperio de las caracteristicas que habia adquirido 1 funcionamiento de la ecanomia y de la sociedad argentinas, por las autas bésicas de comportamiento econémico que se habian im- puesto y que la clase dominante detinis de manera paradigmética, fla sociedad etvil. En clerto modo es lo que habia oourrido inical mente, pero luego el férreo ¥ aparentements inconmovible control ejercido por la clase politica y la consustanciacién de ésta con la clase dominante oscurecleron el fendmeno. Es interesante observar ‘Que 1a secuencia de “arriba hacia abajo” segin la cual se habia Greado y fortalecido el Estado nacional, unida al que se lo hiciers fen la encrucijads de una transformacién social, era suscetible de engendrar una “burguesia de Estado”, cimentada y alimentads por ‘1 poder burocritico. Hay razones para dudar de que hubiera podido ccurrir semejante cosa en la Argentina en esa época.’ De todos mo- dos, ia emergencia de una clase dominante unificsda en el émbito socioecondmico, en la cual habria confluldo una porcién no desde fable de la clase polities, junto con la expansién del conjunto de la burguesia, otorgé a esa clase politica un punto de apoyo, una pegs oe er ata sw Je sepa na SEEMS SS St dite dames tate 7 Sete ‘as, dos truclones impottanies s ten eciances products pe SESS “Heteecahs Suae cae auca putin er Depo SSSR Stitt dass wpe Ge dno nme "piace yatta vain, tap noe ssa cal ese ne Pee a din pres tints oe a sa ono Se Sheeran a fo oc donde una sociedad ya formada 2 Asteiormente ue Je case ‘nueva base de implantacién en la sociedad civil, gracias a la cual ‘no, tuvo necesidad de confundirse con el aparato burocrético. Or! ‘Btiada en los viejos grupos dominantes, la clase politica habs pivo- teado sobre la orgunimcién de un Estado moderno para formar e incorporarse a uns nueva clase dominante c, mis en general, a la ‘neva burguesta que coronabe la transformada estructura social del pais. Pero este fendmeno no s6lo parecia confirmar que el Estado era controlable sino, ademés, impedia tmaginar que en él se pudiese engendrar una base auténoma de poder. ‘Sin embargo; la vulnerabilided de ln clase dominante se agra- ‘vaba porque el Estado que se habe creado estaba fuertemente tmifi- ador Bajo la spariencia de una organizacién politica federal y de un sistema republicano sometido a Ia division de poderes, subyacia, lun aparato centrallzado y Jerarquico en manos dei Poder Ejecutivo. Esta era otra consecuencis, bastante explicable por cierto, de la for- macién de “arriba hacia abajo” del Estado y de la circunstancia de que, edemis, fuera més elemento de un proyecto de sociedad futy- a que producto y reflejo de ln realidad social en la época de su ‘St Ia orgunisacién federal haba tenido inicislmente algiin senti- 4o, aunque sdlo fuere el de posibilitar el acuerdo entre los viejos grupos dominantes regionales, més tarde el desarrollo argentino ‘basado en 1a expansién del Itoral lo vacié de buena parte de su contenido. La sceptacién de este hecho por los viejos grupos del interior, mas allé de sus protestas formales y reminisomeias nostdl- ional efectiva del poder. La frecuencia de ins intervenciones del po- der nacional central a los gobiernos provinciales es el indicador mis fecactente del candeter formal que finalmente adquiié el sistema ‘suplementarios, tampoco tuvo demasiads vigencia Ia division del gobierno nacional en los poderes Legislativo, Judicial y Ejecutivo. EI mecanismo de “frenos y contrapesos” de la Constitucién norte. ‘americans, adoptado en nuestra Carta Magna, tiene sentido cuando 1 Estado nacional refleja uns organizacién de poder social fraccio- nado. Pero cuando el Estado que se crea y fortifica lega a ser ls principal base de sustentactén de un grupo social que lo controla, las tendencias centripetas hacia la unificaciéa del poder se hacen frresistibles. ¥ esto se traduce en el crecimiento de uns administra idm que permite aplicar sisteméticamente castigos y recompensas para manejar, de este modo, a elrculacién y el funcionamiento inter- ‘nos de Ia propia clase politica que controla el Bstado. Ser entonces cae pene ¥ wroentt swcorctecs | 171 1a cabesa de la administracién central el Poder Ejecutivo y eventusl- mente au titular, el Presidente de I Nacién, quien detente un poder te dominante dentro del Estado! No es casual por de indole formal, que en 10s aouerdos sociales, Pero un cambio 4° rrégimen politico que, respecto del manejo del Estado, restringiese ‘1 eleance de acuerdo: logrados en el seno de un grupo limitado, 5o- ‘aie poner réipidamente de manifiesto Is vulnerabilidad de la clase dominante. TEs dentro de este cuatro general de condiciones como debe analizarse, segiin nos parece, la temética del funcionamiento del Estado, En elia nos interesa distinguir el plano de los efectos y {fenémenos sociosconémicos y el de los sucesos politicos. ‘Una y otra vex insistimos, a lo largo de este trabajo, en que los conflietos en Ia Argentine no asumen habitualmente una indole es- ‘truchural. Creemos que esto se repite en el dmbito del Estado, mati- zando y prectsando el alcance que tendria Ia vulnerabilided de la clase dominante frente a su acclonsr. En efecto, la pérdida del con- trol politico del aparsto estatal habris tenido como principal conse- cuenela una clerta incapacidsd para instrumentarlo y resolver siste- méticamente a su favor las controversias tuncionales, los “conflic- tos distributistas", engendrados por las fluctuaciones que