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Guido Liguori, Massimo Modonesi, Pasquale Voza - Diccionario Gramsciano (1926-1937) - UNICApress (2022)
Guido Liguori, Massimo Modonesi, Pasquale Voza - Diccionario Gramsciano (1926-1937) - UNICApress (2022)
(1926-1937)
Guido Liguori, Massimo Modonesi,
UNICApress/ricerca
edición al español de
Maria Cristina Secci y Massimo Modonesi
#3
Tertulias ha il proposito di contribuire al dibattito
interdisciplinare nel settore della ispanistica, con
particolare riferimento all’America Latina. A tal fine,
accoglie volumi – monografici o miscellanei – sul
processo linguistico, traduttologico e letterario o studi
provenienti da scienze affini quali le sociali. Oltre a
propiziare una franca circolazione delle idee, i benefici
della collana si riferiscono alla condivisione editoriale
dei risultati di ricerca e a un rafforzamento della rete di
ricerca internazionale.
UNICApress/ricerca
Collana
Tertulias
#3
Collana diretta da Maria Cristina Secci
Comitato di redazione
Coordinatrice: Ilaria Camboni, Università degli Studi di Cagliari
Haydée Bermúdez Guevara, Universidad Santa María La Antigua; Università
degli Studi di Cagliari
Giulia Gazzaniga, Università degli Studi di Cagliari
Matteo Mandis, Universitat Autònoma de Barcelona
Paola Moreddu, Università degli Studi di Cagliari
Laura Serra, Università degli Studi di Cagliari
Tirocinanti di Aulas Abiertas: Giulia Gaddini, Valeria Garau, Anna Laura Sannai
Diccionario Gramsciano
(1926-1937)
Tertulias
#3
Cagliari
UNICApress
2022
In collaborazione con:
ISSN: 2704-9728
e-ISBN 978-88-3312-066-9
ISBN 978-88-3312-065-2
DOI https://doi.org/10.13125/unicapress.978-88-3312-066-9
Índice
11 Prefacio
Massimo Modonesi
17 Agradecimientos
19 Advertencias
21 Índice de las voces
25 Diccionario
509 Bibliografía
513 Índice de traductores
Presentación
La traducción como acompañamiento
1
Carlo Felice, Regolamento generale pel servizio dei carabinieri reali, Torino, Tipografia
di Chirio e Miria, 1822.
2
Antonio Gramsci, Cartas de la cárcel, edición a cargo de Dora Kanoussi, traducción
de Cristina Ortega Kanoussi, Ciudad de México, Benemérita Universidad Autónoma
de Puebla/Fondazione Istituto Gramsci/Ediciones Era, 2003.
7
Diccionario Gramsciano (1926-1937)
8
Presentación
9
Prefacio
11
Diccionario Gramsciano (1926-1937)
Sociales, 2007) mientras que se encuentra agotado el trabajo pionero de Carlos Nelson
Coutinho (El pensamiento político de Gramsci, Ciudad de México, Era, 1986). A estos
textos se podrían sumar algunos ensayos de referencia, de carácter general, de Manuel
Sacristán, de Francisco Fernández Buey y de otros autores pero que no tuvieron el
propósito de ser una introducción como tal.
3
Los resultados de la primera etapa fueron publicados en Fabio Frosini, Guido
Liguori (a cura di), Le parole di Gramsci, Roma, Carocci, 2004.
4
La versión portuguesa, publicada por la editorial Boitempo (Sao Paulo, 2017)
cuenta con 823 páginas.
5
Guido Liguori, Pasquale Voza (a cura di), “Prefazione”, Dizionario gramsciano
(1926-1937), Roma, Carocci, 2009, p. 6.
12
Prefacio
6
Massimo Modonesi, “Consideraciones sobre el concepto gramsciano de clases
subalternas”, «Memoria», n. 265, Ciudad de México, CEMOS, 2018, pp. 61-63; tam-
bién en Massimo Modonesi, The antagonistic principle. Marxism and political action, Bos-
ton-Leiden, Brill-Historical Materialism, 2018, pp. 33-37.
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Diccionario Gramsciano (1926-1937)
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Prefacio
Massimo Modonesi
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Agradecimientos
17
Advertencias
19
Diccionario Gramsciano (1926-1937)
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Índice de las voces
21
Diccionario Gramsciano (1926-1937)
H O
Hegemonía (Giuseppe Cospito) Ordine Nuovo (L’) (Guido Liguori)
Historia (Fabio Frosini) Oriente-occidente (Silvio Suppa)
Historicismo (Giuseppe Cacciatore)
P
I
Partido (Michele Filippini)
Ideología (Guido Liguori) Partido comunista (Guido Liguori)
Inmanencia (Fabio Frosini) Pasado y presente (Fabio Frosini)
Intelectuales (Pasquale Voza) Populismo (Domenico Mezzina)
Intelectuales orgánicos (Pasquale Prólogo del ’59 (Fabio Frosini)
Voza) Pueblo (Lea Durante)
Pueblo-nación (Lea Durante)
J
R
Jacobinismo (Rita Medici)
Reforma intelectual y moral (Fabio
L Frosini)
Relaciones de fuerza (Carlos Nelson
Lengua (Derek Boothman)
Coutinho)
Lenguaje (Derek Boothman)
Religión (Tommaso La Rocca)
Lenin, Nikolai (Vladimir Ilich Ulia-
Revolución (Lelio La Porta)
nov) (Fabio Frosini)
Revolución pasiva (Pasquale Voza)
Lingüística (Derek Boothman)
Risorgimento (Pasquale Voza)
Literatura popular (Marina Paladini
Musitelli)
S
M Sentido Común (Guido Liguori)
Sociedad civil (Jaques Texier)
Maquiavelo, Nicolás (Lelio La Porta)
Sociedad regulada (Guido Liguori)
Marx, Karl (Fabio Frosini)
Sorel, Georges (Guido Liguori)
Marxismo (Giuseppe Prestipino)
Stalin (Andrea Catone)
Masa, masas (Renato Caputo)
Subalterno, subalternos (Joseph A.
Materialismo histórico (Giuseppe
Buttigieg)
Prestipino)
22
Índice de las voces
T
Traducción (Derek Boothman)
Traducibilidad (Derek Boothman)
Transformismo (Raffaele Cavalluzzi)
Trotsky (León Davidovich Bronstein)
(Andrea Catone)
U
URSS (Andrea Catone)
V
Voluntad colectiva (Carlos Nelson
Coutinho)
23
A
Americanismo te el término, el «americanismo»
A grandes rasgos, el «ameri- contiene una referencia territo-
canismo» se presenta en los Cua- rial. Al igual que sucede con te-
dernos como la dimensión ideo- mas como «Oriente-Occidente»,
lógico-cultural o ético-política «Norte-Sur» o «cuestión meridio-
asumida por el modo de produc- nal», el valor categorial de la ex-
ción capitalista en la época de presión no es separable de la di-
Gramsci, mientras que el «fordis- mensión territorial, y viceversa.
mo» constituye la dimensión téc- Ambos lados se vinculan por la
nico-productiva de esta. La expre- noción de “hegemonía america-
sión sintética es «Americanismo y na” en el mundo capitalista y, más
fordismo», tal como aparece en el en general, en el mundo (imperia-
undécimo puesto entre los «te- lismo), noción que, sin embargo,
mas principales» detallados para no aparece explícitamente en los
el proyecto de «notas y apuntes» Cuadernos. Para Gramsci, el nexo
en la primera página del Cuader- entre Viejo y Nuevo Continente
no 1 y tal y como titula posterior- que es un conjunto de cuasi-iden-
mente al Cuaderno 22, “cuaderno tidad cultural («en América no se
especial” o monográfico. A pro- hace otra cosa que rumiar la vie-
pósito del americanismo hay que ja cultura europea»: C 22, §15, 93)
identificar y separar lo que en la y de diferencia cuasi-antagonis-
elaboración gramsciana resulta ta («América, con el peso impla-
estrechamente conectado con el cable de su producción económi-
fordismo de lo que es, en cambio, ca (y eso indirectamente) obliga-
relativamente independiente de rá o está obligando a Europa a un
él. Como indica inequívocamen- cambio de su eje económico-social
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Americanismo
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Americanismo
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Americanismo
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Americanismo
que se puede decir que las “em- 323) que pone en acto, NdA] y por
presas sanas” ya no existen más» lo mismo se ríe de América». Pero
(C 10 II, §55, 223-224). Es más: la este pequeñoburgués «no puede
eficiencia productiva está en de- salirse de sí mismo, comprender-
clive, tanto que se registra el cre- se a sí mismo, igual que el imbé-
cimiento de las «fuerzas de con- cil no puede comprender que es
sumo en comparación con las de imbécil». Babbit, como lo descri-
producción» (C 10 II, §53, 219). La be Lewis, será también un filisteo,
«crisis orgánica» del capitalismo, pero es «el filisteo de un país en
mucho más profunda, amplia y movimiento» (C 6, §49, 44, Tex-
estructural que aquella, en últi- to B). Según Gramsci, la auténti-
ma instancia coyuntural, de 1929, ca importancia de este libro, que
presenta cada vez más «fenóme- hace «cultura» a través de la «crí-
nos morbosos» (C 3, §34, 37). En tica de las costumbres», es su ca-
resumen: lo nuevo es ya viejo. rácter ejemplar. «Significa» que en
Parece oportuna en este pun- América «se extiende la autocríti-
to la referencia a una compara- ca, que nace, esto es, una nueva
ción que Gramsci realiza entre la civilización americana consciente
capacidad crítica y autocrítica de de sus fuerzas y de sus debilida-
los intelectuales americanos y los des: los intelectuales se distancian
europeos. Estos últimos, según él, de la clase dominante para unirse
«han perdido en parte esta fun- a ella más íntimamente, para ser
ción […] han vuelto a convertirse una verdadera superestructura y
en agentes inmediatos de la clase no solo un elemento inorgánico e
dominante, o bien se han alejado indistinto de la estructura-corpo-
completamente de ésta, consti- ración» (C 5, §105, 323).
tuyendo una casta en sí mismos, El análisis diacrónico de los
sin raíces en la vida nacional po- Cuadernos muestra una progresi-
pular». El «antiamericanismo» va reactivación de la capacidad
difundido en Europa que «es có- hegemónica de las modalidades
mico, antes de ser estúpido» (C 5, superestructurales europeas y un
§105, 324), resulta aún más sospe- redimensionamiento de la cua-
choso e infundado. Gramsci sor- lidad innovadora de la «filoso-
prende al «pequeñoburgués eu- fía americana», en particular del
ropeo» que «se ríe de Babbit [tí- pragmatismo, cuya valoración
tulo del libro de Sinclair Lewis, por parte de Gramsci registra un
difundido en Europa, apreciado drástico replanteamiento. El cuer-
por Gramsci no desde el punto de po a cuerpo con el pensamiento
vista literario y cultural, sino por de Croce que Gramsci emprende
«la crítica de las costumbres» (Ivi, desde el Cuaderno 4, el cual signifi-
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Americanismo
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Americanismo y fordismo
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Americanismo y fordismo
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Americanismo y fordismo
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Aparato hegemónico
ral pública y privada («el Rotary nalizadas según los nuevos fines,
Club y la Masonería»); finalmen- resisten necesariamente». ¿Pue-
te, y sobre todo, cuestión de “gran de cambiar esta situación? Según
política”. Hemos ya citado el di- Gramsci, el hecho de «que un in-
lema «revolución pasiva»-«trans- tento progresista sea iniciado por
formación de tipo francés». A esto una u otra fuerza social no carece
se une una cuestión que retoma de consecuencias fundamentales»
las dicotomías fundamentales que (C 22, §1, 61). La palanca de man-
Gramsci propone en los Cuader- do está firmemente en manos de
nos, en algunos casos acentuan- los monopolios y el Estado. ¿Pero
do el carácter opositivo (guerra hasta cuándo? La conclusión del
de maniobras-guerra de posicio- discurso es inequívoca: «no es de
nes; estructuras-superestructuras, los grupos sociales “condenados”
que Gramsci tiende a traducir en por el nuevo orden que se puede
aquella economía-ideología o he- esperar la reconstrucción, sino de
gemonía; sociedad civil-Estado, aquellos que están creando, por
etc.): la «cuestión», esto es, de «si imposición y con sus propios su-
el desarrollo debe tener el punto frimientos, las bases materiales
de partida en el seno del mundo de este nuevo orden: ellos “de-
industrial y productivo o puede ben” encontrar el sistema de vida
provenir del exterior, por la cons- “original” y no de marca ameri-
trucción cautelosa y masiva de cana, para convertir en “libertad”
una armazón jurídica formal que lo que hoy es “necesidad”» (C 22,
guíe desde el exterior los desa- §15, 93-94).
rrollos necesarios para el aparato GIORGIO BARATTA
productivo» (Ivi, 62).
¿Qué perspectivas abre «ame- Aparato hegemónico
ricanismo y fordismo» desde el Desde las primeras notas en las
punto de vista de las relaciones que habla de hegemonía, Gramsci
de clase? Gramsci señala la mane- introduce la referencia al «aparato
ra en que «una ola de pánico» y hegemónico», una expresión no
por otro lado un impulso “simies- muy presente, pero que también
co” caracterizan a los «elementos aparece en varios Cuadernos (C 1,
que empiezan a sentirse social- 6, 7, 10 y 13) de diferentes épocas,
mente eliminados de la operación incluyendo dos textos de segun-
(todavía destructiva y disolutiva) da redacción (C 10 II, §12 y C 13,
de los nuevos cimientos en forma- §37). En el caso de la nota del Cua-
ción» (C 22, §15, 93). ¿Y «las fuer- derno 10, la frase que contiene la
zas subalternas»? Ellas, «que de- referencia al aparato hegemónico
berían ser “manipuladas” y racio-
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Aparato hegemónico
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Aparato hegemónico
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Autonomía
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Autonomía
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Autonomía
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Autonomía
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Autonomía
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B
Bloque histórico concreto de las superestructuras
Así como la noción de «revo- en Marx» es necesario «recordar
lución pasiva» procede explícita- el concepto de Sorel del “bloque
mente de Vincenzo Cuoco y es lue- histórico”» (C 4, §15, 149). Se pre-
go reelaborada y traducida como cisa de inmediato que la expresión
clave original de análisis históri- no aparece literalmente en Sorel y
co y de reflexión teórico-política, que el concepto está ligado en el
la noción de «bloque histórico» es autor francés a su noción central
explícitamente extraída de Geor- de mito: lo que quiere decir que
ges Sorel y, una vez desarrollada Gramsci realiza sobre el concep-
y repensada por Gramsci, se con- to, desde un primer momento,
vierte en una categoría funda- una peculiar “traducción” propia.
