40 ajios de COPE!
éQUE TIPO DE PARTIDO ES COPEI?
Arturo Sosa A.
Una de las mas dificiles tareas intelectuales cn-el ambito de la
politica es realizar una evaluacion politologica de los actores politicos en
escena y particularmente de los partidos. A mediados del afio recién
‘terminado vio luz la obra del Dr. Ricardo Combellas, COPE!, ideologia y
liderazgo (Caracas: Ariel, 1985, 339 pags.) como un serio intento de
situarse en ese nivel de analisis. Al mismo tiempo, el XL. aniversario del
partido socialcristiano vaa ser ocasion para lacelebracién de un Congreso
{deolégico que podria también dar pie a algunas investigaciones de
este orden. El presente articulo quiere aprovechar estas “coincidencias”
ara presentar algunas reflexiones surgidas a partir de la lectura del libro
del actual Director de la Escuela de Estudios Politicos y Administrativos
de la UCV, y de la celebracion de los cuarenta afios de la fundacion del
Partido COPE!.
uulo no pretende sustituir el necesario analisis
Politologico del socialcristianismo en Venezuela. Tampoco es un frio
is académico de la obra de Combellas. Pretende, mas bien, ademas
deuna reflexion critica sobre la investigaci6n realizada en la citada obra,
sugerir-vétas de investigacion y puntos de andlisis no ceftidos
estrictamente al marco por ella trazado.
Un anilisis teérico-politico no puede prescindir del esfuerzo por
caracterizar a COPE! como partido. La tentacién fécil es encasillarlo en
las clasificaciones mas conocidas.y tenidas pedagdgicamente como
“clasicas ', aunque hechas a partir de realidades y momentos historicos
muy diferentes al vivido por COPE!. Sin despreciar como inspiradores
es0s modelos tebricos, seria necesario tomar directamente en
consideracién la propia especificidad del partido socialcristiano COPE!
y las caracteristicas de la evolucién sociopolitica de Venezuela en sus
cuatenta afios de existencia: El trabajo del Prof. Combellas nos ofrece
ta oportunidad de aportar algo a ese esfuerzo de caracterizacion de
COPE! a partir de.dos aspectos centrales: la cuestién ideol6gica y las
cuestiones del liderazgo y organizacién interna del partido, Alrededor
‘de esos dos grandes ejes se ordenan estas reflexiones,
12
LA INVESTIGACION Y EL
CONTEXTO POLITICO
VENEZOLANO
Proponerse como problema de in-
vestigacién “el partido por dentro”, co-
mo lo hace este libro (p. 24), se justifi-
ca plenamente en el contexto politico
venezolano. Combellas asume 1a clasifi
‘cacién de “democracia de masas” pa
{os sistemas democréticos de las socie-
dades modernas y considera los partidos
como tas’ instituciones por excelencia
mediadoras entre la sociedad civil y el
Estado (p. 23). En las particulares re.
laciones det sistema politico venezola-
no esa descripcién resulta muy vaga ¥
requerirfa mayor precisi6n para conver-
tirla en una categoria de andlisis de ma-
Yor utilidad.
Un primer dato a tomar en cuen-
1a es que dificilmente-la sociedad vene-
zolana puede considerarse como una
“sociedad moderna”. A lo mis se tra:
‘ta de-una sociedad en transito hacia la
modernidad 0 en proceso de moderni
zacién. Aun reconociendo la hegemo-
nia del proyecto modernizador en os
Liltimos cincuenta afios de vida venezo-
lana, no podemos engatiarnos sobre et
conjunto del proceso. Al igual que
contramos sectores de la sociedad ya
modernizados, conviven con ellos todas
las “fases” posibles de acercamiento a la
modernidad y permanecen todas las for-
mas sociales y culturales de origen, ast
como existen vastos sectores ‘“margina
les” a ia modernidad, para usar una ter-
minologia cara al socialeristianismo. De
alli que més que una ‘“democracia de
‘masas” la nuestra sea una “‘democracia
representativa"" no tanto porque se eli-
jan 'representantes” de ellas, sino por-
ue las decisiones son representativas de
ese proyecto hegeménico que ha log
do una extensa legitimidad través de
las votaciones que si son ‘de masas"”
Se ha hecho ya lenguaje comin at
escribir el sistema politico venezolano
denominarlo "democracia de partidos”.