afectan fa la economia argentina. Si el margen de actividad estatal se ha etinido de manera tan estrecha no es por azar. Ello responde al ‘una modificacién de la estructura interna del capitalismo en Argen- om eater Seti cee Se oo ELSES eer ee ‘cuando In clase dominante lero, su principal objetivo no jcaciones producidas en el inte. campo de accién, ya que el precio lo no siempre es asequible. Mas bien sus lograr otros apoyos del poder estatal, even: rior del Estado y_restringir su {que deberia pagarse por ell emandas se orientan tualmente amplisndo atin ccurrié durante la erisis de ‘mis algunas de sus funciones (como In década de 1990) y tratando de des- arcialmente las transformaciones. producidas ‘mientras habla quedado fuera Estas tentativas se vinculan « mentido con’ si, re Gear i ‘Geer ie St dS ‘iota Pero ing fooootrar sade #00” es para vari & fondo lid ax canoes 7 Peete ond 1 control politico del Estado resulta, pues, um tema fundamen- tal. Pero je6mo se lo podia dirimir? Todo lo dicho hasta abora La respuesta histérica a esta singular situaciéa es comocida: fue ‘imposible consolidar un régimen politico legal, unico, viable y unk versalmente aceptado. La alternancia se dio entonces por la suce- ssién entre periodos en los que funcioné un sistema democritica ‘amplio de eleccién de goblernos y otros en los que las elecciones se Umitaban o los goblernos fueron impuestos por la fuerea. Para lo cual la clase dominante apelé tres recursos bésioos: ‘con solides en la concienca de Ia mayoria de In po. DiaciGn y-que, por consiguiente, se fue creando una suerte de “ais. Pontbilidad ideolégica” en el pais. 4a segunda consecuencia fue el aumento de la eutonomis poll: fica del Estado en general y de las fuerzas armadas en especial. Ciones puiblicas, tomaron inictativas en el'terreno social y econdmi ©0. Con dispares éxitos y tracasos, segin engranaran con demandas BOLSA DE COMERCIO DE BUENOS EB Borie, Centar AIRES (1954), La Bose de Co- stallo (1572), Et orden ‘ire. conservader (Sudamericana, Buena CANTON, Dario (196), 190 1916» 16 aces hese TEMIAD em éroas de como: : Angel (15 i a - ere pli 118 tna (Boe ne Mithril regimen de ta 10. 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F (906), The couse of German Ritory Hamish Ham ton, Londres). HH APENDICES - Apéndice 1 EJEMPLOS DE “HISTORIAS DE VIDA” ls provincia de Buenos Aires, fue un destacado hombre piblico. ‘Al poco tiempo de graduarse como abogado asistis «ls guerra del ‘Fue elogido diputado de 1a Legisietura en varios periodos (1867- 1869 y 1672), en cirounstancias en que ejercia las funciones de juez do Buenos Aires y académico titular de ls Facultad de Huma- nidades. El presidente Roca lo design rector del Colegio Nacio- hal de la Capital, cargo que ocupé durante 6 afios. Para esos mis- ‘mos afos fue designado director del Ferrocarril Oeste, Cuando et 182 | 14 cam sonore tr 24 amaners Neco fue reelecto diputado nacional, Juéres Celman lo nombré ministro 4e Justia, Culto e Instrucciéa Publica, cargo que acepts pero al que renuneié poco antes del estaltido de ln revolucidn que derrocd a ‘quel candidato. Poco tiempo después, Carlos Pellegrin! le ofrecis 1s cartera de Justicia pero se negé a aceptaria. Sin embargo, acom- —-paBié al presidente Roque Séens Pefia como ministro de Justicia, fe Ia presidencia de Uriburu, en 1895, desempeSé interinamente la cartera del Interior y con cardcter titular ls de Relaciones Exterio- res y Culto, cargo que volvié a ocupar durante la sogunda pres!- dencia de Roca pare 1898 ‘Escribio un Tratado de Derecho Internacional Publlco; Extu- dios sobre el Cédigo de Comercio; Las garantias constituctonales; Proyecto de Cédigo Penal y Militar, en colaboracién con AristSbulo ‘del Valle, Estanislao Zeballos, etc.; Proyecto de Codigo de Procedi- ‘mientos en Materia Ctoil, en colaboracién con el Dr. Zeballos, Ma- ‘uel Obarrio, y los coroneles Daniel de Solier y Simén Santa Cruz. ‘Su hijo Santiago Alcorta se dedicé al comercio, realizando sus ‘estudios de economia en universidades europeas. Cuando regress al pals, en 1867, actué como tuncionario publico, En 1867 fue ele- ‘do diputado por el partido de Moreno. En 1870 fue enviado a In ‘Asamblea Constituyente y prepard la reforms constitucional de Bue- nnos Aires promulgada en 1873. Pue reelecto diputado nacional, cargo ‘que ejerci6 entre 1873 y 1878, A €l se deben leyes de correos y telégrafos, obras publicas, etc. Fue ministro de gobierno de Carlos Tejedor.y, luego de la revolu: ci6n, de 1881 2 1891, En 1892 se lo nombré mlembro de I Comisién de Reforma ‘Hlectoral. Ademds ocupé altos cargos en Ia Municipalidnd do Bue- ros Aires. Fue director del Ferrocarril Oeste, de los bancos #ipo- ‘ecario y de In Provincia. Teodoro de Bary Don Teodoro de Bary es uno de los primeros financistas de la Ar- gentina, Nacido en Barmen, Alemania, en 1845, cursé sus estudios cen su cludad natal y en Lyons y emigré a Ia Argentina cuando tenia vveintiin afios, en 1866, comisionado por Is casa Bemberg y. Cia, en ts que mis tarde desempefié el cargo de apoderado. ‘Estuvo fntimamente vinculado coh Ernesto Tornguist en sus cextensas operaciones financieras y fue socio de Is casa desde 1881, permaneciendo en elia durante cerca de trelnta afios. Participé en Sociedad con Tornquist en importantes empresas industriales, co- ‘Deportista jcocomodoro del Argentina Yachting fentusiasta, fue vi et ad cup y miombro de varias instituciones destacadas en la Argent Vicente