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40 ajios de COPE! éQUE TIPO DE PARTIDO ES COPEI? Arturo Sosa A. Una de las mas dificiles tareas intelectuales cn-el ambito de la politica es realizar una evaluacion politologica de los actores politicos en escena y particularmente de los partidos. A mediados del afio recién ‘terminado vio luz la obra del Dr. Ricardo Combellas, COPE!, ideologia y liderazgo (Caracas: Ariel, 1985, 339 pags.) como un serio intento de situarse en ese nivel de analisis. Al mismo tiempo, el XL. aniversario del partido socialcristiano vaa ser ocasion para lacelebracién de un Congreso {deolégico que podria también dar pie a algunas investigaciones de este orden. El presente articulo quiere aprovechar estas “coincidencias” ara presentar algunas reflexiones surgidas a partir de la lectura del libro del actual Director de la Escuela de Estudios Politicos y Administrativos de la UCV, y de la celebracion de los cuarenta afios de la fundacion del Partido COPE!. uulo no pretende sustituir el necesario analisis Politologico del socialcristianismo en Venezuela. Tampoco es un frio is académico de la obra de Combellas. Pretende, mas bien, ademas deuna reflexion critica sobre la investigaci6n realizada en la citada obra, sugerir-vétas de investigacion y puntos de andlisis no ceftidos estrictamente al marco por ella trazado. Un anilisis teérico-politico no puede prescindir del esfuerzo por caracterizar a COPE! como partido. La tentacién fécil es encasillarlo en las clasificaciones mas conocidas.y tenidas pedagdgicamente como “clasicas ', aunque hechas a partir de realidades y momentos historicos muy diferentes al vivido por COPE!. Sin despreciar como inspiradores es0s modelos tebricos, seria necesario tomar directamente en consideracién la propia especificidad del partido socialcristiano COPE! y las caracteristicas de la evolucién sociopolitica de Venezuela en sus cuatenta afios de existencia: El trabajo del Prof. Combellas nos ofrece ta oportunidad de aportar algo a ese esfuerzo de caracterizacion de COPE! a partir de.dos aspectos centrales: la cuestién ideol6gica y las cuestiones del liderazgo y organizacién interna del partido, Alrededor ‘de esos dos grandes ejes se ordenan estas reflexiones, 12 LA INVESTIGACION Y EL CONTEXTO POLITICO VENEZOLANO Proponerse como problema de in- vestigacién “el partido por dentro”, co- mo lo hace este libro (p. 24), se justifi- ca plenamente en el contexto politico venezolano. Combellas asume 1a clasifi ‘cacién de “democracia de masas” pa {os sistemas democréticos de las socie- dades modernas y considera los partidos como tas’ instituciones por excelencia mediadoras entre la sociedad civil y el Estado (p. 23). En las particulares re. laciones det sistema politico venezola- no esa descripcién resulta muy vaga ¥ requerirfa mayor precisi6n para conver- tirla en una categoria de andlisis de ma- Yor utilidad. Un primer dato a tomar en cuen- 1a es que dificilmente-la sociedad vene- zolana puede considerarse como una “sociedad moderna”. A lo mis se tra: ‘ta de-una sociedad en transito hacia la modernidad 0 en proceso de moderni zacién. Aun reconociendo la hegemo- nia del proyecto modernizador en os Liltimos cincuenta afios de vida venezo- lana, no podemos engatiarnos sobre et conjunto del proceso. Al igual que contramos sectores de la sociedad ya modernizados, conviven con ellos todas las “fases” posibles de acercamiento a la modernidad y permanecen todas las for- mas sociales y culturales de origen, ast como existen vastos sectores ‘“margina les” a ia modernidad, para usar una ter- minologia cara al socialeristianismo. De alli que més que una ‘“democracia de ‘masas” la nuestra sea una “‘democracia representativa"" no tanto porque se eli- jan 'representantes” de ellas, sino por- ue las decisiones son representativas de ese proyecto hegeménico que ha log do una extensa legitimidad través de las votaciones que si son ‘de masas"” Se ha hecho ya lenguaje comin at escribir el sistema politico venezolano denominarlo "democracia de partidos”. Esa formulacién apunta més claramen- te al tipo de “representacién” que se da en la democracia venezolana y en su mo- delo de toma de decisiones. Las “masas”, es decir, ese pueblo que ha experimenta- do cambios reales y vivido de ilusiones, fen el que conviven zonas de las diferen- tes “culturas”” que han formado el con- junto del pais, apenas se relacionan con las decisiones politicas en su nivel mas bajo, a saber, las votaciones quinquena: {es en las que se limitan a opinar sobre e! Partido (color) que va realmente a to: ‘mar las decisiones. Dentro de esa mai tuna minorfa, 1a formada por los militan- tes de los partidos, tiene acceso a otro nivel de participacion: realizar las “ta- reas” determinadas por la dirigencia par- tidista. Los partidos politicos venezolanos lo son propiamente mediadores entre luna inexistente sociedad civil y el Esta- do. Mas bien. son representantes de la modernidad, internamente controlados or una reducida élite modernizadora, y ue controian tas decisiones de ta més importante, pionera de las instituciones Y estructuras modernas en Venezuel el Estado. ' Esos mismos partidos, ade- ‘ms, orientan y dirigen a las masas en su transicion a la “tierra prometida”: 1a Venezuela moderna, Cuando hablamos de los partidos como representantes, de- bbe quedar bien claro que no los conside- ramos representantes del pueblo en su actual estado econ6mico-politico-cultu- ral hibrido, con tantas méculas del aso” pre-moderno, sino representan- tes del pueblo en su estadio final de evo- ucién: un pueblo de “ciudadanos”” Cipor eso se elogian, con un dejo de sor- presa, tas actitudes “cvicas” del pueblo cuando va a votar y otras manifestacio- ‘nes politicas). La encarnacién visible de ese estadio evolutivo son los Iideres del partido que, habiendo nacido en la cultura “tradicional-atrasada”, han he- ccho el camino, y hoy representan tanto la figura misma del ciudadano moderno ‘como la posibilidad de los demas det pueblo de Hlegar a ella. Nos atreverfamos @ decir que ta venezolana es una democracia populista en la que os partidos politicos cumplen una muy compleja funcién. Son ellos los Gnicos capaces de lograr masivas mo- vilizaciones sociales, incluyendo en ella 2 todos los estratos’y situaciones de la Poblacién. Son las instituciones que lo- gran la incorporacién, simulténeamente real e ilusoria, de esas.mismas masas en la vida politica con formas variadas (vo- tantes, militeintes, simpatizantes, cliente- lismo, recomendaciones...). Son los apa- ratos de poder que hacen posible que tuna minor‘a pueda impulsar el conjunto de los procesos sociales y, al tiempo, tomar las decisiones variadas de un Estado cada vez més grande y com- plejo, usando los multiples recursos.es- (== £££. 2... tatales como principal palanca del desa rrollo modernizador. Calificar de populista la democr: cia venezolana signifi¢a correr un alto iesgo conceptual. Populismo es una de esas palabras que todo el mundo usa con gran seriedad y que tanto quien la Pronuncia como quien la escucha cree entender. Por fo tanto, nadie se atreve 4 preguntarle a quien la usa qué esté di- indo con ella. De allf que cada uno Puede describir’o explicar realidades 0 relaciones diversas y crear la ilusion de que se esté hablando de lo mismo. No es éste el lugar apropiado para una ex- tensa discusi6n sobre e! populismo co- mo concepto tebrico-politico utilizable Para nuestra realidad. La literatura lati- oamericana sobre el tema es amplia ‘aunque nada homogénea y escasamente clarificadora tanto en el plano de la ex- plicacién de la realidad como en el de la teorla sociol6gica o politica, En lo que se refiere a Venezuela el término se ha usado més bien poco, y menos alin se ha intentado una elaboracién tebrica del mismo. Uso aqui el término, asumiendo todas las ventajas de su ambigiedad, pa- ra subrayar el carécter peculiar de nues+ tra democracia-representativa-de-parti- dos. Pop es una democracia y unos partidos en los que el pueblo no es sujeto principal, pero que han sido exi- tosos en lograr una fuerte vinculacién con ese pueblo en su globalidad y con cada uno de sus sectores en particular. El populismo més que como ideologia funciona como talante de las relaciones Politicas’de la sociedad venezolana en la ‘que se ha creado una estructura de toma de decisiones que hace necesaria referen- cia a la consulta