química se divide en dos grandes ramas: química orgánica y química inorgánica. Química orgánica: Se asoció a la química de los seres vivos y las sustancias relacionadas con ellos. Se pensaba que las sustancias orgánicas sólo las podían sintetizar los seres vivos porque para preparar compuestos orgánicos se necesitaba algo que sólo poseían los seres vivos, la fuerza vital. Química inorgánica: Se asoció a las sustancias inertes. Comprendía al resto de la química distinta a la química relacionada con los seres vivos. Hoy en día la Química Orgánica es también llamada como “la química de los compuestos del carbono” (no necesariamente de los seres vivos), estudiando la preparación, reactivada, propiedades y estructuras de estos tipos de compuestos. Algunos ejemplos de sustancias orgánicas e inorgánicas son:
Síguelo paso a paso en el vídeo:
La química de los compuestos del carbono se denominó durante mucho tiempo Química Orgánica, dado que estos compuestos forman parte de los tejidos de los seres vivos, así como de los nutrientes necesarios para la vida. Os hablamos de la química del carbono. El átomo de carbono El carbono (0,4 por 100 en peso de la Tierra) es el elemento químico de número atómico 6. Su configuración electrónica es en su estado normal:
Química del Carbono. Configuración
electrónica del carbono en su estado normal. Sin embargo, en muchas ocasiones, el átomo de carbono se encuentra en un estado excitado que conlleva el desapareamiento de sus electrones de valencia
Química del carbono. Configuración electrónica
del carbono en un estado excitado. Esta configuración electrónica justifica la covalencia 4 del carbono, aunque no justifica la dirección de los enlaces reales del carbono. Para justificar la dirección de los enlaces del átomo de carbono se recurre a la teoría de orbitales híbridos. Según esta teoría, el átomo de carbono puede presentar las siguientes excepto los óxidos CO y CO2 y los carbonatos que se estudian como compuestos inorgánicos desde siempre. La Química Orgánica no es sólo la química de los compuestos de los seres vivos, son también los compuestos derivados del petróleo, del carbón, y los preparados sintéticamente en el laboratorio. El número de compuestos orgánicos conocidos (varios millones en la actualidad) es muy superior al de compuestos inorgánicos, a pesar de ser tan pocos los elementos que entran en su composición. La razón de este hecho hay que buscarla en la capacidad que presenta el carbono para combinarse fácilmente consigo mismo y con otros elementos mediante enlaces covalentes. La configuración electrónica del carbono es: [C]=1s2 2s2 2px1 2py1 2pz0 Dada la poca diferencia de energía entre los orbitales 2s y los 2p es fácil promocionar un electrón 2s a un orbital 2p, obteniéndose la configuración: [C]=1s2 2s1 2px1 2py1 2pz1 que permite la formación de cuatro enlaces covalentes por compartición de electrones, ya (o elemento químico) consiste, en esencia, en un glóbulo de energía eléctrica (positiva en su corazón o núcleo, y negativa en la zona periférica) que se considera estable si adopta unas configuraciones espaciales determinadas, que se pueden estudiar mediante ecuaciones fisicomatemáticas que tienen en cuenta las propiedades eléctricas y ondulatorias de los electrones. Ciñéndonos a la zona periférica, que es la región de existencia de los llamados electrones, como éstos tienen carga negativa se producen unas regiones de alta densidad en dicho tipo de carga, regiones que se denominan orbitales electrónicos atómicos. Según la distribución espacial de esa densidad de carga, dichos orbitales se designan como 1s, 2s, 2p, 3s, 3p, etc. Concretamente, en un átomo de carbono (que contiene 6 electrones) existe un orbital 1s (algo así como una región espacial de simetría esférica) y, rodeándolo hay otro orbital 2s y dos orbitales 2p. El 2s es otra esfera (lógicamente de mayor radio y volumen) pero un orbital 2p tiene otra forma; imaginemos dos peras unidas