L. Casares . Buenos Aires en tcendado, financista y lepislador. Nacido en Fue Tha, ao dodiod deade muy Joven a ins tarens agropocuaris, ue quien introdujo en el pais los tipos mss de la riquesa gm Guropea y un propulsor destacado del desarrollo fadera, As{es que en 1871 exports trigo dele Argentina. “Ademas de ‘ser activo colsborador de Pellegrin, fue dipwlate a Tegisiotura de Buenos Aires, en 1076; presidente 194 | 14 cam snc ster, nome Pablico de Js provincia y miembro de la Comisién de! Ferrocarril 8 Cafimeias, en 1884. lezate Cazares 15 bectires on casos Soe ASS ene aes Rectres a fraatice © Caras" stare Secures paige Antonio Devoto ‘Al sefior Antonio Devoto le corresponde uno de los rangos mAs pro- ‘inentes entre las personas que, con su sccidn efleas, han infludo ‘otablemente en el desarrollo y deseavolvimiento de la Repdblica, tanto en cuanto se reflere a las industrias manufacturéras, obras Piiblicas, comerelo de importacién y exportacién, banca y finanzas, ‘Como en cuanto se relaciona con 1s producciéa general del pais, en Ja colonizacién, agriculture y ganaderia. Fn todas estas manifesta- Giones de la actividad humana, el sefior Antonio Devoto ha actuado siempre, por espacio de mis de medio siglo, en primera linen, La ‘importante casa que fundé bajo el rubro Antonio Devoto y Herma 10, al frente de la cual estaba el sefior Antonio Devoto como jefe, ¥ Su hermano don Bartolomé como socio, ha ocupado desde el aiid 41855 uno de los puestos més avanzados en tos eirculos comerciales de esta plaza, y hoy el sefior Devoto, que podria haberse retirado de Ja vida active a disfrutar de una sen srg mn a 15000 Eine ao Ethno. et Ee es a ote =e cose Sot a nme SERIE i a en po cn cont te ie sushi ia se Ese 23 pa res ct we mt cas estén dodioadas De aus, mas connen hacen fina y ora et ded ss acteate, a Mage arn 2 ve nea. a ast ‘aries ‘ocupando Ia Jutlccimiesvas era de 24.550 hecereas, ocupendo os so eloe in ona mis rica 7 mds ferax de la Repubiicn Fe vss eliclos de ert Capital fueron adquiides unos, 7 ofileadon oboe, por ¥ pes del Rlschuelo y el conducto de desagtle que llega a Borazategui, en 92 Emilio Frers ‘Era una persona muy distinguida de ts sociedad argentina; fue pre- ‘dente de Ia Sociedad Rural Argentina y ex presidente de ls Expo “dicldn’ Internactonal Agricola det Centenario. ‘Naclé en Buenos Alres en noviembre de 1854 y era el hijo ma- yor del setior German Frers (...). El doctor Emiilo Prers fue edt ‘ado por su seor padre, y al terminar el curso en Ia Universidad dde Buenos Atres se gradus de doctor en Derecho, pero sbandoné su profesién para dedicarse al trabajo rural, en donde encontré mayor ‘campo de operaciones para sus aficiones y para sus estudios expert: ‘mentales y eoondmicos. Ha distribuldo su tiempo entre ou estable- ‘cimiento de “elevaje”, que ba alcanrado mucha fama, y e! mundo ‘social ¢ intelectual de’ Buenos Aires. ‘Sus trabajos en pro de la reforma agraria y progreso rural Ie ‘han valido mucha distincién. Fue socio de varias ssoctaciones nar clonales y extranjeras y era uno de los miembros més activos de ln Sociedad Rural Argentina, de Ia que fue presidente por segunda ves. En 1893 fue nombrado director de Agricultura, Tierras y Colo- nas, cargo al que dimitié pronto por rarones politicas. El doctor Prers nunca tuvo ninguna fnelinaciin politica, y no era politico, en ‘el verdadero santido de Ia palabra ea !s Argentina, pero habia toma do parte en todos los movimlentos politicos del pals, Tomé parte fen In revolucién de 1880, contra el gobierno, y sirvié en el Batallon {de Pusileros, como se Usmnaba entonces. En 1887 figuré entre los par- ‘idarios del doctor Eduardo Costa, aspirante al cargo de gobernador do la provinela de Buenos Aires, y desde entonces estuvo afitiado ‘ala ‘equlerds, Sus principlos eran antirrevolucionarios, pero esto zo le impldié tomar parte en el movimiento politica que siguié «ls revotucién de 1890. "El doctor Frers fue elegido senador por 1s provincia de Buc- nos Aires en 1854, pero dimltié para posesionarse de la cartera de (Obras Publicas en el goblerno provincial. Pas6 cuatro afios en ese ‘Ministerio, en los que Strajo la atencién nacional y ls del extranjero. ‘Al analisar su primer informe ministerial, el Times de Londres 4e rindié un excelente tributo que fue muy bien recitido por ls pren- ‘sa nacional. 'No obstante 1os pocos fondos de Ins arcas provinciales, el doctor ‘Prers logré acelerar la construccién de ferrocarriles,teléfonos, puen ‘tes ¥ caminos y mejor6 el puerto de La Plata. ‘En 1896 el presidente Roca le contié la organtzaciéa del Minis- terlo Naclonal de Agricultura; a é1 correspondié gran parte de Is ejecactin del proyecta y entre otras cosas logré recuperar para el 188 | 14 came sommes 4 snooeres ume ‘deme Ge cargo do preieaie doa Socata aa ret fe peau Peg go. Soca nant cretion Poplar Argentine, que ea Hayor cooperating mens Gu eee? Samuel H. Hale - Al mismo tiempo, el sefior Hale se ocupaba de los asuntos ban- FAMpreriones, op. cl. Emo Prere contaba, sdemds, com 3.750 bas. en Car "TR propledaaes ‘compresdaa’ ia siguientes vm es ae Eee, ei ater SL ire sore ESRD ‘Puente: Catastro de la Province de Buenos Aires en 110, | | i carlos, en combinaciéa con ls Baring Brothers, Plerpont Morgan, ‘Merton Rose ¥ Cia, y otras, emitlendo empréstitos para el Gobierno ‘Nacional y no pooos goblernos provinciales. ‘En 1888 se ooupé de contratar la construccién de las Obras Se- nitariag, aguas corrientes y desagties de ia capital. 