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Comunidad Cristiana La Esperanza Ps.

Deybis Anaya

DÉJESE GUIAR POR UNA


MANO INVISIBLE
“Un corazón embriagado de Dios”

“Sed llenos del Espíritu Santo” Efesios 5.18


Un Sermón basado en: Como Jesús. Max Lucado
Introducción
En la anterior reflexión hemos dicho que para ser
como Jesús es necesario que saquemos un tiempo
a solas con Dios diariamente. Hoy deseo
reflexionar con ustedes sobre la necesidad que
tenemos de una relación constante, permanente
con Dios.
 
Jesús tuvo una relación profunda y permanente
con el Padre. La relación de Jesús con Dios era
mucha más que una cita diaria. Él siempre estaba
consciente de la presencia del Padre en su vida.

“Dios quiere que tengamos un corazón como el de Jesús”


Veamos algunos textos biblicos:
Jesús les dijo: “Les aseguro que yo, el Hijo de Dios, no puedo hacer nada por
mi propia cuenta. Sólo hago lo que veo que hace Dios, mi Padre”. Juan 5.19
 
Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Mi Padre me envió, y él me dice
cómo debo juzgar a las personas. Por eso yo juzgo correctamente, porque no
hago lo que yo quiero, sino lo que mi Padre me ordena hacer. Juan 5.30
 
Créanme cuando les digo que mi Padre y yo somos uno solo Juan 14.11

Dios quiere que usted y yo pensemos y actuemos como Jesús (Filipenses 2.5).
Es claro que Jesús no actuaba a menos
que viera al Padre actuar. No juzgaba
sino cuando oía al Padre juzgar. Ningún
acto ni obra ocurría sin la dirección del
Padre. Jesús tenía una relación
ininterrumpida con Dios.

“Todo lo que Jesús hacía era guiado por la mano invisible de Dios”.
¿Supone usted que el Padre desea lo
mismo para nosotros? En forma absoluta.
Pablo dice que hemos sido predestinados
para ser «hechos conformes a la imagen
de su Hijo» (Romanos 8.29). Permítame
recordarle: Dios le ama tal como usted
es, pero rehúsa dejarlo así.
Dios desea tener con usted la misma
permanente intimidad que tenía con su
Hijo.

“Dios quiere que usted sea como Jesús”.


CUADROS DE INTIMIDAD
Dios traza varios cuadros para describir la relación que Él tiene en mente.
 Una es la vid y las ramas.
 
“El discípulo que se mantiene unido a mí, y con quien yo
me mantengo unido, es como una rama que da mucho
fruto; pero si uno de ustedes se separa de mí, no podrá
hacer nada. Al que no se mantenga unido a mí, le
pasará lo mismo que a las ramas que no dan fruto: las
cortan, las tiran y, cuando se secan, les prenden fuego.
CUADROS DE INTIMIDAD

 
Si ustedes se mantienen unidos a mí y
obedecen todo lo que les he enseñado,
recibirán de mi Padre todo lo que pidan”
Juan 15.5-7
CUADROS DE INTIMIDAD
La analogía del Templo
 
“El cuerpo de ustedes es como un
templo, y en ese templo vive el Espíritu
Santo que Dios les ha dado. Ustedes no
son sus propios dueños” 1 Corintios 6.19
CUADROS DE INTIMIDAD
La analogía bíblica del matrimonio es el
tercer cuadro de esta estimulante verdad.
¿No somos la esposa de Cristo? (2 Cor. 11.2;
Apocalipsis 21.2). ¿No estamos unidos a Él? (Romanos
6.5). ¿No le hemos hecho votos y no los ha hecho Él
con nosotros? ¿Qué implica nuestro matrimonio con
Jesús respecto a sus deseos de tener comunión con
nosotros?
CUADROS DE INTIMIDAD
Otra analogía es la del pastor y sus ovejas.

Muchas veces las Escrituras nos llaman el


rebaño de Dios (Salmo 100.3).
El Buen Pastor nunca deja a sus ovejas.
“Aunque ande en valle de sombra de
muerte, No temeré mal alguno, porque tú
estarás conmigo”(Salmo 23.4).
CUADROS DE INTIMIDAD
Dios está cerca de usted como la
vid a la rama, tan presente en
usted como Dios lo estaba en su
templo, tan íntimamente como el
esposo con la esposa, y tan devoto
a usted como el pastor para con sus
ovejas.
LA PRÁCTICA DE LA PRESENCIA
¿Cómo, entonces, vivo en la presencia
de Dios? ¿Cómo percibo su mano
invisible sobre mi hombro y su voz
inaudible en mi oído? Así como la
oveja se familiariza con la voz del
pastor. ¿Cómo podemos usted y yo
familiarizarnos con la voz de Dios?
LA PRÁCTICA DE LA PRESENCIA
Las siguientes son unas cuantas ideas:
Entréguele a Dios sus pensamientos al levantarse. Antes
de enfrentarse al día, busque el rostro del Padre. Antes
de saltar de la cama, póngase en su presencia (Salmo
5.3)

Entréguele a Dios sus pensamientos mientras espera.


Pase tiempo con Él en silencio. Trate de estar en silencio
con Dios. «Estad quietos, y conoced que yo soy Dios»
(Salmo 46.10). Darse cuenta de la presencia de Dios es
fruto de la quietud ante Dios.
LA PRÁCTICA DE LA PRESENCIA
Las siguientes son unas cuantas ideas:
Entréguele a Dios sus pensamientos en susurro. A través
de los siglos los cristianos han aprendido el valor de las
oraciones en frases breves, oraciones que se pueden
decir en voz baja en dondequiera, en cualquier lugar.
 
Finalmente, entréguele a Dios sus pensamientos al
ocaso. Al final del día, permita que su mente se fije en
Él. Concluya su día así como lo empezó: hablando con
Dios. (Salmo 121.4). Si se queda dormido mientras ora,
no se preocupe.
MUCHAS GRACIAS

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