mental del «pensamiento en de- Más adelante, en un parágrafo
sarrollo» de los Cuadernos. Se pue- posterior del mismo Cuaderno 4,
de decir ante todo que tal catego- se afirma que, cuando «la relación
ría problematiza sustancialmente entre intelectuales y pueblo-masa,
dos cuestiones esenciales del mar- entre dirigentes y dirigidos, en-
xismo de Gramsci: la cuestión de tre gobernante y gobernados está
las ideologías (o «superestructu- dada por adhesión orgánica en la
ras») y la de la historia ético-po- que el sentimiento pasión se vuel-
lítica, a partir de la elaboración de ve comprensión y por tanto saber
Croce. (no mecánicamente, sino en for-
En un importante parágra- ma viva)», solo entonces se crea
fo del Cuaderno 4 titulado Croce una relación real de representa-
y Marx, Gramsci afirma que para ción y «se realiza la vida de con-
estudiar bien el «tema del valor junto que es la única fuerza so-
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Bloque histórico
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Buen sentido
ropa que se inicie en 1815, esto es, que Gramsci hace de «buen sen-
con la Restauración (como hace tido» es contextual, pero diferente
precisamente la Storia d’Europa (aunque de forma oscilante), res-
de Croce). Afirma que, si se quie- pecto a «sentido común». En al-
re escribir una historia de Europa gunas ocasiones «buen sentido»
como historia del proceso de for- adquiere un significado positi-
mación de un bloque histórico, vo, mientras que otras veces tiene
entonces no se puede prescindir una connotación negativa. En C 1,
de la Revolución francesa y de las §79, 148, por ejemplo, leemos que
guerras napoleónicas, que «en el «para mandar no basta con el sim-
bloque histórico europeo consti- ple sentido común» (connotación
tuyen la premisa “económico-ju- negativa), mientras que en C 4,
rídica”, el momento de la fuerza §32, 163 se explica que «un hom-
y de la lucha». En cambio, Croce, bre con sentido común» podría
precisamente porque la suya, en poner en crisis un concepto holís-
el fondo, es una «historia “espe- tico del Estado (connotación posi-
culativa”», en la que está consti- tiva). En C 8, §213, 327 hay coinci-
tutivamente ausente el concepto dencia: «Filosofía y sentido común o
“unitario” de bloque histórico, buen sentido». En C 6, §26, 29, acer-
adopta el momento posterior a la ca de Pirandello y de la «concep-
Revolución francesa, aquel en el ción dialéctica de la objetividad»,
que «las fuerzas desencadenadas Gramsci destaca en la obra del co-
anteriormente se han equilibra- mediógrafo la representación de
do, “catartizado” por así decir», una «lucha paradójica contra el
y hace de tal momento «un hecho sentido común y el buen sentido»;
en sí», construyendo así «su para- en C 7, §1, 145 afirma que «Cro-
digma histórico» (LC 573-574, 9 de ce coquetea continuamente con el
mayo de 1932). “sentido común” y con el “buen
PASQUALE VOZA sentido” popular». En C 8, §28,
233 leemos al contrario: «El “buen
Buen sentido sentido” ha reaccionado, el “senti-
En C 1, §65, 139 Gramsci escri- do común” ha embalsamado la re-
be que el «tipo» de revistas acer- acción y ha hecho de ella un canon
ca de las que está tratando «per- “teórico”, “doctrinario”, “idealis-
tenece a la esfera del “buen senti- ta”»: en esta contraposición es el
do” o “sentido común”», con un buen sentido el que tiene una va-
uso que implícitamente convierte loración positiva. En C 8, §19, 224
en equivalentes las dos expresio- aparece una célebre referencia a
nes. No siempre es así, sino todo Manzoni: «Sentido común. Manzo-
lo contrario: el uso prevalente ni hace una distinción entre sen-
45
Buen sentido
tido común y buen sentido (cfr. Los el sentido común emplea el prin-
novios, Cap. XXXII sobre la peste cipio de causalidad, sino en el he-
y sobre los untadores de ungüen- cho mucho más restringido de que
tos). Hablando del hecho de que en una serie de juicios el sentido
había algunos que no creían en los común identifica la causa exacta,
untadores, pero que no podía sos- simple y a la mano, y no se deja
tener su opinión contra la opinión desviar por fantasías y oscurida-
vulgar difundida, añade: “Se ve des metafísicas, seudoprofundas,
que era un desahogo secreto de la seudocientíficas etcétera». Esta-
verdad, una confidencia domés- mos frente a la función del senti-
tica: el buen sentido existía; pero do común o buen sentido como
se mantenía oculto, por miedo al crítica y rechazo del intelectua-
sentido común”». Manzoni equi- lismo como fin en sí mismo (pre-
para el buen sentido a la razón, sente también en C 16, §21, 288).
que no puede hacer nada contra No sorprende que otros ejemplos
el sentido común, la grosera ideo- de esta función del buen sentido,
logía de las masas. Gramsci no co- como centinela que protege de los
menta el texto. excesos del intelectualismo vacío,
En los contextos filosóficos, se apliquen también al Cuaderno
donde este término se utiliza en 28, dedicado al Lorianismo, donde
un sentido técnico, se aprecia una se lee, por ejemplo: «Este artículo,
evaluación más positiva del buen dada la amenidad del contenido,
sentido: «La filosofía es la crítica se presta a convertirse en “libro
de la religión y del sentido común de texto negativo” para una es-
y su superación: en tal sentido, cuela de lógica formal y de buen
la filosofía coincide con el “buen sentido científico» (C 28, §1, 212).
sentido”» (C 8, §204, 320). A partir O también: «el buen sentido, des-
del Cuaderno 10, en algunos párra- pertado por un oportuno alfilera-
fos ausentes en la primera redac- zo, casi fulminantemente aniquila
ción del texto, la evaluación del los efectos del opio intelectual» (C
buen sentido casi siempre es po- 28, §11, 219).
sitiva. En C 10 II, §48, 212 leemos Aún más positiva es la valora-
una nota en la que sentido común ción del buen sentido allí donde
y buen sentido son equiparados Gramsci distingue radicalmente
y evaluados de forma positiva: del sentido común, como en C 11,
«¿En qué consiste exactamente el §12, 249: «Este es el núcleo sano
mérito de lo que suele llamarse del sentido común, lo que precisa-
“sentido común” y “buen senti- mente podría llamarse buen senti-
do”? No solamente en el hecho de do y que merece ser desarrollado
que, aunque sea implícitamente, y hacérsele unitario y coherente».
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Bujarin, Nikolái Ivanovich
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Burguesía
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Burguesía
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idea de una clase que se eleva del poco sus características “corpora-
nivel corporativo al de la plenitud tivas” y se vuelve clase hegemó-
revolucionaria de la hegemonía nica por la acción de dos factores:
es originariamente gramsciana, la resistencia de las viejas clases y
esencialmente gracias a la inicia- la actividad política de los jacobi-
tiva política de su partido. Puede nos» (C 1, §44, 116; v. también C
verse el denso pasaje Dirección po- 19, §24, que se titula de manera
lítica de clase antes y después de la más circunscrita y precisa El pro-
llegada al gobierno, que evalúa al blema de la dirección política en la
Partido de Acción italiano a partir formación y desarrollo de la nación y
de la experiencia de los jacobinos del Estado moderno en Italia).
(entendido como un “partido”): Para la burguesía, la capacidad
«los jacobinos [...] se impusieron a de llevar a cabo la revolución tam-
la burguesía francesa, conducién- bién está estrechamente relaciona-
dola a una posición mucho más da con la capacidad de involucrar
avanzada que la que la burgue- a otras clases en el proceso, el pue-
sía hubiese querido “espontánea- blo de París y (para Gramsci so-
mente” [...] Este rasgo, caracterís- bre todo) los campesinos. Nótese
tico del jacobinismo y por tanto, que las dos cosas (el radicalismo
de toda la Revolución francesa, revolucionario de la burguesía y
de forzar la situación (aparente- su capacidad para forjar alianzas
mente) y de crear hechos consu- hegemónicas) están juntas, y no
mados irreparables, empujando es casualidad que Gramsci vincu-
hacia adelante a la clase burguesa le la derrota del Termidor a la rup-
mediante patadas en el trasero [...] tura de la alianza de la burguesía
puede ser “esquematizado” así: el con la clase obrera de París (en
Tercer Estado era el menos homo- consecuencia de la ley Le Chape-
géneo de los estados; la burgue- lier). Pero ese hecho termidoriano
sía constituía su parte más avan- adquiere un significado histórico
zada cultural y económicamente; más general para Gramsci: la bur-
el desarrollo de los acontecimien- guesía encontró un límite insu-
tos franceses muestra la evolución perable a su capacidad de expan-
política de esta parte, que inicial- sión en la primera manifestación
mente plantea [...] sus intereses del proletariado: «La revolución
“corporativos” inmediatos [...]; había encontrado los límites más
los precursores de la revolución vastos de clase; la política de las
son reformistas moderados, que alianzas y de la revolución per-
hablan con tono imponente pero manente había acabado por plan-
que en realidad piden bien poco. tear nuevas cuestiones que enton-
Esta parte avanzada pierde poco a
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Burguesía
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C
Capitalismo productiva, toda la vida social y
La clásica expresión marxista cultural del trabajador, regulando
«modo de producción capitalista» todos los aspectos, incluidas las
rara vez aparece en los Cuadernos moralidad y la vida sexual (C 22,
y más bien indica el sistema de fá- §§10-11). El capitalismo es el pro-
brica (C 10 II, §36, 172), mientras ducto de un proceso histórico y se
que el término «capitalismo», pre- desarrolla en la era moderna, ex-
sente en varios contextos, designa tendiendo «un tipo relativamente
una totalidad contradictoria, que homogéneo de hombre económi-
comienza desde la fábrica, pero co» (C 10 II, §37, 174). Para que el
no se limita a ella como lo indi- capitalismo se afirme requiere un
ca el capitalismo más desarrolla- conjunto combinado e interactivo
do de los Estados Unidos, donde de condiciones económicas, so-
«para escapar a la ley de la caída ciales, culturales y políticas. Por
de la tasa de ganancia [...] Ford lo tanto, aquellos que están equi-
tuvo que salir del campo estric- vocados – afirma Gramsci – igno-
tamente industrial de la produc- rando el principio de especifica-
ción para organizar también los ción histórica, afirman, como lo
transportes y la distribución de su hace Corrado Barbagallo, «encon-
mercancía, determinando así una trar en la antigüedad aquello que
distribución de la masa de plus- es esencialmente moderno, como
valía más favorable al industrial el capitalismo [...] y las manifes-
productor» (Ivi, 171), hasta tratar taciones» que al capitalismo es-
de conformarse, de acuerdo con tán conectadas (C 11, §11, 244; v.
las necesidades de máxima pro- también LC 310, a Giulia, 10 de
ductividad y de racionalización febrero de 1930). Movido por sus
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Capitalismo
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Catarsis
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Ciencia de la política
reflexión sobre la acción y las ins- dos» (C 15, §4, 175). Este «primer
tituciones políticas (hegemonía, elemento» tiene en los Cuadernos
voluntad colectiva, Estado, socie- la misma función metodológica
dad civil, partidos, etc.). En efec- que tiene la mercancía en la ex-
to, Gramsci examina todas las es- posición dialéctica presente en El
feras del ser social considerando Capital de Marx: se trata de una fi-
como punto de partida su rela- gura abstracta (de una “célula”)
ción con la política. Por otra parte, que contiene potencialmente to-
es exactamente la reflexión sobre das las determinaciones más con-
la ciencia política la que desmien- cretas de la totalidad. El concepto
te en la forma más clara una de más concreto de la teoría política
las más difundidas lecturas de la de Gramsci, o sea el de «Estado
obra gramsciana, es decir aquella integral» (sociedad política + so-
que hace de Gramsci un pensador ciedad civil, coerción + consenso,
fragmentario, cuyo trabajo teóri- dictadura + hegemonía, etc.) tiene
co faltaría (ya sea por autónoma todas sus determinaciones – entre
decisión metodológica, ya sea por otras: cómo se gobierna, por qué
la coerción de las condiciones ob- se obedece, etc. – ya contenidas en
jetivas bajo las cuales trabajaba) este primer elemento abstracto, o
de una estructura sistemática. No sea en la relación entre gobernan-
creo que sea así: me parece que tes y gobernados. Y así como Marx
los “cuadernos especiales” son lo hizo con la forma mercancía,
intentos (no siempre logrados, es Gramsci muestra la historicidad
cierto) de pasar del método de la de este primer elemento: también
investigación, típico de los “cua- la relación entre gobernantes y
dernos misceláneos” hacia el de gobernados tiene una génesis (en
la exposición a través de la crea- la sociedad de clases) y por consi-
ción de una démarche que va dia- guiente una posibilidad de supe-
lécticamente, como en El Capital, ración (en la «sociedad regulada»,
de lo abstracto a lo concreto. Son sin clases, o sea en el comunismo).
muchos los núcleos expositivos Si se quiere insistir en la compara-
(en sentido marxiano) presentes ción con Marx, se puede decir que
en los Cuadernos. los Cuadernos contienen al mismo
Quisiera dar aquí un solo ejem- tiempo los Grundrisse (los “cua-
plo, obtenido precisamente de la dernos misceláneos”) y los prime-
reflexión gramsciana sobre la po- ros esbozos de El Capital (los “cua-
lítica. Gramsci afirma que el pri- dernos especiales”).
mer elemento de la ciencia y del Gramsci utiliza en los Cuader-
arte políticos es que realmente nos el concepto de política en dos
existen «gobernantes y goberna- principales acepciones, que se
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Ciencia de la política
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Ciencia de la política
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Clase, clases
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Clase, clases
que se puede definir como un ci- plural) en los dos primeros Cua-
clo pequeño de cartas a su cuña- dernos solamente (y muchas de las
da Tania (y quizás también a Piero restantes son Textos C tomados
Sraffa) sobre el tema de los judíos de Cuaderno 1 y Cuaaderno 2). La
y el antisemitismo (LC 472, 28 de expresión «lucha de clases» tam-
septiembre de 1931; LC 475, 5 de bién es muy rara en los Cuadernos
octubre de 1931; LC 480, 12 de oc- (solo siete veces) y siempre está
tubre de 1931; LC 532, 8 de febrero presente solo en notas bibliográfi-
de 1932). La ausencia de una defi- cas sobre textos de otras personas,
nición teórica rigurosa, abstracta, entre las cuales se destaca una re-
de «clase» se explica por el hecho ferencia a Sorel (C 4, §31, 159, lue-
de que el concepto es utilizado go Texto C: C 11, §66, 338) y uno
operacionalmente por Gramsci sobre la supuesta ausencia de lu-
y, por lo tanto, se refiere necesa- cha de clases en los Estados Uni-
riamente a contextos discursi- dos (C 3, §68, 67, luego Texto C: C
vos precisos y diversificados, de 22, §16, 94).
modo que el término es continua- Sin embargo, es muy esclare-
mente adjetivado (no solo grama- cedor aclarar la trama conceptual
ticalmente sino sobre todo semán- que define el concepto de clase en
tica y políticamente). Por esta ra- Gramsci, el contraste constante en
zón, son necesarias referencias a los Cuadernos entre «clase» y «cas-
otros términos que especifiquen el ta»: la casta es un residuo del pa-
concepto (burguesía, clase traba- sado (C 6, §116, 94; C 8, §187, 312
jadora, clase media, clase urbana, y passim) y, al mismo tiempo, sig-
etc.) y a los sinónimos que proba- nificativamente, característicos de
blemente se derivan de un deseo Oriente (C 5, §90, 313; C 6, §32, 33;
prudente de evadir la censura de C 7, §71, 191 y passim). El concepto
la prisión que está bien presente de «casta» siempre se connota ne-
en Gramsci (grupo social, subor- gativamente y se considera sinó-
dinado, grupo económico, etc.). nimo de «“camarilla”, “conventí-
A este respecto, el hecho de que culo”, “pandilla”, “corrillo”, etcé-
solo a partir de Cuaderno 3 (1930) tera» (C 8, §81, 256); en resumen,
Gramsci prefiere adoptar «grupo la clase es a casta como la moder-
social» en lugar de «clase» para nidad capitalista es para la Edad
escapar de la censura se confirma- Media feudal, lo que, por supues-
ría por el hecho de que la palabra to, no excluye la recurrencia de las
«clase» se concentra durante apro- formas de castas en las socieda-
ximadamente una cuarta parte de des modernas sino, precisamen-
las menciones totales (más de 500 te, aparecen como un fenómeno
ocurrencias singulares y tantas en regresivo y, más precisamente,
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Clase, clases
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Coerción
nera similar, la bella (y rara en los caciones, que van desde la teoría
Cuadernos) expresión «clase histó- de la educación hasta la teoría po-
rica» se refiere a la burguesía ita- lítica propiamente dicha y que ge-
liana del Risorgimento, en oposi- neralmente no tiene un valor in-
ción a la pequeña burguesía («el trínsecamente negativo, ya que
Partido de Acción no se apoyaba en los diversos campos Gramsci
específicamente en ninguna cla- parece comprender la necesidad,
se histórica»: C 1, §44, 106; Texto e incluso la positividad, de un
C: C 19, §24, 387), pero el uso de componente coercitivo. En su car-
Gramsci de la expresión en refe- ta a Giulia del 30 de diciembre de
rencia a la burguesía italiana del 1929, de hecho, escribe sobre la
siglo XVI (desaprobando el mal- educación de su hijo Delio y su-
entendido del crítico Ireneo Sane- braya cómo esta se basa en una
si sobre las comedias de ese siglo) concepción excesivamente «meta-
es notable: «Para Sanesi, los escri- física», construida en torno al su-
tores de la nueva clase histórica puesto de que el niño ya está po-
son retrógrados y son revolucio- tencialmente presente en el hom-
narios los escritores cortesanos: es bre, que bastaría dejar desarro-
asombroso» (C 5, §104, 322). llar ese elemento latente con una
Pero nada revela mejor la de- simple ayuda y sin «coacción», de
cisiva estructura marxista del ahí que concluye: «Yo en cambio
pensamiento gramsciano que el pienso que el hombre es toda una
uso del concepto de «clase funda- formación histórica obtenida con
mental», que siempre y exclusiva- coacción (entendida no sólo en el
mente se refiere a la burguesía y sentido brutal y violencia exter-
la clase trabajadora: «Aunque sea na) y sólo esto pienso: que de otra
cierto que para las clases [fonda- manera caeríamos en una forma
mentali, en el original, NdE] pro- de trascendencia o inmanencia»
ductivas fundamentales (burgue- (LC 301). Es el mismo tipo de coer-
sía capitalista y proletariado mo- ción que permite a «un estudioso
derno) el Estado no es concebible de cuarenta años» permanecer
más que como forma concreta de sentado en una mesa durante va-
un determinado mundo económi- rias horas seguidas: ¿habría podi-
co, de un determinado sistema de do hacerlo – se pregunta Gramsci
producción» (C 10 II, §61, 232). – «si de niño no hubiese adquiri-
RAUL MORDENTI do coactivamente, por coacción
mecánica, los hábitos psicofísicos
Coerción apropiados?» (C 12, §2, 377). Sin
El lema tiene en los textos car- embargo, la asunción de ciertos
celarios una amplia gama de apli- hábitos a través de la coerción no
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Corporativismo
entre los que gobiernan y los que aportes producidos, primero por
son gobernados, preparando el la cultura antifascista, y luego por
«consenso “espontáneo”» (Ibid.), la historiografía – a denunciar el
donde obviamente «espontáneo» fracaso de ese experimento insti-
solo puede estar entre comillas, es tucional. De hecho, el análisis de
decir, que es espontáneo solo en los Cuadernos subraya la plurali-
apariencia. dad de razones y procesos en los
También hay algunos casos que se fundamenta el corporati-
particulares en los que se requie- vismo: la relevancia del nuevo or-
re consentimiento a partir de una denamiento sindical o la función
situación en la que el Estado por de «policía económica» (C 22, §6,
sí solo no está en condiciones de 74); el vínculo entre la legislación
obtenerlo: «la Iglesia se compro- corporativa y el “americanismo”
mete con una determinada for- y entre la ideología corporativa y
ma de gobierno (que es determi- el consenso de la clase media; la
nada desde fuera, como lo docu- lenta aparición de nuevos mode-
menta el propio concordato) para los de mediación entre institucio-
promover aquel consenso de una nes e instancias sociales que susti-
parte de los gobernados que el Es- tuyan a los sistemas parlamenta-
tado explícitamente reconoce no rios tradicionales.