'El sefior Hale fue un préspero terratentente = quien pertenecia, 1a estancla Hl Tutay, sttunda en el partido-de-Carmen de Areoo, a dos. Ieguas del pueblo del mismo nombre. Esta famosa estancia “tiene ‘una extensiéa de cuatro leguas cuadradas de los mejores campos de Ia provincia, con ondulaciones muy poco promunciadas en su f- perficle. Frio Areco atraviess el campo por el éngulo sud en un espacio de § a 6.000 varas, El campo enclerra también una parte de Ie laguna del ‘Tatay, de donde sale una cafiada que In desagua en el Mo Areoo. Hl terreno es alto en general y cublerto de ricos ¥ espe- 0s pastes, que se crian también en la eafiada, muy poco honds ¥ donde las aguas se detienen apenas muy poco’ tiempo”. ‘Pue durante muchos afios director del Banco de Is Provincis, del Banco Comercial, de Ia Compatis Primitiva de Gas, del Perroca’ tril del Oeste, miembro de la Municipalidad, vicepresidente de In Sociedad Rural entre 1868 y 1870. Miguel Alfredo Martinez de Hoz (1867-1935) Don Miguel A. Martiner de Hor fue “envisdo a Jos ocho afios de ‘edad a un colegio de Inglaterra. Como su familia era catslica roms- tna, se le puso en el Colegio de San Pedro, Woburn Park, cerca de ‘Weybridge, Dicho colegio se establecié para prover educaciéa pri- maria y secundaria en Eaton y Harrow, para los hijos de las fami Ins catélloas inglosas. i sefior Martines de Hox permanecié en este colegio hasta 1886, y tuvo por condiscipulos a muchos lores ingle- ses; al abandonarlo se fue & pasar tres affos en Francia y Alemania para adquirir lor idiomas de esos paises. A los veintidds afios volvis ‘2 su patria para cuidar su hacienda patrimonial y permanecis en ‘Argentina once afos, hasta 1900, sin ir a Buropa. “Transformé grandemente sus propiedades y conquist6 una gran reputacion como labrador ¥ gansdero perspicaz y de recursos. En 1892 se cas6 con la sefiorita Acevedo, hija de una conocida familia de Montevideo y tuvo dos hijos que estén en Eaton, y una hij Desde 1900 puede decirse que ha sentado su domicilio en Inglaterra, ‘tenlendo un gran apego a ln vida social y deportiva que en ese pals se hace. ‘Cuando en 1889 volvis al pats, tomé a su cargo la administra clén de sus estancias: Chapadmalai, Las Tunas, Quequén y Burzaco; 1 mayoria de ellas ublcadas en la’ zona-sureste de la provincia de Eduardo Olivera El sefior Olivera nacié en Buenos Aires en 1828. A 10s 15 efios toms 8 su cargo In administracion de la cabafia Los Remedios, stable. J & los trese afios abandoné su trangullo ‘ida por su padre. Luogo cursé sus estudios de Agricultura en Buro- hoger en austria, y entré de mooo de edmara ea una pequete ee 74 Pay ve Eadud de Ingeniro teréowno oa of Aenea wee San Martin, Rivadavia, Puc Luca, e! poeta Juan Cruz rigis. 1 sefor Olivera fue nombrado tambiéa gerente de la estancia ‘La Olivers, establecida en 1881, y més tarde desempelé el cargo {de director, permaneciendo en éi durante catoree afios. Durante ese tempo ocupé varios cargos piblicos honorarios. En 1891 fue nom- ‘Cuando lquidaron La Olivers, que contribuyé al fomento de Js oria de lanares y vacunos en la Argentina, el seGior Olivera esta Dlecis en 1903 In firms Carlos C. Olivera @ hijos. De sus cuatro ‘nijos, el sefior Eduardo Olivera es el mds conocido en los cfreulos comerciales y financieros de Buenos Aires, ¥ los sefiores Altredo, Carlos y Nicanor Olivera estén encargados de diferentes secciones del negocio, ‘Su quinta de Floresta, donde plants un hermoso parque, se con- QS, itis en un parque munftpal. Tambien su Interyncin dzecta 194 | 24 case sommes 2 ammo nem eee nn at pie ees n= Se ieuiern cegerth tenes tee ee fat ment entrae ie noes nia cote gee PAS es Se sre eae ochre bema'y oe ies Se es Sateen meneame iowa et sateen meee nee Ramdén Santamarina e Hijos Ex todos os dmbltos de in Republica ta firma Santamarina e Hljos 5 reconocids como ups de las casas comerciales mas poderosas y ‘mejor conceptusdas el pais. Esta progresista firma ee conocida Piedades, estanciera, etoétera. Posee grandes extensiones de’ calm. Pos en las provincias de Oérdoba, Buenos Aires, Santa Fe, Santiago ‘del Estero y en los territorios nacionales, donde tlane cxoelentes vacunos de Ia mejor sangria. EI fundador de esta casa, don Ra. "on Santamarina, personificacién de In labpriosidad y perseveran. 6 mejor fortuna se tue a Tandil, tomando, afics después, gran parts fn el desarrollo de la ciudad. Ea exe entonoes so matabe alt mucha Ihaclenda diariamente, y lo que mis valor tenia era el cuero. Habis $7 difioltad de transportario e Bucnos Aires, 7's ese fin el sefor Santamarina dedicé tods su atencién. Con este objeto adquirs dos carrelas de bueyes para efectuar el transporte de cueTos; este ni: ‘mero suments pronto » 24. La primera carrete del sefor Santamn ‘Hijos se transformé en una compafia por seciones en 1902. Pastor Senillosa ‘Era uno de los propietarios més ricos de la Republica y de los més ‘conccidos criadores de ganado puro, El sefior Pastor Senillosa nacié ‘en Buenos Aires en 1841 y fue eduoado en el pais. ‘Su padre fue quien junto con el ingeniero Pellegrin! construys <1 antiguo Teatro Colén y el edificio de la Aduana. Fueron ellos quie- nes abrieron también las avenidas Callao y Entre Rios. Fue presidente de la Caja de Conversidn y miembro del direc: torlo del Banco de la Provincia. Fue también presidente del Saladero Bahia Blanea, y de la Compafia Nacional de Forrajes, tesorero del ‘Sindieato Linero, y mlembro del directorio