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Disponerse

en cuerpo y corazón
ORACIÓN AL ESPIRITU SANTO

Oh Espíritu Santo,
Amor del Padre, y del Hijo,
Inspírame siempre lo que debo pensar,
lo que debo decir, cómo debo decirlo,
lo que debo callar, cómo debo actuar,
lo que debo hacer, para gloria de Dios,
bien de las almas y mi propia Santificación.
Espíritu Santo,
Dame agudeza para entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar,
gracia y eficacia para hablar.
Dame acierto al empezar
dirección al progresar
y perfección al acabar.
Amén.
1. Buscar una postura corporal cómoda.
2. Cierren sus ojos y abran sus manos, mientras respiran
profundo, y en cada respiración dejen que su corazón
afirme: "Dios mío, espero en ti".
3. Al sentirse serenos, imaginen que están en la habitación
superior de la casa donde se alojaban los discípulos de
Jesús a la espera del Espíritu Santo. Busquen percibir el
ambiente con todos sus sentidos (vista, oído, olfato, tacto,
gusto).
4. Leer el pasaje que se encuentra en el libro de los Hechos de los Apóstoles,
1, 12-14 y medita en los siguientes puntos:

■ ¿Qué creen que sentían y pensaban los discípulos al encontrarse "sin


Jesús"?
■ Imagina que tú eres uno de los discípulos. ¿Cómo te sientes tú? ¿Qué
piensas tú?
■ Jesús les había prometido que enviaría a un Consolador, ¿cómo se siente
la espera de ese consuelo?

5. Coloquio: Conversa con Dios acerca de lo que has experimentado en este


momento de oración. Agradece lo que se ha movido en ti.
6. Evalúa tu oración. ¿Cómo te fue?
■ El Espíritu Santo nos da sus dones según los vamos necesitando, todos enraizados en el
Amor, para hacer lo que cada uno está llamado a hacer en su propio tiempo y espacio para
establecer el Reino de Dios. Pidámosle el don que más estemos necesitando en este momento.
Invocaciones a María Santísima para recibir
El ESPÍRITU SANTO
¡Oh Purísima Virgen María!, que en tu inmaculada concepción fuiste hecha por
el Espíritu Santo Tabernáculo escogido de la Divinidad,
¡ruega por nosotros!
¡Y haz que el Divino Paráclito, venga pronto a renovar la faz de la tierra!
¡Oh Purísima Virgen María, que en el misterio de la encarnación fuiste hecha
por el Espíritu Santo verdadera Madre de Dios,
¡ruega por nosotros!
¡Y haz que el Divino Paráclito, venga pronto a renovar la faz de la tierra!
¡Oh Purísima Virgen María, que estando en oración con los Apóstoles, en el
Cenáculo fuiste inundada por el Espíritu Santo,
¡ruega por nosotros!
¡Y haz que el Divino Paráclito, venga pronto a renovar la faz de la tierra!
Amén

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