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El pensamiento rario argentino El pensamiento agrario argentino Osvaldo Barsky, Marcelo Posada, Andrés Barsky LOS PONDMENTOS DE CIENCIAS DEL HOMBRE | Centro Editor de America Latina Direceion: Ricardo Figueira Secretaria de redaccion: Oscar Troncoso Asesoramiento artistico: Oscar Diaz Diagramacién: Oscar Sammartino, Estela Enecoiz Coordinacion y produccién: Natalio Lukawecki, Fermin E. Marquez © 11992 Centro Editor de América Latina S.A Hecho loosen 736, Buenos Aires el sito de ley Libro de edicién argentina. Cot por ECEGraph, Esmeralda 625. 3¢“G". Capi Impreso en Car bet, Udaondo 2646, Lantus Oeste, Prov de Bs. As Encuaderna- doen Haley, Av. Mosconi 640, Lomas del Mirador, Prov. de Bs. As. pestnbuidores en la Republica Argentina: Capital: Mateo Cance- ios. Echeverria 2469 5°“C” Bi : Dil S.RL. Azara 225, Capital, “vance Ares; Interior Oipu Impreso en enero de 1992 ISBN: 950-25-2055-6- INTRODUCCION El agro pampeano fue objeto de permanentes analisis por parte de diversos sectores preocupados por el funcionamien- to global de ia economia y de la sociedad argentina. Partiendo desde las descripciones del paisaje pampeano, llevadas a cabo por viajeros europeos, podemos reconstruir la ereccién de un modelo de funcionamiento productivo, con su correlato en fa organizacién social. La estancia, sus in- novaciones técnicas, las mejoras en la mestizacién de los planteles, la conformacién de una adecuada provisién de mano de obra, van trasluciéndose en las paginas descrip- tivas de aquellos que recorrieron el pais desde mediados dei siglo pasado. William Mac Cann, Thomas Woodbine Hinch- iff, Emilio Daireaux, entre tantos otros, son ejemplo de lo anterior. También, contemporaneos de los cambios van descri- biéndolos como observadores y, ain, como productores; Carlos Lemée, Godotfredo Daireaux y Herbert Gibson deja- ron admirables paginas para aquella reconstruccién. Tempranamente, politicos e intelectuales argentinos per- ciben que —como lo marcé Halperin Donghi— el modelo que $e estructuré {basado en la expansién horizontal de la ac- tividad agropecuaria) tenia serias falencias, que la prospe- ridad ocultaba peligrosamente. EI conflicto de los arrenda- tarios en la década de 1910 y las crisis productivas dejan al descubierto que dichas observaciones no eran desacer- tadas. Sin embargo, hasta el dia de hoy, la percepcién general del periodo que corre entre 1880 y 1930 es la de considerarlo como de continua expansion, lineal y sin dificultades. Pro- ducto de una simplificacién historiografica, esta imagen se ve desde otra dptica con la lectura de algunos textos que 7 inciuimos en esta seleccién. Asi como Daireaux y Gibson nos relatan los progresos en la estancia moderna, y Huret y Denis nos permiten observar como nos analizaban —en ple- na expansién— un cronista y un gedgrafo europeos, los autores que seleccionamos en la tercera seccién muestran dichos problemas, hacen previsiones y formulan propuestas. La Gran Depresién, con sus consecuencias de baja en los precios de los productos primarios —como los originados en la regién pampeana—, se ve reflejada en el pensamien- to agrario a través de los andlisis que se realizan de los dis- tintos perfiles de la crisis. A nivel de jas politicas, veremos dos posiciones claramente diferenciadas; por un lado apa- recen pedidos de intervencién gubernativa en la actividad productiva y comercializadora (“regulacién estatal”) y, por otro, la postura contraria, el reclamo para que el Estado se abstenga de interferir en la actividad agropecuaria, dejando que los productores —por medio de sus cooperativas— hagan frente a la cuestion. También para esta época el problema pecuario, que venia de tiempo atras, toma dimensiones importantes, tras- ladAndose la discusién del Ambito productivo (criadores contra invernadores) al politico-ideoldgico, donde las alusio- nes al imperialismo se matizaban con alabanzas al productor “auténtico” (enfrentandolo a aque! que ingresaba a la gana- deria en forma especulativa). Para estos momentos, ademas, gran parte de la literatura agraria centra el andlisis de la situaci6n pampeana en el sistema de arrendamiento vigente, que seria el factor causal de los problemas que afectaban a la estructura productiva. La mayoria de los textos seleccionados dejan entrever ese analisis unidireccional; pero ademas, en contrapartida, sefialan como solucién el acceso a la propiedad, especial- mente a la de escala de explotacion familiar; lo cual, al mismo tiempo, seria la base para la consolidacién de un modelo de sociedad democratica, al estilo norteamericano. De esa coincidencia general se diferencia Antonio Moli- nari; en él no importa la propiedad, sino fa estabilidad; si es fundamental el tamafio de la explotacién, que debe ser mayor, y nunca de pequefia escala, pues esta origina un estancamiento en la produccién y una decadencia social. La inclusién de Molinari tiene valor, ademas de su postura original, por la influencia que ejercid en algunos hombres de Estado que pasaron por la administracién publica desde TT mediados de ja década de 1940. La calda de la produccién agricola que recorre las décadas de 1930 y 1940 fue definida por distintos analistas como una situacién de “estancamiento”. Un articulo publica- do a.inicios de los '70 es pionero en sefalar que no fue tal, sino tan solo una brusca reduccién de la produccién agricola, que comienza a revertirse a inicios de los afos ‘50. ; Aquelios analistas que no lo vieron asi, sino que identi- ficaban un estancamiento son agrupados segiin el razona- miento analitico que realicen. Encontramos a aquellos que hacen hincapié en el tema de la estructura agraria y a los que sefalan a las politicas guoernativas como causantes de esa situacién. Como en al caso de la etapa signada por los problemas de la crisis mundial, la de la caida es tomada como objeto de investigacién y discusién de intelectuales y politicos con una finalidad inmediata, entender qué le sucedia al sector agrario; pero también con un objetivo mediato; contar con los elementos necesarios para realizar un diagnéstico mas acabado sobre el funcionamiento de la sociedad y poder, llegado ef caso, implementar las mas adecuadas medidas de desarrollo socioeconémico 0 de accionar politico. Sobreimpuesto con esto, se debe sefialar la influencia de las ideas reformistas derivadas de las investigaciones del CIDA de las propuestas de la CEPAL. Es asi que el andlisis de la etapa iniciada en los '50 se entrelazan diferentes vertientes interpretativas (estructuralistas y de politicas) del “estancamiento”, con aquellos autores que percibieron una nueva expansién. En esta ultima perspectiva se destacan los analistas — centrados en los aspectos técnicos— que describen cuali y cuantativamente el nuevo modelo de expansién agricola. Por ultimo, consideramos importante incluir una seccién referente a qué tipo de actores sociales se delinean en la ultima etapa; mas precisamente, intentamos indicar cémo fueron analizados estos sujetos por algunos de los autores del periodo estudiado. En resumen, el objetivo que nos propusimos fue resehar cémo se pensé al agro pampeano en las distintas instancias de su desarrollo. Para alcanzarlo seleccionamos autores tepresentativos de cada momento de la evolucién agraria de la regién pampeana; de cada uno de ellos extractamos la esencia de su obra, tratando de plasmarla en cada acdpite 9 lo mas fielmente posible, evitando cualquier analisis de la tesis del autor que pudiera distorsionar su espiritu. De este modo ofrecemos al lector una breve antologia del Pensamiento agrario pampeano, enmarcada en un esquema general -—sui intamenta comentado— que partiendo de la etapa ar (Sec. |), pasa por los momentos de expansién (sec. 1l) y dei conflicto agrario (sec. Ili) sefialan- dose algunas propuestas transformadoras (sec. IV); se detiene en los efectos de la crisis de los afios '30 en el Ambito agrario (sec. V) y en la posterior caida de la produccién agricola (sec. VI}; por Ultimo se delinea el perfil de la nueva expansién de la agricultura (sec. Vil) y de los nuevos sujetos sociales del agro pampeano (sec. VIII). Osvaido Barsky * Marcelo Posada ** Andrés Barsky °** * Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) - CONICET. “* Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lujan. *** Departamento de,Geogratla. Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad de Buenos Aires. ' 10 |. LA ETAPA FUNDACIONAL La organizacion nacional no fue sélo una transformacién de Ja estructura politica del pais, sino que significé una reno- vacion profunda de la vida socioeconémica de Argentina. Los hombres que dan forma a ta republica liberal pretenden montarla sobre tres ejes: la especializacién en la produccion de ciertas materias primas, la mayor participacion argentina @n el comercio internacional y atraer un importante caudal inmigratorio europeo. . El primer cambio operado en el sistema productivo se hace notar hacia mediados del siglo pasado, cuando las -explotaciones dedicadas a la cria ovina rodean a Buenos Aires. Viajeros extranjeros las describen y politicos argen- tinos las ponen como ejemplo de produccién; todos destacan al trabajo de los irlandeses que explotan intensivamente — @n propiedad o aparceria— pequefias o medianas parcelas. Esta actividad entra en una aguda crisis de sobreproduc- cién a mitad de la década de 1860; intluye sobre ella, ademas del proteccionismo imperante en los mercados extranjeros que compraban esa lana una politica fiscal que intenta reducir el déficit, para lo cual, entre otras medidas, se dispone la venta de tierras pertenecientes al estado bonaerense, que se haria en forma desfavorable para los productores ganaderos que las arrendaban. Paralelamente al desarrollo ovino en Buenos Aires, en esta misma provincia y en Santa Fe y Entre Rios. surgen colonias agricolas, pobladas fundamentalmente de extranje- tos. Esperanza y San Carlos, en Santa Fe, San José, en suelo entrerriano, y Baradero, en Buenos Aires, son los primeros frutos de una politica colonizadora que tendra — alternativamente— impulso estatal o privado. Con estas colonias se extiende la agricultura cerealera por al litoral, lo 1 suficiente como para que en 1872 se puedan contabilizar 20.000 toneladas de trigo cosechado, lo que significaba un cuarto de ja cosecha nacional. En ios parrafos anteriores aparecen algunos elementos que pensadores y analistas contemporaneos a los hechos tratados, ubican como centrales para el desarrollo argentino- pampeano, dentro de los parametros que se habian pro- puesto; esos elementos son: inmigracién europea, desarrollo agricola, politica de tierras pUblicas y de colonizacién. La interrelacién entre éstos, ademas de referencias a la impor- tancia de otros factores de progreso como el ferrocarril, aparecen reiteradamente en articulos, discursos y ensayos de politicos e intelectuales. Con el objetivo de servir de ejemplo de estas preocupa- ciones, seleccionamos a tres autores que consideramos tepresentativos de esta etapa fundacional del desarrollo agrario pampeano: Juan B. Alberdi, Nicolas Avellaneda y Domingo F. Sarmiento. Juan B. Aiberdi Bases fue una oora rapidamente escrita por Alberdi con el objetivo de poder haceria llegar a Urquiza, vencedor de Rosas en 1852, y que le sirviese al entrerriano de parametro y modelo de organizacién constitucional. *Partiendo del paradigma de la incapacidad innata de la poblacién nativa para hacer progresar la civilizacion material, plantea la necesidad ineludible de fomentar la inmigracién. Porque lo que hay es poco y malo. Conviene aumentar el ndmero de nuestra poblacién, y, lo que es mas, cambiar su condicién en sentido ventajoso a la causa del progreso [s.f.:153]. El gobierno, dice Alberdi, debe promover Ia llegada de anglosajones, pero no de manera organizada, planeada, sino simplemente asegurandole derechos y libertades. La inmigraci6n esponténea es la verdadera y grande inmi- gracién. Nuestros gobiernos deben provocarla, no haciéndo- se allos empresarios, no por mezquinas concesiones de Yl terrenos habitables por osos, en contratos falaces y usura- tios, mas dafiinos a la poblacién que al poblador, no por pufaditos de hombres, por arreglillos propios para hacer el negocio de aigtin especulador influyente; eso es la mentira, la farsa de la inmigracién fecunda; sino por el sistema grande, largo y desinteresado, que ha hecho nacer a Cali- fornia en cuatro anos por la libertad prodigada por franquicias que hagan olvidar al extranjero, persuadiéndole de que habita su patria; facilitando, sin medida ni regia, todas las miras legitimas, todas las tendencias Utiles [s.f.:63-64]. “Gobernar es poblar” fue el simbolo de las Bases y de Alberdi mismo, aunque como escribid en 1873, gobernar es poblar en el sentido que poblar es educar, mejorar, civilizar, @nriquecer y engrandecer espontanea y rdpidamente, tal como sucedié en los Estados Unidos. -Al igual que Sarmiento, Alberdi se preocupaba por la gran extension del territorio despoblado. ";Qué nombre daréis, que nombre merece un pais compuesto de doscientas mil juas de territorio y de una poblacién de ochocientos mil h&bitantes? Un desierto.” [s.f.:154]. Ese desierto devia ser labrado y no dejando que produjera solo; por esto entiende Aberdi el sistema ganadero tradicional. “El suelo que pro- duce sin trabajo sdlo fomenta hombres qua no saben traba- jar. No mueren de hambre; pero jamas son ricos.” [s.f.:15]. La fertilidad no es e! factor fundamental, sino que lo es el trabajo del hombre; aquel que recoge la “limosna del suelo” no sera mas que un mendigo. En efecto, en una obra posterior Alberdi coincide con A. Smith y con J. Say en que “(...) la riqueza tiene por origen al hombre social, no al suelo." (1916:81) Asi, si una nacién se extiende por un suelo sumamente fértil y posee climas benignos, pero esté deshabitada o poblada por un pueblo caracterizado por la ociosidad y el! dispendio, sera una nacién pobre. | : Como una manera de subsanar esta situacién —y rela- cignandola con ef tema inmigratorio—, este autor propone saldar las deudas de las republicas americanas entregando tierras fiscales para cancelarlas. Serla el mejor medio de hacer poblar esas tierras, hoy desiertas y estériles, por colonias de inmigrados europeos que sus acreedores constituidos en compajias, cuidarian de fundar para resarcirse de alguna manera de su dinero, que no volverén a ver de otro modo [1916:341]. 13 De esta manera se combinarian los progresos alcanza- dos por el pais desde 1853 (infraestructura ferroviaria y de puertos, el telégrafo, la fundacién de colonias agricolas) con la riqueza natural y la cultura y el capital europeos. La gran funcién de un gobierno serio a este respecto, consistiria en dar con un sistema por el cual se deye que ef pueblo, el capital y e trabajo europeos, hagan producir al suelo de Sud América toda la riqueza de que es capaz [...] [1916:400] Domingo F. Sarmiento La problemdtica agraria fue una preocupacion central en Sarmiento, y ha generado una gran cantidad de escritos sobre ella; realizando un exhaustivo andlisis de los mismos, Natalio J. Pisano (1980) ha elaborado su libro La politica agraria de Sarmiento que permite presentar adecuadamente su pensamiento. En primer lugar, podemos decir que Sarmiento tenia muy presente la discusién clasica desarrollada en Inglaterra sobre la libre importacién de cereales que afectaba ia renta del suelo percibida por la nobleza inglesa poseedora de las tierras. Sefalaba asi que: La tierra en Inglaterra esta de siglos atras vinculada con la aristocracia; ella como poseedora del suelo es también duefia de los granos y de los ganados. y no teniendo competencia, les ha puesto precios tales que pueden dar las inmensas rentas de que disfruta la nobleza inglesa. Es, pues, la nobleza la abastecedora de los dos renglones principales de la vida; hay monopolio. De algunos aijos atras la pobla- cién ha doblado, pero !a tierra y la cantidad de sus productos no han doblado. Las maquinas han suplido la fuerza de los brazos y habiendo muchos que solicitan trabajo, el salario es corto y las provisiones de boca caras. Hay, pues, millones de hombres amenazados de morir de hambre. Esta es en sus términos mas simples la cuestién de los cergales. Si se admiten ios granos del extranjero, la vida del pueblo proletario se hace mas facil, pero la nobleza pierde tos dos tercios de su fortuna, decae en la consideracién publica y pierde gran parte de su influencia politica. Si los granos extranjeros no son admitidos la nobleza conserva el monopolio y con él sus millones y su influencia; pero muchos millones de proletarios padecen de hambre, porque sus escasos recursos no bastan para satisfacer ni las necesida- 14 des puramente animales. [Articulo en “El Mercurio”, Santia- go de Chile, junio de 1842, O.C.; v. X, p. 67} “El conocimiento de Sarmiento de la traba que, para la expansién dei capitalismo industrial inglés, significaba la presencia de la nobleza latitundista se conectaba con una visién similar sobre la gran propiedad improductiva en los paises americanos. EI latifundio, cuyos origenes son asocia- dos en su pensamiento a las formas de colonizacién des- arrolladas por Espafia, es sistematicamente signado en sus @scritos como causa esencial del atraso social. La tierra es ja Unica base de la civilizaci6n. Es preciso ‘poseerla, explotarla, habitarla, poblarla, para que Ias artes, jas leyes, nazcan y se funden y perpetuen. Los calmucos y los arabes no se civilizan porque no se arraigan. La tierra, pues, fue en la América espafola un accidente: y por le ..,. Mismo que no servia para nada, pudo tomar cada colono * ¢uanta quiso: por io mismo que los productos de la labranza eran inutiles dejé de labrarlas; y como se habian traido vacas, caballos, ovejas. para propagar. los colonos espafo- les descubrieron que dejandolos pacer a su voluntad la yerba * ¢recia espontaneamente en los campos, se multiplicaban rapidamente y sin trabajo personal, sin cuidado. La propie- dad, pues, fue ef ganado, la tierra inculta un elemento de Pprosperidad. Entonces cada hombre que no fuese soldado. sirviente o indio, tomé una grande extensidn del suelo para sus rebafios La estancia de stare. estar, permanecer, es la base primitiva de la colonizacién espafola. Se la encuentra en Méjico. en Centro América, Nueva Espafa, Chile y Republica Argentina, donde permanece intacta después de .,.. tes siglos sin modificacion alguna... necesito poner ante los *_.9j08 de mis honorables concolegas un cuadro vivo de esta “‘distribucién de la tierra, no para el hombre, sino para el _ ganado, no para la sociedad, sino para su aniquilamiento [O.C.. v. XVI, pp. 28-9). En 1852, en su “Memoria al Instituto Histérico de Francia sobre fa cuestién daécima dei programa de los trabajos de la primera clase fijado en 1852", refiriéndose a los latitundios dé‘la provincia de Buenos Aires indica que existen: [...] ochocientos veinticinco propietarios con titulos registra- dos de cincuenta y dos mil millas cuadradas de terreno. Algunas lagunas, algunos villorios, algunos terrenos aridos --. -@ suburbios de ciudades poseidos por pobres que los han 15 heredado de padres a hijos sin titulo, no introducen diferen- cia en las cifras que pase de un quinto de la superficie total del terreno. Partiendo las 52.000 millas por mit propietarios de terreno, toca a cada uno cincuenta y dos milias cuadradas de propiedad territorial [O.C., v. XVI, p. 29}. En el pensamiento sarmientino, el latifundio esté asociado estrechamente a la ganaderia extensiva, que despoblaba el campo e impedia asi el desarrollo de la agricuttura: La tierra produce labrada mas de lo que pueden consumir los que fabran. De ahi viene la riqueza ilimitada de la agricultura pero necesita mercados para el sobrante de productos, caminos para el transporte, etc. Aqui principiaba a obrar el interés de ios colonos. No sembraban, por no malbaratar trabajo; criaban ganado, porque ia tierra producia yerbas, y la reproduccién era espontanea. Cuando mas podia hacerse salvaje, abandanado a si mismo, como en efecto sucedi6 y sucede, actualmente en la Republica Argentina [ibidem, 33]. En 1855, publica en Santiago de Chile donde residia, al “Plan combinado de educacién comin, silvicultura e industria pastoril, aplicable al Estado de Buenos Aires” en el que retoma su planteo sobre la inconveniencia de una ganaderia extensiva reducida a la crianza de animales y de la relevan- cia de la agricultura para un mejor desarrollo social y econdmico del agro: Por consecuencia de la falta de bosques y por tanto de de- limitacién de la propiedad, rediles, corrales y establos, es que se mantienen en el estado salvaje los rebafios, no pudiendo explotarse uno de sus mas valiosos productos, cuales son los variadof que da la leche de las vacas... E| Estado de Buenos Aires no esta, pues, destinado por la cria del ganado a poblarse de hombres, sino en cierta medida y en cuanto baste a las necesidades de la crianza. Esta industria gana- dera, proseguida como hoy se practica, seria por siempre el invencible obstaculo para el engrandecimiento y poblacién indefinida del Estado, que sélo en las costas, y para las multiples ocupaciones del comercio admitiria poblacién {O.C., v. XXIll, pp. 222-223]. La agricultura, pues, introducida al lado del pastorao, puede sumiristar a éste fos auxilios que lo harian mas perfecto. Produciendo cercas, madera, lefia, etc., habria granjas, establos, apriscos, rediles o corrales en abundancia; y por estos medios de sujecién y limitacién de los movimientos se acabarla de domesticar el ganado, se utilizaria la leche y seria menos costosa la produccién y mayor. Si es que no ha de consagrarse indefinidamente e! tertitorio de un Estado entero al solaz de las bestias, la agricultura Proporcionaria ocupacién, morada