Esa formulacién apunta més claramen-
te al tipo de “representacién” que se da
en la democracia venezolana y en su mo-
delo de toma de decisiones. Las “masas”,
es decir, ese pueblo que ha experimenta-
do cambios reales y vivido de ilusiones,fen el que conviven zonas de las diferen-
tes “culturas”” que han formado el con-
junto del pais, apenas se relacionan con
las decisiones politicas en su nivel mas
bajo, a saber, las votaciones quinquena:
{es en las que se limitan a opinar sobre e!
Partido (color) que va realmente a to:
‘mar las decisiones. Dentro de esa mai
tuna minorfa, 1a formada por los militan-
tes de los partidos, tiene acceso a otro
nivel de participacion: realizar las “ta-
reas” determinadas por la dirigencia par-
tidista.
Los partidos politicos venezolanos
lo son propiamente mediadores entre
luna inexistente sociedad civil y el Esta-
do. Mas bien. son representantes de la
modernidad, internamente controlados
or una reducida élite modernizadora, y
ue controian tas decisiones de ta més
importante, pionera de las instituciones
Y estructuras modernas en Venezuel
el Estado. ' Esos mismos partidos, ade-
‘ms, orientan y dirigen a las masas en su
transicion a la “tierra prometida”: 1a
Venezuela moderna, Cuando hablamos
de los partidos como representantes, de-
bbe quedar bien claro que no los conside-
ramos representantes del pueblo en su
actual estado econ6mico-politico-cultu-
ral hibrido, con tantas méculas del
aso” pre-moderno, sino representan-
tes del pueblo en su estadio final de evo-
ucién: un pueblo de “ciudadanos””
Cipor eso se elogian, con un dejo de sor-
presa, tas actitudes “cvicas” del pueblo
cuando va a votar y otras manifestacio-
‘nes politicas). La encarnacién visible
de ese estadio evolutivo son los Iideres
del partido que, habiendo nacido en la
cultura “tradicional-atrasada”, han he-
ccho el camino, y hoy representan tanto
la figura misma del ciudadano moderno
‘como la posibilidad de los demas
det pueblo de Hlegar a ella.
Nos atreverfamos @ decir que ta
venezolana es una democracia populista
en la que os partidos politicos cumplen
una muy compleja funcién. Son ellos
los Gnicos capaces de lograr masivas mo-
vilizaciones sociales, incluyendo en ella
2 todos los estratos’y situaciones de la
Poblacién. Son las instituciones que lo-
gran la incorporacién, simulténeamente
real e ilusoria, de esas.mismas masas en
la vida politica con formas variadas (vo-
tantes, militeintes, simpatizantes, cliente-
lismo, recomendaciones...). Son los apa-
ratos de poder que hacen posible que
tuna minor‘a pueda impulsar el conjunto
de los procesos sociales y, al
tiempo, tomar las decisiones variadas de
un Estado cada vez més grande y com-
plejo, usando los multiples recursos.es-
(== £££. 2...
tatales como principal palanca del desa
rrollo modernizador.
Calificar de populista la democr:
cia venezolana signifi¢a correr un alto
iesgo conceptual. Populismo es una de
esas palabras que todo el mundo usa
con gran seriedad y que tanto quien la
Pronuncia como quien la escucha cree
entender. Por fo tanto, nadie se atreve
4 preguntarle a quien la usa qué esté di-
indo con ella. De allf que cada uno
Puede describir’o explicar realidades 0
relaciones diversas y crear la ilusion de
que se esté hablando de lo mismo. No
es éste el lugar apropiado para una ex-
tensa discusi6n sobre e! populismo co-
mo concepto tebrico-politico utilizable
Para nuestra realidad. La literatura lati-
oamericana sobre el tema es amplia
‘aunque nada homogénea y escasamente
clarificadora tanto en el plano de la ex-
plicacién de la realidad como en el de la
teorla sociol6gica o politica, En lo que
se refiere a Venezuela el término se ha
usado més bien poco, y menos alin se ha
intentado una elaboracién tebrica del
mismo. Uso aqui el término, asumiendo
todas las ventajas de su ambigiedad, pa-
ra subrayar el carécter peculiar de nues+
tra democracia-representativa-de-parti-
dos. Pop es una democracia y
unos partidos en los que el pueblo no es
sujeto principal, pero que han sido exi-
tosos en lograr una fuerte vinculacién
con ese pueblo en su globalidad y con
cada uno de sus sectores en particular.