de Ia Compaiiia de Se- ures La Estrella. Rectbié més de cien medallas por animales exhibidos en dife- rentes exposiciones, y en ls exposicin de San Luis, en 1904, obtuvo ‘medalla de oro por lina y de plata por cereales. Durante el aiio 1009 vendi 1.500.000 kilos de Tana y la ganancia neta en la venta de {rigo y avena, cultivados en sus propiedades, ascendié a unos 75.000 Pesos moneda nacional. Su estancia principal era San Felipe, si- funda en Pirin, Ferrocarril Sud, con 8.500 bas. En ellas posela entre 8.000 y 10.000 cabezas de vacunos y unos 40.000 lanares Rambouillet ¥ Lincoln. Em dicha estancia habfa también una cremeria equipada ‘con maquinarias modernas, con una produecién muy considerable. Parte importante de la explotacién estaba dedicada la agricaltu- "a, En la estacién Zorrilla, en Rio Negro, el sefior Seniliosn tenta la fstancia Patréin Chico, de 26.500 has. Durante mucho tiempo fue edicada para el pestoreo de 70.000 lanares, pero Tuego fue usa dia para cultivos diversos. En Puerto Sen Antonio poseia Ia estancia Bajo del Novillo de 7.500 has, y en Salta tenis otra estancia Dama- da Estancia Grande, de 60,000 has, en ‘donde, ademés de otras ac tividedes agropecuatias, se dedicaba a ln explotacién forestal. Era ~ también propietario de varias chacras ex Bahia’ Blanca -y General ‘Belgrano. Ernesto Tornquist ‘Su padre, Jorge Pedro T., nacido en Hamburgo, legs a la Argentina fen 1623. Uno de sus primeros negocios fie una casa importadora de ‘alfombras; con una sucursal en Montevideo, Contaba también con ‘un arco en The British Packet and Argentine News. Jorge Torn- ‘quist se casé con Rosa Camusso y Alsina. Emesto Tomnquist nacié en Buenos Aires en 1842, en tiempos de Rosas y se edues en el volegio de Germain Frers. Cureé luego sus festudios en Alemania, en Crefeld, en las famosas escuelas comercia- Jes alemanas de aquella época. Nobles, altos comerciantes, banque- os de Europa enviaban a sus hifos a ‘estas escueles para que una ‘ves conchuidos sus estudios se dispersasen por todos los meresdos ‘del mundo y Hegasen a representar en ellos a las fitmas industriales, comerciales y financleras més importantes. El joven argentino vol- ‘vid a los 16 afios, en 1859. Subsistin por entonces la casa Bunge, ‘Bomefeld y Ci, fundada en 1830. Bn 1850 Adam Altgelt, sobrino de ‘Bunge, so asocia a Herman Perber y in firma se transforma en Alt- gelt, Perber y Cia. Los antecedentes de In casa Tornquist provienen de esta época, ya que Ernesto Tornquist se incorpora como emples- ddo de la firma. En 1872 se casa con Rosa Altgelt. A su vez, la vincw Iscién con Tornquist proviene de que Altgelt era casado con la hermana de Ernesto Tornquist. ‘Cuando en 1866 Js firma toms el nombre de Ferber, Huhm y Gia, Emesto Tornquist tenfa 24 afios y fue nombrado spoderado de Ja misma y socio poco tiempo después. En 1873 se anuncia uns reno- vvaci6n del contrato social, transforméndose la sociedad en Exnes- to Tornguist y Cia, con un capital de 1.500.000 francos belgas. Torn quist, que ya era gerente de ln casa desde 1871, va aumentando el capital a 3.000.000 Frs. en 1879; cinco sfios después a 8.000.000 Frs., 12.000-000 en 1899, para Llegar en 1906 a 7.500.000 pesos oro, cuando ‘50 constituye en sociedad anénima, ‘Una de las primeras decisiones de Ernesto Tornquist es Ia de enviar a su amigo Alberto de Bary a Amberes para que actie como representante de la firma, logrando asi mantener screcentar el a Por ‘auajo el gobierao Dombra una comisén en la cual Torn- on ree ‘La comisién recomiends 1s instalacién 1s mayoria de in comision (Estanislao STurado, Exiio Duportal y Barique Sumbled) Maria ‘dal 6% sobre Jos pri. preponisn un interés oficiaimente garantido 198 | ut exam veut 2 ammo ome, exportar con procedimientos modernos, la minora (. ‘Tornguist 4. Blurdo Caber) propuso la pris de ut poo por eae exper cuaiquier forma que no fuera ‘tasajo. El gobierno opts Ja primera sunque calculads al kilo. Lect 1882 Drabble habia fundado River Plate Presh Meat en Cam- Sareea meet a seat yee a aoe ee et ese go geese Sos as ce ge ge nts BR a terres En 1806 adguiris los campor del Fuerte Argnting quo fundara ‘sina ‘en 1876 (amado Paso de los Calenes), en 1905 Se transfor {atria ex el petido de la Serra pare converte en 1910 en el Par fido Toraqult. ‘a Soledad Tornquist trajo de Buropa colonos suis y slema- nes para dedicarios preferentamente a las tareas ngricolas. En lise transforma en SA Estancias 7 Colonias Toroqust Ia sociedad en comandita ‘Estancias Tormqulst y Cla Las dos estar las principales Manatiaes 7 la Ventana. posean eatocees 105 Oveas 74.097 racunos, Aloe yu exntentes, fue adqurteno mls cat os en la provincia de Buenos Alves, liegg en Cordoba y San Luis "8 que para 1007 la sociedad cuenta cot rs de 100.000 has do: iciiss'8 ia apieultara y A pastoreo, Entre las expres agrope- esmerice ta “rasmus oe re” | 199 ceuarias vinculadas a la casa Tornquist se destaca S.A. Estancias y Colonias Curumalén, que comprende 250.000 has, en el sur de la provincia de Buenos Aires, Esta compafia fue fundada en 1902 cuan- do adquiere el activo ¥ ol pasivo de la Curumalan Land Co. Ltd. Estas Herras fueron colonizadas y vendidas e largo plazo a campesinos europeos. Curumaldn no sélo se dedicé al cultivo de la terra, sino ‘que Ia sociedad también instalé al una cabafia de vacunos, ianares youariaos ‘que tuvo gran importancia para refinar los gansdos de “En 1904 fundé Ia estancia La Verde en Santa Fe, con unas 