CARMILLA: EL VAMPIRO QUE ERA MUJER
ambién entre los monstruos hay categorías. Los hombreslobo son brutales; los zombis, además, desagradables y sucios. Los vampiros, en cambio, poseen cierto halo romántico, elegancia y saber estar. Y principalmente son seductores: cautivan a sus víctimas antes de acabar con ellas. Fue en su relato «El vampiro», concebido en la misma noche legendaria que alumbró el de , quien fijó literariamente esa capacidad fascinadora del chupador de sangre: aristócrata, refinado, conquistador, pero despiadado y carente de empatía. Sin embargo, y antes de que llegara para darle, pulió y estilizó aquel modelo en la que puede considerarse la primera novela moderna de vampiros y seguramente la que con mayor sutileza dibuja el prototipo de vampiro encantador:
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