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La economía de la deuda: Lecciones desde México
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La economía de la deuda: Lecciones desde México

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De manera accesible, amena y rigurosa, se expone la amplia gama de aspectos teóricos y empíricos involucrados en el estudio del fenómeno del endeudamiento, con especial referencia al caso mexicano y a algunas comparaciones con América Latina.
LanguageEspañol
Release dateSep 21, 2014
ISBN9786071622778
La economía de la deuda: Lecciones desde México

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    La economía de la deuda - Fausto Hernández Trillo

    partes.

    I. MERCADOS FINANCIEROS

    ENTENDER LOS MERCADOS FINANCIEROS resulta de particular importancia para el análisis de lo que aquí hemos denominado economía de la deuda. Como se mostrará en el capítulo, el contrato de deuda surge como un instrumento para solucionar, cuando menos en parte, las fricciones existentes en dichos mercados. Así, su origen se ubica dentro del mismo proceso de intermediación financiera como una herramienta que busca superar los problemas inherentes en ella. En este capítulo explicamos brevemente para qué sirven los mercados financieros, cuáles son sus limitaciones y cuáles sus ventajas. La literatura es extensa y data desde Adam Smith; no es nuestra intención examinar su surgimiento sino tan sólo revisarlo brevemente de manera tal que el estudio de la denominada economía de la deuda se motive adecuadamente y se inscriba dentro de su propio marco de referencia. Para ello, empezamos con una parábola que será de gran utilidad para resaltar la importancia de estos mercados, que a su vez resultan importantes para entender la aparición de los ya mencionados contratos de deuda. Más adelante reseñaremos analíticamente la teoría de la intermediación financiera.

    UNA PARÁBOLA

    Imaginemos una localidad muy pequeña, de escasos 500 habitantes y con vías de comunicación hacia el exterior casi inexistentes, fuera de un camino peatonal, que se ha hecho gracias al ir y venir de las personas, para transportar sus productos hacia el pueblo más cercano, en donde un día x a la semana es el día de plaza¹ (cualquier municipio de Oaxaca, México, cumple con esta característica). En esta comunidad reside Cypriano Hernández, individuo responsable y con una alta reputación entre los miembros de la comunidad. Su fama es de trabajador y cumplido, de los que no se emborrachan los domingos. Cypriano es artesano (utiliza barro, para elaborar utensilios, ollas y vajillas) y vende sus productos en el pueblo cercano el día de plaza.

    Un buen día Cypriano decide extender su negocio, ya que ha encontrado un sistema de cocción más efectivo que el que ha venido utilizando. Para ello necesita cierto capital, ya que deberá modificar y ampliar su horno. Supongamos que necesita 1 000 pesos.

    En primera instancia recurrirá a los miembros de su comunidad para pedir un préstamo, ya que no existe un banco en la región. Cada una de las familias a las que recurrirá (obviamente que, al ser pequeña la comunidad, él tiene cierta información de quién cuenta con algunos ahorros monetarios)² saben que Cypriano es un tipo de fiar y, después de invitarlo a pasar a tomar un cafecito, le prestarán cierta cantidad de dinero. Esto se repetirá varias veces hasta que agote el número de familias a las que puede recurrir. Al final de esta jornada (que puede durar días) se encontrará que consiguió 650 pesos. Todavía le faltan 350 pesos para poder llevar a cabo su nueva empresa.

    El siguiente paso es caminar a la población más cercana, otra pequeña localidad. En ésta, a Cypriano nadie lo conoce, por lo que enfrentará algunos problemas adicionales. Primero, él no sabe a quién recurrir, ya que es difícil identificar a las familias que en principio podrían disponer de algún ahorro monetario, por lo que tendrá que tomarse un tiempo para realizar dicha investigación con los consabidos obstáculos. Una vez que ha identificado a los posibles acreedores, se presentará a su puerta y pedirá prestado.

    Segundo, los potenciales prestamistas no conocen a Cypriano, por lo que tendrán que encontrar algún método para determinar si es sujeto de crédito y/o si su proyecto de inversión es factible, ya que si no lo es no tendrá el dinero suficiente para repagar el préstamo. Esto se repetirá un número de veces igual al número de familias necesarias para que Cypriano complete los 350 pesos que le hacen falta para realizar su proyecto. Cuando esto suceda, es probable que hayan pasado algunas semanas o meses, tiempo en que Cypriano se pondrá a trabajar en la tarea. Peor aún, existe cierta posibilidad de que el proyecto haya sido desarrollado por alguien más, o incluso, que ya no sea viable ya que la oportunidad de ganancia desapareció.