poder obtener con medios pro- El corporativismo se presen-
pios» (C 16, §11, 269). Es el caso ta, ante todo, como una acción de
del fascismo que, incapaz de ob- “policía económica”, vale decir,
tener el consentimiento de todos como represión del conflicto y la
los gobernados en la construcción libertad de organización, como
del Estado totalitario, recurre a la reglamentación de las estructu-
Iglesia (también gracias al Con- ras organizativas, pero también y
cordato) para obtener el consenti- al mismo tiempo, como reconoci-
miento de esa «parte de los gober- miento del valor público del sin-
nados» que no pudo conseguir de dicato (aunque sea de un sindica-
otra manera, esto es, haciendo uso to en gran parte vaciado y subor-
de las estructuras del partido y su dinado a la política). El término
propaganda. “policía” es pensado por Gramsci
LELIO LA PORTA en un sentido amplio, tal como
aclara en otros lugares de los Cua-
Corporativismo dernos (C 2, §150, 305). En parti-
La reflexión sobre el corporati- cular, analizando las formas mo-
vismo fascista que Gramsci desa- dernas de la política a partir de
rrolla en los Cuadernos no se limi- la Francia de Napoleón III, aclara
ta – a diferencia de muchos de los que la “policía” no está vinculada
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D
Democracia ponentes de aquello que Gramsci
Como señala el mismo denomina el Partido de Acción,
Gramsci, «tantos [son los, NdA] al que se oponen victoriosamente
significados de la democracia» (C los «moderados» (C 2, §56, 254).
8, §191, 313). En los Cuadernos hay Gramsci obviamente es cons-
muchas referencias a la corriente ciente de los diferentes desarro-
político-ideológica que, al menos llos que han tenido las ideas de-
a partir de Rousseau y su «demo- mocráticas, a veces en conver-
cracia subversiva» (C 5, §141, 355), gencia, a veces en oposición con
se abrió paso primero durante la respecto a las ideas liberales, así
Revolución francesa y, posterior- como de las alternativas que el
mente en el siglo XIX, como la más lema contiene: en primer lugar,
avanzada del proceso de insur- aquella de una democracia pura-
gencia de la burguesía. Gramsci mente política vs. una democracia
señala, asimismo, que «se puede también socioeconómica. Él, pro-
observar el desarrollo paralelo de veniente del marxismo tercer-in-
la democracia moderna y de de- ternacionalista, considera – con
terminadas formas de materia- Lenin – que aquello que se deno-
lismo metafísico e idealismo. La mina en general “democracia” es
igualdad es buscada por el mate- “democracia burguesa”, es decir,
rialismo francés del siglo XVIII en la democracia liberal, parlamenta-
la reducción del hombre a catego- ria y delegada. En los años de Tu-
ría de la historia natural […] esen- rín, Gramsci critica esta democra-
cialmente igual a sus semejantes» cia hostil a los «proletarios» (Li-
(C 10 II, §35, 170). Los «demócra- bertad, 2 de septiembre de 1916, en
tas» del Risorgimento son los ex- CT 525; El apocalipsis, 12 de febrero
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ra» (C 11, §12, 254). «El materialis- Finalmente, así como hay una
mo histórico es la coronación su- lucha entre hegemonías opuestas,
prema de todo este movimiento así como en la vida social en la de
de reforma intelectual y moral, en cada individuo, las tensiones dia-
su dialéctica cultural popular-alta lécticas también surgen en la exis-
cultura» (C 4, §3, 136). Gramsci no tencia individual: «La personali-
ignora la complejidad y la dura- dad y la voluntad son productos
ción de tal proceso, especialmente dialécticos, de una lucha interna
cuando escribe: «la vinculación de que puede y debe ser exterioriza-
las diferentes clases rurales que se da, cuando internamente el anta-
realiza en un bloque a través de gonista es sofocado por un pro-
las distintas capas intelectuales ceso mórbido; lo importante sería
puede se disuelta por el acceso a que el “tormento” no fuera un tor-
una nueva formación [...] sólo si mento abstracto, sino un producto
se hace presión en dos direccio- concreto de la conciencia movida
nes: sobre los campesions de base y vibrada racionalmente» (LC 505,
aceptando sus reivindicaciones y a Iulca, 7 de diciembre de 1931).
haciendo de ellas parte integrante Y «la serenidad se puede encon-
del nuevo programa de gobierno, trar incluso desatando las contra-
y sobre los intelectuales insistien- dicciones más absurdas y bajo la
do en los motivos que más pue- presión de la necesidad más im-
den interesarles. La relación entre placable, si se puede pensar “his-
estas dos acciones es dialéctica: si tóricamente”, dialécticamente e
los campesinos se mueven, los in- identificar una tarea propia o una
telectuales comienzan a oscilar, y tarea bien definida y limitada con
recíprocamente si un grupo de in- sobriedad intelectual» (LC 545, a
telectuales se sitúa en una nueva Tania, 7 de marzo de 1932).
base, acaban por arrastrar hacia sí GIUSEPPE PRESTIPINO
fracciones de masas cada vez más
importantes. Puede decirse, dada Dictadura
la dispersión y el aislamiento de El lema aparece ya en la re-
la población rural y la dificultad flexión previa a la prisión y asu-
consiguiente de concentrarla en me un significado de considera-
fuertes organizaciones, que con- ble importancia desde el punto
viene iniciar el trabajo político de de vista político, especialmente
los intelectuales, pero en general en relación con los acontecimien-
es la relación dialéctica entre las tos que siguieron a la conquista
dos acciones lo que hay que tener del poder por los bolcheviques.
presente» (C 1, §44, 114). Comentando en “Il Grido del Po-
polo” sobre la disolución de la
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lo tanto, según Gramsci, sería im- cada nuevo tipo de Estado» (C 11,
propia – a partir de este ejemplo §5, 241). Pero en todo tipo de Es-
histórico –, una definición de Es- tado en la época de la dictadura
tado que no tomara en cuenta la se asocia el funcionamiento ideo-
distinción decisiva «entre socie- lógico y económico; el Estado, se-
dad civil y sociedad política, en- ñala Gramsci, debe entenderse
tre dictadura y hegemonía» (C 10 en su totalidad: «En la política el
II, §7, 143), entre dominación y di- error se produce por una inexacta
rección. comprensión de lo que es el Esta-
Maquiavelo fue el primero do (en el significado integral: dic-
en comprender que los temas de tadura + hegemonía)» (C 6, §155,
la «gran política», es decir, de la 112). Esta «inexacta comprensión»
creación y el mantenimiento de también ha tenido espacio dentro
nuevos Estados, pasan por el aná- del marxismo, especialmente por
lisis del vínculo entre dictadura y parte de Trotsky y su insistencia
hegemonía. De hecho, en El Prín- en el concepto de revolución per-
cipe se trata del concepto de dic- manente (Ibid.). La ineficacia de
tadura, «el momento de la auto- la aplicación de esta «cosa abs-
ridad y del individuo» (C 13, §5, tracta, de gabinete científico» (C
20), mientras que en los Discursos 1, §44, 120), se manifestó tanto en
«el de la hegemonía (momento 1905 como posteriormente; por
de lo universal y de la libertad)» otra parte, quienes lo utilizaron
(Ibid.). Pero incluso en El Prínci- «en su formación histórica, con-
pe hay indicios de hegemonía «o creta, viviente, adaptada al tiem-
consenso», junto con observacio- po y al lugar» (Ibid.) no cometie-
nes sobre la autoridad y la fuerza, ron el mismo error, al darse cuen-
es decir, sobre la dictadura. Por ta de que debía transformarse en
tanto, las formas de Estado hipo- una «alianza entre dos clases con
tizadas por Maquiavelo, el prin- la hegemonía de la clase urbana»
cipado y la república, no se pre- (Ibid.). Gramsci señala aún más
sentan como un par de opuestos, en el Texto C (v. también C 13, §7,
sino más bien como realizacio- 22), en el que escribe que el desa-
nes concretas de los dos momen- rrollo del concepto de hegemonía
tos de autoridad, individualidad conduce a cambios sustanciales
o dictadura, por un lado, y de li- en la acción de los partidos polí-
bertad, universalidad o hegemo- ticos, cambios que se originan en
nía, por el otro. Por otra parte, se- «la lucha contra la teoría de la lla-
gún Gramsci, para Maquiavelo el mada revolución permanente, a la
principado es «el periodo dictato- que se contraponía el concepto de
rial que caracteriza los inicios de
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E
Economía dio después del comienzo del tra-
En los Cuadernos, en una pri- bajo carcelario. Al final de un com-
mera fase de trabajo, como de he- plejo texto dedicado a las Relacio-
cho también en años anteriores, la nes entre estructura y superestructu-
primera preocupación de Gramsci ras (título de C 4, §38), Gramsci ob-
se refiere a la economía no como serva que las reflexiones que hace
ciencia, sino como sinónimo de sobre el vínculo gnoseológico y no
estructura económica en relación meramente psicológico entre eco-
con las superestructuras, con el nomía e ideología, nos llevan a
objetivo de contrastar las interpre- pensar que «la aportación máxima
taciones economicistas del mar- de Ilich [Lenin, NdA] a la filosofía
xismo, generalizadas tanto en el marxista, al materialismo históri-
entorno socialista, en los años de co, aportación original y creativa»
Turín de Gramsci – en las diver- no debe considerarse meramente
sas combinaciones de marxismo y política. Si es cierto que existe un
positivismo –, como en el entorno vínculo orgánico entre los distin-
comunista, en los años del encar- tos momentos, entonces «Ilich ha-
celamiento de Gramsci – en forma bría hecho progresar al marxismo
del marxismo soviético, del cual la no sólo en la teoría política y en la
Teoría del materialismo histórico de economía, sino también en la fi-
Bujarin ofrece un ejemplo para- losofía (o sea al haber hecho pro-
digmático. De hecho, el primer in- gresar la doctrina política habría
dicio fugaz de una reflexión sobre hecho progresar también la filoso-
la ciencia económica en cuanto tal fía)» (Ivi, 177).
aparece en los Cuadernos en octu- Esta idea, referida principal-
bre de 1930, más de un año y me- mente a la filosofía, es retoma-
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Estado
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Estado
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Estado
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Estado
pero también lugar (de lucha he- utilizado en este caso en sentido
gemónica) y proceso (de unifica- tradicional, es decir, no “amplia-
ción de las clases dirigentes). Esto do”, no comprende aquellos orga-
es, no debe olvidarse que el Es- nismos que en el correspondien-
tado integral está atravesado por te Texto C (C 12, §1, 357) Gramsci
la lucha de la hegemonía, por lo define como «vulgarmente deno-
que la clase subalterna lucha por minados “privados”». Aún en el
mantener la propia autonomía y C 10 II, §15, 149 Gramsci vuelve a
a veces por construir una propia expresar el mismo esquema triá-
hegemonía, alternativa a aquella dico; aquí también hay un «mun-
dominante, disputando a la clase do económico» que desborda a la
dominante el sentido común. verdadera «estructura económi-
La ampliación del concepto de ca».
Estado también tiene lugar en el Es difícil sobrevalorar la im-
sentido de la comprensión de la portancia que Gramsci atribuye al
nueva relación entre política y Estado en la afirmación y mante-
economía. Partiendo de la con- nimiento de una nueva hegemo-
ciencia de la no separación de las nía de clase. Encontramos en el
dos realidades, Gramsci capta el Cuaderno 3 algunos pasajes que
nuevo papel que el político ad- van en esta dirección: C 3, §31, 36
quirió en el siglo XX en relación («desde el momento en que exis-
con la producción económica y se te un nuevo tipo de Estado, nace
detiene sobre el nuevo fenóme- [concretamente] el problema de
no del «capitalismo de Estado». una nueva civilización»); C 3, §46,
Debe subrayarse que Gramsci 50 («escasa comprensión del Es-
también utiliza, aunque raramen- tado significa escasa conciencia
te, un esquema triádico, com- de clase»); C 3, §90, 89 («La unifi-
puesto por economía, sociedad cación histórica de las clases diri-
civil y Estado, por ejemplo, cuan- gentes está en el Estado y su histo-
do leemos que «la relación entre ria es esencialmente la historia de
los intelectuales y la producción los Estados y de los grupos de Es-
[...] es mediada por dos tipos de tados»). Para Gramsci, una clase
organización social: a] por la so- se encuentra madura para propo-
ciedad civil, o sea el conjunto de nerse a sí misma como hegemóni-
organizaciones privadas de la so- ca solo cuando sabe «unificarse en
ciedad, b] por el Estado» (C 4, §49, el Estado» (Ivi, 90).