y subsistencia a millares de seres humanos en reducido espacio: proveyendo ademas de materias. primeras para la industria y construccién civil [...Jlibidem, p. 224). Sarmiento vinculaba la dindmica de la agricultura al proceso de eliminacién de los latifundios y de divisién de la propiedad, Sefialaba asi que: El sistema actual de reparticién de la tierra en Buenos Aires, cdiculado para un pais despoblado, es una barrera insepa- rable a todo desarrollo de mayor riqueza y de una grande poblacién; pero apenas tome la agricultura cierto grado de desenvolvimiento, ia transformacién de la tierra de pastoreo en tierra de labor va a producir desérdenes sociales do extrafia e imprevista forma, porque no hay ejemplo de poseedores de sesenta leguas de pais cultivado, sin que haya principes y condes soberanos, y los habitantes sean vasallos, siervos o inquilinos. Los lores de Inglaterra se avergonzarian de su pobreza en presencia de estos poten- tados, si es que las injusticias que tal orden de cosas poe dejaran tranquilos a los favorecidos [ibidem, p. La expansién agricola se asocia en el pensamiento de Sarmiento al proceso de colonizacién que permitiera acceder a los productores a la propiedad de la tierra. Se definia claramente en contra del sistema de arrendamiento. Ya en un articulo escrito en 1842 en el diario chileno “El Mercurio", planteaba que: La agricultura no ha dado los resultados que de derecho debian esperarse de ella; no tiene ella la culpa; antes bien, que si las altas clases de la sociedad han sido las posee- doras del suelo, no han sido ellas las que lo han explotado; un arrendatario sin instrucci6n, un pobre inquilino que maquinalmente maneja el carro en nuestros campos, son los que sélo han generalmente dirigido el mas noble como el més precioso instrumento que el cielo haya podido inspirar a la invencién del hombre [O.C., v. X, p. 197]. Esta idea sigue firmemente asentada, cuando en 1852, en la Campaii del Ejército Grande, recorre por primera vez la pampa. En la zona de Chivilcoy encuentra a un estanciero que “... habla hecho frente a los malos tiempos para el ganado, sobrando trigo, y fomentando a los extranjeros que piden tierras para labrarlas. Hicele notar que de este sistema iba a nacer el inquilinaje, la plaga social mas incurable y mas desastrosa (O.C., v. XIV, p. 216). En este periodo Sarmiento usa la palabra inquilinaje en relacién a la institucién agraria existente en Chile, que implicaba un acceso precario a la tierra relativamente similar a la figura de! arrendamiento usada en Argentina. Lacolonizacién es una obsesién permanente en Sarmien- to. Ya en el articulo publicado en 1842 en “El Mercurio’, decia: Hay dos modos de colonizar que han sido probados en Europa: el uno donando a pobres las tierras baldias y conduciendo a estos labradores a costa del gobierno a las colonias, el otro, vendiendo las tierras por medio de socie- dades, a capitalistas que las ocupen, y con los fondos procedentes de estas ventas conducir un numero proporcio- nado de labradores a quienes los capitalistas den ocupacion en el cultivo de tierras y otras industrias. El modelo agricola sofiado por Sarmiento lo encuentra plasmado en Chivilooy. Desde su regreso a Buenos Aires desarrollé una intensa campafa de prensa para asegurar a los agricultores de este partido bonaerense la propiedad de la tierra que trabajaban. Escribia en “El Nacional” el 26 de julio de 1855: fs la tierra el asiento de la propiedad, y el producto de fa agricultura no puede desprenderse de ella, si no es en granos y frutas; pues las plantas, las labores, los cercos, los ‘edificios que constituyen la cultura del suelo, al transformar- se de desiertos en campos labrados, quedan para siempre a favor del propietario. El arrendatario, si es accidental, arruina ei suelo y conserva en cuanto puede el desierto; si @s permanente se convierte en siervo, y lega a sus hijos con la casa la servidumbre. [...] La cultura de la tierra requiere, pues, titulo de propiedad claro y cierto. Los agricultores de Chivilcoy, para plantar un arbol, para edificar casas s6lidas y hacer cercos aguardan saber a quién pertenece la tierra que labran, y esta cuestién debe 18 i tesolverse sin pérdida de tiempo. Et enfiteuta ha side privado por-el gobierno del derecho de subarrendar, porque 6! es slo un arrendatario [0.C., v. XXIV, pp. 147-148}. Y al referirse a lo realizado por los productores agrico de esta zona sefala: ricolas Chivilcoy es el granero de Buenos Aires. Desde lejos se le feconoce en la pampa desierta, por los cortijos y arboledas que por todos lados hermosean el honzonte, y rompen la monotonia habitual del paisaje. Una villa apenas trazada este afi, ostenta ya mas de cuarenta casas de ladrillo, y este articulo vale alli tanto como en Buenos Aires. Ochocientos pobladores, de los cuales la mitad son arrendatarios, dan trabajo y sustento a cuarenta mil almas, Pueblan aquel afortunado pedazo de tierra labradores inteligentes, por- tefios, Provincianos, vascos italianos, etc. En diciembre del = pasado afio, fueron contratados a bordo setecientos inmi- grantes para Chivilcoy, y atravesaron las calles de Buenos Aires sin detenerse, @ tomar la guadafa en Chivilcoy en reemplazo de ingleses que probaron mal. Alli surcan la tierra arados norteamericanos; y cien fanegas de trigo de Génova, traida para semilla con costo de mas de mil fuertes, han de ondear a la brisa de la Pampa en diciembre de este afio sus doradas espigas; a bien que guadafias, maquinas de segar y de trillar la aguardan para reducirlas a trigo, el cual a su vez vendré a alimentar el perpetuo movimiento de los aria molinos de vapor en Buenos Aires [O.C.. v. XXVI, - La campafia de Sarmiento hace posible que los colonos Puedan adquirir las tierras a tres grandes enfiteutas que reclamaban sus derechos, mediante la ley sancionada en la provincia de Buenos Aires en 1856. El impulso de Sarmiento a los ferrocarriles como arma Clave en su estrategia agraria, aparece con fuerza al con- Cretarse la primera linea férrea, que ya en 1857 llegaba hasta - la Floresta: .. No habra vias de comunicacién porque hay - estancias y no dejara de haber estancias mientras no haya vias para transportar el producto del trabajo humano” {O.C., i v. XVill, p. 47] sefiala con admirable claridad. En 1860, Sarmiento era ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires durante la administracién del General Mitre. Alf elabora un proyecto que se presenta a la legislatura que contempla la adquisicién de las acciones de la empresa del 19 Ferrocarril del Oeste para el Estado, la expropiacién de terrenos para continuar la linea férrea y la venta de los que sobraran para establecer nuevas propiedades productivas. Alf sefialaba: El medio Ilano de ir directamente a los resultados es remover los obstdculos que impedirén por hoy y por siempre la difusién de las vias férreas, y es el que aconseja el gobierno en el proyecto adjunto, a saber, subdividir la propiedad territorial expropiandola en el trayecto del ferrocarril que penetra en las campafias, para anticipar y acumular produc- tos transportables y pablacién sobre la zona que recorre la via. | | Este es el sistema que han seguido en los Estados Unidos para hacer penetrar en tos bosques inhabitados vias férreas de ocherita leguas de largo, creando a un tiempo ja via, el producto y el propietario productor. Verdad es que estos prodigios han sido facilitados por un sabio sistema de legis- lacién agraria, que retiene en manos del Estado la tierra que no haya de cultivar el hombre para cuya mansién y“alimento la destind e} Creador [O.C., v. XXIII, pp. 210-2114}. Pese a as duras criticas de Sarmiento a la estancia ex- tensiva de cria de tipo rudimentario, no quiere decir que des- echara la posibilidad de una ganaderia moderna. En un articulo publicado en “El Nacional” el 24 de abril de 1857 Plantea la necesidad de llegar a la estancia modelo que organice la explidtacibn del ganado mediante cambios genéticos, y la construcci6n de adecuadas instalaciones: Una vez echados los cimientos a este progreso en nuestra cria de animales, la conveniencia indicara otras reformas en nuestro salvaje sistema de pastoreo, las cuales ensayadas con 6xito en un terreno adecuado pueden después adoptar- se en las estancias. Por ejemplo, la subdivisién de grandes lotes del terreno consagrado al pastoreo, para consumir los pastos sucesivamente, y la aclimatacién de pastos naturales, que diseminados en nuestros campos, como los que con él nombre de gramineas se han aclimatado en Europa, decu- Pliquen el producto de la tierra [O.C., v. XXVI, p. 213]. Su vision integrada de agricultura y ganaderia se expresa claramente en uno de sus informes enviados a la Sociedad Rural Argentina desde Estados Unidos, en 1866. Basandose en la experiencia norteamericana, y-en relacién a la discu- sién con quienes defendian la ganaderia a ultranza, sefala: 20 ” | No quiero sugerir la idea que se abandone la industria que @ tantos enriquece, aunque el pais no se-muestre sino relativa y accidentalmenta rico, si.seto compara con lo que @ra antes, con ganado y no ebstalite pobre. Lo que desearia - @8 que se modificase haciéndola mas. productiva en menos espacio de terreno, y se le asociesen las industrias agricolas que aumentan la poblacién, dando mas valor ala tierra [o.c,, v. XIX, pp. 159-160}. Es amplia la prédica de Sarmiento sobre la necesidad de! cambio tecnolégico, y sus numerosos informes a la Sociedad Rural--desde EE.UU. abundan en este aspecto. Pero ademas, llevé adelante estas iniciativas fundando la Quinta Normal en Mendoza, desplegando iniciativas educacionales agrarias en el gobierno de San Juan, impulsando la creacién en 1871 del Departamento Nacional de Agricultura y en 1873 de la Quinta Experimental en la Capital Federal. También desde el gobierno impulsé fortalecer el Proceso de coloni- Zaci6n, enviando en 1873 su proyecto sobre colonizacién, y fortaleciendo @! proceso migratorio europeo. Sus acciones de gobierno se vieron limitadas fuertemente por la guerracon al Paraguay que desvid decisivos recursos, y por la oposicién frontal de poderosos intereses ganaderos expresados en Sectores politicos de fuerte peso a nivel nacional. Nicolas Avellaneda Con una postura similar a la de Alberdi (‘Sdbranos tierras — faltanos trabajo y capital’) inicia Avellaneda su trabajo sobre {a tierra publica, que publica a mediados de 1865. Enmarcado en la discusién sobre la venta de la tierra perteneciente al Estado bonaerense, Avellaneda parte de la hipétesis segun la cual suelo inculto y pueblo miserable son términos correlativos; ante esto es absurdo que el Estado mantenga tierras baldias que nada valen, sino por el trabajo del hombre. “El vator territorial es todo é1 de creacion humana ¥ Por eso es que se ha escrito con tanta verdad como belleza ‘que el hombre hace Ia tierra’. (1944:15) Antes de plantear la tesis central de su ensayo, Avelia- neda repasa la evolucién del régimen de Ia tierra publica desde 1813 hasta la caida de Rosas. Desde las primeras 21 mercedes hasta las leyes de premios, pasando por la enfi- teusis rivadaviana, el autor analiza motivaciones legales y resultados practicos. En la segunda parte del libro Avellane- da propugna !a venta de Jas tierras fiscales a inmigrantes deseosos de constituir hogar y arraigarse en ellas. No parte de una elaboracién meramente tedrica, sino que busca plasmar en Argentina los resultados alcanzados en los Estados Unidos. , [..] la propiedad territorial libre y generosamente constitui- da, ha hecho algo mas en la Unién Americana. Ha creado para todos los trabajadores el hogar y el hogar es el alma del pueblo americano. Alli esta su vida, su fuerza y el secreto de todos sus grandes hechos [1944:112]. Citando a Duval, Avellaneda hace hincapié en que la oferta de tierras en propiedad es un factor sumamente atractivo para la inmigracién. Pero también la posibilidad de . acceso a la propiedad es un elemento de dignificacién. “La propiedad-engrandece y dignifica al hombre (...). La propie- dad levanta la condicién del hombre e imprime a su caracter la independencia que su vida asume (...).” (1944:105-106) En efecto, coincidiendo con Benthon, Avellaneda considera al arrendamiento como desfavorabie a Ia libertad y origen de desavenencias sociales; aUn, dicho sistema no es estimu- Jante al trabajo como {o seria la propiedad. Parafraseando a Sarmiento agrega:. Unamonos todos [...] para excluir de las poblaciones de estos paises el inquilinaje y @! proletariado, estas dos especies de esclavatura que son la lepra de las viejas sociedades, y que darian a las nuevas un aspecto enfermizo de ancianidad en medio de fos espiendores de la. naturaleza que las rodea [1944:119}. La provincia de Buenos Aires es un claro ejemplo de lo negativo del sistema de arrendamiento. “El arrendamiento no _ : ha avanzado en un paso la marcha de la provincia sobre el dasierto {...]. [1944:123] Incluso es origen de elevados gastos burocraticos al exigir montar una estructura de contralor de los contratos firmados. Todo esto se superaria con la venta de la tierra publica. En el tema de la enajenacién, Avellaneda nos introduce primeramente en fa discusién acerca del valor, el precio y 22 ‘el sistema de venta. Una tierra, aunque permanezca inculta, vale por la situacién en que se halla colocada por ese trabajo colectivo, incesante y secular de ia sociedad que ha abierto a su alrededor caminos para el transporte de los productos que en lo Sucesivo ha de rendir, o agrupado la poblacién que debe Consumirlos: verdadero vinculo de solidaridad que liga la’ vida econémica de los pueblos, haciendo reftuir sobre ef bien de cada uno la labor de todos [1944:129). Es decir que por efecto de! producto social la tierra adquiere un valor determinado, lo que autoriza al Estado a reclamar un Precio sobre ella. Ese precio debe alcanzar un punto de equiliorio entre uno demasiado oneroso que sea inalcanzable Para el trabajador o que lo descapitalice, y otro muy bajo que aliente la especulacién. Venta pero nunca donacion, ‘L--] Porque el hombre se siente mas ligado a lo que ha adquirido tras largos estuerzos que a {o que recibe en una hora de buena fortuna [...].” [1944:130-131} Avellaneda sopesa las ventajas y desventajas de la venta en subasta publica, aunque remarca Que —al igual que en los. Estados Unidos— cualquiera fuera el sistema a emplear, previamente se deben hacer correctas mensuras de las tierras a vender. Una vez vendidas, el Estado debe asegurar la’ vigencia legal de la propiedad por medio del pleno fun- -cionamiento del Poder Judicial, lo cual actuaria también como estimulante para la inmigracion. El autor concluye reatirmando la relacién entre i Y progreso nacional. propiedad al arrendamiento enerva las facultades del hombre y aste- tiliza et poder productive del suelo, [...| sdlo la propiedad produce ‘ese amor de la tierra que hace pasar al objeto poseido alguna cosa del pensamiento y del alma del propie tario’. (..) Con la propiedad viene ef hogar que ennoblece al hombre y congrega a la familia; y 9l sentimiento del hogar fadicado en un pueblo Por nuevo que sea, es la fuerza invencible que le imprime vigor secular (...] (1944:192 y 196] 23 il. LA EXPANSION La etapa de expansiéri de la produccién agropecuaria, ini- ciada en 1880 y que se prolonga casi por cinco décadas, fue objeto de estudio por parte de sus contemporaneos, produc- tores u observadores externos, ala produccién y aun al pais. Las mejoras en los planteles bovinos, la extensidn de la agri- cultura y la difusién del sistema de arrendamiento, entre muchos otros, fueron elementos de reflexién de parte —por ejemplo— de aquelios productores preocupados por la mo- demizacién de la unidad productiva por excelencia: la estan- cla. Heriberto Gibson Las referencias a la estancia y a los estancieros que apa- recen en los escritos de la época son francamente halaga- dores. Heriberto Gibson dira en 1908: Una vez persuadido de la utilidad de! objeto, ningtin gana- dero es mas emprendedor que el argentino. Desde fos ulti- mos afios del siglo pasado el rodeo nacional ha sido enri- quecido por los mejores ejemplares obtenibles en las ca- bafas inglesas, y sin recelo de los elevados precios que su propio concurso operé en el Mercado. La concurrencia ar- gentina a la ganaderia inglesa ha servido de aliento a ja in- dustria rural de aquel pais, produciendo, sobre todo entre los criadores de la raza Shortorn, un movimiento de actividad no igualado desde la famosa “época norteamericana”. Se puede calcular que los tiltimos diez afos la Republica Argentina ha contribuido en este renglén con una suma no 25 ‘or de tres millones de pesos oro a la ganaderia inglesa. Durante el’ mismo periodo se han iniportade mas de poo freproductores vacunos, preponderando notablemente la raza Shortorn o Durham [1908:94}. | “La estancia primitiva se ha transformado en la estancia moderna con su parque y bosques artificiales: SU grupo or- denado de galpones. su chalet de residencia: las taenas pas: toriles se practican en instalaciones permanentes, fruto estudio de la economia rural; los antiguos jaguales con su manga de cuero se han convertide en abrevaderos meca- nicos con ef molino que extrae el agua. el freno automati co que mide su corriente y el tanque que fo represa y abastece a los bebederos de material 0 de hierro. Los potreros cercados, donde los pastos cultivados, se mezclan con los indigenas, se ha poblado de haciendas mansas s de cada espe ; 00" ‘isto esid destinado a su vez a modificarse; en las extensas estancias de hoy se arraigaran los hogares de la poblacién rural de mayor densidad que entrara manana a subdividirla, provocando el rinde intensivo dei suelo, y constituyendo el pueblo que dara nervio y aliento a (a fowra Nacién Argentina, ...el pueblo que respira el aire i eee campo y que vive del cultvo de la madre tierra” (1908. Godofredo Daireaux “ai ari . 5 ién En este contexto de legitimacion social, no esta en cuest ia oficiencia productiva alcanzada por las estancias. Godo- tredo Daireaux, sefalara enfaticamente: ‘La estancia argen: tina puede en 1908, competir victoriosamente con los esta- blecimientos similares de cualquier otra parte del mundo {1908:5]. Daireaux, estudioso de las cuestiones ruraves, estanciero é! mismo, es autor de un famoso libro tlama lo finalmente “La cria de ganado en la estancia moderna’. Como él lo relata en la tercera edicidn de su obra, S| inicialmente se llamé “La cria del ganado en la pampa’, indo asi, desde su primera linea una idea de ganaderia ore extensiva en sumo grado, como la unica que pudiera entonces ponerse en practica en fa lanura casi desierta; ‘La cria del ganado en la Republica Argentina’ decia la segunda edicién, como marcando la etapa oe civilizacién definitiva de poblacién y organizacién reco 26 en 15 afos de progreso constante: ‘La ceria del ganado en la estancia moderna’ tuvo Que tlamarse ja tercera, pues la evolucién, en los cuatro afos que la separaban de la segunda, seguia a pasos de gigantes [1946.9]. Daireaux sefala que los estancieros’argentinos han ido desarrollando un sistema de Produccién adaptado a las Condiciones locales en forma admirable. “La Zootécnica no 88 una ciencia matematica: se amolda a las Circunstancias, al clima, al ambiente social Y Comercial de cada pais”. Precisa que a diferencia de Europa que se caracteriza por la abundancia de mano de obra, la gran facilidad de comu- nicaciones, las enormes necesidades de consumo local y la reducida extensién de las unidades turales, todo lo cual determina un tipo de crianza de animales muy intensivo en cuidados, el panorama en la region pampeana es muy diferente. Asi indica que: El criador argentino tiene, al contrario, a su disposicién, en un clima excelente, inmensas extensiones de tierras fértiles en las cuales pueden Pacer al aire libre innumerables haciendas; pero por otra parte. la escasez de brazos hace Para 61 dificil y costosa la mano de obra, y las vias de comunicacién relativamente escasas y sumamente caras, aumentan considerablemente el precio de todos sus Produc tos, de donde fluye que, siendo la Produccién exagerada. el consumo local muy reducido, los gastos accesorios enor Mes, @5 preciso que el precio de costo Original de esa pro- duccién sea muy bajo para dejar utilidad al hacendado [1946:11]. EI autor indica que los sistemas locales de cria son muy buenos, y que para mejorarlos, en esta tierra Cuya primordial industria sera siempre la produccién animal ...]. {1946:11] [.. ] ahora, debemos ensefarle como el tinico rumbo posible [a alianza estrecha, intima de la ganaderia con la agricultura. El estanciero moderna ya no es un simple criador de hacienda, una especie de pastor sedentario, y debe de quedar bien impuesto y convencido de esta verdad: que no puede haber hacienda de: gordura comercial sin cultiva [1946:9] Esta alianza con Ia agricultura se visualiza como no competitiva, sino complementaria. Esta armonia se la ve 27 A : ee . 