    La historia recién descrita se resume en la gráfica I.1. Como se puede apreciar, las líneas que unen a los dos tipos de agentes representan el flujo de recursos. Es decir, la línea que parte de las unidades superavitarias hacia las deficitarias representa el préstamo, mientras que la que parte de las deficitarias hacia las ahorradoras es el repago del crédito (con el pago de interés correspondiente). Intencionalmente se han trazado líneas curvas muy pronunciadas para representar un movimiento de recursos muy irregular, es decir, un flujo de recursos que no se da suavemente.

    Los trazos protuberantes ilustran en nuestro ejemplo lo que en la literatura se conoce como fricciones en el mercado. De ser completamente rectos, significaría que el flujo de recursos de un lado al otro no presenta ningún problema y que los recursos se asignan de manera eficiente, a la Arrow-Debreu.³ En otras palabras, significaría que Cypriano buscó y encontró casi instantáneamente los sujetos que le prestarían la cantidad exacta de capital que necesitaba y, además, que el proyecto se llevó a cabo sin ningún problema, con lo que el crédito se pagó puntualmente, a la tasa de interés pactada, la cual no contenía ningún componente por el riesgo proyecto o crediticio.

    GRÁFICA I.1

    Sin embargo, son precisamente las fricciones (representadas por las protuberancias en la gráfica) las que dan origen a los intermediarios financieros. Éstas se pueden agrupar en tres grandes categorías: a) costos de transacción, b) información asimétrica e incompleta y c) riesgo en las actividades productivas.

    Así, los problemas de Cypriano los podemos resumir de la siguiente manera: a) ocupó mucho tiempo en buscar quién le prestara; b) tuvo que identificar quién era el posible acreedor, además de que, en el segundo pueblo, existía un problema de información adicional, a saber, que los posibles acreedores ya no lo conocían por lo que les era difícil saber si Cypriano era un buen sujeto de crédito, y c) debió convencer que su proyecto era rentable y con riesgo moderado, a pesar de la existencia de alguna incertidumbre en la realización del producto final.

    En principio, la literatura ha mostrado que estos problemas se reducen de manera importante con la existencia de los intermediarios financieros (IF), quienes son importantes en la canalización de los recursos hacia actividades productivas, aunque como se verá en el capítulo referente a deuda informal, los IF presentan ciertas limitaciones para atender a la población pobre. A continuación se examina la formación de los IF y, posteriormente, se revisa la literatura existente al respecto.

    ¿POR QUÉ EXISTEN LOS INTERMEDIARIOS FINANCIEROS?

    En un modelo tradicional de asignación de recursos a la Arrow-Debreu, las empresas y los hogares interactuarían sin problemas en todas sus relaciones financieras, por lo que los intermediarios financieros (IF) no tendrían razón de ser. En el mundo Arrow-Debreu, los mercados son perfectos y completos, y en las transacciones no existe ningún tipo de fricción, como las que enfrentó Cypriano. Por ello, la asignación de recursos es eficiente en el sentido de Pareto por lo que los IF no incrementan el bienestar. Son entonces las fricciones (de costos de transacción, información asimétrica y riesgo) las que le dan la raison d’ être a los intermediarios financieros en un mundo real.

    En nuestra parábola, si Cypriano tuviera acceso directo a intermediarios financieros,⁴ solamente tendría que acudir a uno, para solicitar un crédito, quien, a su vez, evaluaría el proyecto para determinar si éste arrojaba el suficiente rendimiento para repagar el préstamo. En principio, esto le tomaría muy poco tiempo al banco. Asimismo, Cypriano no tendría que caminar a otro pueblo, ya que el banco contaría con los 1000 pesos para prestárselos.⁵ Con esto, los costos de transacción habrían disminuido ya que el banco puede especializarse en la obtención y acumulación de información acerca de las unidades deficitarias.