188). Aquí la producción se distin- El interés por el Estado se ma-
gue claramente tanto de la socie- nifiesta de diversas formas. En el
dad civil (en el sentido gramscia- Cuaderno 3 también se encuentra
no), como del Estado, un término un rápido esbozo de la historia del
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Estado
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Estadolatría
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Estadolatría
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Estructura
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Estructura
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Ético-político
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F
Fascismo un fundamento interpretativo se-
El lema aparece en veintiu- gún el cual el fascismo no es rele-
na notas de los Cuadernos y nun- vante en sí sino para sí: «no exis-
ca en las Cartas de la cárcel y, aun- te una esencia del fascismo en el
que aparece con mayor frecuencia fascismo mismo» (La crisis italiana.
como adjetivo, puede figurar al Relación al CC del 13-14 de agosto de
margen del corpus carcelario con 1924, en CPC 33). El proyecto de
respecto a grandes temas filosófi- su investigación en la cárcel, tra-
cos, lingüísticos e históricos. Aun zado al inicio del Cuaderno 1, pue-
así, constituye la trama de cone- de verse ahora como una indaga-
xión, el problema central y más ción sobre las matrices del fascis-
dramático: «Una pregunta no for- mo, entendido por un lado como
mulada nos acompaña, si sabemos producto de la historia nacional,
leerlos, en cada cuaderno, en cada del proceso de unificación y de la
página: – ¿Cómo esto fue posible?, cultura italiana en sentido amplio
¿cómo esto puede desaparecer?» y, por el otro, como producto espe-
(Togliatti 2001, 177). Más allá de la cífico de la Primera Guerra Mun-
censura, en la formulación meta- dial y las transformaciones del ca-
fórica de la investigación pesa la pitalismo. En tales coordenadas
radicalidad de los interrogantes. se ubican los tres núcleos enun-
Gramsci busca una respuesta «für ciados por Gramsci a Tania el 25
ewig» a la candente derrota del de marzo de 1929: «1° La historia
movimiento obrero y a la traición italiana del siglo XIX, con especial
de amplios sectores del socialismo atención a la formación y desarro-
italiano empezando por Mussoli- llo de grupos intelectuales; - 2° La
ni. Por eso sigue coherentemente teoría de la historia y de la histo-
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Filosofía
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Filosofía de la praxis
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Filosofía de la praxis
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Filosofía de la praxis
tica no puede ser más simplifica- una filosofía que es también una
da como un simple efecto deter- política y una política que es tam-
minado por elementos estructura- bién una filosofía» (C 16, §9, 264),
les. Estructura y superestructura se convierten, pues, en el «primer
son, precisamente, una relación. momento» en el que los hombres
Así, en las notas sobre la filosofía cobran conciencia de los conflic-
de Croce del C 10 I, §7 «el proble- tos de la estructura y, con la «afir-
ma más importante a discutir […] mación voluntaria», se disponen a
es éste: si la filosofía de la praxis transformarlos (C 8, §61, 248).
excluye la historia ético-política, Mientras le reprocha a Croce
o sea […] no da importancia a la una forma de «racionalismo an-
dirección cultural y moral y juzga tihistoricista» (C 10 I, §6, 124; v.
realmente como “apariencias” los también C 10 II, §1, 139) así como
hechos de superestructura. Pue- una “mecanicidad” antidialécti-
de decirse que no sólo la filosofía ca, Gramsci ve, en la «filosofía ul-
de la praxis no excluye la historia traespeculativa» de Gentile, una
ético-política, sino que incluso la mera «composición formal y ver-
fase más reciente de desarrollo de bal» de las “contradicciones” cro-
ésta consiste precisamente en la cianas (C 10 I, §7, 125). Gentile
reivindicación del momento de también supone que el marxismo
hegemonía como esencial en su es un monismo (materialista) que
concepción estatal y en la “valo- se contradice a sí mismo al pro-
rización” del hecho cultural, de poner un pensamiento producto
la actividad cultural, de un fren- de causas materiales, pero siem-
te cultural como necesario junto a pre por fuera de ellas. Gramsci
aquellos meramente económicos responde nuevamente que el ma-
y meramente políticos» (Ivi, 126). terialismo histórico, como filoso-
En una filosofía de la praxis «don- fía de la praxis, no es el monis-
de todo es práctica» (C 8, §61, 143), mo materialista de Feuerbach; sin
el acto eminentemente práctico – embargo, el voluntarismo en la
la política – no puede ser «autó- base de esta filosofía ni siquiera es
nomo», sino la filosofía en sí mis- una forma – «ultraespeculativa» –
ma – visión del mundo, creación de espiritualismo o idealismo en
de «relaciones humanas» (C 10 II, el que el acto permanece como un
§6, 142) entre los hombres, entre pensamiento abstracto que se pro-
hombres y cosas, la relación hu- pone a sí mismo como autocon-
mana misma. No solamente la po- ciencia, sino voluntad de hombres
lítica, sino, incluso, el trabajo cul- concretos e históricamente deter-
tural y las ideologías, sin excluir la minados: «Ni el monismo mate-
misma «filosofía de la praxis […] rialista ni el idealista, ni “Mate-
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pliados, una mejor colocación: en- corriente filosófica deja una sedi-
tre las notas de Introducción al es- mentación de “sentido común”»
tudio de la filosofía (Cuaderno 11); en (C 1, §65, 140), no «algo rígido e
las Observaciones sobre el «Folclore» inmóvil», sino que «se transforma
(Cuaderno 27); menos condensada, continuamente [...] El “sentido co-
la palabra aparece también en Li- mún” es el folklore de la “filoso-
teratura popular (Cuaderno 21) y en fía” y constituye el punto medio
Crítica literaria (Cuaderno 23); algu- entre el “folklore” auténtico (tal
nas referencias en los Cuadernos como es entendido) y la filosofía».
12 y 24. Hay además interesantes Crea «el futuro folklore, o sea una
Textos B (C 5, 156, 361, Folklore y C fase más o menos rígida de cier-
9, §15, 20, Folclore) retrabajados en to tiempo y lugar. (Habría que fi-
el ámbito de la edición temática de jar bien estos conceptos, meditán-
los Cuadernos, en el volumen Lite- dolos a fondo)» (Ibid.). Se instaura
ratura y vida nacional (1950), para una inmediata relación entre fol-
completar las dos notas origina- clore, sentido común y filosofía,
les de Observaciones sobre el «Fol- relación que constituye el primer
clore». En la reflexión gramsciana bloque de esos conceptos (visión
sigue siendo central la atención y concepción del mundo, religión,
teórico-filosófica, si bien en los es- sentido común, conformismo, tra-
critos de la cárcel están presentes dición, moral, etc.) que vienen a
ulteriores aspectos, metodológi- formar una “red conceptual” en
cos y temáticos (clasificación del torno al concepto de «ideología».
folclore, consideraciones sobre al- La importancia de las observa-
gunos temas del folclore jurídico, ciones gramscianas está en la di-
sobre los proverbios, de literatura versa perspectiva al leer la materia
y teatro populares, etc.), que en- folclórica respecto a los estudio-
riquecen el abanico de elementos sos de su tiempo. Para Gramsci,
(normas, tendencias y dinámicas) el folklore «ha sido estudiado has-
útiles para definir una estrategia ta ahora (en realidad hasta ahora
política y práctica. La reflexión solamente se ha recogido material
sobre el folclore llegará a resulta- en bruto) como elemento “pin-
dos tan avanzados al grado de ser, toresco”. Habría que estudiarlo
todavía ahora, terreno de vivaz y como “concepción del mundo” de
productiva discusión crítica. Fol- determinados estratos de la socie-
clore y sentido común es el vín- dad, que no han sido tocados por
culo que de inmediato asoma en las corrientes de pensamiento mo-
los Cuadernos, donde Gramsci ob- dernas. Concepción del mundo no
serva que «cada estrato social po- sólo no elaborada y sistematizada
see su “sentido común”» y «cada [...], sino múltiple, en el sentido de
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tra cómo eso es «un elemento del mosaico de las tradiciones» (C 27,
disgregado sentido común», don- §1, 204).
de en nexo religión-sentido co- Existen todos los elementos
mún es mucho más «íntimo» que para juzgar el folklore, como el
el nexo sentido común-filosofía (C sentido común, una «concepción
11, §12, 247). La religión actual, así del mundo disgregada, incohe-
como las pasadas, deja sedimen- rente, inconsecuente» (C 8, §173,
tos en las costumbres y contribuye 303) y, en otros lugares, «fragmen-
a la formación de la «“moral del taria», «mecánica», «degradada»,
pueblo”» con «imperativos que «estratificada», «ocasional». Ad-
son mucho más fuertes, tenaces jetivos que califican el folklore de
y efectivos que los de la “moral” manera negativa, regresiva, con-
oficial» (C 27, §1, 204). Contex- servadora o pasiva. Pero éste pro-
tualmente, Gramsci profundiza duce de manera espontánea tam-
la crítica a cierta publicidad su- bién fragmentos positivos, pro-
perficial acerca del “derecho natu- gresivos, innovadores y activos
ral”. Entre los puntos analizados, en esos estratos de la población
Gramsci se centra en esa «masa capaces de expresar verdaderos
de opiniones “jurídicas” popula- «intelectuales orgánicos». El pen-
res, que asumen la forma del “de- samiento gramsciano les confía a
recho natural” y son el “folklore” ellos la tarea, trabajando en estos
jurídico», es decir «aquel conjun- elementos, de actuar para trans-
to de opiniones y creencias sobre formar el contexto social determi-
los derechos “propios” que circu- nado («bloque histórico», «con-
lan ininterrumpidamente en las senso», «hegemonía»), introdu-
masas populares, que se renuevan ciendo formas de nueva cultura y
de continuo bajo el impulso de las una nueva concepción del mundo.
condiciones reales de vida y de la Reforma intelectual y moral, pro-
espontánea confrontación entre greso intelectual de masa no pue-
el modo de ser de las diversas ca- den ocurrir si no es elevando cali-
pas» (C 27, §2, 206-207): él muestra dad, competencia y saberes de un
la influencia de la religión en estas mundo subalterno, apoyándose
corrientes. Además de estos ele- en la capacidad autónoma y es-
mentos, también el pensamiento pontánea de su parte progresiva
y la ciencia moderna con «nocio- y activa, en la función educativa
nes científicas y ciertas opiniones, de una escuela que entrelace con
desgajadas de su conjunto y más sapiencia pensamiento crítico y
o menos desfiguradas, se introdu- prácticas del hacer, en el papel de
cen continuamente en el dominio la política-filosofía de la praxis, es
popular y son “injertadas” en el decir un pensamiento “coherente
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Ford y del nuevo modelo indus- (Ivi, 359-360). En esa rápida des-
trial que lleva su nombre, parece cripción está contenido un nú-
derivar también una problemá- cleo esencial del razonamiento
tica teórica e ideológica. Por otro que Gramsci realiza en las notas
lado, esa observación resulta fun- sobre el fordismo y que luego de-
damental en el enfoque gramscia- rivarán en el célebre Cuaderno 22.
no al fordismo, entendido como Se podría sostener, con terminolo-
expresión de una filosofía social y gía marxiana, que con «fordismo»
de vida que es totalmente aplas- Gramsci se refiere a una relación
tada por la enorme productividad social de producción y reproduc-
de las estructuras y que, en ese ción correspondiente a una rela-
sentido, y únicamente en este sen- ción material de producción, que
tido, es capaz de ejercer «hegemo- es el «taylorismo»; ambos remi-
nía» en todo el cuerpo social. ten o están incluidos en el modo
El 20 de octubre de 1930 de producción que es el america-
Gramsci le escribe muy preocu- nismo, como variante o desarrollo
pado a Tatiana acerca de la salud del capitalismo. Con respecto a la
psicofísica de Giulia. Habla de la época de Marx, se debe observar
dificultad psicológica, además (como lo demuestra el pasaje ci-
de social, para «nosotros, los eu- tado) que Gramsci destaca cómo
ropeos, todavía [...] demasiado en su tiempo la relación de produc-
bohemios», para estar al paso de ción determinaba de manera con-
los tiempos, caracterizados por secuente un modo de reproduc-
el maquinismo que «nos tritura», ción social de la vida. Dicho en
entendiendo el «maquinismo en términos menos mecanicistas: la
sentido general, como organiza- estrecha conexión entre el modo
ción científica también del traba- y las relaciones de producción y
jo conceptual» (LC 360). En ese reproducción se convirtió en una
contexto Gramsci cita a Ford, que de las características sobresalien-
tal cual como otros «industriales tes del nuevo capitalismo (ameri-
americanos», «tiene un equipo de cano-fordista).
inspectores que controlan la vida La descripción del fordis-
privada de los empleados y les mo presupone la del taylorismo.
imponen cierto régimen de vida: Este último implica que el obre-
controlan su comida, su cama, el ro, «apéndice de la máquina» (lo
tamaño de sus cuartos, sus horas decía ya Marx) en la gran fábri-
de descanso e incluso cosas más ca, sea tratado tendencialmen-
íntimas; quien no se somete, es te como una máquina. El trabajo
despedido y no recibe los 6 dó- vivo es “científicamente” estudia-
lares de salario mínimo diario» do, analizado, diseccionado, ato-
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H
Hegemonía que se está imponiendo una serie
La primera aparición del tér- de otros problemas: la formación
mino «hegemonía» tiene lugar en y la ampliación de la clase diri-
C 1, §44, 107, donde encontramos gente, la necesidad de establecer
la expresión «“hegemonía políti- relaciones más íntimas y segu-
ca”», expresión introducida por ras entre los grupos dirigentes y
Gramsci, entre comillas, para in- la masa popular-nacional, o sea
dicar su particular significado res- de reorganizar la hegemonía cul-
pecto de la acepción genérica de tural». Hegemonía cultural que a
“preeminencia”, “supremacía”, su vez no se contrapone a la po-
que se encuentra en la continua- lítica, como testimonia el uso de
ción del mismo punto, acabando expresiones como «hegemonía
por constituir un espectro extre- político-cultural», «político-inte-
madamente amplio de significa- lectual», «intelectual, moral y po-
dos en un ámbito de contextos lítica», y similares, así como la te-
que va de la economía a la litera- sis de que «la filosofía de la pra-
tura, de la religión a la antropolo- xis concibe la realidad de las rela-
gía, de la psicología a la lingüísti- ciones humanas de conocimiento
ca. Se trata, por lo demás, de dis- como elemento de “hegemonía”
tinciones, por decirlo con termi- política» (C 10 II, §6, 143).
nología gramsciana, «metódicas» Por lo que atañe al significa-
y no «“orgánicas”», como parece do a atribuir al término «hegemo-
claro en la última aparición del nía», desde el principio (C 1, §44,
término (C 29, §3, 231): «Cada vez 107) Gramsci oscila entre un sen-
que aflora, de un modo u otro, la tido más restringido, contrapues-
cuestión de la lengua, significa to a «dominio», de «dirección»
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Hegemonía
y uno más amplio que abarca a los EE. UU., en que (C 1, §61, 136)
ambos (dirección más dominio). «la hegemonía nace de la fábrica
Así escribe que «una clase es do- y no tiene necesidad de tantos in-
minante de dos maneras, esto es, termediarios políticos e ideológi-
“dirigente” y “dominante”. Es cos», porque «no se ha verificado
dirigente de las clases aliadas, es todavía (si no esporádicamente
dominante de las clases adversa- quizá) alguna floritura “superes-
rias. Por ello una clase ya antes tructural”, por lo tanto no se ha
de subir al poder puede ser “diri- planteado aún la cuestión funda-
gente” (y debe serlo): cuando está mental de la hegemonía». En C 6,
en el poder se vuelve dominante §10, 19 Gramsci dirá que «Améri-
pero sigue siendo también “diri- ca no ha superado todavía la fase
gente”». La oscilación prosigue económico-corporativa, atrave-
en las notas posteriores, creando sada por los europeos en la Edad
no pocas dificultades interpreta- Media»; en C 8, §185, 311 el juicio
tivas que pueden ser resueltas al alcanzará incluso a toda forma
menos en parte por referencia al estatal nueva: «Si es verdad que
contexto. En el C 1, §48, 124, por ningún tipo de Estado puede de-
ejemplo, se distingue entre «ejer- jar de atravesar una fase de primi-
cicio “normal” de la hegemonía tivismo económico-corporativa,
en el terreno que ya se ha hecho de ahí se deduce que el contenido
clásico del régimen parlamentario de la hegemonía política […] debe
[…] caracterizado por una combi- ser predominantemente de orden
nación de la fuerza y del consen- económico».
