Sei sulla pagina 1di 35

¡EL TIEMPO NO SERÁ MÁS!

• ¿Debiéramos fijar fechas


para la 2a venida de
Cristo?
• ¿Existe alguna relación
entre los jubileos y el
regreso de Cristo?
• ¿Qué dice el Espíritu de
profecía al respecto?
Introducción
• Hemos rebasado ya, por mucho, el
inicio de un nuevo milenio y aún no
hemos visto el cumplimiento de los
vaticinios catastróficos que miles
esperaban con la llegada del mismo.
• Han pasado, también, más años aún
desde el nacimiento de Cristo y de que
éste prometiera regrear a la tierra.
• Como Adventistas, hemos sido privile-
giados al tener mucha luz acerca de los
tiempos proféticos.
• No obstante, hay algunos que, olvidan-
do las palabras de Cristo, e incluso ci-
tando a Elena White, pretenden saber
la fecha del retorno de nuestro Salva-
dor.
• Asimismo innumerables “futurólogos“
han citado toda clase de evidencia, a
fin de afirmar que los eventos
apocalípticos ocurrirán dentro de muy
poco tiempo.
• No obstante, tales pronósticos están
basados en factores tan diversos como
las profecías de Nostradamus, la gran
pirámide de Egipto y demás vínculos
astrológicos.
• Por otra parte, para ciertos cristianos
que “quieren” que el Apocalipsis sea
ya, o al menos muy pronto, existen
algunas clases de factores bíblicos
que, según ellos, se relacionan con el
tiempo de la venida de Cristo.
• Para ellos, el cálculo de los Jubileos, y
algunas interpretaciones de ciertas
profecías bíblicas que tienen que ver
con tiempo son trascendentales al
respecto.
Expectativas por el séptimo
milenio
• Durante siglos, la gente ha visto algo
especial en cuanto al séptimo milenio. Por
ejemplo, en el libro Apócrifo de 2 de Enoc,
escrito por un judío alejandrino del primer
siglo de nuestra era, dice lo siguiente:
El mundo existirá un total de siete días de mil
años cada uno, y el Señor declarará que el
séptimo constituirá un penúltimo sábado, el
cual será seguido por el infinito octavo día de
eterno bienestar.
• Esta percepción está basada en una
combinación de dos ideas:
1) El principio sabático de los seis días de
trabajo seguidos por el día sábado (Ex. 20:8-
11)
2) El concepto de que para Dios un día es
igual a mil años (Sal. 90:4).
Porque mil años delante de tus ojos son
como el día de ayer, que pasó, y como una
de las vigilias de la noche.
• Sin embargo, la idea de 2 de Enoc es
debilitada por el hecho de que el Salmo
90 es una descripción poética de la
atemporalidad de Dios, y no la decla-
ración precisa de una fórmula esca-
tológica (del tiempo del fin).
• Además, el AT nunca conecta esta idea
con el ciclo o el concepto sabático.
• Por otro lado, 2 Pedro 3:8 sí alude al
Salmo 90 en un contexto escatológico:
Mas, oh amados, no ignoréis esto: que
para con el Señor un día es como mil
años, y mil años como un día.
• Y aunque Pedro no está formulando
aquí una cronología del tiempo del fin,
este pasaje alude, más bien, al con-
cepto de un milenio escatológico.
• Pero, obviamente, el fundamento inequí-
voco del milenio es Apocalipsis 20.
• De acuerdo a sus versos 4-6, el pueblo de
Dios disfrutará 1000 años reinando con
Cristo, en el cielo, tras su Segunda venida.
• Para algunos cristianos que toman este
periodo de 1000 años de manera literal,
este pasaje les da pie a percibir la historia
humana como una gran “semana de 7000
años”, los cuales incluyen 6000 años de
pecado seguidos por el milenio, esto es,
por un “gran sábado”.
• Ciertamente, Apocalipsis 20 tampoco
conecta, de manera explícita, el milenio
con el principio sabático. Pero, partiendo
de la descripción de la vida que el pueblo
de Dios disfrutará durante el milenio, es
claro que estos habrán entrado en “el
reposo de Dios” ( Heb. 4).
• De esa forma, basados en ese contexto,
no pocos han propagado la idea de que
este nuevo milenio ha de ser, preci-
samente, el que de pie a ese “gran sá-
bado”.