    Esta nueva situación se representa en la gráfica I.2. Como se observa en ésta, entre las unidades deficitarias y las superavitarias aparece el intermediario financiero aminorando las tres fricciones señaladas. Note que las líneas que unen a los tres agentes (IF, ahorradores e inversionistas), y que representan la dirección del flujo de recursos, son menos irregulares comparadas con la situación de ausencia de intermediación financiera, debido a que este flujo nunca será completamente suave. Recuerde que, en el momento en que este flujo sea completamente suave, la importancia de los intermediarios desaparecerá. Es decir, las fricciones no desaparecen por completo con el surgimiento de los IF, solamente se suavizan.

    GRÁFICA I.2

    En suma, los IF reducen las fricciones existentes en el flujo de recursos de las unidades superavitarias a las unidades deficitarias. Las irregularidades se pronuncian más en cuanto mayores sean los costos de transacción y de información (ya que ésta se presenta asimétricamente), lo cual conlleva también un riesgo mayor. Debe notarse que los IF pueden tomar distintas formas, dependiendo del servicio que ofrecen. Los más conocidos son los bancos, aunque como se anotará más adelante, recientemente han proliferado un buen número de intermediarios.

    Debe destacarse que la aparición de los distintos tipos de intermediarios financieros es producto de la evolución de la sociedad y de las distintas necesidades económicas y financieras de cada época. No es éste el lugar para reseñar la historia de la intermediación financiera. Para ello el lector puede recurrir a Allen y Gale (1994), Gerschenkron (1962) o Kindleberger (1993). Sin embargo, es importante resaltar que, por ejemplo, los bonos tuvieron un auge después de la crisis de 1929, cuando las acciones quedaron muy desacreditadas, y que los derivados financieros se encuentran actualmente en auge debido a que la globalización ha aumentado la volatilidad de las principales variables financieras.

    El objetivo de este capítulo es facilitar la comprensión de la intermediación financiera. Para ello, iniciamos con una descripción de los servicios que ofrecen los IF ya que ello facilita el análisis.

    Los IF proveen dos conjuntos de servicios (véase Bhattacharya y Thakor, 1993). Primero, los de intermediación propiamente dicha; y, segundo, los de transformación cualitativa de los activos. Ambos conjuntos son evidentes en nuestra parábola de Cypriano. Entre los primeros destacan los siguientes:

    1) Servicios de transacción, que incluye emisión de cheques, compraventa de instrumentos financieros, salvaguarda de valores, recepción de depósitos, etcétera.

    2) Asesoría financiera, que incluye aspectos de qué y cómo invertir, manejo de portafolios, etcétera.

    3) Certificación y seguimiento de inversiones, que se encargan, entre otras actividades, de evaluar proyectos, determinar la calidad de un bono (es decir, calificación de instrumentos financieros).

    4) Otorgamiento de préstamos y recepción de depósitos.

    5) Emisión de instrumentos financieros, como por ejemplo las famosas IPO (siglas en inglés de Initial Public Offer, oferta pública inicial).

    6) Misceláneos, que incluye el resto de los servicios, como venta de cheques certificados, órdenes de pago, etcétera.

    Por otra parte, los IF ofrecen también servicios de transformación cualitativa de activos financieros, lo que implica la modificación de los atributos de los propios activos. Estos servicios incluyen, entre otras cosas:

    1) Modificación del plazo o vencimiento, ya que los bancos financian activos con mayor vencimiento que sus pasivos.

    2) Ampliación del universo de inversión gracias a la divisibilidad de los instrumentos financieros. Por ejemplo, un fondo de inversión posee activos con un tamaño unitario mayor que sus pasivos considerados de manera independiente.

    3) Alteración de la liquidez, es decir, los bancos prestan a largo plazo y reciben depósitos a corto plazo, con lo que los usuarios compran liquidez a cierto plazo.

    4) Reducción del riesgo crediticio mediante el monitoreo y seguimiento del deudor para reducir la probabilidad de incumplimiento o repudio.

