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Deybis Anaya
Dios quiere que usted y yo pensemos y actuemos como Jesús (Filipenses 2.5).
Es claro que Jesús no actuaba a menos
que viera al Padre actuar. No juzgaba
sino cuando oía al Padre juzgar. Ningún
acto ni obra ocurría sin la dirección del
Padre. Jesús tenía una relación
ininterrumpida con Dios.
“Todo lo que Jesús hacía era guiado por la mano invisible de Dios”.
¿Supone usted que el Padre desea lo
mismo para nosotros? En forma absoluta.
Pablo dice que hemos sido predestinados
para ser «hechos conformes a la imagen
de su Hijo» (Romanos 8.29). Permítame
recordarle: Dios le ama tal como usted
es, pero rehúsa dejarlo así.
Dios desea tener con usted la misma
permanente intimidad que tenía con su
Hijo.
Si ustedes se mantienen unidos a mí y
obedecen todo lo que les he enseñado,
recibirán de mi Padre todo lo que pidan”
Juan 15.5-7
CUADROS DE INTIMIDAD
La analogía del Templo
“El cuerpo de ustedes es como un
templo, y en ese templo vive el Espíritu
Santo que Dios les ha dado. Ustedes no
son sus propios dueños” 1 Corintios 6.19
CUADROS DE INTIMIDAD
La analogía bíblica del matrimonio es el
tercer cuadro de esta estimulante verdad.
¿No somos la esposa de Cristo? (2 Cor. 11.2;
Apocalipsis 21.2). ¿No estamos unidos a Él? (Romanos
6.5). ¿No le hemos hecho votos y no los ha hecho Él
con nosotros? ¿Qué implica nuestro matrimonio con
Jesús respecto a sus deseos de tener comunión con
nosotros?
CUADROS DE INTIMIDAD
Otra analogía es la del pastor y sus ovejas.