4 ili istema de arriendo. Gibson sefala en 1908: iniciativa en la provincia de Buenos Aires, puesto que ellos facilitada por el s han sido los primeros en acometer la ardua empresa en i réspera la agricultura; ofrece en arren- grande escala, a su riesgo y peligro; no siendo menos de Hoy, 23a ae ao un precio ae alquiler que la ganaderia 12.000 cuadras cuadradas las que actualmente poseen solo puede aventajar practicando las regias mas modemas cultivadas en conjunto. de su explotacién. Pero no fue asi al principio, el ganadero Soy el primero en reconocer que se han hecho acreedores tierra gratis y dar todo género de al mayor encomio de parte de nuestro gremio rural, por la tuo ie ore "shaer al colono [1908-93]. La evolucién ensefianza que nos han dado realizando tan trascendental sigue La escasa vegetacién nativa desaparece bajo la -* mejora en sus respectivos campos, transformados hoy en aifombra dorada de la mies, y ésta, a su vez, cede su cetro ~~ espléndidas praderas alfalfadas. a la rica pradera de alfalfa. Vuelven los radeos de vacas, “No de otra manera llegaremos a prepararnos conveniente- u jejores en su calidad. Pero no mente para resolver el problema, hasta hoy insoluble, de la : tees oar ce ehvofono. Luchand con constante empenio y la- ~ exportacién en grande escala de nuestros ganados en pie, boriecidad agregando cada afio sus ahorros al caudal de su para Europa y el Brasil; si no contamos con prados naturales capital, viéndose rodeado de su creciente familia, cesa, por 0 artificiales de reserva, que aseguren permanentemente el fin su vida de némade, se arraiga como arrendatario perma- engorde de las reses en todas las estaciones del afio. nente, cuando no como propietario, y constituye la unidad n Sin embargo, conviene estudiar esta importante cuestién de esa futura poblacién rural de la Republica que, herma- “. bajo el punto de vista de la economia del capital a emplearse icultura con la ganaderia, haré mas intensas fa con la gran reforma, para ponerla al alcance del mayor Tecaény las riquezas pacionales (1908:94). numero posible de estancieros. El procedimiento seguido por mis distinguidos predecesores, no esta, seguramente, al alcance de todos, sino de aquelios que dispongan de fuertes capitales y que quieran abordar . ‘ valientemente la empresa a costa de grandes sacrificios Benigno del Carrit pecuniarios, cultivando de su cuenta y riesgo considerables\ extensiones de tierra con trigo y maiz, durante dos o tres} . afios consecutivos, para poder sembrar en seguida la alfalfa: El sistema de arriendo habia sido descripto en 1892 por un - sola, si no prefieren acompafiarla con trigo y maiz. i estanciero bonaerense, Benigno del Carril, en estos térmi- . E! sistema empleado en mi establecimiento difiere funda- i a dirigida al director de los Anales : mentaimente en cuanto a la forma del procedimiento, siendo nos, contenidos nu var An meen ~ nel fondo exactamente el mismo. Consiste sencillamente de la Sociedad Rur: 9 : en lo siguiente: la tierra se divide previamente en potreros . alambrados de 1.600 a 2.000 hectareas, y en seguida se de dirigirle la presente comunicacién, por i A Tengo 3 aoraeja interesar @ nuestro gremio rural Y Muy | subdivide on las amojonados y numerados de 200 hecté saricularmente a los de la regién N.O. de la provincia de chacareros ital Tommantos y orenion. a particu amen desde que se trata de un ensayo en esa zona, : careros i lanos con el omentos y recursos propios, a Buenos ‘de realizar en mi establecimiento de Rojas, raz6n de $ 4 m/n la hectarea por el término de 3 afios, con que acabo | ‘ ‘de los campos de pastos dures ] : ta obligacién de dejar el terreno sembrado con alfalfa al tendiente al mejoramiento de : 5 finalizar el contrato, siendo de cuenta del establecimiento © fuertes. — . . ica y proporcionar la semilla de alfalfa. Sin pretensiones de ingen gener, ere go vse . ont ’ En la forma indicada, se han sembrado, el presente afo, en lanamente el procedimiento q' mi establecimiento de Rojas, 1.000 cuadras cuadradas de it . ann 4 alfalfa con trigo y maiz. ieccionado por la experiencia en cabeza ajena, apa Q Hanse empleade. 25 kilogramos de semillas de alfalfa por deliberadamente del procedimiento seguido por mis cuadra cuadrada, 0 sea 25.000 en las 1.000 cuadras i la empresa, los sefores Dr. Julio 4 f \ ae, art uen Hughes @ hijo en Rojas y Rott Hnos. eet a razén de $ 4 min los 10 kilogramos son en el Pergamino, a quien se debe indudablemente esta gra He aqui e! capital invertido para sembrar 1.000 cuadras de 28 3 29 alfalfa con Inge y ele ‘a r cuadra mn. Sanpe que sea posible, la siembra de alfalfa debera hacerse en potreros alternados con otros de pastos natura: es, para el mejor aprovechamiento de los pastos artificiales. De tal manera que, durante las estaciones lluviosas, o de fuertes hielos, puedan trasladarse los animales de invernada a estos Ultimos, que con motivo de haber permanecido desocupados y de reserva, se encontraran en condiciones excelentes para entretenerios en buen estado hasta que sea oportuno devolverios nuevamente a los alfalfares a fin de que completen ef engorde. ; Considero que en la privilegiada regi6n norte, seria un error, mas bien dicho, una insensatez, roturar ja tierra con el fin de cultivar prados artificiales de pastoreo, destruyendo imprudentemente la vegetacion espontanea de sus ricos y variados pastos tiernos muy superiores a la alfalfa misma, puesto que tienen ta ventaja inapreciable sabre ésta de soportar los hielos de la estacién de invierno en Plena vegetacion y lozania: superandola ademas en fa rapidez y exuberancia de los engordes [1892:273-274]. Si productivamente el balance aparecia favorable, social- mente la presencia de la gran explotacién aparecia como un problema mas complejo. Sobre ello alertaba Godofredo Daireaux al decir: estancias, como se comprende. de todo tamafio. No fee astablecimientos de 100 leguas cuadradas, de 50, de 20, de 10: pero al término medio de la extensi6n de los establecimientos agropecuarios de ta Republica Argentina disminuye con cierta rapidez, gracias. especialmente, alaley de herencias que dispone la divisién y reparticién de los bienes en partes iguales entre los hijos. La tendencia al latifundio, sin embargo, queda como peligro que puede entorpecer, en cierto modo, el progreso del pais; pues mas valor va tomando la tierra y menos proficuas se hacen jas familias de los grandes propietarios. También permiten las leyes hasta hoy, la formacién de sociedades andnimas, cuyo objeto es acaparar grandes areas de tierras Algin dia se tendran que modificar ... {1908:206}. 30 Migue! Angel Carcano Previamente a analizar los problemas que entran en escena, debemos resefiar ei estudio que realiza sobre uno de los puntos de mayor controversia, el del régimen de la tierra y su Manejo por parte del Estado, Miguel A. Carcano; andlisis doblemente valioso por provenir de un statesman plenamen- te integrado al sistema. En el estilo de Avellaneda, aunque de un modo mas enjundioso, Carcano pasa revista a las vicisitudes que sufrié el régimen agrario, desde las leyes espafolas aplicadas al suelo americano hasta la campafa de Roca, pasando por tres momentos claves: la enfiteusis rivadaviana, la politica de tierras de Rosas y el accionar de Avellaneda, primero como ministro de Buenos Aires y luego como presidente. A continuacion, Carcano analiza los procesos que vivieron desde mediados del siglo pasado —siempre referidos a la tierra publica— las provincias de Santa Fe, Entre Rios, Cérdoba, Corrientes y Buenos Aires. Los Ultimos afos dei siglo XIX y los primeros del presente son estudiados desde una perspectiva global, aunque haciendo referencias a los rasgos regionaies... Culmina realizando un balance de la situacion hacia inicios de fa Primera Guerra Mundial, en los ambitos inmigratorios, colo- nizador y de politi¢ta fundial. En el curso de un siglo —sostiene Carcano— el pais se dicta gran numero de leyes, las mas de ellas contradictorias @ incongruentes. Se vio y utilizo a la tierra como recurso fiscal, sostén de gobierno, arma de lucha, constructora de pueblos; sin embargo, con todas las impertecciones, nuestra politica agraria, con- tradictoria y deficiente, ha contribuido principalmente a for- mar la grandeza nacional. En épocas diferentes, con equi- vocaciones manifiestas, dos grandes principios cubrian todos ios errores y levantaban nuestra orientacién agraria a una regia inflexible y fecunda: la entrega al particular de la tierra publica y el fomento y estimule a la labor del extranjero {1972:391-392} Estos dos factores son la clave para que el esbozo de evaluaci6n que hace Carcano de la evolucién agraria argen- 31 tina sea positiva. Reconoce que faltaron estudios de aptitu- des del suelo y atin mensuras; que falt6 un plan agrario coordinado entre la nacién y las provincias; pero a pesar de todo, el fomento a la inmigracién yola venta de Ia tierra publica subsanan las deficiencias. El latifundio es visto como una consecuencia légica de la legislacién imperante y del medio ambiente; es asi que surge la dificultad para el trabajador de “(...) hallar la parcela de tierra en buenas condiciones que el gobierno no sabe ofrecerle, y el deficiente sistema impositivo, tienden conti- nuamente a reunir en grandes superticies (...)”. (1972:385) Sin embargo, Carcano cree que debido al cambio productivo —evolucién hacia la chacra y la granja— el parcelamiento se dara naturalmente. No obstante manifiesta que No basta ya legislar respecto de las tierras fiscales, sino que también es necesario preocuparse de la tierra particular, vigilar atentamente la marcha de la propiedad fundial y su buena reparticién, prevenir con disposiciones adecuadas la aglomeracién de fuerzas enervantes en pueblos y ciudades y propender al mayor rendimiento de la produccién. Facilitar el parcelamiento de tierras buenas como el mejor medio de atraer poblacién y aumentar los propietarios, que en realidad son la base de la verdadera democracia y la potencia de una gran nacién [1972:393]. Esta cita deja entrever que Carcano estaba preocupado por el uso que los propietarios daban a la tierra y, fundamen- talmente, por los problemas de acceso a ella que habia. Afirma que ei Estado debe propender a que “(...) el particular la utilice en forma racional y productiva. El propietario no puede abusar de su situacién privilegiada perjudicando los intereses generales (...)”. (1972:394) Incluso deja en manos del gobierno algin medio coercitivo para lograr tal fin. Reforma impositiva, agricultura intensiva, ganaderia extensiva relegada a zonas mas marginales, propiedades de un tamafio minimo que aseguran el sustento a una familia trabajadora, sistema crediticio no usurario, iniciativa privada y accionar gubernativo complementario son los factores que permitirian un arménico desarrollo agrario argentino. Anali- zando la situacién real y las posibilidades, Carcano cree que Argentina esta en condiciones de privar sobre las demas naciones productoras, sin embargo —concluye— hay un 32 tema que recorre su presente y su futuro. La buena reparticion y condicién de la tierra es el punto determinante ¢ inicial de sus ventajas, la base de la colo- nizacién y el gran problema social que atin no se ha resuelto [1972:398}. Por ultimo, @s conveniente repasar cémo se veia desde otro Angulo. la situaci6n argentina, desde {a dptica de las descripciones extranjeras. Alvis Emil Fliess En su obra Ef presente y el porvenir de la agricultura argentina (1890), Alois Amil Fliess destaca primeramente las yacteles de la “feliz” contiguracién geogratica de la Argen- la Republica Argentina, que aunque en extensién territorial, y ndmero de habitantes figura en segundo término —es, por sue cviizacién, Par la homogencida id casi completa de la raza icasica de sus itantes, por la fertilidad y la capacidad productora de su suelo, por el inmenso porvenir que tfias a todas fas razas, [...}+— es, decimos, la primera Nacién de Sud-América [1890:7]. Plantea tres cuestiones a analizar: 18. Estado de ta Agricultura desde la colonizacién espafio- la hasta el afio de 1865, principio dal desarrollo sistematico dela colonizacién agricola de la Republica. 2°, Situacién presente de la Agricultura desde ef aio 1865 hasta el afio 1890, periodo de 25 afios. 3°. El Porvenir que el destinc le reserva para proveer a las demas Naciones del orbe, repletas de habitantes del alimen- to diario del hombre civilizado: EL BENDITO PAN {1890:10]. _ Con tespecto a la primera, compara los procesos de independizacién de Estados Unidos y la Argentina. Sobre e! Perfodo de consolidacién nacional! dice: Conquistada fa independencia después de sacrificios inau- 33 ditos, vino la guerra civil, consecuencia triste dei sistema colonial, y los hombres mas notables por saber y tendencias liberales, tuvieron que emigrar. La agricultura no existia, pues faltaban ciudadanos que labraran la tierra [1890:16]. Pero la libertad y el progreso son como la gota de agua, que perfora la mds dura roca, y asi llegé también para la Republica Argentina su época de libertad, y de ver formados repentinamente ciudadanos que comprendieron, que para entrar a constituir eslabén en la larga cadena de las Nacio- nes civilizadas, era necesario arar la tierra, cultivaria y contribuir con el producto de elta [.. }: “fomentar la inmigra- cién” [1890:17]. . Esboza su punto de vista sobre la situacion en 1865: La inmigracién aumenta anualmente, y como en las ciudades no hay atin industrias, no grandes edificaciones, se internan los emigrados a los campos de las Provincias de Buenos Aires y Santa Fe. La agricultura progresa rapidamente en estas dos provincias, tomando carta de ciudadania. Las demas provincias quedan atin estacionarias; falta el factor sin el cual la agricultura no puede prosperar ni en al mejor suelo: el ferro-carril, Solamente las dos provincias de Mendoza y San Juan, por su excelente irrigacién {.. ] siguen el mismo sistema de Buenos Aires [...]. Se empieza a exportar maiz, y @] problema, de que la Republica Argenti- fa puede ser tan ventajosamente agricola como lo es ganadera, se presenta resuelto en favor de la agricultura, a pesar de que muchos dudaban antes de su resultado [1890:19-21). La segunda etapa abordada por Fliess, es la comprendida entre 1865 y 1890: Inmigracién y agncultura se desarrollan sistematicamente desde el afio 1865. Los agricultores inmigrados no son solamente sus factores mas importantes, son también tos agentes mas activos de la inmigraci6n; sin ostentaciones, sin otra cooperacién oficial, que los pasajes gratuitos en el ” interior de la Republica, y las leyes de Buenas Aires y Santa Fe sobre terras [...]. Las buenas cosechas de los afios de 1860 a 1866, los altos precios conseguidos por los productos agricolas y otros, como aves de corral, 4 mas el inmenso consumo en productos agricolas para el alimento del hombre como en forrajes de los ejércitos aliados en la guerra contra. el Paraguay, |...] produjeron en las colonias de Santa Fe y en ei litoral de la Provincia de Buenos Aires un gran bienestar en los agricultores [...} los verdaderos promotores de fa soricuteura en mayor escala han sido los ferrocarriles, 4 cuyos cos se establecieron sucesivament colonias [1890:22:42]. mente grandes Calculé Ja cantidad de inmigrantes dedicad i- cultura: i os 2 '2 age Existen en toda la Reptiblica Argentina, mds 6 menos, tres millones de hectéreas cultivadas efectivamente (.] Calcu- lando que cada 20 cuadras 6 sea 34 hectareas, necesitan para su completa explotacién cuatro personas [...] resultaria amigas ene cao ocupacién solamente 4 300.000 rantas, 6 sea 25% de la inmigracién llegada en todo el Periodo de 33 ajios. Ei resto de la innit como el aumento vegetativo de ella, habrase dedicado probablemen- tea otras ocupaciones [...] se comprenderd facilmente, si se considera [...] el gran numero de edificios publicos y parti- wa gic: innumerables grandes y pequefas indus- ved fan numero de las cas: i - i iiaso’ 7 as de comercio estable. Describe el impacto ambiental de la colonizacién agricola: el poco cuidado en la siembra y eleccién de la semi labranza continua de la tierra bon el producto dal 1 mea suelo, [...] producen un empobrecimiento rapido de ésta cuyo producto empieza a disminuir en calidad y cantidad del rendimiento, Principalmente en la provincia de Santa Fe, en cuyas colonias Miejas, como Esperanza y San Carlos, el cultivo del trigo no es ya muy lucrative. Pero, como los agricultores de esas localidades gozan de un bienestar notable, han dedicado ya sus tierras 4 la ganaderia, para volver 4 ararlas algunos aos mas tarde [...]. Estos defectos son sin embargo consecuencia légica, en un pais cuyos agricultores se@ componen de hombres nacidos en otro continente, y cuyo primordial objeto es, sacar al principio, de la tierra todo el jugo posible; después... Dios proveera. Este defecto @s naturalmente mas notable en aquellos terrenos cultivados por arrendatarios [...]. Sabido es, que ef consumo de los articulos agricolas y raspectivamente sus residuos en todas las formas imaginables, contribuyen 4 devolver 4 la tierra las materias quimicas, que ella ha gastado en el crecimiento y produccién de los granos etc. Y si el 85% de sus productos [Pcia. de Santa Fe] se exportan, sin dar al suelo un atomo de su fuerza vital consumida, su consecuen- cia paulatina sera el empobrecimiento de la tierra [1890:29- 35 32;37, el agregado entre corchetes es nuestro). J / Jules Huret Posteriormente, Fliess efecttia una breve descripcién * ‘ inci "J "4Qué pals es ese de la Argentina?”. Est I fica de la produccién agricolo-ganadera provincia por Qu6 p I ig . Esta pregunta se la Srovincia, ° -@ Heieron en las primeras décadas de este siglo periodistas Con respecto al tercer y tltimo punto, ef porvenir de 3 pmo sles uceta~ académicos y hombres de negocios i i tor afirma: : J aoPie Is reuna eategorias— que .recorrieron agricuttura argentina, el al : 4 pais. Tenemos ante nuestros ojos los E. Unidos de Norte-América, - Huret —en 1911— confiesa en las primeras paginas de pals no tan favorecido por la naturateza, para poder con q eu obra: verdadera satisfacci6n figurarnos el porvenir de este Rept- blica, en tempos que por cierto la actual generacién no : uw" Y NO 86 gran cosa de esa Argentina lejana, como no sea alcanzaré 4 ver, pero que seré la patria grande de nuestos <4... que en ella se crian ganados en rebafos innumerables, que hijos!! {1890:6 1}. 4 ac 8@ cultiva también el trigo y que, entre nosotros, se prodiga Be samente & los argentinos, como 4 todos los latinos Concluye Fliess: . ae América det Sur, 6! afiteto de “rastacuaros” [1988:I- 1. La Agricultura tiene en la Reptblica Argentina disponi- , . ble una zona mayor aun que fa actual zona dedicada en los & Cocodrilos, animales salvajes, carreras de caballos, una Estados Unidos de Norte América 4 la explotacién agricola. a. inmensa y Solitaria pampa y revoluciones es lo que esperaba 23. Que hermanando la agricultura con la ganaderia aumen- i] ¥Agontrar; sin embargo, el periodista refleja en su crénica tarén ambas, no solamente en cantidad, sino mas @un en produccién, progreso y porvenir brillante a lo largo del calidad; darén sus rondimientos por hectarea mayores, tertitorio recorrido. haciendo la ex letacion i aeumento. de ta inmigracion, 6 2 4. En lo que hace al tema que tratamos, Huret describe con thinuciosidad la actividad ganadera, aportando datos cuanti beonok ha EI tamajio de las estancias llama su atencién 0 no lo inquieta; comprende que subdivididas serfan mas fo menos por la constancia del niimero que ella presenta en el afto 1889, podrd en la Republica Argentina, ser explotada ricolamente la inmensa 4rea, aun inculta, de sus tierras. 44, Que aumentando anualmente la poblacién en el universo productivas, pero cree que en cerca de diez millones de individuos, y solamente en ge. Europa en tres millones por aio, y disminuyendo en Europa fo hay motivo para inquietarse demasiado por el porvenir, notablemente el Cultivo de cereales, no hay probabilidad deg ...& causa de esas posesiones que parecen vestigios feudales, que la produccién de éstos presente un exceso. tal, que 7. La cualidad prolifera del suelo y del cielo argentinos es vuelva improductiva su explotacién y que sus precios bajen innegable. Las numerosas familias constituyen la regia. Y de su cotizacion anual. 4 poco 4 poco todas esas posesiones sin limites se iran a es necesario der con toda energia y con todos ios mredios al leance dal Gobiema y del publico, 4 extender | pronto la red de vias férreas, sin las cuales la agricultura es J imposible, siendo igualmente necesario mejorar el servicio detectuoso de algunos ferrocarriles. _. 63. Fundar escuelas agricolas en aquellas provincias donde cna Sividiendo [...J[1988:-129]. : aA nivel de la produccién ganadera, Huret sefala que las _gausas del desarrollo pecuario argentino son dos: 1 nder asi dla explo 4B. = adopcion de cercados artificiales para delimitar los predios, la agrioukura se, eee sal suelo 880: 67-69) pI i. 6 importacién de pur-sangs extranjeros encargados de trans- taci 3 trosat be el cruzamiento los tipos de animales criollos Como ejemplos de distintas actividades productivas, el 36 37 cronista detalla sus visitas a la cabafia de Manuel Cobo, a la estancia-cabafia de Leonardo y Martin Pereyra, y a la “estancia-industrial” de Vicente Casares. Se destaca en el relato el registro cronométrico que realiza sobre la observan- cia de las leyes zootécnicas que permiten a M. Cobo obtener animales de excelente calidad. (1988:1-141/159) También es sumamente precisa la descripcién que efectua de la explo & tacién tambera y del procesamiento ldcteo en el establect | miento de la Martona. (1988:I-171/178) J Respecto a la agricultura, Huret relaciona su desarrollo | con al de los ferrocarriles y con la llegada de inmigrantes, | fundamentalmente italianos septentrionales. Estos, los colo: # Nos en general, pueden explotar normalmente 150 has. } debido a las benignas condiciones naturales, pero la expan: * sion agricola se dio, ademas, por la facil adaptacién a los progresos del “maquinismo moderno”. Si bien el precio es" alto —y aun mayor en los repuestos— la maquinaria agricola se expande rapidamente, permitiendo a los proveedores de las mismas acumular grandes fortunas. En cuanto al sistema de arriendo, Huret lo describe comp un camino de ascenso social; el colono comienza sus labores en la tierra inculta, antes de construir una vivienda en el terreno mismo. Su mujer y sus hijos: ayudan en sus tareas y hasta sus hijas conducen el arado.. Una buena cosecha que obtenga , entre tres, le bastard part: pagar tos instrumentos, asi como sus deudas al “alm: fo”, que es también su prestamista. Para vivir le basta co#' unos pocos macarrones y harina de maiz. Una moderacién semejante les permite, desde el principio, hacerles estima bles economias que alejan el desaliento, invitan a la perse’ verancia y finalmente conducen 4 la fortuna 4 esos modesks: trabajadores [1988:II-21 1). q et La naturaleza benigna, el trabajo y el ahorro son —on Huret— las causas de la riqueza agricola, la cual no manejada por los productores sino que los “(...) exportadore de cereales son en. resumidas cuentas los verdade' administradores de la fortuna argentina.” (1988:1I-221) El optimista panorama global de Ia valorizacién pam na que traza Huret, sdlo se ve empafiado por cierta alarma} ante la especulacién en tierras que genera un alocate: mercado de compra-venta, lo que no le hace perder sv confianza en el porvenir argentino. 