    Esta lista no es exhaustiva y sólo enumera los principales servicios que ofrecen los IF. En general, si se pretende clasificar a los IF, una de las mejores formas de hacerlo es considerando el tipo de servicio que proveen. No todos ofrecen el universo de servicios recién enumerados. Algunos no reciben depósitos, mientras que otros sí lo hacen. Desde este punto de vista, los intermediarios financieros se clasifican en intermediarios financieros depositarios e intermediarios financieros no depositarios. Tradicionalmente, los bancos ofrecen el mayor número de servicios financieros, sobre todo si no existen regulaciones que indiquen lo contrario. Otros intermediarios se especializan sólo en algún tipo de servicio. Por ejemplo, las calificadoras de riesgo evalúan y certifican pasivos, mientras que los consultores de inversión proveen sólo asesoría financiera. En este capítulo nos concentramos en los servicios de la banca y en los mercados bursátiles, por ser los que poseen mayor penetración.

    Con base en lo discutido hasta ahora, la siguiente sección revisa la literatura existente sobre la teoría de la intermediación. Como veremos, la literatura es extensa y recientemente ha alcanzado un alto grado de sofisticación (la formalización de lo hasta aquí tratado, se encuentra en Freixas y Rochet, 1997). Nuestra labor aquí es solamente traducir esta literatura a un lenguaje más claro y convencional.

    LA INTERMEDIACIÓN FINANCIERA

    Como se anotó, al aminorar los costos de transacción y de información, los sistemas financieros tienen una función primaria: facilitar la asignación de recursos, a lo largo del tiempo y espacio, en un ambiente donde la incertidumbre predomina (Merton y Bodie, 1992).⁶ De esta definición surgen dos preguntas:

    1) ¿Cuáles son los canales mediante los cuales los IF facilitan la asignación de recursos?

    2) ¿Promueve la mejor asignación de recursos el crecimiento económico?

    La respuesta a estas interrogantes se puede abordar desde las perspectivas teórica y empírica. Ambos enfoques se aglutinan en lo que se conoce como la teoría de la intermediación financiera. La comprensión del papel que han jugado los IF en el sector financiero se debe a dicha teoría, que será examinada en lo que resta del capítulo.

    Nuestra comprensión del papel que han jugado los IF en el sector financiero se debe en gran parte a la llamada teoría de la intermediación financiera, que formaliza lo que hasta el momento hemos discutido. Así, esta teoría se ha desarrollado a partir de modelos de asignación de recursos cuyo supuesto principal es relajar el supuesto de mercados perfectos y completos, introduciendo costos de transacción e información asimétrica.

    De acuerdo con el enfoque de costos de transacción, los intermediarios reducen el costo fijo de evaluación de activos ya que pueden hacer que éstos se diseminen (compartan) entre un número grande de agentes. En otras palabras, los IF pueden diversificar los costos de operación más fácilmente que los individuos. En nuestra parábola, Cypriano (el deudor) y don Benito (el acreedor) tienen que cargar con los respectivos costos ellos mismos [véase Gurley y Shaw (1960), Benston y Smith (1976), y Fama (1980)].

    Por otra parte, un buen número de autores enfatiza en mayor medida las fricciones que se relacionan con el universo de información acerca de los inversionistas. En este sentido, la intermediación surge como una respuesta a la incapacidad de los mecanismos de mercado para resolver eficientemente los problemas de información. Esta literatura considera una variedad de problemas y de tipos de información, de tal manera que gracias a esto surgen distintos tipos de intermediarios: bancos comerciales y de inversión, casas de bolsa, sociedades de inversión, agencias calificadoras de riesgos financieros, aseguradoras, etcétera.

    De acuerdo con Leland y Pyle (1977), desde el enfoque de asimetría de información, un intermediario puede señalizar su estatus de agente informado, invirtiendo su capital en activos financieros sobre los que tiene información especial. Así, la racionalidad de la existencia de los IF proviene de la ventaja que éstos tienen para abaratar la producción de información, que proviene de dos fuentes. Primero, el IF desarrolla habilidades especiales para interpretar señales de todo tipo, pero que no son muy aparentes. Segundo, el IF explota el uso y reuso de información en todos sus ámbitos, es decir, entre clientes y en el tiempo.

    Actualmente existe un debate sobre cuál de los dos enfoques es el más adecuado para el análisis de la intermediación financiera. Aquí, no tomamos ninguna posición al respecto y seguiremos otra ruta de análisis. De esta forma, lo que se hace aquí es identificar las funciones de los IF, y con base en ellas, se analiza el proceso de intermediación.

