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INTRODUCCIÓN A FILIPENSES

Esta epístola de Pablo fue escrita a los creyentes de la ciudad de Filipos, en Europa.
Desde la cárcel en Roma alrededor del año 62 DC
Pablo visitó Filipos durante su segundo viaje misionero. Recordemos que él y
Bernabé fueron en su primer viaje misionero a la región de Galacia, donde
desarrollaron muchas actividades y fundaron muchas iglesias, a pesar de la
persecución que enfrentaron. Pablo quiso visitar esas iglesias en su segundo viaje
misionero y quiso llevar nuevamente de acompañante a Bernabé. Pero Bernabé
insistió en llevar a su sobrino Juan Marcos, que les había acompañado al comienzo
del primer viaje misionero. Este joven, Juan Marcos, se sintió acobardado y
emprendió el regreso a su hogar cuando ellos desembarcaron en la costa de Asia
Menor
Parece que Pablo tenía la intención de ampliar su campo de actividad misionera en
esa región, porque era una zona muy poblada y con un alto grado de civilización.
En efecto, en aquel tiempo, allí se había concentrado la cultura y el conocimiento
griegos. El escritor Lucas relató que Pablo intentó dirigirse hacia el sur, hacia la
provincia de Asia, cuyo centro principal era Efeso. Pero cuando se dispuso a ir en
dirección al sur, el Espíritu de Dios estorbó sus planes. Y ya que no pudo partir en
dirección al sur, Pablo pensó que podría dirigirse hacia el norte (donde actualmente
se encuentra Turquía), pero, como dice el relato en los Hechos 16:7, el Espíritu no
se lo permitió
Entonces, no pudiendo dirigirse hacia el sur, ni hacia el norte, y él venía del este,
solo le quedaba una dirección hacia donde ir. Así que se fue hacia el oeste, hasta
Troas. Y allí interrumpió su trayecto. Porque para continuar su viaje más hacia el
oeste desde Troas, tendría que trasladarse por barco; entonces el apóstol esperó allí
las instrucciones de Dios
Así que Pablo continuó esperando en la ciudad de Troas por las instrucciones
divinas, hasta que finalmente las recibió. Allí recibió la visión de un hombre de
Macedonia que, puesto en pie, le rogó que fuera a Macedonia para ayudarles, como
podemos ver en el relato de los Hechos 16:9 y 10.
Al cruzar Pablo a Europa, su primera escala fue la ciudad de Filipos. Leamos el
relato Bíblico en los Hechos 16:13-15: Estuvimos en aquella ciudad algunos días. 13
Un sábado salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración.
Nos sentamos y hablamos a las mujeres que se habían reunido. 14 Entonces una
mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a
Dios, estaba oyendo. El Señor le abrió el corazón para que estuviera atenta a lo que
Pablo decía, 15 y cuando fue bautizada, junto con su familia, nos rogó diciendo: -Si
habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, hospedaos en mí casa. Y nos obligó a
quedarnos
Llegó entonces Pablo a Filipos y descubrió que ese varón de Macedonia, en realidad,
era una mujer llamada Lidia, (que había llegado a ese lugar procedente de Tiatira, y
que era vendedora de púrpura. Una mujer de negocios, y aparentemente estaba
haciendo lo posible por abrir una sucursal en la ciudad de Filipos. ) Ella estaba
participando en una reunión de oración que tenía lugar a orillas del río. Esa reunión de
oración probablemente tuvo mucho que ver con el viaje de Pablo a Europa. Creemos
que mucha gente en Filipos vio a ese grupo de mujeres orando junto al río y quizás
pensaron que no tenía mucha importancia. Pero resultó precisamente responsable de la
travesía más importante que jamás tuvo lugar. Y Lidia, pues, fue la primera persona
convertida en Europa.
Y Lidia era una miembro de la iglesia a la cual Pablo escribió esta carta. También
sabemos algo de una joven que estaba poseída por un demonio. Dice el relato de los
Hechos 16:16-18:
Y también el carcelero de Filipos y su familia eran miembros de la iglesia de esa ciudad.
Recordemos que Pablo y Silas fueron arrojados en la cárcel por instigación de los amos
de la joven poseída por un demonio, quienes habían sido privados de sus ganancias. En
esa ocasión Dios intervino a favor de Pablo y Silas de una manera tan milagrosa que su
carcelero conoció a Cristo. Dice el relato Bíblico de los Hechos 16:30, 31 y 34
Así que Pablo escribió esta epístola para expresarles a los miembros de esa iglesia su
agradecimiento y cariño por ellos. No tenía ninguna doctrina que corregir, como sí tuvo
que hacerlo en su carta a los Gálatas. Tampoco tuvo que corregir la conducta de los
Filipenses, como tuvo que hacer en el caso de la carta a los Corintios. Solo había un
pequeño obstáculo a la convivencia y armonía de la iglesia, entre dos mujeres: Evodia y
Síntique y Pablo las aconsejó al final de su carta. El apóstol no pareció considerar aquella
falta de acuerdo entre esas dos mujeres como un problema serio
La carta del Apóstol Pablo a los cristiano de Filipos se destaca por ser la epístola que
trata especialmente el tema de la experiencia cristiana.
Bosquejo de la carta a los Filipenses
En el capítulo 1, de esta epístola a los Filipenses, encontramos la "filosofía de la
experiencia cristiana o la podríamos llamar, del vivir cristiano. Después de una
introducción en los dos primeros versículos, en los versículos 3 al 11, encontramos el
afecto del apóstol Pablo hacia los Filipenses. Luego, en los versículos 12 al 20,
encontramos que la prisión y la aflicción hacen progresar el evangelio. Y después, en los
versículos 21 al 30, tenemos una sección que podríamos titular, "por vida o por muerte",
centrada en la persona de Cristo

