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Sesión 5 - Actividad 2

Marco teórico

Los delitos que son considerados como de alto impacto en la Ciudad de


México son: homicidios dolosos, homicidios culposos, secuestros del fuero
federal y común, extorsiones, robos con violencia, robos de vehículos, robos
a casa habitación, robos a negocio, robos a transeúnte y violaciones.
A través de los años se ha presentado un incremento importante año por año
de estos.

Observatorio Nacional Ciudadano (2017)


Existen diversas causas para el aumento de criminalidad, (1) pobreza y
marginación, (2) infraestructura física precaria, (3) violencia intrafamiliar, (4)
presencia de pandillas juveniles, (5) presencia de delincuencia organizada, (6)
presencia de armas, drogas y alcohol, (7) presencia precaria de autoridad, (8)
ambiente de impunidad y procuración de justicia precaria, (9) bajos niveles
de organización comunitaria y de cohesión social, (10) ausencia de cultura de
la legalidad e (11) impactos transnacionales de la criminalidad. (Herrera-Lazo,
2013)
(1) La pobreza y marginación se traducen bajos niveles de calidad de vida
y en bajas expectativas de mejora para la población.
(2) La falta de espacios (vivienda adecuada para el número de personas
que viven bajo el mismo techo), servicios básicos (luz, drenaje y agua
potable), generan tensión, stress y frustración para quienes viven en
esas condiciones.
(3) El ambiente de educación y socialización más importante del individuo
es la familia. En la familia se aprenden valores individuales y sociales,
que después se proyectan en la comunidad. Crecer y vivir en un
ambiente de violencia intrafamiliar puede tener efectos físicos y
psicológicos graves en el individuo, sea hombre o mujer.
(4) La conciencia de pobreza y marginación se adquiere usualmente en la
adolescencia, cuando inicia el proceso de construcción individual, se
cuenta ya con información y no se ven muchas vías por dónde
transitar. La necesidad de trabajar desde muy jóvenes en zonas
urbanas marginadas suele truncar los procesos formales
de educación. En comunidades en las que existen hábitos arraigados
de consumo de drogas y alcohol, los adolescentes suelen engancharse
con facilidad en estos hábitos.
(5) Las reglas del crimen organizado son distintas a las que rigen a las
pandillas. Son organizaciones verticales (a diferencia de las pandillas en
donde existen relaciones entre iguales y la mayor parte de sus
integrantes son prescindibles. El crimen organizado cuenta con vastos
recursos para imponer sus reglas y el que las
rompe se hace acreedor a los castigos más severos, incluyendo la
muerte.
(6) La presencia de armas, drogas y alcohol es una de las variables que
más directamente incide en la generación de la violencia y criminalidad
en una comunidad. En la mayoría delos delitos graves se utilizan armas
y en gran cantidad de casos, quienes las usan están bajo el influjo de
drogas y/o alcohol.
(7) La presencia o ausencia de la autoridad es una variable determinante
de los niveles de propensión a la violencia y la criminalidad. En México,
en términos generales, la población percibe a la policía como
ineficiente, insuficiente y corrupta. En este contexto, las distancias
entre los ciudadanos y la autoridad se han ensanchado. No existe
confianza en la relación policía-ciudadano. La situación empeora
cuando los ciudadanos se convierten en las víctimas de la autoridad,
que no sólo no los protege, sino que utiliza su poder para abusar de
ellos, incurriendo así en responsabilidad institucional y en no pocos
casos, en responsabilidad penal.
(8) La impunidad es una condición externa al infractor que sabe de
antemano que sus actos no tendrán consecuencias en su contra, no
obstante estar consciente de la comisión de un ilícito, una ofensa o una
falta grave.
(9) La historia indica que la seguridad de una comunidad surge, en primera
instancia, de la forma en que sus miembros se cuidan entre ellos y
frente a los externos. En esta dinámica los propios
miembros de la comunidad establecen una serie de valores y reglas de
respeto y convivencia.
(10) La ausencia de cultura de la legalidad, entendida la cultura de la
legalidad como el apego a la norma en la conducta habitual del
ciudadano, es uno de los problemas que adolece la sociedad mexicana.
A la ausencia de cultura de legalidad se añade la precaria cultura cívica,
entendida esta como la forma en que se conduce el ciudadano en los
espacios públicos.
(11) El lado oscuro de la globalización es la transnacionalización del
crimen organizado. Los medios de comunicación, la tecnología
Y la posibilidad de transacciones financieras por medios cibernéticos
han abonado al desarrollo de un crimen organizado más estructurado,
con mayores recursos de movilización y con flexibilidad para operar en
más de un mercado nacional simultáneamente.