• La idea de que la era presente
finalizará después de seis milenios no
es nueva, pero en sus últimas
manifestaciones ha sido matizada por
el hecho de que se cita también a
Elena White como expo-sitora (o
incluso defensora) de la misma:
La gran controversia entre Cristo y Satanás,
sostenida desde hace cerca de seis mil
años, está por concluir
(CS, 572).
Sin duda, es significativo que Elena White
endose la idea de una cronología bíblica
de 6 mil años.
No obstante, ni ella ni la Biblia mencio-
nan que que el milenio de Apocalipsis 20
será precedido por 6 mil años.
Elena White no fija ninguna fecha “ter-
minal”; simplemente advierte que la
historia humana está apunto de concluir.
• Ahora bien, la figura de los 6 mil años es
tan solo una aproximación al número de
años transcurridos, desde la fecha de la
creación, hasta nuestros días, la cual
pretende estar basada en la cronología
patriarcal hebrea.
• Pero, de nueva cuenta, la relación de esta
figura con la teoría de los 6000 años que
estamos analizando es, meramente,
coincidental.
• Si Cristo fuera a regresar tras 6 mil años,
ciertamente deberíamos haber estado
listos para encontrarnos con él, el 1 de
enero del 2000.
Factores que invalidan esta forma
de establecer fechas
1) El llegar al año 2000, según nuestros calen-
darios, es algo, hasta cierto punto, artificial. No
hay nada intrínsecamente en el número 2000.
La gente cuenta los años de diferentes for-mas.
Por ejemplo, para los judíos, el año 2000 fue su
año 5760 y, para los chinos, el 4637. Incluso, si
aceptamos el calendario cristiano (dC),
deberíamos tomar en cuenta que dicho sistema
no es exacto, ya que Cristo no nació al inicio de
un año denominado “0”.
De hecho, el año “0” no existió, por tanto, el
año 2000 realmente sólo es el 1999 de la
así llamada era cristiana. Además, Cristo
nació un poco antes de la muerte de
Herodes, la cual ocurrió en el año 4 a.C., así
que, de acuerdo a la fe- cha del nacimiento
de Cristo, el año 2000 trasncurrió hace
varios años ya.
2) Aun quienes creen en la “teoría” en
cuestión, aceptan que la edad de la tierra es
sólo, aproximadamente, de 6mil años. Y es
que, en realidad, nadie sabe la fecha exacta
de la creación.
• Fue el arzobispo protestante irlandés,
Ussher (1581-1656), quien al calcular los
periodos de vida de las genealogías bíbli-
cas, y asumiendo que hay cuatro milenios
antes de Cristo y dos después de Él, desa-
rrolló una teoría que estableció la fecha de
la creación en el año 4004 a.C.
• Pero aquí surge una pregunta: ¿qué tan
completas son las genealogías bíblicas?
¿Acaso no musetran ciertos lapsos?
• Además, ¿debiéramos aceptar una fecha
para la creación, la cual está basada en la
teoría de los 6000 años, como soporte de
esa misma teoría?
3) De acuerdo a la teoría que venimos
analizando, a los 6000 años de pecado
sobre nuestra tierra, seguirá un periodo de
1000 años de descanso celestial, el cual es
un preludio a la eternidad perfecta.
Pero, ¿cuándo comenzó realmente el
pecado en esta tierra? Sabemos que fue en
la caída de Adán y Eva, en el Edén. Sin
embargo, no sabemos la fecha de la
creación ni la fecha exacta en que Adán y
Eva pecaron.
• Por consiguiente, no puede
establecerse ni fijarse una fecha, para
la Segunda venida de Cristo, sobre la
base de teoría milenial alguna. ¡Las
variables son muchas!
• Recuerde:
Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun
los ángeles de los cielos, sino sólo mi
Padre (Mat. 24:36)
¿Y el Espíritu de profecía?
• Aunque Elena White aceptó la cantidad de 6000
años como la edad aproximada del mundo a
partir de la creación, ella no intentó fijar una
fecha, para la Segunda venida, sobre esta base.
En cambio, sí advirtió acerca del riesgo de
intentar fijar fechas para este acontecimiento:
Los repetidos esfuerzos hechos con el objeto de
encontrar nuevas fechas para el principio y fin de
los períodos proféticos, y los argumentos para
sostener este modo de ver, no sólo alejan de la
verdad pre- sente...
... sino que desacreditan todos los
esfuerzos para explicar las profecías.