masiva (votaciones) y supone un trabsjoso mecanismo de ne- Gociaciones con los més variados secto- res de la sociedad que han significado un aso de avance respecto de las formas autoritarias y autocréticas propias del largo ‘pasado dictatorial. Democracia Populista indica una realidad politica en la que realmente el pueblo no es quien Gobierna (por tanto, no es plenamente democracia) y en la que las decisiones Politicas y econémicas tienen que “'to- ‘mar en cuenta” a cada estrato de la po- blaci6n segin su poder real, ademés de las necesidades del pueblo para garanti Zar su permanencia, estabilided y legit ad. Finalmente, 1a investigacién opta Por el anélisis sincrénico frente al die- erénico tomando en cuenta enfoques teéricos como el'de Michels (ley de hie- rro de la oligarquia), Downs (los parti dos formulan politicas para ganar elec: ciones y no viceversa), Olsen y su légica de Ia accién colectiva, Duverger y Hun- tington. Utilize, ademés, ur bibliografia que comprende tieulos, documentos, pantletos, revistes ¥ periédicos, junto con 34 entrevistas @ dirigentes de COPE! con cargos partidi tas en el mortiento de la investigacién, Desde un interés més te6rico hubiera si- do deseable una mayor explicitacién de la metodologia que sirve de guia al desa- rrollo de 1a investigacién. Después de la lectura del libro puede quedar Ia sensa- clon de no haberle sacado todo el jugo al material disponible y de una cierta in- coherencia entre los diversos capitulo: or ejemplo, no se resalta la relacion en- tre la ingpiraci6n o principios doctrin: rios y la estructura organizativa, ni entre ‘aquella y ef desenvolvimiento real del li derazgo en la historia del partido o de su influjo en las relaciones partido-go- bierno (capitulo que, aparte del interés del tema, encaja como forzado en el conjunto, especialmente por su delimi taci6n al periodo 1974-1979). “ COPEI: UN PARTIDO PRINCIPISTA MAS QUE DOCTRINARIO Los partidos demécrata-cristianos fen general, y COPE! en particular, han insistido histéricamente en presentarse ‘como partidos doctrinarios, guiados en ‘su accién por las ideas que le sirven de identidad politica e institucional, en con- traposicion a partidos cuya aecién no el disfrute del ejercicio del poder polfti co. El estudio del Prof. Combellas hace tuna larga exposicin de las fuentes ideo- logicas de los partidos socialeris interesante y bien hecha introducci6n Para quien tenga curiosidad por inter- arse en el estudio de las ideas politicas en Venezuela, No se trata de un trata- ‘miento completo, pues no es el objetivo del trabajo. Ese recorrido reafirma la Percepcién muchas veces sefialada de que COPE! es un partido con principios ‘pero carente de que permita a esos principios encarnarse en Ia realidad ‘conereta de fas relaciones de poder de la sociedad venezolana en una forma més coherente con tales principios. Por eso decimos que no es tanto un partido doc trinario 0 ideotégico, es decir, capaz de Producir una interpretaci6n tebrica de la realidad en relacion sistemitica con su ‘actuacién politica en una sociedad cam- biante sino un partido que proclama in- sistentemente los mismos principios, de la misma forma abstracta, y actia segin {as circunstancias, es decir, mente”. La explicacion de fondo de esta caracteristica de COPE! y del conjunto del movimiento demécratacristiano tie- ine que ver con su peculiar relacién con la produccién teérica., Son partidos que ‘no se han preocupado directamente por el pensamiento tedrico-politico. Han to- mado sus principios y elementos tebri- 60s de fuera de ellos misinos: de la Igle- sia Catélica y su Doctrina Social, 0 de Pensadores Como. J. Maritain, E. Mou- rier, Lebret...qué no pensaron para ni ‘en algin partido demo-cristiano. Es de cir, COPE! ha fundado su accién politi- €a en un pénsamiento externo a 6! mis- mo. La escasa produccién ideolégica “pragmatica- de COPE! en sus cuarenta afios de vida en Venezuela tiene .més, qué ver con respuestas politicas a situaciones coyun- tirrales oa “emergencias” sociales que con la elaboracién de un proyecto poli- siento tico que, partiende de un conoci - rofund del medio en ve su acci6n y con una modelo de sociedad ideal al que quiere Hegar, trace