Siendo la corrupción, la raíz de todos los males, son participes la sociedad,


instituciones y autoridades. En el plano de justicia los policías, el sistema
penitenciario y principalmente los ministerios públicos. Aguiar (2015) afirma.
“Son un reto que el Estado mexicano y su democracia no han logrado
superar. El Estado mexicano ha sido incapaz de modernizar, profesionalizar y
hacer del Ministerio Público (MP) una institución efectiva, transparente y que
proteja y garantice la seguridad y los derechos de víctimas y acusados”.
En cuanto a los ministerios públicos podemos decir que esta corrupción es
generada en su mayoría por los bajos salarios que percibe el personal, la falta
de infraestructura básica para la operación de las oficinas ministeriales, la
deficiente tecnología con que cuentan las procuradurías para la investigación
del delito, la sobrecarga estructural y de poder que se dio a la institución del
Ministerio Público desde la anterior reforma judicial efectuada hace más de
una década y la falta de autonomía real de los fiscales que hoy siguen
dependiendo del Poder Ejecutivo.

Tampoco está suficientemente reglamentado en el Código Federal de


Procedimientos Penales que los procesos duren un año, como lo establece la
constitución, esto es aprovechado por los abogados parase convertirlo en un
mecanismo para alargar los juicios lo más que posible y hacerlos caer, con el
paso del tiempo, en la irrelevancia, es por eso que al juzgador deben darle las
herramientas suficientes en la ley para poder combatirlas.

Por parte del sistema penitenciario, carece de la infraestructura necesaria, la


sobrepoblación, el hacinamiento y la inadecuada clasificación de los
detenidos.

De acuerdo con el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2016, de


la CNDH, en 66 centros estatales de reclusión, en 27 estados, se encontraron
las condiciones de autogobierno o cogobierno, ya que los internos realizan
actividades propias de la autoridad.

La CNDH explica que, en estos centros penitenciarios, los presos extorsionan


y realizan cobros por servicios básicos como comida, agua potable,
dormitorios, así como las visitas. Además de obligar a otros reos a trabajar
para ellos e, inclusive, explotan sexualmente a otros.
También encontró que es común que los presos en los 66 cerezos tengan
acceso a armas y drogas y en la gran mayoría falta personal de seguridad que
garantice el orden.

En los Centros de Reclusión del Distrito Federal existe una sobrepoblación de


12 mil 871 presos, ya que su capacidad es para 23 mil 947 y hasta el 23 de
octubre pasado albergaban a 36 mil 818 internos. En respuesta a una
solicitud de información pública que se hizo por medio del sistema Infomex,
los internos están cerca de duplicar la capacidad instalada en los penales
capitalinos, y en algunos ya se duplicó. (Excélsior, 2015)

La mala colocación de reclusos a la hora de su clasificación causa que exista


una interacción negativa para aquellos que cometen delitos menores y son
expuestos a los criminales que ya tienen carrera.

Se ha tratado de revertir estas situaciones con la creación del sistema


nacional anticorrupción o el Sistema de Justicia Penal Acusatorio y Oral pero
la pésima planeación evita su potencial y correcto funcionamiento, la
mayoría de las críticas se enfocan en la deficiente capacitación de los
operadores jurídicos del sistema (elementos de las policías preventivas o
investigadoras, peritos, agentes del ministerio público, jueces y magistrados),
así como de la insuficiente educación continua de los abogados postulantes y
estudiantes de la carrera de derecho; también en la ineficiente realización de
los procedimientos policiales y ministeriales para investigar los delitos e
integrar, de manera adecuada, las carpetas de investigación.
Este sistema tiene mucho tiempo de planeación y dejar la capacitación para
el final fue un error garrafal que tendrá que ser revertido lo más pronto
posible, también tendrían que emplearse distintos métodos para disuadir a
los delincuentes de hacerlos, penas que realmente castiguen actos atroces,
como la pena de muerte que, aunque estudios indican que no influye sobre
la criminalidad, la percepción general indica que si influiría en ella, además de
no encontrar sentido en gastar presupuesto en reclusos que están en una
condena perpetua, ya que no podrán ser reinsertados en la sociedad, quitan
espacio para el sobrecupo mencionado en prisiones, también el presupuesto
usado en ellos puede usarse personas de bajos recursos que deciden trabajar
y no delinquir para salir adelante a pesar de la falta de oportunidades.
Para la ejecución de dichas sanciones tiene que haber un sistema implacable,
sin corrupción en el que pueda haber investigaciones confiables y seguras
para no caer en injusticias y conceder un estado de derecho efectivo para
todos los ciudadanos.
Un Estado de Derecho efectivo es fundamental para la existencia de un
régimen democrático, pues garantiza la igualdad de los ciudadanos frente la
ley, así como la existencia del régimen mismo. Una democracia sin Estado de
Derecho es una contradicción; sin embargo, los déficits que se verifican en
regímenes de reciente democratización, como el mexicano, muestran que
también es una realidad. (Aguiar, 2009)

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