so que se equilibran» (hegemonía El terreno sobre el que se desa-
como dirección más dominio), y rrolla la «lucha por la hegemonía»
situaciones en las que «el apara- es el de la sociedad civil (C 4, §46,
to hegemónico se resquebraja y el 185). La relación entre hegemonía
ejercicio de la hegemonía se hace y sociedad civil ya había sido te-
cada vez más difícil» (hegemonía matizada en C 4, §38, 169-171, de-
vs. dominio). Tales situaciones, dicado a las Relaciones entre estruc-
aquí definidas como «“crisis del tura y superestructuras. Gramsci
principio de autoridad” - “disolu- distingue ahí tres momentos: el
ción del régimen parlamentario”» primero está «estrictamente liga-
y más adelante como «crisis orgá- da a la estructura»; el segundo «es
nica», o explícitamente como «cri- la “relación de fuerzas” políticas»;
sis de hegemonía» (C 13, §23, 52), el tercero «es el de la “relación de
pueden asimilarse a aquellas en fuerzas militares”». El segundo
que el Estado no se ha desarrolla- momento atraviesa diversas fa-
do aún plenamente: es el caso de ses, que culminan en la «más es-
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I
Ideología mente innovadora, pero nunca en
Si bien en los Cuadernos el tér- contraste explícito con la marxia-
mino «ideología» aparece con una no-engelsiana – la confirmación
amplia gama de significados, es, de la importancia de tales «for-
sin embargo, elaborado y usa- mas». Además, utiliza la batalla
do de modo no accidental por que el último Engels lleva a cabo
Gramsci sobre todo en una acep- para restablecer una visión dia-
ción nueva con respecto a la pre- léctica del nexo estructura-supe-
dominante en Marx. Gramsci no restructura con el fin de sostener
conoce La ideología alemana – que la importancia y la «eficacia histó-
no se publica hasta los años vein- rica» de las «esferas ideológicas».
te y treinta del siglo XX –, donde Una concepción cuando menos
ideología significa «conciencia in- neutra, no negativa de la ideolo-
vertida» del mundo real, ni utili- gía, se difunde entre el s. XIX y el
za la definición del último Engels, XX también en el campo marxista
que ve en la ideología una «falsa y socialista. El ejemplo más nota-
conciencia». En vez de ello, in- ble es el del ¿Qué hacer? de Lenin,
terpreta un pasaje del Prólogo del que plantea la alternativa: «ideo-
’59 a la Contribución a la crítica de logía burguesa o ideología socia-
la economía política de Marx en el lista». Formulaciones de este tipo
que se afirma que a través de las aparecen ya en el joven Gramsci,
formas ideológicas los hombres que, por ejemplo, considera «el
«cobran conciencia» (Marx 1980, presidente Wilson» y «los maxi-
50) y abordan los conflictos eco- malistas rusos» como «extremo
nómico-sociales: de aquí Gramsci eslabón lógico de las ideologías
deriva – con una lectura fuerte- burguesas y proletarias» (Wilson
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Ideología
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zan” las masas humanas, forman los y clubes de distinto tipo, hasta
el terreno en el que los hombres la arquitectura, la disposición de
se mueven, adquieren conciencia las calles y los nombres de éstas»
de su posición, luchan, etcétera» (C 3, §49, 55). A «este complejo
(Ibid.). formidable de trincheras y forti-
La importancia de las ideolo- ficaciones de la clase dominante»
gías deriva del hecho de que «“or- la «clase innovadora» contrapo-
ganizan”» a las masas: Gramsci ne el «espíritu de escisión» que,
retoma varias veces una afirma- a través de «un complejo trabajo
ción de Marx sobre el hecho de ideológico», intenta dar concien-
que «una convicción popular cia histórica a la clase antagonis-
tiene frecuentemente la misma ta y a sus aliados. Es gracias a la
energía que una fuerza material» ideología que un sujeto colectivo
(Ibid.). La lucha por la hegemonía se vuelve consciente de sí y, por
es lucha de ideologías: no se tra- lo tanto, puede contraponerse a
ta de una pura “batalla de ideas”, la hegemonía adversaria: la ideo-
estas ideas tienen una «organiza- logía como lugar de constitución
ción material» (C 3, §49, 55), se ar- de la subjetividad colectiva. Si no
ticulan en “aparatos”. La ideolo- se comprende, pues, que este su-
gía parece habitar no tanto en la jeto, vuelto consciente de sí, debe
sociedad civil cuanto en el Estado dotarse de un «aparato hegemó-
“integral” (o “ampliado”, como se nico» (“ideológico”) propio para
dice habitualmente en el ámbito librar su lucha en las “fortalezas
de la crítica gramsciana), también y casamatas” concretas del Esta-
porque – como aclara Gramsci, en do «integral», se permanecería
C 10 II, §41 IV, 190 – la ideología en una concepción idealista y a
«da el cemento más íntimo a la so- la vez racionalista-iluminista. El
ciedad civil y por lo tanto al Esta- pensamiento, en cambio, da fuer-
do». La clase dominante tiene una za y organiza en el momento en
propia «estructura ideológica», que está organizado, también por
o «la organización material ten- lo que se refiere a las clases subal-
diente a mantener, a defender y ternas que no son, sino que quie-
a desarrollar el “frente” teórico o ren volverse hegemónicas, a par-
ideológico [...] La prensa es la par- tir de ese «centro homogéneo de
te más dinámica de esta estructura un modo de pensar y de actuar»
ideológica, pero no la única: todo (C 1, §43, 99) que para Gramsci es
aquello que influye o puede in- el partido político.
fluir en la opinión pública directa El término «ideología» es usa-
o indirectamente le pertenece: las do en los primeros Cuadernos, en
bibliotecas, las escuelas, los círcu- contextos ocasionales, también en
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bería dar lugar a una serie de relacionados con las diversas ar-
ensayos sobre la historia de la ticulaciones en las que se desa-
cultura, esto es, Kulturgeschich- rrollan sus funciones conectivas
te, y, al mismo tiempo, de la his- y organizativas: funciones que
toria de la ciencia política. Para él percibe en el presente, esto es,
Gramsci se trata, fundamental- en la «estructura masiva de las
mente, de la «cuestión política democracias modernas» (C 13,
de los intelectuales». La expre- §7, 22), en el «sistema social de-
sión se repite en el Cuaderno 11 y mocrático-burocrático» (C 12, §1,
se sitúa en relación con un pro- 358), que son íntimamente consti-
blema crucial: la profundización tutivas de la trama de los saberes,
del nexo teoría-práctica al interior de las especializaciones, de las
de los más recientes desarrollos competencias, de las instituciones
del marxismo. Es preciso decir pero siempre en relación con las
también que Gramsci coloca la fi- formas peculiares del Estado inte-
losofía de la praxis en una posi- gral y la producción de hegemo-
ción antitética respecto a la cultu- nía. Es decir, estas funciones no
ra y la visión católica, en el senti- son atribuibles a ningún funcio-
do que la filosofía de la praxis «no nalismo sistémico, a la weberiana
tiende a mantener a los “simples” “jaula de hierro”, a la racionali-
en su filosofía primitiva de senti- dad de las formas, de los “círculos
do común, sino por el contrario especiales” y a la profesionalización
a conducirlos a una concepción de la política. En la teoría, en la
superior de la vida» (C 11, §12, perspectiva de la hegemonía, que,
252). La exigencia del contacto en- por supuesto, expulsa la política
tre intelectuales y simples no está como profesión, aquellas funcio-
concebida para reducir o limitar nes tienen el valor de funciones
la actividad científico-intelectual dirigentes. La reflexión más defi-
y para mantener «una unidad nida y clara al respecto se encuen-
al bajo nivel de las masas», sino, tra en una página del Cuaderno
por el contrario, para construir 12, donde Gramsci, después de
«un bloque intelectual-moral que haber afirmado que «en el mun-
haga políticamente posible un do moderno la educación técni-
progreso intelectual de masas y ca, estrechamente vinculada al
no sólo de escasos grupos intelec- trabajo industrial, incluso al más
tuales» (Ibid.). primitivo o descalificado, debe
Volviendo a los intelectuales formar la base del nuevo tipo de
como “categoría orgánica”, hay intelectual», y después de haber
que decir que para Gramsci los observado que la experiencia de
grados de tal organicidad están “L’Ordine Nuovo” se había fun-
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J
Jacobinismo tación ideológicamente más fa-
El jacobinismo es una catego- vorable del mismo. El ensayo de
ría histórico-interpretativa de pri- Mathiez se basa en la analogía en-
mer nivel para el Gramsci de los tre la república jacobina y la revo-
Cuadernos, en donde tiene un sig- lución bolchevique. Es evidente
no positivo, mientras que el joven que Gramsci es influido por la in-
Gramsci había sido un crítico se- terpretación del historiador fran-
vero del fenómeno jacobino, iden- cés, en la que el jacobinismo y el
tificando en él una forma comple- bolchevismo constituyen un solo
tamente burguesa de hacer polí- “mito”. Así, en los Cuadernos, el
tica. En un escrito fechado el 28 jacobinismo, transformado por
de julio de 1917, Los maximalistas Gramsci en una categoría histó-
rusos, Gramsci afirmó perento- rico-interpretativa fundamental,
riamente: «en Rusia no hay jaco- tiene un espesor que va más allá
binos» (CF 266). Después de esta de un fenómeno histórico concre-
aversión inicial, Gramsci cam- to, a la par que señala los peligros
biará de opinión. El punto de in- de una lectura deshistorizada,
flexión lo dará la lectura del ensa- que separa el fenómeno del tiem-
yo Le Bolchévisme et le Jacobinisme po y el lugar reduciéndolo a «fór-
del historiador francés Albert Ma- mulas»: de esta forma solo se ob-
thiez, que Gramsci tradujo y pu- tendrían «un espectro», «palabras
blicó a plazos en “L’Ordine Nuo- vacías e inertes» (C 1, §48, 126).
vo” en 1921. Este parece ser el Gramsci señala que el término
momento en que un estudio his- «jacobino» terminó adquiriendo
tórico del fenómeno jacobino y dos significados: el de un partido
al mismo tiempo una reinterpre- particular de la Revolución fran-
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clase como algunos aspectos de- que pone en práctica». Los ele-
generativos, que preludian al «bi- mentos de esta degeneración, por
zantinismo francés», que consisti- otro lado, ya estaban presentes y
ría en una característica particular activos «durante el desarrollo del
de la tradición cultural francesa, gran drama revolucionario», en
que después de la revolución de- los mismos jacobinos «que lo per-
generó rápidamente en «una nue- sonificaron con mayor energía y
va Bizancio cultural», revelando plenitud» (C 10 II, §19, 152).
la intención de dar «forma per- RITA MEDICI
fecta y estable a las innovaciones
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L
Lengua hablantes, pero no a la inversa. En
Una lengua existe no solo en un párrafo que funciona como un
el conjunto del vocabulario, la “espía” para comprender su enfo-
gramática, etc. (C 11, §45, 317): que de la cuestión, Gramsci se ex-
«cada lengua es una concepción presa en términos apenas diferen-
del mundo integral, y no solo un tes: las lenguas son un «producto
vestido que da forma indiferente- social», son la «expresión cultural
mente a cualquier contenido» (C de un determinado pueblo» (C 6,
5, §123, 332). La misma noción de §71, 56) y también en otras partes
lengua se reitera en otro párrafo del mismo cuaderno surge una
del Cuaderno 5: la lengua «debería casi equivalencia entre lengua y
ser tratada como una concepción cultura: «abstraídas de la obra li-
del mundo, como la expresión de teraria», las palabras constituyen
una concepción del mundo»; la re- un «elemento de la historia de la
lación entre lengua y concepción cultura» (C 6, §20, 26). Solo en su
del mundo tiene efecto recípro- forma externa la lengua cambia
co, ya que la profundización del relativamente poco, mientras que
conocimiento a través de nuevos su «contenido cultural» cambia
matices de significado implica la más rápidamente (C 9, §15, 20):
«profundización de la concepción con el tiempo se introducen nue-
del mundo» (C 5, §131, 347); es el vos términos en la lengua, los sig-
aspecto de la reciprocidad el que nificados de las palabras indivi-
diferencia de manera relevante a duales adquieren nuevas conno-
Gramsci de la conocida hipótesis taciones, a menudo metafóricas,
de Sapir-Whorf, según la cual la gracias también a las diferentes
lengua da forma al mundo de los corrientes culturales que, a través
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Lengua
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307 y C 10 II, 41.I, 179), noción, por losofía» y que, por tanto, «el he-
lo tanto, diferente de la lengua cho “lenguaje” es en realidad una
“natural” (como, por ejemplo, una multiplicidad de hechos más o
lengua “nacional”), y en aquellos menos orgánicamente coherentes
de las artes figurativas, artísticas, y coordinados» (C 10 II, §44, 209),
musicales, etc. (C 6, §62, 50 y C 6, donde la palabra “cultura” pare-
§147, 110). En este último caso, es- ce utilizarse en sentido estricto, y
tos lenguajes, mejor que el de la no para indicar la cultura de una
literatura, trascienden las fron- sociedad en su conjunto. Esta po-
teras nacionales, mientras que es sición es reiterada, pero también
el lenguaje verbal-literario lo que ampliada en el Cuaderno 11: la filo-
mejor caracteriza el elemento «na- sofía está contenida en el lengua-
cional-popular-cultural» (C 23, §7, je, que es, precisamente, «un con-
106). Al crear su propio lenguaje, junto de nociones y de conceptos
cada corriente cultural innova la determinados» (C 11, §12, 245) y
lengua nacional, enriqueciéndola «por el lenguaje de cada uno se
con nuevos términos, dando nue- puede juzgar la mayor o menor
vos significados a los términos ya complejidad de su concepción del
utilizados, creando metáforas, etc. mundo» (Ivi, 246). A pesar de su
(C 24, §3, 163). Entre los conceptos carácter a menudo técnico, el len-
más importantes del lenguaje está guaje cambia con el tiempo y los
el teórico: en la vida real, la tarea términos utilizados pueden ad-
del teórico es «“traducir” en len- quirir nuevos significados meta-
guaje teórico los elementos de la fóricos, diferentes del significado
vida histórica» para poder inter- original de una concepción que se
pretarla mejor (C 3, §48, 55). supera: el lenguaje es, por tanto,
Un lenguaje, y el de la filoso- un fenómeno vivo, pero al mismo
fía de la praxis (un «lenguaje rea- tiempo un «museo de fósiles de
lista e historicista»: C 11, §17, 274) la vida y las civilizaciones pasa-
es, en este sentido, un ejemplo re- das» (C 11, §28, 294). El no recono-
currente, «contiene los elementos cimiento de esta historicidad del
de una concepción del mundo y lenguaje lleva al error de inten-
de una cultura» (C 11, §12, 246), tar construir un «esperanto o vo-
mientras que la lengua en un sen- lapük de la filosofía y de la cien-
tido más amplio (a menudo de- cia», en cuyo lenguaje una filoso-
finida como «nacional» o «litera- fía, pero por extensión también
ria») es la expresión de toda una las formas de pensamiento se con-
cultura. Otras veces, Gramsci cree sideran a sí mismas acríticamente
que es el propio lenguaje el que como las únicas que tienen razón
«significa también cultura y fi- y todas las demás son «delirio» (C
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Maquiavelo, Nicolás hecho fetiches» (Pietà per i Ventu-
Si se toman en considera- ri nepoti, 18 de mayo de 1919, en
ción los escritos precarcelarios de ON 28). Maquiavelismo y jacobi-
Gramsci, en los cuales se hallan nismo, en 1919, tienen en común
presentes referencias importantes únicamente trazos negativos. To-
a Maquiavelo, se podría llegar a davía en 1926, Gramsci es crítico
la conclusión de la necesidad de con cualquier referencia al arte
hablar de un “antimaquiavelis- de la política según Maquiavelo
mo” de Gramsci, en el sentido de que se presente con las caracte-
un rechazo de aquellas formas de rísticas de la generalidad y de la
maquiavelismo que tienen por ob- neutralidad: «nosotros comunis-
jetivo la justificación de la razón tas […] tenemos unos principios,
de Estado burguesa. El ejemplo una doctrina, unos fines concretos
nos lo da el comentario gramscia- que realizar. Es solo en relación a
no de los tratados de paz al final nuestros principios, a nuestra doc-
del primer conflicto mundial: «los trina y a los fines por alcanzar que
señores estadistas italianos […] establecemos nuestra línea políti-
son realistas, descienden directa- ca real. Nuestro “Maquiavelo” son
mente de Maquiavelo, han pues- las obras de Marx y Lenin» (Noi e
to de nuevo explícitamente la ra- la concentrazione repubblicana, 13 de
zón de Estado sobre los altares octubre de 1926, en CPC 350-351).