En el capítulo 2, encontramos el "modelo del vivir cristiano"; Después de hacer


referencia a la actitud de los Filipenses en su convivencia y sus motivaciones, en los
versículos 5 al 8 se habla de la Mente de Cristo, que se destacaba por su humildad
En los versículos 9 al 11, se habla de la Mente de Dios, revelada en la exaltación de
Cristo. En los versículos 12 al 18, se habla sobre la Mente de Pablo, reflejada en la
actitud que él quiere que sus lectores desarrollen en la práctica en todo lo que tenga que
ver con Cristo. En los versículos 19 al 24, se hace referencia a la Mente de Timoteo, que
sigue el modelo de la de Pablo y en los versículos 25 al 30, de la Mente de Epafrodito, en
cuya vida se reflejó la palabra y la obra de Cristo.

En el capítulo 3, tenemos el "premio por el vivir cristiano". En los versículos 1 al 9


vemos como Pablo cambió sus Esquemas de vida del pasado. En los versículos 10 al 19,
vemos como cambió sus Propósitos para el presente, y en los versículos 20 y 21, como
cambió su Esperanza para el futuro.
Y luego, en el capítulo 4, encontramos el "poder para el vivir cristiano". En los versículos
1 al 4 se destaca la Alegría, como una Fuente de Poder. En los versículos 5 al 7, se
enfatiza la Oración como el Secreto del Poder. En los versículos 8 y 9, vemos una
contemplación de Cristo, como el Santuario del Poder y en los versículos 10 al 23, se
destaca a la persona de Cristo, como la Satisfacción del Poder
Filipenses 1:1
Tema: La Filosofía del vivir Cristiano.
La carta a los Filipenses es práctica. Desciende al nivel del mundo en que vivimos. Al
estudiarla ya no nos veremos sentados en las regiones celestiales, como estábamos en
la carta a los Efesios, sino que nos encontraremos enfrentando nuestros problemas y
necesidades de la vida diaria. Por ello, el estilo afectuoso, sencillo y práctico
enriquecerá nuestra vida cristiana.