38 demasiadas tierras libres para su ,¥ del trigo (al sur) la agricuttura bonae “ala ganaderia. El Proyecto origi ‘de u ala ga . ginal de un proceso de sustitucién de la estancia por | ia practi | uci por la colonia practi Pierre Denis Afios después de aquel periodist: Afios I la y antes del estalli la Primera Guerra Mundial, Argentina es recorrida, eotudiads y soakzada Por el gedgrafo Pierre Denis. Realiza una fun- ee ad ja -reePeion fisiografica ¥ una regionalizacién que apace | 'sico, sino también el aspecto socioeco- La llanura pampeana es obj : I jeto de un detallad isis fsico y de subregionalizacién. En el aspecto productive nla io agro engin de la actividad Qanadera y del ; k » desde el punto de vista regional, y de | articulacién productiva. Asi observa ion de las colonias no todo es agricultura. ave en la region de las La superficie de los alfalfares se ha extendido |...) El alza reciente del valor de a tierra en las colonias no responde aun aumento de la produccién agri it ia gonaderia [1ee7 ooh agricola sino al desarrollo de En Buenos Aires la colonizacién agricola no encontré Solo —observa Denis— en las zonas del maiz (noreste) s@ sobrepone icamente no se La regla general es, en cambio. que ej Progreso de la co- lonizacion desarrolla un ti i i : ipo de explotacién mixta agricultura y la ganaderia estan Presentes treer-sagy a El marcar la existencia de ese tipo de explotacién es uno de jos aportes mas valiosos de la obra de Denis, quien sefala que el origen de la misma se debe a un ciclo natural de rotacién (agricultura-alfalfares-ganaderfa) © a que los agricultores ceden un lugar —por su importancia econdmica a la ganaderla, como en las colonias o en la zona triguera. Por Ultimo evalua Denis los resultados del proceso de colonizacion, concluyendo que.fue’(...) sostenida y dirigida por la especulacién sobre la tierra (...).” (1987:241) 40 ill, EL CONFLICTO AGRAR!IO EI festejo del Centenario que realizaba e! balance de una colosal expansion de la produccién agropecuaria pampea- na, a cuyo influjo se extendieron rapidamente los ferrocarri- les y los centros urbanos de esta regién, fue bruscamente interrumpido. En 1912 se iniciéd un prolongado conflicto en- tre millares de agricultores, arrendatarios y propietarios, con los terratenientes y los intermediarios de la produccién agro- pecuaria. La iniciacién de este proceso obedecié a la convergencia de distintos factores. Solberg (1975:246) sefiala como el fac- tor esencial la desorganizacién del sistema econémico inter- nacional que se inicia al estallar la Guerra de los Baicanes y se extendera hasta comienzos de la década de 1920, pro- vocando un fuerte descenso en los precios agricolas de los productos exportados. por Argentina. Debe remarcarse la decisiva articulacién de la produccién agricola pampeana con el mercado mundial, lo que se aprecia en.el Cuadro N® 1, que permite también diferenciar esta dependencia argen- tina de la situaci6én de la agricultura norteamericana, volca- da hacia el mercado interno. Arcondo (1980) plantea que el conflicto se centré en las “ zonas productoras de maiz. El fracaso de la cosecha del afio agricola 1910/11, hizo que los chacareros no pudieran cu- brir sus deudas a los comerciantes e intermediarios que les otorgaban anticipos hasta la cogecha. Como en esta época la produccién de maiz argentina influia fuertemente sobre el precio internacional de! producto, esta calamidad natural hizo subir los precios que pasaron de 5,95 pesos moneda nacional en enero de 1911 a 11,35 en enero de 1912. Ello determind que los productores sembraran amplias extensio- nes de maiz y obtuvieran una gran cosecha en 1911/12. El 41 volumen de la produccién y dificultades que empezaban a desarrollarse en los mercados mundiales, hicieron descen- der el precio a alrededor de 5 pesos. El endeudamiento previo de los agricultores, aumentado por los intereses que se devengaban, la subida de los cos- tos de diversos insumos, y la brusca caida de precios, die- ron origen al movimiento de protesta que se inicié con la asamblea de agricultores de Alcorta el 26 de junio de 1912, y se extendié rapidamente a otras zonas de la regién pam- peana. CUADRO N? 1: PROPORCION DE LA PRODUCCION AGRICOLA EXPORTADA POR ESTADOS UNIDOS Y LA ARGENTINA, 1911-1913 (PROMEDIOS PORCENTUALES) COSECHA PROPORCION PROPORCION EXPORTADA EXPORTADA POR POR EE.UU. ARGENTINA MAIZ 1,7 77,1 TRIGO 17,5 60.6 AVENA 1,1 82,4 SEMILLA DE LINO. 0,04 81.8 Fuente: Laurell Duvall. “The production and handling of grain in Argentina” Yearbook of the Department of Agriculture, Washington: U.S. Department of Agriculture, 1915, pags. 285-85, en Solberg 1975, pag. 246. En este texto no haremos una cronologia de los hechos que se extendieron hasta comienzos de la década de 1920, y pusieron socialmente en cuestién las caracteristicas del sistema institucional agrario. Simplemente quisiéramos destacar algunas dimensiones que se nos ocurren importan- tes, en relacién a los rasgos del modelo agrario implemen- tado, para luego precisar las ideas y proyectos que plantea- ton afalistas y politicos en la 6poca, que tienen conexién con imagenes sobre et agro pampeano que reapareceran ‘en décadas posteriores. EI impacto de las oscilaciones del mercado mundial en la produccién agricola> Ya hemos mostrado algunos datos que permiten apreciar la fuerte dependencia de la produccién agricola argentina del mercado mundial. Queremos subrayar esta dimensién, que reaparecera con fuerza en las décadas de 1930 y 1940. Particularmente quisiéramos destacar, que aparte de la caida de los precios, otro elemento relevante es el cierre de los mercados que provoca la primera guerra mundial. El conflicto disminuyé la capacidad de embarque, y aumenté el precio de los insumos agricolas. También afecté ei pro- ceso de migracién internacional encareciendo los salarios. Solberg sefiala que la cosecha de maiz se dejé pudrir o se us6é como combustible en las plantas energéticas y en las locomotoras, que estaban afectadas par la falta de carbén importado (1975:258-59). La situacién argentina se ve agravada por Ia falta de una industria nacional proveedora de insumos agricolas (combustible y maquinarias) y de la . carencia de una flota de transporte propia que permitiera suplir en parte la falta de buques afectados por el conflicto bélico. La situacién planteada que se superé en los comien- zos de la década del 20, fue un preanuncio de como el “ modelo de integracién adoptado con el resto de! mundo afectaba .el desenvolvimiento agrario y del conjunto de la economia. Los actores involucrados en el contlicto EI conflicto iniciado en 1912 ha sido visualizado muchas veces como una batalla entre los chacareros arrendatarios y los terratenientes por los altos precios a que habian llegado los arrendamientos hacia 1912. Esta es una versién extre- madamente simplificada de los sujetos que participaron y de los intereses que estaban en disputa. Supone una estructura de la tierra extremadamente monopolizada, en la que los terratenientes pudieran cobrar rentas muy altas sin posibi- lidad de los arrendatarios de contrarrestar la situacién. Diaz Alejandro ha criticado esta visién sefialando que: el mercado de tierras no era demasiado rigido. Una vez que jas tierras buenas hablan sido adquiridas en propiedad, la mayor parte de los terratenientes no tenian interés en obstruir la reglas liberales del juego que rendian copiosas rentas y ganancias de capital. No existian barreras do sectores ajenos ai de la economia que obstaculizaran. la compra-venta 0 @! arrendamiento con toda clase de acuer- dos, y el mercado de tierras era, en general, competitivo. Los posibles compradores 0 arrendatarios (por lo comin inmi- grantes recién Hegados) tenian movilidad; si un terrateniente pretendia cobrarles rentas exhorbitantes, podian realizar otras negociaciones con bastante facilidad. En ningun momento la concentracién de la propiedad agraria fue tan elavada como para dar a los terratenientes ei goce de un poder oligopdlico sobre todo el pafs. La rotacién de la tierra era intensa [1983:50]. Esta visisn de Diaz Alejandro parece contrastar con el hecho factico de la suba de porcentajes que los arrendatarios sufrieron en los afos previos al conflicto. Solberg sefala que pasaron del 18 al 20% en 1904 hasta el 35% en 1912. Creemos que ‘la observacién general de Diaz Alejandro sobre las caracteristicas del mercado de tierra debe ser complejizada con elementos adicionales para entender las raices del contlicto suscitado. En primer lugar, es necesario sefialar que los agricultores fueron aceptando arriendos cada vez mas elevados por los altos margenes existentes en la agricultura pampeana de « principios de siglo. La notable fertilidad de los suelos y las condiciones climaticas que no exigfan inversiones signitica- tivas en materia de instalaciones ftijas, abarataban fuerte- mente los costos. Si las condiciones climaticas eran adecua- das y no aparecfan las plagas de langostas, se podian obtener ganancias crecientes, dado que el sistema de aparceria —arrendamientos en especie, si bien permitia incrementar la renta del suelo percibida por los propietarios, también favorecia a los agricultores en los aftos de buenas condiciones naturales y de precios. Esta situaci6n impulsaba una actitud general de los productores fuertemente especulativa. Se trataba de arren- dar ja mayor cantidad posible de hectareas, confiando en que algunas buenas cosechas podrian enriquecer a los agri- cultores, generalmente con la idea de retornar rapidamen- te asu pais de origen. Ello alcanzaba también a los colonos propietarios, que arriesgaban sus propiedades en funcién de 44 adquirir nuevas tierras, desechando un camino de produc- cién mas intensivo. En su informe de 1904, Juan Bialet Massé describe este proceso diciendo: EI cofono tiene Ia fiebre de la extensién: hace mares de trigo, mares de lino, mares de papas y de maiz; no se cuida de hacer bien, sino de hacer mucho. Esta fiebre Nega al punto de causar no pocas ruinas en la-regién norte de Santa Fe, sobre todo. El colono sa ha cebado con el aumento de precios de la tierra, y cuando se abre una nueva colonia hipoteca el lote que actualmente tiene, para comprar en la nueva, cuyo pago no puede atender, y si vienen dos afios malos se queda sin el uno y sin el oto; pero si vienen buenos s@ queda con los dos. Es un juego de azar (1986:138]. El sistema de aparceria, por otra parte, favorecia fa entrada al sistema productivo de agricultores con muy escaso capital. La llegada de sucesivas capas de migrantes también explica la aceptacién de porcentajes de arriendo cada vez mas altos. De hecho e! agricultor arriesgajpa muy poco capital, ya que recibia de los comerciantes de’ ramos- generales ubicados en los pueblos, adelantos de bienes y servicios que debia cubrir con la cosecha. Estos comercian- tes también eran parte de un sistema de financiamiento crediticio otorgado a los productores, que Tulchin (1978) ha llamado no institucional, para distinguirlo del sistema repre- sentado por los bancos. El sistema no institucional estaba conformado por las empresas cerealistas, agentes consig- natarios, mayoristas, terratenientes, comerciantes, @ inter- mediarios colonizadores, propietarios rurales, mientras que fos propietarios pequefios, arrendatarios, medianos y los pe- quefios invernadores se integraban al sistema bancario a través del sistema no formal.Tulchin sefala que los arren- datarios podian acceder al crédito a través del terrateniente que lo recibia de los bancos, mientras que el dinero nece- sario para la compra de semillas, maquinaria y el pago de mano de obra lo obtenian del almacenero que tenfa el monopolio local del crédito y cobraba del 20 al 25% de interés anual, dinero que muchas veces habia sido adelan- tado a los almaceneros-acopiadores por los consignatarios mayoristas a tasas del 12%. Gaignard ha descripto asi el proceso en lo referente a los. acopiadores: En el interior de ja Pampa la mayor parte de los producto- res, arrendatarios o medieros dedicados al trigo y al maiz, no se integran al circuito bancario sino a través de un circuito pardsito, el de la red comercial. Se trata de esos acopiado- res, propietarios ademas del gran almacén de campajfia, en el que se encuentra absolutamente todo lo necesario y lo util (el almacén de ramos génerales). Los acopiadores asaguran at “crédito agricola” en su provecho, vendiendo a los cha- careros a lo largo da todo el afio y hasta proporcionandoles dinero, como adelantos reembolsables (con tasas de interés usurarias) sobre las cosechas. La libreta de cada chacarero ‘en manos del acopiador-almacenero es el Unico instrumen- to de crédito de ta agricultura del cereal, y también la Unica contabilidad agricola (1984:434). Pucciareili trata de visualizar las distintas formas en que el productor agrario arrendatario debia ceder su excedente, diciendo: a pesar de sus multiples expresiones especificas, el sistema 8@ organiza a través de cinco lineas generales de expropia- cién: la renta de la tieffa, e! precio infiado artificialmente de fos insumos agricotas y de las mercancias de consumo. directo, el precio y las condiciones de amortizacién del capital y las materias primas otorgadas a crédito, y, por Ultimo, ai precio y las formas de adquisicién de la produccién en el mercado. El resto da los mecanismos, como el contrato de pago a término o la serie de obligaciones accesorias incluidas en los contratos de arrendamiento, sdlo son posi- bles cuando el productor se halla suficientemente inmovili- zado, y sin capacidad propia de maniobra para detener, en parte la voracidad expoliadora de los personajes fundamen- tales [1985, 103]. Los elementos planteados muestran la presencia de los distintos agentes que entraban en relacién con el productor agrario: comerciantes de ramos generales, acopiadores, (a veces coincidian ambas figuras), terratenientes, exportado- tes de cereales. A ellos habria que agregar las compafias ferroviarias transportadoras de los cereales, granos e insu- mos, y los propietarios de maquinas cosechadoras y desgra- nadoras. Estos ultimos a veces eran empresarios indepen- dientes. Otras veces estas funciones las asumian los terra- tenientes, los intermediarios colonizadores, los comercian- tes-acopiadores o los acopiadores. Hemos mencionado la presencia de los intermediarios- 46 colonizadores, como los denomina Arcondo. Solberg ha descripto asi la presencia de este sector: Los intermediarios o “compafias de colonizacién” con los que los colonos muchas veces se veian obligados a tratar era, quizas la carga mas pesada que debian soportar fos productores de la zona cerealera Los propietarios que deseaban establecer su residencia en Buenos Aires o en Paris solfan alquilar grandes extensiones de tierra a esos intermediarios que, a su vez, subalquilaban campos de pocos centenares de hectareas a los agricultores. Algunas compafiias controlaban centenares de miles de hectéreas y obtenian utilidades anuales de hasta el 80%. Generalmente, los contratos estipulaban que los arrendata- rios se aseguraran contra el granizo, alquilaran maquinarias agricolas y comprasen sus bolsas Unicamente a los interme- diarios, que también eran duefios de las tiendas y almacenes del lugar. Para obtener créditos, los colonos debian garan- tizar el pago con su cosecha, vendiéndola a los comerciantes locales. De acuerdo con las conclusiones a que flegé un * inspector del gobierno que visits La Pampa en 1912, cuando estaba dividida por los conflictos agrarios, el sistema de subarriendo “constituye el mas reprobable extremo del sis- tema de propietario absentista” [1975:249/50]. Como vemos, este autor sefiala que ademas de interme- diar en el arriendo de los productores, también otros inter- mediarios asumian diversas funciones (comerciantes, pro- pietarios de maquinas, vendedores de insumos). Arcondoda una imagen mas flexible de las actividades, sefalando: Este grupo, formado en su gran mayoria por inmigrantes con cierto arraigo en el pais, se ocupaban de arrendar tierras en dinero que luego sub-arrendaban a fos agricultores a un tanto por ciento de la cosecha. Su negocio consistia en maximizar la diferencia entre lo que pagaban a los terrate- nientes y lo que cobraban a los agricultores. Por lo general obligaban a los chacareros a utilizar otro servicio que podian incluir la obligacién de cosechar y desgranar con maquinas de la empresa, contratar seguros y muchas veces utilizar el crédito en forma de bienes adelantados a los colonos, debiendo venderles en exclusividad la cosecha. En mucho casos se confunde Ia actividad “colonizadora’, para llamaria de alguna manera, con la del comercio denominado comin: mente de “ramos generales” [1980:357]. Hay numerosas descripciones que sefalan que las 47 condiciones mas duras pata los arrendatarios eran las impuestas por estos intermediarios. “Hay empresas de colonizaci6n en Santa Fe que parecen ser dirigidas por Sylock", sefialaba Bialet Massé ya en 1904 (p. 371). Sin embargo, al revisarse los materiales especificos del conflic- to, particularmente e! estudio de Placido Grela, se advierte que también era numeroso el sector de terratenientes que arrendaba directamente sus propiedades a los agricultores. Aglutinados en fa Sociedad Rural de Rosario, enfrentaron el contlicto sefialando que el mismo era obra de agitadores so- cialistas y que “El mal estado pecuniario de muchos colonos obedece a la falta de economia en el sistema actual de vida, a la falta de trabajo personal en sus faenas agricolas y al abandono que hacen de sus chacras, dejandolas en poder de peones que encarecen y disminuyen la produccién” {documento de la Comisién de Propietarios de la Sociedad Rural de Rosario, en Grela, 1985:74). En el desarrollo del contlicto fue nitida la diferenciacién entre los comerciantes y acopiadores de los terratenientes @ inmtermediarios colonizadores. Numerosos comerciantes iciparon y financiaron el movimiento iniciado en Alcorta, pegege ampiament documentado por Grela. La Bolsa de ‘Com@roio de Rosario y el Centro de Acopiadores de Cerea- tes dé esta ciudad se pronunciaron a favor de los agricul- tores, Esta Gitima entidad sefialaba en un comunicado “La una vez que haya entregado los frutos de este ajo, ara sin dinero y con deudas. El maiz no cubre los gasies,. pues hay propietarios que cobran hasta el 40 por cliente del producto trillado, embolsado y puesto en la esta- cién,;sano y seco, lo que equivale a un 55 por ciento de la coe@cha por lo menos. Asi el colono con el 45 por ciento que le queda, debe arar, sembrar con semilla propia, cosechar © y comer todo el afio. Bien hace en rebelarse. La miseria le obliga y serd un levantamiento general si las cosas no campbian pronto radicalmente...”" (en Grela, pag. 77). Respecto al rol de los comerciantes, Arcondo ha sefialado que su identificacién o rechazo al movimiento estaba ligado al tipo de relaciones que mantenian con los agricultores. Agquelios que ademas de las actividades comerciales cum- plian funciones de intermediacién en los contratos de arrien- do se identificaban con las posiciones terratenientes, mien- tras que los comerciantes “puros” lo hacian con sus deudo- res, 48 Esbozados répidamente los actores en conflicto,-pode- mos presentar ahora las ideas que sobre la gran propiedad, el sistema de arriendo y los programas de solucién apare- cieron en este periodo. Posiciones y programas Juan Bialet Massé El 22 de enero de 1904 el Presidente Roca y el Ministro Joaquin V. Gonz4lez encargan a Bialet Massé la elaboracién de un informe sobre fas condiciones de trabajo de la pobla- cién obrera del interior de la Republica. Presentado el! 30 de abril, el mismo contiene numerosas referencias a la situacién de la agricultura pampeana de este estudioso que se des- otaro. Su vson sobre el papal negative de arpa : io. e el pi de la gran Piedad es muy clara: noo gran pre” Hay en el-pais, reunidos en una sofa mano, hasta 15.000 kiiémetros cuadrados, bien que se trate de una compafila, y hay particulares, muchos, por centenares, que tienen mas de 500, verdaderos feudos, pero feudos muertos, inertes, improductivos, en manos de verdaderos perros del hortela- no, que no comen ni dejan comer, y que ni siquiera com- pensan al pais una parte det dafio que le hacen, en forma de un impuesto que represente algo del colosal aumento de valores que las tierras tienen [1986:125-26]. ’ Describe con una visién extremadamente critica el rol de lis compajias colonizadoras que venden tierras a los inmigrantes en condiciones destavorables e imponiéndoles clausulas adicionales de uso de servicios de maquinas, ‘beguros, etc. Su opinin negativa sobre el sistema imperante 6n la produccién agraria incluye a los intermediarios y a ias compafifas ferroviarias. Las enormes pérdidas que se regis- traban en la produccién y transporte de los granos, son, tesponsabilidad del “ferrocarril, el intermediario y por encima de todo la mala organizacién del trabajo, producto de la 49 ignorancia técnica