Cuanto más a menudo se fije fecha para
el segundo advenimiento, y cuanto mayor
sea la difusión recibida por una
enseñanza tal, tanto mejor responde a los
propósitos de Satanás. Los que persisten
en este error llegarán al fin a fijar una
fecha demasiado remota para la venida
de Cristo. Ello los arrullará en una falsa
seguridad, y muchos sólo se
desengañarán cuando sea tarde (CS,
510).
"Y el ángel que vi en pie sobre el mar y
sobre la tierra, levantó su mano al
cielo, y juró por el que vive por los
siglos de los siglos... que el tiempo no
sería más" (Ap. 10: 5, 6). Este mensaje
anuncia el fin de los períodos
proféticos”
(MS, 2:123)
• Los Adventistas consideran las declara-
ciones de la Sra. White, respecto a una
edad aproximada de la tierra de 6000
años, como relevantes en cuanto a las
cuestiones de la creación y del origen
humano.
• Sin embargo, no se puede ignorar que
ella también le dio a estas declaraciones
un matiz escatológico. De hecho, ella
escribió en varias ocasiones que Cristo
pudo haber venido desde el siglo pasado.
• Esto implica que ella entendía los 6000
años como una cantidad “redondeada”.
• Los espíritus niegan la divinidad de
Cristo... Bajo este nuevo disfraz el gran
rebelde continúa llevando adelante la
guerra que empezó en el cielo y que se
prosigue en la tierra desde hace unos seis
mil años (CS, 609).
• Durante seis mil años, la obra de rebelión
de Satanás "hizo temblar la tierra." El
"convirtió el mundo en un desierto, y
destruyó sus ciudades. Durante seis mil
años, su prisión [la tumba] ha recibido al
pueblo de Dios, y lo habría tenido cautivo
para siempre, si Cristo no hubiese roto sus
cadenas... (CS, 717-18)
• Si los 6000 años fueran una cantidad
rígidamente precisa, entonces Cristo sólo
podría tener “una opción” para el tiempo de
su segunda venida.
• Puesto que las referencias de la Sra. White
a los 6000 años tienen que ver con los
eventos finales, puede entenderse que
dicho periodo es una manera figurada para
referirse a la duración de la era presente.
• Pero, no hay una garantía clara para tomar
sus expresiones de esa forma en el
contexto escatológico.
• Mientras que, para ella, el periodo de
6000 años parece ser una cifra
redondeada, su flexibilidad y sentido
debiera medirse, más bien en el contexto
de pocos siglos, no en milenios.
Cálculo de los Jubileos
• Una de las teorías más conocidas al
respecto es aquella que intenta
establecer la fecha de la segunda venida
de Cristo sobre la base de que Cristo
regresará poco tiempo después del
conteo de 40 Jubileos (obviamente de 50
años cada uno).
• Quienes propagan esta idea
consideran que, a la luz de las
Escrituras, el número 40 es muy
importante (por ejemplo, la frase
“cuarenta días y cuarenta noches”, etc.)
• Sin embargo, esta teoría toma dos
cantidades, ciertamente bíblicas –la del
Jubileo y el número 40- para formar
una conexión que la Biblia ni siquiera
alude.
• Es claro, que el autor de esta teoría
relacionó el número 40 por conveniencia a
sus conclusiones, y no por razones sólidas
de interpretación. ¡Tal interpretación
permitiría que alguien eligiera el número 40
incluso porque Alí Babá tenía 40 ladrones!
• Y si bien es cierto que Daniel 9:24-27
alude a un elemento tipológico del Jubileo,
el cual tenía que ver con la liberación de la
nación judía, la Biblia no profetiza ningún
periodo jubilar que libere al mundo entero,
en el momento de la segunda venida de
Cristo.
Conclusión
• La idea pues de utilizar largos periodos
jubilares, fuera de su contexto, es muy
antigua. No obstante, una extensión
válida de los jubileos, a fin de fechar la
segunda venida, nunca ha sido (ni será)
establecida.
• Nunguna fecha para el fin de la era
presente, la cual asociamos con la
segunda venida de Cristo, puede ser
establecida sobre la base de cálculos de
milenios o de Jubileos.
• Por otro lado, los intentos por establecer
una fecha para el retorno de Cristo
asumen mucho más de lo que confirman.
Por lo tanto, debemos tomar más
seriamente las declaraciones de Jesús al
respecto.
• Ciertamente Jesús nos anima a seguir
con atención las señales de la proximidad
(inminencia) de su venida, pero, ante
todo, nos advierte que debemos estar
listos, “porque el Hijo del hombre vendrá
a la hora que no pensáis” (Mat. 24:44)

Potrebbero piacerti anche