Introducción
Leamos el primer versículo de este capítulo 1:
"Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están
en Filipos, con los obispos y diáconos"
Comienza mencionando a Pablo y Timoteo. Pablo asoció a este joven predicador con
él, estimulándole al colocarlo al lado suyo. Pablo sentía un gran afecto por él. Era
como un hijo espiritual del apóstol, es decir, que Pablo había sido el instrumento de su
conversión a Cristo. Por lo tanto estaba muy interesado en su desarrollo espiritual.
Pablo solía identificar a ciertos predicadores jóvenes consigo mismo.
Pablo se calificó a sí mismo y a Timoteo, como siervos de Jesucristo. La palabra "siervo",
en realidad, significa esclavo. Aquí vemos un contraste con la epístola a los Gálatas, en la
que él se presentó como: Pablo Apóstol. Allí él se apoyó en su apostolado y lo defendió,
como debió hacerlo otras veces. Volvió a hacerlo en la carta a los Corintios. En ambos
casos él tuvo que declarar y defender su apostolado, queriendo que ellos supieran que era
un apóstol, no por investidura humana, nombrado por los hombres, sino por Jesucristo
mismo. Pero aquí, en al caso de los Filipenses, no tenía por qué defenderse a sí mismo.
Los creyentes de Filipos le amaban, respetaban y aceptaban su apostolado. Todos ellos
habían sido guiados a Cristo por él. Así que Pablo se presentó a sí mismo y a Timoteo
como siervos de Jesucristo
Esta carta va dirigida a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos. Él no estaba
escribiendo a algún grupo pequeño de la Iglesia de Filipos, sino a todos los santos, y
cada creyente tiene esa posición de santo. En realidad debemos decir, que la familia
humana está dividida en simplemente dos grupos: los santos y los que no lo son. Los
santos son los creyentes en Cristo Jesús, y no son santos debido a su conducta, sino
gracias a la posición que ocupan en Cristo Jesús; santo quiere decir separado para Dios.
Todo aquello que es santo está separado para el uso de Dios. Incluso esos viejos
utensilios que se encontraban en el Tabernáculo del Antiguo Testamento, eran llamados,
"vasos santos", y estaban muy usados y deteriorados después de 40 años de travesía por
el desierto. No parecían instrumentos santos, pero sí lo eran. ¿Por qué? Porque habían
sido separados, apartados para el uso de Dios. De esta manera, nosotros, como cristianos,
estamos apartados para el uso de Dios. Y eso tiene que ser la posición de cada hijo de
Dios. Separado para el uso de Dios.
Ahora, los santos estaban en Cristo Jesús. ¿Qué significa ser salvo? Significa estar unido a
Cristo Jesús. Cuando usted deposita su confianza en Cristo Jesús, el Espíritu de Dios viene
a habitar en usted. El Espíritu Santo le bautiza, le une al cuerpo de Cristo, que es la iglesia.
Entonces, usted es colocado en Cristo por el Espíritu de Dios.
Ahora, estos creyentes aquí estaban en Cristo Jesús, pero se encontraban en Filipos. Y en
realidad, no importa donde estos creyentes estén. Usted puede encontrarse en cualquier
lugar del mundo, pero el lugar no tiene importancia. Lo importante, estimado oyente, es si
usted está unido a Cristo Jesús.
La frase Bíblica "en Cristo" contiene las palabras más importantes del Nuevo
Testamento. Uno puede preguntar a un teólogo en que consiste la salvación, o qué
significa ser salvo. Y seguramente escuchará una exposición sobre ciertos términos
teológicos como "propiciación", "reconciliación" y "redención". Estas son palabras
verdaderamente importantes, son términos Bíblicos, pero ninguno de ellos abarca el
espectro o la gama total de significados de la salvación. El Espíritu de Dios eligió una
palabra pequeña, la preposición "en", para explicar lo que es la salvación. La salvación
es estar "en Cristo", unido a Cristo. ¿Y cómo puede uno unirse a Cristo? Pues
aceptándole como Salvador
Luego, Pablo dijo, Con los obispos y diáconos. Aquí podemos ver cómo el apóstol se
dirigió a una iglesia local con sus dirigentes espirituales. Esta palabra "obispo"
significa supervisor o pastor y, en realidad se refiere a un cargo, o a una función,
mientras que la palabra "anciano" se refiere a los individuos que ocupaban ese cargo
o función, y debían ser hombres maduros espiritualmente. La palabra "diáconos" se
refería a hombres espirituales que desempeñaban una tarea o un servicio secular,
como podemos ver en los Hechos 6:
Bien, estimado oyente, vamos a detenernos aquí por hoy. Hemos analizado el
versículo 1, de este primer capítulo de la epístola del Apóstol San Pablo a los
Filipenses, y Dios mediante, en nuestro próximo programa continuaremos nuestro
estudio de este capítulo y comenzaremos con el versículo 2.
Y por supuesto, le invitamos a que usted nos acompañe, mientras continuamos
este interesante estudio. Al terminar, dejamos con usted las palabras del Apóstol
Pablo: estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra,
la irá perfeccionando hasta el día de Jesucristo. Por ello le invitamos a que
establezca esa relación con Dios por medio de Jesucristo, quien puede ser su Señor
y Salvador, para que El comience en su vida esa obra de transformación

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