24.500 hnectéreas y 80.000 cabezas de gunado vacuno y cabellar. ‘Junto con Domingo Funes y otros formé el sindicato Le Buent Bsperanza en San Luis y compraron, en 1904, 12500 has. que fue- Fon colonizadas y lotesdas en mu mayorta, 7 otra parte poblada ‘La Compatia de Productos Kemmenich contribuyé, subsidiando parte de las 250.000 has. entre pequefios propletarios, reservando ‘grandes extensiones de campo para la cris de invernada de ganado ‘que abastecta a los trigortticos. Bntre otras actividades se ocupé de inversiones hipotecarias. En 1896 constituys en Amberes Is S.A. Industrielle et Pastorale Sud Americaine, cuyo objetivo eran los préstamos bipotecarios ¥ las fnversiones en tierras. También en esta oportunidad Alberto de Bary actuaba como de la casa Tornquist en Bélgica. ‘Exnesto T. valuabe, en 10907, e! total de las operaciones hipotecerias hhechas con capitales extranjeros en el pais en frs. 90.000.000 (o sea 45,360,000 pesos oro). Ya para 1900 E:T. habla obtenido por inter- medio de aquelia sociedad belga, un acuerdo con el Orédito Terri torial Argentino. Esta sociedad fue creacién de los grandes bancos franceses, La Société Générale y el Comptoir National. En su primer ejercicio, Ia Compania efectué préstamos por 56 millones de fran- os provenientes de capital y obligaciones emitidos en Francia; al- gunos afos més tarde los préstamos alcanzaron a 227.000.000 de francos. Ta firma Tornquist tenia ademés Is representacién de otras importantes sociedades belgas como el Banco Belga de Préstamos Territoriales, el Banco de Amberes, ln Caja Hipotecaria Amberess, 10s. cuales liegaron @ tener colocados en préstamos hipotecarios en el ‘pats alrededor de 150 millones de frances. Tornquist se hizo cargo también de la construccién de un ferrocarril en las zonas boscosas de Santiago del Estero, En 1902 constituyé la Sociedad Belga Ar- gentina de Ferrocarriles. La primera estacién fue insugurada en 1903 y Ia ultima en 1904 extendiéndose In linea de'Tintina hasta ‘ASiatuya. De all{ que se ocupara del negocio del quebracho. Con Iss 220 leguas compradas para el ferrocarril o precio de 200 | U4 am sonrunens tamer oO costo al sindlesto Zuberbunler, y de acuerdo 2 las condiciones de fomento que se requerian para ia construccién de ferrocarriles, fun- 46 en 1906.Ja Sociedad .Andotma Quebrachales. Tintins, En realt- chamente vinculado, En 1905 eres Crédito Ferrocarrilero Argentino, S.A, con la que financié la prolongacién de ls linea de San Cristobal 2 Santa Pe, con sus capltales y los provenientes de Inglaterra, Ale- mania y Béigica! Luis E. Zuberbuhler Hl doctor Luis Zuberbubler ha sido presidente de la Bolsa de para el cultivo del lino, mais, avens, trigo, ete. EI sorgo constituye ‘una planta de gran utilided como notable forraje. También la slfal- {fa crece bien en muchos parajes. El sefior Zuberbubler, muy cono- ‘ido y Tespetado, tanto en los ctreulos comerciales como en los 50- clales, es presidente de la comisiGn encargada de In recoleccién de fondos para perpetuar la memoria de su amigo, el artinto doctor ‘Ramén Santamarina. El sefior Zoberbubler es socio del Jockey Club ‘¥-de otras asociaciones. _—-—-- - Apéndice 2 DIVERSIFICACION Y CONTROL DE LAS ACTIVIDADES ECONOMICAS A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX ‘en las bipstesis c) y d) (véanse pp. 146 y ss.). Este seria ‘tributes principeles que le habria permitido a la clase dominante crigirse justamente en el sector més alto de la escala social y por ‘obra del cual habria impulsado —sobre la base del dominio de los Tesortes fundamentales del esquema econdmico creado— el proceso i | | | 203 5 206 | cum poemeoere 4 sneer SN reverales expuestas por Sébato, sansa su apogeo y se cristaliza un ‘do de insereion en ia sociedad de un sector —al erupo mis pode oso de ia burguesia— que logra el control centralizado : ‘idades en las distintas reas de la activided sconémica.. ‘Para Ia reconstruceiéa de la red social de vineulaciones se rec 116 a fuentes econémicas de diverse fndole, junto con fuentes blo- ‘grifices (véase el listado al final de este anexo), que permitieron aquellos que las fuentes sefaaben como los mis prominentes “hora- bres de negocios” de Ia ciudad de Buenos Atres en ts ultima década el siglo pasado y las dos primeras del presente (ejempios Ge tra: yectorias consideradas tipicas se encuentran en el spéndice 1). Es- ta selecciom permitié constniir un “universo” de 648 casos en los aque, come veremos, predominan ios comerciantes y Snancistas por- trfos. Ei rastreo realizado apuntabe a definr a partiipaciin de Sdn Inavidao ef cura netviades econdeaias basieas:agTopeeuarss comerciales, financiers, fndustriaes 7 de transporte. AdemAs, 36 ‘edsisé la parcipecin en institaciones excuses como clertos cir Dus o corerstivay como is Sociedad Rural o ia Union industrial Tambign se Fegstraron las actividades polices © administatias tre ézbito nell, provincial © muncpal Ta informeciéa obvenida fue resumida y sistematicade. Para cade ‘aso oe establecé el tipo de actividad edondimice desarollads, fs actividad politica cando ésta exist, y In en int fuclones socltes o corporatiras, Pimalmente, el lstado de nombres foe crumdo con los datos sobre propletarios de terras en 18 Pro, ‘nln de Bucnos Aires oblenigos de los registro catatrales de 1690 de 190, 2 ‘Tomando en cuenta solamente las, actividades eoondmices, previeron las catoroe posible cambinaclanes de es que Examen 1) exclustaente rurales; 