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Fuerza entre los átomos que los mantiene unidos en las moléculas. Cuando dos o más átomos se
acercan lo suficiente, puede producirse una fuerza de atracción entre los electrones de los átomos
individuales y el núcleo atómico de otro u otros átomos. Si esta fuerza es lo suficientemente grande para
mantener unidos los átomos, se dice que se ha formado un enlace químico. La actividad química de los
elementos radica en su tendencia a adquirir, mediante su unión con otros átomos, la configuración de gas
noble (ocho electrones en la capa más externa, salvo el helio, que sólo tiene dos), que es muy estable.
Aunque los enlaces tienen propiedades bien definidas, la clasificación no es rigurosa, existiendo una
transición gradual de uno a otro, lo que permite considerar tipos de enlace intermedios. Por ejemplo la sal
común está formada por un no metal, el cloro, y un metal alcalino, el sodio. En estado puro, ambos son
extremadamente peligrosos para el hombre; sin embargo, juntos forman una sustancia, que es inocua en
pequeñas cantidades. Se dice, por tanto, que han formado un compuesto químico, una sustancia muy
diferente de los elementos que la componen. Muchas de las sustancias que conocemos están formadas
por uniones de distintos elementos.
Los enlaceses dividen en iónico, covalente y metalico.
¿Qué es un enlace iónico?
En este enlace no existe atracción electrostática, como en el caso anterior. Aquí la situación es
totalmente diferente, pues en este caso dos átomos se unen más íntimamente; es decir, ambos
comparten algo en común. Y lo común entre estos átomos es un electrón ubicado en la capa más
externa. Así, uno de los átomos se acerca al otro ofreciéndole el electrón de su capa más externa, y el
otro átomo, al estar en esta circunstancia, también se acerca y ofrece el electrón más externo de su capa
electrónica. Así se encuentran ambos átomos y tanto el electrón de uno como del otro interactúan entre
sí, y se da una unión muy fuerte.
Agua (H2 O)
Amoniaco (NH3)
Cloruro de Fósforo (PCl5)
Dióxido de carbono (CO2)
Ácido cianhídrico (HCN).
Existen los siguientes tipos de enlace covalente, a
partir de la cantidad de electrones compartidos
por los átomos enlazados:
Simple. Los átomos enlazados comparten un par de electrones de su última capa (un
electrón cada uno). Por ejemplo: H-H (Hidrógeno-Hidrógeno), H-Cl (Hidrógeno-Cloro).
Doble. Los átomos enlazados aportan dos electrones cada uno, formando un enlace de dos
pares de electrones. Por ejemplo: O=O (Oxígeno-Oxígeno), O=C=O (Oxígeno-Carbono-
Oxígeno).
Triple. En este caso los átomos enlazados aportan tres pares de electrones, es decir, seis en
total. Por ejemplo: N≡N (Nitrógeno-Nitrógeno).
Dativo. Un tipo de enlace covalente en que uno solo de los dos átomos enlazados aporta
dos electrones y el otro, en cambio, ninguno.
Por otro lado, conforme a la presencia o no de polaridad, se puede distinguir entre enlaces
covalentes polares (que forman moléculas polares) y enlaces covalentes no polares (que
forman moléculas no polares).
Enlaces covalentes polares y no polares:
Los átomos con frecuencia ganan, pierden o comparten electrones tratando de alcanzar el
mismo número de electrones que los gases nobles más cercanos a ellos en la tabla
periódica. Los gases nobles tienen acomodos de electrones muy estables, como revelan sus
altas energías de ionización, su baja afinidad por electrones adicionales y su falta general de
reactividad química. Puesto que todos los gases nobles (con excepción del He) tienen ocho
electrones de valencia, muchos átomos que sufren reacciones, también terminan con ocho
electrones de valencia. Esta observación ha dado lugar a una pauta conocida como regla del
octeto: los átomos tienden a ganar, perder o compartir electrones hasta estar rodeados por
ocho electrones de valencia. Un octeto de electrones consiste en subcapas s y p llenas de
un átomo. En términos de símbolos de Lewis, un octeto puede visualizarse como cuatro
pares de electrones de valencia dispuestos alrededor del átomo.
La electrovalencia y la covalencia
se realiza entre elementos metálicos. Así, los elementos metálicos sin combinar forman redes cristalinas (similares a una red
de pescar) con elevado índice de coordinación (es decir, agrupación de átomos de manera ordenada). En el enlace metálico,
los átomos se desplazan alrededor de muchos átomos. Intuitivamente, la red cristalina metálica puede considerarse formada
por una serie de átomos alrededor de los cuales los electrones sueltos forman una nube que mantiene unido al conjunto.
Hidruro de Litio (LiH)
Hidruro de Mercurio (HgH2)
Hidruro de Sodio (NaH)
Hidrudo de Magnesio (MgH2)
Hidruro de Calcio (CaH2)
Hidrudo de Aluminio (AlH3)
Hidruro de Plomo (PbH4)
MUCHAS GRACIAS POR SU ATENCIÓN