El pie del diablo
()
About this ebook
Read more from Arthur Conand Doyle
La nueva revelación. El espiritismo Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsUn escándalo en Bohemia Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl misterio del valle boscombe Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl misterio de CopperBeeches Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl signo de los cuatro Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl detective agonizante Rating: 0 out of 5 stars0 ratings
Related to El pie del diablo
Related ebooks
El pabellón Wisteria Rating: 4 out of 5 stars4/5La aventura de Peter el Negro Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEspíritus inquietos Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa flecha negra Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa herencia de los Lemesurier Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl caso de Charles Dexter Ward Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsViaje al centro de la tierra Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa bestia de Gévaudan Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsRetrato de una dama Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsRobin Hood Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa máquina del silencio Rating: 4 out of 5 stars4/5Los mejores cuentos de Crímenes Imperfectos: Selección de cuentos Rating: 3 out of 5 stars3/5Historias de Dunnet Landing Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa letra escarlata Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsAntologia de Cuentos Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsÍzaro, el celta Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLas alegres comadres Windsor Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl Extraño Caso Del Dr. Jekyll y Mr. Hyde Rating: 4 out of 5 stars4/5Como el bosque en la noche Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsDrácula Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsComo un león Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa tienda de antigüedades Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl fantasma de Canterville Rating: 4 out of 5 stars4/5Antología Rating: 5 out of 5 stars5/5El retrato de Dorian Gray: Biblioteca de Grandes Escritores Rating: 4 out of 5 stars4/5El valle del terror Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsHombre muerto en una zanja (versión española) Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl misterio del cuarto amarillo Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsObras: El retrato de Dorian Gray - El fantasma de Canterville Rating: 3 out of 5 stars3/5Emily triunfa Rating: 0 out of 5 stars0 ratings
Classics For You
Cuentos completos Rating: 4 out of 5 stars4/5El lobo estepario Rating: 4 out of 5 stars4/5Meditaciones Rating: 4 out of 5 stars4/5El Arte de la Guerra - Ilustrado Rating: 4 out of 5 stars4/5Crítica de la razón pura Rating: 5 out of 5 stars5/5Apología de Sócrates Rating: 5 out of 5 stars5/5El Principito: Traducción original (ilustrado) Edición completa Rating: 5 out of 5 stars5/5La interpretación de los sueños Rating: 4 out of 5 stars4/5Introducción al psicoanálisis Rating: 5 out of 5 stars5/5La Divina Comedia Rating: 5 out of 5 stars5/5Crimen y castigo Rating: 4 out of 5 stars4/5Los 120 días de Sodoma Rating: 4 out of 5 stars4/5El Arte de la Guerra Rating: 4 out of 5 stars4/5La Política Rating: 4 out of 5 stars4/5Don Quijote de la Mancha Rating: 5 out of 5 stars5/5El leon, la bruja y el ropero: The Lion, the Witch and the Wardrobe (Spanish edition) Rating: 5 out of 5 stars5/5Poemas de amor Rating: 5 out of 5 stars5/550 Poemas De Amor Clásicos Que Debes Leer (Golden Deer Classics) Rating: 4 out of 5 stars4/5El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde (ilustrado) Rating: 4 out of 5 stars4/5Libro del desasosiego Rating: 4 out of 5 stars4/51000 Poemas Clásicos Que Debes Leer: Vol.1 (Golden Deer Classics) Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsCumbres Borrascosas Rating: 4 out of 5 stars4/5Las 95 tesis Rating: 5 out of 5 stars5/5El Yo y el Ello Rating: 4 out of 5 stars4/5El mercader de Venecia Rating: 4 out of 5 stars4/5EL PARAÍSO PERDIDO - Ilustrado Rating: 4 out of 5 stars4/5El Viejo y El Mar (Spanish Edition) Rating: 4 out of 5 stars4/5Psicología Elemental Rating: 4 out of 5 stars4/5La confianza en si mismo Rating: 4 out of 5 stars4/5
Reviews for El pie del diablo
0 ratings0 reviews
Book preview
El pie del diablo - Arthur Conand Doyle
DIABLO
EL PIE DEL DIABLO
Arthur Conan Doyle
Al relatar de vez en cuando algunas de las experiencias curiosas y los recuerdos interesantes que asocio con mi amistad íntima y prolongada con Mr. Sherlock Holmes, me he topado constantemente con las dificultades que me ha causado su aversión por la publicidad. Para su carácter austero y cínico el aplauso popular siempre ha sido aborrecible, y nada le divertía más al cerrar con éxito un caso que traspasar el mérito a algún oficial ortodoxo, y escuchar con sonrisa burlona el coro general de felicitaciones equivocadas. Ha sido en realidad esta actitud por parte de mi amigo, y no desde luego la falta de material interesante, lo que en los últimos años me ha obligado a publicar muy pocos de mis relatos. Mi participación en algunas de sus aventuras siempre ha sido un privilegio que me ha exigido discreción y reticencia.
Quedé, pues, enormemente sorprendido al recibir el martes pasado un telegrama de Holmes -nunca se ha sabido de él que escribiera cuando bastaba un telegrama- en los términos siguientes: ¿Por qué no contarles el horror de Cornualles, el más extraño caso que se me ha encomendado?
Ignoro qué resaca de su cerebro había refrescado el caso en su memoria, o qué antojo le había hecho desear que yo lo relatase; pero me apresuré, antes de que llegara otro telegrama cancelando aquél, a rebuscar las notas que me darían los detalles exactos del caso, y a exponerles el caso a mis lectores.
Fue en la primavera del año 1897, cuando en la férrea constitución de Holmes aparecieron algunos síntomas de debilitamiento frente a un trabajo duro, constante y del tipo más agotador, agravado, además, por sus propias imprudencias ocasionales. En marzo de aquel año el doctor Moore Agar, de la calle Harley, cuya dramática presentación a Holmes quizá cuente algún día, le dio órdenes terminantes al famoso detective privado de dejar a un lado todos sus casos y entregarse a un completo descanso, si quería evitar un colapso. Su estado de salud no era asunto por el que Holmes se tomase el más mínimo interés, ya que tenía una gran capacidad de abstracción mental, pero al final fue inducido, bajo la amenaza de quedar inhabilitado para el trabajo de forma permanente, a buscarse un cambio total de escena y de aires. Así fue como a principios de primavera de aquel mismo año nos trasladamos a una casita de campo cerca de la bahía de Poldhu, en el extremo más alejado de la península de Cornualles.
Era un lugar singular, especialmente adecuado para el humor sombrío de mi paciente. Desde las ventanas de nuestra casita encalada, construida en lo alto de una colina muy verde, dominábamos todo el siniestro semicírculo de la bahía de Mounts, esa antigua trampa mortal para los veleros, con su hilera de negros acantilados y arrecifes azotados por las olas, contra los que habían hallado la muerte innumerables marineros. Con viento del norte la