2) exlusivamente comerciales: 5) exausivetente Tnuncleres; 4) otras. actividades industrials, Tansortes) reniadag también en forma exclusiva; §) ruraes comerciales; 6) rurales y financieres; 1) ruraes y otras; €) comer- Sinles y Tnaneteras 9) comerciales y otras; 10) tinancieras y of {iy rules, comertaion y nancies; 12) rumles, comerciales ¥ jfot RMAC Y cura: fe Las cA BENEAS | 205 Actividades desempeindas por wn conjunte de earreszion ‘Becnos Aires 8 comienvos do siglo : ‘Resumen Ge 648 casoe) ‘Con catastro Tacorporando datos de 1890 Repistro Bdelberg th de tos th de tos Actividad _Contidad individuos Cantidad _tndinlduos inl ms wT 0 wo Comerciat a 680 “a ep Financiere 190 293 190 293 Otras mm 53. Ey S15 ‘Total actividades registradas 1.190 1.208 Promeaio ‘actividades or individuo 18 a9 Roras: 4) La suma de porcentajes éxcede el 100% debido m Jos individuos con milliples actividades. ») La columna que incorpora el “Registro de Edelberg” slo modifica el rmimero de actividades rurales repistradas. ©) La informacion de los catastros ha permitido confirmar las “activida: des rurales” detectadas en otras fuentes. El Registro Edelberg ha ppermitido detectar “actividades rurales” en 15 casos en las que estas rho hablan aparecido en las demas fuentes utiizadas. Ouéles fueron tos resultados? En el lstado compuesto por 648 casos, predominaban las actividades comerciales, seguidas Por Jas fodustriales y otras 1s rurales y finamente las tinancleras (ver Cuadro 1). Sin embargo, como para ia seleccién do los casos se parti de los “hombres de negocios” més destacados de Buenos At Fes, facible pensar que in slecién estd centrada en los prince pales comerclantes y fiacistas de In chudad. Pn el caso Ge los Drimeros ello resulta claro por el mismo predominio de la actividad comercial, Es menos evidente en el caso de los financistas; no obs- tanto, ef que ia setivided financlera orupe a cast el 20% do los co sos observados, slendo ésta una actividad mas eoncentrada, permite {nferir,que los,casos Seleccionades representan mds a comercantes 206 | 4 came nents tt amaner, mE + finanelstas urbanos que a otro tipo de hombres de negocios. Esto [implica que la informacion recopilada contiene un fuerte sesgo que debe tomarse en cuenta para cusiquier andlisis ulterior. Entre actividades rurales y comerciales alcanss 8 casi el 10% det ‘otal, el igual que las rurales, comerciales y otras. La combinacion ‘entre todos los sectores de Ia economia supera levemente el 6 %, en. fanto que is combinacion entre rurales y comerciales por une parte y Tomales y finsneieres por Is otra, aloanza en conjunto el 15%. Es de hacer notar que menos del 1% de los casos observados tiene Actividades exclustvamente rurales, en tanto que, como viéramos &n- terlormente (Cuadro 1), en més del 244% de le muestra se han de- tectado actividades rurales, en su mayoria combinadas con otras Actividades. EI hecho de que s6lo sparencan seis casos de indivi: Guos dedicados exclusivamente a actividades rurales confirma que in seleceién representa més a los empresarios de la cludsd de Bue nos Aires que @ los expresarios de la Argentina ea general. ‘Tal vez la tnformacién més significativa que nos permite er- traer el trabajo realizado resida en el hecho de que del totai de los gasos casi el 60% de los individuos combina dos o més activids- des; ea tanto sélo algo mds del 40% realiza uns sola actividad (ver Cusiro 3). ‘Como menciondramos anteriormente, 1a informacién recopilada tue completada con los datos proporcionado’ por los cstastros de la provincia de Buenos Aires. Esto nos permitié verifloar que de las Bis personas en las que hablamos detectado actividades agropectia Flas, 115 (el 18% del total) figuraban como propietarios de terras fen 1 Catastro de 1690. De esas 115 personas, 38 figuraban con su ‘nombre y apelido, en tanto que en 77 casos figuraban propietarios con el falsmo apeliido. Al introducir los datos correspondientes @ 18 ‘déeada del veinte, provenientes de la Guia Edelberg, comprobamos Simo propietarios de tierras en la provincia. De estas 66 personas, 11 Sguran con nombre y apellido, en tanto que en 76 casas lo que aparece es el apeliido familiar. Sin embargo, de scuerdo con la Ia Edefberg, eran propictarios de tierras quince individuos en "os casos no hsblamios podido detectar actividades agropecusrins. as, 2 exchisivamente comerciales y 4 oombinando actividades co- muerciales y “otras”. Dado el pequefio porcentaje que representan, festos 15 casos en relacién con el total, 1a introduccisn de los datos’ semasinescin Y comic me Las scram momiccas |.207 ‘correspondientes a la propiedad de Is tierra en la década del veinte ‘no modifies sustancialmente los resultados obtenidos. No obstante, dismninuye levemente el porventaje de indlviduos con una sola activi. dad e incrementa en ls misma proporcién el correspondiente a aqué- os que combinan dos o més actividades econémlcas (Cuadro 3). Coape0 2 Combinacién de actividades desempeiadas por un conjunto de empresarios de Buenos Aires (Resumen de 648 casos) (Con catastro—_‘Incorporanao de 1890 datos Registro ‘Edelberg ae % ae Cant: tos indl- Cant los indi- Tipo de actividad dad _viduos dad —_viduos 1 Buclusivamente rural 6 09 6 09 2 Exchusivamente comercial 11 17110168 3 Exolusivamente financiera 7% 0217.71 4 Otras (industriales, transportes, etc.) ee ry 5 Rurales y comerciales 33 oO a 6 Rurales y financieras 2 ae a 63 7 Rurales y otras 8 hs es 8 Comerciales y financiers 