El populismo més que como ideologia
funciona como talante de las relaciones
Politicas’de la sociedad venezolana en la
‘que se ha creado una estructura de toma
de decisiones que hace necesaria referen-
cia a la consulta masiva (votaciones) y
supone un trabsjoso mecanismo de ne-
Gociaciones con los més variados secto-
res de la sociedad que han significado un
aso de avance respecto de las formas
autoritarias y autocréticas propias del
largo ‘pasado dictatorial. Democracia
Populista indica una realidad politica en
la que realmente el pueblo no es quien
Gobierna (por tanto, no es plenamente
democracia) y en la que las decisiones
Politicas y econémicas tienen que “'to-
‘mar en cuenta” a cada estrato de la po-
blaci6n segin su poder real, ademés de
las necesidades del pueblo para garanti
Zar su permanencia, estabilided y legit
ad.
Finalmente, 1a investigacién opta
Por el anélisis sincrénico frente al die-
erénico tomando en cuenta enfoques
teéricos como el'de Michels (ley de hie-
rro de la oligarquia), Downs (los parti
dos formulan politicas para ganar elec:
ciones y no viceversa), Olsen y su légica
de Ia accién colectiva, Duverger y Hun-
tington. Utilize, ademés, ur
bibliografia que comprende
tieulos, documentos, pantletos, revistes
¥ periédicos, junto con 34 entrevistas @
dirigentes de COPE! con cargos partidi
tas en el mortiento de la investigacién,
Desde un interés més te6rico hubiera si-
do deseable una mayor explicitacién de
la metodologia que sirve de guia al desa-
rrollo de 1a investigacién. Después de la
lectura del libro puede quedar Ia sensa-
clon de no haberle sacado todo el jugo
al material disponible y de una cierta in-
coherencia entre los diversos capitulo:
or ejemplo, no se resalta la relacion en-
tre la ingpiraci6n o principios doctrin:
rios y la estructura organizativa, ni entre
‘aquella y ef desenvolvimiento real del li
derazgo en la historia del partido o de
su influjo en las relaciones partido-go-
bierno (capitulo que, aparte del interés
del tema, encaja como forzado en el
conjunto, especialmente por su delimi
taci6n al periodo 1974-1979).
“ COPEI: UN PARTIDO
PRINCIPISTA MAS
QUE DOCTRINARIO
Los partidos demécrata-cristianos
fen general, y COPE! en particular, han
insistido histéricamente en presentarse
‘como partidos doctrinarios, guiados en
‘su accién por las ideas que le sirven de
identidad politica e institucional, en con-
traposicion a partidos
cuya aecién no
el disfrute del ejercicio del poder polfti
co. El estudio del Prof. Combellas hace
tuna larga exposicin de las fuentes ideo-
logicas de los partidos socialeris
interesante y bien hecha introducci6n
Para quien tenga curiosidad por inter-
arse en el estudio de las ideas politicas
en Venezuela, No se trata de un trata-
‘miento completo, pues no es el objetivo
del trabajo. Ese recorrido reafirma la
Percepcién muchas veces sefialada de
que COPE! es un partido con principios
‘pero carente de
que permita a
esos principios encarnarse en Ia realidad
‘conereta de fas relaciones de poder de la
sociedad venezolana en una forma més
coherente con tales principios. Por eso
decimos que no es tanto un partido doc
trinario 0 ideotégico, es decir, capaz de
Producir una interpretaci6n tebrica de la
realidad en relacion sistemitica con su
‘actuacién politica en una sociedad cam-
biante sino un partido que proclama in-
sistentemente los mismos principios, de
la misma forma abstracta, y actia segin{as circunstancias, es decir,
mente”.
La explicacion de fondo de esta
caracteristica de COPE! y del conjunto
del movimiento demécratacristiano tie-
ine que ver con su peculiar relacién con
la produccién teérica., Son partidos que
‘no se han preocupado directamente por
el pensamiento tedrico-politico. Han to-
mado sus principios y elementos tebri-
60s de fuera de ellos misinos: de la Igle-
sia Catélica y su Doctrina Social, 0 de
Pensadores Como. J. Maritain, E. Mou-
rier, Lebret...qué no pensaron para ni
‘en algin partido demo-cristiano. Es de
cir, COPE! ha fundado su accién politi-
€a en un pénsamiento externo a 6! mis-
mo. La escasa produccién ideolégica
“pragmatica-
de COPE! en sus cuarenta afios de vida
en Venezuela tiene .més, qué ver con
respuestas politicas a situaciones coyun-
tirrales oa “emergencias” sociales que
con la elaboracién de un proyecto poli-
siento
tico que, partiende de un conoci
- rofund del medio en
ve su acci6n y con una
modelo de sociedad ideal al que quiere
Hegar, trace el camino los pasos para
realizario.