el camino los pasos para realizario. El pirogietivo distanciamiento del Pensamiento catolico es una clara de- mostracion de esta caracteristica de la ccorriente socialeristiana. La inspiracién de autoreé cristianos y de ta propia Igie- sia al movimiento D.C. respondié a las condiciones especificas del_ momento historico Europeo marcado. por dos ‘querras mundiales. La acelerada evolu i6n del pensamiento cristiano en las dl- timas décadas, significada especialmente por el Concilio Vaticano It y el surgi- Imiento en toda la Iglesia de grupos que s@ esfuerzan por dar respuestas nuevas a situaciones inéditas hace’ que los parti- dos socialerstianos no representen més -tas,fuerzas émergentes del cristianismo, especialmente en América Latine. De alli que de un tiempo para acé el con- junto de organizaciones D.C. se empe- fien en presentarse eomo no-contesiona- tes (Cir. Combeltas, p. 45). El pens miento y la accién de los cristianos ha desbordado anipliamente el marco co ceptual y de actividad politica que dio origen a la D.C. Esta, por su parte, ha preferido anclarse en aque! momento a evolucionar junto con el conjunto de ta Iglesia, al menos en sus expresiones més notables como el Concilio Vaticano II y las Conferencias Generales del Episcopa- do Latinoamericano celebradas en Me- dellin (1968) Puebla (1979), También resulta signif “posicién del socialeristianismo frente, al 4 comunismo como ejemplo de una acti tud principista més que doctrinaria 0 tebrico-politica. Desde sus oric D.C. se autodefine como “tercera frente al capitalismo (individualista) y al comunismo (colectivista). Sin embargo, la actitud de principio lleva a un anti comunismo a la postre irracional. Como lo seftala Combellas: frente al capital ‘mo no hay una eritica antagénica, se ‘considera que éste puede “reformarse”, humanizarse... mientras que el comuni ‘mo “se concibe como el rival por anto- nomasia en la lucha antaggnica, frente al que hay que deslindarse” (p. 58). Una actitud principista que ha tle- vado a la D.C, a convertirse en portavoz de las posiciones més “derechistas” y ‘conservadores especialmente en la medi- da en que propuestas de inspiraci6n so- cialista han asumido, posiciones de ce tro 0 reformistas. Igualmente tos.adjetivos que usan los sociaicristianos para autocalificarse y expresar su identidad reafirman ese cs récter principista de su posicion ideol6- ica: se llaman populares porque aspiran al desarrollo de'ios pueblos para satisfa ‘cer sus necesidades (entendiendo por “pueblo” toda la poblacién de una ni cién (cf. VI Conferencia Mundial de la UMDC, SIC 383 (marzo 1976) pp. 100- 103 y 137-144); se llaman partido libe- rador porque profesan fa libertad como valor (ibidem)... ete. > MASAS, CUADROS, ELITES Y POPULISMO La tipificacion de los partidos “de masas” y “de cuadros” propuesta por Duverger en 1951 se ha convertido en referencia obligada a la hora de caracte- rizar cualquier partido politico. Para Venezuela es una distincién de escasa utilidad te6rica, pues ninguno. de los-- Partidos de figuracién nacional ha in- tentado estructurarse como “partido. de cuadros” (...""movimientos de personali: dades prominentes en diferentes campos ‘que. persiguen un objetivo concreto por lo general de participacién en unas elec- clones” (Njaim,, H. “El financiamiento de la maquinaria partidista en Venezue- la p. 25) Por tanto, todos son “parti- dos de masas” sui generis. Combellas (p. 311) caracteriza a COPE! como “partido de masas con ciertas matizaci nes” en cuanto es una organizacign per- manente, especializada, con una fuerte articulacién entre la base y la cdpula, un jderazgo a tiempo completo y ha desa- rrollado una burocracia profesional. Ademés posee un. modelo centralizado de toma de decisiones y su funcién va més allé de “ganar eleciones”. Sin em- bargo, los miltantes copeyanos no coi: Zan reqularmente de emanere que el par. tido tongs una autonomiafinancera res pecto de'os grandes capitlstas del pas, 10 que la élite directiva del partido no tiene més emedio que reunir “notables” para financar su actividad} “Notables Influyentes, en primer lugof,cuyo nom- bres prestigio 0 brillo servifin de fiador al candidato y le cosechartn votes: no tables ténicos, en segundo luge, que onozcan el arte de conducir 8 lor elec: tores y de organiza una campafa; nota bres financieros,fnalmente, que eBor- tan el nervio de Ia batalla” (Duverger, M. Los partidos politicos, 1969, . 