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SEGUNDA PARTE

JESÚS ES MI SALVADOR Y VIVE


JUNTO A MI

“JÓVENES EVANGELIZANDO JÓVENES


A TRAVÉS DE LAS REDES SOCIALES”
Tanto amó Dios al mundo
Que le envió a su Hijo único;
No para condenar al mundo,
Sino para salvar al mundo (Jn 3,26)
El misterio de la Encarnación
El misterio de la Encarnación

Meditemos juntos la Palabra: San Juan 1, 1. 9-14


“En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra
era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la palabra se
hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había
vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas
no la recibieron. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al
mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo
no la conoció. Vino a su casa y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la
recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han
nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra
se hizo carne y acampó entre nosotros y hemos contemplado su gloria: gloria propia
del Hijo único del padre, lleno de gloria y de verdad”
Palabra del Señor.
El misterio de la Encarnación

1. ¿Qué dice el texto bíblico leído?

2.¿A qué nos invita la Palabra de Dios?

3 . ¿Somos consientes que el hijo de Dios asumió su naturaleza humana para salvarnos?
El misterio de la Encarnación

Oremos juntos:

Oración de acción de gracias por el misterio de la encarnación. Gracias Padre de amor


eterno, porque el niño que ha nacido no es un niño cualquiera, es tu Hijo eterno. Creemos que Él
existía desde siempre, contigo Padre y el Espíritu Santo. Creemos que Él es “Dios de Dios, Luz de
Luz, Dios verdadero de Dios verdadero… de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue
hecho”, como decimos en el credo. Por eso, nuestra primera actitud ante este Niño que ha nacido
es la actitud de adoración, que sólo Dios merece: no adoraréis a nadie más que a Él. Nos
postramos profundamente ante quien nos supera y nos desborda, porque es el creador de todo y
en él hemos sido pensados y creados desde toda la eternidad. A este niño a quien queremos,
podemos decirle con toda propiedad: ¡Te adoro!
EL MISTERIO DE LA ENTREGA
HASTA LA MUERTE DE CRUZ
EL MISTERIO DE LA ENTREGA HASTA LA
MUERTE DE CRUZ
San Juan 19, 17-22. 25-27. 29-30
Meditemos juntos la Palabra:

“Lo crucificaron, y con él a otros dos.

C.  Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado «del Cráneo», en
hebreo «Gólgota.» Allí lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en el medio. Pilato
redactó una inscripción que decía: «Jesús el Nazareno, rey de los judíos», y la hizo poner sobre la cruz. 
Muchos judíos leyeron esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la
ciudad y la inscripción estaba en hebreo, latín y griego. Los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: 
S. «No escribas: "El rey de los judíos", sino: "Este ha dicho: Yo soy el rey de los judíos.
C. Pilato respondió: 
S. «Lo escrito, escrito está.»
EL MISTERIO DE LA ENTREGA HASTA LA
MUERTE DE CRUZ
 Se repartieron mis vestiduras

 C. Después que los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestiduras y las dividieron en cuatro partes, una para cada uno.
Tomaron también la túnica, y como no tenía costura, porque estaba hecha de una sola pieza de arriba abajo, se dijeron entre sí: 
S. «No la rompamos. Vamos a sortearla, para ver a quién le toca.» 
C. Así se cumplió la Escritura que dice: Se repartieron mis vestiduras y sortearon mi túnica. Esto fue lo que hicieron los soldados.
 ¡Aquí tienes a tu hijo! ¡Aquí tienes a tu madre!

 C. Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la
madre y cerca de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo: 
+ «Mujer, aquí tienes a tu hijo.» 
C. Luego dijo al discípulo: 
+ «Aquí tienes a tu madre.» 
C. Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.
EL MISTERIO DE LA ENTREGA HASTA LA
MUERTE DE CRUZ

 Todo se ha cumplido

 C. Después, sabiendo que ya todo estaba cumplido, y para que la Escritura se cumpliera hasta el final,
Jesús dijo: 
+ «Tengo sed.»
C. Había allí un recipiente lleno de vinagre; empaparon en él una esponja, la ataron a una rama de
hisopo y se la acercaron a la boca. Después de beber el vinagre, dijo Jesús: 
+ «Todo se ha cumplido.» 
C. E inclinando la cabeza, entregó su espíritu.

Se hace una breve pausa de silencio. (Este es un signo muy importante que conviene hacerlo)”
EL MISTERIO DE LA ENTREGA HASTA LA
MUERTE DE CRUZ

¡Joven!
¿Qué sentido tiene la cruz en tu vida?
EL MISTERIO DE LA ENTREGA HASTA LA
MUERTE DE CRUZ