El pirogietivo distanciamiento del
Pensamiento catolico es una clara de-
mostracion de esta caracteristica de la
ccorriente socialeristiana. La inspiracién
de autoreé cristianos y de ta propia Igie-
sia al movimiento D.C. respondié a las
condiciones especificas del_ momento
historico Europeo marcado. por dos
‘querras mundiales. La acelerada evolu
i6n del pensamiento cristiano en las dl-
timas décadas, significada especialmente
por el Concilio Vaticano It y el surgi-
Imiento en toda la Iglesia de grupos que
s@ esfuerzan por dar respuestas nuevas a
situaciones inéditas hace’ que los parti-
dos socialerstianos no representen més
-tas,fuerzas émergentes del cristianismo,
especialmente en América Latine. De
alli que de un tiempo para acé el con-
junto de organizaciones D.C. se empe-
fien en presentarse eomo no-contesiona-
tes (Cir. Combeltas, p. 45). El pens
miento y la accién de los cristianos ha
desbordado anipliamente el marco co
ceptual y de actividad politica que dio
origen a la D.C. Esta, por su parte, ha
preferido anclarse en aque! momento a
evolucionar junto con el conjunto de ta
Iglesia, al menos en sus expresiones més
notables como el Concilio Vaticano II y
las Conferencias Generales del Episcopa-
do Latinoamericano celebradas en Me-
dellin (1968) Puebla (1979),
También resulta signif
“posicién del socialeristianismo frente, al
4
comunismo como ejemplo de una acti
tud principista més que doctrinaria 0
tebrico-politica. Desde sus oric
D.C. se autodefine como “tercera
frente al capitalismo (individualista) y al
comunismo (colectivista). Sin embargo,
la actitud de principio lleva a un anti
comunismo a la postre irracional. Como
lo seftala Combellas: frente al capital
‘mo no hay una eritica antagénica, se
‘considera que éste puede “reformarse”,
humanizarse... mientras que el comuni
‘mo “se concibe como el rival por anto-
nomasia en la lucha antaggnica, frente al
que hay que deslindarse” (p. 58).
Una actitud principista que ha tle-
vado a la D.C, a convertirse en portavoz
de las posiciones més “derechistas” y
‘conservadores especialmente en la medi-
da en que propuestas de inspiraci6n so-
cialista han asumido, posiciones de ce
tro 0 reformistas.
Igualmente tos.adjetivos que usan
los sociaicristianos para autocalificarse y
expresar su identidad reafirman ese cs
récter principista de su posicion ideol6-
ica: se llaman populares porque aspiran
al desarrollo de'ios pueblos para satisfa
‘cer sus necesidades (entendiendo por
“pueblo” toda la poblacién de una ni
cién (cf. VI Conferencia Mundial de la
UMDC, SIC 383 (marzo 1976) pp. 100-
103 y 137-144); se llaman partido libe-
rador porque profesan fa libertad como
valor (ibidem)... ete. >
MASAS, CUADROS, ELITES
Y POPULISMO
La tipificacion de los partidos “de
masas” y “de cuadros” propuesta por
Duverger en 1951 se ha convertido en
referencia obligada a la hora de caracte-
rizar cualquier partido politico. Para
Venezuela es una distincién de escasa
utilidad te6rica, pues ninguno. de los--
Partidos de figuracién nacional ha in-
tentado estructurarse como “partido. de
cuadros” (...""movimientos de personali:
dades prominentes en diferentes campos
‘que. persiguen un objetivo concreto por
lo general de participacién en unas elec-
clones” (Njaim,, H. “El financiamiento
de la maquinaria partidista en Venezue-
la p. 25) Por tanto, todos son “parti-
dos de masas” sui generis. Combellas
(p. 311) caracteriza a COPE! como
“partido de masas con ciertas matizaci
nes” en cuanto es una organizacign per-
manente, especializada, con una fuerte
articulacién entre la base y la cdpula, un
jderazgo a tiempo completo y ha desa-
rrollado una burocracia profesional.
