Bordetella pertussis es el principal agente etiològico del sìndrome de
la tos ferina cuya caracterìstica fundamental es la tos paroxìstica, algunos casos de enfermedad similar han sido atribuidos a Bordetella parapertussis y raras veces a Bordetella bronchiseptica. Las especies del gènero Bordetella son pequeños cocobacilos gramnegativos que miden de 0.2 a 0.3 um por 0.5 a 1 um, se presentan solas, en pares o en pequeños racimos. La tinciòn metacromàtica bipolar puede ser demostrada con el azul de toluidina. La ùnica especie mòvil del gènero es B bronchiseptica. Se producen càpsulas pero sòlo pueden ser demostradas mediante tinciones especiales y no por hinchazòn capsular. FISIOLOGIA
Son paràsitos obligados muy contagiosos del hombre y los animales.
Se multiplican entre los cilios de las cèlulas epiteliales. El hombre es el ùnico huèsped natural de la B pertussis y de la B parapertussis mientras que la B bronchiseptica es principalmente un patògeno de los animales. Son aerobios estrictos con un metabolismo respiratorio. El medio de Bordet-Gengou modificado ( agar sangre-glicerol-papa) y el medio de Reagan-Lowe son los medios recomendados para el aislamiento primario de B pertussis en la fase I. Las colonias de B pertussis son del tamaño de la punta de un alfiler, lisas, convexas, brillantes, casi transparentes y de aspecto perlado. Las tres especies producen una zona de hemòlisis que varìa con las condiciones del cultivo. FISIOLOGIA
Las B pertussis recien aisladas de pacientes en la etapa catarral de la
tos ferina son microorganismos que forman colonias lisas (fase I) y muy virulentas. Con el pasaje en los medios de cultivo, como el agar-sangre o el agar- chocolate, ocurren cambios mutacionales seriados que dan como resultado una transiciòn irreversible por todas las formas intermedias (fases II y III) hasta la producciòn de colonias rugosas avirulentas (fase IV). DETERMINANTES DE PATOGENICIDAD
La tos ferina es una enfermedad mediada por una toxina.
La toxina pertussis (TOX) afecta a las cèlulas del huèsped por medio de la ADP-ribosilaciòn de las subunidades alfa de las proteìnas G susceptibles. Esto desacopla las proteìnas de sus receptores y bloquea la transducciòn de la señal. Las proteìnas G intervienen en diversas vìas reguladoras. TOX actùa ademàs como factor histamino sensibilizante, factor promotor de la linfocitosis y proteìna activadora de los islotes de Langerhans. TOX es una proteìna ùnica de la envoltura con un peso molecular de alrededor de 73 a 77 kDA. Los ratones a los que se les administra B pertussis desarrollan una sensibilidad letal a la histamina producièndose un gran incremento en la permeabilidad vascular. DETERMINANTES DE PATOGENICIDAD
La migraciòn de los linfocitos desde los pequeños vasos se ve
dificultada por la adsorciòn de la proteìna a la superfice de los linfocitos. La adherencia a las vènulas poscapilares con atrapamiento de los linfocitos en los compartimientos vascular y linfàtico crea la linfocitosis. HEMAGLUTININAS: la B pertussis posee dos hemaglutininas que median la adhrencia de estas bacterias a los cilios respiratorios. Una de ellas es una proteìna filamentosa denominada FHA y los anticuerpos dirigidos contra ella ayudan a conferir protecciòn contra la infecciòn alterando la adherencia de la bacteria a las cèlulas del epitelio respiratorio. TOXINA TERMOLABIL O DERMONECROTICA: experimentalmente resulta letal para los ratones cuando se le administra por vìa intraperitoneal o intravenosa. DETERMINATES DE PATOGENICIDAD
LIPOPOLISACARIDO (toxina termoestable): tiene actividad pirògenica
e induce el cuadro de shock. CITOTOXINA TRAQUEAL: daña las cèlulas ciliadas e inhibe la diferenciaciòn de las cèlulas no ciliadas. La uniòn bacteriana es esencial para producir la disminuciòn de la actividad ciliar, que es el primer efecto demostrable de la infecciòn por B pertussis. Las cèlulas ciliadas son expulsadas de la superficie epitelial con la consiguiente necrosis. La hemaglutinina de las fimbrìas y la toxina pertussis estàn implicadas en la uniòn de los microorganismos a las cèlulas ciliadas. El daño ulterior no es resultado de la invasiòn celular por B pertussis y puede ser atribuido a la liberaciòn de exotoxinas y a su adherencia a las cèlulas. EPIDEMIOLOGIA
La tasa de incidencia es màs alta y la mayor parte de las muertes
ocurren en lactantes de menos de 1 año de edad. La enfermedad es muy contagiosa como lo evidencia la tasa de ataque del 90% en contactos familiares no inmunizados de personas con pertussis. La especie humana es la ùnica fuente conocida de B pertussis y la excreciòn de microorganismos se limita por completo a las personas con infecciòn activa. PATOGENIA
Despuès de la inhalaciòn de las gotitas infectadas los
microorganismos colonizan el tracto respiratorio. La especificidad de uniòn de la B pertussis a los cilios de las cèlulas epiteliales respiratorias es atribuible a la FHA, a la TOX y a la proteìna 69kDa (pertactina). Se presume que los leves sìntomas iniciales de rinitis, tos, estornudos y a veces conjuntivitis son causados por la proliferaciòn local de los microorganismos en el tracto respiratorio. La disminuciòn de la actividad ciliar conducirìa a una depuraciòn deficiente de las secreciones y de las bacterias, lo que producirìa una acumulaciòn en el tracto respiratorio. De esta manera se verìa facilitada la proliferaciòn de los microorganismos y la producciòn local de toxinas que contribuirìan entonces a la necrosis y desprendimiento de cèlulas ciliadas. PATOGENIA
No se ha comprobado la multiplicaciòn bacteriana en otros tejidos.