como criterio soberano de con- Y glosaba con el siguiente cuarte-
vivencia internacional […] Estos to de Giusti (Il Mementomo, estrofa
Maquiavelos del realismo capita- 2): «tras la tumba / de Maquiavelo
lista son esencialmente jacobinos: / yace el esqueleto / de Stentere-
de las leyes, de los tratados, han llo», o sea – como había escrito un
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una nueva “masa” se forma, aun- a él hasta tal punto que incluso
que de volumen inferior a la pri- Croce, en cierta medida, está en
mera, pero más compacta y resis- deuda con el materialismo histó-
tente, que tiene la función de im- rico o al menos cree haber lleva-
pedir que la primitiva masa se re- do a cabo su superación cuando
haga y se vuelva eficiente» (C 15, lo juzga un canon empírico útil
§35, 205). para la investigación histórica,
RENATO CAPUTO concepto disputado también por
católicos como Olgiati o por otros
Materialismo histórico en Italia y el extranjero. Otra deu-
La expresión se utiliza 245 ve- da croceana está en su versión del
ces en los Cuadernos, incluso des- concepto de ideología. Pero, se-
pués de 1930 (pero en este caso gún Gramsci, a aquellas deudas
mediante la expresión abrevia- se añaden asimilaciones «“implí-
da «m.s.», materialismo storico). Es citas”», no confesadas (C 4, §3,
poco probable que Gramsci quie- 134). Esto vale también para la in-
ra solamente eludir la censura terpretación propuesta por Gen-
cuando recurre, en cambio, a la tile: «se hace (por lo general) una
expresión «filosofía de la praxis», confusión […] entre las corrientes
preferida por él también a la luz filosóficas y los grandes filósofos
de la tradición italiana que tiene que Marx estudió, y los orígenes
en Antonio Labriola su mayor re- y las partes constitutivas del ma-
presentante. Labriola, «afirmando terialismo histórico, y se cae en el
que la filosofía del marxismo está error de reducir la filosofía que es-
contenida en el marxismo mismo, taría en la base del materialismo
es el único que trató de dar una histórico a este o aquel sistema»
base científica al materialismo (C 4, §11, 144-145).
histórico» (C 3, §31, 35). Pero la En los artículos anteriores a
cultura tradicional, al utilizarlo a 1919, el Gramsci de La revolución
su manera, «busca reducirlo a un contra «El Capital» había apuntado
cuerpo de criterios subordinados, «elementos positivistas» (CF 514,
de segundo grado, que incorpo- 24 de diciembre de 1917, y Miste-
rar en su teoría general, idealista rios de la cultura y de la poesía, 19
o materialista», mientras que «es de octubre de 1918, in NM 348) en
tan robusto, que el viejo mundo un Marx más político que filósofo,
recurre a él» (C 4, §14, 148), Tex- lo mejor del cual estaría en haber
to A, mayo-agosto de 1930; los pa- continuado el idealismo (CF 514).
sajes citados provienen en gene- En los Cuadernos se encuentran
ral de Textos A, salvo indicación juicios muy diferentes, con algu-
en sentido contrario). Se recurre nas huellas de sus ideas juveniles.
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10 I, §13, 137). La interacción entre ras: «¿no piensa que esta separa-
esqueleto y carne o sangre estaba ción se da en sentido dialéctico,
ya en Hegel: «[…] faltan la carne como entre tesis y antítesis, y que
y la sangre y no hay más que hue- por lo tanto cualquier acusación
sos y aquí se hayan ocultas en los de dualismo teológico es vacua y
tarros las cosas vivientes que con- superficial? Tal vez la estructura
tienen, en el método al que nos re- es concebida como algo inmóvil,
ferimos se prescinde de la esencia o no es ella misma la realidad en
viviente de la cosa o se la mantie- movimiento: ¿qué quiere decir M.
ne escondida» (Hegel, 2017, 30). en las Tesis sobre Feuerbach cuando
Otro equívoco: «A menudo suce- habla de “educación del educa-
de que se combate el economis- dor”, sino que la superestructura
mo histórico creyendo combatir reacciona dialécticamente sobre
al materialismo histórico» (C 4, la estructura y la modifica, o sea,
§38, 175). Es relevante, en cambio, ¿no afirma en términos “realistas”
la afirmación de Engels según la una negación de la negación? ¿No
cual la economía es en última ins- afirma la unidad del proceso de lo
tancia el agente principal de la his- real?» (C 7, §1, 146).
toria. Gramsci reconsidera, preci- A partir de Bujarin el marxis-
samente partiendo de este apun- mo va a tratarse como una «ideo-
te engelsiano, también la relación logía, mientras que el Materialis-
entre la estructura y las superes- mo histórico [en el Texto C, C 11,
tructuras. «La pretensión (presen- §63, 336, «filosofía de la praxis»,
tada como postulado esencial del NdA] representa su clara supera-
materialismo histórico) de presen- ción e históricamente se contrapo-
tar y exponer toda fluctuación de ne precisamente a la ideología» (C
la política y la ideología como una 4, §35, 165). Pero, en otros pasajes,
expresión inmediata de la estruc- Gramsci se aparta de la definición
tura, debe ser combatida teórica- negativa de la ideología (consi-
mente como un infantilismo pri- derada por Marx y Engels como
mitivo, o prácticamente debe ser “falsa conciencia” o “conciencia
combatida con el testimonio au- invertida” de la realidad efectiva,
téntico de Marx, escritor de obras para hacer valer el interés de la
políticas e históricas concretas» clase dominante) y desarrolla en
(C 7, §24, 161, Texto B). También cambio el concepto leniniano de
Croce sostiene que en Marx las una ideología positiva, especial-
superestructuras son apariencias mente en lo que se refiere a la con-
y que, como en el dualismo teoló- ciencia del propio interés alcanza-
gico, habría una separación rígida da por la clase obrera con la ayuda
entre estructura y superestructu- de la “vanguardia”, y por lo tanto
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rico, que en la teoría de las supe- ca» y la teoría «de la historia, una
restructuras pone en lenguaje re- teoría de la política, una teoría de
alista e historicista lo que la filo- la economía» (C 4, §39, 177). Su
sofía tradicional expresaba en for- orientación fundamental puede
ma especulativa» (C 11, §17, 274: ser resumida a partir de los dos
en este Texto C, «materialismo principios que Marx enuncia en
histórico» permanece, como esta- el Prólogo a la Contribución a la
ba en el Texto A). Y todavía: «en crítica de la economía política y que
cierto sentido, pues, el materialis- Gramsci cita de memoria, dando
mo histórico es una reforma y un su propia versión de ellos: «1) la
desarrollo del hegelianismo, es la “sociedad” no se plantea proble-
filosofía liberada de todo elemen- mas para cuya solución no se ha-
to ideológico unilateral y fanático, yan dado ya las condiciones […]
es la conciencia plena de las con- necesarias y suficientes; 2) ningu-
tradicciones en las que el mismo na forma de sociedad desapare-
filósofo […] no sólo comprende ce antes de haber agotado todas
las contradicciones, sino que se sus posibilidades de desarrollo»
sitúa a sí mismo como elemen- (C 7, §20, 159). La parte general
to de la contradicción» (C 4, §45, del marxismo contiene la aplica-
183). Que éste se conciba a sí mis- ción de la dialéctica también a la
mo como una fase transitoria del naturaleza, además de a la histo-
pensamiento filosófico proviene ria humana, puesto que «el pro-
de la afirmación de Engels según blema de la unidad entre la socie-
la cual el desarrollo histórico va a dad y la “naturaleza”» (Ibid.) es
caracterizarse en un cierto punto una cuestión central del marxis-
por el paso del reino de la necesi- mo. Gramsci toma el ejemplo del
dad al reino de la libertad (Ibid.). Lukacs de Historia y conciencia de
Para el marxismo, por lo tanto, clase, obra de la que solo tiene no-
ninguna verdad es eterna y abso- ticia. Lukacs «creo que afirma que
luta porque toda teoría se origina se puede hablar de dialéctica sólo
de la práctica y por lo tanto tiene para la historia de los hombres y
valor provisional (C 4, §40, 178). no para la naturaleza […] Si su
Al definirlo como “historicismo afirmación presupone un dualis-
absoluto”, Gramsci quiere decir mo entre el hombre y la natura-
que el marxismo se historiza a sí leza está equivocado, porque cae
mismo previendo, para el futuro, en una concepción de la natura-
su posible superación-realización. leza propia de la religión e inclu-
«Un tratamiento sistemático so propia del idealismo, que real-
del materialismo histórico» com- mente no logra unificar y poner en
prende «la parte general filosófi- relación al hombre y a la naturale-
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los Cuadernos, en las Notas autobio- tana 1997, 131). En las Notas au-
gráficas, en las Cartas. Gramsci se tobiográficas Gramsci habla de las
narra a través de la historia de un «catástrofes del carácter», o sea de
grupo de náufragos que, tras ha- aquel «cambio progresivo de la
ber sufrido «un proceso de trans- personalidad moral que en cierto
formación “molecular” rápido, en punto se transforma de cuantita-
el cual las personas de antes ya no tivo en cualitativo» (C 15, §9, 183-
son las personas de después», se 184). Y, añade, «este hecho, de in-
convierten en caníbales: «un cam- dividual puede pasar a ser consi-
bio similar me está sucediendo a derado colectivo» (Ivi, 185).
mí (canibalismo aparte). Lo más A través de la polaridad mole-
grave es que en estos casos la per- cular-catastrófico Gramsci elabo-
sonalidad se desdobla: una parte ra su teoría de la transformación,
observa el proceso, la otra parte relativa tanto a la personalidad
lo sufre; pero la parte observado- como a la sociedad, aludiendo al
ra (mientras esta parte existe sig- carácter histórico-procesual del
nifica que hay un autocontrol y la paso de la cantidad a la cualidad.
posibilidad de recuperarse) sien- Catastrófico puede ser también el
te la precariedad de la propia po- resultado de un proceso de coer-
sición, es decir, prevé que llega- ción destinado a la formación de
rá un punto en el cual su función un nuevo tipo humano: cuando
desaparecerá, esto es, ya no ha- «la coerción estatal sobre los indi-
brá autocontrol sino que la entera viduos aumenta, aumenta la pre-
personalidad será engullida por sión y el control de una parte so-
un nuevo “individuo” con impul- bre el todo y del todo sobre cada
sos, iniciativas, modos de pensar componente molecular suyo […]
diferentes de aquellos preceden- para muchos la cuestión sólo se
tes. Pues bien, yo me encuentro resuelve de forma catastrófica, ya
en esta situación. No sé qué podrá que determina desencadenamien-
permanecer de mí después del fin tos morbosos de pasionalidad re-
del proceso de mutación que sien- primida» (LC 545, a Tania, 7 de
to en vías de desarrollo» (LC 693, marzo de 1932). Es lo que puede
a Tania, 6 de marzo de 1933). Por ocurrir, por ejemplo, en el conflic-
lo tanto, el proceso molecular de to entre animalidad e industrialis-
transformación de la personali- mo en la construcción de un nue-
dad es conjuntamente material y vo tipo humano adaptado a la fá-
moral: «la noción de transforma- brica fordista. Es decir, Gramsci
ción o cambio “molecular” no es «anclando sobre bases materialis-
más que una metáfora materialis- tas la descomposición de la perso-
ta de un proceso moral» (Gerra- nalidad psíquica, a la cual había
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los moderados» (C 19, §26, 412). cia entre el grupo dirigente y los
Gramsci se pregunta si también grupos dirigidos, en la medida en
la forma contemporánea del de- que [el desarrollo de la economía
sarrollo capitalista, es decir, aquel y por lo tanto] la legislación [que
proceso de reestructuración y su- expresa tal desarrollo] favorece
peración capitalista de la crisis el paso [molecular] de los grupos
que es el americanismo, no será dirigidos al grupo dirigente» (C 8,
legible, es decir, traducible, en los §191, 313). Y es el tema de la hege-
términos de una revolución pasi- monía que se traduce en el mun-
va: la «cuestión de si el america- do moderno también en la rela-
nismo puede constituir una “épo- ción entre partido y Estado inte-
ca” histórica, es decir, si puede gral, o sea, del Estado que se hace
determinar un desarrollo gradual concepción del mundo: «El desa-
del tipo, en otro lugar examina- rrollo del partido en Estado reac-
do, de las “revoluciones pasivas” ciona sobre el partido y exige de
propias del siglo pasado o si por él una continua reorganización y
el contrario representa solamen- desarrollo, así como el desarro-
te la acumulación molecular de llo del partido y del Estado en
elementos destinados a producir concepción del mundo, o sea en
una “explosión”, o sea una trans- transformación total y molecular
formación de tipo francés» (C 22, (individual) de los modos de pen-
§1, 61). sar y de operar, reacciona sobre el
Sin embargo, Gramsci se inte- Estado y sobre el partido, obligán-
rroga sobre todo sobre las formas dolos a reorganizarse continua-
antipasivas de la revolución mole- mente y planteándoles problemas
cular en las sociedades contem- nuevos y originales que resolver»
poráneas; sobre el problema de (C 17, §51, 333).
las formas de la hegemonía, de ELEONORA FORENZA
la construcción del consenso, de
la relación entre dirigentes y diri- Multitud, multitudes
gidos, y es también el tema de la En los Cuadernos el lema apa-
relación entre hegemonía y demo- rece principalmente relacionado
cracia, o sea de la «dinámica ex- con el nexo político filosofía-sen-
pansiva de la ciudadanía» (Bur- tido común, en clave no socioló-
gio, 2007, 7): «entre tantos signifi- gica sino política, o sea, “antipa-
cados de democracia, el más rea- siva”: «la acción política tiende
lista y concreto me parece que se precisamente a hacer salir a las
puede extraer en conexión con el multitudes de la pasividad, o sea
concepto de hegemonía. En el sis- a destruir las leyes de los grandes
tema hegemónico existe democra- números; ¿cómo puede entonces
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Nación en vez políticos y económicos se
La reflexión sobre la nación – convierten en un enfoque unita-
sobre su estructura y su función – rio, que es la estrategia de la re-
se entrelaza en Gramsci desde los volución italiana, es decir, la eva-
escritos de Turín, por un lado, con luación de cómo la acción política
el análisis del despliegue de las organizada de la clase trabajadora
fuerzas burguesas en Italia y com- puede intervenir en la historia de
parativamente en otros países y, Italia como factor de resolución
por el otro, con la lógica del poder de todas sus contradicciones y de
internacional propio de los Esta- su condensación en la disposición
dos, con las relativas reflexiones autoritaria del fascismo.
internas y externas (imperialismo Este esquema se aplica a todos
y guerra). Sin embargo, Gramsci los escritos de Gramsci hasta los
nunca entiende a la nación como Cuadernos: con el tiempo la pro-
un organismo puramente político fundización analítica y los ele-
(y menos aún como “espiritual”, mentos del problema varían, pero
según el significado liberal): de el centro sigue siendo el mismo.