¡Escuchemos al papa Francisco! Cristo te salva

¡Joven! Recuerda que la segunda verdad es que Cristo, por amor, se entregó hasta el final para salvarte. Sus
brazos abiertos en la Cruz son el signo más precioso de un amigo capaz de llegar hasta el extremo: « Él, que amó
a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin » (Jn 13,1). San Pablo decía que él vivía confiado en
ese amor que lo entregó todo: «Vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí »
(Ga 2,20). […] Él sigue salvándonos y rescatándonos hoy. Mira su Cruz, aférrate a Él, déjate salvar, porque
«quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Y si
pecas y te alejas, Él vuelve a levantarte con el poder de su Cruz. Nunca olvides que «Él perdona setenta veces
siete. Nos vuelve a cargar sobre sus hombros una y otra vez. Nadie podrá quitarnos la dignidad que nos otorga
este amor infinito e inquebrantable. Él nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que
nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría».
EL MISTERIO DE LA ENTREGA HASTA LA
MUERTE DE CRUZ

¡Escuchemos al papa Francisco! Cristo te salva


[…] El amor del Señor es más grande que todas nuestras contradicciones, que
todas nuestras fragilidades y que todas nuestras pequeñeces. […] su perdón y
liberación es gratuito. 122. […] Ustedes no tienen precio: deben repetirlo
siempre: no estoy en una subasta, no tengo precio. ¡Soy libre, soy libre!
Enamórense de esta libertad, que es la que ofrece Jesús». Mira los brazos
abiertos de Cristo crucificado, déjate salvar una y otra vez. Y cuando te
acerques a confesar tus pecados, cree firmemente en su misericordia que te
libera de la culpa. Contempla su sangre derramada con tanto cariño y déjate
purificar por ella. Así podrás renacer, una y otra vez.
La resurrección de Señor
La resurrección de Señor

Meditemos juntos la Palabra: San Mateo: 28, 1-10

Del santo Evangelio según san Mateo: 28, 1-10

“Transcurrido el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la


otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto se produjo un gran temblor, porque el
ángel del Señor bajó del cielo y acercándose al sepulcro, hizo rodar la piedra que lo
tapaba y se sentó encima de ella. Su rostro brillaba como el relámpago y sus vestiduras
eran blancas como la nieve. Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y
se quedaron como muertos. El ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: “No teman. Ya sé
que buscan a Jesús, el crucificado.
La resurrección de Señor

Meditemos juntos la Palabra: San Mateo: 28, 1-10

No está aquí; ha resucitado, como lo había dicho. Vengan a ver el lugar


donde lo habían puesto. Y ahora, vayan de prisa a decir a sus discípulos:
‘Ha resucitado de entre los muertos e irá delante de ustedes a Galilea; allá
lo verán’. Eso es todo”. Ellas se alejaron a toda prisa del sepulcro, y llenas
de temor y de gran alegría, corrieron a dar la noticia a los discípulos. Pero
de repente Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas se le acercaron,
le abrazaron los pies y lo adoraron. Entonces les dijo Jesús: “No tengan
miedo. Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allá me
verán”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
La resurrección de Señor

Contemplemos el misterio de la resurrección del señor con el Papa Francisco


¡ÉL VIVE!

124. […] El que nos llena con su gracia, el que nos libera, el que nos transforma, el que nos sana y nos consuela
es alguien que vive. Es Cristo resucitado, lleno de vitalidad sobrenatural, vestido de infinita luz. Por eso decía san
Pablo: «Si Cristo no resucitó vana es la fe de ustedes» (1 Co 15,17).

125. Si Él vive, y está presente en tu vida, en cada momento, para llenarlo de luz. Así no habrá nunca más soledad
ni abandono. «Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo»  (Mt 28,20). 126. Contempla a Jesús
feliz, desbordante de gozo. Alégrate con tu Amigo que triunfó. Mataron al santo, al justo, al inocente, pero Él
venció. El mal no tiene la última palabra. En tu vida el mal tampoco tendrá la última palabra, porque tu Amigo que
te ama quiere triunfar en ti. ¡Tu salvador vive!
La resurrección de Señor

Contemplemos el misterio de la resurrección del señor con el Papa Francisco


¡ÉL VIVE!

129. Si alcanzas a valorar con el corazón la belleza de este anuncio y te dejas


encontrar por el Señor; si te dejas amar y salvar por Él; si entras en amistad con
Él y empiezas a conversar con Cristo vivo sobre las cosas concretas de tu vida, esa
será la gran experiencia, esa será la experiencia fundamental que sostendrá tu
vida cristiana. Esa es también la experiencia que podrás comunicar a otros
jóvenes. Porque «no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran
idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un
nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva»
GRACIAS POR TU GRAN AMOR,
QUE NOS HAS SALVADO
SEÑOR
Oremos juntos:

Señor resucitado, sé nuestra fuerza, nuestra vida.

Señor resucitado, danos la alegría de vivir.

Señor resucitado, ábrenos a la inteligencia de las Escrituras.

Señor resucitado, enséñanos a caminar como hermanos a tu encuentro.

Señor resucitado, haz de nosotros una comunidad en marcha, una comunidad viva y de vida.
Señor resucitado, pon calor en nuestros corazones.

Señor resucitado, pon claridad en nuestros ojos de creyentes.

Señor resucitado, pon humildad en nuestra vida entera para reconocerte como vivo.
Señor resucitado, pon espíritu en nuestro ser para llegar a la santidad.
Queridos jóvenes

RECUERDEN QUE, CRISTO POR


AMOR NOS SALVA

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