10 tae 0) a 9 Comerciales ¥ otras 13800 BM nT 10 Financieras’y otras 1 2 1 od 11 Rurales, comerciales y financleras Py a uf 3a otras 82 4 13 Comerciales, financieras a oe y otras 10 18 14 Rurales, comerciales, » Ed financieras y otras a Gr a 63 Totales 648 1000 481000 En sintesis, podemos decir que la informacién més significa nos in proporcions a allo poroentale de indliduoe que realizn dos (© més actividades. Pero si observamos esta informacién como To- Beptro Bde Cantidad indies % de tos | Das actividad Cantidad individuos ‘Dos ™ 47 Jie 3) ~~ i Toles Hi Bets co | mp ae me | eo eo Mis de dos” ae 303 22 a { —— As | Coumo 4 | Diversieacién de actividades de comercanies y financitas de ‘Buenos Aires a principios de sitio ee % Comerciantes (é4i) Revistro Edelberg a ee ae = #0 mas souvent a8 ah *3 Prnancites (10) ma ur 20 Fo mas soraatee femeswaes 8s ‘s fox emssncicat ¥ eure me as scrum omens | 209 presentativa en alguna medida de los comerciantes y financistas portefios, podemos apreciar que cast el 75 % de los primeros realiss os o més actividades, casi un tercio tres o mis actividades y cerca. del 10% cuatro actividades 0 més (Cuadro 4). En cuanto a los {inaneistas, los poreentajes son menores para Ios que realizan des © mis actividades pero mayores para los que realizan tres-sctivida es o més y cuntro actividades’o més: Precisamente, el grupo de individuos que desempefia cuatro actividades o més, como puede ‘verse en el Apéadice 1, retine algunos de los nombres més notorios do los hombres de negocios del Buenos Aires de la épocs. Final- ‘mente, cabe agregar que entre los 648 casos analizados winicamente hemos detectado actividades poltticas en 19 de ellos, lo que repre: senta un porosntaje menor del 3% del total ‘ssnadero, Buenos Aires, 1927. Anuaria comercial y bancario de la Republica Argentina, Buenos Aires, 19121913. Anwario general del comercio, de la industria, de 1a magistratura y de le administracion de Buenos Aires, 18541885, Aruaio intemactonal, guia comercial de la Republica Argentina, Bacoos ines, 19251926, fmarig Kea, Gula general de ta Repiblica Argentina, Buenos Aires, 18861908. nario nacional, gula general del comercio, de a industria y de ta pro ‘duccién, Buenos Aires, 103. Anuario Pilado de la deuda publica y de las sociedades antnimas esta: Plecidas en la Republica’ Argentina, 1898:1900, Arucrio popular, comercial y liererio, Buenos Aires, 1856, Aruario aristocrdtico de 1900, dirigo por Octavio C. Batolla, Buenos Ai- Tes, 190, Puenos Aes, Provincia: Reglstro Catastral de la Provincia de Buenos Aires, La Plata, 1895, CUTOLO, Vicente: Nuevo Diccionario Biogréfico Argentino, Buenos Ai rs, ior. : EDELBERG, Gregorio: Gula de Propictarios Rurales de la Provincia de Buenos Aires, 1923. Ediciones Veritas: Hombres de la Argentina, Diccionario Biogréfico Com tempordneo, Buenos Aires, 1946. Gata Social Argentina “Regar”, Buenos Aires, 1928. Gula Social de Buenos Aires, Buenos Aires 1928, Tmoresiones de ta Repiblica Argentina en el Siglo XX. Su histori, gen- te, comercio, industria y rqueca. Londres, 19th, (Quite €s Quien en tla Argentina, Kraft, Buenos Ares, 1933, UDAONDO, E-: Diccionario Biogrdfic Argentino, Buenos Aires, 1938, RIESGO Y ADOPCION DE TECNOLOGIA EN EL AGRO. CONSTRUCCION DE UN MODELO JORGE F. SABATO* 23 214 | 14 came smenee 4 wmaneRte Some retrégrada o al menos precapitalista, cuya influencia explica el atraso ampeano? 20 blen son el producto de una I6gica productiva espe- cial, no necesariamente precapitalista? ¥ en tal caso, ,cudl seria ese Vogiea? stes incdgnitas y peculiaridades se vinculan con grandes pro- Dlemas que plantes al pais la forma en que se explota In pamps. El deseprovechamiento de Ia pampa esté profundamente ligado ‘con el atraso general que sufre la Argentina. Actuaimente se ubico. ‘al pais, con razén, entre los “paises en desarrollo” o, menos eufem‘s- ticamente, entre los econémicemente subdesarrolndos. Como tal es lun caso mis entre decenas. Desde otro punto de vista constituye uns excepeién: es el tnico pais subdesarroliado entre los productores y exportadores de alimentos de zonas templadas que disponian de “tronteras abiertas” durante el siglo pasado. Este era un pequeio (srupo que inclufa, ademés de ta Argentina, al Canadd, Australia e, {ncluso, hasta clerto punto los Estados Unidos de América Entre paises del grupo. La bitureacién de las historias comenad-en la.déca- Ga del 30, pero recda Tue perclbida unos lustros mds tarde. Hs diticl discernr s, hasta ese momento, el desaproverhamlento de la papa ‘caus6 el subdesarrollo econdmico o si ocurrié a la tnversa. En cam bio, es indudable que desde 1940 el estancamiento de ls-produocida ‘ampeana constituyé.una de las trabas més poderoses que frenaron elerecimiento de Ia economia argentina ‘Ademds de este problema central, istpado en parte durante la cada de 1970 pero que quisds resurja en la del 80, la produccién Dampeana ocasioné tastornos mds inmediatos aunque no menos graves. a Entre ellos resaltan los originades por la produccién irregular de cada tipo de producto, Jn el eato de Ia care esta ocurre debido 2 los “ciclos” de alte y baja produccin, similares a los que bconte- cen en otros patses pero dotados aqui de particular agudeza y rap 12 Hsia 20 completa con Ucrnla. Su pertannncia suns naciio eigutee- oe 272 ogee an engo Uni Socks uty iret rac Pee eeeee co WS pre a cabs toreameriaes ne ce ‘etd Daido,

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