mas crasa” (p. 136) En este ultimo punto involucra tanto a los propietarios de maquinas como a los colonos, particularmente al sistema extensivo adoptado por éstos. Refirigndose al rechazo de los colonos para realizar surcos mas profundos que aseguraran mas resistencia a las sequias y mejores rendimientos, sefala que esta actitud obedece a que Necesariamente esa mayor profundidad fimita la extension del cultivo, y el colono lo que quiere es extensién; acostum- brado en su pais a las propiedades diminutas, la gran superficie satisface su fantasia de sentirse sefor de la gran chacra [1986-139] Si bien su estudio no esta destinado a plantear soluciones a nivel del sistema agrario, no deja de sefialar algunos ele- mentos en relacién a la necesidad de modificacién del sistema impositivo. Luego de criticar el sistema vigente basado en los impuestos a los productos de consumo, al sefialar la presencia de ios latifundios, concluye diciendo: “La Ley Georges, de California, se impone” (p. 126) refiriéndose a las teorias de Henry Georges de un impuesto unico a la tierra como forma de apropiacién de la renta del suelo y de disminuir el precio de la tierra. Emilio Lahitte Lahitte fue uno de fos agrénomos mas prominentes del Ministerio de Agricultura durante todo este periodo, y final- mente Ministro. En sus numerosos informes y articulos sobre la situacién de la agricultura pampeana adoptaba el tono que * Halperin Donghi ha llamado de “desaprobacién melancdlica’ (1984:373) que dominaba en el! ambito del Ministerio. Se sefalaba que el sistema vigente tenia diversos problemas, y que el régimen de la tierra era uno de ellos, aunque no tan serio como otros. analistas del periodo planteaban, ya que no hab/a sido una traba para'la fuerte expansion productiva registrada. En un informe publicado a comienzos de la década del 10, Lahitte sefialaba que 50 En esta fase de nuestra evolucién econdmi i ica, la - fa no es un fin; es un medio para dar mayor valor a Sitios Y Para ganar mucho dinero en poco tiempo [1912:265}. Esta idea de la forma en que se habiai i rt in articulado los factores de la produccidn y sus agentes, se precisa cuando El impulso impreso a la produccién ticola dado lugar a este e@xtraordinario movimiento en tones tae Yanan de la Mqueza nacional, no procede especialmente del agr- abe ee y oonpial que han procurado el factor ener eficios que it i apuntadas les brindan [1912:267]. qe las crcunstancias De ahi derivaba su propuesta de no i it v seguir expandiendo este modelo sino de que el Estado debia tender enérgioa pociiog: ‘consolidar lo existente por todos los medios Halperin Donghi ha visto en esta Propuesta de Lahi yh ahitt prueba de la debilidad de su planteo on relacion a proponer teformas radicales, ya que existiendo tierras inexplotadas @parecia como poco real que el gobierno argentino pudiera mponer el case del avance sobre las mismas Para concen- recursos y Capitales en el aument ivi celas ya xbolades, lo de productividad er los trabajos de Lahitte, se advierte efectivament un esfuerzo Permanente por conciliar ta critica imperante al tégimen de tierras con otros problemas que identifica de | similar magnitud: presencia de colonizadores que subarren- daban; altos costos de transporte ir ¢ , por falta de caminos mal estado; mantenimiento del sistema de bolsas en lugar |. de implantar elevadores y transportar a granel; ausencia de un sistema de warrants que permita a los col wa lonos obtener dinero en condiciones fo usurarias; falta de cooperativas que eliminaren a intermediarios que obtenian exageradas Sopanchae, Al analizar el conflicto agrario, sefala que el a imperante en su conjunto, se - Mente desequilibrado. " Snevenia profunda El colono y, como 61 cada uno de los fact | no y, ores de la produc- cién, tienen en cuenta al producto neto que a cada uno Corresponda y es un hecho bien evidente que la parte del agricultor es, generaimente, desproporcionada. Es este $1 desequitibrio que amenaza traernos serias perturbaciones [1912 269}. ~ lanteos, predomina la idea de que el sistema pusde ‘oor Faustado,"que readecuando la participacién y apropiacién de excedentes de los distintos farticipantes, es ible afrontar los momentos criticos de Wajos precios, y _ eeeerarse mejores condiciones pata los perfpdos de mayor bonanza. De ahi que el sistema de arri y la gran propiedad no aparezcan como una traba op! . uctiva: Ones son det dominio de ta histbria, las tierras Gola actual gion de los cereales se hallan sujetas a) régimen agrario de ‘a propiedad privada {1912:270}, Nama la atencién sobre ta necesidad de tener on sooate ue buena parte de la recaudaci6n impositiva provie- ne de la produccién generada por fos colonos, fo que hace necesario no dejar que llegaran a situaciones limites como las que habian provocado ef conflicto. Su posicién frente a los intermediarios est& sefialando que no vela en larenta de la tierra una traba al proceso productivo, sino en mecanis- Mos que aumentaban los cdnones por encima de ella, ha: absorber la ganancia e, incluso, los recursos necesarios para la reproduccién razonable de la explotacién agricola. ae laba asi que ios de colonizacién ganaban subarrendando a ee colenos a 30, 35 0 40 pesos el campo que ellos Sonen en arriendo a 20 o 25 pesos, y son comunes los casos tres y cuatro traspasos de contratos de arriendamientos con diferencias de mas de ciento por ciento entre el primar celebrado con el propietario del campo y al ultimo tomad por al colono; los tres traspasos intermedios son un negocio que, si algo tiene que ver con la produccién, es para encarecer su costo en perjuicio del colono [1912:266-267]: El pensamiento de los socialistas i los miembros del través de su actuacién en el Paflamento, os de Pane Socialista, particularmente Juan B. Justo y Nicolés Repetto, tuvieron una destacada presencia en relacién 52 Contlicto agrario. Trataremos de sistematizar las lineas prin- cipales del andlisis que sobre la cuestién farmulaba esta corriente. . En primer jugar partian de un modelo tedrico ideal de explotacién agraria, que era el de la superioridad de la Pequefia explotacién sobre la grandt, en el caso de la Produccién agricola. Justo sefialaba asi que Para la poblacién y ef cultivo de la tierra tiene ésta que dividirse en chacras, granjas y quintas, de extensién adecua- da a la vida y of trabajo de las familias campesinas. Esa subdivisién del suelo en unidades agricolas estables, asi otras mejoras [...] son impedidas o estorbadas en algunos palses por las formas tradicionales de la propiedad raiz. {...] Donde esto sucede se plantea la cuestién agraria como i problema mas palpitante de la vida nacional {Justo, 1937:3). Este modelo lo vefa como una tendencia universal, dicien- do: La Agricuitura es una rama de la Produccién cuya evolucién @s inversa a la que se observa en la industria urbana, No Se nota en ella esa tendencia ala centralizacién, ni aparecen, cada vez en Mayor numero relative, grandes unidades agricolas, sino al contrario: los campos, las heredades, tienden a subdividirse en lotes, cada vez mds pequefios, Para que cada uno de ellos sea el teatro do la ocupacién de una familia (Justo, 1980:120]. A esta tendencia a la descentralizacién de ta tierra, fe sumaba una visién optimista también en relacién a! capital, planteando que En ef mundo entero, los pequefios Productores rurales fesisten victoriosamente {as tendencias centralizadoras del capital, y su resistencia as ahora robustecida en los paises mas cultos por la asociacién de fos campesinos para el crédito, para comprar las semillas, los abonos, fos forrajes, Para adquirir y usar las grandes maquinas agricolas en comin, para la elaboracién y la venta de los productos, para arrendar tierra en comtin, para el seguro, etc, [Justo, 1980:198}. La importancia del arrendamiento en la regidn pampeana fo fe parecia un hecho negativo o anormal. Sefialaba que la tendencia al crecimiento del nimero de arrendatarios sobre propietarios en el agro era verificable empiricamente en Alemania, Holanda y Estados Unides, y que la tendencia sefaiada de la divisién de la tierra que hacia reducir fa superficie de las explotaciones no significa que los agricultores estén haciéndose mas di- rectamente duefios de! suelo que labran, Si en fa industria y los transportes es cada dia mayor la separacién entre la propiedad de los medios de trabajo y su empleo inmediato, en la agricultura la tendencia parece ser la misma en cuanto a la propiedad de la tierra (Justo, 1917:9]. Al analizar mas especiticamente la situacién de !a explo- taci6n agricola pampeana, su analisis, al igual que eo} de Repetto, se centra en la descripcién de las condiciones de vida de los arrendatarios, en tugurios improvisados con tierra, palos y chapas de hierro, en condiciones pésimas de salud e higiene. “Qué halago puede ofrecer la vida del campo, en esas chacras desoladas, sin un Arbol, ni riego para la huerta, ni cerco para una vaca,” (1917:12). En el mismo sentido Repetto decia: No hablemos de la huerta ni de todas esas comodidades que embellecen fa vida en el campo, y que hacen de la-chacra no solamente el lugar donde se producen cosas vendibles, sino el sitio donde vive y sa desarrollé una familia. Faltan alli completamente los recursos. A excepcién de alguna descuidada cria de aves, se carece en la chacra de casi todo: no hay cerdos ni ganado, ni lecheras, ni conejos, ni abejas, ni frutales, ni gusanos de seda, ni ninguna de esas industrias que complementan y auxilian poderosamente la economia de la chacra : Los implementos agricolas, que son casi siempre de los mas modernos modeios norteamericanos, yacen completamente ala intemperie, no hay galpones para las trilladoras; todo eso sufre la accién del tiempo y desempena generalmente jas funciones de gailinero. Al cabo de pocos ajios, esas riquezas amontonadas a la intemperie se transforman en montones de hierro oxidado y maderas apolifladas (Repetto, 1919.34} Esta situacion dramatica de jas familias arrendatarias la veian muy determinada por el dominio de una agricultura que llamaban de especulacion. Dentro del sistema de arriendo 54 criticaban insistentemente dos a spectos: la duracid: fence fos wontratos a arrendamiento y ej Papel nofasts s endadores. Al plantear Justo lo: i deben introducirse en ef agro precisa: cambios que La legislacién agraria ar : n 'gentina debe: 1) dar estabilidad Y garantias al arrendatario: 2) combatir el a ji i sobre Su pent caparamiento de tierras y la especulacién SLomplear bien las tierras publicas. é piden los arrendatarios? Que fos con: it d r tratos de ari Sean mas largos: que se Paguen a los agricultores Iae EI . . paneado pro ocala E29 mae ae iin pre. para los subarrenpatente anual do bu 10.600 pee ooo aoopiadores oe Productos © converses, , importancia de este sector, Ropetio senalaba eas ar la situacién precaria de los i a 4 arrendatarios i siempre de {a indiferencia y del abandono Gee meee datarios. . Si el trato se hiciera si it NOs. . h iempre directamente ent: propietarios ¥ arrendatarios, ta suerte de estos uilimes no ja tan mala Repetto, 1919-43). Como se desprende de este ulti Se | Itimo parrafo, la icid S chee ocialistas no oa demasiado hostil en relacion a | los - lerra. En diversas intervencion A como critica principal, que “... ef jetario desdena cipal, +. @1 Oran propietario A oui! de a principal funcién social que io incumbe aa guiar las actividades técnicas y econdmicas de fos arrenda- 55 i era ios. Entrega sus tierras a subarrendadores y esp impacionte el mayor valor" (Justo, 1917:13) Por otra patie, no pensaban que debia expropiarse la tierra a los latifuni = tas, ni tampoco rebajarse artificialmente los arriendos. Su propuesta pasaba por el impuesto a la renta del suelo. Justo planteaba asi que mala potitica la de expropiar tierra de propiedad ee oe menos de lo que vale para venderlo por menos de su valor a cultivadores reales o presuntos. Tenemos que formar un pueblo de agricultores no de especuiadores en tierra, y cualquier intervencidén Oficial tendiente a conterir privilegios a los agricultores propietarios seria covomee Re aun cuando sus ventajas fueran a expensas de los actual fatifundistas. Para preparar la colonizacién en campos expropiados, el estado argentino no debe imponer ninguna baja tendenciosa a los arriendos, sino gravar mas con al impuesto la renta del suelo y confiscar lo mas posible de su futuro incremento, gravamenes que a su hora deberan pasar sobre los mismos nuevos propietarios, aun cuando sya adquirido la tierra para cultivaria, Tal ha sido la politica seguida para combatir el monopolio de la tierra en Nueva Zeijandia [Justo, 1917:32]. to y las publicaciones del diario “La Vanguardia conianan thmbién la voracidad de los comerciantes, yal caracter usurario de los préstamos, come otros aspectos a agravaban la situacién del arrendatario. Se pronuncial an contra las condiciones leoninas de los contratos. 1 2 debate parlamentario sobre e! conflicto agrario de ot Repetto dio ejemplos dei tipo de contratos que se celeb ban, imponiendo diversas condiciones a los arrendatarios. En algunos se declaraba rescindido el contrato si of aren datario formaba parte o se incorporaba a algun tipo de asociacién con fines huelguisticos. Un ejemplo jamative e el de un caso en la provincia de Cérdoba en el feudo Ma Merced, en tierras de fa Iglesia Catélica, donde se por a pedir la rescisién del contrato cuando el arrendatario incurr' en las siguientes faltas: rte en una huelga o hacer propaganda o piiblica tatontecin de religion convaria a la catélica, o hacer osten- tacién de impiedad o de cualquier otro error conden: 4 pa la religion o las leyes del pais. Se rescindira el contra on es convicto de hurto o algtin crimen, o vive casado si civilmente 0 en contra de los preceptos de la moral ptiblica; si permite habitar o tiene en su casa personas cuya manera de vivir © de ser esté Prohibida por el presente articulo (Repetto, 1919:40}, En distintos articulos, ios socialistas sefalaban que la mejora sustantiva de las condiciones de los contratos, la asociacién de los agricultores en cooperativas, eran los caminos de su mejor desarrollo. Pensaban que el acceso a la tierra debia hacerse a través de la compra, y que fa aplicacién de! impuesto a la renta del suelo provocaria la divisidn creciente de los latifundios y evitaria la especulacién desenfrenada con tierras que elevaban continuamente su valor. Justo decia Necesitamos, pues, un sistema fiscal que, apoderandose de antemano del aumento del Precio del suelo, en mayor o menor proporcién, disuada de comprar tierra para reverder- la, y disuada sobre todo a los terratenientes de conservar sus improductivos {atifundios a la espera del Mayor vaior. Aj facilitar la adquisicién de la tierra por quienes la quieren para trabajar; fa tasa sobre el Mayor valor contribuira a resolver el problema agrario {Justo, 1917:29]. Un buen resumen de las Propuestas que los socialistas fueron elaborando.en estos afios, lo hace Repetto al propo- ner en la Camara de Diputados lo siguiente: el problema agrario Permanente debe resolverse en esta forma: asegurando ta estabilidad de los arrendatarios por medio de contratos largos: acordandoles ef derecho de ser indemnizados por las mejoras introducidas en los campos arrendados, asegurandoles |a libertad de trillar, de vender y de asegurar; estableciendo la inembargabilidad para un minimum de propiedad raiz, Topas, muebles, impiementos agricolas, animales de trabajo y semillas: Propendiendo ala fragmentacién del tatifundio por medio de la contribucién directa y progresiva y del impuesto al mayor valor... refor- mando fundamentalmente nuestro sistema impositive a fin de suprimir todos los derechos aduaneros que encarecen la vida y ef trabajo de los agricultores, fomentando por media de leyes y disposiciones adecuadas el desarrollo ¥ la difusi6n entre los agricultores de las buenas Practicas cooperativas: atendiendo con el mayor cuidado las necasidades escolares de la campatia. [Repetto, 1919.56} Emilio A. Coni Emilio Coni, profesor de las Universidades de La Plata y Buenos Aires, especialista reconocido en problemas agra- trios, expresé mas claramente las ideas de quienes veian al sistema agrario con un razonable funcionamiento, y se apoyaban para ello en los procesos expansivos que se habian registrado en la agricuitura hasta el estallido del contlicto agrario, y que se reanudaron en la década del 20 al regularizarse la situacién de los mercados mundiales de productos agrarios. En 1919, en su cardcter de Jefe del Seminario de Economia Rural de la Facultad de Agronomia y Veterinaria de la Universidad de La Plata, organizo una encuesta entre los arrendatarios para saber si preferian arrendar tierras 0 recibirlas en propiedad. En su carta dirigida a los agriculto- res, sefalaba: Desde que existe fa institucin de la propiedad privada in- mobiliaria, nunca se ha discutido tanto como hoy, su legiti- midad y utilidad social . vemos que georgistas, socialistas, comunistas, etc., sostienen con mayor o menor intensidad que la propiedad privada de la tierra no es solamente injusta, sino también inconveniente para la mayor produccién [1920]. El propésito de la encuesta era demostrar que los agri- cultores preferian comprar tierras que arrendarlas, aunque la forma deformada de la pregunta hacia obvia la respuesta en esa direccion, ya que se preguntaba si se preferia la venta © al arriendo por el Estado de pequerios lotes, y ya hemos visto la preferencia para el arriendo de grandes extensiones, en el contexto de una apuesta especulativa que prometia mayores ganancias en el corto plazo. En 1926, al asumir la catedra de Regimen Agrario en la Facultad de Ciencias Econémicas de la Universidad de Buenos Aires, hizo un balance de Ia situacién agraria para ese aio. Sefialé asi que el régimen de la tierra publica habia ya perdido importancia dado que el Estado solo conservaba en propiedad el suelo de las peores regiones del pais desde al punto de vista de la productividad. Que la ganaderia bovina se habia ubicado entre las primeras del mundo, y que la industria frigorifica habia llevado la reduccién de los subproductos a {limites dificiles de superar. En contraste, 58 apuntaba, que si tenemos motivos para estar orgullosos en cuanto a la calidad de nuestra ganaderia, no podemos decir otro tanto de lag agricultura, especialmente la cereal. baste decir que r ientos trigueros por unidad de superti Rusia no es inferior [1926°5]. Perce, solo En cuanto a la subdivisién de la propiedad rural, sefata que las estadisticas parciales acusan una subdivision cons- tante y que la estancia se achicaba cada vez mas y mar- chaba hacia la mediana propiedad. En cuanto a la chacra de la zona del cereal, indica que tal Proceso es mucho mas lento, dado que los arrendatarios arriendan superficies rela- tivamente grandes, por encima de las 100 hectareas que es la unidad de medida que toma en su analisis. En cuanto a la gran propiedad plantea: Para algunos observadores superticiales, @l latifundio sigue siendo al origen de todos nuestros males agrarios. No soy de fa misma opinién. El latifundio es perjudicial cuando no se explota y en la zona cereal esta clase de propiedad improductiva no existe ya, por las mismas razones que no puede existir un baldio en la calle Florida: el alto valor a que llega el suelo en ambos casos. EI latifundio trabajado sea por su duefio, Sea por arrendatarios, pierde una gran parte de sus inconvenientes, no todos [1926:6] Visualiza al latifundio como una traba s6lo cuando impi la expansién de los pueblos por negarse sus avon a vender sus totes para solares y chacras. En este caso Propone un impuesto progresivo a la gran propiedad hasta una legua de distancia alrededor de las estaciones de ferrocarril. En cuanto a la presencia de las sociedades anoni escapan a la subdivision forzosa del régimen hereditario, sefialaba que ello no debia preocupar por que la agricultura no admitia fa concentracién de capitales, como el comercio © la industria, “Cuando es necesario hacer verdadera agri- cultura, @s decir incorporar trabajo al suelo sobre una gran superficie, la concentracién de capitates, o sea la sociedad anonima, fracasa” (1926:7). En 1926 la visi6n de Coni era optimista sobre el funcio- namiento del sistema. Planteaba que la etapa de la compra- venta especulativa de tierras estaba casi terminada. 