    LAS FUNCIONES DE LOS INTERMEDIARIOS FINANCIEROS

    Como se anotó, la función primaria de los IF es la de facilitar la asignación de recursos. Por esto, es importante identificar los canales por medio de los cuales esto se da. En esta sección agregamos el proceso de intermediación de acuerdo con cinco funciones básicas, sugeridas por Levine (1997), que son las que nos permitirán un examen del propio proceso.

    1) Manejo de riesgos financieros.

    2) Producción de información acerca de las inversiones.

    3) Observación, verificación y supervisión de las actividades empresariales e inducción del control corporativo.

    4) Captación y canalización del ahorro.

    5) Facilitación de las transacciones económicas.

    6) Disminución de costos de participación.

    La clasificación de estas funciones se realiza con el propósito de organizar la discusión, ya que las funciones presentan un buen número de intersecciones, por lo que no se pueden considerar de manera independiente. A continuación se examina cada una de ellas.

    Manejo de riesgos financieros

    El sistema financiero facilita el manejo del riesgo mediante su operación, cobertura, diversificación y agregación. Algunos autores consideran esta función como la raíz de la intermediación financiera (Scholtens y Van Wensveen, 2000). Para ellos, el origen de los bancos y de las aseguradoras descansa en su labor de transformación y manejo del riesgo. En este sentido, existe incluso una justificación histórica. Los banqueros mercantes de la Italia renacentista manejaban los riesgos financieros de reyes, pontífices y burguesía mercantil. Las aseguradoras asumieron el riesgo de los mercantes en el envío de sus productos al exterior. En la república teutona del siglo XVIII, banqueros de inversión asumieron riesgos importantes en el manejo de instrumentos financieros, incluyendo la emisión de algunos de ellos. Más recientemente, las hipotecarias y las uniones de crédito que surgieron en el siglo XX toman riesgos importantes al administrar el riesgo de tasas de interés, de riesgo crediticio, así como del riesgo de liquidez.⁸ De esta manera, la administración, transformación y transferencia del riesgo es una de las principales funciones de la intermediación financiera. De hecho, Allen y Santomero (2001) sostienen que en países avanzados ésta es la principal —y en cierto sentido, única— función de la intermediación financiera, dadas las recientes innovaciones en el sector.

    Insistimos, entonces, que al especializarse en la producción y el procesamiento de la información, y al diversificar el riesgo crediticio individual y sus términos, los IF han podido absorber —no completamente— los distintos tipos de riesgo, los que incluyen, principalmente, el de liquidez, el de tasa de interés y el crediticio. Es importante analizar cada uno de los tipos de riesgo. A continuación procedemos a ello.

    El riesgo de liquidez

    La liquidez representa tanto la velocidad como la facilidad para convertir un activo cualquiera en poder adquisitivo, dado un precio. De esta manera, un diamante puede tener menos liquidez que un automóvil o una pieza de elote. Es necesario destacar que un mismo activo puede presentar distintos grados de liquidez en distintos mercados geográficos. El riesgo de liquidez, entonces, proviene de la incertidumbre de poder convertir ese activo en medio de pago (dinero) sin perder su valor. Debe destacarse que las asimetrías en la información y los distintos costos de transacción asociados en las transacciones financieras pueden inhibir la liquidez y, con ello, intensificar este tipo de riesgo. De aquí la importancia de que exista un agente que lo disminuya y/o lo asuma.

    Los intermediarios financieros realizan esta función. Cuando reciben depósitos, por ejemplo, el banco incurre en un riesgo de liquidez ya que generalmente realiza préstamos a largo plazo mientras que recibe depósitos a corto plazo (lo que se conoce como transformación de liquidez). Bryant (1980) explica elocuentemente el papel de los depósitos. Éstos pueden ser vistos como un seguro ofrecido por el banco, que los depositantes tienen en cuanto a sus preferencias de consumo/retiro, contra cualquier choque aleatorio y exógeno.

    Esto es, los bancos le pueden ofrecer al público intrumentos líquidos (depósitos) y llevar a cabo una mezcla de inversión (formando un portafolio) dividida entre instrumentos de corto plazo, con el consecuente bajo rendimiento, para enfrentar la demanda de depósitos y otra parte de inversiones ilíquidas, pero con rendimiento alto. Así, mediante la selección de un portafolio de inversiones líquidas e ilíquidas, los bancos pueden ofrecer un seguro a los depositantes contra el riesgo de liquidez.

