UN TRASLADO EN PLENA PANDEMIA
Todo y cualquier traslado internacional de aeronave, por más experimentado que sea el piloto en ese tipo de operación, tiene que ser considerado un nuevo desafío. Quien ve desde afuera esta operación, hasta le parece un vuelo cualquiera, llevando pasajeros o cargas, de un punto A para un punto B. ¡Pero no es así! El vuelo de traslado es completamente diferente si se lo compara a una operación normal, sobre todo cuando la aeronave que se traslada posee poca autonomía y precisa aterrizar para reabastecer en varios aeropuertos bien diferentes entre sí.
¿Pero en qué se diferencia esa misión de los vuelos ordinarios de un piloto? Vamos a comenzar comparando la planificación del traslado que realizaremos para el Brasil a bordo de un Piper Meridian año 2013 con el vuelo de una aeronave indeterminada de cualquier línea aérea capaz de cumplir sin escalas la ruta Miami-San Pablo. El gran jet despegará de los Estados Unidos, pasará por tres controles de espacio aéreo diferentes (FIR Miami, Piarco y Paramaribo) y llegará al territorio nacional vía FIR Amazónico, aterrizando posteriormente en San Pablo. En total, del punto A para el punto B hará un único aterrizaje.
Con el Meridian, cruzaremos los mismos espacios aéreos y FIRs, solo que, por la autonomía del avión, tendremos que realizar varios aterrizajes para abastecimiento, haciendo con que la aeronave y la tripulación queden sujetas a jurisdicciones diferentes, pues cada aterrizaje significa un vuelo internacional, sujeto a las normas de cada país.
Este hecho por sí solo exige una atención mucho mayor en relación a la
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