59 » La tierra ha llegado en la zona cereal a un limite muy cercano a su valor real, cuando no lo ha sobrepasado; de ahi que yaao. al especulador, de lo que debemos “felicitarnos” .. (1926: Sa manilestaba partidario de una politica sumamente moderada en felacién a los impuestos sobre la tierra que buscaban la subdivision del suelo, hasta tanto no se tuviera la pablacién agricola necesaria. La gran propiedad es en su mayor parte ganadera y si la agobiamos a impuestos, haremos un flaco. servicio al pais, ‘si por favorecer a la agricultura matdsemos a la ganaderia ‘extensiva antes de tiempo, 0 en aquellas regiones que no se prestan a otra explotacién. Ya llegara el momento de ‘omar medidas contra la ganaderia extensiva, cuyos bene- ficios para la colectividad son infimos, comparados con los de la agricultura, si es que fa evolucién natural de las cosas no ha hecho innecesaria toda intervencién (1926:7-8]. Sefalaba que la situacién de los colonos habia mejorado sensiblemente en los afios de bonanza de la década del 20. Coni habia fundado y dirigido colonias agricolas entre 1905 y 1917 en la provincia de Cordoba, y planteaba que ello le permitia apreciar “la notable diferencia que puedo notar entre la situaci6n econdmica del colono de entonces y del actual” (1926:9). Que en las décadas anteriores se encontraban con colonos que hacia 20 0 30 afios trabajaban duramente, y que s6lo habian conseguido ahorrar su capital de explotacién, entre seis y diez mil pesos en haciendas y maquinas. indicaba que en 1926 la proporcién de los colonos que no posefan otro capital que el de la explotacién habia disminui- do mucho en las provincias de Santa Fe, Buenos Aires y Cérdoba. Es relativamente grande la cantidad de colonos que han adquirido tierras con sus ahorros 0 que las tienen disponible en los bancos, a la espera de ja oportunidad para adquirirla. Hay alli una obra inmensa a ejecutar; miles de iaboriosos colonos con algun capital esperan quien les dé e! suelo a plazos. La accién de! Estado es impostergable en este sentido (1926:9). En esta linea, planteaba que haciendo propietarios a los 77,000 agricultores arrendatarios existentes, cada uno con 60 seis a diez hijos, era posible en diez afos pas: chactas a 300.000. Como se desprende de nus metas oe acceso a la propiedad lo vefa Posible a través de la compra fe la tierra a precios de mercado con el apoyo crediticio estatal, Para elo planteaba cambiar totalmente el sistema de crédito vigente, que era utilizade para la especulacién en haciendas 0, a través de! sistema de hipotecas y prenda ora. on Negocios especulativos. . S Tas no se vendian a los colonos, Coni no vei: factible su explotacién directa pietari rala producciGn aoricaia, por el gran propietario para la . Nos faitan estadisticas comparati i . capitalss colocados en la agicute Se enn, nee Ge los factores concurrentes me deja la impresién de que os de les ms bajos, y que no compensa el gran desarrotlo de esfuerzos necesarios y los innumerables riesgos a correr. EI negocio est4 siempre en ta valorizacién —aunque lenta ahora— del suelo y no en su produccién, relacionada con el valor actual del suelo, no con el de fa adquisici6n. £1 Propietario que en esas condiciones tabaja 6! mismo su froze, a un matisimo negocio; més fe valiera arrendarto Finalizaba su exposicién alertando sobre el hec! los colonos seguian compitiendo por arrendar tones, eae provocaba el continuo aumento del valor de los arrendamien- tos. Si el maiz, cuyo precio habia ya comenzado a descender bajaba mas, no alcanzara ni para pagar el alguiler, alertaba Coni en 1926. Es decir, la fragilidad de! sistema agricola, estrechamente conectada a ia evolucién de los precios agricolas internacionales, seguia estando presente. La crisis mundial iniciada en 1929, guna i pondria otra vez el fenémeno al 61 Iv. LOS UTOPICOS Al desencadenarse e/ conflicto agrario quedan de manifies- to las debilidades del sistema de produccién agraria pam- peana. : La idea de una sociedad en permanente progreso, de un Ambito pleno de posibilidades de ascenso social, es despla- zada por la preocupacién centrada en el tipo de organiza- cién social que se va conformando. A las consecuencias sociales derivadas de la utilizacién del sistema de arrenda- miento, agrénomos, estadistas y productores agregan — como tema de reflexi6n— cierto temor por el derrumbe de la agricultura practicada en forma extensiva. E] modelo alternativo que proponen es algo mas que una agricuttura realizada intensivamente por pequefios propieta- tlos; es un esquema de organizacién de una sociedad glo- bal. Campolieti, como ensayo, y Daireaux, en forma nove- lada, nos presentan un proyecto de ordenamiento colectivo, en el cual la armonia, la felicidad y el bienestar alcanzaban a todos sus integrantes. La esencia de jos falansterios de Fourier recorre la obra de Campolieti, quien, si no explicitamente, deja percibir su aspiracion a que ja organizacién propuesta sirva de puente hacia la “época de Armonia Universal” proclamada por ei utdpico francés. El trabajo de Daireaux es el fruto de su larga estadia en la regién pampeana y de una no menos larga reflexion sobre 's evolucién y organizacién del sistema de explotacion agro- pecuaria. El hecho de ser una obra del ukimo periodo de su vida (muere en 1916), nos permite entender que en ella estan plasmados los resultados de su analisis bajo la forma de una propuesta de organizacién social y productiva, pre- sentada noveladamente. 63 Mas alld de su endeblez cientitica y de su concrecién al- tamente improbable, la utopia constituye un recurso emocio- nalmente valioso al ser capaz de dotar de una fuerte carga de sentido a un momento histérico determinado; por esta tazén, seleccionamos y presentamos ambos textos. Roberto Campolieti n la discusién de los diferentes proyectos del periodo no ean faitar las utopias. En 1928 Roberto Campolieti, agrénomo de larga trayectoria en su trabajo en el agro pampeano, publica “La organizacién de la agricultura argen- tina’. Es la culminacién de sus trabajos ya que antes habia publicado ‘La chaera argentina” y “El agricultor argentino’, @ intenta ser una propuesta organica de politica agraria. Su enfoque sectorial, sus propuestas de reorganizacién agraria, plantean un modelo de sociedad nacional basado en las granjas. En el contexto en que se planteaban las propuestas, tienen por ende un fuerte contenido utdpico, lo que se advierte también en el detalle de la planificacién agraria presentada. a) El diagnéstico Campolieti tiene una visi6n profundamente pesimista sobre la situacion de la agricultura pampeana y las consecuencias que el tipo de régimen agrario tenian sobre el conjunto de la sociedad. Sefala al estudiar en 1897 la agricultura de la Provincia de Santa Fe, “Ya en ese tiempo se vela que la chacra muy dilatada y el cultivo extensivo por cereales Hevarian indefectiblemente al pais a una crisis agraria (1928:7). En 1926 renueva este diagnéstico, presentando elementos que prueban el desarrollo de la crisis por él planteada: la tierra ha sido monopolizada por pocos terratenientes, y al pueblo pocas ventajas saca de todas las que serla posible lograr; el capital agrario no existe, y lo minimamente indis- pensable para una agricultura pobre en axtremo, llega a mano del agricultor bajo forma de articulo de consumo, después de haber pasado en poder de varios intermediarios que hacen encarecer su costo; en cuanto a la mano de obra, la inmigracién agricola esta paralizada, sin posibilidad de renovar el flujo favorable que hemos tenido desde 1895 a 1910, y la poblacién rural existente tiende a extinguirse; los hijos de colonos poca tendencia tienen a dedicarse al arte paterno. De todo lo cual se saca la conclusién que estamos en una fase de involucién de la agricultura, en un periodo de franca decadencia (1928:259]. Como vemos, ei autor presenta algo mas que una situa- cién de estancamiento. La falta de migracién, la imposibili- dad de renovar las maquinarias por falta de recursos, los hijos abandonando jas tareas agricolas, fo llevan a sefalar que “... marchamos Jenta, pero seguramente a la disolucién de nuestra familia rural, que tan lozana se habia fundado en el anterior periodo de prosperidad agraria”. (p. 11). Como causantes de esta situacién ubica diversos facto- res. En primer lugar sefiala a los terratenientes, particular- mente en relacién a su ausentismo, lo que Campolieti llama su “urbanizacién”, y que veremos mas abajo es parte de una visién descalificadora de las actividades no agrarias. Plantea asi que La urbanizacién del terrateniente es el factor determinante de la crisis agraria; mediante ella, la tierra, en lugar de servir a la produccién, se vuelve un instrumento para la especu- lacién. Con pasar de la campafa a la ciudad, ademas de invertirse la mentalidad dei terrateniente, en el sentido que en lugar de trabajar se preocupa de disfrutar de la vida, se desvia el capital, que lejos de volver a la tierra para mejorar las condiciones de la agricultura, se invierte en pagar las diversiones, el lujo, todas las empresas descabelladas, a costa de la Unica fuente de produccién nacional [1928:197]. Un segundo aspecto negativo del sistema agrario lo en- cuentra en los elementos intermediarios y especulativos que sustraen excedentes de la agricultura, que Campolieti no restringe sdlo a los intermediarios que directamente entren en contacto con los agricultores: Todas las formas imaginables de especulacién se han en- trometido en los engranajes de la agricultura directa @ indirectamente. La opinién argentina ya ha sido ilustrada 65 culacién de los que viven en contacto con los sore one que se llaman en término genérico, intermedia rios: y ya se sabe que se deben eliminar mediante cooperacion. Lo que no se sabe todavia es que la especu- factén mas horrorosa es indirecta, y proviene de la banca nacional e internacional, del terrateniente, del proteccionis mo industrial, del mercado a término, etc [1928°68} ici ta visién, pesi- Un elemento adicional que se suma a es' mista es {fa creciente perdida de fertilidad de los suelos yla caida previsible de los rendimientos, al mantenerse el sis tema vigente: Q las @ tener en cuenta también que anualmente, con covodnas de cereales, salen miles de toneladas de sales ce fertilidad. Si en las cuentas de cultivos calcularamos tant n el valor de las sales que saien del terreno, sacariamos datos desalentadores; sin embargo. no pasara mucho, y esas sustancias habra que reponerlas Lo que sandriamos que hacer seria cuidar mucho la liquidacién de la tertilida nuestras tierras, cuidar mejor los cultivos, hacer rotaciones. etc. Para ello se necesita transtormar la agricultura Mientra iS todo siga del mismo modo. los rendimientos bajaran 2 vez mas, y los colonos iran desapareciendo, hasta que la agricultura argentina llegue a producir en los limites de las necesidades internas [1928:81} b) La superioridad de la sociedad agraria ropuestas que analizaremos en el punto siguiente, sdlo son comprensibles ala luz def tipo de sociedad Sehalada por Campolieti, con centro en la labor de los agricul tores. y despreciando el resto de las actividades econémicas, 6 est el profundo contenido antiindustrial de estos parrafos: indiendo del aspecto econémico que hemos visto de- setae para a agricultura, las industrias ejercen una accien inmoral y disolvente en el espiritu publico. Por hipetesis pea industria merece altos premios, y lo logran en efecto, ic a su organizacién financiera. Pero deben pagar los agrarios de todo el mundo, y a la agricultura nadie garante Su ganancia; de suerte que a mayor grado de_prosperida industrial, corresponde mayor miseria y disoluci6n agraria. Esto es ley general, que no tiene excepcién en ninguna parte del mundo. EI destino de toda industria es aumentar siempre 66 su produccién. Cuando haya producido los articulos Utiles a la produccién, se da a fomentar el lujo y la corrupeidn, que @s la fuente Ultima de toda ganancia [...] Nuestros industria- les que todo lo miran bajo el ejemplo de Estados Unidos, quieren repetir las mismas hazahas. No sabemos donde quieren ir a vender sus productos. Es perfectamente Idgico, Que, para saturar la demanda interna, se necesita muy poco, y que llega pronto ja crisis de la superproduccién . Lo que tenemos que hacer, es una profilaxis social, ensefar al Pueblo fa continencia, la sobriedad, el uso de lo estrictamen te necesario para una vida seria y digna. Tenemos que limitar el consumo de io que importamos, y ese es el Unico modo de enriquecernos, no creando necesidades ficticias, y luego imponer el consumo mediante ventas a fiado u otros esti. mulos. La continencia y el ahorro, la renuncia a fos goces efimeros. han sido los fundamentos de la vida rural, que han hecho grandes a las naciones que han llegado a ser algo en la historia de la humanidad. Norte América misma ha sido grande hasta que ha quedado una nacién agraria; ahora esta complicada en problemas que determinaran, seguramente su decadencia [1928:252-253}. La superioridad de fa actividad tural, combina en Cam- polieti elementos morales como econdémicos. Para él La vida rural es la mas adecuada para cultivar una moral como tundamento de organizacién social, al Paso que la vida urbana tiene todos los elementos en contra y concluye siempre por disolver a la sociedad que habia constituido ef trabajo rural. Las industrias, la @speculacion, los goces materiales, el derroche, fa Precariedad, el vivir dia por dia, la disolucién de la familia, son las caracteristicas de la vida urbana, al paso que fa vida rural se distingue por el ahorro, | por la acumulacion del esfuerzo en el tiempo, la coherencia, el caracter la vida familiar, etc. Antes que en nuestra pais la ciudad absorba completamente al campo, o se debe turalizar la vida urbana en el sentido de renovar los factores morales que estan a fundamento de toda vida civilizada, 0 la campana debe prescindir del campo y hacer vida aparte [1928.260.261}. Nétese esta visién de Campolieti sobre 1a conducta necesaria de los agricultores en relacién al tema de las formas de vida y del rol de las mujeres: El punto sobre el cual hay que insistir en la vida famihar de los agricultores, es el orden en los gastos, evitar el lujo. sacar 67 provecho de todos los residuos, hacerlo todo con el menor gasto posible; quiere decir, la aplicacién de los conceptos de economia doméstica, cuya materia no es suficientemente conocida en el pais, y habria que familiarizar en lo posible. Frente a la ola de derroche y despilfarro de la época moderna, tenemos que inculcar la necesidad del ahorro con todos los medios técnicos y educativos. En todas partes la I mujer es el alma del hogar, pero en ninguna adquiere la | importancia que tiene en el hogar agricola. El feminismo, las ; reivindicaciones, el derecho del trabajo, el voto, etc., son términos correlativos al derrumbe de los vinculos familiares, que la fabrica y la vida urbana en general han determinado. En la vida rural no puede haber otra psicologia femenil que la de los buenos tiempos antiguos. La mujer tiene que ser esposa y madre, administradora del hogar, colaboradora 'f eficiente del hombre en todas sus necesidades. Por tanto, los agrénomos deben educar también a las mujeres, y hacer comprender que las novedades, las modas y todos los rodeos que inventan las ciudades, son equivalentes de miserias pecuniarias y espirituales, que nada tienen que ver en el hogar agricola [1928:235-236] Apartir de estas ideas basicas sobre la sociedad adquie- ren sentido las siguientes propuestas del autor. c) Las propuestas En la iniciacidn de su propuesta, Campolieti sefala que desde la conclusion de la guerra, la crisis aumento, y ahora solo podra salvarse con un cambio de régimen territorial y con una reforma radical en todo lo que atafie a la agricultura nacional (p. 7). Pero este cambio de régimen territorial es visualizado a través de la compra de ia tierra por los agricultores. Ello se advierte cuando al hacer los calculos del capital necesario para las chacras que adquiririan los pro- ductores, se advierte que Campolieti destina una partida para el pago al banco Hipotecario del 8% del valor del capital inmueble. Mas adelante, al explicar la cantidad de capital agrario necesario para financiar el proceso de transforma- cién, sefiala explicitamente que es el Banco Hipotecario el que “debe concurrir a la financiacion de la agricultura nacio- nal, alo menos en los limites del valor de la tierra [1928:21 1]. Por esta via de acceso a la tierra, la propuesta es formar un millon de granjas en la zona templada. Propone que hasta 68 50 km. a la redonda de Buenos Aires, la extensién sea de hasta 15 has., con un gran peso de la produccién de leche fresca y verduras (tambo-huerta). En el resto de la zona de invernada, la dimensién debera ser de 30 has. Alllf donde no es Posible cultivar alfalfa, pero se da una leguminosa anual la superticie Puede llegar hasta 50 has. “Donde no es posible ningun Prado de leguminosas, @s mejor no penetrar con el 0, No hacer agricultura y dej i acu" (i926 o y dejar la estancia como en la __En la seccién ilamada “La Chacra del rvenir”, a lieti ofrece una minuciosa descripcién de la ulitzacion do cada uno de sus lotes, las distintas formas de su cultivo y rotacién, llegando al detalle de sefalar que “En dias de so! No muy fuertes las vacas se largaran por los caminos con el objeto de que hagan un moderado ejercicio” (1928:111). Aqui es quiza donde aparecen los aspectos propios de las utopias, donde se pretende anticipar el conjunto de las actividades de los productores, modelando una Propuesta en términos de dimensién de la unidad, de actividades a desarrollar hasta en sus minimos detalles. La propuesta también avanza a definir el tipo de familia de colonos que debe traerse a través del proceso Mmigratorio, composicién familiar, edades, capacidades técnicas, A través de conve- nios internacionales aspira a que los Estados que envian poblacién seleccionen los que van a migrar contemplando (os pardmetros sefalados. ‘4 propuesta del millén de chacras supone i i de 30.000 millones de pesos sélo para la compra do haven y la dotacién de mMaquinarias, instalaciones, viviendas y animales. Aparte deben destinarse recursos para silos, caminos, cooperativas, etc. Tan notable inversion para fos niveles de la época, debe ser cubierta a través del Banco Hipotecario y el Banco de la Nacién. Pero sobre todo, a través de la formacién de! banco de Colonizacién. “Y éste debe disponer de tantos capitales, como tal vez todos los banecos juntos que actéan en el pais” (1928:211). Si el proyecto agrarista tenia algunos tasgos utdpicos, sin embargo Campolieti sabia perfectamente el tipo de intereses que afectaba una propuesta de este tipo: Que después las tierras se desvaloricen, que no haya inter- mediarios, ni ese movimiento ficticio de i ie i . capitales, siendo Precisamente lo que buscamos, es absurdo considerarlos 69 como inconvehientes de nuestro sistema. La cuestién con- siste en saber si la agricultura nacional debe servir para ei engrandecimiento nacional y para la felicidad de su pueblo, © si, para beneficiar a pocos terratenientes, intermediarios y ala banca internacional, tenga que sufrir el hambre en ef pueblo argentino [1928:1 16]. d) El partido agrario y el rol de los ingenieros agrénomos En el esquema de sociedad del autor, el Estado tiene una alta participacién, destinada “... a salvar a la colectividad, cortando los excesos en que ha incurrido e! individualismo desenfrenado” (1928:248). ; Para ello, debe separarse la politica de las gestiones técnicas, y plantea una alta autonomia de los Ministerios de Agricultura y Obras Publicas, cuyas.lineas de accién no podrian ser modificadas por el poder politico salvo que se tratara de innovaciones radicales. Este esquema se ve complementado con la propuesta de la creacién de un partido agrario, y con la asignacién de un rot relevante a los ingenieros agrénomos en la direccién de ese partido y en otros aspectos de la direccién del proceso agrario. Después de sefialar que los legisladores no son aptos para legislar sobre la problematica agraria por su ignorancia de estos temas, sefala que El problema se resolvera integramente cuando la misma co- lectividad agraria mande sus. representantes al Congreso de la Nacién. Debe formarse un partido agrario que se haga escuchar en los ambitos legislativos, y si posible fuera, los agrénomos que.hayan adquirido los conocimientos necesa- ios de una determinada regidén, tendrian que ser los repre- sentantes de los agricultores en el Congreso [1928:260} A lo largo de todo su trabajo insiste en este rol de los agrénomes: reparar mejores destinos a la agricultura nacional, es condeion indispersable que los agrénomos sean dirigentes efectivos de toda la actividad agraria nacional (1928:226]. El agrénomo debe ser para los colonos algo mas que f maestro: debe ser confidente, amigo, cooperador, defensor ' gn todos ios casos. Como por la mujer de César, no debe haber ni sospecha de inmoralidad en la conducta del agré- nomo [1 928:231]. | Se necesita la formacién de Una elite intelectual, que sea al i Estas ideas, son planteadas Iu de sefalar el ro! absolutamente relegado que los agrenomos tenian en hs sociedad argentina en comparacién con los paises desarro- llados, y como las decisiones técnicas eran tomadas real- mente por los terratenientes y los intermediarios que eran quienes fijaban tos cultivos y las formas de producir a los chacareros subordinados. EN sintesis, el agrarismo de Campolieti enfrentaba Conjunto de los sectores Propietarios, tanto agrarios can urbanos. Se apoyaba en una fuerza Social de bajo peso parte importante de la cual debia constituirse a través del Proceso migratorio, y al mismo tiempo no pensaba que la fuerza de este actor agrario derivara del rol de los colonos 1912), sino a través de un artido politico agrario c1 dirigentes y motorizadores serfan los téenioos sorevion es debilidad del planteo global, guardaba cierta corresponden- cia con la rigidez de las formas Productivas propuestas como en toda utopia. Sin embargo, el autor contribuia con Sus andlisis a remarcar las debilidades del sistema institu- cional y productivo vigente, y las trabas que el mismo implicaba Para el desarrollo de una agricultura mas intensiva ¥ Con mejores niveles tecnolégicos. También acertaba en plantear como. ef esquema extensivo despoblaba el agro pampeano, aislaba a los productores y fragmentaba e impedia la constitucién de una sociedad agraria mas sdlida econémica y Culturalmente. En relacion a la gran propiedad, sus planteos tendian a exigir su subdivision en las zonas de aptitud agricola a través del sistema de ventas, no afectando su propuesta el man- tenimiento de las estancias en las Zonas definidamente de aptitud ganadera. Godofredo Daireaux Godofredo Daireaux, maestro, estanciero fue un profundo conocedor de los problemas agrarios, autor de diversos estudios entre los que se desiaca su contribucién sobre la estancia ganadera en el Censo Agropecuario de 1908 y su clasico libro sobre la evolucién de la estancia moderna que fue material de consulta obligado para muchos estancieros en las Ultimas décadas del siglo pasado y comienzos del actual. Uno de sus trabajos mas interesantes es “Las 100 hectareas de Don Pedro