Ademés posee un. modelo centralizado
de toma de decisiones y su funcién va
més allé de “ganar eleciones”. Sin em-
bargo, los miltantes copeyanos no coi:
Zan reqularmente de emanere que el par.
tido tongs una autonomiafinancera res
pecto de'os grandes capitlstas del pas,
10 que la élite directiva del partido no
tiene més emedio que reunir “notables”
para financar su actividad} “Notables
Influyentes, en primer lugof,cuyo nom-
bres prestigio 0 brillo servifin de fiador
al candidato y le cosechartn votes: no
tables ténicos, en segundo luge, que
onozcan el arte de conducir 8 lor elec:
tores y de organiza una campafa; nota
bres financieros,fnalmente, que eBor-
tan el nervio de Ia batalla” (Duverger,
M. Los partidos politicos, 1969, . 94,
al describir los “partidos de cuadros”).
’A nuestro entender, caracterizar a
COPE! como partido requlere alejarse
del e1quema propuesto por Duverger
{en fo cual 6! estara, puede suponerse,
perfectamente de acuerdo). COPE! es
un partido que encuadra masas, gana
tlecsignes (con fs frecuencia las pie
de), poste una. numerose.militanc
rigencia a tiempo completo una
Diveccign Nacional y una estructura pe
ra. "boiar {a linea" hasta et militant,
Ademis, est dirgido efectivamente por:
tna dite encabezada por el maximo di
rigete, ts tideres fundadoresy quienes
Controian,pareeas internas de poder
artista, unto con eso el partido esta
orgénicamente relacionado con las élites.
del poder econdmico, cultural y politico
nacional fuera del partido y tiene una
uote importante en ta estructure del
Estado,
Con esis earacteriticas nos vemos
muy tentados 8 volver aechar meno del
Coneepto de poputismo pare ealificar el
tipo de partido que es COPE!. El part
do secaerstiano venezolano es un par
tide populsta, Lo.cusl, ademas, parece
ser une condiciOn indispensable pare el
tito politico en el actual sista dmo-
+ erético venezolano.
La estructura populista de COPE!
conépira también contra la posibilidad
de ser un partido-doctrinario. Asi to
concluye Combellas después de analizar
pormenorizadamente la organizacién in-
terna y el liderazgo copeyano (p. 315+
316).
DEMOCRACIA INTERNA
Y LIDERAZGO
El estudio que comentamos dedi-
ca un largo capitulo a la estructura orga-
nizativa y otro a la cuestién det lideraz-
90, las tendencias y las “generaciones”
‘en COPE!, El primero es una descrip-
cién pormenorizada de gran utilidad pa-Fa quien se interese por conocer la for-
ma organizativa que requiere un partido
ara cumplir las méltiples funciones que
16 exige su participacién en el funciona
miento dé la democracia venézolana. y
explicarse cémo pueden convivir ten-
dencias y liderazgos relativamente repre-
sentativos de intereses sociales diversos.
El estudio de dicha organizacién
confirma la existencia de una tendencia
poder en el Comité Nacional corre para-
lela a ta disminucion de I
de la Convencién Nacional y los organis-
mos de base. Més allé del organigrama
complejo y visto en forma plana la orga-
nizacién responde a las necesidades de
un partido “triunfador” en una demo-
cracia populist.
La democracia interna es recono-
ida en principiocomo métado para la se-
leccion de los dirigentes del partido y
‘como participacién de los militantes en
las decisiones politicas: “La posicion de!
Partido no ha sido coherente en este as-
ecto” (p. 313) pues fa cipula, a través
de la reserva de los puestos salidores en
las planchas, el predominio de los entes
elecutivos sobre tas asambleas y le ins-
inde los “miembros de derecho
Democracia
cuestién del liderazgo copeyano...El li-
bro de Combellas intenta una apro»
macion “generacional” al estudio de su
origen, distinguiendo después entre
rigentes (que pueden ser muchos y “por
oficio") y los //deres que son poces y
tienen un reconocimiento personal in-
dependiente del cargo que ocupen en la
estructura _organizativa del partido.
Combellas introduce su tratamiento del
tema del liderazgo (p. 203) asumiendo
una interpretaci6n que se ha hecho co-
‘min en {a literatura politica venezola
considerar el liderazgo en los partidos
Post-gomecistas como una trasposicion
del caudillismo decimonénico. Se trata
de'una manera atractiva de tratar el pro-
blema, pero en el fondo facil y cémoda
intelectualmente. En efecto, cualquier
intento de uno con precision del concep-
to de “caudillismo” tal como se dio en
la Venezuela pre-petrolera, basado en la
Propiedad de la tierra y el ejercicio del po-
der politico, apenas permite usar el tér.
mino como metéfora y no como catego-
fa analftica para calificar a los Iideres
Partidistas
La dificultad del tema hace que el
autor se “cure en salud” y nos recuerde
en una nota a pie de pégina que no pre-
tende un tratamiento exhaustivo del te-
ma para ofrecernos un capitulo mera-
‘mente descriptivo, en el que los nom:
bres de los lideres no se justifican mas
que por su uso, como si se tratara de
tuna evidencia, y carente de una indaga-
cién de las raices.relacién con la estruc-
tura formal organizativa de! partido y
las consecuencias de ese liderazgo.
