Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
NIÑAS Y ADOLESCENTES
♣ El desarrollo esperable de una fase dependerá de que haya objetos hacia los cuales poder
dirigir los instintos componentes que corresponden a cada fase. Las relaciones objetales,
entonces, derivan su poder e intensidad de las energías libidinales y agresivas de los instintos
componentes prefálicos.
♣ Estos instintos componenetes prefálicos son importantes en la generación de la neurosis infantil en
dos sentidos:
1) Preparando el camino para las regresiones. Si consideramos que, para el desencadenamiento de una
neurosis, el yo del individuo debe retraerse de un conflicto actual hacia una forma de satisfacción
anterior y más segura, entonces los instintos componentes se convierten en los agentes que facilitan
el camino a esa regresión debido a la gran cantidad de energía que contienen.
2) Sentando las bases para las formaciones de compromisos neuróticos, predecesoras de la neurosis
infantil. Es el área de los instintos componentes la que produce síntomas neuróticos tempranos
como fobias, problemas en el sueño, inhibiciones. Pareciera que estas manifestaciones son las
mismas que las de una neurosis infantil, pero no resulta así.
♣ Los conflictos en los que se basan estos síntomas tempranos no se dan entre instancias internas
como en el adulto, sino que representan choques entre un deseo instintivo interno y una influencia
prohibitiva que viene desde el mundo exterior. Así, una fobia no respondería a una un miedo por un
peligro interno sino por un miedo al mundo objetal. El temor no sería por la culpa, sino por perder
al objeto de amor. La regresión a un estadio de satisfacción anterior puede suceder como no, pero si
sucede y el ambiente no presenta objeciones, será vivido como síntoma egosintónico por el niño.
♣ Los síntomas, en esta etapa de la vida, aún no están organizados en síndromes o trastornos, sino que
están aislados y son transitorios. Esto se debe a que están sujetos a cambios ambientales, en su vínculos y
en su propio desarrollo. Se trata de unas primeras formaciones de compromiso por parte del yo (aún
conformándose) para intentar tramitar la frustración.
♣ Con la llegada a la fase fálica, aparecen ciertos progresos decisivos respecto a la estructuralización del
funcionamiento del yo y del superyó, que buscan defender su propio terreno. Con esto, tanto los deseos
internos como los miedos a la desaprobación del mundo empiezan a perder su importancia como factores
patógenos. Este lugar pasa a ser ocupado por la regresión cuando los deseos se ven frustrados y se
reactivan viejas formas de satisfacción, lo cual produce culpa. Los síntomas conformados pierden su
vínculo con el mundo objetal y se tornan inamovibles, por lo que pueden provocar inhibiciones o bloqueos
en el desarrollo.
♣ Una neurosis no es ya la respuesta del yo a la frustración de ciertos deseos, sino que es producto de un
intento por manipular la conmoción que genera el conflicto de los impulsos, los afectos y las actitudes
ambivalentes hacia los objetos.
♣ En los análisis de las neurosis infantiles siempre aparece esta conexión entre pasado y presente, como
antecedentes de la situación actual: ciertas cualidades del yo, tendencias instintivas, identificaciones
conflictivas, etc. Sin embargo, por más que estén presentes, no sería fácil integrar cada elemento infantil y
adulto que corresponda a una neurosis.
♣ Para finalizar el texto, la autora retoma la idea de que no toda psicopatología infantil asumirá la
forma de una neurosis. Debido a defectos constitucionales, carencias tempranas, falta e objetos
adecuados, pueden producirse relaciones objetales ambivalentes, identificaciones débiles,
estructuraciones incompletas. Como resultado, el yo de ese niño puede resultar inmaduro o
distorsionado, lo cual podría conducir a patologías mucho más severas que una neurosis.
♣ Entiende a la neurosis infantil, entonces, de manera dicotómica: por un lado, como patología ya
que puede ocasionar síntomas muy severos y limitantes en el niño. Pero, por otro lado, también se
constituye como un recurso habitual en la infancia que no genera grandes desadaptaciones en la
vida futura de ese niño.
♣ Desde una perspectiva del desarrollo, la neurosis infantil representa un signo positivo de la
evolución de la personalidad, una progresión de reacciones más primitivas a otras más complejas.
Es, tal vez, el precio a pagar por un desarrollo humano superior.