Villegas” cuya primera edicién estimamos se produjo a fines de la década de 1910. Daireaux en sus trabajos anteriores habia visto con optimismo el desarrollo de la produccién ganadera basada en la gran propiedad, experiencia que él mismo habia realizado desde su posicién de estanciero. Sin embargo, en * el trabajo que analizamos muestra una profunda preocupa- cién por la vigencia del latifundio y el atraso que el sistema de agricultura extensiva presentaba. El mismo habia estu- diado temas agronémicos en Francia y tenia presente un modelo de desarrollo agrario muy distinto al implementado através del sistema de arrendatarios en la regién pampeana. El libro, que esta encabezado por una leyenda que signiticativamente dice “Latifundia perdidere Italiam”, tiene tasgos autobiograficos visibles, y es, en forma novelada, el detallado disejfio del tipo de explotacién agraria intensiva que Daireaux propone. Don Pedro Villegas es el mayordomo de una estancia de 10.000 hectdreas, que su duefio se propone vender, porque sus hijos se interesan poco por el campo. El patrén, es segtn la descripcién hecha, el propio Daireaux, que segin refiere uno de los personajes, ha estado en Europa, estudiando en Francia “... y pudo darse cuenta que una pequefia propiedad, bien atendida, da siempre muchi- simo mas, en proporcién, que las grandes extensiones” (p.19). De las casi 200 paginas del relato novelado podemos extraer los siguientes elementos: a) La presencia de latifundios es un hecho negativo Sefiala que en la !lanura pampeana que tiene excepciona- 73 EE ———e«e«a a jes condiciones de fertilidad y clima ya no hay motivo para que sigan existiendo tatifundios que : 6) La explotacién propuesta son una rémora para el progreso del pals, para su poblacién, . para su cultura, para su produscién y hasta para la organi- Du esque aoe eon ay va desarrollando su detalla- zacién de la defensa nacional [1910:180}. djudi lacion agraria. "Las 100 hectareas son La ley civil de sucesiones no basta, ni bastaré para reducir adjudicadas a Don Pedro Villegas, pero en realidad corres- antes de muchisimo tiempo, a limites razonables ciertos ponden a las 4 familias que viven con su mayordomo, al latitundios, de los actuales; sobre todo que algunas de las incluir hijas @ hijos casados. Se Propone una expiotacién familias a quienes pertenecen ya son algo menos que mixta, con bueyes y yeguas para el trabajo, vacas para numerosas. Dejar estos condados asi es crear, para de aqui producir leche, ovejas y chanchos criados con leche y maiz. Poco, una aristocracia territorial que .repugna a las ideas Ademés la produccién de hortalizas, frutales y vid para argentinas, tan profundamente democraticas. [. ] No faltara autoconsumo y venta, asi como el desarrollo de almacioos quién asegure que, Unicamente en las propiedades exten para reponer Arboles en al te. Alamb: 2 sas, se puede criar hacienda en ntimero suficiente y de division de los monte. Alambrados para la calidad superior como para hacer frente a los pedidos mn Oi potreros, tanques australianos y molinos, siempre crecientes de Europa. Es un error; en general los capacitacién para aprender nociones de contabilidad, escri- latifundios estan escasamente poblados de hacienda y cast tura y matematicas, son elementos que se van detallando siempre, lo son de hacienda relativamente poco refinada en el desarrollo de la construccién de la unidad y ja capa- {1945 181}. Citacién de sus: miembros. Como en todo proyecto utépico, | . ; Daireaux presenta un piano detallado de fo que 6! llama la Esta vision antilatifundaria de Daireaux, expresa incluso chacra agricola-pastoril, El relato permite apreciar como el un desencanto fuerte con el modelo de la estancia, a cuya sistema propuesto absorbe una alta cantidad de trabajo difusién tanto habia contribuido cop sus escritos. En un familiar durante todo el aio, lo que se coritrapone al sistema parrafo de su novela, el personaje que lo representa, al de la chacra extensiva que entre siembra y cosecha dejaba sefialar que adquirieron por muy poco dinero grandes exten- fargos periodos de desaprovachamiento de la mano de obra siones de tierra, dice: disponible. . Y lo peor, prosiguis el amo, es que nosotros, los que pudimos, con plata, comprar esas grandes areas que, hoy, ce) La . . . nos hacen ricos, no amamos la tierra. No le tenemos carifo ) La conveniencia de la venta de tierras para los verdadero, no la queremos con nuestro corazén, gence . terratenientes mente porque nos han dado todo io que podia, como simple . . . | esclava, sin pedir nada a cambio. Para amar la tierra, es Daireaux en su relato puida de explicar que el camino de la preciso cultivarla por si mismo, ragarla con su sudor, ser de venta de tierras de jas grandes unidades, es altamente alla. [. ] Hoy viene llegando el dia de la evolucién. La tierra beneficioso para los propios terratenientes, ya que el des- argentina, solicitada por las necesidades crecientes det orbe arrollo de explotaciones modelos como las delineadas por entero, promete salistacerias, pero demuestra no poderlo 6l,,haran subir los precios de |a tierra. Ello permitira obtener hacer si no le proporcionan lo necesario: cultivo esmerado, una renta capitalizada muy alta. Y cuidados asiduos e inteligente aplicacién de sus aptitudes. ap y agrega que espera para fomentar continuamente su fuerza productora, en que muchos jetarios de . la admirable variedad de sus frutos, cosas todas que siempre mi ejemplo, hogan lo mism au ° aie oi oe os Por seran impotentes para proporcionaria los duefios de grandes . . SU interés personal con el interés Piiblico; sin contar que asi areas [1945:13-14, subrayado nuestro} evitarén que algin dia los obliguen-a hacerlo [1945-165]. En el relato los adquirentes de la primer serie de remates son colonos arrendatarios y trabajadores rurales, y algunos 75 . En el remate final los precios han aumentado see por a desarrollo realizado en la zona por los it mpradores. , Pit que Dareaux no aclara es cémo acceden los | ine. leros y los arrendatarios a la tierra, ya que en su lemp! ° el habia donado a Pedro Villegas tanto la tierra como | los “animales y las instalaciones. Ei camino que marca. la ivi fn del iatifundio, es por ende poco novedoso, ya que simp! le mente propone su venta a precios muy clovades, ana ° sefiala la-necesidad de establecer condiciones liberales e: materia de plazos. Pese a que plantea los limites del sistema vigente y sefiala su cambio, en todo momento se cu a le sefialar que los propietarios no deben ser despojados: it telices poseedores de estas extensiones, ab- Sudanvonie immense algunas, merecen, de parte de todos, las mayores consideraciones. Muchos de elios han pres’ al pais, con sdlo comprarlas, cuando se trataba de arrancar las al dominio del salvaje, importantisimo servicio con riesg al fin de perder su dinero. Es por consiguiente, muy iusto gue no queden sacrificados; pero no por esto pueden er adquirido el derecho de sacrificar, ellos, el interés pul ico al propio. Con dinero, han contribuido a la conquista ° desierto; para que no impidan su poblacién, que les devuel- van dinero, mucho dinero! [1945:180-181]. En sintesis, una propuesta de divisin de tierras, deca rrollo de granjas muy cercanas al modelo europec, a trav s de la estricta aplicacion de las leyes de mercado y buena voluntad de los propietarios de tierras. 76 V. LAS CRISIS La crisis internacional iniciada en los Ultimos afios de la dé- cada de 1920, afecté profundamente el sistema agrario pampeano. La caida de los precios agricolas a alrededor de un tercio de los vigentes hasta 1928, provocéd la quiebra de miles de unidades agricolas. Los colonos se veian imposi- bilitados de cubrir sus deudas. Las mismas eran muchas ve- ces con los comerciantes e intermediarios que les habian dado adelantos para la compra de alimentos, e insumos, y en el caso de los propietarios también solian incluir saldos adeudados al Banco Hipotecario. La caida de estas unida- des arrastré también la de muchos comerciantes e interme- diarios, y afecté a propietarios de mayor tamafio que tenian hipotecadas sus unidades. El nivel de la crisis fue tan alto que repercutid en el Conjunto de la discusi6n social. Numerosos Proyectos se pre- sentaron al Parlamento intentando resolver el tema del man- tenimiento de la produccién y de paliar la situacién de los Productores. En este periodo se fortalecen las criticas al sis- tema agrario vigente. Presentaremos algunos de los trabajos mas significativos que intentaron profundizar en el andlisis de la estructura agraria y de las soluciones posibles. Lazaro Nemirovsky En un trabajo que el autor fecha el 18 de diciembre de 1931 en el ambito de trabajo de la Facultad de Ciencias Econé- micas en Rosario, se intenta un andlisis cuya aspiracién se refleja en el titulo “Estructura econdémica y orientacién po- 77 litica de la agricuttura en la Republica Argentina”. En muchos aspectos, el analisis de Nemirovsky retoma cuestiones en la direccién planteada por Campolieti, profun- dizando en algunos temas y tratando de realizar propuestas mas definidas en términos de los grupos sociales que se aspira a representar ideolégicamente. Precisaremos algunos de ellos que se nos ocurren relevantes. a) El diagnéstico Sin entrar en un planteo moral como el desarrollado por Campolieti acerca de la superioridad de la sociedad agraria sobre la urbana, Nemirovsky sefiala esta superioridad en tér- minos econémicos especificos y en relacién a la Argentina. A través de mis observaciones me he convencido que es indtil tocar la orientacién industrial que hemos tomado desde hace un cuarto de siglo, y que elia obedecia a intereses particulares, sin proyecciones para el porvenir de la Repu- blica. La politica industrial ha absorbido la mayor parte de las actividades de los poderes puiblicos, porque, tras un espejismo vano, se ha querido, y aun se pretende, convertir en productora de manufacturas a una regién que geolégica- mente es y ser& agricola y ganadera. La industria y la agricuitura pueden, si, complementarse mientras se conser- ven en ef mismo nivel: pero el dominio de una debe forzo- samente anular a la otra porque, en el fondo, existen inte- feses contradictorios, que el régimen econémico actual acentia [1932:XXV-XXVI]. Después de analizar {a relacién entre tierras aptas y cultivadas en el pais, y mostrar su atraso relativo en términos comparativos internacionales, y por ende su capacidad potencial de expansidén, sefiala: El futuro econémico del pais deberd ser, pues, eminente- mente agricola. Su extensién territorial y sus caracteristicas lo llevan irremediablemente en esa direccién, y todo progre- so fuera de ta agricultura sera precario. Tal es, en términos generales, nuestro concepto sobre el porvenir econdmico de la Republica. Los esfuerzos destinados a mejorar la agricul- tura, en sus diversos aspectos, son los Unicos que podrén colocar a la Argentina entre las primeras potencias del mundo [1932:9}. 78 Nemirovsky no se contenta con una critica moral o ideoldgica a los proyectos de impulsar el desarrollo industrial argentino. Realiza un analisis sobre lo que denomina los elementos basicos del desarrollo industrial argentino, y a partir de ello sefata: [1] Que las condiciones naturales, tisicas, de la Republica Argentina Gnicas, a nuestro juicio, aseguran para nuestro Pais un desarrollo creciente de su economia agraria [2] Que todo esfuerzo en pro de un desarrollo industrial ar- gentino esta condenado irremediablemente a resultados adversos, con excepcién de algunas pequefas industrias que no influyen en la riqueza general de! pais, por las causas siguientes: a) carencia de combustibles y materia prima esencial: b) escasa densidad de poblacién @ imposibilidad en el futuro . de aumentaria a un limite que requiere el desarrollo indus- tral; ¢) desarrollo maximo de los Paises industriales, sobre todo Estados Unidos, Alemania @ Inglaterra, con fuertes yacimien- tos de combustibles y materias primas en potencia. En consecuencia, imposibilidad material de toda competencia: d) otras, como ser. falta de capitales y mano de obra com: petente, deficiente régimen fiscal y atin nuestro sistema federal {1932:197-198} El segundo aspecto relevante de su diagndstico, es que dentro del agro, el principal problema es la presencia del latifundio. Analiza para ello fa distribucion de la tierra en el Pais y en la region pampeana. De los datos a nivel nacional en 1914, donde el 78,34% de la tierra aparece distribuida en 25.231 explotaciones, Nemirovsky concluye: No puede, en efecto, suponerse mayor desigualdad en ta reparticion de ta riqueza privada. . Esas concentraciones de bienes mantienen a la poblacién en un estado de estanca miento econémico, ya que su aprovechamiento no es inte- gral, agravandose las consecuencias de este fendmeno por el hecho de constitfir la tierra la fuente primordial de la riqueza en nuestro pais (1932:21] En sus conclusiones de politica sefiala la politica latifundista y de los grandes ganaderos detiene el Progreso econdémico y cultural de ta Nacion, ya sea cuando Gejan improductivas las mejores tierras de la Repiblica, cuando especulan en su compra y venta, 0 cuando exigen 79 altos arrendamientos para su cultivo. Toda politica latifundis- ta impide el aumento de la poblacién, dificulta la adquisicién de la propiedad agricola, tan necesaria para el perfecciona- miento de la produccién agraria y urgente para la estabilidad social. Concentra en pocas manos la riqueza fundiaria y contribuye a mantener ignorante a la masa campesina; se opone a toda tendencia estatal [1932:198-199)" Notese que el autor habla de los grandes ganaderos como responsables de detener el progreso nacional. Si bien sefiala que el estudio de la ganaderia queda fuera de los marcos de su trabajo, identifica los intereses econédmicos de la pequefia ganaderia con los de la agricultura. En cambio, sefiala que “La cria del ganado en gran escala tiene, en el fondo, intereses contradictorios con la agricultura y la cria en pequefia escala. La subdivisién de las tierras no es con- veniente para esa clase de explotacién” (1932:XXIX). A di- ferencia de Campolieti que delimitaba espacios para la agri- cultura y la ganaderfa en funcién de caracteristicas ecolé- gicas, y postulaba estancias para la zona ganadera y chacras para las tierras de aptitud agricola, y de Daireaux que planteaba Ja divisién de las. grandes unidades y su transformacién en granjas mixtas como camino tanto para la agricultura como para la ganaderia, Nemirovsky realiza un planteo mas preciso en relacién al tema del tamafio y la propiedad de la tierra. Sefiala que mientras la gran explotacién puede ser un indice de adelanto para la economia rural, la gran propiedad significaré siempre un regreso. En efecto, pequefios propietarios pueden reunir- se y formar en conjunto una gran explotacién, o explotar sus tierras bajo una cooperativa. Este sistema resultara siempre mas econdmico que si cada propietario trabajara su tierra individualmente [1932:13]. Estas ideas suponian una nota distintiva en relacién al planteo de Campolieti centrado en la pequefia propiedad parcelaria como base del sistema agricola. Por la bibliografia citada, se aprecia que Nemirovsky aparece mas influido por ideas socialistas (Labriola, Kautsky, etc.) Dentro del diagnostico, este autor sefiala que en la regién pampeana predomina la explotacién que denomina media, entre 100 y 200 has., y que identifica con la chacra argentina. Esta chacra es visualizada como arrendada y a este proble- ma dedica un cuidadoso analisis. Manteniéndose en el plano 80 estrictamente econdmico en su obra ("...omitimos tratar aqui el problema social de la propiedad, por no encuadrar dentro del plan general de nuestro trabajo” (1932:92), sefiala que el arrendamiento es un elemento importante en el costo de produccién de la agricultura argentina. La conversién del -arrendatario en propietario es vista como un elemento fundamental para permitir ia competencia en e! mercado mundial.Compara el porcentaje de arrendatarios en el agro Pampeano con otros paises del mundo. La hipétesis de Nemirovsky es muy simple: A nuestro juicio, no existe un indice que refleje con mag exactitud la vida econémica del campo que la proporcién entre propietarios y arrendatarios. Un pais cuya agricultura est4 en manos de arrendatarios, y que sus condiciones econdémicas y juridicas impiden la formacién de una clase de propietarios, es un pais condenado irremediablemente a Una interioridad en todos los érdenes [1932:97-98}. Esta tesis es aplicada tan mecdnicamente que al compro- bar que en Estados Unidos el porcentaje de arrendatarios subié del 37,02% en 1910 a 38,64% en 1925, sefala que “En el término de quince ajios, la vida agraria de la Gran Republica del Norte no ha progresado en ese sentido. iQué diferencia con la actividad industrial y comercial!” (1932:96). Al comprobar que Inglaterra mantenia en 1921 el 83,22% de arrendatarios indica: El descuido de la economia agricola inglesa puede atribuir- se a que dicho pais ha inclinado sus fuerzas y su atencién a la industria y al comercio, pues, siendo camo es esencial- mente practico, no se concibe su marcado atraso en la agricultura. La declinacién industrial y comercial por la que atraviesa Gran Bretafia, sobre todo en estos tltimos afos, hara volver sus ojos hacia el campo y su fuerte espiritu econédmico ha de triuntar sin duda [1932:97]. Su visién antilatifundista y de defensa de los agricultores arrendatarios, son !a base del perfil de su Propuesta que analizamos en el siguiente punto. 6) Propuestas y partido agrario Influido ai igual que Campolieti, por las ideas desarrolladas 81 por Oswald Spengler en “La decadencia de Occidente”, Nemirovsky trata de reivindicar un camino agrario de enfren- tamiento a los intereses que representa la ciudad, y que Splenger veia encarnados espirituaimente en el racionalis- mo, politicamente en la democracia y econémicamente en el dinero. Para el autor que analizamos, en la Argentina Los partidos actuales forman una amalgama latifundista-ga- nadera-industrial, que defienden tos intereses de la ciudad, descuidando deliberadamente los problemas del campo. La unién es democratica-aristocratica, pues a la primera forma pertenecen Jos industriales y a la segunda los terratenientes - [1932:202]. Frente a ello Nemirovsky planteaba la formacién dei Partido agrario argentino con los siguientes fundamentos: El progreso econdémico y social de la Republica requiere ne- cesariamente la organizacién politica de los que diariamen- te elaboran el porvenir de la Nacidn: ta de los cultivadores. dal campo. Ellos forman !a unica fuerza productva del porvenir de la Argentina y, en consecuencia, los Unicos destinados naturalmente a ocupar la direccién del Estado Precipitar ese acontecimiento es adelantarse al porvenir. Es, a nuestro juicio, hacer obra patridtica con proyecciones en ja historia de nuestro pals [1932:205]. A diferencia de Campolieti que concebia este Partido dirigido por los agrénomos y técnicos del campo, para Nemirovsky sus dirigentes deberan ser cultivadores genui- nos del campo, asesorados en los casos necesarios. Su idea central es que este partido tiene que surgir del seno de la Federacion Agraria Argentina que debe desdoblar su accio- nar. Mantener un plan econdmico del tipo de adquisicién y . venta de maquinarias e insumos a fos agricultores, concen- tracién de las cosechas en las cooperativas para su expor- tacién, movilizacién del crédito cooperativo para la compra de tierras y la recoleccién de las cosechas, construccién de elevadores de granos administrados por cooperativas loca- les y la FAA, seguros agricolas dirigidos por FAA. Desarrollar ‘un programa politico a través del Partido agrario argentino con puntos como: limitacién al derecho de propiedad rural mediante la enajenacién obligatoria de tas grandes propie- dades rurales a todos los agricultores que lo solicitaren para cultivarlas personalmente, previa indemnizacién no mayor al 82 ‘ipucion di ; fijaci | precio de ij tribucion directa; fijacion de valor tage Ode “acuerdo a los rendimientos y a wale comercial de los productos agricolas, hasta un nul determinado; concesion obligatores 30. Rinaiaen A instituciones banca": ra do tiene: aeaftucion de los impuestos que gravan la prope ; Gad agricola por el impuesto ala renta; contro ng ros oe las tarifas ferroviarias, proteccion legal a las p f 3 ra. =m ecpserva, este autor avanza en romania sobre los anteriores en relacien a ate Sra val ots i n indemn a niv grandes Son sweet que era sensiblemente inferior a se pre ‘0 de mercado. El trasfondo de las crisis y el crecim! ne tf rganizacion de la Federacién Agraria Argen ting a6 fapia pasado de 260 socios en 19164231 Bie en 1300 ar seccionales adheridas, sostenian un pl lan \ Coirado aunque dentro del esquema institucional vooreul nivel global, que los anteriores. Al mismo lee ied ae precisamente una acon Sn un fuerte peso en u fuer veal en Sane y no se pretendia, como Campo pene, alos agricultores una glite tecnica dirige' me. = utp mas politica, ta propuesta fue de hect a recog cadas formacién de un Partido de las caracter st i Prorvenian ue se inspird en estos planteos y on ° = 4 Ce. del fascismo italiano, de fuerte influencia e fe tos eroia ros de ese origen en el agro pampeano y Federacién Agraria Argentina. Jacinto Oddone Oddon i bro “La burguesia terratenien- te senting” Su pubs ace central era investigat come soa transferido a manos privadas, en forma man _ dios la enorme superficie de tierras publicas de ta Na y cual habia sido el origen de las grandes fon in al Taras 928 pe a aoe ah de tienras y colonias. Ss! anal ee ronncias de Buenos Aires y Entre Rios el territorio de la Capital Federal. Su trabajo, que se ha convertido en un “clasico” de los studios sobre la distribucién de la tierra