    Esto no implica que el banco no incurra en riesgos. La naturaleza de recibir a corto y prestar a largo plazos, los hace sujetos de corridas bancarias, es decir, existe la posibilidad de retiros inesperados por parte de los depositantes. Diamond y Dybvig (1983) argumentan que la decisión de un agente para retirar su dinero del banco está íntimamente ligada a las decisiones que tomen otros agentes en esta dirección. De esta manera, si una persona no cree que los otros depositantes retirarán su dinero, ellos no lo hacen, y viceversa. En este último caso se da una corrida bancaria. En su artículo, Diamond y Dybvig analizan esta corrida para un banco. Cuando es un grupo de bancos, entonces ocurre lo que se conoce como un pánico bancario. Un ejemplo típico de un pánico bancario es el famoso crack de 1929 (véase Galbraith, 1961; o Kindleberger, 1993).

    Por ello, Bryant (1980) y Diamond y Dybvig (1983) sugieren la existencia de un seguro de depósito que absorba los choques agregados en el deseo de los agentes de consumir antes de lo previsto.⁹ Aunque otros argumentan que éstos perjudican el sistema financiero ya que los bancos incurren en posiciones más riesgosas al no ser monitoreados por los depositantes. Es decir, se incurre en un daño moral (Carr, Mathewson y Quigley, 1994).¹⁰

    Asimismo, por este motivo de vulnerabilidad a una corrida, se han desarrollado estrategias de inversión para disminuir la probabilidad de una corrida. Un ejemplo es Jacklin y Bhattacharya (1988), quienes sugieren que inversiones menos riesgosas deben financiarse con depósitos, mientras que las más riesgosas e ilíquidas deben financiarse con activos financieros como acciones o bonos y contratos de deuda. Esto sigue una regla de oro: a mayor liquidez, menor rendimiento y menor riesgo; mientras que a menor liquidez, mayor rendimiento y mayor riesgo.

    Riesgo de tasa de interés

    Este riesgo para la banca está muy ligado al riesgo de liquidez. Esto se debe a que el costo de los fondos depende de la tasa de interés de corto plazo. Este costo puede incrementarse por arriba de los ingresos por interés, los cuales se determinan por las tasas de interés fijadas sobre los préstamos que otorgó la banca. Aun a tasa cero sobre depósitos, existe la probabilidad de retiros prematuros, con lo que el banco se vería en la necesidad de buscar formas alternativas de financiamiento con mayores costos. Este riesgo proviene, pues, de la diferencia de madurez de los instrumentos involucrados en esta relación.

    El manejo del riesgo de tasa de interés se ha sofisticado recientemente, debido a la mayor volatilidad de dichas tasas, a partir de la segunda mitad de la década de 1970. Actualmente, es impensable que un libro de texto en finanzas o teoría bancaria no contenga una sección dedicada a estrategias para manejar este tipo de riesgo. Los instrumentos incluyen desde llamados o redención de deuda, hasta los productos derivados y las famosas permutas financieras (conocidas en inglés como swaps).¹¹

    Riesgo crediticio

    Este riesgo surge de la probabilidad de que el prestatario incumpla con el repago de la deuda. Por estar muy ligado a otras de las funciones anotadas con anterioridad, el análisis de este tipo de riesgo lo posponemos para la sección donde se analizará, por un lado, la producción de información acerca de las inversiones, y por otro, la observación, verificación y supervisión de las actividades empresariales así como de la inducción del control corporativo.

    En suma, el sistema financiero tiene la posibilidad de mitigar los distintos tipos de riesgo asociados con los proyectos sean estos individuales, corporativos, regionales o nacionales. Así, los IF proveen los vehículos necesarios para operar, manejar, agregar y diversificar el riesgo asociado a las transacciones financieras.

