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“FUI FORASTERO Y USTEDES ME

RECIBIERON EN SU CASA; ANDUVE SIN


ROPA Y ME VISTIERON”
Mateo 25, 35-36
1 PEDRO 3,8

“En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y
alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes. No
devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque
para esto fueron llamados; y de este modo recibirán la bendición”
COMPASIÓN
• Etimológicamente viene del latín “compassio, -onis”, proveniente, a su vez, del
compuesto “cum-” que indica compañía, reunión, cooperación; más el verbo
“patior” (en realidad del griego πάθος), que significa sufrir, aguantar, soportar,
tolerar, padecer. Así pues, todo el compuesto significa “padecer con otro”, “com-
padecer”

• Entonces decimos que la compasión es una virtud no desligada de fuertes


sentimientos, propia de quien experimenta tristeza por aquel que padece algún mal o
desgracia inmerecida.
“El sufrimiento en sí mismo no es nada, peo el sufrimiento
compartido con la Pasión de Cristo es un Don maravilloso”
LA “CASA TESORO” DE LA CONGREGACIÓN
NIRMAL HRIDAY

Mientras recorría la ciudad para responder a las necesidades de los pobres, a menudo, Madre
Teresa se encontraba con gente a punto de morir en la calle. Como estas personas se
consideraban «casos desahuciados», los hospitales no las aceptaban; estaban destinadas a
enfrentarse al fin de su vida solas, despreciadas y abandonadas por todos. Madre Teresa buscó
un hogar donde pudieran ser recibidas con amor y tratadas con dignidad, al menos en los
últimos momentos de su vida. El municipio de Calcuta le proporcionó uno de los refugios para
peregrinos en el templo de la diosa Kali, al que ella llamaría Nirmal Hriday, o sea «corazón
puro» en bengalí, en honor al Corazón Inmaculado de María. Allí, ella y sus hermanas llevarían
a los moribundos de las calles para ofrecerles alojamiento, cuidados médicos básicos y sobre
todo, tierno amor.
Templo de la diosa Kali
Madre Teresa consideraba Nirmal Hriday como la «Casa Tesoro» de su congregación. Los
despreciados, re-chazados, abandonados que acogía allí se asemejaban a Cristo sufriente
—«Cristo en angustioso disfraz» —y le permitía «poner su amor al servicio de la acción».
Los grandes sufrimientos de los pobres y enfermos, especialmente sus sufrimientos interiores,
estaban comenzando a ser los suyos, uniéndola con Cristo en Su Pasión y con los más pobres
de los pobres en su dolor.
“ANGUSTIOSO DISFRAZ”

• Esta expresión se refiere a la realidad de la presencia oculta (disfraz) de Jesús entre los
pobres más pobres (Mateo 25, 40); realidad que para ella era fuente de angustia. A sus
sufrimientos les daría un nuevo estímulo para sobrellevarlos: «El amor exige sacrificios.
Pero si amamos hasta que duela, Dios nos dará Su paz y alegría [...] El sufrimiento en sí
mismo no es nada; pero el sufrimiento compartido con la Pasión de Cristo es un don
maravilloso.»

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