Eneagrama: las nueve máscaras del espíritu
La tipología del Eneagrama se ha abierto camino en las últimas décadas hasta hacerse muy conocida en el mundo del crecimiento personal, las terapias y la espiritualidad.
En griego, enea significa nueve y gram, “aspecto”. La palabra se refiere a un círculo inscrito en nueve puntos, utilizado como símbolo para organizar y describir nueve tipos de personalidad.
¿CUÁLES SON SUS ORÍGENES?
Algunos autores creen haber encontrado variantes del símbolo del Eneagrama en la geometría sagrada de los pitagóricos, que hace 4000 años se interesaron por el significado de los números en su sentido más profundo. También Platón, Plotino y los neoplatónicos hablaron acerca de la mística de las matemáticas.
Otros piensan que esta tradición se fundó a partir del judaísmo esotérico con Filón de Alejandría, un filósofo judío neo-platónico. Señalan que aparecerá más adelante como el Árbol de la Vida en la simbología cabalística de las “nueve veces”.
También aparecen variantes de esta figura en las tradiciones sufíes islámi- cas. Tal vez llegaron a éstas a través del filósofo árabe al-Ghazzali. Se cree que, en torno al siglo decimocuarto, la orden sufí Naqshbandi –conocida como “La hermandad de las abejas” porque reunía y almacenaba conocimiento, y también como “Los simbolistas” porque pensaba a través de los símbolos– preservó y transmitió el Eneagrama.
¿UN SECRETO DE LOS PADRES DEL DESIERTO?
Recientemente, el primero en mencionar el Eneagrama en sus trabajos fue el armenio George Gurdjieff (1866- 1949), un maestro y místico que utilizó el círculo con una forma de nueve ángulos inscrita como principal símbolo de su obra. En sus lecciones tituladas , este símbolo representa “el jeroglífico fundamental de un