94, al describir los “partidos de cuadros”). ’A nuestro entender, caracterizar a COPE! como partido requlere alejarse del e1quema propuesto por Duverger {en fo cual 6! estara, puede suponerse, perfectamente de acuerdo). COPE! es un partido que encuadra masas, gana tlecsignes (con fs frecuencia las pie de), poste una. numerose.militanc rigencia a tiempo completo una Diveccign Nacional y una estructura pe ra. "boiar {a linea" hasta et militant, Ademis, est dirgido efectivamente por: tna dite encabezada por el maximo di rigete, ts tideres fundadoresy quienes Controian,pareeas internas de poder artista, unto con eso el partido esta orgénicamente relacionado con las élites. del poder econdmico, cultural y politico nacional fuera del partido y tiene una uote importante en ta estructure del Estado, Con esis earacteriticas nos vemos muy tentados 8 volver aechar meno del Coneepto de poputismo pare ealificar el tipo de partido que es COPE!. El part do secaerstiano venezolano es un par tide populsta, Lo.cusl, ademas, parece ser une condiciOn indispensable pare el tito politico en el actual sista dmo- + erético venezolano. La estructura populista de COPE! conépira también contra la posibilidad de ser un partido-doctrinario. Asi to concluye Combellas después de analizar pormenorizadamente la organizacién in- terna y el liderazgo copeyano (p. 315+ 316). DEMOCRACIA INTERNA Y LIDERAZGO El estudio que comentamos dedi- ca un largo capitulo a la estructura orga- nizativa y otro a la cuestién det lideraz- 90, las tendencias y las “generaciones” ‘en COPE!, El primero es una descrip- cién pormenorizada de gran utilidad pa- Fa quien se interese por conocer la for- ma organizativa que requiere un partido ara cumplir las méltiples funciones que 16 exige su participacién en el funciona miento dé la democracia venézolana. y explicarse cémo pueden convivir ten- dencias y liderazgos relativamente repre- sentativos de intereses sociales diversos. El estudio de dicha organizacién confirma la existencia de una tendencia poder en el Comité Nacional corre para- lela a ta disminucion de I de la Convencién Nacional y los organis- mos de base. Més allé del organigrama complejo y visto en forma plana la orga- nizacién responde a las necesidades de un partido “triunfador” en una demo- cracia populist. La democracia interna es recono- ida en principiocomo métado para la se- leccion de los dirigentes del partido y ‘como participacién de los militantes en las decisiones politicas: “La posicion de! Partido no ha sido coherente en este as- ecto” (p. 313) pues fa cipula, a través de la reserva de los puestos salidores en las planchas, el predominio de los entes elecutivos sobre tas asambleas y le ins- inde los “miembros de derecho Democracia cuestién del liderazgo copeyano...El li- bro de Combellas intenta una apro» macion “generacional” al estudio de su origen, distinguiendo después entre rigentes (que pueden ser muchos y “por oficio") y los //deres que son poces y tienen un reconocimiento personal in- dependiente del cargo que ocupen en la estructura _organizativa del partido. Combellas introduce su tratamiento del tema del liderazgo (p. 203) asumiendo una interpretaci6n que se ha hecho co- ‘min en {a literatura politica venezola considerar el liderazgo en los partidos Post-gomecistas como una trasposicion del caudillismo decimonénico. Se trata de'una manera atractiva de tratar el pro- blema, pero en el fondo facil y cémoda intelectualmente. En efecto, cualquier intento de uno con precision del concep- to de “caudillismo” tal como se dio en la Venezuela pre-petrolera, basado en la Propiedad de la tierra y el ejercicio del po- der politico, apenas permite usar el tér. mino como metéfora y no como catego- fa analftica para calificar a los Iideres Partidistas La dificultad del tema hace que el autor se “cure en salud” y nos recuerde en una nota a pie de pégina que no pre- tende un tratamiento exhaustivo del te- ma para ofrecernos un capitulo