hecho, la base de estos análisis es Así, en agosto de 1919 Gramsci
la exploración de la trama, con- escribe que la «comunidad» está
tradictoria pero funcional, entre representada por la «nación para
la forma moderna de organismo los propietarios» y la «clase para
político, el Estado-nación, un or- los proletarios» (Trabajadores y
ganismo estable y exclusivo, y la campesinos, en ON 156), indican-
perspectiva móvil e inclusiva, en do en esta alternativa la funciona-
el límite “mundial”, del mercado lidad política respectiva de estas
capitalista. Estos análisis de vez formas, basadas en la posición so-
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misos esenciales con las viejas cla- por otro lado, la forma específi-
ses, incluso subordinándoselas» ca en que los dos lados de la na-
(Ibid.). No casualmente, Gramsci ción (nacional e internacional) se
continúa analizando el caso de integran y organizan está deter-
Rusia-URSS: «En Rusia [...] en el minada fundamentalmente des-
período histórico más moderno de adentro, es decir, por el grado
[...] una élite de gente entre la más de universalización de los intere-
activa, emprendedora y discipli- ses de la clase dominante y, por lo
nada emigra al extranjero, asi- tanto, de la integración real de la
mila la cultura de los países más población en la nación. Reflexio-
avanzados de Occidente, sin por nando sobre la noción pascoliana
ello perder las características más y nacionalista de Italia como una
esenciales de su propia naciona- “nación proletaria”, Gramsci ob-
lidad, esto es, sin romper los la- serva que «la pobreza de un país
zos sentimentales e históricos con es relativa y que es la “industria”
su propio pueblo y así hecho su del hombre – clase dirigente – la
aprendizaje intelectual regresa a que logra dar a una nación una
su país, obligando al pueblo a un posición en el mundo y en la di-
forzado despertar» (Ivi, 191-192). visión internacional del trabajo;
Es decir, el bolchevismo es vis- la emigración es una consecuen-
to como la formación exitosa de cia de la incapacidad de la clase
un movimiento “pueblo-nación”, dirigente para dar trabajo a la po-
de manera similar al trabajo de la blación y no de la pobreza nacio-
burguesía en la historia francesa. nal» (C 2, §51, 248). En un texto
La nación siempre realiza una posterior leemos: «Toda la activi-
función hegemónica, por un lado dad económica de un país puede
(internamente) en las relaciones ser juzgada sólo en relación con el
entre las clases sociales, por el mercado internacional, “existe” y
otro (externamente) en las rela- debe valorarse en cuanto que está
ciones entre los Estados. En las Te- inserta en una unidad internacio-
sis de Lyon, las razones de la de- nal [...] Todo el conjunto económi-
bilidad del capitalismo italiano co nacional se proyecta en el exce-
se identifican con el hecho de que dente que es exportado a cambio
«sus posibilidades de desarrollo de una correspondiente importa-
son limitadas y debido a la situa- ción, y si en el conjunto económi-
ción geográfica y la falta de mate- co nacional cualquier mercancía o
rias primas» (CCP 491). La fragi- servicio cuesta demasiado, es pro-
lidad del compromiso burgués es ducida de forma antieconómica,
una consecuencia de estos datos esta pérdida se refleja en el exce-
estructurales. En los Cuadernos, dente exportado, se convierte en
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Ordine Nuovo (L’) tético, que no puede dejar de ser
“L’Ordine Nuovo”, la revista incluso parcialmente autocrítico,
semanal publicada desde el 1 de sobre el “bienio rojo”, sobre todo
mayo de 1919 hasta el 24 de di- respecto a las deficiencias de la
ciembre de 1920 (en 1921-1922 fue dirección política del PSI debido
el diario y órgano del PCd’I, lue- a su mayoría maximalista, lo que
go regresó a su versión periódi- dio paso a la reacción fascista: «Lo
ca), está asociado con un período “espontáneo” – escribe Gramsci –
preciso de la experiencia política era la prueba más aplastante de la
de Gramsci en Turín, la del “bie- ineptitud del partido porque de-
nio rojo” de 1919 a 1920. Es la re- mostraba la escisión entre los pro-
vista que, editada por Gramsci, gramas sonoros y los hechos mi-
acompaña las luchas de los traba- serables. Pero en tanto que los he-
jadores y, en estrecha relación con chos “espontáneos” se producían
ellos, teoriza una “democracia (1919-1920), dañaban intereses,
proletaria” basada en el papel de perjudicaban posiciones conquis-
los comités de fábrica. Estos últi- tadas, suscitaban odios terribles
mos, en la teoría de Gramsci, son incluso en gentes pacíficas, ha-
también una traducción italiana cían salir de la pasividad a estra-
de los soviéticos rusos, pero con tos sociales estancados en la pu-
su propia connotación específica trefacción: creaban, precisamente
centrada en el autogobierno de por su espontaneidad y por el he-
los productores. Sin negar la expe- cho de que eran desaprobados, el
riencia teórico-práctica de “L’Or- “pánico” general, el “gran miedo”
dine Nuovo”, Gramsci proporcio- que no podían dejar de concentrar
na en los Cuadernos un juicio sin- las fuerzas represivas despiada-
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Ordine Nuovo (L’)
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ner que Roma fue continuada por política, de Maquiavelo, aún en-
Francia más que por Italia, y Ate- tre Occidente y Oriente, a través
nas-Bizancio por la Rusia zarista. de los modelos de soberanía del
Civilización occidental y oriental. «rey de Francia» y el «turco», su
Esto hasta la Revolución Francesa inverso (El Príncipe, cap. 4): el pri-
y quizá hasta la guerra de 1914» (C mero se basa en una mezcla entre
17, §33, 324). Debe enfatizarse el el vigor del orden institucional y
principio absolutamente superes- el consentimiento precario de los
tructural a lo largo del cual inter- sujetos; el otro también es sobe-
viene la primera exploración entre rano, pero en la combinación in-
las dos civilizaciones diferentes, a versa entre orden personalizado
pesar de su matriz griega-antigua y obediencia religiosa. Y no es ca-
común. Y también debe notarse la sualidad que tanto el secretario
doble articulación del problema: florentino como el líder comunis-
si Atenas representa el arché, la ci- ta excluyeran a Italia del tipo de
vilización romana se divide entre contribuciones de una civilización
la propia Roma y Bizancio, es de- verdaderamente occidental. El
cir, entre los dos cruces a partir de término de 1914, el umbral extre-
los cuales se generan diversas his- mo de la periodización gramscia-
torias. Por un lado, los caracteres na de los dos modelos representa-
occidentales conducen a la curio- dos, se explica por la fuerza des-
sa, lejos de ser desmotivada, su- tructiva de la guerra y su signifi-
cesión entre Roma y Francia; por cado fronterizo, como el umbral
otro lado, el estatus filosófico de del agotamiento de cualquier po-
Atenas se traduce en la diferen- sible solidaridad entre razón y do-
cia religiosa y la autonomía de Bi- minación, entre cultura y poder.
zancio que, a su vez, transmite el Profundizando en las articu-
mensaje de la vida como discipli- laciones de Oriente y Occidente,
na y religión, casi servil, a la Ru- Gramsci asume el factor religio-
sia zarista. Los dos grandes para- so del primero, precisamente para
digmas de la civilización, aunque medir la tendencia a desacelerar
de manera muy concisa, donde la su modernización: «¿Por qué no
esencia política absorbe toda el podría hacer el Islam cuanto ha
“recuento” histórico, ahora pro- hecho el cristianismo?» habien-
porcionan la brújula para un ra- do insinuado la adaptabilidad
zonamiento capaz de atravesar la de la religión católica-cristiana a
barrera del tiempo. Aquí el dis- una sociedad más avanzada: «Si
curso gramsciano exquisitamente se admite que la civilización mo-
político recuerda mucho a la dis- derna en su manifestación indus-
tinción, también completamente trial-económico-política termina-
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Oriente-Occidente
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P
Partido go renacen en otra forma, como
La reflexión gramsciana sobre partidos» (C 25, §4, 181-182). Ya la
el partido se da en una pluralidad «doctrina de Hegel» había llega-
de vertientes. En primer lugar, en do al punto de teorizar un Estado
los términos más generales posi- moderno del partido al describir-
bles, la forma-partido nació como los «como trama “privada” del Es-
resultado del surgimiento del Es- tado» (C 1, §47, 122). Por lo tanto,
tado moderno, tras la necesidad el partido se configura, al comien-
de abolir algunas «autonomías de zo de los Cuadernos, como el me-
las clases subalternas» (C 3, §18, dio moderno a través del cual, por
30) para dar cabida al nuevo su- un lado, se ejerce la acción autó-
jeto político-estatal. La política noma de las clases subalternas, y
moderna «abolió el Estado fede- por otro, la hegemonía de la cla-
ración de clases, pero ciertas for- se dominante a través del Estado:
mas de vida interna de las clases «Gobierno con el consentimien-
subalternas renacen como partido, to de los gobernados, pero con el
sindicato, asociación de cultura» consenso organizado, no genéri-
(Ibid.). En el segundo borrador del co y vago tal cual se afirma en el
texto, Gramsci será aún más ex- instante de las elecciones: el Esta-
plícito, afirmando que «el Estado do tiene y pide el consenso, pero
moderno sustituye al bloque me- también “educa” este consenso»
cánico de los grupos sociales por (Ibid.).
su subordinación a la hegemonía En la política moderna, señala
activa del grupo dirigente y domi- Gramsci, la función directiva pasa
nante, por consiguiente deroga al- de los individuos a los cuerpos co-
gunas autonomías, que sin embar- lectivos: «Con la extensión de los
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vo: «De Sanctis, en la última fase no social, sino la “actitud” que de-
de su vida y de su actividad, di- muestra hacia este entorno. Una
rigió su atención a la novela “na- vez que se ha establecido el ideal
turalista” o “verista”, y esta forma de una escritura capaz de vincu-
de novela, en Europa occidental, larse orgánicamente con el “pue-
fue la expresión “intelectualista” blo-nación”, Gramsci identifica
del movimiento más general de indudablemente la antítesis prin-
“ir al pueblo”, de un populismo cipal de este ideal en el brescianis-
de algunos grupos intelectuales mo, una producción literaria ca-
a fines del siglo pasado, después racterizada por prejuicios antipo-
del ocaso de la democracia cua- pulares; sin embargo, también es
rentaiochesca y el advenimiento muy crítico hacia la deriva opues-
de grandes masas obreras debido ta y simétrica del “populismo”.
al desarrollo de la gran industria En resumen, para lograr un ver-
urbana». dadero contacto con el pueblo-na-
La referencia a estas lecturas ción, no es suficiente representar
desanctisianas tardías regresa pre- un cierto medio social (o reprodu-
cisamente en C 23, §8, 109, en un cir mecánicamente todos sus sen-
contexto en el que se intenta defi- timientos e instancias): lo que la
nir lo propio de la posición ideoló- mayoría de los escritores italianos
gica-cultural del crítico de Irpinia: que narraron sobre los “humildes”
«He ahí por qué en cierto punto afirmaron hacer, quienes, además,
[De Sanctis, NdA] se separa del en sus representaciones no se in-
idealismo especulativo y se apro- clinaron por casualidad a omitir
xima al positivismo y al verismo precisamente ese aspecto del mun-
(simpatías por Zola […])». El he- do popular que según Gramsci es
cho es que, como se sabe, para central y esencial, esto es, la esfera
Gramsci, De Sanctis representó el del trabajo. En este sentido, C 23,
intelectual que mejor que ningún §8, 107 es indicativo, ahí Gramsci
otro había tratado de dar una di- se pregunta «¿Por qué forma de
rección “nacional-popular” a la actividad tienen “simpatía” los li-
cultura italiana, obviamente den- teratos italianos? ¿Por qué la acti-
tro de los límites posibles en su vidad económica, el trabajo como
tiempo: una categoría hermenéu- producción individual y de grupo
tica, la de “nacional-popular”, ar- no les interesa?»: En particular, se
ticulada entre otras cosas en torno observa que «la vida de los cam-
a la distinción metodológica fun- pesinos ocupa un espacio mayor
damental según la cual, para un en la literatura, pero también aquí
escritor, no es la simple elección no como trabajo y fatiga, sino de
de retratar un determinado entor- los campesinos como “folklore”,
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R
Reforma intelectual y moral mientras el único que, a su modo
Esta expresión llega a Gramsci de ver, ha sabido de verdad com-
a partir de una genealogía inte- prender el aspecto políticamente
lectual compleja, rápidamente vivo y actual de la cuestión sería
reconstruida en el C 14, §26, 118. Sorel. Retomando, en su segun-
Aquí Gramsci comenta un texto da redacción, un complejo texto
de Sorel (publicado en “La Críti- sobre la historia del marxismo (C
ca” en 1931) «que habría debido 4, §3) Gramsci incluye una refe-
servir de introducción a la versión rencia que anteriormente ya ha-
italiana del libro de Renan La rifor- bía indicado (v. C 4, §44 y C 10 II,
ma intellettuale e morale que debía §41.XIII), pero sin conexión con el
traducir Missiroli y publicar La- tema de la reforma intelectual y
terza» en 1915. Referencias simila- moral: «Sorel [...] ha afirmado (en
res al origen de esta expresión se una carta a Missiroli) que a menu-
encuentran también en otros mo- do grandes movimientos históri-
mentos de la obra de Gramsci (C cos <no> son representados por
3, §40, 43; C 9, §111, 87-88; C 16, §9, una cultura moderna» (C 16, §9,
264), y el significado que al prin- 263). Esta toma de posición llega
cipio emerge del conjunto de las al final (estamos en 1934) de una
ocurrencias es la reivindicación larga reflexión en la que el con-
de la necesidad de una moderna cepto de reforma intelectual y
reforma religiosa protestante como moral se ha ido caracterizando de
antídoto a la escasa unión nacio- forma cada vez más original – en
nal y popular. En su formulación conexión y bajo la luz de la filoso-
literal, esta tesis es para Gramsci fía de la praxis – con respecto al
un brillante ejercicio literario, sentido tradicional.
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Relaciones de fuerza
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En C 13, §16 que retoma C 8, sino que toma como punto de par-
§84, Gramsci buscaba definir la tida – y aquí retoma una expresión
esencia de la praxis política. Sobre bien conocida de Maquiavelo – la
la base de su particular lectura de «realidad efectiva». Sin embargo,
Maquiavelo, Gramsci afirma: «El es en la definición de lo que es esta
demasiado (y por lo tanto superfi- realidad efectiva – es decir, en la
cial y mecánico) realismo político explicitación de su ontología del
conduce a menudo a afirmar que ser social – donde Gramsci revela
el hombre de Estado debe operar toda la importancia que le atribu-
sólo en el ámbito de la “realidad ye al concepto que estamos anali-
efectiva”, no interesarse en el “de- zando. Gramsci concluye: «¿pero
ber ser”, sino sólo en el “ser”» (C qué cosa es esta realidad efectiva?
13, §16, 31). Como es sabido, la ex- ¿Es acaso algo estático e inmóvil
presión “maquiavelismo” a menu- o no es más bien una relación de
do estuvo ligada con este realismo fuerzas en continuo movimiento y
político superficial. Es otra la posi- cambio de equilibrio?» (Ibid.). Por
ción de Gramsci en relación con el tanto, aquí la relación de fuerzas
autor de El Príncipe: «Maquiavelo es elevada a una determinación
no es un mero científico; él es un fundamental de la propia realidad
hombre de partido, de pasiones efectiva, es decir, a un momento
poderosas, un político en acción, causal de su dinámica ontológi-
que quiere crear nuevas relaciones ca, dialécticamente contradictoria.
de fuerza y por eso no puede dejar La posición teleológica, el “deber
de ocuparse del “deber ser”, cier- ser”, si se basa en un análisis ade-
tamente no entendido en sentido cuado de la causalidad plantea-
moralista» (Ibid., las cursivas son da por estas relaciones de fuerza,
mías). No se trata, por lo tanto, de puede incidir sobre ellas y modi-
refutar a priori el momento teleo- ficarlas. Y, precisamente porque
lógico en la acción política (y en la quien habla de relación de fuer-
acción en general), sino de «ver si zas habla al mismo tiempo de un
el “deber ser” es un acto arbitrario realidad histórica y cambiante,
o necesario, es voluntad concreta, Gramsci puede concluir: «El “de-
o veleidad, deseo, amor a la fanta- ber ser” es por lo tanto concreción,
sía» (Ibid.). incluso es la única interpretación
Tras haber afirmado que «el realista e historicista de la reali-
político en acción es un creador, dad, es la única historia en acción
un suscitador», Gramsci aclara, y filosofía en acción, la única polí-
no obstante, que él «ni crea de la tica» (C 13, §16, 31-32). Vemos así
nada, ni se mueve en el vacío tur- que Gramsci sabe – y lo dice explí-
bio de sus deseos y sueños» (Ibid.), citamente en C 13, §17, 40, sobre el
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do en una gran variedad de com- (Ibid.). Por tanto, «el elemento de-
binaciones». Aunque Gramsci se cisivo de toda situación es la fuer-
refiere al «paso de éstas [relacio- za permanentemente organizada
nes económicas] a relaciones po- y predispuesta con tiempo que
líticas de fuerza para culminar en se puede hacer avanzar cuando
la relación militar decisiva», supo- se juzga que una situación es fa-
niendo la universalidad y la nece- vorable […], por eso la tarea esen-
sidad de este tercer momento, su cial es la de ocuparse sistemática
ejemplo se refiere a la «relación y pacientemente en formar, desa-
de opresión militar de un Estado rrollar, hacer cada vez más homo-
sobre una nación que trata de al- génea, compacta, consciente de sí
canzar su independencia estatal» misma a esta fuerza» (Ivi, 40). El
(Ibid.). Gramsci no se refiere a la momento decisivo de la dinámi-
posibilidad de aplicar este tercer ca de las relaciones de fuerza se
momento a las relaciones de fuer- da, por tanto, en el nivel político
za entre las clases sociales. e ideológico, aunque sobre la base
A continuación, y siempre de las determinaciones económi-
como contribución metodológi- cas.