    Producción de información acerca de las inversiones

    Como se señaló antes, los IF existen debido a las fricciones en el mercado financiero. Otra fricción principal la constituye la información asimétrica. En nuestra parábola, Cypriano sabía que su proyecto era viable y bueno, pero los acreedores no lo sabían. Algunos de éstos le prestaron a Cypriano debido a que lo conocían y lo tenían en una alta reputación. En el otro pueblo, los potenciales prestatarios no lo conocían, por lo que no había información ni sobre Cypriano ni sobre el proyecto. En este tipo de problemas, que pueden ir desde información acerca del deudor hasta la del proyecto, los intermediarios juegan un papel muy importante.

    Los IF de hecho se especializan en la recolección, el uso y el reuso de la información de los deudores. Para ello, se han desarrollado extensas bases de datos, haciendo uso de tecnología sofisticada. En algunos países la información es compartida entre los distintos IF, lo que ha dado origen a la formación de los burós de crédito.¹² Es decir, los bancos, para aprobar un préstamo, evalúan al sujeto de crédito con base en información que se tiene sobre él, su perfil, giro de negocio, historial crediticio, etc. Esto no es otra cosa que uno de los tantos instrumentos que sirven para reducir el problema de información incompleta existente en este tipo de relaciones. Con ello se reduce el riesgo crediticio, definido en la sección anterior.

    Por otro lado, el depositante también necesita evaluar la institución a la que le está confiando sus ahorros.

    Este proceso, de recopilar información acerca de un sujeto de crédito o de un intermediario financiero donde se esté depositando dinero, toma tiempo y conlleva necesariamente ciertos costos. Los inversionistas individuales pueden no tener el tiempo, la capacidad o los medios para recopilar y procesar la información de una gama muy amplia de empresas, gerentes, y condiciones macroeconómicas. Estos costos son los que crean la premisa para que alguien se especialice en la generación y el procesamiento de este tipo de información. Este alguien es lógicamente un IF (Diamond, 1984), que evalúa a otros IF.

    Para ejemplificar esta situación, suponga que para invertir en cierta empresa se tiene que incurrir en un costo fijo. Usted tiene dos opciones. Primero, incurrir en este costo de manera individual o, segundo, tratar de compartir este costo con alguien, que también esté interesado en invertir en dicha empresa. El costo implica generar y procesar la información acerca de ella, lo que requiere de ciertos conocimientos y habilidades, los cuales tomará tiempo en desarrollar. En lugar de ello, un IF lo puede hacer, con lo cual el costo se diluiría entre un número grande de posibles inversionistas.

    Debe señalarse que los mercados bursátiles juegan un papel muy importante en la diseminación de la información acerca de las firmas que cotizan en ellos. Lógicamente se supone que los precios de las acciones reflejen fielmente el estado de dichas compañías. Aunque esto es motivo de un largo debate, que se reaviva cada vez que existen las famosas burbujas especulativas (véase Shiller, 2000).

    En suma, los IF pueden hacer uso de las economías de escala y de alcance en la recolección y el procesamiento de la información acerca de las oportunidades de inversión, con lo que la asignación de recursos se vería mejorada y el riesgo crediticio, en principio, disminuye.

    Observación, verificación y supervisión de las actividades empresariales e inducción del control corporativo

    Parte del éxito o fracaso de una empresa o inversión depende de la calidad de la misma, lo cual implica no solamente que el tipo de negocio sea adecuado, sino que el gerente o quien maneje la empresa o tarea sea una persona capaz, honesta, que no modifique el principal giro de la empresa, entre otros aspectos. Aquí se pueden utilizar dos ejemplos.

    Una empresa que solicita y a la cual se le aprueba un crédito bancario, tiene, mediante su director, la posibilidad de invertir los recursos en alguna actividad diferente para lo que el crédito le fue extendido (esto se conoce como daño moral en la literatura, fenómeno al que regresaremos en el siguiente capítulo). Esta actividad puede contener un mayor riesgo que la originalmente propuesta, con lo cual el riesgo crediticio se ve aumentado en forma considerable. Éste es un peligro común en la intermediación bancaria. Por ello, los bancos acostumbran verificar y supervisar que la aplicación del crédito se realice de acuerdo con lo que originalmente se pactó. En otras palabras, el banco monitorea a la empresa deudora y, en ocasiones, le impone ciertos mecanismos de control corporativo (esto es más común en la banca europea y, en particular, en la alemana) o diseña los contratos de manera que el deudor o director de la compañía no tenga incentivos para cambiar el destino

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