mera- ‘mente descriptivo, en el que los nom: bres de los lideres no se justifican mas que por su uso, como si se tratara de tuna evidencia, y carente de una indaga- cién de las raices.relacién con la estruc- tura formal organizativa de! partido y las consecuencias de ese liderazgo. Nuevamente 1a ambigiedad de 1a categor'a populista aparece como més precisa para entender también el lideraz- 90 copeyano. Un partido populista, em- efiado en construir una democracia po- ulista, en una sociedad en pleno proce- 30 de transici6n a la modernidad, necesi ta un liderazgo también populist. En este caso el lider es 1a encarnacion de la élite modernizadora que ya ha compli resto del pueblo hacia ella, Un problema propio de este tipo de estructura es la posibilidad del “rele vo generacional” o de renovacién del li- derazgo. Un liderazgo con las caracteris." ticas descritas tiende 9 1a permanenci En el caso de los “fundadores” se hace mitico- simbética. Si el lider, ademés, se siente identificado con su papel y per- sonalmente responsable de la marcha de la historia, no hay, relevo posible. Com bellas afirma que “el relevo generacional ha sido intenso en el partido” (p. 313); sin embargo, A. Brewer-Carfas en el pré- (ogo (p. 20) parece indicar que la demo- eratizacién de la democracio venezolana debe comenzer por 1os propios partidos ¥ el “relevo generacional”’ es un elemen- to clave en esa transformacién. Combellas, ademés, indica que la Unidad de COPE! se ha mantenido, en: tre otros factores porque se ha dado ese relevo generacional (p. 314). Cuando trata el tema de las tendeicias internas las describe como no ideolégico-progra- éticas, sino referidas a estilos de con- ducci6n, al éxito politico del lider, tran- sitorias y como veh/culo de ascenso den- tro del partido (pp. 213-214). Hay, pues, tun reconocimiento de 18 pugna interna or el liderezgo del partido, que ha Ile vvado Hleva a alianzas variables internas, Desde afuera da ta impresion de que mas ue un “relevo generacional” lo que se ha dado en COPE! es una incorporacién dde gente més joven a cargos de responist- bilided en una estructura partidista que ha crecido enormemente. “Sin embargo, el acceso a esas posiciones esté intima mente relacionado con las “zona” in- ternas de poder de cada lider y con las confrontaciones entre ellos Es decir, mds que’ un relevo hay una reafirmaci del funcionamiento vertical y cantralista del liderazgo copeyano, propio de una estructura politica como la vigente en el pais. La razén de la unided puede estar ‘Ms vinculada al realismo politico que al efectivo “compartir” el pader de los 1i- eres. El autor que comentamos calif a. a COPE! como una “democracia p va" (p, 315) en ta que prevalece la cape- cided de avassllamiento de los ideres GOBIERNO Y FUTURO La obra incluye un cap/tulo sobre las relaciones partido-gobierno con espe- cial referencia al perfodo presidencial de Luis Herrera Campins. El tema es rele- La lectura vante y dificil de enfoca del capitulo dej camiento més tedrico. Daria la impre- sién de que el “problema” en las rele- Ciones partido-gobierno s6lo se presenta cuando el Presidente de la Repdblica no 5 el “Iider méximo” del partido. Inci- dde mucho en el andliss la cuestién de los “estilos’ personales de los Iideres que han ocupado la Presidencia, Ei mé- rito de este capitulo es el haber abierto mn un problema que requiere bbadas para poder hacer un examen més profundo de esas relaciones. De este estudio se despronde la ce- Pacidad que ha tenido COPE! de organi- Zarse como pilar de nuestra democracia Populista. De allf la fuerte repercusién que tienen los problemas del conjunto del sistema politico en la marcha del par- tido y viceversa. Una pregunta hacia el futuro es si COPE! se ha convertido en una maquinaria tan especializada que s6lo puede sobrevivir en las relaciones Propias de este sistema, o sea, si se ha convertido en un “‘dinosaurio polftico” incapaz de sobrevivir a la transforma. cién del medio, o si tiene real capacidad de no solo soportar sino también propi- cciar cambios estructurales que superen las actuales condiciones de vida politica del pueblo venezolano, 15.

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