Nuevamente 1a ambigiedad de 1a
categor'a populista aparece como més
precisa para entender también el lideraz-
90 copeyano. Un partido populista, em-
efiado en construir una democracia po-
ulista, en una sociedad en pleno proce-
30 de transici6n a la modernidad, necesi
ta un liderazgo también populist. En
este caso el lider es 1a encarnacion de la
élite modernizadora que ya ha compli
resto del pueblo hacia ella,
Un problema propio de este tipo
de estructura es la posibilidad del “rele
vo generacional” o de renovacién del li-
derazgo. Un liderazgo con las caracteris."
ticas descritas tiende 9 1a permanenci
En el caso de los “fundadores” se hace
mitico- simbética. Si el lider, ademés,
se siente identificado con su papel y per-
sonalmente responsable de la marcha de
la historia, no hay, relevo posible. Com
bellas afirma que “el relevo generacional
ha sido intenso en el partido” (p. 313);
sin embargo, A. Brewer-Carfas en el pré-
(ogo (p. 20) parece indicar que la demo-
eratizacién de la democracio venezolana
debe comenzer por 1os propios partidos
¥ el “relevo generacional”’ es un elemen-
to clave en esa transformacién.
Combellas, ademés, indica que la
Unidad de COPE! se ha mantenido, en:
tre otros factores porque se ha dado ese
relevo generacional (p. 314). Cuando
trata el tema de las tendeicias internas
las describe como no ideolégico-progra-
éticas, sino referidas a estilos de con-
ducci6n, al éxito politico del lider, tran-
sitorias y como veh/culo de ascenso den-
tro del partido (pp. 213-214). Hay, pues,
tun reconocimiento de 18 pugna interna
or el liderezgo del partido, que ha Ile
vvado Hleva a alianzas variables internas,
Desde afuera da ta impresion de que mas
ue un “relevo generacional” lo que se
ha dado en COPE! es una incorporacién
dde gente més joven a cargos de responist-
bilided en una estructura partidista que
ha crecido enormemente. “Sin embargo,
el acceso a esas posiciones esté intima
mente relacionado con las “zona” in-
ternas de poder de cada lider y con las
confrontaciones entre ellos Es decir,
mds que’ un relevo hay una reafirmaci
del funcionamiento vertical y cantralista
del liderazgo copeyano, propio de una
estructura politica como la vigente en el
pais. La razén de la unided puede estar
‘Ms vinculada al realismo politico que al
efectivo “compartir” el pader de los 1i-
eres. El autor que comentamos calif
a. a COPE! como una “democracia p
va" (p, 315) en ta que prevalece la cape-
cided de avassllamiento de los ideres
GOBIERNO Y FUTURO
La obra incluye un cap/tulo sobre
las relaciones partido-gobierno con espe-
cial referencia al perfodo presidencial de
Luis Herrera Campins. El tema es rele-
La lectura
vante y dificil de enfoca
del capitulo dej
camiento més tedrico. Daria la impre-
sién de que el “problema” en las rele-
Ciones partido-gobierno s6lo se presenta
cuando el Presidente de la Repdblica no
5 el “Iider méximo” del partido. Inci-
dde mucho en el andliss la cuestién de
los “estilos’ personales de los Iideres
que han ocupado la Presidencia, Ei mé-
rito de este capitulo es el haber abierto
mn un problema que requiere
bbadas para poder hacer un examen més
profundo de esas relaciones.
De este estudio se despronde la ce-
Pacidad que ha tenido COPE! de organi-
Zarse como pilar de nuestra democracia
Populista. De allf la fuerte repercusién
que tienen los problemas del conjunto
del sistema politico en la marcha del par-
tido y viceversa. Una pregunta hacia el
futuro es si COPE! se ha convertido en
una maquinaria tan especializada que
s6lo puede sobrevivir en las relaciones
Propias de este sistema, o sea, si se ha
convertido en un “‘dinosaurio polftico”
incapaz de sobrevivir a la transforma.
cién del medio, o si tiene real capacidad
de no solo soportar sino también propi-
cciar cambios estructurales que superen
las actuales condiciones de vida politica
del pueblo venezolano,
15.