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Forma básica 4: 

Leer con los alumnos

La lectura es un recurso o una estrategia para aprender de los adultos. El


adulto lee instrucciones de uso, manuales, revistas especializadas, informes o
protocolos, periódicos, libros, sin embargo, en la escuela después de que se
domina la técnica básica de la lectura, no se lee por interés o por necesidad
para obtener información, porque se deja abandonado al alumno así mismo y
la lectura en el trabajo de todas las materias o en el tiempo libre, es un ideal.

Algunos métodos de lectura referidos por Aebli para el tratamiento de textos,


son de resumen, retención, reproducción de textos y más allá de los métodos,
conviene tener presente las finalidades de la lectura para trascender la rutina
escolar diaria, porque no se ve con claridad tanto por alumnos como por
profesores por qué hay que leer. Leer juntos es una estrategia de
acompañamiento, de reflexión conjunta y de establecimiento de conexiones
más ricas.
Forma básica 5: 
Escribir y redactar textos
 Según el autor, la escritura es una de las hipotecas históricas, que no han cubierto la deuda
con la educación. Si en la escuela los alumnos han de aprender sobre todo, a hacer
ejercicios de redacción (textos expositivos, descriptivos e interpretativos) para lograr
exponer la realidad y los procesos que en ella tienen lugar, desde la ficción, hasta el hecho;
desde la realidad meramente imaginada
 Por ejemplo, en el aula se han dejado de hacer textos para establecer relaciones (de acuerdo
y consenso o compromiso, afectivas), para despertar el interés o para dar instrucciones. El
lenguaje (hablado o escrito) que ha de ser un recurso que acerque y comunique se ha
formalizado y ritualizado y no cumple la función de propiciar el intercambio, la
socialización, la imaginación y básicamente la comprensión.
Forma básica 6: 
Elaborar un curso de acción
 En el trabajo docente, una forma de enseñanza básica consiste en la elaboración de un curso de
acción que posibilite el control de una clase. Lo que suele llamarse planeación, el autor comenta
que son acciones realizaciones encauzadas hacia un fin, comprendidas en su estructura interna
que producen un resultado palpable. En ese contexto, ¿los alumnos aprenden a actuar?, ¿se les
enseña a los alumnos a lograr sus metas, sus actividades y a construir su pensamiento? Las
respuestas son que no se atiende mucho la acción propiamente dicha (no se trabaja en la
formación de esquemas de acción) y se trabaja más en lo conceptual.

Aebli señala tres propiedades de los esquemas de acción que debieran formarse en la escuela:
estar en su totalidad almacenadas, ser reproducibles y ser transferibles a nuevos hechos,
personas o situaciones. La enseñanza ayudaría a los alumnos a elaborar itinerarios reflexionados
para la acción individual ante determinadas situaciones y en ciertos contextos.
Forma básica 7: 
Construir una operación
 Cuando se ha superado la etapa de la reflexión sobre un curso de acción y se han
elaborado representaciones sobre la misma, se avanza en otra forma básica de enseñanza:
la operación, construcción y su interiorización para formar representaciones, esto es,
elaborar el pensamiento matemático (se trata de un pensamiento que considera de modo
abstracto la realidad y el propio obrar), éste es más que calcular.

Las operaciones no son procesos de pensamiento que acompañen al actuar, es decir, que
transcurran a su lado, las acciones se convierten en operaciones cuando el que las realiza
es consciente de las relaciones inherentes. Las acciones prácticas suelen requerir tanta
atención que resulta difícil llevarlas a cabo dándose cuenta al mismo tiempo de las
correlaciones numéricas inherentes, por lo que el trabajo del profesor es ayudar a
establecer las conexiones.

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