ca al análisis de las relaciones de Finalmente, en la conclusión
fuerza, Gramsci reafirma una po- del parágrafo que estamos anali-
sición ya citada en textos pre-car- zando, Gramsci recuerda su ad-
celarios y en otros pasajes de los hesión a la undécima de las Tesis
Cuadernos (en particular C 13, §18 sobre Feuerbach de Marx, esto es,
y siguientes), según los cuales «se al vínculo ineludible entre teo-
puede excluir que, por sí mismas, ría y praxis. Recordemos un texto
las crisis económicas inmediatas gramsciano citado anteriormente:
produzcan efectos fundamentales; «Tales análisis [de situaciones, de
sólo pueden crear un terreno más relaciones de fuerza] no pueden
favorable a la difusión de cier- y no deben ser fines en sí mismos
tos modos de pensar, de plantear […] sino que adquieren un signifi-
y resolver las cuestiones que im- cado sólo si sirven para justificar
plican todo el desarrollo ulterior una actividad práctica, una inicia-
de la vida estatal» (Ivi, 39). Con- tiva de voluntad» (C 13, §17, 40).
tra el economicismo mecanicis- Por tanto, para Gramsci, no se tra-
ta, Gramsci sabe que «la ruptura ta únicamente de analizar situa-
del equilibrio de las fuerzas no se ciones, sino también de transfor-
produjo por causas mecánicas in- marlas.
mediatas [...] sino que ocurrió en CARLOS NELSON
el cuadro de conflictos superiores COUTINHO
al mundo económico inmediato»
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cas, la cual reprueba como posibi- ción, sobre todo las relacionadas
lidad de revolución entre las ma- con aquella definición de 1919, son
sas trabajadoras italianas «en un imposibles. En esa revisión, a me-
país occidental, en un país indus- nudo indirecta, el lema no aparece
trialmente más desarrollado que y la reflexión se confía a concep-
Rusia, con una clase obrera mejor tos como «guerra de posiciones»,
organizada, técnicamente más ins- «trincheras, fortalezas y casama-
truida, industrialmente más ho- tas», etc. En los Cuadernos el lema
mogénea y compacta» (CPC 346). «revolución» se usa casi siempre
En los Cuadernos, siguiendo con su como sustantivo acompañado de
propuesta del movimiento de los un adjetivo («Revolución fran-
Consejos como embrión posible cesa», «revolución permanente»,
de la revolución italiana y defen- «revolución pasiva») o en la dupla
diéndolo de los cargos de espon- «revolución-restauración». De tal
taneidad y voluntarismo, Gramsci modo, por ejemplo, la Revolución
demostraba cómo incluso la re- rusa aparece solo dos veces entre
nuncia a darle una dirección cons- los pliegues del discurso: cuando
ciente a tales movimientos para comenta la relación entre la políti-
elevarlos a un nivel superior ha- ca mundial y la europea, Gramsci
bía traído a menudo consecuen- deja claro cómo, entre los eventos
cias serias y graves, como el for- que determinaron la ubicación de
talecimiento de la derecha reaccio- los Estados Unidos en el centro de
naria. Y añadía el ejemplo del mo- las finanzas mundiales, además de
vimiento de los Vespri sicilianos y la Primera Guerra Mundial, debe-
algunos otros, a menudo «regresi- rían considerarse «los profundos
vos» (C 3, §48, 54). trastornos de la producción euro-
Como es sabido, después de pea (la revolución rusa)» (C 2, §16,
la histórica derrota sufrida por el 218). Además, entre las causas de-
movimiento obrero en los años terminantes de la crisis de los in-
veinte y a la luz de la creciente telectuales franceses, junto al ma-
conciencia de las diferencias entre lestar existencial de las «jóvenes
Oriente y Occidente, Gramsci re- generaciones literarias francesas»,
visa en sus escritos de la cárcel el ubica tanto la guerra como la Re-
concepto de revolución, volvien- volución rusa (C 3, §1, 13). De to-
do a pensar toda la experiencia dos modos, es evidente que el par
previa sin renegar de ella. Es evi- guerra-revolución mantiene un
dente que, vista la condición es- sólido valor epistemológico.
pecífica en que Gramsci se halla, En un borrador titulado Ma-
recluido en la cárcel fascista, las quiavelo y Marx Gramsci, al enca-
referencias explícitas a la revolu- rar el pensamiento del secretario
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S
Sentido común medio entre el “folklore” auténti-
La expresión «sentido común» co (tal como se suele entender) y
aparece en la lista de temas prin- la filosofía, la ciencia, la econo-
cipales que abre el Cuaderno 1 y en mía de los científicos. El “sentido
el conjunto de temas que se en- común” crea el futuro folklore, o
cuentra al comienzo del Cuader- sea una fase más o menos rígida
no 8, en ambos casos vinculada de un cierto tiempo y lugar» (Ivi,
a «folklore». En C 1, §65 Gramsci 140). De este pasaje se desprende
da muestras de tener en cuen- que: a) «cada estrato social posee
ta que existen diversos “sentidos su “sentido común”», y por tanto
comunes”, distinguibles por con- en una sociedad conviven varios;
notación social y área geográfica. b) el sentido común es definible
Pero usa la expresión también con como «la concepción de la vida
una connotación no positiva: es- y la moral más extendida» en un
cribe en efecto que «cada estrato determinado estrato social; c) el
social posee su “sentido común” sentido común deriva de las se-
que en el fondo es la concepción dimentaciones dejadas por las co-
de la vida y la moral más difun- rrientes filosóficas precedentes (es
dida […] El sentido común no es «el folklore de la filosofía»); d) el
algo rígido e inmóvil, sino que se sentido común se modifica ince-
transforma continuamente, enri- santemente (por tanto se suceden
queciéndose con nociones cien- en el tiempo diversos sentidos co-
tíficas y opiniones filosóficas in- munes).
troducidas en las costumbres. El El sentido común resulta una
“sentido común” es el folklore de variante del concepto de ideolo-
la “filosofía” y constituye el punto gía, gramscianamente entendida
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Sentido común
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Sentido común
que es para Gramsci «la cuestión concreto? Para que sea cierto que
más importante con respecto a la “todo hombre es un filósofo” no
ciencia», pero que para el sentido es necesario recurrir, en este sen-
común «ni siquiera existe». Tales tido, al sentido común. El sentido
certezas llegan al sentido común común es un agregado desorde-
«esencialmente en la religión […] nado de concepciones filosóficas
el cristianismo» (Ibid.). El sentido y en él se puede encontrar todo
común es aquí para Gramsci una lo que se quiere». Y aún, un poco
visión del mundo atrasada ya sea más adelante: «Gentile habla de
por su condicionamiento por la “naturaleza humana” ahistórica,
ideología religiosa, que niega la y de “verdad de sentido común”
inmanencia, ya porque no recibe como si en el “sentido común”
la novedad de la ciencia: una vi- no se pudiese encontrar todo y
sión del mundo premoderna. A como si existiese un “solo senti-
menudo Gramsci connota el sen- do común” eterno e inmutable»
tido común también con un ca- (C 8, §175, 305). A Gramsci le pa-
rácter conservador: este «tiende rece que Croce y Gentile se rela-
a creer que lo que existe hoy ha cionan táctica e instrumentalmen-
existido siempre» (C 6, §78, 61). te con el sentido común, porque
En los Cuadernos las valoraciones quieren que los subalternos con-
y las anotaciones sobre todo nega- tinúen siendo tales. En la última
tivas sobre esta categoría – a me- nota citada Gramsci añade una
nudo adjetivada como «vulgar» – consideración que representa un
parecen prevalecer netamente so- balance equilibrado de su razo-
bre las positivas. namiento, partiendo del reconoci-
Gramsci critica a Croce, que miento de que «lo que se ha dicho
«coquetea continuamente con el hasta ahora no significa que en el
“sentido común” y con el “buen sentido común no haya verdades.
sentido” popular» (C 7, §1, 145). Significa que el sentido común es
En el Cuaderno 8 la reflexión so- un concepto equívoco, contradic-
bre el sentido común conoce la torio, multiforme, y que referirse
máxima expansión, confrontán- al sentido común como confirma-
dose tanto con las tesis de Bujarin ción de la verdad es una insensa-
como con las de Croce y Gentile. tez. Podrá decirse con exactitud
En C 8, §173, 304, por ejemplo, lee- que cierta verdad ha llegado a ser
mos que «Croce parece compla- de sentido común para indicar
cerse porque determinadas pro- que se ha difundido […] porque el
posiciones filosóficas son com- sentido común es toscamente re-
partidas por el sentido común, trógrado y conservador y el haber
¿pero qué puede significar eso en logrado hacer penetrar en él una
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T
Traducción rica y críticamente» las modifica-
En una carta a Giulia del 5 de ciones semánticas ocurridas a lo
septiembre de 1932 (LC 613-614), largo del tiempo (C 7, §36, 174 y
Gramsci define las tareas del tra- C 11, §24, 286), factor esencial para
ductor de esta manera: el traduc- la comprensión y la traducción de
tor cualificado debe tener la «ca- ciertos textos. Mientras que mu-
pacidad elemental y primitiva de chas grandes autoridades en tra-
traducir la correspondencia co- ducción (como el exponente del
mercial» o el «tipo de prosa perio- romanticismo alemán Friedrich
dística», pero también debe desa- Schleiermacher) se limitan a la
rrollar la de traducir a «cualquier mera constatación de que la sepa-
autor, ya sea letrado, político, his- ración o la proximidad temporal y
toriador o filósofo, desde los orí- espacial entre dos lenguas deter-
genes hasta el presente», y, por lo mina cuán diferentes o similares
tanto, debe ser capaz de orientarse son los elementos constitutivos
entre «los lenguajes especializados de las mismas (los léxicos y, aún
y científicos» y los «significados más importantes, los sintácticos)
de las palabras técnicas», inclu- (Schleiermacher 1994, 224), Gramsci
so según los cambios temporales. ofrece una explicación que toma
Este último aspecto era bien cono- más en cuenta las culturas y las
cido por Gramsci gracias al estu- características estructurales de las
dio realizado en su etapa univer- propias sociedades implicadas en
sitaria de libros como Essai de sé- la traducción (este es el tema de la
mantique: science des significations, «traducibilidad»). Al hacerlo, es-
del lingüista francés Michel Bréal, tablece un eje principal, esencial
en el que se reconstruyen «histó- para el enfoque realista-materia-
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Traducción
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Traducción
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Traducción
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Traducción
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Transformismo
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Transformismo
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Trotsky (León Davidovich Bronstein)
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Trotsky (León Davidovich Bronstein)
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Trotsky (León Davidovich Bronstein)
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Trotsky (León Davidovich Bronstein)
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U
URSS lo con los ojos de quien, décadas
Uno de los temas más contro- después, tiene otro objeto mucho
vertidos de los Cuadernos es la más definido frente a él), Gramsci
evaluación de los procesos en cur- pudo disponer de poca informa-
so en la URSS estalinista cuando ción en prisión, a menudo suma-
después de 1927 – con el abando- ria y de segunda o tercera mano.
no de la NEP, el lanzamiento del Del Gramsci que observa con
primer plan quinquenal, la indus- atención crítica, pero también con
trialización acelerada, la colectivi- participación sentimental y pa-
zación del campo con la fuerte in- sión política – no se puede «saber
tervención de la cúpula del PCUS sin comprender y especialmen-
y del Estado, la marginación de al- te sin sentir y estar apasionado»
gunos de los principales dirigen- (C 4, §33, 164) –, habría que saber
tes de la Revolución de Octubre captar el «ritmo del pensamiento
y de la Internacional Comunista en desarrollo» (C 16, §2, 248), evi-
(derrota en 1926-1927 de la oposi- tando el «error de método filoló-
ción “de izquierda”, en 1928-1929 gico» de «“apremiar los textos”
de la “de derecha”) – está surgien- para hacerles decir más de lo que
do un tipo relativamente nuevo realmente dicen (C 6, §198, 134).
de Estado, de sociedad y de direc- El Leitmotiv de Gramsci, des-
ción política en comparación con de los primeros escritos de 1917
la primera década revolucionaria. respecto a los procesos desenca-
Frente a los tumultuosos proce- denados por la Revolución rusa,
sos en curso en la URSS, sin que está en la decisión de arraigarlos
nada se consolide definitivamen- en lo concreto de la historia, en la
te (por lo que no es posible mirar- «realidad efectiva», que Gramsci
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URSS
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URSS
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URSS
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URSS
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V
Voluntad colectiva lidad objetiva, que vive y se mue-
Desde los años juveniles, ve, y adquiere materia telúrica en
Gramsci subrayó el papel central ebullición, que puede ser canaliza-
de la voluntad en la construcción da donde la voluntad guste, como
de un orden social y político. En a la voluntad gusta» (CF 514). Esta
un célebre artículo escrito en di- idea de una «voluntad social, co-
ciembre de 1917, tras haber defi- lectiva», que resulta del contacto
nido la Revolución soviética como entre los hombres y que tiene un
una «revolución contra El Capital», papel determinante en la creación
afirmando que los bolcheviques de la realidad social, aunque esté
habían superado las «incrusta- directamente influenciada por el
ciones positivistas y naturalistas» neoidealismo de Croce y sobre
que habrían estado presentes en todo de Gentile, se parece mucho
el mismo Marx, Gramsci escribe: al contractualismo de Rousseau.
los principales factores de la histo- Es verdad, sin embargo, que con
ria no son «los hechos económicos, tal posición voluntarista Gramsci
brutos, sino el hombre, las socieda- reaccionaba a las «incrustacio-
des de los hombres, de los hombres nes positivistas y naturalistas»
que se acercan entre sí, que desa- que marcaban no el pensamiento
rrollan a través de estos contactos de Marx, como entonces suponía,
(civilización) una voluntad social, sino ciertamente el marxismo de la
colectiva, que comprende los he- Segunda Internacional.
chos económicos, y los juzga, y los Si Gramsci se hubiera manteni-
adapta a su voluntad, hasta que do fiel a esta “omnipotencia” de la
ésta se convierte en el motor de voluntad, no se habría ido más allá
la economía, quien plasma la rea- del neoidealismo deudor no tanto
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Voluntad colectiva
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Voluntad colectiva
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Voluntad colectiva
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Voluntad colectiva
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Bibliografía
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Diccionario Gramsciano (1926-1937)
510
Bibliografía
511
Diccionario Gramsciano (1926-1937)
512
Índice de traductores
Mario Arellano
Bujarin, Nikolái Ivanovich
Burguesía
Capitalismo
Centralismo
Clase, clases
Coerción
Concepción del mundo
Conformismo
Consenso
Corporativismo
Cosmopolitanismo
Cuestión meridional
Dialéctica
Dictadura
Economía
Económico-corporativo
Economismo
Educación
Estructura
Ético-político
Feminismo
Historia
Jacobinismo
Literatura popular
Ordine Nuovo (L’)
Moderno Príncipe
Nación
Oriente-occidente
Partido
Partido comunista
513
Diccionario Gramsciano (1926-1937)
Populismo
Prólogo del ’59
Pueblo
Pueblo-nación
Religión
Sorel, Georges
Stalin
Trotsky (León Davidovich Bronstein)
URSS
Anxo Garrido
Americanismo;
Americanismo y fordismo;
Maquiavelo, Nicolás;
Molecular;
Sociedad regulada;
Subalterno, subalternos.
David Cardozo
Marx, Karl;
Nacional-popular;
Relaciones de fuerza;
Revolución Pasiva.
Paolo Scotton
Buen sentido;
Cesarismo;
Intelectuales orgánicos;
Reforma intelectual y moral.
514
Índice de traductores
Ideología
Mito
Sentido común
Sebastián Gómez
Aparato hegemónico
Estado
Estadolatría
Intelectuales
Pasado y presente
515
Diccionario Gramsciano (1926-1937)
Clara Ferri
Espontaneidad
Espontaneísmo
Donatella Di Benedetto
Ciencia de la política
Fordismo
Héctor Rodríguez de la O
Espíritu de escisión
Historicismo
Andrea Muriel
Risorgimento
Leonarda Trapassi
Superestructura, superestructuras
Transformismo
Nery López
Inmanencia
516
TERTULIAS