Es probable que las manifestaciones sistèmicas de la enfermedad se deban a un compromiso respiratorio grave y a la toxina pertussis circulante. La tos paroxìstica, las manifestaciones del sistema nervioso central, la leucocitosis y linfocitosis y aùn la hipoglicemia que se observa en raras ocasiones pueden ser atribuidos a los efectos de la exotoxina de la pertussis. Es muy probable que la tos ferina sea el resultado de la colonizaciòn bacteriana local del tracto respiratorio y la posterior circulaciòn sistèmica de la exotoxina bacteriana. MANIFESTACIONES CLINICAS
Los síntomas casi siempre comienzan dentro de los 10 días después
de la exposición a la pertussis. La enfermedad clínica se divide en tres etapas. La etapa catarral o prodrómica dura de 1 a 2 semanas. Durante este período el niño sólo presenta síntomas leves de una infección del tracto respiratorio superior no complicada. El examen físico no revela ningún hallazgo objetivo serio. La segunda etapa habitualmente dura de 1 a 6 semanas y se caracteriza por la progresión hacia la tos paroxística. Un paroxismo característico consta de 5 a 20 accesos de tos seca que se producen en 15 a 20 segundos y que a menudo terminan con la producción de moco o vómitos asociados. MANIFESTACIONES CLINICAS
No hay tiempo para respirar en medio de la tos y el paroxismo puede
ser bastante prolongado como para producir anoxia. La inspiración final tiene lugar a través de la glotis estrecha, lo que produce el estridor característico. Estas etapas de la enfermedad suelen asociarse con leucocitosis de 12,000 a 20,000/ ul y una linfocitosis del 60%. La tercera etapa es la de convalescencia. La tos puede persistir durante varios meses después del comienzo de la enfermedad. La morbilidad y mortalidad asociadas resultan sobre todo del compromiso del sistema nervioso central durante la enfermedad aguda y de la infección bacteriana secundaria que en general afecta los oídos, los senos paranasales o el tracto respiratorio inferior. DIAGNOSTICO DE LABORATORIO
Cultivo: el diagnóstico definitivo depende del aislamiento de B pertussis
(o, con menor frecuencia, de B parapertussis o B bronchiseptica) del paciente. La tasa de aislamiento del microorganismo en el tracto respiratorio es máxima durante la etapa catarral, ya que en general los microorganismos no se detectan después de las 4 primeras semanas de enfermedad. La muestra apropiada para el cultivo es un hisopado de la nasofaringe Si la muestra no va ha ser cultivada dentro de 1 o 2 horas, el hisopado debe ser colocado en 0.25 a 0.50 ml de una solución ácida de casamino con un ph de 7.2 para prevenir su desecación. Cuando la muestra es enviada a otro laboratorio o el tiempo de retención excede a las 2 horas, los hisopos deben ser colocados en un medio enriquecido y selectivo (medio de Reagan-Lowe). DIAGNOSTICO DE LABORATORIO
El medio preferido para la siembra directa es el agar de Stainer-
Scholte. Una prueba de aglutinación en portaobjeto puede ser realizada con un inóculo de microorganismos estándar y antisuero específico. Examen microscópico directo: la tinción con anticuerpos fluorescentes (AF) se utiliza para la identificación de B pertussis en frotis directos de hisopados nasofaringeos y para la identificación de microorganismos que proliferan en placas. El examen con AF del material del hisopado nasofaringeo es menos sensible que los cultivos. Pruebas serológicas: se miden los anticuerpos contra la toxina pertussis y la hemaglutinina de las fimbrias (FHA) que se desarrollan después de la inmunización o de la enfermedad natural. DIAGNOSTICO DE LABORATORIO
Los enzimoinmunoensayos (ELISA) que miden los anticuerpos IgG e
IgA contra la FHA y toxina pertussis (LPF) pueden ser utilizados para el diagnóstico. Más del 90% de las personas infectadas producen anticuerpos IgG LPF y un 80 a 90% anticuerpos IgG-FHA. Del 50 a 60% producen IgA-FHA y un 40 a un 50% anticuerpos IgA- TOX. TRATAMIENTO
La eritromicina es el fármaco de elección.
Su administración elimina la bordetella de la nasofaringe en 3 a 4 días, lo que acorta el período de contagio. Medidas de sostén: aspiración de secreciones densas, hidratación y mantenimiento del equilibrio electrolítico. PREVENCION
La cantidad de anticuerpo que atraviesa la placenta no proporciona
protección activa. La inmunización primaria de rutina se inicia alrededor de los 2 meses de edad, se recomienda tres dosis con intervalo de 4 a 8 semanas. La vacuna se administra en un preparado combinado que contiene toxoide diftérico y tetánico adsorbidos y vacuna pertussis (DPT). Se da una inyección de refuerzo a los 12 a 18 meses después de la inmunización primaria o antes de que el niño ingrese en la escuela. Los niños de menos de 4 años de edad que han sido inmunizados con anterioridad contra la pertussis deben recibir una dosis de refuerzo de la vacuna después de haber estado en contacto con una persona infectada. También se les debe administrar eritromicina, puesto que la inmunidad conferida por la vacuna no es absoluta.