en la regién pam- peana, formula como conclusién principal que la burguesia terrateniente argentina tiene su origen en la mata aplicacion de la ley de enfiteusis del 11 de mayo de 1826, y que los titulos de propiedad.de la mayor parte de los propietarios son la continuidad de los titulos de tierras enfitéuticas de sus an- tepasados. Atribuye a Rosas la venta de estas tierras, ha- biendo asi destruido el intento de Rivadavia de evitar la con- centracion de la tierra. Su estudio analiza detalladamente las sucesivas oleadas de distribucion de la tierra y concluye con datos tomados de la Guia de Contribuyentes del afio 1928 de la Provincia de Buenos Aires que han sido profundamen- te citados con posterioridad en la literatura agraria argentina. Se resumen alll el listado de propiedades de mas de 5.000 has., que son 1.041 con un total de 10.196.471 has., y se |, agrupan los nombres de 50 familias que figuran con un total ‘ de 4.663.575 has. por un valor de 965.108 pesos. El segundo * agrupamiento puede servir en funcién del trabajo de tipo genético que realiza Oddone sobre este sector social, pero no necesariamente permite apreciar el nivel de concentra- cién, ya que ha sumado unidades con el mismo apellido, que no siempre son unitarias desde el punto de vista de su control efectivo. Las conclusiones del libro son que al patrimonio nacional fue desbaratado. EI pais se debate en el latifundio. El progreso social y politico se estrella contra 6! como contra una muraila china, impidién- dole avanzar.” (pég. 252). Sefiala también la asfixia de pueblos y ciudades rodeados por el latifundio y plantea la necesidad de modificar la legislacién agraria para alterar la situacién. “Marchamos a la zaga de los demas paises en materia de legislacién agraria. En todas partes, donde existe el problema del latifundio, sus gobernantes toman medidas para combatirlo. Leyes restringiendo los derechos de propie- dad de los terratenientes, fuertes impuestos a la tierra, expropiaciones a costo real y entrega de los campos a labradores, se ponen en practica para atacar ese monstruo que devora a los pueblos {pag. 253]. Menciona en esta direccién el ejemplo de Australia y Nueva Zelandia, y sefiala que el control del poder politico por los terratenientes ha impedido en la Argentina la sancién 84 de leyes que los afecten. En tanto el problema del latifundio sigue en pie, los color contindan su vida de peregrinacién oe campo en campo sin poder arraigar en parte alguna, sino a costa de entregar al duefio todo su trabajo, su sudor y su vida, mientras el pais, que una inteligente politica agraria tendiente a proteger los intereses de los mas podria cambiar radicalmente de aspec- to, atrayendo labradores de los pafses mas adelantados del . Mundo y poblando de familias campesinas la vasta campaha Seo incu continua en poder de ios terratenientes ue seguiran siendo el mas grande ob: Oe eo eet) g staculo para su José Boglich Desde una perspectiva marxista, Boglich sefalaba que no habia solucién a la crisis agraria en que se debatia Argen- tina, al igual que e! agro de otros paises en esos ajfios, sin cambiar globalmente el sistema econdmico. Para ello pro- ( ponia abolir la propiedad privada del suelo como parte de \ un movimiento de eliminacién del modo de produccién \ capitalista. Su visién sobre los pequefios productores es la de que son generadores de renta en el plano econdmico para sectores propietarios, mientras que en el politico tienden a aliarse con los otros sectores propietarios por su fuerte sentido de la propiedad privada de la tierra Rechaza las ideas socialistas 0 social demécratas que tendian a la divisién de la tierra, sefialando la superioridad de la gran explotacién sobre la pequefia. Su idea de que el capital monopolista se apodera plenamente de la agricultura subordinando a los diferentes actores agrarios, tanto pe- quefios como medianos productores, se expresa en varios planos. En el de la circulacién sefiala que la presencia de pools de granos son impulsados por el capital monopolista, al igual que las cooperativas, para apropiarse de excedentes agrarios, Los pools avanzan sobre el comercio de campafia eliminando a acopiadores, corredores y comisionistas. A su yor al trust carealista reduce a los pools a un nivel subor- lo controlando el co ic i ave a mercio y los precios de los granos 85 ' EI principal aporte de Boglich, es el andlisis del proceso de hipotecas que pesan sobre un nivel elevado de tierras del agro pampeano. Con diversos datos, muestra como este nivel de endeudamiento de los propietarios de tierras crecié fuertemente en las décadas de 1910 y 20. Elle tanto a través de! Banco Hipotecario Nacional, que a su vez emitia cédulas y titulos que eran tomados en el mercado por los poseedores de capital financiero, como por medio de bancos privados. Al analizar ia evolucién de los precios de los granos y del ganado bovino entre 1900 y 1932 muestra que en el tiltimo periodo los mismos descendieron fuertemente. En funcion de ello, sefiala, la renta del suelo y el valor de la tierra deberian descender. Pero como Ia renta capitalizada, que es el valor de la tierra, ha sido hipotecada, dicho valor no puede descender porque los intereses han sido fijados en los momentos de altos precios. Ello trae consecuencias graves para los productores, Porque la estructura juridica de la propiedad del suelo y su hipotecamiento, es todo un sistema de explotacién social; cuando los intereses hipotecarios no puedan ser cubiertos por la renta del suelo, ei capitalismo financiero hecha ese peso de los intereses sobre la explotacién de fas masas campesinas. Mientras la propiedad del suelo estuvo libre de \ hipotecas, la renta que habia de pagar el arrendatario era determinada por el valor de la produccién; pero ya no fue asi una vez que se hubo hipotecado Ia renta (porque. como hemos dicho, lo que se hipoteca no es el capital tierra, sino la renta), lo que impide el reajuste de los arrendamientos. Que el valor de la produccién y la renta hayan descendido, i) y Que hasta en muchos casos esta Ultima haya desaparecido totalmente, son razones que no entiende ef capitalismo financiero; fo que éste exige es el pago puntual del interés sobre el capital invertido en tas hipotecas [pdg. 173]. En esta linea de reflexién su tesis es que fa penetracién det capitalismo financiero en la economia agropecuaria ha fconvertido a los propietarios de jos campos en simples administradores de ese capital financiero. En la misma direccién, los procesos de colonizacién que se realizan con préstamos del Banco Hipotecario son vistos como parte de un fenédmeno de capitalizacién de la renta por los propietarios territoriales que vendian sus tierras a los colonos con garan- tia del Banco Hipotecario Nacional. 86 Cuando la terra adquiere un valor y de su venta se puede sacar un interés mayor al de su renta, son fos mismos propietanios terntoriales fos interesados en traspasar sus propiedades capitalizadas a la clase productora del campo Este hecho se nota hay mas que nunca, debido a la des- valorizacién de la preduccién y a fos enormes gravamenes hipotecarios que pesan sobre la propiedad terntorial; porque como la renta no se determina por el costo mercanti! de una propiedad o por el valor que ésta haya adquirido, sino de acuerdo al valor de la produccién, a la clase terrateniente le resulta mas lucrativo convertir sus tierras en titulos y cédulas hipotecarias, percibiendo entonces los intereses sobre la renta capitalizada de sus propiedades, que seguir percibien- do fa renta directa de fa tierra, de acuerdo al valor de la Pproduccién, que se halla en estos Ultimos amos en un interminable descenso [pag. 185-6]. Al sefialar que estos procesos son posibles por la mentalidad de los campesinos que quieren poseer su tierra, plantea que también son responsables los dirigentes agra- rios que impulsan a la pequefia propiedad como meta de su proyecto agrario: Si bien el ‘campo propio, la tierra para quien la trabaja y cultiva. no es mas que un cuento. dentro del actual régimen social, no ohstante debe reconocerse que el concepto de propiedad privada esta muy arraigado en la mentatidad de ja clase campesina. Esta mentalidad conservadora de ja pequena burguesia agraria, unida a la irresponsabilidad de fos jefes social reformistas. que pregonan la pequefia pro- piedad agricola como Unica solucién del problema agrario, fueron aprovechadas por el capitalismo territorial financiero {p4g. 195]. zy tadica que la clase capitalista desea salvar a la pequeha ‘Wurguesia agraria para mantener fa renta territorial y los damas valores sobre los que se desarrolla el capitalismo ' financiero. Pero que tambien existen razones politicas, ya f Que. su presencia es vista como una barrera a las ideas y de origen comunista. Cita el discurso de Enrique 4 & Pérez al tomar posesién de la presidencia del Banco F tHipotecario Nacional el 1 de febrero de 1933, quien dice: La divisién de la tierra en pequenas parcelas es con retacion 2 al problema social el remedio mas eficaz contra el trasplante 87 exdtico de! concepto comunista. En efecto, nada cura mas. rapidamente el cerebro enfermo de ideas disolventes que el tender la mirada sobre la tierra propia [pag. 228}. Para Boglich, la gravedad de la crisis mundial y su repercusién en el agro, habfa puesto en marcha el proceso de eliminacién de los pequefios productores agrarios y de la propiedad privada, por lo que carecia de sentido discutir propuestas reformistas en e/ contexto del actual sistema. “Teniendo en cuenta la intensidad y duracién de Ia actual crisis agraria, se puede afirmar que ya se ha iniciado el periodo definitivo de la ruina y destruccién de la pequeha burguesia agraria y de su propiedad privada”. (pag. 229). La crisis agraria no era resolvible en los marcos del capitalismo, porque “... para ello tendria que abolir la propiedad privada del suelo y anular las deudas hipotecarias, es decir, revo- lucionar completamente la actual forma de propiedad, lo que para el capitalismo es imposible de realizar.” (pag. 230). Bernardino Horne Ministro de Hacienda de Entre Rios y luego diputado nacio- nal, Horne publica dos de sus obras en momentos en que el pais sufria los avatares de la crisis iniciada en el '30. Es asi que la idea central de las que vamos a tratar, pasa por la necesidad de la intervencién estatal en el mundo agrario. En Nuestro problema agrario, antes de resefiar la legis- lacién en vigencia en varias provincias, dedica un capitulo a dicho problema. Parte de que “(...) la distribucién de la tierra, tanto en los territorios nacionales como en las provin- cias, es anormal” (1937:14). Esta situacién la debe solucio- nar el Estado, pero teniendo en cuenta que nada se resuelve con solo distriduir la tierra, sino que se necesitan medidas integrales. Hubo intentos oficiales de colonizacién pero fracasaron, dejando indefensos al colono. Una politica global debe partir de la seleccion previa del futuro agricultor, seguir un apoyo crediticio y —continuamente— respaldar al productor. Sin esto, surgen los problemas. El problema de las deudas particulares comunes y de las 88 hipotecarias, es otra consecuencia perniciosa de esa des- organizacién, de la falta de educacién y de rumbo en los trabajadores del campo [1937:19]. La Unica solucién a estas circunstancias consiste en darle al productor una “(...) organizacién que le permita tener su tierra permanente y recoger el importe real del fruto de su trabajo” (1937:20). A su vez, esto lograria detener el éxodo tural y aun estimularia la vuelta al campo de los jovenes que emigraron. Horne rescata ésto, debido a que considera que los buenos agricultores o ganaderos se forman con la experiencia dei trabajo de varias generaciones, permitiendo que esas actividades se realicen establemente, y que no dependan de las fluctuaciones de precios y de la “improvi- sacién y el espiritu comercial” de fortuitos productores. Ninguna ley agraria, segin Horne, cumplira su fin si no contempla integralmente el problema, el ge la tierra y el de la organizacién y educacién de los trabajadores agra- rios, capaciténdolos para trabajar, producir y vivir mejor, formando en una palabra los productores fibres del campo {1937:23]. El otro texto que tomamos, Politica agraria, escrito cuando fa intervencién estatal para regular el funcionamiento armonioso del agro alcanzaba la década de vigencia, es un ensayo de teoria del derecho y teoria econémica, relaciona- do con datos empiricos argentinos y del resto del mundo. El sujeto social de las preocupaciones de Horne es la "clase agraria", es decir “(...) los que son propietarios 0 atrendatarios de campos, y que trabajan por su cuenta, y los peones o proletarios rurales.” (1942:57), que —en conjun- ,to— conforman la clase media rural. (1942:55) Los agrarios, hasta la Gran Crisis, fueron explotados por terratenientes, acopiadores y exportadores, al tiempo que el Estado no hacia nada por protegerlos. : ““4E] problema agrario es econdémico y social" (1942:167) dice Horne, afirmando que la legislacién debe tener en euenta a la tierra, al hombre y al capital. Asi, la propiedad no es un derecho absoluto, sino que su disposicion debe ser restringida en funcién de la “(...) necesidad derivada de la convivencia social.” (1942:79) Sin embargo, la realidad es muy distinta; se la acapara, es manejada por terratenientes nacionales como por inversores extranjeros. Se hace urgen- 89 i mee te una regulacién que —sostiene ¢! autor— impida que la tierra siga siendo una mercancia Es urgente consolidar la propiedad agraria. como cosa fun- damental para el Estado, y terminar con el aislamiento y ef individualismo del productor, que le impide defenderse de sus explotadores, los terratenientes, los comerciantes y los negociadoras internacionales de la produccién [1942:98}. Respecto a los otros factores a tomar en consideracién, dice: lo que necesitamos no son capitales que aten nuestra economia al yugo de los grandes imperialismos extranjeros, sino que vengan hombres, que son capitales efectivos que quedan [1942:96]. Posteriormente, Horne resalta la importancia del coope- rativismo y de una correcta politica crediticia destinada al agro, pasando luego a resefiar las medidas adoptadas por distintos gobiernos del mundo para hacer frente a los efectos de fa crisis de la década del ‘30. Cuando trata e! caso argentino, explica ‘ef funcionamiento de los organismos encargados de ponerlas en practica (juntas reguladoras, comisiones nacionales, direcciones), cuidando de remarcar que todo se dirige al bienestar general. Nuestra regulacién, que es de ordenamiento, orientacién y defensa de la produccién, esta encuadrada dentro de la or- ganizacién democratica det pais. No se suprime con ella la libertad sino que se la reglamenta, limitandose {as activida- des econémicas y comerciales, restringiéndolas en tanto sea necesario para el bienestar comin [1942:236]. Luis Rodolfo Canepa En su libro Economia agraria argentina (1942) al referirsea ¥ la agricultura, Canepa afirma que El contexto de explotacién capitalista que presenta la campafia de nuestro pais —-compuesta primordialmente por empresarios grandes y medianos, y en que sdlo por excep- 90 i | | | i | t cién interviene la pequena expictacién que da ‘ocupacién” solamente a las fuerzas del chéicarero y su familia teciita 4a formacién de un proletariage rural némade, que se emplea en la 6poca de la cosacha para después emigrar an despla- zamientos hacia otras zonas 0 cultivos (1942:104]. Destaca la pobreza del obrero rural: En efecto, es verdaderamente dantesco el cuadro que suele, ofrecer nuestra campafia, donde contrasta el esplendor dg Sus estancias, confortablemiente instaladas, de frondosas arboledas y reluciente ganado, con fa triste figura de! obrero trashumante, expuesto siémpre a ingresar en la legion de “inyeras” [1942:105] * Define al latifundio como . toda extensién de tierra; explotada o no, que es poseida por un solo 0 pocos duefios, en cuanto, por la superficie que ocupa, puede dificultar al progreso general y entorpecer la tadicacién y el bianestar de la poblacién. {.. ] en nuestro pais, es ef caso que-zonas cercanas e inmensamente ricas se hallan ataparadas por iatifundistas que en el mejor de jos supuestos, vale decir que sean activamente explotadas, constituyen una verdadera rémora al progreso integral de ja Nacién, en que la tierra es {a fuente primera de su riqueza. {...] el pais ha sufrido un estancamiento agrario, provocado, quiza, por ia detencién de! aluvién inmigratorio que tan favorablements actué en fa poblacién de nuestros campos. De tal manera, la subdivisién del suelo ha quedado sujeta al lento proceso del régimen sucesorio {1942:106- 107}. Trae a.colacién cifras del Censo Agropecuario de 1914 Gonde muestra la inequidad del régimen de tenencia de la ra. : Consecuencia inmediata de! estado de indivisién de la tierra, ‘+ es-el régimen de explotacién basado en ai predominio del amiendo, que ha sido calificado invariablemente por todos los. ~~ Watadistas como ef peor de los sistemas {.] todas las ** soluciones que preconizamos para nuestro régimen rural, “estén condicionadas a la transformacién del arrendatario en posesionario del suelo que trabaja, ya en propiedad o ' enfiteusis. Nada permanente puede levantarse donde existe ese tipo de colono ambulante, siempre expuesto a rescisio- Nes 0 términos de contrato, y que sdlo busca sacarle a la tierra ef mayor provecho, sin preocuparse de guardar su pe 91 riqueza con una explotacién racional e inteligente. [..J La tierra, que tanta atraccién ejerce en el ser humano, es la mejor fuente creadora de trabajo y progreso cuando se posee con la seguridad de permanencia. Pero es también enemiga del hombre cuando lo tiraniza con un sistema que, como el nuestro, no le permite el acceso a ella y su posesion continuada. He alli una de las causas del éxodo a las ciudades [1942:109-110]. Sefala que la Argentina es uno de los paises agricolas donde se registra el mayor porcentaje de arrendatarios. El caso de Inglaterra y pais de Gales, donde el porcentaje es atin mayor, se explican por sus “... condiciones industriales (que) explican en cierto modo ese estado de atraso de la economia agraria.” (1942:111). Destaca un aspecto muy peculiar de la regién pampeana: En la zona cereal-ganadera alternan primordialmente las ex- plotaciones denominadas chacras, ganaderas y mixtas. La chacra constituye esa explotacién tan tipicamente argentina, en que el colono trabajando una fraccién mediana de tierra, que generalmente arrienda, se dedica casi exclusivamente al cultivo y crianza de animales menores, de corral y por- cinos, lo cual no es ébice para que posea unas pocas cabezas ‘de otro ganado para el suministro de carne o leche y, ademas, los animales de trabajo tan necesarios para las operaciones de labranza. [...] cubren una gama mucho mas variada de actividades y se hallan situadas en puntos cer- canos a mercados locales de consumo, a los que general- mente abastecen en forma directa [1942:113-114]. Los tres tipos de explotaciones mas comunes son la “... chacra, ganaderia y mixta.” (1942:114). Evaluando datos arrojados por el Censo Agropecuario de 1937, afirma que Las cifras computadas demuestran que !a extensién media de nuestras explotaciones agricolas, oscila entre 100 y 200 hectareas, que constituiria, pues, el tipo comin de la chacra argentina. Esta dimensién de empresa, permite una utiliza- cién relativamente escasa de medios mecanicos propios para la roturacién de la tierra, recoleccién y demas tareas que demanda la cosecha. Es asi, que, en general, el colono rotura el suelo utilizando la traccién a sangre y recurriendo a empresarios 0 contratistas para la recoleccién y desgrane. No es esta la solucién mas econdmica, pues la aparicion de un intermediario encarece la produccién y no mejora la calidad. En realidad, la mejor solucién, a nuestro juicio, se 92 lograria mediante la incorporacién del sistema cooperative de produccién, que haria posible la adquisicién de maquinas por parte de los propios colonos, para su uso en comtn en el cultivo y la cosecha [1942:115}. Y destaca que Entre Rios es la provincia con mas cooperativas y menos arrendatarios. “Con ello se demuestra que el sistema de arriendo se opone a la cooperativa agricola.” (1942:116). Relata las condiciones paupérrimas del proletariado rural: “Consideramos que la grandeza de un pueblo se basa en el bienestar de los habitantes que lo forman. No hay pueblo grande all donde una parte considerable de sus criaturas lleva una vida miserable e inculta, que jos reduce a la condicion de verdaderos parias.” (1942:116), Cita a Juan B. justo: El peén de campo que no aspire a constituir una familia, para lo cual necesita hacerse agricultor por su cuenta y pequefio ganadero, sera siempre un ciudadano inferior, sin mentali- dad propia. Sdlo en la chacra es posible que el productor desarrolle su mentalidad [1942:117]. Es el caso de los puesteros, los chacareros pobres y en general las peonadas que, naturalmente, en ese ambiente prefieren el alcohol al libro [1942:118]. Finalmente, comprueba estadisticamente lo dicho desta- cando la cantidad de explotaciones lejanas a ja escuela publica, a las estaciones de ferrocarril y las viviendas construidas con “... ladrillos y barro, ladrillo solo, adobe, madera, zinc, barro y otros materiales similares, que no aseguran las condiciones necesarias.” (:118). Celestino Sienrra S@ voluminosa obra est cruzada por el eje del importante papel que jugo —y puede jugar— el movimiento cooperativo para solucionar el problema central argentino: La Argentina es, por la naturaleza de su suelo, por las con- diciones de sus hombres, el pais de todas las posibilidades agrarias; esas posibilidades pueden y deben ser tanto mas 93

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